Crepúsculo del Amanecer

Autor: mili
Género: Romance
Fecha Creación: 09/02/2011
Fecha Actualización: 18/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 10
Comentarios: 40
Visitas: 121203
Capítulos: 45

FIC TERMINADO

¿Puede uno darse cuenta de que nuestras decisiones tienen un por qué y una consecuencia? Siempre nos dejamos llevar por los impulsos, pero hay veces que eso lastima a quien más amamos, cuando eso pasa... que hacemos?

recomendado por LunaNuevaMeyer : 4puntos :D

Si se quieren pasar, les dejo el link de mi otro fic :D

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1766&id_capitulo=18

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 23: ¿Ansias de... Deseo o de sangre?

sex on fire (Kings of Lion)


No se que se traía entre manos Edward, pero decidí seguirle el juego porque lo veía realmente triste, que el me diga que soy humana y que no puedo ver perfectamente como los de su especie es verdad pero de que leo su rostro o sus ojos café dorados… que no me lo niegue, el cambio era radical, primero sus pupilas brillaban ambarinas fluidas como olas en el mar y ahora parecían congeladas en el color, heladas como el contacto de su piel.

¡Qué bronca ser muda mental!

-¿Amor que tienes?

Alzó su rostro apoyándose en las almohadas del sofá.

No contestaba, excusándose con besos en mi cuello.

-Edward, enserio.

Dulcificó su rostro y tarareó la nana. Mi nana.

-Estoy bien cariño. Sólo que estoy algo cansado…

-¿Cansado? ¿Los vampiros se cansan?

Su mirada se heló nuevamente. Creo que dije demasiado. “Bella cierra tu boca que solo metes la pata”.

-Amor, sabes…. Quiero….

No necesité decir más. Fui y vino como un cometa.

-Mira, americana con cereza, y chocolate…

Hice todo para levantarle el ánimo, abría la boca para que me dé de comer.

La película me estaba aburriendo, pero decidí sacarle provecho a la situación.

-Edward…. Apapáchame.

Por fin dejó escapar unas risas tras otras, sinceras, relampagueando sus dientes perfectos, blanco nieve.

-¿Qué?-inquirí.

-¿Apapáchame?

Señalé la pantalla plana frente a nosotros.

-Oh, ya. Creo que te hace efecto ver “Sherk” a estas horas.

Me retorcí para besarlo, es que sus labios estaban a pocos centímetros de los míos y era mala educación y casi un pecado no sentir deseo de querer aplastarlos y fundirlos respirando su perfume.

-¿Cómo fue que terminamos viendo “Sherk”?

-Mmm…-ya se le había ido su humor melancólico-depresivo-no tengo idea, supongo que fue porque ya queremos que llegue nuestro bebé... Nuestra Renesmee.

-nuestro Edward…

-Renesmee

-Edward…

Dudó un momento.

-Collin

-Renesmee

-Ajá-no sé como hizo pero solo recuerdo que primero yo estaba debajo de él en nuestra cama, y ahora me sentó en su regazo y no dejaba de murmurar “Renesmee” contra mi cuello.-Dijiste Renesmee.

-Hiciste trampa, no es justo.

-Bella, amor, tú lo dijiste no yo.-comenzó con las cosquillas porque yo me hacía la enojada-ya… haber… Renesmee… parece que tu mami se enojo.

Se puso a  hablarle a mi panza, como siempre antes de que me duerma, y yo odiaba cuando el sueño podía más que yo venciéndome cerrando mis párpados.

-No Bella-dijo terminantemente.

-¿Por qué no? Por favor… Edward.

Se debatía entre el ángel y el demonio invisibles en cada lado de su mente.

-No Bella…

-Pero, por favor…

No dejaba de suspirar contra su barbilla, necesitaba ser de él.

-¿No quieres? Es eso.

Sus ojos se notaban preocupados y sedientos. Sus manos corrían por mi rostro acariciando las lágrimas amenazantes por salir.

-Bella…-su voz sonaba estrangulada-por supuesto que quiero, pero no podemos…

Decía eso pero ahora sus dedos glaciales se abrían paso a la cinta debajo de mi busto, lazo que sostenía armónico mi blusa de dormir.

-Si podemos… si tenemos cuidado…

Mi respiración cada vez se cortaba más, y se me dificultaba hablar fluidamente.

-¿Qué pasó?-Edward quedó quieto con sus manos en mis caderas-Bella… ¿Te lastimé?

Antes de que se quite de encima mío, me levanté un poco, acuné mi cara en su pecho escultural, frío pero que me hacía estremecer dejando descargas de fuego en toda mi piel.

-¿por qué dices eso amor?-pregunté con un hilo de voz.-Yo no dije nada… enserio.

-Es que ya estoy paranoico amor, esto esta mal…

Antes de que se siga carcomiendo su conciencia con cosas que no pasaron, busqué su boca y sellé con un beso algo que debía sucumbir…

Necesitaba cada parte de Edward, le rogaba que se estreche mas a mi, y con cuidado me complacía, una corriente de pasión y deseo se apoderaba de mi, queriendo mas y más. Mis mejillas como rosas mosquetas, dejaban ver mi timidez olvidada, guardada bajo siete llaves y tirada quien sabe donde, Edward era mío.

Abrí los ojos por curiosidad, y me encontré con sus ojos brillosos clavados en los míos, con una luz que nunca vi, éramos nuevos el uno al otro, cada vez sería distinta, su cuerpo entrelazado fuertemente con mi ser, podía probar su sabor con mis labios, la melodía perfecta… sus dedos jugando con cada parte de mi dejándome sin aliento, su boca saboreando todo lo que le era permitido y mas. No quería que esto se acabe jamás.

Edward lanzó un jadeo cuando mis manos se fundieron en sus cabellos cobrizos descendiendo por su cuello, sus hombros, su espalda baja… arqueó su espalda llegando a un nuevo punto desconocido que me hizo poner frenéticamente loca, mordiendo su labio inferior.

-No quiero que te apartes de mi jamás amor…

-Nunca…Bella-lo sentí, nos sentimos, él sosteniendo mi caderas con lujuria y yo aferrándome a su masculinidad perfecta.

-¿Estás…bien?-murmuró entre gemidos.

Asentí, incapaz de hablar, me mordí el labio cosa que lo excitó a mayores costas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bella descansaba sobre mi hombro, hermosa y perfecta, dibujaba con mis dedos caricias sobre su brazo enredado en mi torso, había sido todo tan inesperado que me sorprendió pero amaba realmente con todas mis células a Bella, mi Bella.

Le besé despacio para que no se despertara. Pero comenzó a moverse.

-¿Bella?

Se aferró a mi cuello, sus labios se entreabrieron pero no buscaban un beso…

“Oh Oh” Carlisle tenía razón.

Los labios de Bella se tensaron en una línea, dejando entrever sus dientes.

Un chasquido penetró mi piel, Bella estaba hambrienta, me mordió.

Me estremecí al contacto de sus filosos colmillos, mi piel era dura como mármol y ella la pudo perforar. ¿Se estaba transformando?

 No me sentí débil pero algo halaba de mi, Bella se alimentaba de mi ponzoña.

-Bella-intenté despertarla. Nada. Nada de nada.

-Bella-insistí.

Cayó sobre mis brazos, con un gesto en el rostro que asustaba. Pálida como nunca con los labios regordetes en rojo.

Corrí al baño después de taparla con las sábanas y ponerme mis pantalones, dos huequitos morados se abrían paso en mi cuello, cerca de la mandíbula.

Eso no fue lo que me llamó la atención sino que algo, no se qué, me atraía a la habitación, a donde estaba Bella, pero no era ella, algo diferente. Como intentando comunicarse, hacerse notar... Volví a su lado, acerqué mi rostro pero seguía incapaz de leerle sus pensamientos, no entendía nada hasta que... Deliberadamente mis manos fueron a parar al abdomen, y no estoy loco, unas manitas tibias se apoyaban desde el interior del útero de Bella, mis dedos recorrieron cerca del ombigo donde sentía mas fuerte el contacto. ¿Renesmee? ¿Collin?

 

Capítulo 22: ¿Team Suiza? Capítulo 24: Dieta Rubí

 
14442282 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10759 usuarios