Aunque Calle mi Voz...

Autor: princesavespa
Género: Romance
Fecha Creación: 01/06/2015
Fecha Actualización: 10/06/2015
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 4
Visitas: 7065
Capítulos: 5

Bella era una chica normal hasta que su hermana abandona a su esposo e hijo y ella toma la responsabilidad de cuidar de ellos, cambiando su vida radicalmente. Edward, al verse abandonado por su esposa, se siente perdido. Pero la ayuda invaluable e inesperada de su cuñada hará que resurja cosas que creía perdidas para siempre. ¿Podrán encontrar las palabras, aun en el silencio?


Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephanie Meyer, yo solo los utilizo para contar historias que suceden en mi mente.

 

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Capítulo 4: Capítulo 4

Muchas gracias por sus comentarios y por leer el fic.

Espero que les este gustando.

 


 

-¿Qué tan aburrida estas?- le pregunto Jasper a Bella al verla sentada en uno de los sillones, jugando al solitario con su celular.

-Muy-. Respondió mirando a su amigo quien se sentó a su lado-. ¿Puedo irme ya?- le pregunto suplicante.

-Sabes que no es a mí a quien debes preguntarle eso-. Le sonrió-. Oye, dale una oportunidad a la fiesta-. Bella sabía que tanto él como Emmett hacían su mejor esfuerzo al estar ahí. Ninguno de los dos muchachos era precisamente dado a las fiestas, pero sus respectivas parejas sí, por lo que soportaban estoicamente las demandas de sus mujeres.

-Le di una oportunidad a la fiesta- reconoció la chica- pero es demasiado tediosa.

- Sabes que Alice tiene un plan para ti esta noche.

Bella le sonrió cansada.

-Lo sé. Siempre sé lo que tu novia tiene planeado- admitió- es solo que no tengo ganas de conocer a nadie… No sé porque no lo puede entender.

-Porque ella es así, Bells.- la tomo del brazo-. Ambas son así-. Dijo incluyendo a Rose-. Ellas son felices y quieren que tú también lo seas.

-Pero yo soy feliz, Jazz.- insistió-. Realmente lo soy. Tengo un buen empleo, mi casa, mis amigos y un hermoso sobrino al que amo con toda mi vida, no necesito nada más para ser feliz.

-¿Estas segura?- Jasper era especialista en detectar en los demás lo que otros no podían. – Vamos, sabes que no me puedes ocultar la verdad.

Bella suspiro.

-Entiendo que todo el mundo piense que soy patética, Jasper-. Lo miro enojada-. Pero eso no significa que  en realidad lo sea.

-Nadie piensa que seas patética, Bells…

-Sí, tu novia lo piensa, y Rose lo piensa y creo que en el fondo hasta mi familia lo piensa, pero no me importa.- se puso de pie-. Estoy satisfecha con mi vida y con mis elecciones y si los demás no lo están, pues… es su problema no el mío.- miro hacia un costado hasta divisar a Alice-. Lo siento, Jazz.- le dio un abrazo a su amigo-. Iré a despedirme de las chicas y Emmett.

Jasper se paró a su lado.

-No quería hacer que te enfadaras.

-No es tu culpa, simplemente estoy cansada y no tengo ganas de estar aquí.- Si se apuraba, tal podría llegar a ver la película con Edward y Nate. La realidad era que ese plan le había fascinado.

-Tampoco creo que seas patética-. Agrego-. Lo que haces por Edward y Nate es asombroso y nadie que te conozca puede pensar algo malo de ti-. Le sonrió-. Pero también deberías pensar en tus necesidades.

-Lo hago, creéme-. Esbozo una sonrisa cálida-. Gracias por todo, Jazz.

-Cuando quieras.

Sin decir nada más, se acercó al vestidor para buscar sus cosas y de ahí busco a sus amigas.

-Me voy-. Anuncio sin mayor rodeo-. Estoy aburrida.

Alice, quien se encontraba hablando con Rose y con otras mujeres, esposas de los asociados de la firma, miro a su amiga como si le hubiera hablado en japonés.

-¿De que estas hablando?- le pregunto asombrada mientras la alejaba de los demás-. Llegamos hace menos de una hora, no te puedes ir.

-Puedo y lo haré-. Respondió enfadándose-. Mira Alice, acepté venir solo porque no  me dejaron otra opción, pero la realidad es que me apetece tanto estar aquí como ir a depilarme con cera caliente.- Alice sonrió por la comparación-. Por favor, Al…

-Pero es que…- Rose interrumpió a Alice.

-¡Jake!- saludo al hombre que aparecía detrás de Al-. ¡Pensamos que no vendrías!

-¿Y perderme de la mejor fiesta del mundo?- contesto el interpelado- Alice dijo que sería el evento del año, no me lo podía perder. Bella, que estaba de espaldas al muchacho, giro para verlo. Cuando lo hizo quedo impactada.“Jake” como lo llamo su amiga, era un pedazo de hombre de alrededor de un metro noventa, vestido con un traje completamente negro, incluida la camisa y la corbata, francamente enorme y buen mozo. Su tono de piel morena contrastaba con lo blanco de sus dientes que decoraban una sonrisa franca. Se había quedado muda.- ¿Qué tal estas, peque?- le dijo a Alice quien le sonrió y le dio un breve abrazo.

-Llegas tarde-. Le reprocho bromeando.

-Lo siento-. Se disculpo.- Tuve que terminar unos contratos y me retrase.- se percato de la presencia de Bella, quien no dejaba de observar al hombre. -Buenas noches-. Saludo tendiéndole la mano a Bella-. Jacob Black.

-Encantada-. Respondió Bella recuperando la compostura-. Isabella Swan-. “¿Isabella?” se reprendió mentalmente. Ella jamás se presentaba así-. Bella, en realidad.

-Allie, creo que nos estaban buscando los muchachos-. Dijo Rose tomando del brazo a su amiga-. Los veremos luego-. Les sonrío encantadoramente y arrastro a Alice en busca de sus parejas.

-Que disimuladas.- susurro Bella enfadada. Evidentemente habían estado retrasándola para presentarle a Jacob.

-Así que eres la famosa Bella-. Dijo sin soltarla.

-¿Famosa?- la chica abrió grande los ojos-. ¿Tengo que asustarme?- le pregunto acercándose e intentando hacer una broma. Cada vez que estaba nerviosa, bromeaba. Era una excelente conducta defensiva ante el ridículo inminente.

-No realmente.- le respondió también en voz baja-. Creo que piensan que soy un gran partido para ti-. Bromeo a su vez Jake.

Bella lo soltó con delicadeza y se alejo un poco y le sonrió al no saber que más decir.

Internamente estaba planeando un homicidio doble. Quizás si estaba en la cárcel de por vida, nadie la volvería a fastidiar.

-Según ellas, todo el mundo es un gran partido para mí, no deberías sentirte muy especial.- Bella miro su reloj. No llegaría para cenar con Nate y Edward, pero podría llevarles helado.

-¿Te ibas?- le pregunto entrecerrando los ojos. Sus pupilas eran de un marrón tan intenso que parecían negras.

-Si…- suspiro-. Estoy muy cansada y en realidad, esta fiesta me parece algo aburrida.

-¿Te aburren los abogados?- le pregunto.

-Me aburre tener que estar en un lugar donde no tengo ganas de estar-. Admitió-. Los abogados en general me caen bien-. Contesto pensando en sus amigos.

-Mejor así-. Respondió haciendo que limpiaba sudor de su frente-. Creí que nuestra grandiosa amistad terminaría antes de empezar.

-Tienes demasiada confianza en ti mismo-. Le remarco Bella-. ¿Te lo dijeron alguna vez?

-Unas treinta o cuarenta… creo que después de la décima dejas de contar.

Bella rio por el comentario de Jacob.

-Oye, no quiero sonar desagradable, pero de verdad me voy a ir.

-Y yo no te voy a retener.- le respondió amablemente-. Me alegra haberte conocido, dejando las bromas de lado, tanto Alice como Rose han hablado maravillas sobre ti.- se acercó para hablarle al oído-. Debo admitir que solo vine para conocerte. Me intrigaba conocer a la más maravillosa mujer que existe.

-Alice te dijo eso ¿verdad?- Jacob río con ganas.- Siento desilusionarte, pero no soy más que una mujer agotada, con muchas ganas de cambiar este vestido entallado por unos cómodos pijamas.

-Yo quisiera estar descalzo-. Dijo señalándose los pies-. Estos zapatos me están matando.

-Ese es un comentario demasiado femenino-. Remarco Bella sonriendo.

-Lo sé. Estoy profundamente conectado con ese lado mío-. Respondió seriamente logrando que Bella riera de nuevo-. Te propongo algo-. Dijo mirándola divertido-. ¿Por qué no nos sentamos un rato así puedo descansar mis pies? Si durante todo ese tiempo no logro hacer que esta fiesta tediosa sea algo divertida, te prometo que yo mismo te llevaré a tu casa.- Bella frunció en ceño mientras tomaba aire para negarse-.Te pido media hora de tu tiempo-. Insistió Jake.

“Bien, no llevaré helado, pero podré llegar a ver a Nate antes de que se duerma” pensó mientras se debatía. En realidad Jake le había caído bien. Si, era guapo, pero sobre todo era bastante divertido.

-Media hora.- le concedió Bella.

-No te pido más-. Le tendió el brazo para que Bella lo tomara.- Al fin y al cabo vine solo por ti…- dijo en tono bromista.

-Lo sé, soy maravillosa y lo valgo.

-Y el que tenía un problema de demasiada confianza era yo…

Y riendo, ambos se dirigieron al sillón donde Bella había estado sentada minutos antes.

 

 

 

 

Eran cerca de las nueve de la mañana cuando Edward sintió que Nate se levantaba.

El niño apareció en la sala, refregándose los ojitos por el sueño. Sus rizos estaban despeinados, sus mejillas enrojecidas y bostezaba.

Ese era el momento favorito de Edward. Sabía que en algún tiempo ese pequeño niño crecería y se convertiría en un hombre, pero el siempre iba a pensar en él como esa tierna criatura que caminaba hacia él, medio dormido, para que su padre lo alzara y lo mimara.

-¡Buenos días, campeón!- dejo de preparar el desayuno para ambos y se acerco al niño-. ¿Cómo has dormido, Nate?

-Buen día, papá.- le respondió con su perfecta pronunciación-. Soñé muchas cosas.- puso sus bracitos alrededor de su padre-. ¿Vino la tía?

Nate sabía que todos los sábados a la mañana, Bella iba a quedarse con él hasta la primera hora de la tarde, cuando su padre volvía de la tienda.

-Creo que la tía no vendrá esta mañana, hijo-. Le respondió intentando sonreír.

-¿Por qué?

-¿Qué te parece si tomas tu desayuno y luego vamos a la tienda?- le pregunto intentando desviar el tema. En realidad no sabía nada de Bella, lo cual era bastante extraño ya que para esa hora, ella siempre estaba allí. Intuía que seguramente se hubiese acostado muy tarde, lo que significaba que el plan de su hermana había tenido éxito.- Creo que te gustara probar la nueva batería que llego ayer.

-¡Si!- grito con felicidad el niño.

Que fácil era cambiar el tema con ellos.

Los hombres de la casa desayunaron hablando de diversas cosas. Algo admirable en Nate era que, al estar siempre rodeado de adultos, para sus cuatro años hablaba muy claro y de variados temas.

Siempre tenía algo nuevo que contarle a su padre y Edward aprovechaba cada instante que podía estar solo con él y le prestaba toda la atención.

Una vez que todo estuvo listo y ellos abrigados para salir, Bella entro corriendo a la casa.

-¡Lo siento!- fue lo primero que dijo al verlos a ambos parados y listos para irse-. ¡Me quede dormida!

-¡Tía!- grito el niño quien corrió hacia los brazos de Bella.

-No tienes de qué disculparte, Bells-. Le contesto Edward tiernamente.

-No, si tengo que…- alzo a Nate y le dio varios besos en las mejillas-. Hacía mucho que no me iba a dormir tan tarde…- admitió algo avergonzada.

-Puedo decir, sin temor a equivocarme, que la fiesta no fue tan tediosa como creías…

-¡Oh, si lo fue!- le contesto seriamente-. Pero digamos que luego de un rato… mejoró.- un color rosado invadió sus mejillas.

Edward le sonrió y se acerco a ella.

-Con Nate estábamos saliendo para la tienda. Hay algunas cosas que me gustaría mostrarle- explico- ¿Por qué no vuelves a casa y descansas?- le sugirió.- Nate estará conmigo y pasaremos un gran día ¿no es cierto, campeón?

-Sí, papi-. Respondió y luego miro a su tía-. ¿Vendrás más tarde?

-¿Seguro?- le pregunto algo dudosa. La realidad era que estaba muy cansada y había querido seguir durmiendo un rato más.

-Seguro.- afirmo Edward.- Vamos, Nate.- dijo tendiéndole los brazos a su hijo para que fuera con él. El niño respondió inmediatamente.

-Por supuesto que iré más tarde.- le aseguro Bella-. Gracias, Ed.- dijo mientas abrazaba a su cuñado-. Iré con el almuerzo para los tres.

-De acuerdo-. Contesto el hombre-. Es tarde, nos vemos luego-. Y sin decir más, salió con su hijo en brazos.

No quería darle demasiadas vueltas a la situación, pero conocía a su cuñada. Sabía que la noche anterior, algo había sucedido.

Lo peor era que una parte de él quería saber qué había pasado, pero otra muy grande, no.

 

 

La mañana pasó sin mayores sobresaltos.

Nate se entretuvo tocando la batería durante un rato largo, hasta que Edward, por amor a sus oídos, decidió que sería bueno que dibujara.

Si bien los sábados no solían tener mucha gente, ese en particular, fue bastante concurrido.

Para cuando llego Bella, Edward estaba guardando una guitarra eléctrica en un estuche para dárselo a Mike Newton quien estaba absolutamente feliz con su nueva adquisición.

-Cuando toquen por primera vez con la banda, no olvides invitarme-. Le pidió Edward haciendo que el chico sonriera aún más.

-Será uno de los primeros en enterarse, señor C.- le dijo contento mientras tomaba el estuche que Edward le daba.- Y ya sabe, si quiere que Nate tome clases de batería, Ben es uno de los mejores.

-Lo tendré en cuenta.

Mike saludo a Bella con la mano mientras ella entraba con varios paquetes.

-¡Llego la caballería!- dijo sonriente.

-Genial, muero de hambre.- acoto Edward-. ¡Nate!- llamó a su hijo- La tía esta aquí…

Los pasos de Nate se resonaron en el interior de la tienda.

-¡Mi precioso niño!- lo saludo Bella mientras lo alzaba.

-Toque la batería muy bien ¿Cierto, papi?

-Tocaste la batería durante mucho tiempo, cariño-. Contesto Edward con una expresión que hizo reír a Bella.- ¿Comemos?

Mientras Edward cerraba, Bella y Nate fueron al interior de la tienda, donde había una pequeña cocina con una mesa y prepararon todo para comer.

-¿Comida china?- pregunto Edward sentándose a la mesa. Por lo general, Bella les llevaba cosas sanas.

-A Nate le gusta el pollo frito.- contesto levantando los hombros.

Almorzaron entre risas y ocurrencias del pequeño.

Para cuando los adultos terminaron de comer, Nate se había quedado dormido en la mesa.

-No esta acostumbrado a levantarse temprano.- dijo Edward mirando a su hijo.

-Si lo esta.- lo corrigió Bella-. Creo que lo que lo canso fue tocar tan bien la batería ¿no crees señor C.?

-¡Oye! ¡Eso me hace sentir viejo!

-Pero así te llaman los jóvenes…

Edward gruño un poco.

-Bueno ¿Qué tan bien te fue anoche?- le pregunto sin rodeos. Sabía que si continuaba ignorando el asunto, este le explotaría en la cara en cualquier momento.

-¿La verdad?- pregunto mordiéndose el labio inferior-. Muy bien-. Le sonrió.- Creo que esta vez las chicas hicieron un buen trabajo.

Edward sintió como si lo golpearan en el estomago.

Sabía que este día llegaría.

-¿Te presentaron al hombre de tu vida?- pregunto intentando sonar casual.

-No sé si es el hombre de mi vida-aclaro- pero si es alguien muy… interesante.

-¿Quién es? ¿Lo conozco?

-Se llama Jacob Black- comenzó- es abogado de la firma de Emmett y Jasper en Seattle, pero hace unas semanas se transfirió a Forks ya que su familia es de aquí.- tomo un sorbo de agua.

-¿Te lo presento Alice?

-No, en realidad me estaba yendo cuando apareció.- admitió Bella.-Había ido a despedirme de Alice, había pensado en comprar helado e ir a tu casa para ver esa película de la que me hablaste- Edward se sorprendió al saber que Bella iba a ir con ellos- pero cuando fui a saludar a las muchachas, Jake apareció y bueno… Finalmente decidí quedarme-. Volvió a sonrojarse.

-De verdad te gusta.- soltó Edward no muy alegre.

-Creo que es muy agradable y bien parecido…- admitió Bella- pero no creo que me guste… mucho.

Edward rio sin ganas.

-Me alegro que hayas conocido a alguien que te agrade, Bells.- puso una mano sobre la mano de la chica.- Es hora que te ocupes de tu vida.- A pesar de no agradarle la idea, sabía que eso era lo que debía decirle.

-Todos me dicen lo mismo-. Suspiro Bella - Pero yo soy feliz con mi vida-. Tomo la mano de Edward.- Estar con ustedes me hace feliz, Ed.- le dijo mirándolo seriamente-. De verdad. Ustedes son mi familia, los amo y amo estar con ustedes.

Edward no pudo evitar sonreír con fuerza al escuchar que ella los amaba. Pero en realidad sabía que su amor era como el de una hermana por un hermano.

-Y nosotros a ti.- apretó su mano.- ¿Lo volverás a ver?- pregunto.

-Esta noche-. Admitió Bella.- ¿Crees que es muy rápido?

“Sí” pensó Edward.

-No sabría decirlo...- respondió sin embargo.- Hace muchos años que no tengo citas.- agrego por lo bajo.

-Anoche estuvimos sentados hablando...- se soltó del agarre con su cuñado y comenzó a juntar la mesa.- Casi se había ido todo el mundo cuando me di cuenta que la media hora que a la que había accedido a quedarme se había convertido en mas de tres.

-El tiempo vuela cuando nos divertimos-. Sabía que el comentario podría sonar sarcástico, pero no lo pudo evitar.

-Es verdad…- admitió Bella sin encontrar el comentario ofensivo.- Luego me llevo a casa…

-¿Te llevo hasta tu casa?- le pregunto extrañado-¿Un desconocido sabe donde vives?

-No es un desconocido, Ed.- puso los ojos en blanco-. Es muy amigo de Emmett y Jazz.

-Y eso es una gran garantía.

-Para mí lo es.- insistió Bella-. No hace falta que hagas de hermano celoso conmigo…- le dijo mientras le daba un abrazo por la espalda.- Aunque es muy tierno de tu parte.

-No hago de hermano celoso.- contesto seriamente.

-Lo que digas.- lo soltó y termino de lavar.- En fin… creo que es una buena idea darle una oportunidad ¿no crees?

-Siempre tendrá tiempo para arruinarlo.- bromeo Edward.

-O no…- Bella sonrió.- ¿Llevamos a Nate a casa?

- Terminaré de acomodar la caja y nos iremos.

Mientras Bella despertaba al niño para abrigarlo, Edward se dirigió hacia la entrada de la tienda.

“Tendría que estar feliz por ella” se regaño mentalmente. Pero era imposible.

Sabía que no podía decir nada, ella era su cuñada… Ex cuñada. En realidad era su amiga. Su mejor amiga.

Pero se merecía ser feliz, y él no haría nada para interferir en su felicidad.

Aunque eso le doliera profundamente.

 

 


 

Capítulo 3: Capítulo 3 Capítulo 5: Capítulo 5

 


 


 
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