DIFICIL DE AMAR*18

Autor: ROSSE_CULLEN
Género: Humor
Fecha Creación: 11/10/2012
Fecha Actualización: 26/07/2014
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 22
Visitas: 15930
Capítulos: 11

**chikas le pido que me apoyen con este finc y tambien pasen a ver el finc que estoy por terminar que es noventa dias esta llegando al final *****

Jacob siempre ha tomado riesgos…

Jacob cuida de su hermana pequeña enferma, haciendo lo que mejor sabe hacer —participar en la lucha de jaulas y protagonizar películas para adultos— su nuevo y descabellado plan para conseguir dinero y pagar los crecientes gastos médicos de su hermana. Pero cuando su última actuación lo hace terminar en la sala de emergencia con una enorme erección, gracias a la pequeña píldora que le dio el director, no puede sacarse de la cabeza a la linda enfermera que le atendió, incluso aunque sabe que ella está tan fuera de su liga que debería ser ilegal.

Reneesme siempre ha jugado a lo seguro…

Cansada de ser encasillada como la dulce, inocente y trabajadora estudiante de enfermería, Reneesme ha estado buscando maneras de salir de su imagen de niña buena. Cuando su amigo le sugiere la extravagante idea de perder su virginidad con la sexy y sin duda experta estrella del porno, Reneesme está mortificada. Pero cuando Jacob rechaza su proposición, se encuentra molesta y avergonzada. Cuando decide buscarle para recriminarle, no está preparada para lo que se encuentra. El verle cuidar de su hermana pequeña hace que le dé un tirón el corazón, y de repente ya no se trata acerca de perder su virginidad, sino de ayudar a Jacob. Porque que el Señor la ayude, podría enamorase de una estrella del porno…

 

 

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Capítulo 8: UNA CITA ???

*************************Jacob*****************************************

A pesar de que deseaba desesperadamente a Reneesme, ella se merecía  lo mejor, sobre todo para su primera vez. No era justo que buscara a alguien para quitárselo de encima. Ella no era esa clase de chica. Se merecía las rosas, velas, ese tipo de mierda. Y yo no era ese tipo de persona.

La acompañé hasta fuera de mi casa lo más rápido que pude sin parecer  un idiota, mi polla gritó en protesta todo el tiempo. La deseaba como un loco. La sola idea de enterrarme en su apretado y húmedo calor era suficiente como  para volverme loco. Sí, tomé la decisión correcta de enviarla a su casa. Pero maldita sea, tuve que fingir estar bien mientras ella caminaba sola hacia su carro. Encendí la luz del pórtico y la miré desde la ventana hasta que ella estuvo a salvo dentro de su carro y arrancó. No confiaba en mí mismo para estar cerca de ella en este momento.

Era lo mejor. Al menos eso fue lo que me dije cuando me metí a la cama con una furiosa erección que se negaba a desaparecer.

A la mañana siguiente, me encontré con Embry en el gimnasio una vez me libré de Rachel en la escuela. Todo lo que ella habló en el desayuno fue “Nessie esto y Nesie aquello”. Me enojó tanto. Me era difícil mantener a la mujer fuera de mis propios pensamientos, pero con Rachel ahora firmemente plantada en el Grupo Reneesme, era casi imposible.

Esperaba que levantar pesas con Embry me despejara la cabeza, pero hasta ahora había sido difícil.

—¿Por qué tienes era cara de chica? —Se burló Embry desde un cercano banco para pesas—. Hoy estás levantándolas como un culo maricón.

Le lancé un ceño de no me jodas y agregué otro grupo de cuarenta y cinco a mi pesa de banca. Estaba teniendo problemas para bajar la pesa por la cuarta repetición. Maldita sea.Embry tiró de su barra hacia arriba y me ayudó a volver a colocar la mía.

—En serio, hombre. Habla conmigo.

 

—Esto no es Oprah, hermano. Métete en tus malditos asuntos.

Él se rió y negó con la cabeza, dejándome solo en mi banco. Cuando me reuní con él en la sala de vapor, se mantuvo fiel a la petición. No me había hecho más preguntas sobre la mierda de estado de ánimo que tenía, y en su lugar hablamos sobre estrategias para su próxima pelea.

Embry era un prometedor luchador de artes marciales mixtas. Era mucho mejor que yo, y yo era lo suficientemente hombre como para admitirlo. Tampoco tenía miedo de pelear con él en el cuadrilátero, a pesar de que era rápido como un rayo y sus patadas sacaban el aire de tus pulmones. Pero mis ganchos izquierdos no eran nada malos, y de vez en cuando lo cogía con la guardia baja. Por lo general, sin embargo, él no fallaba ningún golpe, y mis costillas que tenían moretones estaban para probarlo. Maldita sea, él tenía que ser bueno. Tenía un puñado de empresas locales patrocinándolo, y tenía a sus padres que pagaron por todas las lecciones imaginables mientras crecía. Nació para hacer esto. Yo, por otro lado, he aprendido sobre la marcha y gano peleas por pura determinación.

 

Embry se secó el sudor de la frente con una toalla de mano.

 

—¿Y qué hay de ti? ¿Estás pensando en volver a pelear en corto plazo? El dinero era bastante bueno, si ganas.

—No lo sé, hombre, trato de recuperarme de las costillas rotas y un dedo roto —Por no hablar de intentarle explicar a una niña de seis años del porque tú cuerpo tienes manchas negras y azules, y mirar como sus ojos que se llenaban de lágrimas cuando le explicabas que era por una pelea. No era algo que quisiera hacerlo de nuevo. Ella quería saber con quién había luchado y porque él estaba enojado conmigo. No me gustaba molestarla de ese modo. Pero no era como si pudiera decirle a mi oponente: oye hombre, no me golpees en el rostro, mi pequeña hermana se enfadará. No había forma de evitar los golpes y moretones, e incluso si ganaba, aún solía tener un ojo negro durante semanas.

De un modo y otro, tenía que arreglármelas y encontrar un trabajo bien remunerado que no requirieran que luche en un cuadrilátero, o que me desnude ante una cámara.

Para cuando llegué a casa después el gimnasio, Rachel estaba esperándome en casa cuando llegó de la escuela. Tuve el tiempo suficiente para hacer la llamada telefónica antes de acobardarme. No podía conseguir que Nessie y la forma en cómo se fue la noche anterior se alejaran de mi mente. Ella había hecho más que ayudarme con Rachel y yo prácticamente la ataqué en mi sofá. Le dije que quería follarla, y luego la despaché. Marqué el número del hospital y pedí que me comunicaran con Reneesme  en la enfermería. Me di cuenta que no sabía su apellido, pero por suerte, unos minutos más tarde, me comunicaron con ella.

—¿Jake? ¿Está todo bien…?

Su voz era frenética. Mierda. Probablemente asumió que esta llamada era por Rachel.

—Todo está bien. Escucha, voy a hacer esto rápido porque estás en el trabajo, pero necesitaba llamarte y decirte que me disculpes si las cosas se pusieron raras anoche. Fue mi culpa.

Ella dudó por un minuto.

—Está bien. Me divertí mucho con Rachel y... —Se detuvo en seco.

—Yo también. Escucha, ¿puedo devolverte ese favor? Me gustaría hacerte una cena. O por lo menos invitarte a cenar, ya que probablemente no quieras que cocine.

Una risa suave y femenina llenó el silencio entre nosotros.

—De acuerdo.

—¿Estás libre mañana por la noche?

—Sí. ¿A qué hora debo ir?

Me gustó que ella se ofreciera a venir, sabiendo que sería más fácil para mí y Rachel que ella viniera a casa otra vez. Las otras chicas con las que había tratado salir por lo general lanzaban un ataque de que no podía salir mucho.

—¿A las seis está bien?

—Sip. Es una cita. Quiero decir, te veré entonces.

—Genial. Ah, y probablemente debería tener tu número. Ya sabes, por si alguna vez necesito que me ayudes con Rachel. Es probable que no quieras que te llame al trabajo. Y te voy a dar el número de mi móvil, por si alguna vez necesitas algo. —Como yo.

—De acuerdo —dijo ella en voz baja.

Con tan sólo el sonido de su voz llamó la atención del macho alfa en mí. Sabía que estar de nuevo a solas con ella probablemente no era una buena idea, pero también sabía que no tenía fuerzas para detenerlo.

Capítulo 7: PRIMEROS BESOS Capítulo 9: comparando

 
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