Mi Existencia y El.

Autor: MichelleV
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 30/03/2010
Fecha Actualización: 21/10/2010
Finalizado: SI
Votos: 35
Comentarios: 103
Visitas: 83612
Capítulos: 30

FIC FINALIZADO!

Desearía que mi vida tuviera un nuevo significado, algo fuera de cotidiano, sencillamente que le diera color, aunque cualquier pincelada estaba recibida en el estado en el  que me encontraba. Mi vida  descrita a mi manera refleja entre las sombras apacibles del día y la noche como la más grande patética existencia que cualquier ser humano pudiese considerar. Digamos que represento una adolescente normal por cierto mi nombre es Isabella Swan, estudio y tengo unos padres y familia maravillosa, aparte a pesar de tener esa sensación de ser una persona no tan “amigable” contaba con grandiosos amigos.

Al juzgar por esto pareciera que no necesito nada mas, hasta que mis padres deciden mudarse a un pueblo nuevo, ese pueblo tenia la temible sensación de ser apreciada por un recuerdo mas sórdido que mi mente. ¿En qué momento yo hubiera podido soñar con un lugar así? No era de las personas que se emocionaban con los lugares nuevos, pero este nuevo lugar lo había presenciado, en algunos de mis sueños, donde conocería a alguien que de una forma u otra le daría un nuevo significado a mi vida, ese alguien está cerca y lo espero con mucha ansiedad, en mis sueños… Solo ansío que esta vez, ese ser sea real.

 Chic@s este es mi primer fic, a veces los dejo en Suspenso, no me odien.Gracias por todos sus Votos y Comentarios, todos son muy bien recibidos, los quiero!

Michu_26_7@hotmail.com

Ademas esta disponible en: www.potterfics.com/historias/54882 ; www.fanfiction.net/s/6216676/1/Mi_Existencia_y_El

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Capítulo 29: Enloquecidos por las hormonas +18

 

Habían transcurrido cuatro meses desde que comenzaron las clases, el movimiento de este nuevo año sería la búsqueda de un nivel superior, es decir, la carrera que estudiaras y ejercerás en un futuro, las fotos, el anuario y la graduación, bueno y también pasar todos los días del mundo junto a Edward.

 

Estos meses han sido tranquilos; Edward no tiene noticias de Victoria y su hogar, gracias a Dios no volvió a aparecer. A Jacob casi no lo veo, desde que es novio de Leah, cambió su manera de tratarme, no lo juzgo, nunca me sincere con él, jugué con sus sentimientos y lo utilice a mi conveniencia. Alice y Jasper, andan felices juntos, Rosalie y Emmet están igual, pareciera que un clima de armonía rodeaba la secundaria de Forks, estos meses estaba viviendo mi amor de una manera que me hacía sentir feliz y dichosa…

-       ¡Hey Bella! ¿En qué andas pensando?- Ben interrumpió mis pensamientos, haciéndome volver a la Tierra, solté una risita interior.

-       En la vida Ben, la vida. ¿Qué traes allí?- señalé justo en su bolso abultado.

-       Es ropa, los chicos y yo iremos este fin de semana a la Ciudad, tú sabes, cosas de hombres.- soltó una risa picarona.

-       Cosas de hombres, ¿Desde cuando ustedes salen sin Ángela y Jessica o sin mi? Andan tramando algo, lo sé, mi intuición me lo dice.

-       Sólo te diré algo Bella, la Secundaria ya termina, y con eso, se van ciertos planes que teníamos en mente desde que éramos unos adolescentes enloquecidos por las hormonas. Nos vemos luego, yo me bajo aquí.- Ben se despidió, por donde se quedo, iba para la casa de Mike. Todavía me quede pensando en la frase “enloquecidos por las hormonas”  ¿A qué se refería? Llame a Jessica para preguntarle qué harían el fin de semana, ya que Edward se había ido con su familia de paseo, este fin de semana sería largo y aburrido, todos tenían planes, excepto yo.

-       Hola Jess, ¿qué harás este fin de semana?- pregunté mientras me bajaba del autobús.

-       Bella, la Secundaria es una revolución completa, yo iré con el grupo de porristas de compras a Port Angeles, cosas de chicas…- esa frase ya me estaba empezando a molestar.

-       Está bien Jess, tú me dirás, he escuchado esa frase varias veces en un solo dia y la curiosidad esta matándome. ¿Qué tanto hacen todos en la Ciudad?- Tenía hambre y mi madre no estaba, tendría que cocinar, para mi sorpresa.

-       ¡Ay Bella! Me da pena decírtelo, es vergonzoso, pero… tendré sexo-  no la deje terminar.

-       ¿Sexo? ¿Pero cómo? Nunca te he conocido pretendiente ni nada. ¿O si?- Ya conocía la palabrita, el momento y el placer.

-       Si Bella, sexo, después te cuento como me fue, espero que todo salga como me lo imagino. Besos amiga.- Cortó la llamada emocionada.

Esta conversación con Jessica me estaba trayendo recuerdos buenos, de mi primera vez con mi vecino Jacob Black, lo cual hacía inusual mi situación, Edward y yo jamás habíamos intimidado… ¿Sería que había llegado la hora? No era fácil, Edward es diferente, no porque sea de una galaxia lejana sino que mis sentimientos hacia él, son tan penetrantes, que un día sin él, no era lo mismo. Hice la cena para todos, cenamos y estaba tan cansada que me acosté a dormir temprano, pero no podía de dar vueltas en mi cama, imaginándome a Edward desnudo y haciéndome el amor, mi corazón se acelero de solo pensarlo. Tenía que dejar de pensar en disparates, Edward no se atrevería aún a tocarme, eso creo yo, sin embargo después que tuvimos nuestros encuentros carnales por separado, él cambió un poco, me acorde de la otra noche de navidad que me dejo en mi casa y me tomo con fuerza de la cintura, me miró directo a los ojos y empezó a rozar con su lengua el lóbulo de mi oreja, respirándome cerquita, lentamente bajaba hacia mi cuello, me separaba y cuando ya me alejaba, me volvía a tomar con fuerza introduciendo su lengua en mi boca, haciéndome desearlo más, eso sí, sus manos en mi cintura, solo bajaban y subían por mi espalda, y yo esperando que me agarrara una nalga, lo único “fuerte” que logro hacer fue alzarme, de tal manera que roce su miembro erecto, pero él siempre estaba controlado y así terminaba todo, con un beso y hasta mañana. Lo cual hacia frustrante la situación pero no decepcionante, ya que pasar un rato con él, para mí era suficiente.

Me levante con ganas de no salir de mi casa, revise mi celular y tenía diez llamadas perdidas de Edward, le devolví la llamada.

-       Edward ¿qué pasó? Todo bien.- su llamada me estaba colocando nerviosa.

-       Me adelante, no llegaremos el domingo, por lo menos no yo. Llego esta tarde a Forks, te tengo una sorpresa.- sonaba muy entusiasmado.

-       ¿Una sorpresa? ¿De qué se trata?- me mordí el labio.

-       Confórmate con que es una sorpresa, solo te diré que te espero esta noche en mi casa a las 7:30 p.m. ¿Te parece?- se escuchaba camiones del otro lado de la línea.

-       Está bien. Sorpréndeme. No faltare. Besos amor.- Horas, son las que faltaban para verlo y en la noche, tenía que serenarme, a lo mejor cenaríamos. Contrólate Isabella Swan, no puedes sucumbir ante tanta tentación y menos leyéndote los pensamientos, no lo había pensado, Edward lee mis pensamientos con solo tocarme, siempre va a estar un paso adelante. Escogí un mini vestido negro que me regalo Alice en Navidad, sería la ocasión perfecta para usarlo, lo deje encima de mi cama, acompañe a mi madre a hacer unas compras, llegue por la tarde me bañe, me vestí y salí media hora tarde, las mujeres siempre debíamos llegar tarde, me decía Renee.

Al llegar a su casa, tenía un aroma jazmín, mi favorito, habían velas por toda la casa, y la mesa estaba servida, él estaba parado junto a la mesa, viéndome y yo también viendo lo hermoso que estaba.

-       Esta muy hermosa, Señorita Swan.- tomo un asiento y lo movió para que me sentara.

-       Usted también Señor Cullen. ¿Cocinaste? Esto es un logro.

-       Si, solo para los dos.- Alzo una copa de vino y brindamos por este año juntos, cenamos, estaba todo delicioso, después empezamos a conversar y cuando mire el reloj habían transcurrido dos horas y no parecía, cuando estaba con Edward el tiempo pasaba volando.

-       Edward, me voy. Es tarde.-Me levante de la silla y él me tomo del brazo.

-       No te vayas, bailemos, tenemos tiempo sin hacerlo.- me extendió su mano y yo no me negué, pero como hacerlo, el escenario ya estaba planteado, había una parte de mi que quería correr y otra quedarme allí, para ver qué pasaba.

Comenzamos a bailar, una balada, sus manos estaban en mi cintura, las mías en su cuello, yo mirando el reloj tratando de no pensar y el, haciendo eso que me volvía loca, respirarme cerca del oído, mi mente seguía en blanco, entonces se separo y me miro a los ojos, me beso lento comiendo las comisuras de mis labios, yo me retire y lo mire.

-       Edward, estás seguro…- su dedo se dirigió a mi boca.

-       Si, lo estoy. Te amo, y quiero que esta noche nos entreguemos a esta llama que me está quemando.

Siguió besándome, pero el ritmo aumentaba, mis manos temblorosas y resbaladizas acariciaban su cabello castaño oscuro, con su lengua, exploraba mi boca y cuello, la tensión crecía, y él estaba tomándose el asunto con mucha delicadeza, me llevo caminando hacia su habitación, lleno de rosas azules, este hombre me había estudiado por completo. Sus manos se desplazaron hacia abajo, posando una de ellas en mi nalga derecha, mis manos se movían sin dirección, con su mano izquierda, elevo mi pierna hasta la altura de sus caderas, juntándose más hacia mi cuerpo, yo me separe e intente quitar los botones de su camisa, él me aparto y me volvió a besar, bajando el cierre de mi vestido, hasta que llego hasta mi cintura, quito el sostén y mi pecho desnudo quedo junto a su torso semi vestido. Me tumbo sobre la cama y empezó a lamer mis pezones mientras su mano estaba en mi pierna, Edward sabia como mover sus manos, tanto así que no me dejaba hacer nada, se quito la camisa y pude apreciar su torso por primera vez, era perfecto, lo acaricie, el sonrió y siguió besándome, me quite los tacones y el termino de bajar mi vestido, me arrodille y quite su correa, quería deshacerme de su pantalón, él me ayudo y se deshizo de esa barrera, me dejo besar su torso desnudo y cuando baje la mirada, su miembro estaba erecto, me tumbo sobre la cama, besándome lentamente como el principio.

-       Edward deja de jugar, hazme tuya de una vez.- dije gimiendo, mi respiración estaba acelerada.

-       No juego, me encantas, pero esta vez, quiero hacerlo a mi manera.- Bajo con desespero por mi vientre, apretando con fuerza mi muslo, se deshizo de mi ropa interior, alzo la mirada e introdujo dos dedos dentro de mi cavidad haciéndome gritar de placer, y no se detuvo sino que siguió moviéndolos dentro de mí, seguía gimiendo, y él también gemía de verme contraer mi cuerpo. Se quito el bóxer y pude apreciar su miembro desesperado por entrar en mi, saco los dedos, yo estaba muy mojada, saco un condón de su pantalón, se lo colocó y empezó a penetrarme lento, con la punta, me hizo un gesto si todo estaba bien y yo asentí, hasta que ya estaba adentro de mi, moviéndose lento y profundo, eleve mis piernas en su hombro par así estar mas cómoda, pero él me giro y quedo  abajo y yo arriba, la que iba a tomar el control era yo, me empecé a moverme lento y rápido.

-       Be.. lla- gritaba Edward, yo no aguante más y caí sobe su torso, llena de placer. Este hombre era un Dios con sus manos y cuerpo, tener esa vista panorámica de su rostro viéndome como me movía me excitaba más, hasta que el clímax llegó para los dos, yo no paraba de besarlo y el halaba mi cabello de manera desesperante.

-       Bella, eres la mejor mujer que he conocido, amarte como lo hice hoy… llegue al cielo con tus besos, tu cuerpo, tu respiración, yo no tengo palabras para definir lo que acaba de suceder. Te amo demasiado y no veo mi futuro con otra mujer que no seas tú.- Estábamos abrazados, tomó una rosa y la pasaba por mi espalda.

-       Después de tantos errores, en el fondo, tú eres mi destino, el hombre que siempre voy a amar. Mientras más te sueño, mas te alcanzo, eres mi realidad anhelada Edward Cullen, contigo quiero todo: la casa, los niños, el perrito, en fin todo.- sentía un cosquilleo extraño, una sensación de sentirme amada. Esta sensación es indefinible, es una mezcla de cuando lo viste por primera vez y tu estomago se llenó de mariposas, y el efecto de no tenerlo, entonces a angustia crece y mientras más días pasas sin él, el reencuentro es la gloria.

Salimos de su casa, rumbo a mi hogar, ya era muy tarde, este mes sería de fotos y de anuarios, el siguiente de presentar pruebas y llenar solicitudes para ir a la Universidad, íbamos de la mano por el pueblo, como un par de niños enamorados, yo sólo esperaba que Charlie o Renee no estuvieran despiertos esperándome, estábamos en la puerta de mi casa, besándonos apasionadamente, evocando ese beso navideño, hasta que sonó su celular.

-       Si, Aló, Alice estoy con Bella, llámame después.- le decía Edward a Alice mientras me besaba. Yo podía escuchar del otro lado, había interferencia.

-       Edward, lamento desilusionarte, pero no es Alice, es Victoria, estoy en el Aeropuerto, voy camino a Forks, y tengo noticias para todos.- El rostro de Edward de ese rosado en sus mejillas, paso a un pálido, yo me retire y lo observe nervioso y le colgó sin intercambiar palabras con ella. La felicidad había durado poco.

-       Edward. ¿qué sucede? ¿Por qué Victoria regreso a Forks?- estaba tan asustada de que esa arpía loa arruinara todo.

-       No lo se Bella, estoy tan sorprendido como tú. Pero esa llamada me asusta, si Victoria regreso, esto no es nada bueno.- Me abrazo, para que no sintiera miedo, por primera vez Edward le tenía pánico a una situación, faltaban semanas para saber si el rumbo de esta historia cambiaria.


 

 Chicas aqui les dejo el prometido lemmon, disculpen las tradanzas, y gracias por la paciencia. Espero sus votos y comentarios sobre este capítulo. La historia está por terminar. ¿Que vendrá a decir Victoria? ¿Bella quedará sola? Las respuestas en el siguiente capi. Chau, Besos!

 Michu_26_7@hotmail.com

Capítulo 28: Sueños hechos realidad. Capítulo 30: Un Final Inesperado...

 
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