Lo Que Mi Alma Esconde ¿Pero Mi Corazón Anhela?

Autor: alondrixcullen1498
Género: Romance
Fecha Creación: 06/04/2015
Fecha Actualización: 07/04/2015
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 5
Visitas: 5187
Capítulos: 5

¿Cómo hacerme entender que el pasado se debe quedar en el pasado?. No porque hayan vuelto, significa que me tenga que poner a sus pies, tengo un trabajo, un marido y un hijo en camino, no hay espacio nuevamente para los Cullen, o ¿Si?

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Capítulo 2: Una Parte Mia, Una Parte Suya

Cuando regrese al presente, me di cuenta de lo que ese simple apretón, me salvo de tantas cosas y me hizo que vivir otras, ese fue el verdadero comienzo de lo que yo creía que era mi sanación, dejando todo lo malo atrás, todos los recuerdo en el olvido.

Creí que lo había logrado, pero como veía las cosas, el pasado siempre vuelve y si tenemos en cuenta mi suerte era más que obvio que mi felicidad no iba a durar tanto, decidí irme por la tangente con toda esta situación, pero es que era tan difícil.

Sentí la otra mano de mi marido, posarse en mi vientre, y tocándolo con absoluta veneración.

Volví a sentir que me rugía el estómago, mi marido se dio cuenta y se rio entre dientes, al ver mi mirada se detuvo y me dio un beso en el cuello, mientras murmuraba.

—Vamos a comer cielo, no quiero tenerlos muertos de hambre.

¡Al fin!

— ¿Muertos de hambre?, eso como va hacer, si Bella es solo una, por lo que mis ojitos ven —pensé que todos los Cullen ya se habían dado cuenta por mis inconscientes expresiones, no puedo decir que conozco a Emmett a la perfección pero me sorprendí demasiado de que sea tan distraído aun siendo un vampiro que es bueno en el combate, claro, no tanto como Jasper.

Iba a contestar pero Mark se me adelanto.

—Mi mujer está embarazada, vamos a ser padres —Dijo orgullosamente y con una enorme y hermosa sonrisa.

Emmett se empezó a carcajear más fuerte.

—Eddie, el tipo de aquí logro lo que tú por tus mojigateces, no —le palmo el hombro a Edward—además de que él le dio directo a la diana.

Me pareció oír a Edward emitir un gruñido pero no le preste demasiada atención ya que el cuerpo de mi marido detrás de mí se había tensado de repente, el comentario de Emmett fue demasiado lejos y no pude evitar sentirme ofendida también, las hormonas, voltee despacio para en centrarme con sus ojos ardiendo de furia, vi que me acariciaba el cabello.

—Más tarde —Susurre con nerviosismo, sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho y estaba completamente segura que los Cullen podían oírlo.

—Vamos a que coman —Repitió Mark seriamente antes de que pudiera contestar.

Rose la atizo un tremendo golpe en la nuca, Emmett se sobó mientras hacia un tierno puchero.

—Espera, ¿tú los conocías a ellos mucho antes que a mí no? —pregunto en susurro Mark, desgraciadamente para el los Cullen si podían escucharnos, maldito súper oído vampírico…

-Mmm, si amor, eso ya lo sabias —Dije con confusión.

—Entonces de ahí lo sacaste —Dijo con una carita tan tierna.

— ¿Qué cosa?

—Lo de usarme de piñata cada vez que te enojas, y más desde que nos enteramos de que estamos embarazados —Dijo para después reírse a carcajadas.

Yo lo único que pude hacer fue sonrojarme completamente, de inmediato sentí sus brazos envolverse a mi alrededor, todavía con una risita baja, mientras me daba un delicado beso en el cuello.

Ese gesto me recordó tanto al que hacia... Mierda... Voltee a ver al interpelado de cabello cobrizo, y por primera vez le puse realmente atención, no había querido hacerlo, porque sabía que en el momento que me quedara prendada profundamente a sus ojos, me perdería en esos preciosos orbes dorados de los cuales en algún momento de mi adolescencia los ame con tanto ahínco y pasión.

Estuve a punto de agachar la mirada por la potente ola de dolor que me llego al momento de volver a ver sus ojos, había...Dios... Yo... No creo poder describirlo, tanto tormento, soledad, dolor, furia... Y un sentimiento más... Sabía cuál... Pero... Yo... No estaba lista para admitir, ese sentimiento que estaba al fondo de otros, pero ahí estaba.

Lo mire analizarme, era, como si, como si quisiera mirar a través de mi alma, me mordí el labio nerviosamente y le di una mirada soterrada, no me sentía capaz de seguir ahí en ese momento, las piernas me comenzaron a temblar, me recargue por completo al pecho de mi marido, haciendo que el sostuviera el peso de mi cuerpo, di un suspiro, alejando los ojos de su intensa mirada.

—Bells, amor... ¿Qué sucede? —pregunto Mark al notar mis notables muecas.

—No sucede nada, es hora de irnos —Dije intentando que mi vos sonara medianamente estable, cosa que por dentro no estaba, lo tome de la mano con la intención de darme la media vuelta y jalarlo para irnos de una buena vez, y aparentar que este encuentro nunca sucedió y seguir con mi vida normal, bueno, medianamente normal.

—Bella hija, espera —Oí la voz de Esme llamarme, tuve que pararme, a ella no le podía decir que no, con todo ese amor maternal que profesa.

Voltee lentamente, y le di una sonrisa algo aguada, no quería tratarla mal, a ella no.

—Hija, nos gustaría invitarlos a comer a nuestra casa, claro si no es mucha molestia para ustedes —Mire de inmediato a mi marido rogando con la mirada que dijera que no, pero inmediatamente me di cuenta que había caído rendido en el encanto de Esme Cullen, suspire rendida, a ver cómo me iba.

—Por mí no hay ningún problema, pero preferiría que fuera en nuestra casa- Dije, rogando internamente por que dijeran que no, pero pues como siempre, la suerte no estuvo de mi lado. Esto era definitivamente peor, no quería que conocieran nada de mí, los Cullen son muy observativos cualquier cosa que se encuentre en la casa sería una pista más sobre mí, no quiero eso, solo quiero que vuelvan a salir de mi vida como lo hicieron otra vez ¿Por qué vuelven a atormentarme? ¿Para irse?

—Claro —Dijo Alice, brincando de alegría, tal y como la conocí hace tanto tiempo.

Apreté la mano de mi marido con más fuerza, y le di una mirada significativa y una pequeña sonrisa, caminamos hacia el auto, todavía abrazados, con su mano desocupada quito el seguro del auto, mientras que caminábamos al lado del copiloto y me abría la puerta, al momento en el que iba a entrar, me tomo del brazo, me dio un beso en la frente, me acaricio con ternura la mejilla con su dedo índice. Me dio mi sonrisa predilecta, sin poder evitarlo me sonroje como una colegiala y me mordí el labio inferior, vi que tenía intención de besarme, por casualidad mire sobre su hombro y me encontré con unos obres dorados, me tense de inmediato, Mark lo noto, ya que de repente dejo de inclinar su cabeza hacia mí.

— ¿Que sucede? —pregunto mientras intentaba acariciarme la mejilla, me hice para atrás por instinto, para que olvidara lo que acababa de pasar le di una sonrisa coqueta y una mirada llena de promesas, la cual normalmente cumpliría con todo gusto, ahora ya no estaba muy segura de eso. Subí al auto y Mark cerró la puerta, y camino hacia el lado de conductor, arranco el auto, cuando oímos un pequeño repiquete en la ventana de Mark, el bajo el vidrio y nos encontramos con Alice.

— ¿Podemos irnos en la parte trasera?... Es que no alcanza el espacio para todos nosotros, hizo esa mierda con los ojos y tenía a mi marido.

¿Pero que se creía?

—Claro.

No necesito más y se subió, en ningún momento voltee haberla cuando se subió, decidí hacer como si nada hubiese pasado y me recosté con los ojos cerrados en mi asiento.

Cuando menos me di cuenta, Mark estaba estacionando el auto, me prepare para abrir la puerta inmediatamente; me encontré con que ya estaba abierta, me levante para salir del auto, eso hizo que quedara más cerca de quien me abrió la puerta no necesitaba levantar la mirada a esos preciosos ojos dorados, sentía la frescura que emanaba... Su olor... Dios su maldito olor, el cual por durante tantos años llore desconsoladamente añorándolo, levante la vista sobre su hombro y me encontré a Mark, estaba parado en la vereda enfrente de nosotros, con los brazos entrecruzados, al parecer no le gustaba mi acercamiento hacia Edward, no lo culpo, eche un suspiro y decidí que ya era momento de salir de mi aturdimiento, me escabullí de esa jaula que si me quedaba unos segundos más, me llevaría hacer cosas que en un futuro me arrepentiría.

Camine hacia dentro de la casa con mi marido y los Cullen a mi espalda, iba a sacar las llaves de la casa cuando Mark me paso las suyas para abrirla, le di una sonrisa de agradecimiento mientras abría las puertas de mi hogar que esperaba ser juzgado, por una duende de la moda.

Camine directo hacia la cocina, me moría de hambre, decidí que no me complicaría en lo más mínimo y haría hamburguesas, tejía hambre y flojera, así que si Mark querría otra cosa, pues para eso Dios lo hizo con dos manitas, con mi nueva resolución empecé a sacar las cosa que necesitaría del refri, sentí la presencia de los Cullen tras mío, los ignore, me moría demasiado de hambre como para preocuparme de esas cosas.

Camine hacia el estéreo que Mark tenia, según decía que con la música cocinaba mejor, a mi realmente no me incomodaba mientras que no me estorbara a la hora de cocinar, prendí la radio, estaba sonando fix you de cold play, la empecé a tararear sin darme cuenta del significado que tendría para mí en un futuro no muy lejano, la apague cuando sentí dos brazos envolverse alrededor mío, sin tomarle la mayor importancia, me voltee con el cuchillo en la mano con el cual estaba partiendo la lechuga, y me hice un poco para atrás, por alguna razón me sentía incomoda con las muestras de afecto frente a los Cullen.

—Dale vuelta a la carne —Después de decir eso seguí cortando los vegetales necesarios, cuando los tuve listos los puse en un traste para cuando los necesitara, me recargué en la barra, quedando mi vista hacia los Cullen que estaban sentados en el desayunador, sin poder evitarlo les di una sonrisa, pero inmediatamente la borre.

—Bells ¿porque solo tres hamburguesas? —Pregunto el inteligente de mi marido.

—La familia Cullen mientras te estabas cambiando comieron algo de fruta y con eso se llenaron —Dije de manera indiferente y encogiéndome de hombros para hacer mayor énfasis.

Sé que esto está en contra de los votos sobre la sinceridad absoluta, pero no podría arriesgarme, sé que en el fondo lo hago por los Cullen, pero también por mí, si revelaba lo que ellos son lo más probable es que pierda a mi marido definitivamente. No me gusta mentir y menos a Mark que siento que aunque no creía se merece saberlo.

Prepare la comida, dos hamburguesas tal y como le gustaba y una para mí, las iba a poner en el desayunar pero él se me adelanto y los llevo, mientras sacaba la bebida.

Los Cullen tuvieron la cortesía de hacernos algo de espacio en el desayunador, me senté y de inmediato comencé a comer, ni siquiera espere a Mark.

— ¿Rico? —Oí que me preguntaron, yo solo pude asentir, estaba demasiado ocupada en devorar mi comida, luego que termine por fin levante la mirada para encontrarme a mi marido ofreciéndome una enorme rebanada de pastel de chocolate con oreo, mmm, eso me llamaba, Dios!, pues cuanto engordare para el final del primer trimestre si sigo así, casi le arrebate el plato y empecé a comer un poco más lentamente, disfrutando completamente cada bocado.

Cuando termine me recargue contra el respaldo de la silla, y me empecé a sobar el vientre lánguidamente pero sin dejar la ternura atrás.

Capítulo 1: y otra vez tu... Capítulo 3: Acercamientos Inesperados

 


 


 
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