Sed de Venganza

Autor: Ness
Género: + 18
Fecha Creación: 13/11/2014
Fecha Actualización: 12/02/2016
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 16
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Capítulos: 57

 

Todos van a pagar, todos. Los que me empujaron al abismo, los que no me ayudaron, los que celebraron mi caída sin piedad. Son doce rostros, doce nombres que me han dado fuerza para no morir.

 

Elizabeth Masen, Eleazar Delani, su esposa Carmen, su hija Tanya, Tyler Crowley, Alec, James Hide, Demetri, Jane Demons, Aro Vulturi, su hijo Jasper y el traidor de...Edward Cullen. Ellos mataron todo aquello que algún día fui, pero no acabaron conmigo del todo, no, porque antes tengo que verlos caer. Y no habrá piedad, lo juro por mi padre...¡Lo juro!

 

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia a Telemundo.

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Capítulo 44: CAPÍTULO 43

BELLA POV

Cuando me di cuenta que era inútil intentar trabajar después de lo que pasó con Edward, salí del despacho camino de la salida para tomar el aire. Allí me encontré a Jacob azotando la entrada principal casi con rabia.

- ¿Qué pasa Jake?-le pregunté cuando se puso nervioso al verme.- ¿Por qué cerraste así la puerta?

- Eh...fue sin querer, mi amor.-dijo consiguiendo serenarse.- Todo está bien.

- ¿Seguro?-le volví a preguntar. No le creía nada, Jake era como un libro abierto y sabía que algo me escondía.

- Sí.-dijo encogiéndose de hombros.- Totalmente seguro.

- Tu estás muy raro últimamente...-dijo con sospecha.- Apenas y apareces por casa durante todo el día. ¿Tienes algún problema fuera?¿Qué pasa?

- No...-dijo tocando el cuello de su camisa.- No me pasa nada. ¿Qué podría pasarme si has accedido a casarte conmigo?Nada ni nadie puede echarme a perder este día.

Sonreí ante su entusiasmo con la boda. Al menos, las personas que quiero serían felices...¿Qué importaba yo?

- De acuerdo.-dije resignada. Sabía que no me lo iba a contar así que di por finalizado el tema.

- Tengo que hacer algunas cosas.-dijo sonriendo coqueto.- Voy a trabajar al despacho.

Me dio un casto beso y se fue casi a la carrera. ¿Se puede saber que bicho le ha picado ahora?

No pude pensar mucho en ello porque Jasper apareció en la casa

y supuse que era debido a la trágica muerte de Alec, que había sido asesinado al igual que Tyler.

- ¿A qué debo el placer de tu visita?-le prgunté amable.- Por favor, siéntate.

Ambos nos sentamos en la sala para hablar cómodamente.

- Verónica, sabe perfectamente por qué estoy aquí...-dijo entre líneas.- En tan solo unos meses ya han habido tres casos de muerte sin explicación, aunque una de ellas se le achaque injustamente a Emmett Swan.

- Él es inocente.-dije tensa de que sacara el tema de mi hermano.

- Yo también lo creo.-dijo Jasper asintiendo con la cabeza.- Pero la justicia no funciona con creencias sino con pruebas, en este caso, desafortunadamente. El motivo más importante es que ya son muchos los misterios sin resolver o con falsos culpables en este pueblo.

- Eso es muy grave...-dije comprendiendo la dura tarea que tenía Jasper encargándose de la justicia del pueblo.- ¿Qué se puede hacer?

- Por un momento pensé que con cambiar el comisario sería suficiente...-dijo pensativo.- pero el asunto ni es tan sencillo ni se resuelve cambiando a un funcionario.

¿Cómo?¿Habría Jasper averiguado algo de lo que pasaba aquí?

- ¿Hay muchas personas involucradas?-pregunté intentando parecer inocente.

- Me temo que sí. Creo que Hide solo es parte de un gran complot.-dijo mirándome atentamente. Había dado en el clavo.- Esto apenas es la punta del iceberg de un grupo de cómplices, entre los que desafortunadamente, está mi padre.

- Uff...-dije intentando sonar sorprendida.- Eso suena duro. Pero tengo una pregunta...¿Qué necesita de mí?

Me miró por unos minutos en silencio como si estuviera debatiendo en su interior alguna idea que llevaba cavilando mucho tiempo. Cuadró los hombros y suspiró hondo tomando la iniciativa.

- Necesito la verdad. Mi verdad.-dijo nervioso.- La que está relacionada con mi madre y solo usted puede ayudarme a descubrirla.

Y aquí era donde entraba yo. Estaba entre una madre y un hijo, estaba entre hacer que se produzca ese encuentro después de tantos años o no...y sabía que correríamos riesgo si hacía esto pero haría cualquier cosa por ver a Sue feliz.

Sonreí sinceramente y me levanté de la silla. Incluso yo estaba nerviosa.

- Sígueme.-le dije sin más.

- ¿A dónde vamos?-me preguntó mientras llegábamos al segundo piso.- Verónica, ¿qué pasa?

Le hice una señal para que guardara silencio y esperara en el pasillo y entré en la habitación de Sue. Ella estaba leyendo un libro entretenida pero al verme entrar lo dejó a un lado y me sonrió con cariño.

- Sue, tienes visita.-dije emocionada.

- ¿Yo?-preguntó incrédula.- ¿Quién?

- Creo que es la persona que más quieres ver en este mundo.-dije mirando hacia la puerta.- ¡Puedes pasar!

Jasper apareció tímido en la habitación y Sue se levantó de la sorpresa.

- ¿Mamá?-preguntó entrando nervioso en la habitación casi hiperventilaba.- Estás viva.

- Hijo...-dijo Sue temblando en su sitio.

Las lágrimas de Sue aparecieron y las mías también sin poder evitarlo. Veinte años congelados en un solo instante. Madre e hijo otra vez juntos.

- Pero vamos...-dije casi empujando levemente a Jasper.- Ve y abraza a tu madre, lleva esperando por ese abrazo media vida.

Jasper reaccionó y casi corrió a los brazos de Sue que ya lo esperaba abiertos para arrullarlo.

- Ay, hijo...pensé que este día no iba a llegar nunca.-dijo Sue sin parar de llorar.

- Mamá, yo lo sabía...sabía que iba a llegar este día. Siempre lo soñé.-dijo Jasper de espaldas a mí.

Sue se separó y acarició los brazos de su hijo.

- Tengo tantas cosas que explicarte hijo...-dijo Sue intentando explicarse.

- Sí, pero después mamá...-suplicó Jasper abrazándola de nuevo.- Lo único que quiero ahora es abrazarte y que no me sueltes. Te quiero mamá, y no pienso perderte nunca más.

- Ni yo a tí...hijo, ni yo a tí.-dijo volviendo a abrazarlo.

Sue me miró y se separó un poco de su hijo.

- Gracias. Gracias por traer a mi hijo...-me dijo sonriendo entre lágrimas.

- Tu te merecías esa dicha, Sue...-dije limpiando mis lágrimas.- Nadie merece ser más feliz que tu.

Jasper nos miró extrañado, con mil preguntas en la cabeza.

- ¿Por qué se conocen?¿Por qué viven juntas?-preguntó sin encontrar la respuesta.

- A ella le debo la vida, hijo. La vida y la cordura.-dijo mirándome con orgullo.- Ella se arriesgó muchas veces para salvarme en ese infierno donde estuve. Y lo más importante, hizo que recuperara la esperanza.

- Entonces estoy en deuda contigo...-dijo Jasper mirándome agradecido.- Pídeme lo que sea, lo que quieras. Lo tendrás.

Querría que nada de esto hubiera pasado. Querría ser feliz en mi casa, con mi padre, Esme y mis dos hijos...y vivir tranquila sin preocupaciones, sabiendo que mi futuro estaba asegurado. Lástima que no pudiera dármelo nadie.

Sonreí y negué con la cabeza.

- Tu y yo no podemos tener deudas.- le dije mirando a su madre.- Naciste de esta maravillosa mujer que ha sido como la madre que perdí cuando era una niña.

Sue sonrió y me indicó que me acercara a ella. Nos abrazó a ambos suspirando feliz.

- Los dos sois mis hijos. Aunque tu Verónica, no salieras de mi vientre, lo eres.-dijo emocionada.- No puedo creerlo, tengo a mis hijos conmigo después de tanto tiempo.

Jasper me miró y aguantó el aliento cuando algo en su cabeza resonó.

- Gracias otra vez...Isabella Swan.-dijo soltando el aire. Me tensé al escuchar mi nombre y noté como me picaba el cuero cabelludo. Me separé del abrazo de Sue y agaché la cabeza.- No tranquila, ya no tienes que fingir, se que eres tú.

- Hoy es el día de las respuestas.-dije mirándolo con una expresión serena.- Tu madre te tiene que explicar muchas cosas...Os dejo para que habléis tranquilamente.

Di un beso a Sue en la mejilla y la miré sonriente antes de irme. Iba a bajar al piso de abajo cuando Jacob salió de la habitación de Ángela y me pidió que lo ayudara.

- ¿Qué ocurre?-pregunté a Ángela entrando en la habitación junto a Jacob. Vi que no tenía color en el rostro y no paraba de llorar.- ¿Por qué estás así?

- ¡Esa mujer...!¡La tuerta...quiso matarme!-dijo en shock y fuera de sí.

- Descubrió a Jane...-dijo Jacob.- Ya sabe que la tenemos aquí encerrada.

Me acerqué a ella con un largo suspiro y comprobé que se encontraba bien.

- Ángela, no debiste entrar a ese lugar.-dije frustrada.- ¿Por qué lo hiciste?

- Me dio pena ver como estaba...solo escuché como gritaba y me apresuré a ayudarla.-dijo apenada.

- Si pero no debes investigar por la casa...-dijo Jake.- Si no hubiera llegado, esa mujer te mata.

- Jake por favor, déjanos solas.-le pedí tranquila.

Él solo asintió y se fue después de abrazar a Ángela para relajarla.

- Perdóname Verónica...yo no sabía que esa mujer estaba loca, no lo sabía...-dijo arrepentida.

- Mira, cielo...-la dije intentando explicarle todo sin involucrarla.- No solo se trata de una loca, a esa mujer no le hubiera costado nada matarte, es una asesina peligrosa.

Ella me miró con miedo.

- ¿Cómo...?-me preguntó en shock.

- Es una doctora desquiciada que uso su título para maltratar y matar a muchas personas a cambio de dinero.-dije contándole parte de la verdad cuando vi que no tenía más remedio.

- Pero si es una criminal...¿Por qué la tienes encerrada aquí?¿Por qué no la llevas a la comisaría?-me preguntó asustada.

- La justicia es muy fragil, Ángela...-dije negando con la cabeza.- Algunas veces porque puede equivocarse condenando a inocentes y otras, porque puede ser comprada por quienes tienen el poder y el dinero.

Ángela asintió con la cabeza pensativa.

- Entonces tienes ahí a esa mujer para castigarla...-afirmó con el ceño fruncido.

Ha dado junto en el blanco. Esta niña era mucho más lista e intuitiva de lo que creía.

- Mira...-la dije pensando que decir.- Esto es muy largo de contar, pero esa mujer nos destruyó la vida a Sue, a Jacob y a mí a cambio de dinero que le dieron personas poderosas que solo querían quitarnos del medio. Nos mantuvieron encerrados durante años, trataron de hacernos enloquecer a base de torturas que ni yo sé como logramos vencer...

- Es que yo no sabía nada de esto.-dijo disculpándose.- Jamás me imaginé que pasasteis por ese dolor.

- El dolor nos hizo más fuertes, por eso estamos aquí, para hacer pagar a la gente que tanto daño nos ha hecho.-dije mirándola a los ojos. Ángela era una niña dulce e inocente, tanto, que me recordaba a mí misma a su edad. Y ella no merecía vivir en un ambiente tan austero y envenenado, no lo permitiría. - Si te soy sincera, a mi tampoco me gusta la idea de mantener a esa mujer encerrada...A partir de ahora, van a cambiar las cosas pero solo te pido que me guardes el secreto. Yo confío en tí, Ángela.

Ella asintió y yo la abracé durante un rato para que sintiera mi protección. Después la dejé sola y bajé al piso de abajo para hablar sobre la situación de la medicucha con Jacob.

Lo encontré junto a la ventana, mirando algo fijamente, algo que al parecer, era muy interesante para él. ¿Qué le ocurre?¿Por qué está tan raro?

- ¿Qué está pasando ahí afuera?-le pregunté sin andarme con rodeos. Hoy no estaba de humor.

Jacob se dio la vuelta y me miró sorprendido.

- Nada...-dijo intentando sonreír. Sabía que algo ocultaba, me acerqué a la ventana y miré hacia fuera para ver a Edward dando vueltas junto a la puerta.- ¿Tu sabías que estaba ahí,verdad?

- Sí, pero que reviente esperando fuera el muy...-dijo callándose antes de soltar cualquier disparate.- Quería verte a tí pero como no lo he dejado, se ha inventado que vino a entregarte los papeles para la compra de las acciones.¿Puedes creerlo?

Lo que yo no creía era su actitud. A veces, Jacob no tenía cabeza.

- Jacob, eres el colmo.-dije casi enfadada.- Sabes de sobra, que esa negociación es importante para mí. Solo así puedo recuperar lo que era de mi padre y eso incluye a Edward Cullen, él va a ser mi socio y vamos a tener reuniones continuamente.

- Pero es que...

- Pero nada.-dije interrumpiéndolo. Llamé a Charlotte para que viniera al salón.- Dile al señor Cullen que entre, por favor.

- Sí, señora.-dijo dirigiéndose a la puerta de inmediato.

Miré a Jacob y comenzamos nuestra guerra en silencio. Él reprochándome que le estaba llevando la contraria y yo, que se estaba entrometiendo en mis asuntos.

Edward llegó y se quedó en la puerta del salón con la cabeza alta y sin ningún tipo de vergüenza por la intromisión.

- Por favor, vamos a mi despacho.-le dije a Edward mientras pasaba junto a Jacob hacia la salida.- Después nos vemos, Jake.

Edward me siguió y cerró la puerta del despacho con una pequeña sonrisa en los labios, seguramente, al vernos a Jacob y a mí tan fríos.

- Ya se que Jake te impidió que entraras a mi casa.-dije para romper el hielo. Y quería que fuera cuanto antes, sobre todo para no ver la cara de este hombre ni una vez más en todo el día.- Y la verdad, no es grato para mí recibirte en este momento, después de nuestro “desafortunado” encuentro, pero si vamos a ser socios tenemos que hablar...

- Eso va a ser difícil para tu prometido.-dijo burlón.- Es obvio que no lo agrado, y no lo culpo. Él sabe muy bien que yo te gusto.

Me reí de él cuando me miró burlón y puse los ojos en blanco.

¿Estás disfrutando,Cullen?Muy bien, regodéate en tu lodo porque ahora es mi turno.

- Tengo por escrito las condiciones para la negociación.-dije cogiendo la carpeta con los documentos para el contrato y se lo entregué.- Aquí vienen todas las condiciones para firmar el acuerdo. Si no se cumplen todas, no habrá trato.

Saboreé el momento, sabiendo que los tenía económicamente atados y dependientes de mí. Edward me miró con los ojos entrecerrados.

- Lo estás disfrutando...¿No es así?-me dijo analizándome.- Disfrutas sabiendo que nos tienes en tus manos.

Oh, sí, y no sabes cuanto...

- No suelo mezclar el placer con los negocios.-dije coqueta.

- Mmm...pues yo diría lo contrario.-dijo burlón acercándose a mí.- ¿No será que haces todo esto por qué lo que quieres tener en tus manos...es a mí?

Mi enfado de antes volvió a renacer letal e indomable.

- Si sigues poniéndote así es mejor que te vayas, Edward...-le dije separándome. No iba a permitir que pasara lo mismo que esta mañana.

- ¿Y eso por qué?-me preguntó como si supiera porque me separaba de su lado.-¿Tienes miedo de que te bese delante de tu novio, y mandes al diablo todo esa estupidez de la boda?

Volvió a acercarse a mí lentamente muy seguro de sí mismo.

- No te acerques...-dije con voz amenazante. Me estaba haciendo perder los nervios.

- Llámalo...-dijo señalando la puerto.- Anda...llámalo. Quiero que te vea ahora. Quiero que vea ese brillo que tienes en los ojos en este momento.¿Cómo no va a tener motivos para estar celoso?

Su sonrisa ladina en IMAX de alta definición apareció cuando se acercó y me sujetó por los brazos.

- Por supuesto que no.-le dije intentando recuperar mi rabia. Sin ella, me abandonaría en manos de este hombre.-Y quítame las manos de encima.

Se alejó un poco pero sin borrar esa sonrisa de su boca.

- Está bien.-dijo tocando pensativo su barbilla.- Solo dime una cosa...repíte lo que dijiste sobre mí en la empresa, dime lo que piensas de mí. Dime.¡Dímelo!

¿Que qué pienso de él?

- ¡Que eres un arrogante y un engreído!-le grité en la cara enfadada.

Comenzó a reírse con añoranza.

- Así mismo me decía ella.-dijo disfrutando del momento. Mierda.- Igual que tú. ¿Isabella?

Dios mío, ni siquiera había reparado en ese detalle.¿Cómo era posible que se acordara de aquello?

- Detesto que me compares con esa mujer.-dije intentando ganar tiempo o el control sobre mí misma.- Y haz el favor de coger esa carpeta e irte de mi casa.

Levantó los brazos rendido pero sin borrar esa sonrisa de su boca.

- Está bien.-dijo cogiendo la carpeta de encima de la mesa.- Solo te recuerdo algo...nos vamos a ver a menudo. Ahora somos socios.

- Mis negocios están de esa puerta para afuera.-dile señalándola para invitarle a irse.- Soy una mujer comprometida y tú no respetas eso.

- ¿También lo respetaste tu cuando me besaste?-me preguntó irónico.

- Yo no te besé.-le mentí mirando hacia otro lado.

- ¿A no?-dijo riéndose.- ¿Estás segura?Dímelo a la cara...dilo mirándome a los ojos.

- Vete de aquí. Ya. Vete.-dije rezando porque me hiciera caso.

- Está bien.-dijo y se fue.

Suspiré hondo y me apoyé en la mesa. Necesitaba calmarme. Necesitaba apagar este fuego que me recorría las venas.

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Siento tardar tanto en actualizar pero el nuevo trabajo y los exámenes finales no me dejaron tiempo para nada. Os pido que tengáis algo de paciencia, actualizaré siempre que pueda :)

Un abrazo. Ness.



Capítulo 43: CAPÍTULO 42 Capítulo 45: CAPÍTULO 44

 


 


 
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