CORAZÓN ATRAPADO

Autor: bellsamy
Género: Suspense
Fecha Creación: 23/07/2012
Fecha Actualización: 07/03/2014
Finalizado: NO
Votos: 11
Comentarios: 17
Visitas: 9314
Capítulos: 6

BELLA ESTA CASA CON ARO VULTURI , QUIEN ES UN POLICIA RECONOCIDO,ESTE TIENE UNA HIJA Y UN GRAN SECRETO QUE TIENE QUE VER CON LOS CULLEN, ALLI BELLA CONOCERA AL VERDADERO ARO Y ENCONTRARA EL AMOR DE EDWARD

 

¿QUE PASARA? AVERIGUALO!!

Disclaimer: los personajes no me pertenecen, los personajes pertenecen a Stephenie Meyer

 

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Capítulo 2: II PARTE

PARTE II

Varias manos tocaban mi cuerpo, me presionaban y sentia que me  llevaban de un lado a otro, esta situación era totalmente absurda; hasta hace dos segundos estaba en el estacionamiento de la escuela y ahora todo era una capa negra frente a mis ojos.

El miedo me invadio, empecé a pensar en los traficantes de personas, violadores, asesinos, todo un vagaje de perspectivas se pasearon por mi mente, las voces no eran claras, lo que si lograba identificar era su masculinidad ya que al parecer no habia ninguna mujer que estuviese involucrada en este acto, temi por mi vida, por mi integridad, pero entonces recorde la expresión de pánico de Jane y me senti tranquila por que era yo la que estaba expuesta a esto y no ella.

De pronto un sonido fuerte llamo mi atención y las vibraciones a mis pies se detuvieron, supuse que el auto en el que me llevaban se habia detenido.

-¡BAJALA AHORA MISMO IDIOTA!- gritó uno de los hombres, acto seguido unos fuertes brazos me tomaron por la fuerza y me obligaron a mover las piernas.

Nadie hablo durante el trayecto.

-Dejenla aquí- hablo una voz femenina.

Sorprendida levante el rostro para encontrarme  con la misma capa de oscuridad, frustrada volvi a bajar la cabeza.

-¿Como es eso que te robaste una profesora de la escuela?- pregunto un hombre con voz pausada

-Acaso eres idiota, la mocosa, a ella debias a verla traido, no ha esta profesora- hablo otro mas alterado.

-Lo siento Sr. Ella se entromedio, la mocosa se fue y Steve dijo que la trajeramos- hablo otro hombre, asumi que era uno de los que me habia traido hasta aquí.

Todos guardaron silencio.

-¿Qué haremos ahora papá?- pregunto la segunda voz.

-Lo estoy pensado hijo- respondio la primera voz, pude notar la angustia en su tono, ademas identifique que era alguien mayor.

El sonido de una puerta hizo que el silencio del que se habia apoderado el lugar se rompiera.

-No te preocupes, como siempre yo debo ponerle solución a todas las estupideses que haces- hablo una voz mas atercipelada que las demás.

-¡Hijo!- exclamo de nuevo la primera voz.

-Esta maestra es la esposa de Aro Vulturi- expreso, senti miedo al escuchar como lo habia expresado, asi que eso era lo que les interesaba hacerle daño a Aro, esto si que no lo iba permitir.

-¿Y que tiene que ver eso?- pregunte con voz patosa.

-Tenemos cuentas pendientes con tu marido- dijo una voz femenina, la misma que dio la ordeb que me ubicaran en aquel duro asiento en el que me encontraba, aquella voz sonaba con una dulzura infinita parecia un canto, si no fuera  por sus palabras parecia una niña quien hablaba.

-¿Y yo… que tengo que ver…?- pregunté asustada por las consecuencias de mi pregunta.

-En si nada, todos somos victimas en este asunto- dijo con sarcasmo la voz femenina.

Guarde silencio.

-Hagan lo que tengan que hacer y dispongan su comodidad- hablo la voz del hombre mayor.

Posteriormente se escucho el sonido de lo que parecia una puerta al ser cerrada.

-¿Qué haremos contigo? ¿Isabella?- pregunto con sorna la voz melodiosa.

-Dejarme ir- dije tratando de sonar calmada.

-En algun punto, si tu marido hace lo que le digamos- dijo la voz femenia- es necesario enviarle una prueba- le hablo ahora a su compañero.

-Esta bien Alice – acepto este la propuesta de ella.

-Alice… ¿Ese es tu nombre?- pregunte.

-¿Eso tiene relevancia?- pregunto ella.

-No lo se, tal vez- afirme.

-Mmmm… si quieres una respuesta de quienes te tiene aquí, solo debes saber que somos los Cullen- dijo seria.

Guarde silencio sin entender lo que sucedia, ¿acaso debia sonarme el apellido Cullen?, Me cuestioné.

-¿Nos conoces?- pregunto con duda la voz melodiosa del hombre.

-No- afirmé.

-¿En serio no sabes nada de nosotros?- cuestiono nuevamente la voz femenina.

- Tal vez no sabe nada, es hija de un policia, Charlie Swan- interrumpio la voz masculina.

-¿Cómo sabes eso?- cuestione con angustia.

-Se todo de ti, quienes son tus padres, Renné y Charlie, donde viven, hace cuanto eres esposa de Aro… Todo- afirmo con voz malevola el hombre.

Senti terror.

-¡Ohh vaya! Pense que ella estaría al tanto de lo que sucede aquí- sentencio la mujer en lo que parecio fue un instante de comprensión.

-Bueno basta de hablar, debes hacer lo que te ordenaron, quitale la careta- ordeno la voz del hombre.

Enseguida senti como sacaban lo que tenia en mi cabeza, lo que cubria mi rostro, la oscuridad se fue, pero una luz daba directo en mi rostro, parpadee varias veces intentando recuperar la vista, poco a poco el color dejo de ser blanco intenso y paso a tomar los colores de la habitación en donde permanecia cautiva.

Era un espacio pequeño, frente a donde me encontraba estaba la puerta, la unica de toda la habitación, de madera vencida, pero partes de hierro renovadas, observé con atención la estancia, era poco iluminada, salvo por la luz que daba directo a mi rostro, una lámpara; el hombre, joven y hermoso, de cabello cobrizo y ojos esmeralda me observaba inquieto, la mujer, bajita y menuda, de cuerpo clásico, no demasiado delgada, de cabello negro y ojos azules como el mar, y  con un aura angelical, no se veia perturbada por que yo la observará.

-Mira a la cámara- ordeno.

Obedeci, luego note la ira que habia en aquellos mares azules que me observaba alternativamente, su odio era por mi, de eso estaba segura, su mirada me traspasaba como una daga.

-Solo esto Edward- dijo molesta.

-¿Qué mas deseas hermana?- dijo el tal Edward.

-No seria capaz de ponerla en la situación que yo llegue a vivir pero…desearia que este maldito supiera que con nosotros no se juega- dijo con ira contenida.

-Lo sabrá hermana, pagará por lo que hizo contigo, ya verás- la consolo.

-¿Estan hablando de Aro?- cuestioné interrumpiendo su conversación.

Los dos ignoraron mi pregunta y siguieron discutiendo, pero ahora en voz mas baja, tanto que no percibia sino solo unos tenues cuchicheos.

-¿De verdad no sabes por que estas aqui?- cuestiono la mujer a quien habian llamado Alice, intrigada.

Negué.

-Bueno, no esperaba que supiera, yo tampoco sabia, pero, ¡es tan absurdo! -  exclamo

-Calma- dijo Edward acercandose a la pequeña figura que estaba a tan solo unos pasos de él.

-Debemos llevarla a una habitación mientras esperamos a que Aro nos entregue lo que nos pertenece- le recordo Edward a Alice.

-¿Qué es eso tan importante que mi esposo debe entregarles?- cuestione, meditando mi pregunta, entonces las teorias que en un inicio me habia planteado retomaron fuerza, tal vez, los Cullen eran unos enemigos aserrimos de mi esposo, y este como buen servidor del estado, les habia hecho alguna baja o algo por el estilo, pero… ¿que me podia esperar aquí si mi esposo no regresaba lo que por deber les habia quitado?.

-Aro no puedo haberles quitado algo que no merecieran ustedes ser arrebatado- dije con potencia.

-Morira engañada- expreso Alice con sorna.

-¿Morire?-cuestioné apunto de la histeria.

-Es un dicho, tu que eres maestra deberias saberlo- dijo con impaciencia.

-Esta bien de platicas, ya debemos irnos- dijo Edward acercandose a la puerta. –Jasper, se que estas alli, abre y lleva a nuestra invitada a su habitación mientras su marido nos da el pago por su libertad- ordeno.

Tras sus indicaciones la puerta se abrio y un joven de la misma estatura pero menos acuerpado que Edward entro a la habitación, paso cerca de Alice, la beso en los labios y se acerco a mi, me tomo de las manos atadas, me quejé, sin importarle mi expresion de dolor, me obligo a caminar; tras la puerta solo habia un pasillo, lo atravesamos por mas de cinco minutos, luego abrio a la fuerza una habitación , en esta al contrario de la anterior habia una cama, un baño y una pequeña ventana, el hombre rubio al que Edward se habia referido como Jasper me obligo a entrar en aquella habitación y cerro la puerta al estar mi cuerpo completamente adentro.

Con las manos atadas trate de levantarme, no fue un trabajo muy dificil, aunque mi cordinación no ayudará gran cosa.

Me senté en el borde de la cama, prometi no llorar, si estaba aquí a cambio de Jane, estaba segura que era por algo, no tenia ese instinto maternal, ni nada por el estilo pero tampoco era tan perversa para odiar a Jane y mucho menos desear que ella estuviese en mi lugar.

Respire profundo, pensé en la desesperación de Aro y la esperanza renacio en mi de nuevo, sabia que el tenía los medios para encontrarme, de eso estaba segura, en tan solo unas horas estaria bajo el amparo de mi esposo de nuevo, sonrei, observé la ventana y me levante para encontrar una pista de donde me encontraba, no encontré nada que sirviera, tan solo sabia que estabamos en algo de campo, el pasto era lo que predominaba en mi ventana.

Volvi a la cama y me acurruque, no supe en que momento el sueño me vencio.

Varios ruidos insistentes me despertaron, el chirriar de la puerta, el rechinar de una bandeja metalica, suspire exasperada y me levante.

-Aquí esta tu comida- me dijo Alice desde una reja pequeña en la parte superior de la puerta.

-Gracias eres muy amable- respondi.

-Agradece que no puedo tener el corazón de piedra como tu marido, deberia golpearte pero en vez de eso hasta te alimento- expreso.

-¡Aro!, ¿no entiendo por que te expresas asi de él?-  cuestione

-Sigue viviendo engañada y seras la primera en morir- me dijo, luego cerro la reja con fuerza ocasionando un ruido mayor.

Me levante y observe mis manos, grite frustrada, era una broma y una de muy mal gusto, me daba comida pero aun seguia con las manos atadas y no podia comer,- si muy bien que bondadosa eres- dije con sarcasmos

Después de un largo tiempo quien regreso no fue Alice, sino Edward, entro serio, me observo, yo no me movi ni un centimetro, se acerco a mi y saco un cuchillo, temí lo peor, pense en Aro, cerre los ojos y espere mi muerte subita.

En vez de eso, escuche el chirrido de la cuerda cuando el cuchillo la atraveso, volvi a respirar.

-Para que pueda comer- dijo Edward saliendo de la habitación.

En el resto de tiempo que estuve alli no volvi a ver a nadie.

En lo que supuse eran unas horas después, un gran golpe interrumpió, seguido de maldiciones a voz alta, me pusieron alerta, me levante y me pare en frente de la puerta, Edward y Alice furiosos entraron.

-Para que tener piedad de ti, si el jamas la ha tenido con nosotros- dijo Alice.

-yo…-Balbuceé.

-Vamos- ordeno Edward acercandose a mi, trate de oponerme pero con  un simple movimiento estaba atrapada por sus fuertes brazos, Alice hato nuevamente mis manos.

Caminamos de nuevo por el pasillo y volvimos a la habitación anterior.

-Amarala- dijo Edward al entrar.

Esta vez ya no habia luz, solo unas cuerdas atadas a la pared, Alice me movio con fuerza, una que pense que no poseia, me obligo a poner lo brazos encada parte de la cuerda y quede amarrada de pies y manos.

-Edward no es una buena idea- dijo un hombre mayor entrando a la habitación- esta aterrada-

-No me importa padre, sabes que debemos hacer algo para motivarlo- dijo Edward.

-Acosta de esto- discutio señalandome -No te parece suficiente lo que sufrio tu hermana-

-Papá es precisamente por estas cosas, que el nos manipula, el si les hace daño a nuestros seres queridos y tu… solo los consientes mientras los tienes prisioneros- alego Edward.

-Te desconozco Edward-

-Carlisle  esto es lo que somos y lo sabes, ¿acaso no nos lo has enseñado tú?- replico furioso.

-Lo siento- se disculpo el hombre.

Aterrada por mi futuro desvie la mirada, las lágrimas ya bajaban por mi rostro y no podia detenerlas, empecé a hiperventilar desesperada, trataba de respirar pero no podia, sentí pánico de morir, de no volver a ver a Aro, a mis padres, hasta a Jane.

-¡¿QUE LE SUCEDE?!- grito una voz que no logre identificar.

-Esta hiperventilando- grito otra.

-Ayudala- dijo una mas.

Temblaba y me sentia el ardor en mis manos y pies, cada vez que mi cuerpo se retorcia, tal vez alaba lo suficientemente fuerte para lastimarme.

Lo último que escuche fue una maldición y todo se hizo negro.

Me exaspere por no poder salir del limbo en el que me encontraba, trataba de pronunciar alguna palabra pero mi cuerpo entumido no me lo permitia, odiaba esta sensación, tal vez me habian matado en aquella habitación, me senti tonta, no me habia podido defender y ahora no me podria despedir por lo menos de Aro.

-Cariño despierta- decia una voz en la lejania.

Trate de responder  pero me era dificil, no podia encontrar mi voz.

-Isabella cariño, eso abre tus ojos- dijo nuevamente aquella voz, pero ahora la logre identificar, era Aro quien me llamaba.

Di un largo suspiro e intente respirar lo menos agitado que pude, pero el aire no era propio, no era el oxigeno que yo respiraba.

Abri los ojos, parpadee y lo primero que capto mi campo de visión fue el rostro de Aro con una expresion de angustia en el.

-Cariño al fin estas de vuelta- dijo suavemente.

Eleve mi mano al rostro para quitar lo que me producia oxigeno, sentia como ese aparato llenaba de aire mi cuerpo y no me permitia inhalar mi aire.

-No- me advirtio Aro, -llamare a una enfermera y al médico- dijo saliendo de mi campo de visión.

Permaneci quieta hasta que Aro volvio con un médico y una enfermera, este me examino y luego se enfrasco en una conversación con Aro.

Tras un tiempo de silencio Aro volvi a mi lado.

-Cariño podremos irnos en muy poco tiempo- me manifesto, lo observe con duda.

Aun seguia en shock  tras todo lo vivido.

Cerre los ojos y me deje llevar por la inconsciencia nuevamente.

Tras dormir un tiempo más, las cosas fueron pasando y yo no encontraba logica a lo qu estaba sucediendo y no entendia en donde me hallaba.

Solo fui consciente de la salida del hospital, todos hablaban a mi alrededor pero yo no podia pronunciar palabra alguna.

Ya el en auto rumbo a casa, me atrevi a hablar.

-Aro, ¿Qué sucedio?- pregunte.

-Nada grave cariño, tuviste un ataque de asma, comenzaste a hiperventilar y tuvimos que traerte de urgencias- manifesto tomandome de la mano.

-¿Con los Cullen?, ¿con el secuestro?- dije impaciente.

-¿Con que?- cuestiono extrañado.

-Aro, estuve secuestrada, me raptaron en la escuela, fueron los Cullen- los acuse.

-¡Ah eso!- exclamo despreocupadamente

-Si eso, Aro pondras una demanda en su contra ¿verdad?- cuestione.

-No lo haré, por supuesto que no, Isabella solo estuviste con ellos por un mal entendido, son buenos amigos mios y te estaban ayudando, pero dejemos este tema asi, ya esto ha pasado, lo importante es que estas bien y de vuelta conmigo- trato de calmarme.

-No, no dejaré el tema aquí, ellos me secuestraron y tendran que pagarlo- dije furiosa.

-Nadie te secuestro, solo te tuvieron en su casa como huesped un dia, deja el drama Isabella-

-Me llevaron a la fuerza, querian llevarse a Jane, yo lo impedi, tenemos que denunciarlos- debati.

El auto se detuvo abruptamente, Aro se giro furioso, como nunca antes lo habia visto, me fulmino con la mirada, me tomo con demasiada fuerza por los hombros y me zarandeo – no vas a decir absolutamente nada de esto me has entendido, ya solucione todo y tu no tienes por  que hacer preguntas, deja que yo me encargue de las cosas, ni una palabra en la escuela ni a Jane ¿me has entendido?-

Sorprendida asenti.

No dije nada más en cuanto volvi a mi puesto.

Al llegar a casa me baje del auto sin decirle una sola palabra a Aro, no salude a Jane, simplemente me dirigi a mi habitación y me encerre en el baño.

Me observé en el espejo, analice cada suceso que habia vivido con los “Cullen”, recorde palabra, las expresiones hacia Aro, la expresión de Aro cuando me amenazo… el nunca se habia comportado conmigo asi, senti miedo… desolación… pero las dudas resplazaron todos esos sentimientos... Entonces empece a cuestionarme…

¿Quiénes eran los Cullen? ¿Quien era Aro? ¿Que diablos estaba pasando? ¿Por qué Aro se empeñaba en ocultar las cosas?

Cada pregunta calaba ondo.

Me observé nuevamente observé mis manos, las marcas de la cuerda se notaban aun, eso me demostro que no era un sueño todo era real.

La expresión de duda me transformo, estaba decidida a averiguar que sucedia aquí, aunque en eso se me fuera la vida, sabría cuales eran las razones de Aro para ocultar todo, de eso estaba segura.

Capítulo 1: I PARTE Capítulo 3: III PARTE

 


 


 
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