Sed de Venganza

Autor: Ness
Género: + 18
Fecha Creación: 13/11/2014
Fecha Actualización: 12/02/2016
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 16
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Capítulos: 57

 

Todos van a pagar, todos. Los que me empujaron al abismo, los que no me ayudaron, los que celebraron mi caída sin piedad. Son doce rostros, doce nombres que me han dado fuerza para no morir.

 

Elizabeth Masen, Eleazar Delani, su esposa Carmen, su hija Tanya, Tyler Crowley, Alec, James Hide, Demetri, Jane Demons, Aro Vulturi, su hijo Jasper y el traidor de...Edward Cullen. Ellos mataron todo aquello que algún día fui, pero no acabaron conmigo del todo, no, porque antes tengo que verlos caer. Y no habrá piedad, lo juro por mi padre...¡Lo juro!

 

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia a Telemundo.

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Capítulo 18: CAPÍTULO 17

El pitido de una maquina me molestaba, me estaba despertando...parecía que una grúa estaba junto a mi ventana. Todo estaba en silencio, pero algo andaba mal...

Comencé a moverme y me dolío todo el cuerpo. Cada punzada de dolor traía la imagen de una pesadilla, mi papá moría en la mina y yo no podía hacer nada por él.

Una vez recordé esa parte de la pesadilla millones de imágenes se amontonaron en mi cabeza...y esas imágenes eran demasiado vívidas para ser ciertas. El pitido se volvió más rápido conforme asumí que esa pesadilla era cierta...y eso me hizo abrir los ojos.

- ¡PAPÁ!- me incorporé llorando. Llevaba puesta una mascarilla y me la quité.- ¡NO...NO!¡Papá...tu no...tu no...!

No podía parar de llorar...hasta que me di cuenta de que alguien estaba junto a mi cama.

- Tu papá está muerto, Bella.-dijo el comisario Hide tranquilo.- ¿O estás tan enferma que no te acuerdas?Todos murieron, porque tu los mataste...Mataste a tres mineros, a Mike Cullen, y al Tigre...al Tigre Swan.

- No, no...-dije cerrando los ojos para evitar el dolor que sentía en ese momento.

- Estás acusada de cinco asesinatos, incluyendo el de tu propio padre.- dijo sin perder la calma y mirándome a los ojos.

- ¿Pero qué me está diciendo?¿Cómo me puede acusar de matar a mi propio padre...?-dije llorando. ¿Qué ocurría?¿Cómo ha llegado el comisario a esa conclusión?

- No si yo no acuso a nadie de nada...todas las pruebas te señalan como presunta culpable...-dijo mirándome a los ojos.

- ¿Cuáles pruebas?-pregunté sin poderlo creer.- Yo entré a la mina a buscar a mi papá.

- Y eso fue una cuartada casi perfecta.-dijo divertido.- Convertiste la galería en una trampa mortal y murió mucha gente, pero no hay crimen perfecto.

- No eso no es cierto.- dije llorando.- Elizabeth me dijo donde tenía secuestrado a mi padre y yo fui a buscarlo...ella fue la que me tendió la trampa a mí.

- Mucho cuidado, Bella.-dijo amenazante.- Mucho cuidado con meterte con la Señora...porque ya tienes bastantes cargos en tu espalda y esto te puede salir muy caro, ¿Me entiendes?

Claro, eso es...esa mujer tenía sobornado a este hombre. Y sobornaría a medio pueblo si fuera necesario para destruirme.

- Maldito canalla...-dije con rabia.- ¡Tú trabajas para ella!¡Eres uno de los lobos! Y tu fuiste parte de la trampa...voy a decirlo ante todos...

Me agarró del cuello y me estampó contra el colchón. El pitido incesante de la máquina que media mis pulsaciones aumentó considerablemente cuando me comenzó a cortar la respiración.

- No me vuelvas a amenazar...que no estás en posición de ello Isabella Swan.-dijo exteriorizando toda su ira.

- Yo no maté a mi padre, desgraciado...no lo maté.-dije como pude.- Fue Elizabeth, ella lo planeó todo.

- ¡Cállate, cállate!- dijo apretando más su agarre.

- ¡Que me sueltes!-le grité sujetando su mano.- No, no...suéltame. Yo no maté a nadie, soy inocente.

- Me voy a encargar de que te pudras en una celda...-dijo apretando al máximo su agarre.

- ¡Que está pasando aquí!-dijo un médico entrando en el cuarto con dos enfermeras.- ¡Suéltela!

Me soltó y comencé a toser intentando buscar el aire que me faltaba.

- Perdón.-dijo de repente tranquilo el comisario.- Es que está nerviosa y me quiso agredir...

- Mentira...-dije agitada.- eso no es verdad.

Comencé a sentir punzadas de dolor en la cabeza y en el cuello.

- Esta en mitad de una crisis...-dijo el comisario Hide.

- Váyase de aquí.-le pidió el médico.- Enfermera prepare la inyección.

- No, por favor, no me seden...por favor.-pedí intentando que el médico no pusiera las manos sobre mí.- Necesito ir a ver a mi familia...papá, necesito ir a ver donde esta mi papá.

- Tiene restringida las visitas señorita.-dijo el médico.- No puede salir, así que tranquila...tranquilízate.

Vi como la enfermera entró un líquido a través de la vía que se conectaba con mi brazo.

- No, por favor...-dije llorando.- No...

No pude hablar más, poco a poco, todo se volvió negro. Cuando desperté vi a Edward a mi lado...pero todo se veía borroso.

- Ed...ward...-dije casi sin voz.

- Estoy aquí...-dijo susurando. Miró a Jasper, su amigo, que también estaba allí de pie. Volvió su atención hacia mí.- contigo.

- Sálvame de ellos...- dije con un hilo de voz. ¿Qué me ocurría?Apenas puedo convertir mis sentimientos en palabras.- Por favor.

- ¿Salvarte de quien?-dijo acariciando mi cabeza.- Tienes que decirme que pasó. Por favor,dime.

Comencé a temblar de la cabeza a los pies. Tengo miedo...¿Qué pasará conmigo?No quiero ir a la cárcel.

- Ellos mataron a mi padre...él quería defenderse...pero no pudo.- dije llorando.- Yo tengo que proteger a mi familia...

- Cálmate,no te alteres...-dijo besando mi frente. Y en él encontré el consuelo que necesitaba.

- Si les hacen daño...yo los mato.-dije en susurros.

- No, no digas eso...tu no eres una asesina...no lo eres. Tranquila.-dijo mientras yo me derrumbaba a su lado.



Los días siguientes fueron un continuo goteo de visitas por parte de una mujer, que me inyectaba algo me dejaba completamente drogada...apenas podía articular una palabra coherente y mis continuos intentos de escapada hacía que me mantuvieran atada a la cama como a las personas dementes y locas. La última vez que me escapé fue ayer, y terminé por rasurar con un bisturí el pecho de Edward que intentaba evitar que me hiciera daño.

Elizabeth también hizo de las suyas y me prometió que me quitaría a mi hijo, que él ocuparía el lugar de Mike, y que me haría sufrir...hasta el final de mis días. Me juro que me encerraría y me haría pagar la muerte de Mike...

Otro asunto eran las apariciones de mi padre...no sabía si eran consecuencia de las drogas o que de verdad el Tigre venía a darme fuerzas...sus únicas palabras eran: Tu eres una Tigresa...Sabes lo que hay que hacer...No bajes la cabeza...No dejes que te destruyan, tu debes vengarte...

La enfermera me despertó cuando entró con mi comida de al mediodía. Hoy parecía ser que estaba cuerda...y me estaba imaginando el por qué.

- Llévese esa comida de aquí...no la quiero.-dije molesta.

- Señorita debe comer algo...es por su bien.-dijo acercándome la bandeja.

- Le dije que no.¿Acaso cree que soy tan estúpida como para no saber que esa comida tiene la droga que me ponéis todos los días?-le pregunté y ella me miró con una cara extraña.- ¿Cuánto te paga la Señora Masen?

- No se de que me habla...pero si quiere llamo al doctor.-dijo soltando la bandeja en una mesa.- Debe comer para estar fuerte y sana...

- No voy a probar esa comida.-dije y ella resignada se fue.

Poco después vino el doctor acompañado de la enfermera que antes me trajo la comida.

- Isabella...¿Por qué no quiere comer?-me preguntó amablemente.- No puede seguir descuidando su salud.

- Usted parece decente, doctor...pero yo no confío en nadie.-dije mirando mis dedos.- Ya lo he dicho miles de veces, alguien me está drogando.

- Te aseguro que no hay ninguna sustancia en la comida.-dijo tranquilo.- Te lo prometo.

- Le estoy diciendo que me drogaron...¿Y no piensa hacer nada?-pregunté con toda la impotencia que sentía.- ¿Es que nadie va a hacer nada?¡Claro!Seguramente me está siguiendo la corriente porque piensa que estoy loca...

- En este momento, lo único que me interesa es que te alimentes...-dijo siendo franco.- Si no lo haces por tí, al menos, hazlo por el hijo que vas a tener.

¿QUÉ?Estoy...miré mi vientre plano y comencé a pasar mi mano por el abdomen.

-¿Estoy embarazada?-pregunté temerosa.

- Sí.-dijo el doctor.

- ¿Lo escuchaste tu también?¿No lo soñé o fue una alucinación?-le pregunté a la enfermera.

- Sí, lo está.-me dijo con una media sonrisa.- Por favor, coma.

El médico apuntó algo en mi carpeta y se fue con la enfermera.

- Perdóname...por haber empezado tan mal...-le dije mientras acariciaba mi abdomen.- Me has pillado muy triste, porque tu abuelo...mi papá, que era lo más grande que tenía en mi vida, se murió. Y tu papá...Edward Cu...-me paralicé al caer en la cuenta de que mi hijo era uno de ellos. Comencé- Ay, Dios mío, tu también eres un Cullen...pero, eres fruto del amor...un amor gigante como el que siento por tu papá. No sabes cuanto te voy a querer...porque cuanto tu nazcas todo irá a mejor...todo, mi cielo.

Edward entró en ese momento por la puerta...y se veía demacrado, como si no hubiera podido dormir en meses.

- Edward...-dije sintiéndome culpable.- perdóname por lo que ocurrió ayer...yo no soy así, tu me conoces.

- No sé si te conozco...-dijo distante.- todos los días es algo distinto...

- Es que...mi hijo...luego la inyección...-dije intentando explicárselo todo de una vez.- yo no estoy loca, fue algo que me inyectaron...incluso veo a mi papá cuando estoy bajo los efectos de esas drogas, me dice que tengo que proteger a los míos porque nos queréis hacer daño.

- Yo no mi amor...-dijo arrodillándose a mi lado.

- La enfermera que me inyecta esta cosa horrible me lo dice cada vez que viene...-le dije en mi defensa.- dice que es doctora.

- ¿Doctora o enfermera?Mírate, estás diciendo incoherencias...-dijo mirándome a los ojos.-¿Qué te pasa?Ayer actuaste como una loca hasta en frente de tu hijo...y por poco me matas a mí...

- No.-lloré mirándolo arrepentida.- Yo no soy una asesina...¿No creerás lo que dice de mi, verdad?

Él agachó la cabeza y negó varias veces antes de mirarme otra vez.

- No lo sé...-dijo y vi en sus ojos que esa era la verdad, que dudaba de mí.- En este momento yo ya no se que creer.

- Osea que no me crees.-afirmé sintiendo como una puñalada se clavaba en mi pecho. Y ya eran muchas.- ¿Cómo es posible...?¿Otra vez?Pensé que no me ibas a fallar otra ver...

- Yo no te estoy fallando...solo tienes que mirarte, estás muy agresiva amor.-dijo mirándome con lastima.- ¿Qué quieres que piense cuando ayer casi me matas con ese bisturí?

- Edward...ya te lo dije...me inyectaron alguna sustancia...¡No era yo!-dije entre dientes.- Además como puedes pensar que yo te iba a hacer daño...si eres al único hombre que he amado y bueno,vas a ser el padre de mi hijo.

El se quedó mirándome a los ojos sin expresión alguna.

- El médico me lo dijo ayer cuando te trajeron...-dijo sin más.

- Así que lo sabías...pues sí, aquí está, nuestro bebe...-dije llorando y tocando mi abdomen. El solo me miraba sin apartar la vista.- Es nuestro hijo, Edward. ¿Dudas también de eso?

- No, no lo dudo...-dijo negando con la cabeza.- Se que es nuestro.

- ¿Qué va a ser de mí?¿De Anthony?-pregunté asustada.

Él me miro a los ojos y me sujetó la mano.

- Escucha Bella...Anthony...está con mi madre.-dijo sin apartar sus ojos de los míos.

-¿Qué?-dije sin aliento. ¿Por qué estaba pasando todo esto?-¿Cómo lo has permitido?¿Qué hace mi hijo en tu casa?Ah, claro, te pusiste de acuerdo con ella para quitármelo...

- No por supuesto que no...-dijo ofendido.- Es más, no estoy de acuerdo...pero no pude hacer nada. El fiscal le concedió la custodia temporal...

- ¡Pero por Dios, Edward...piensa un poco!¡El fiscal es amigo de tu madre!- Y fue como una revelación. Ahora sabía el por qué esa señora quería acabar conmigo.- Ese era su plan...encerrarme aquí para quitarme a mi hijo...

- Eso no es cierto...cálmate...-dijo sujetando mis hombros para evitar que me hiciera daño.

- ¿Cómo quieres que me calme si quiere convertir a mi hijo en un despojo como tu hermano Mike?-dije llorando.-Tu lo sabes mejor que nadie...eres un traidor Edward Cullen, te aliaste con ella y la estás ayudando a acabar conmigo.

Me sujetó contra la cama para evitar que las correas me hicieran daño en las muñecas. Una contradicción si quería acabar conmigo.

- Tranquilízate...por favor...-decía pacientemente.-No me gusta verte así...relájate.

- Déjame en paz...tengo que ir por mi hijo...- comencé a gritar. La ira y la impotencia de estar aquí atada no me permitía hacer otra cosa.-¡Anthony!¡Tengo que ir por él!¡No voy a dejar que le haga daño!

- ¿Qué ocurre aquí?-dijo el médico. Edward se separó de mi lado con la cara pálida y desencajada.- Enfermera prepare el sedante.

- ¡Te voy a matar Elizabeth Masen!¡Suélteme!-grité cuando me sujetaban para inyectarme otra dosis.-¡No me duerman, por favor!

Y así pasaron los días...entre llantos, ataques de ansiedad y dosis de sedantes y drogas que me inyectada aquella misteriosa enfermera llamada Jane Demonds y que me tenían totalmente desorientada...incluso durante mi juicio, en el que apenas tenía la fuerza necesaria para hablar.

Muchos fueron los que declararon en mi contra, el ingeniero, el jefe de minería Alec, Elizabeth Masen, Tyler Crowley, Los Eleazar...no habían dejado grieta por el que poder escapar, todos lo tenía planeado. Jane Demonds también fue a mi juicio, esa era la mujer que me inyectaba esa droga y al parecer era la psiquiatra que me examinó...¡Ja, que conveniente! Ella declaró que sufría Esquizofrenia paranoide y persecutoria, y que eso me hacía tener alucinaciones y brotes psicóticos. El fiscal Jasper Vuturi e hijo del senador Aro Vulturi, se encargó de probar ante el jurado mi culpabilidad, enumerando pruebas y testigos en mi contra. El amigo de Edward era quien debía demostrar porque debía entrar entre rejas.

Intenté defenderme como pude...pues los gritos que me lanzaban la audiencia casi ni me dejaban explicarme. Repliqué varias veces ante el testimonio de algunos testigos que seguramente estaban sobornados. Mi juicio duró varios días, debido a que el juez suspendió el juicio por los gritos y alborotos que se amontonaban en la sala.

El día del veredicto me preparé para lo peor. Todo estaba dicho. Nadie me creía, ni estaba de mi parte, a excepción de Esme y Emmett, que vestidos de luto y con la cabeza gacha me seguía mostrando su apoyo. Miré a Edward por última vez antes que llegara el juez y le susurré una última súplica: “Por favor, ayúdame, yo no lo hice.” Él simplemente cuadró los hombros y asintió.

- El juez dictará sentencia a la acusada Isabella Swan...-dijo un fiscal.- Póngase en pie para recibir a su señoría.

Me levanté y esperé a que el juez tomara su lugar en el estrado.

- Este tribunal declara a Isabella Swan...culpable de haber producido la explosión.- Toda la sangre abandonó mi rostro en ese momento a la vez que la audiencia comenzó a aplaudir.- ¡Orden y silencio!Isabella Swan se la condena por los asesinatos y el atentado de la mina...pero dada su irreversible salud mental y el peligro que supone para la sociedad, será recluida en el sanatorio mental del municipio por el resto de su vida.

El golpe del martillo indicó el inicio de mi condena y fue como un golpe en la sien. No oía, no veía, ni me di cuenta cuando me arrastraron de la sala. Solo me esforcé en mirar a un hombre...al hombre con el que consideré pasar el resto de mi vida, y esa mirada le dejaba un mensaje claro, “TRAIDOR”.

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Hola!!!Siento este retraso tan grande pero mi ordenador se estropeó...y ya saben, a veces, tardan una eternidad cuando lo mandan a la fábrica, pero ya estoy aquí!Me habéis dicho que intentara no mostrar mucho el sufrimiento de Bella...y lo intento, pero debo deciros que sin él la historia no tendría sentido...

Ya no queda mucho, este es el punto de inflexión de la historia, el antes y el después de Bella...calculo que en dos o tres capítulos llegará el cambio, y os lo prometo...merece la pena!!!!

Gracias por leerme y como siempre espero vuestros comentarios :)

Capítulo 17: CAPÍTULO 16 Capítulo 19: CAPÍTULO 18

 


 


 
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