Crepúsculo del Amanecer

Autor: mili
Género: Romance
Fecha Creación: 09/02/2011
Fecha Actualización: 18/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 10
Comentarios: 40
Visitas: 121191
Capítulos: 45

FIC TERMINADO

¿Puede uno darse cuenta de que nuestras decisiones tienen un por qué y una consecuencia? Siempre nos dejamos llevar por los impulsos, pero hay veces que eso lastima a quien más amamos, cuando eso pasa... que hacemos?

recomendado por LunaNuevaMeyer : 4puntos :D

Si se quieren pasar, les dejo el link de mi otro fic :D

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1766&id_capitulo=18

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 5: Pasta Lovers

Edward me miro de arriba abajo sin disimulo, yo me sonroje y me quede viendo que se había puesto la camisa de un blanco claro que se la regale para su cumpleaños, a pesar de que ya no cumplía años desde hace un siglo, sus pantalones color ocre eran sus favoritos, lucia casual, perfecto.

-esta usted resplandeciente señorita Swan- comentó orgulloso mientras me tomaba del brazo y nos encaminábamos a quien Dios sabe donde.

-y tu estas perfecto como siempre, Cullen.- le dirigí una mirada hasta que fui incapaz de pensar perdiéndome en sus ojos.- ¿otra de tus sorpresas?

-pensé ahorrarme un disgusto tuyo y darle uno a Alice, así que te diré a donde vamos desde un comienzo- me guiñó un ojo esperando mi respuesta, pero luego siguió- mmm… como te conozco bastante bien, iremos a un restaurante cinco estrellas para una cena romántica a la luz de las velas, todo costoso.

Examinó mi rostro, ahora un poco bastante confundido, yo no era así, Edward lo sabia. El hecho de que él fuera casi rico, si es que no lo era, a mi no me importaba en lo mas mínimo, yo lo quería a él, no a su dinero.

-no es cierto, Edward yo…- comencé nerviosa, tal vez le di una impresión equivocada sobre mi- no es necesario que vallamos a ese tipo de lugares, podemos quedarnos acá, no tienes por qué gastar tu dinero. No, no en mí.

-¡Bella! Por favor, era una broma- inquirió un poco asustado viendo que de mi cara no se iba el asombro de semejante idea- se que aborreces esas costumbres tanto como yo, ya, relájate amor.

-entonces….-paso su mano por mi mejilla y quede como tonta.

-iremos a pasear por la cuidad, pero primero vamos a comer a algún lado- sin darme cuenta ya me llevaba de la mano hacia el taxi que pidió que nos condujera al centro.

-podíamos ir caminando, Edward- le recrimine- además… tu no comes… alimento de humanos…

-Bella- miró de reojo al taxista para que no nos escuchara, solo al ver que seguía con su camino y con los ojos fijos en la carretera, siguió- por poco nos descubre este buen hombre- lo volvió a mirar- habla italiano, sino hubiese entendido que no se, capaz, me alimento de personas- actuó un poco- ten mas cuidado amor mío.

-perdón-susurre mientras me acomodaba en su tierno abrazo en el asiento trasero, no se que mas le dijo Edward al conductor pero éste nos sonrió.

Desde allí se podía apreciar la hermosa vista que ofrecía Verona a nuestros ojos

De golpe, Edward me estrechó mas contra su pecho, y yo vacilé, perdí el aliento y no se me ocurría otra cosa más que imitarlo. Me puse a jugar con los botones de su camisa sin levantar la vista ya que estaba segura de que mi cara estaba de un rojo pasión innegable y la persona que estaba a mi lado no dejaba de hacerme caricias.

-bella…- comenzó

Tardé un segundo pero me recobre.

-…llegamos-continuó ahora con la mente en frío.

Me sorprendió, era un lugar simple, bonito que se llamaba "la bouna pasta". Me recordaba a la película de La dama y el vagabundo.

-¿La bouna pasta?-pregunte

-no- negó con la cabeza en tono divertido-es solo un cartel de bienvenida, se llama "Pasta Lovers".

-mmm… lindo nombre… amantes-guiñe un ojo-pero que sea una comida rápida, quiero pasar mas tiempo contigo (me envolví en sus brazos y trabe mis dedos en su cuello).

Carraspeó entrecortadamente y me soltó dudándolo por un segundo.

Comimos espaguetis, eran riquísimos. Edward me llevó afuera para que no vea cuanto se había gastado en la comida. Y me dio una ternura ver a un niñito de no mas de ocho años recostado contra la pared del restaurante.

Me miro y luego, con paso decidido, vino hacia mi, y me entrego una rosa roja con una dedicatoria.

"Mi Bella, la rosa mas Bella… por los momentos que me haces pasar. Por darle sentido a la vida en la eternidad. Y por, espero… llegar a ser inmortal junto a mi amada, mi amor.

Tuyo por siempre. Edward Cullen"

No me dio tiempo de agradecerle ya que se fue riendo el niñito y saludo en dirección a la puerta, volteé y vi a Edward. Me besó lentamente y casi se me cae la rosa, me distraje. Tal vez… la noche seria diferente. Esta noche.

-¿quieres ir a conocer La Pared de Julieta?-pregunto sin despegarse de mi, fue un susurro en el cuello y su respiración me hizo cosquillas.

-esta bien, siempre quise ir. ¿Cómo sabias?

-Alice…-dijo de manera exagerada-por cierto… mira hacia allá- dirigí mi mirada enfrente y no vi nada, pero senti algo en mi mano izquierda. Todavía no me habia soltado, dejó de sostenerme con sus brazos en la cintura y ahora me tomaba de la mano.

Algo se deslizo por mi dedo anular izquierdo. Algo frío y duro al tacto.

Volvi mi rostro al de mi vampiro amado, me habia puesto un anillo.

-te amo- susurró

-yo también.

Y me beso como nunca lo hizo. Sin importar el lugar, las horas, nada. Fue eterno.


 

Capítulo 4: Me conformo con ser tu Edward Capítulo 6: La leyenda sigue

 
14442192 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10759 usuarios