Hola! Antes que nada gracias por estar leyendo mi fic! No te olvides de comentar y votar por favor. Apareceran links, los mismos son de las canciones que ayudaron un poco a inspirarme al escribir este capítulo. Espero les guste :)

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Bella POV

Finalmente era viernes por la tarde y por la noche sería mi cita con Edward. Durante toda la mañana Alice se la pasó enviándome imágenes de posibles conjuntos de ropa que podía ponerme para la noche, pero se me hacían que eran para ir a una discoteca o fiesta importante, más que para ir a una noche de karaoke. Y así me la pasé toda la tarde. Viendo revistas y fotos en internet tratando de encontrar algo que me guste y que se ajuste al tipo de ropa con la que ya contaba. No tenía ganas de salir a comprar ropa. Hasta que luego de no sé cuánto tiempo pudo haber pasado, encontré el conjunto perfecto.

Con una mezcla de emoción y tranquilidad me levanté y fui a darme un baño relajante, aprovechando a hacerme una limpieza de cutis. Al salir seque mi cabello y lo alisé un poco para que no parezca que metí el dedo en el enchufe. Fui directo hacia mi ropero y saque una camisa blanca, unos jeans y unos zapatitos con un poco de plataforma y tachas. Por si hacia un poco de frio saque un abrigo negro. Me vestí y luego me maquille con tonalidades tenues. Luego de ellos faltaban 5 minutos para la hora en la que Edward iba a buscarme así que me senté a esperar.

Se podría decir que fueron los cinco minutos más eternos de mi vida, no sé si era por los nervioso o por qué razón. Cinco minutos exactos y Edward había tocado el timbre y estaba parado en la entrada de mi casa. Corrí a buscar mi abrigo y luego le abrí la puerta.

-          Hola – me dijo Edward - ¿Acaso Alice te dijo lo que me iba a poner? – me preguntó Edward sonriendo.

-          No -  cuando iba a preguntar por qué había dicho eso lo miré bien, y luego miré lo que yo tenía puesto. Ambos teníamos una camisa blanca, jeans y abrigo negro – aunque yo también hubiera pensado lo mismo si Alice me ayudaba a vestir en esta ocasión – ambos reímos con eso.

-          Bueno por lo menos todos tendrán en claro que fuiste conmigo, ¿nos vamos? – extendió su brazo como todo un caballero. Yo asentí y lo tomé.

Nos dirigimos a su auto y me abrió la puerta del copiloto. ¿Acaso podía ser más perfecto? Me subí el cerró la puerta y rodeó el auto y se subió. Arrancó el motor y durante poco tiempo hubo silencio, hasta que el decidió poner música.

-          No puedo creer que te guste eso – le dije incrédula - ¿Te gusta el pop? – pregunté de manera sorprendida.

-          Si, ¿hay algo de malo con ello? Sé que puede parecer raro para algunos pero… - dijo un poco apenado cuando lo interrumpí.

-          ¡No! No, no. Al contrario – afirmé segura – me parece genial, ¿te gusta también la música clásica? – preguntó.

-          Si, me relaja mucho –.

-          Wow, pensé que era la única que pensaba lo mismo – dije sonriendo. El me devolvió la sonrisa.

-          Me gustan mucho las composiciones de Bach, Beethoven, Mozart y Debussy, además me gusta mucho tocar el piano – me dijo sonriendo.

-          ¡A mí también me gusta mucho tocar el piano! ¿Cómo es que nunca fuimos amigos? – le dije emocionada –-.

-          Esa misma pregunta me la hago yo desde hace mucho tiempo – me  dijo riéndose.

A los poco minutos llegamos al bar. Estaban muchos chicos de la escuela. Edward aparcó el auto unas dos cuadras pasando el bar. Antes de bajarme, el se me adelantó y abrió mi puerta. Tomó mi mano para ayudarme a bajar y yo no pude más que sonreír ante ese gesto. Luego seguimos caminando normalmente, sin estar tomados de las manos, y estábamos hablando sobre los géneros de películas que nos gustan y sobre libros. Es increíble como éramos parecidos en algunos aspectos, excepto en el gusto por ciertos géneros de películas, pero es un detalle mínimo.

Llegamos al bar y nos encontramos con Alice, Emmet, Rosalie y su hermano Jasper, que también era nuestro amigo.

-          ¡Chicos que emoción! – exclamaba Alice emocionada.

-          ¡Yo también estoy muy emocionada! – exclamé – adoro los karaokes -.

-          Entonces cantaras esta noche – me dijo Edward en el oído.

-          No se si tendré el valor suficiente para hacerlo – le dije tímidamente – tengo pánico escénico -.

-          Entonces cantaré contigo para que no estes tan nervioso – me dijo seguro.

-          Quizás pases vergüenza, no canto muy bien -.

-          No te preocupes – dijo acariciando mi cabello mientras formábamos fila para entrar – yo tampoco lo hago muy bien-.

Llegó nuestro turno y entramos. Si que estaba lleno de chicos de la escuela, de nuestro año y del último. Fuimos a la mesa que teníamos reservada y Edward caballerosamente tomó mi abrigo y lo llevó hacia el guardarropa. Luego volvió a sentarse con nosotros. Ordenamos las bebidas y escuchábamos a los que iban pasando y cantaban en el escenario.

-          No tienes más motivos por el cual preocuparte – me dijo Edward.

-          ¿A qué te refieres? – le dije confundida.

-          Me dijiste que tenías pánico escénico y que no cantabas muy bien, ¿ya escuchaste a estos? – me dijo riendo.

-          Si pero de todas maneras me da un poco de vergüenza – dije tímida.

-          Vergüenza tienes que tener de robar y matar, hazlo por diversión sin importar lo que piense el resto, como todos – dijo seguro.

Sólo sonreí. Iban pasando solos, o en pareja. Fue muy divertido cuando pasó Emmet. No cantaba muy mal, pero si desafinaba un poco y bailaba por todo el escenario como loco. Rosalie también pasó sola, y Jasper y Alice pasaron juntos.

-          Vamos, es nuestro turno – Edward me tomó de la mano y me llevó al escenario.

Cuando estuvimos arriba del escenario Edward me pasó un micrófono y el tomó otro.

-          Edward – dije tragando saliva duramente – no creo que pueda hacerlo, hay… hay mucha gente y no creo poder… - y antes de terminar la frase me interrumpió.

-          Bella, hazlo por diversión, yo estaré aquí contigo a tu lado, solo imagina al público en ropa interior o con disfraces – dijo sonriendo – yo se que puedes.

Solo asentí. Se encendió un reflector que nos iluminó y yo me puse más nerviosa aún. Al parecer Edward se dio cuenta de ello porque tomó mi mano. Yo se la apreté fuertemente cuando comenzó la música.

http://www.youtube.com/watch?v=H7HmzwI67ec

Empezó a sonar la melodía de Good Time de Owl City y Carly Rae Jepsen. Era una canción que me gustaba mucho. Luego de la introducción Edward empezó a cantar. Lo hacía muy bien, no creí que que lo hiciera tan bien.  Me apretó la mano indicándome que era mi entrada. Muy nerviosa abrpi mi boca y empecé a cantar. Todos estaban en silencio y eso me preocupaba. Giré mi cabeza hacia Edward y me miraba sonriendo. Cantamos juntos el coro. Siguió la parte en la que cantaba yo sola y lo hice más libre. Para el momento de cantar nuevamente el coro todos estaban saltando cerca del escenario y aplaudían. Se hizo un silencio.

-          ¡It´s always a good time! – gritaron todos.

Estaba muy emocionada. Terminó la canción y Edward y yo seguíamos tomados de las manos. Escuchaba a todos que gritaban para que cantemos otra canción. Miré al presentador y le asentí para que ponga otra canción para que cantemos juntos. Para mi sorpresa fue una canción romántica que me gustaba mucho, Just a Kiss de Lady Antebellum.

http://www.youtube.com/watch?v=v_yTphvyiPU

Me acerqué a Edward y delineé su rostro con mi mano y empecé a cantar. Cuando era su turno de empezar a cantar el volvió a tomar mi mano y así, tomados de la mano sin dejar de mirarnos cantamos la canción. Por un momento cuando vi al público, nos miraban de manera tierna.

Cuando la canción terminó pude notar que Edward me miraba con un brillo distinto en sus ojos, luego lentamente fue acercándose a mí y me besó, fue un casto y dulce beso. Y en ese pequeño momento sentí que eramos los únicos en el bar, en el mundo. Cuando se separó, me sonrió de la manera más hermosa.

-          ¡Y ahora damas y caballeros la señorita Bella Swan nos deleitará con una canción! – dijo Edward.

-          ¡¿Estás loco, Edward?! – le grité.

-          Lo harás bien, linda. Ten fe.

Dicho eso se bajo del escenario. Inhale y exhalé alrededor de veinte veces. El presentador s eme acercó y preguntó que canción quería cantar. Pensé y pensé y le dije la que se me vino a la cabeza en ese momento. Real Wild Child de Everlife.

http://www.youtube.com/watch?v=c1QW1OtccZU

Empecé a cantar y a moverme. Sacudía mi cabello, daba vueltas y saltaba por todo el escenario. En un momento me baje y recorrí el lugar cantando. Me sentí una estrella. Luego Edward y Emmet me ayudaron a subir nuevamente al escenario y allí todos se acercaron a saltar y cantar. ¡Fue una de las mejores experiencias que tuve, lejos!

Bajé del escenario y Edward me atrapó en sus brazos y sosteniéndome por la cintura me hizo dar vueltas en el aire. Yo no pude hacer más que reír como una tonta estando en sus brazos. Me bajo y sin soltarme volvió a darme un dulce beso en los labios, seguido de una sonrisa y otro beso en la mejilla.

Terminado el karaoke nos despedimos de los chicos y nos dirigimos a su auto. Como siempre caballero, Edward abrió la puerta del copiloto para que me suba. En el camino, no hubo silencio. Edward encendió la radio y ambos empezamos a cantar. Si alguno le erraba a la letra de la canción que sonaba nos reíamos como locos. Al llegar a mi casa, Edward se bajó y me abrió la puerta y me acompañó hasta la entrada de mi casa.

-          Bella, este… yo… - tartamudeaba y se veía muy dulce.

-          ¿Quieres ser mi novia?

No lo podía creer. Edward Cullen me pedía que sea ¡su novia! Me miraba expectante esperando mi respuesta y me sentí una tonta perdida en mis pensamientos.

-          Si, Edward – me puse de puntitas y le di un beso.

El me abrazó por la cintura y yo lo abracé por el cuello. Acariciaba su cabello, mientras el beso se hacía más profundo. Nos separamos y el sonreía. Le devolví la sonrisa.

-          Te quiero, Bella.

-          Yo también te quiero, Edward.

-          A partir del lunes pasaré por ti para ir juntos a la escuela.

-          No lo sé…

-          No hay pero que valga y no aceptaré un no por respuesta, señorita.

-          De acuerdo, papi – dije haciendo un puchero, el cual causó que Edward riera.

Me dio un beso en la mejilla y me deseó buenas noches. Se dirigió a su auto y salió para su casa. Yo entré y no podía borrar la gran sonrisa que tenía plantada en el rostro. Me dirigí a mi habitación, me cambié y me acosté a dormir.