Aunque Calle mi Voz...

Autor: princesavespa
Género: Romance
Fecha Creación: 01/06/2015
Fecha Actualización: 10/06/2015
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 4
Visitas: 7064
Capítulos: 5

Bella era una chica normal hasta que su hermana abandona a su esposo e hijo y ella toma la responsabilidad de cuidar de ellos, cambiando su vida radicalmente. Edward, al verse abandonado por su esposa, se siente perdido. Pero la ayuda invaluable e inesperada de su cuñada hará que resurja cosas que creía perdidas para siempre. ¿Podrán encontrar las palabras, aun en el silencio?


Los personajes de esta historia le pertenecen a Stephanie Meyer, yo solo los utilizo para contar historias que suceden en mi mente.

 

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Capítulo 1: Capítulo 1

Bella estaba terminando de ponerse el pijama para ir a dormir.

Había sido un día muy largo en el estudio contable donde trabajaba. Le habían pedido que les ayudara a cerrar todos los balances de las empresas de Seattle para las que hacían la contaduría y eso le había llevado la mayor parte de la tarde y algo de la noche.

Cuando finalmente había llegado a su casa, duchado y cenado algo, era casi la medianoche.

-No quiero trabajar mañana-. Dijo lloriqueando mientras se metía en la cama. Era agotador, pero sabía que no podía dejar de hacer su trabajo. Además sus jefes la querían y trataban bien, seguramente le darían algún día libre extra en la semana si se esforzaba lo suficiente como para poder terminar todo rápido.

La vida de Bella era bastante sencilla. Vivía en una casita pequeña, a unos veinte minutos del centro de Forks. Toda su vida había vivido allí, primero con sus padres y luego cuando estos se divorciaron con Renee. Pero cuando su madre se volvió a casar, se mudó con ella, su esposo Phil y su hermanastra Tanya.

Si bien cualquier episodio de divorcio era traumático, Bella había tomado con naturalidad la separación de sus padres, además Renee había accedido al pedido de Charlie y no se habían mudado de la ciudad, como habían planeado originariamente con su actual esposo, por lo que Bella lo veía continuamente.

Phil era compañero del trabajo que su madre había conseguido luego de divorciarse de Charlie. Éste era viudo y tenía una hijita un poco más grande que Bella, que en ese momento tenía tres años. Las chicas siempre se llevaron bien a pesar de ser tan distintas. Nunca dejaron que nadie se pusiera entre ellas, ni sus padres ni ningún chico y su lazo llego a ser tan grande que en verdad se sentían hermanas. Eran las mejores amigas.

Cuando Tanya se fue a la universidad, Bella la llamaba y visitaba constantemente. Así como cuando ella se mudo y comenzó su carrera contable, Tanya estuvo para ella cada vez que la necesito.

Pero el momento de mayor unión entre ambas había sido cuando Tanya había quedado embarazada de su novio. Se habían conocido en una fiesta de la universidad hacía casi cinco años. Luego de cuatro de novios se mudaron juntos a Forks, de donde también era él, y cuando quedo embarazada del pequeño Nate, se casaron en una ceremonia sencilla, pero no por eso menos hermosa.

Bella era la madrina de Nate, ese pequeño niño regordete, con el cabello colorado casi rubio como su madre y los ojos color verde de su padre. Era la luz de los ojos de la chica, que en ese entonces estaba llegando a los veintitrés años.

Y fue exactamente esa gran unión que hizo que la vida de Bella cambiara para siempre esa misma noche.

Estaba casi dormida, cuando escucho el timbre.

Asustada se enderezó de golpe.

En un pueblo pequeño como Forks, donde todos se conocían y nunca había sobresaltos, que sonara el timbre de una casa a la medianoche, solo podían significar malas noticias.

Bella se puso su bata y casi corrió hacia la puerta.

-¿Edward?- dijo al ver a su cuñado parado frente a ella, con su sobrino en brazos y con cara de desesperación- ¿Qué sucede?- pregunto corriéndose para dejarlo pasar- ¿Esta Nate bien?

-Nate esta bien, Bells-. Le dijo mientras entraba y cerraba detrás de él-. Es Tanya.

Bella, que caminaba para la sala de su casa, se freno en seco.

-¿Qué sucede con mi hermana?- dijo asustada.

-No lo sé-. Le contesto igual de preocupado-. No lo sé, Bella-. Nate se removía inquieto en los brazos de su padre-. Salió esta tarde a comprar algunas cosas que necesitábamos para la tienda y no volvió-. Tanto Edward como Tanya habían estudiado Literatura en la universidad. Tanya amaba leer, al igual que Bella, pero además escribía poesías y cuentos cortos. Sin embargo Edward había estudiado literatura para complementarlo con sus estudios en música y así poder componer mejores canciones. Si bien ninguno ejercía, Edward había decidido poner una casa de instrumentos musicales ya que en pueblo no había y ahí dar distintas clases, no solo de música sino también de arte y poesía. De arte se encargaba su hermana Alice y de poesía su esposa. Había sido un emprendimiento ambicioso, pero hoy era un lugar muy concurrido.- Por eso estoy aquí. Trate de llamarte esta tarde pero no contestabas, por eso pensé que tal vez estarías con ella.

-Estaba con mucho trabajo-. Explico.

-Quise venir a ver si estaba aquí… Tenía la esperanza que se hubiese olvidado el teléfono en algún lugar, sabes como es tu hermana.

-Dios-. Bella, que se había sentado en una de las banquetas del desayunador que separaba la cocina de la sala, se puso de pie y se acercó a su cuñado para tomar al pequeño de sus brazos ya que Edward no podía calmarlo-. Ya bebé, la tía esta aquí-. Le dio un beso en la cabecita mientras lo mecía con ternura-. Por supuesto la llamaste-. Dijo dando por sentado algo obvio.

-Más de treinta veces-. Edward negaba con la cabeza-. El teléfono suena hasta que responde el contestador-. Se pasó la mano por el cabello cobrizo fuertemente-. Le deje mensajes, Bells, muchos mensajes-. Suspiro-. Pasé por el hospital para ver si la habían ingresado-. Explico rápidamente-. Hable con mi padre que estaba de turno y ambos la buscamos. Gracias a Dios no estaba.

-¿Fuiste a ver a mi padre?- le pregunto intentando mantener la calma. Charlie era el jefe de policía, el podía ayudarlos.

-No quise preocuparlo-. Dijo inseguro-. Tal vez le diría a tu madre y a Phil…

-Bien.- Bella le tendió a Nate que se había dormido y le puso una mano en el hombro-. Esto es lo que haremos-. Lo miro seria y fijamente-. Tú, te irás a casa con el niño. Yo me ocuparé de buscarla.

-No-. Se negó-. Es mi esposa, yo debo buscarla. Nate se quedará contigo y yo…

-Edward-. Lo interrumpió-. No te estaba preguntando, te estaba informando qué es lo que haremos-. El hombre se sorprendió al escucharla hablarle así. Si bien era su cuñada y se conocían desde había años, Bella jamás le había dado una orden.- Estas demasiado nervioso como para pensar con claridad.

-Pero…

-Debes hacerme caso en esto-. Bella se sentía inquieta. Algo dentro de ella le estaba advirtiendo que debía ser ella quien buscara a su hermana, no su cuñado.- Te prometo que si la encuentro, serás el primero en saberlo.

-¿Sabes donde puede estar?

-No-. Le contesto segura-. Pero haré lo posible por encontrarla.

Edward miro a su hijo y luego a su cuñada.

-Si algo le sucedió…- negó con la cabeza-. Tuvimos una discusión antes de que se fuera.

"Típico" pensó Bella.

-No es momento para pensar eso, Edward-. Lo consoló Bella-. Ve a tu casa, acuesta a Nate y espera mi llamado ¿De acuerdo?

-De acuerdo-. Accedió el hombre. Por lo genera, era mucho más obstinado, pero se sentía tan mal por la desaparición de su esposa que estaba seguro que cualquier cosa que él hiciera, acabaría haciéndolo mal.

Bella despidió a su cuñado y sobrino y se dirigió hacia su teléfono que estaba en la mesa de luz.

Desde hacía bastante tiempo veía a su hermana extraña. Había algo en ella que no era normal.

Durante un tiempo quiso ignorarlo, pero la conocía demasiado y sabía que algo estaba mal.

Tomo su teléfono y la llamo.

Al segundo repique, Tanya atendió.

 

Capítulo 2: Capítulo 2

 


 


 
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