Era una tarde de lluvia. Estaba sentada lo más cómodamente que me era posible mientras contemplaba  las incontables gotas de agua que chocaban contra el amplio vidrio que conducía al balcón. Suspire tan profundamente que llame la atención, sin darme cuenta, de Jake que se encontraba leyendo en el otro sofá.

Me miró de reojo mientras acariciaba mi abultado vientre de siete meses recién cumplidos. En una mesa cercana, descansaban todos los medicamentos, el estetoscopio y el esfigmomanómetro, instrumentos con los cuales, debía tomarme constantemente la presión. 

Comenze a tararear dulcemente la melodía que ambos habíamos creado para nuestra hija. Sonrie sin dejar de pensar en lo perfecto de la escena y en que muy pronto lo sería más cuando por fin tuvieran a mi pequeña bebé en mis brazos. 

La vida transcurría con una calma que parecía imposible y todo debido a los intensos cuidados yo debía tener ya que no debía agitarme más de lo necesario.
-Jake
-¿Qué? -dijo suavemente al tiempo que dejaba a un lado el libro que supuestamente estaba leyendo, quitándose también los lentes. 
-¿Tú crees… que seremos buenos padres?

No contesto de inmediato. Sabía bien que la vida de ambos era de un ritmo agitado, que no tenían una fecha impuesta para los descansos o que de improviso surgiera algo.

-Sí -contestó y fue como si me hubieran dado la mejor noticia de mi vida. Sonrei aún más e intente ponerme de pie, pero lamentablemente mi fuerza no daba para mucho estos días. 

Fue Jake el que se levantó para sentarse a mi lado.
-¿Ya escogiste un nombre? -preguntó ilusionando.
-¿Y tú? -
-Me gusta… -se ruborizó-, Adda o Alpha… son dos lindos nombres.

Jake levantó su mirada hacia el reloj que colgaba de la pared más cercana, tratando de conservar la tranquilidad que tenía en estos instantes pues sabía que mis amigas no tardarían en llegar.

Miramos en direccion hacia la puerta, lugar de donde provenía el sonido del timbre que era tocado interminablemente.

Jake se incorporó y con pasos lentos se dirigió a la entrada principal, abriendo la puerta y soltando un discreto suspiro.

-Hola…

-Bienvenidas… -salude sonriendo mientras caminaba lentamente a la entrada, acto que enseguida molesto a Jake, pues no quería que hiciera esfuerzos innecesarios. 
-Ness… -murmuró, antes de que alguna de mis amigas tuvieran la oportunidad de regañarme. Se alejó de la puerta para poder cargarme entre sus brazos, ante la mirada curiosa y sorprendida de todas, que sólo soltaban risitas y murmullos, siguiendonos a la sala. 

Una vez que todos nos sentamos, mire todo lo que traían mis amigas entre las manos: globos, flores, regalos y más regalos
-Nessie –dijo Hiromi-, ¡mira todo lo que trajimos! -extendiendo los regalos
-Gracias… pero de verdad, ya no es necesario.

Y es que ya no lo era. Suficiente ya con todas las cosas que ya nos habían regalado ellos, nuestros padres, los hermanos de Jake, lo que compre en un ataque de entusiasmo al ver en un tienda tantas cosas para bebe (haciendo millonarios a los dueños de la tienda y yo quedando en la bancarrota), y las cosas que Jake me había dado. 

Pronto tendríamos que mudarnos si es que deseabamos que la bebé usara la habitación que le habíamos acondicionado. 

-What?! -gritó Camila con mirada diabolica-, ¡más te vale que aceptes estos humildes regalos que con todo el amor del mundo vinimos a dejarte!
-Camila por favor cálmate!! -pedía Sabina-. No debemos alterar de ninguna manera a Ness. -¿Y cómo has estado? -preguntó , ignorando los reclamos de Camila.
-Muy bien -sonrei tocando mi estómago-, aunque parece que he tenido problemas leves últimamente por eso tengo que seguir yendo al médico.
-¿Hoy tienes cita? –pregunto Camila, mirando de reojo a Jake porque se había puesto a leer un libro, aunque sabía que eso no significaba que no estuviera escuchando la conversación. 
-En unas dos horas aproximadamente -explique-, así que todavía tenemos tiempo de sobra.
-¡No puedo esperar para ver a mi sobrina! -rió Hiromi, siempre animada y apoyando mi  embarazo
-¡Y más te vale retomar el trabajo una vez que la baby haya nacido! -gritó Camila
-Ness… -la voz de Jake se hizo presente nada más para recordar que ahí

-Na, no te preocupes -contestó Sabina-. Además, ya te hacían falta vacaciones, con eso de que Camila te tiene esclavizada en la oficina.
-¿Qué insinúas?
-Es cierto, primero debes preocuparte por tu hija y después por lo demás- añadió Fabiola, con un comentario bastante peculiar, pero bueno, a fin de cuentas estar con en esa banda de locas tenía sus consecuencias. 
Me sentía feliz porque mi bebé había estado bien las últimas semanas, todos me apoyaban y seguramente mi pequeña hija sería recibida con todo el amor del mundo, y eso afortunadamente, nunca le haría falta.

POV JACOB

Nessie sonreía…. Era feliz…

Pero algo interrumpió el agradable momento.

Palideció y sus manos cubrieron totalmente su rostro que poco a poco se empezaba a bañar de sudor.

-¡¿Nessie, que sucede?! –dije y rápidamente me acerque a ella
-Estoy… mareada… -apenas y alcanzó a decir esa frase cuando sus manos se posaron en su estomago y para susto de todos, vomitó todo lo que había comido hasta esa hora del día. Las lágrimas empañaron sus ojos y su respiración se volvió agitada.

Todos nos empezamos a mover rápidamente, preparándonos para una salida de emergencia hacia al hospital.

Sabina corrió por agua, Hiromi por algo más abrigador para Nessie, Camila la sujeto y trato de tranquilizarla, yo ya me estaba agachando para poder llevarla entre mis brazos, todo esto sucedía mientras Sabina, que ya había traido el agua, iba corriendo a encender la el carro en el que habían llegando y con el cual todos podíamos llegar de la manera más rápida posible al hospital.

Nessie bebió casi con desesperación el agua, intentando calmarse, le dolía la cabeza terriblemente, mientrs yo  la cubria con un suéter y y la llevaba en brazos hasta el automóvil. 

Fueron más de veinticinco minutos angustiantes en los que una fiebre comenzaba a apoderarse de ella, y nadie puso demasiado atención en la forma tan mortal con la que Camila conducía, sólo se concentraron en tratar de relajarla para que no le pasara nada malo, ni a ella ni a la bebé…
Gracias a la llamada oportuna que Fabiola había hecho al hospital, cuando llegamos ya estaba listos para recibir a Nessie en la entrada, siendo encabezados por Carlisle
Me senti morir cuando vi que un grupo de enfermas y doctores me arrebataban de los brazos a Nessie para colocarla a en una camilla y por órdenes del mismo Carlisle, llevarla a terapia intensiva.

Todos nos encontrabamos terriblemente asustados, preocupados, sintiéndonos impotentes por no poder hacer algo que  la ayudara.

De pronto, mientras la camilla era empujada a la máxima velocidad que les era posible, una enfermera que en esos momentos limpiaba con un paño húmedo la frente de Ness, se percató de que dejó desquejarse del dolor, se quedó quieta, la mirada fija en el techo y su cuerpo se empezó a tonar rígido…

-No… -murmuró la chica, para después gritar-, ¡convulsión!

Nessie perdió el conocimiento mientras su cuerpo comenzar a temblar y a moverse violentamente…

Había ruido por todos lados, personas corriendo, tecleos constantes de las computadoras, gritos de los médicos y las personas que llegaban angustiadas al hospital, las ambulancias, los llantos… tanto ruido.

Y yo, ahí parado sin saber que hacer más que esperar… demasiado asustado a causa del último grito que alcanze a escuchar de los labios de una mujer que alejaba a Ness de mi…

Reaccione cuando senti unos brazos rodeándome… levante la vista y me tope con el rostro también preocupado de mi hermana. Me permiti mirar a mi alrededor, en esa maldita sala de espera. 

También a paso rápido se acercaba Tatiana y Tamarha, ambas primas cercanas de Nessie. Todas sus demás amigas se encontraban sentadas, en silencio… angustiadas por que aún no habia noticias.

-Jake… -dijo Sabina-, ¿qué sucedió?
-No lo sé…

POV CARLISLE

-Está confirmado… -dije mientras revisaba las hojas que se hallaban entre mis manos-, lo que ella presenta es preclampsia -dictaminaba mientras escuchaba su ritmo cardiaco y el de la bebé y unas enfermeras revisaban los reflejos de Ness después de la crisis que ya estaba estabilizada. 

-Carlisle…
-Continúen con el tratamiento de sulfato de magnesio –la mire -. Yo le avisaré a tu familia…
-¿Es… peligro… so?

Todos desviaron su mirada hacia ella quien en esos momentos entreabría sus ojos y su voz no pasaba de un suspiro. 

-Renesmee… -dije acercandome hasta la orilla de la cama, ordenándole a las enfermeras retirarse para que yo me hiciera cargo-. Tuviste una convulsión y tu diagnostico es de preclamsia… tenemos que inducir el parto, de lo contrario… -suavize la mirada y voz-, de lo contrario tanto tú como tu bebé podrían... 

Ella guardó silencio mientras unas lagrimas se deslizaban por sus mejillas…

-Haremos lo que esté a nuestro alcance para que todo salga bien -le dedique una sonrisa para que se tranquilizara-. Toda tu familia está afuera… y van a poder pasar a verte.
-Carlisle… -habló suavemente y en medio de todos los cables que estaban unidos a su cuerpo, levantó su mano-. Prométeme… algo… 
-¿Ness…?
-Prométeme… que si en algún momento tienes que elegir… entre… -sollozó-… entre mi bebé y yo… sálvala a ella… a mi bebé…
-Renesmee, no te preocupes… no va a…
-¡Prométemelo, por favor! -suplicó con lágrimas en los ojos.

Tome su mano, apretándola y esbozó una sonrisa.

-Está bien, te lo prometo.

Caminaba rumbo a la sala de espera, con una tristeza fácilmente notable… pero no, jamás dejaría que pasara algo tan grave. Con eso en mente, observe al grupo de personas que se encontraban en espera de una noticia que rogaban porque fuera buena.

-¡¿Cómo está?! -escuchó el grito de Jacob, sabía debería estar ansioso y martirizado por que nadie le habia dicho nada aún. 

Observe a todos y suspire.

-Renesmee tiene preclamsia -solte sin rodeos-, es una complicación grave por lo que tenemos menos de seis horas para inducir el parto si es que no deseamos que esto se agrave aun más…

No pude evitar sufrir también ante todas esos rostros angustiados y llorosos. 

-Haremos lo mejor posible… en estos momentos pueden pasar a verla, pero no hagan nada que la angustie… 

Mire como había una mano en el hombro de Jacob, el sabía que debía ser fuerte, pero le dolía tanto permanecer de pie… el sólo saber que Renesmee y su hijo estaban en riesgo…

-¿Podrían… -no quería decir esas palabras, pero sabia lo necesitaba saber-, morir…?

Asenti con la cabeza en silencio.

-Existe la posibilidad…