Luego de hacer mi importante llamada, me fui del parque y me dirigí a mi casa, bueno, a casa de Moon, que vendría siendo mi casa, pero… ¡Ag! No importa. 

Comí un sándwich y me dispuse a dormir. Hoy no había interrogado a Mike, pero ya tendría tiempo para hacerlo después, igual ahora debe estar muy delicado, como para interrogarlo. 

Por otro lado, no podía dejar de pensar en Edward. Últimamente, todos mis pensamientos eran referentes a él. Poco a poco, aunque yo no quisiera, estaba entrando a mi corazón y eso estaba mal, sumamente mal. No puedo decir que me gustaba o que estaba enamorada de él, tal vez sólo era atracción, una atracción muy fuerte, mezclada con el aprecio que empezaba a tenerle; después de todo, sólo llevaba una semana de conocerlo… Si, hoy se cumplía una semana exacta desde que conocí a Edward Cullen, una semana desde que había llegado a Imperial London School, una semana desde que había dejado de ser la agente 023, para dedicarme a ser Elizabeth Moon. Una semana desde que me empecé involucrar con lo prohibido, en éste caso, Edward. 

Me levanté perezosamente y me bañe. Anteojos, peluca, maquillaje especial, ropa holgada, la cosa esa extraña que me había dado Richard para los senos, que de verdad no entendía, pero supongo que era para tener más aspecto de niñita. Aunque Edward ya me había visto con una camisa cortita, que tenía un escote muy pronunciado, el día que vino a mi casa. Al recordar eso un rojo intenso cubrió mis mejillas, era la segunda vez que me sucedía esto, de verdad debía estar muy enferma. Suspiré agarrando el suéter que me había dejado ese día, olía tan bien… tenía su aroma delicioso y varonil en el. 
Sonreí al pensar que había sido la primera persona a la que se lo había confiado, digo, lo de su madre. Me sentí realmente especial, al pensar en eso. Pero a la vez, un sentimiento de tristeza invadió mi corazón, al recordar sus ojitos empapados en lágrimas. 

Dejé el suéter sobre mi cama y salí, me monte a mi auto y me dirigí a la escuela. Después de todo, el tener auto no había solucionado el que tuviera que caminar algunas cuadras, ya que, había decidido dejar mi auto un poco antes de llegar a la escuela, aproximadamente dos cuadras. La idea era no llamar la atención, con un auto así ¿Quién no llamaría la atención? Bueno, esa era la razón que intentaba meterme en la cabeza. Pero no, la verdadera razón, aunque yo no quisiera aceptarla, era que no quería que Edward me llegara a ver con ese auto como Moon, porque quería que lo conociera como Swan. No quería mentirle más, el sentimiento de culpa me invadía a cada rato. 

Llegué a la escuela y busqué a las chicas, ellas eran muy agradables, me sentía bien a su lado. Aparte, seguro tendrían mucho que contarme. 
Los cotilleos de pasillo eran los mismos que ayer, “Mike desapareció tres noches y apareció” “Nadie está seguro aquí” 

Suspiré, no podía dejar que nadie más estuviera en peligro, debía concentrarme en la misión, pero eso era muy difícil, teniendo a Edward cerca. Hablando de Edward, ahí estaba, rodeado de chicas, con Jasper, ellos no les prestaban mucha atención, pero ellas suspiraban encantadas con ellos. Siempre sucedía algo así, también era así con Emmett. 

Edward apenas me vio, dispersó a las chicas y se acercó a mí. Muchas me veían con rabia, pero no les presté atención. Pero… ¿Qué hacía Edward acercándose a mí? Después de todo, era Elizabeth Moon. 

— Hola. – Me dijo sonriente y yo respondí su sonrisa. – Sólo quería recordarte que mañana debes venir a mi casa, ya que debemos terminar el trabajo. – Claro mañana era miércoles, debía ir a su casa… ¡Conocería la casa de Cullen! Pero… Lo haría como Moon y no como yo, ese era el lado malo. 

— Oh, cierto, se me había olvidado. Ahí estaré. 

— Si quieres te puedes venir conmigo luego de clases. Almorzamos algo y estudiamos, ¿Te parece?

— Em… Si, perfecto. 

Ambos volteamos al escuchar un gritito, sonreímos juntos al ver esa escena. Era Rosalie, que tenía un ramo de rosas en las manos y Emmett sonreía, mientras ella le daba pequeños besos. 

— ¡Emmett! Estas flores son hermosas, te amo. – Exclamó contenta Rose. Estaban a pocos pasos de nosotros. 

— ¡Feliz tres meses! – Dijo feliz Emmett abrazándola. 

— ¡Ayy! Que romántico. – Chilló divertida Alice, quien venía de la mano de Jasper. 

— Si te gustan las flores, puedo comprarte muchas. – Le dijo Jasper a Alice y ésta se sonrojó. Él la abrazó y ella escondió la cabeza en su pecho para ocultar el sonrojo. 

— Y ustedes, ¿Se están matando? – Preguntó Rose, viéndonos. 

— No… Nosotros, bueno, ya no nos odiamos. – Dijo Edward

— Si, ya aprendimos a llevarnos mejor.

— ¿Ya son amigos? – Preguntó Emmett. 

— ¿Amigos? Pues… No sé, yo creo que sí, ¿No Moon?

— Em… Sí… Amigos. – Titubeé y sonreí. 

Poco a poco, sin darme cuenta, estaba ganándome un lugar en esta escuela. Ya tenía amigas, amigos y un amigo en especial, Edward. No sé muy bien cómo trabaja esto de la amistad, pero sé que se siente muy bien sentir que eres parte de algo, bueno, lo era Moon, no yo. Pero… ¿Qué decía? Moon sólo era una apariencia, detrás de esos anteojos y esa peluca, estaba yo. Mis sentimientos, mi personalidad, yo, ¡Yo tenía amigos! Los tenía. Quizás no debía, después de todo, la misión me lo impedía, pero al diablo con la misión, me sentía bien, en serio bien. 

Miré a Edward, él me miraba a mí, nuestras miradas se conectaron, de nuevo. Me agradaba poder saber que él era mi amigo, pero… ¿Por qué sentía un pequeño vacío? Bah, sonreí de nuevo y sonó el timbre, entramos a clases.
El día paso normal, al salir de la escuela me cambié en el auto y fui Isabella Swan (para edward Elizabeth Swan) . De ahí partí a casa de Clarisa, ella me dio la lista que ya había encontrado y yo me fui a mi casa, satisfecha con tener la lista. 

La iba a empezar, cuando vi mi celular,Edward no me había llamado y eso me hizo sentir extraña, como… ¿Triste? 
Whatever, de nuevo intenté leer la lista, cuando mi celular vibró. Sentí nerviosismo, quería que fuera Edward, de verdad lo quería, parecía una niña con un nuevo juguete nuevo al agarrar mi celular desesperadamente. Reí por lo bajo al comportarme tan tontamente y vi quien llamaba, no era Edward.
Suspiré y contesté.

— Diga.

—Isabella Swan, la llamamos de la sede, le informamos que, como usted no los pidió, buscamos la información del hospital de Mike. Y sí, tiene una cantidad extra de pastillas Fenobarbital, también se puede encontrar un poco de marihuana, efectivamente no recuerda nada de ese día. Apartando eso, la víctima sufrió de abuso sexual. Eso es todo, señorita, hasta luego. – Se despidió de mí, ¿Esto es en serio? ¿Abuso sexual? No puede ser, la persona que hace estas cosas, definitivamente, no conoce límites. 
Bufé, de nuevo, me sentía incompetente. Pensé que esta misión sería fácil, pero mientras más me concentro en Edward, más me distraigo de la misión. Era como una distracción. Una peligrosa distracción. Edward era mi peligrosa y perfecta distracción.

Hoooooooooooooooooooola otro capitulo espero que les aya gustado las amo dejen sus comentariooooooooos