LEYENDO LUNA NUEVA

Autor: cary0605
Género: General
Fecha Creación: 01/03/2012
Fecha Actualización: 26/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 79
Visitas: 135167
Capítulos: 29

Continuación de LEYENDO CREPUSCULO. La familia Cullen ha leído Crepúsculo y ahora leerán Luna Nueva. ¿Qué hará Edward cuándo se entere de que abandonará a Bella? ¿Qué pensará su familia? 

Historia original de Choices HP "Reading New moon"...( TRADUZCO con su permiso por supuesto)

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Capítulo 25: LA HUIDA

Disclaimer: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading New Moon” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento

La huida “leyó Jasper”
 
Demetri nos condujo hasta la lujosa y alegre área de recepción. Gianna, la mujer, seguía en su puesto detrás del mostrador de caoba pulida. Unos altavoces ocultos llenaban la habitación con las notas nítidas de una pieza inocente.
—No os vayáis hasta que oscurezca —nos previno Demetri.
 
Edward frunció el ceño ante la idea de tener que esperar, quería sacar a Bella lo antes posible de allí.
Edward asintió con la cabeza y él se marchó precipitadamente poco después.
Gianna observó la capa prestada de Edward con gesto astuto y especulativo. El cambio no pareció sorprenderle nada.
—¿Os encontráis bien las dos? —preguntó Edward entre dientes lo bastante bajo para que no pudiera captarlo la recepcionista. Su voz sonaba ruda, si es que el terciopelo puede serlo, a causa de la ansiedad. Supuse que seguía tenso por la situación.
 
"Naturalmente", dijo Edward.
 
—Será mejor que la sientes antes de que se desplome —aconsejó Alice—. Va a caerse a pedazos.
Fue en ese momento cuando me di cuenta de que temblaba de la cabeza a los pies, temblaba tanto que todo mi cuerpo vibraba hasta que al fin me castañetearon los dientes, la habitación empezó a dar vueltas a mi alrededor y se me nubló la vista. Durante un momento de delirio, me pregunté si era así como Jacob se sentía justo antes de transformarse en hombre lobo.
 
"Lo dudo", dijo Edward. "Pero ella debe estar muy asustada y nerviosa".
 
Escuché un sonido discordante, como si estuvieran aserrando algo, un contrapunto extraño a la música de fondo que, por contraste, parecía risueña. El temblor me distraía lo justo para impedirme determinar la procedencia.
—Silencio, Bella, calma —me pidió Edward conforme me guiaba hacia el sofá más alejado de la curiosa humana del mostrador.
—Creo que se está poniendo histérica. Quizá deberías darle una bofetada —sugirió Alice.
"Alice!" Edward siseó. "Fue una broma", se rió Alice.
“No es gracioso” le respondió Edward.
“Ya pasó Edward, ahora debes prestar atención para ver como se solucionan las cosas” le dijo Alice.
 
Edward le lanzó una mirada desesperada.
Entonces lo comprendí. Oh. El ruido era yo. El sonido similar al corte de una sierra eran los sollozos que salían de mi pecho. Eso era lo que me hacía temblar.
—Todo va bien, estás a salvo, todo va bien —entonaba él una y otra vez. Me sentó en su regazo y me arropó con la gruesa capa de lana para protegerme de su piel fría.
Sabía que ese tipo de reacción era una estupidez por mi parte. ¿Quién sabía cuánto tiempo me quedaba para poder mirar su rostro?
 
"Siempre me tendrás", dijo Edward. "Sobretodo gracias a los Vulturis ", sonrió Emmett y Edward gruñó ante el recuerdo de la probabilidad de que ella sería un vampiro pronto, pero aún no estaba todo dicho.
 
Nos habíamos salvado y él podía dejarme en cuanto estuviéramos en libertad. Era un desperdicio, una locura, tener los ojos tan llenos de lágrimas que no pudiera verle las facciones con claridad.
 
Emmett se rió entre dientes mientras Edward rodaba los ojos.
 
Pero era detrás de mis ojos donde se encontraba la imagen que las lágrimas no podían limpiar, donde veía el rostro aterrorizado de la mujer menuda del rosario.
—Toda esa gente... —hipé.
—Lo sé —susurró él.
—Es horrible.
—Sí, lo es. Habría deseado que no hubieras tenido que ser testigo de esto.
Apoyé la cabeza sobre su pecho frío y me sequé los ojos con la gruesa capa. Respiré hondo varias veces mientras intentaba calmarme.
—¿Necesitan algo? —preguntó una voz en tono educado. Era Gianna, que se inclinaba sobre el hombro de Edward con una mirada que intentaba mostrar empatía, una mirada profesional y cercana a la vez. Al parecer, no le preocupaba tener el rostro a centímetros de un vampiro hostil. O bien se encontraba en una total ignorancia o era muy buena en lo suyo.
 
"Debe estar acostumbrada", suspiró Carlisle.
 
—No —contestó Edward con frialdad.
Ella asintió, me sonrió y después desapareció.
Esperé a que se hubiera alejado lo bastante como para que no pudiera escucharme.
—¿Sabe ella lo que sucede aquí? —inquirí con voz baja y ronca. Empezaba a tranquilizarme y mi respiración se fue normalizando.
—Sí, lo sabe todo —contestó Edward.
—¿Sabe también que algún día pueden matarla?
—Es consciente de que existe esa posibilidad —aquello me sorprendió. El rostro de Edward era inescrutable—. Alberga la esperanza de que decidan quedársela.
 
"Tonta," siseó Rosalie.
 
Sentí que la sangre huía de mi rostro.
—¿Quiere convertirse en una de ellos?
Él asintió una vez y clavó los ojos en mi cara a la espera de mi reacción.
Me estremecí.
—¿Cómo puede querer eso?—susurré más para mí misma que buscando realmente una respuesta—. ¿Cómo puede ver a esa gente desfilar al interior de esa habitación espantosa y querer formar parte de eso?
Edward no contestó, pero su rostro se crispó en respuesta a algo que yo había dicho.

"No quería ella ser un vampiro?" Preguntó Emmett.
"Ella quiere ser parte de nuestra familia", dijo Alice. "Ella debe pensar que vamos a protegerla de convertirse en un monstruo... y lo haremos. Lo mejor que podamos"
"Hmmm... Eso es interesante. Me pregunto si ella cometerá errores," murmuró Emmett. "Vamos a estar allí, por lo que será difícil para ella llegar a cualquier ser humano..."
Edward siseó, pero Emmett no le hizo caso, y tampoco Jasper. "Pero va a ser una neófita... y  va a ser difícil controlarla..."
"Por no hablar de que tiene mucho temperamento ", sonrió Emmett. "Eso la mete en bastantes problemas ahora... y ni que pensar cuando sea una vampiro..."
"Hmmm ..." Jasper dijo, pensativo. Edward se quedó pensativo también. "Pero tenemos un factor a su favor: su compasión... Ella no quiere herir a nadie..."
"Entonces, tú crees que el conteo será bajo?" Emmett sonrió.
"Sí, pienso que su compasión batallará con su temperamento, eso sumado a su sed, pero aún así” dijo Jasper haciendo sonreír a Edward. “Voy a ir con un numero bajo..."
"Bien. Yo pienso que serán más que unos pocos... pero ¿Qué tan bajo piensas ?" Preguntó Emmett.
"No llegara ni a diez", dijo Jasper "ah  y sólo será dentro de su primer año."
"Eso funciona", dijo Emmett. "Cuatro mil dólares?"
"Es tú dinero", sonrió Jasper.
"Lo dice el que acaba de perder mil dólares hace solo unos momentos" dijo Emmett con aire de suficiencia.
"¿Ya terminaron?" Edward gruño a sus hermanos.
"Sí," dijeron los dos, y Jasper empezó a leer de nuevo.

De pronto, mientras examinaba su rostro tan hermoso e intentaba comprender el porqué de aquella crispación, me di cuenta de que, aunque fuera fugazmente, estaba de verdad en brazos de Edward
 
“Mientras ustedes dos estén juntos, todo tiene solución” Esme sonrío.
 
y que no nos iban a matar,
 
“Al menos, no por el momento” susurró Edward.
 
al menos por el momento.
 
“Awww, piensan igual” dijo Alice solo para molestar a Edward, que a leguas se veía que quería terminar ponto el capitulo para saber la reacción de Bella ante su presencia sin tantas preocupaciones.
 
—Ay, Edward —se me empezaron a saltar las lágrimas y al poco también comencé a gimotear.
Era una reacción estúpida. Las lágrimas eran demasiado gruesas para permitirme volver a verle la cara y eso era imperdonable.
 
“Exacto, imperdonable, mándenla a la hoguera” dijo Emmett con voz tétrica, los demás solo lo miraron extrañados.
“Bueno… antes se decía así” explico Emmett, pero nadie entendía su chiste, o en todo caso, fingían no entenderle.
“Y ella pronto será un vampiro…” siguió balbuceando Emmett. “Y a los vampiros se los quema… y…”
Los demás seguían mirándolo preguntando en sus miradas, ¿qué era lo gracioso?
“Okey, no fue gracioso, continua leyendo Jasper” dijo enfurruñando, y esta vez sí causo risas por su actitud.
 
Con seguridad, sólo tenía de plazo hasta el crepúsculo; de nuevo como en un cuento de hadas, con límites después de los cuales acababa la magia.
 
“Pero siempre estaré con ella, incluso cuando se le acabe su tiempo de humana…” comento Edward.
“No sé de qué te quejas, has hecho un excelente trabajo demostrándoselo” dijo Alice con sarcasmo.
 
—¿Qué es lo que va mal? —me preguntó todavía lleno de ansiedad mientras me daba amables golpecitos en la espalda.
Enlacé mis brazos alrededor de su cuello. ¿Qué era lo peor que él podía hacer? Sólo apartarme,
 
“No creo que eso pase” se rio Edward, parecía que Bella siempre lo sorprendía con sus abrazos.
“En todo caso, es una suerte que Alice este ahí, así te separa un poco de ella” animo Jasper también, ya era hora de sacar la tensión de la sala.
 
así que me apretujé aún más cerca.
—¿No es de locos sentirse feliz justo en este momento? —le pregunté. La voz se me quebró dos veces.
 
"No", sonrió Edward. "Estoy bastante feliz ahora mismo, y ni siquiera pase lo que tuvo que pasar el Edward del libro."
 
Él no me apartó. Me apretó fuerte contra su pecho, tan duro como el hielo, tan fuerte que me costaba respirar, incluso ahora, con mis pulmones intactos.
 
“Hmmm” murmuro Edward, el debería haberse controlado un poco mas, podría haberla lastimado.
“Lo dije” se río Jasper.
“Pero no hagan cosas indebidas eh” bromeo Emmett picándole a Edward con el dedo.
“Solo lee Jasper” contesto Edward.
 
—Sé exactamente a qué te refieres —murmuró—, pero nos sobran razones para ser felices. La primera es que seguimos vivos.
 
“Edward! Podrías haberle dicho que eras feliz porque estaban juntos” lo reto Esme.
“Yo también pienso lo mismo, no sé qué le pasa a ese Edward…” murmuro él pensativamente.
 
—Sí —convine—. Ésa es una excelente razón.
—Y juntos —musitó.
 
“Ahí está, lo dije! Comento Edward “Aunque hubiera invertido los lugares”
“Ya deja de pelearte con tu personaje del libro, que el otro te gana en idioteces” se burlo Emmett como siempre..
 
Su aliento era tan dulce que hizo que la cabeza me diera vueltas.
Me limité a asentir, convencida de que él no concedía a esa afirmación la misma importancia que yo.
 
"Ella nunca entiende esa parte", sonrió Edward, sacudiendo la cabeza. "En esta realidad podrías hacérselo saber desde el principio” dijo Alice.
“Pos supuesto que sí, aunque no me gustaría asustarla con un amor que ya siento sin haberla conocido” contesto Edward un poco alicaído.
“Patrañas” dijo Alice restándole importancia con la mano “Ya la conoces lo suficiente por este libro, todo irá de mil maravillas”
 
—Y, con un poco de suerte, todavía estaremos vivos mañana.
—Eso espero—dije con preocupación.
—Las perspectivas son buenas —me aseguró Alice. Estaba tan quieta que casi habíamos olvidado su presencia—. Veré a Jasper en menos de veinticuatro horas —añadió con satisfacción.
 
Jasper dejo salir un fuerte suspiro, eso solo confirmaba que todo saldría bien, no había porque preocuparse.
Alice le dio una sonrisa que decía claramente “Te dije que todo saldría bien”.
“No dudaré nunca más” le respondió Jasper sonriéndole de vuelta. Era tanto el amor que desprendía la pareja, que Carlisle tomo la mano de su esposa y le dio un apretón cariñoso, y Emmett le dio un beso que lejos de ser apasionado, fue uno pequeño que desprendía amor y ternura para Rosalie.
Y Edward… bueno Edward, sentía un vacio, sentía la ausencia de no tener a su compañera con él, porque el sabia que Bella era su otra mitad, el no tenia alma, pero estaba seguro que la presencia de Bella supliría el lugar que su alma debía ocupar. Realmente él no quería cortar este momento que a menudo solía pasar, pero mientras ms rápido terminaran los libros, él podría también vivir ese amor que los demás le profesaba a sus compañeras. Así que se aclaro la garganta ruidosamente, para que Jasper siguiera leyendo.
“Envidioso” lo reto Emmett haciendo reír a Rosalie, él quería seguir besando a su Rose.
“Lo siento” dijo Jasper y se dispuso a seguir leyendo.
 
Alice era afortunada. Ella podía confiar en su futuro.
Yo no era capaz de apartar la mirada de Edward mucho rato. Le observé fijamente, deseando más que nunca ese futuro que nunca ocurriría,
 
“¿Tan malo sería Edward?” pensó Alice “Eso es lo que ella quiere y desea”
Él solo negó imperceptiblemente con la cabeza.
“Es solo cuestión de tiempo” ella se encogió de hombros.
 
que aquel momento durara para siempre o si no, que yo dejara de existir cuando acabara.
 
"Con ese tipo de pensamiento, es algo bueno que me vaya a quedar con ella", sonrió Edward.
 
Edward me devolvió la mirada, con sus suaves ojos oscuros y resultó fácil pretender que él sentía lo mismo.
 
“Pero si no estoy pretendiendo nada, es o que realmente siento” protesto Edward.
Esme le dio un nada suave golpe en la nuca “Ya deja de quejarte, afronta las consecuencia con un hombre”
“Pero si yo no hice nada” se defendió él.
“Exacto, así que deja de quejarte en vano” se rio Esme.
 
Y así lo hice. Me lo imaginé para que el momento tuviera un sabor más dulce.
Recorrió mis ojeras con la punta de los dedos.
—Pareces muy cansada.
—Y tú sediento —le repliqué en un susurro mientras estudiaba las marcas moradas debajo de sus pupilas negras.
 
Los demás se enervaron, eso podría ser peligroso.
 
Él se encogió de hombros.
—No es nada.
 
“Debes estar controlándote bastante” lo alabo Carlisle.
 
—¿Estás seguro? Puedo sentarme con Alice —le ofrecí,
 
"Como si yo fuera a alejarme de ella... especialmente en un lugar como ese", se burló Edward.
 
aunque a regañadientes; preferiría que me matara en ese instante antes que moverme un centímetro de donde estaba.
 
“No hay necesidad de ser tan drásticos” Emmett se rio “Ustedes dos son muy dramáticos”
 
—No seas ridícula —suspiró; su aliento dulce me acarició la cara—. Nunca he controlado más esa parte de mi naturaleza que en este momento.
"¿Qué significa eso?" Jasper preguntó, mirando a Edward. "No estoy seguro", dijo Edward. "A lo mejor es algo que tendría que vivir para saber". "Espero que no", dijo Alice, "porque yo misma me encargaré de que no sobrevivas si vuelves a hacer una estupidez como esta."
“Exactamente” corroboro Rosalie.
“pensé que no querías que ella fuera vampiro” se extraño Edward.
“Y no quiero, pero me refiero a su vida humana. No puedes entrar en la vida de alguien y luego irte así sin más” ella le contesto “O estas con ella y no te vas, o decides no conocerla, no puedes jugar con su vida así”
Edward asintió entendiendo a lo que se refería.
 
Tenía miles de preguntas para él. Una de ellas pugnaba por salir ahora de mis labios, pero me mordí la lengua. No quería echar a perder el momento, aunque fuera imperfecto, así, en una habitación que me ponía enferma, bajo la mirada de una mujer que deseaba convertirse en un monstruo.
En sus brazos, era más que fácil fantasear con la idea de que él me amaba.
 
Edward rodo los ojos “Y dale con lo mismo”
 
No quería pensar sobre sus motivaciones en ese momento, máxime si estaba actuando de ese modo para mantenerme tranquila mientras continuara el peligro, o bien porque se sentía culpable de que yo estuviera allí y no deseaba sentirse responsable de mi muerte. Quizás el tiempo que habíamos pasado separados había bastado para que no le aburriera todavía,
 
“Yo nunca me aburriría” murmuró Edward bajito.
 
pero nada de esto importaba. Me sentía mucho más feliz fantaseando.
Permanecí quieta en sus brazos, memorizando su rostro otra vez, engañándome...
Me miraba como si él estuviera haciendo lo mismo
 
Edward suspiro, Bella le entendía tan bien, pero estaba empecinada en creer esa burda mentira y no la verdad.
 
aunque entretanto discutía con Alice sobre la mejor forma de volver a casa.
 
“Hmmm” Edward miro mal a Alice “me distraes de mi tarea”
“Realmente compadezco a Bella, no le quitaras el ojo de encima de ahora en mas” dijo Alice entre la risa y el enojo.
“No creo que mi hermanita se queje” se rio Emmett.
“Ya lo veremos, recuerda su temperamento” le dijo Japer.
 
Intercambiaban rápidos cuchicheos, y comprendí que actuaban así para que Gianna no pudiera entenderlos. Incluso yo, que estaba a su lado, me perdí la mitad de la conversación. Me dio la impresión de que el asunto iba a requerir algún robo más.
 
“Enana detrás de esa faceta de compradora compulsiva tienes una obsesión por robar autos, nunca lo hubiera pensado de ti” Emmett bromeaba.
“Nunca sabes que se esconde una fachada angelical” dijo Alice con una sonrisa brillante.
“Angelical?” susurro Edward en son de burla.
 
Me pregunté con cierto desapego si el propietario del Porsche amarillo habría recuperado ya su coche.
 
"Lo dudo, pero apuesto a que ha sido confiscado", Alice se encogió de hombros "Aunque me gustaría poder hacerlo de nuevo."
“Alice” la reto Carlisle.
“Pero fue por una buena causa” se excuso.
“Y lo de querer hacerlo de nuevo?” le pregunto.
“Pueees… yo no hice nada, fue la Alice del libro” se defendió otra vez.
 
—¿Y qué era toda esa cháchara sobre cantantes? —preguntó Alice en un momento determinado.
 
"Oh, yo ya sé que es." Emmett dijo con aire de suficiencia. "Eso es porque hablamos de ello" Alice rodó los ojos. "Antes ni siquiera sabías de la existencia de la tua cantante." "¿Y?" Emmett hizo un mohín.
 
La tua cantante—señaló Edward. Su voz convirtió las palabras en música.
—Sí, eso —afirmó Alice y yo me concentré por un momento. Ya puestos, también me preguntaba lo mismo.
Sentí cómo Edward se encogía de hombros.
—Ellos tienen un nombre para alguien que huele del modo que Bella huele para mí. La llaman «mi cantante», porque su sangre canta para mí.
Alice se echó a reír.
Estaba lo suficientemente agotada como para dormirme, pero luché contra el cansancio. No quería perderme ni un segundo del tiempo que pudiera pasar en su compañía.
 
“Por eso es bueno ser vampiro” comento Emmett como siempre “No necesitamos dormir”
 
De vez en cuando, mientras hablaba con Alice, se inclinaba repentinamente y me besaba. Sus labios —suaves como el vidrio pulido— me rozaban el pelo, la frente, la punta de la nariz. Cada beso era como si aplicara una descarga eléctrica a mi corazón, aletargado durante tanto tiempo.
 
Seguramente pasa lo mismo con mi corazón, aunque ya esté muerto y congelado pensó Edward con añoranza.
 
El sonido de sus latidos parecía llenar por completo la habitación.
Era el paraíso, aunque estuviéramos en el mismo centro del infierno.
 
"Nuestro paraíso en una burbuja", sonrió Edward alegremente.
 
Perdí la noción del tiempo por completo, por lo que me entró el pánico cuando los brazos de Edward se tensaron en torno a mí y él y Alice miraron al fondo de la habitación con gesto de preocupación.
 
“Ya deben haber terminado” dijo Carlisle.
 
Me encogí contra el pecho de Edward al ver a Alec traspasar las puertas de doble hoja. Ahora, sus ojos eran de un vivido color rubí; a pesar del «almuerzo», no se le veía ni una mancha en la ropa.
Eran buenas noticias.
—Ahora, sois libres para marcharos —anunció con un tono tan cálido que cualquiera hubiera pensado que éramos amigos de toda la vida—. Lo único que os pedimos es que no permanezcáis en la ciudad.
 
"Como si quisiéramos quedarnos allí", dijo Alice, rodando sus ojos.
 
Edward no hizo amago de protestar; su voz era fría como el hielo.
—Eso no es problema.
Alec sonrió, asintió y desapareció de nuevo.
—Al doblar la esquina, sigan el pasillo a la derecha hasta llegar a los primeros ascensores —nos indicó Gianna mientras Edward me ayudaba a ponerme en pie—. El vestíbulo y las salidas a la calle están dos pisos más abajo. Adiós, entonces —añadió con amabilidad. Me pregunté si su competencia bastaría para salvarla.
Alice le lanzó una mirada sombría.
 
“Parece que no” dijo Emmett sin atisbo de humor en su voz esta vez.
 
Me sentí aliviada al pensar que había otra salida al exterior; no estaba segura de poder soportar otro paseo por el subterráneo.
Salimos por un lujoso vestíbulo decorado con gran gusto. Fui la única que volvió la vista atrás para contemplar el castillo medieval que albergaba la elaborada tapadera. Sentí un gran alivio al no divisar la torrecilla desde allí.
Los festejos continuaban con todo su esplendor. Las farolas empezaban a encenderse mientras recorríamos a toda prisa las estrechas callejuelas adoquinadas. En lo alto, el cielo era de un gris mate que se iba desvaneciendo, pero la oscuridad era mayor en las calles dada la cercanía de los edificios entre sí.
También la fiesta se volvía más oscura. La capa larga que arrastraba Edward no llamaba ahora la atención del modo que lo habría hecho en una tarde normal en Volterra. Había otros que también llevaban capas de satén negro, y los colmillos de plástico.
 
“En halloween podríamos vestirnos de vampiros y usar esos colmillos” dijo Emmett pensativo “Nos veríamos geniales”
“Por supuesto que no, nos veríamos ridículos, así que ni lo pienses” Rosalie zanjo el tema antes de que su esposo siguiera divagando.
 
que yo había visto llevar a los niños en la plaza parecían haberse vuelto muy populares entre los adultos.
—Ridículo —masculló Edward en una ocasión.
 
“Exacto” volvió a decir Rosalie, ya eran vampiros, no había necesidad de disfrazarse y verse ridículos.
 
No me di cuenta del momento en que Alice desapareció de mi lado. Miré alrededor para hacerle una pregunta, pero ya se había ido.
—¿Dónde está Alice? —susurré llena de pánico.
 
"Debo estar buscando sus cosas y rob…” Alice se detuvo mientras miraba a Carlisle “ y pidiendo prestado un auto, que espero sea rápido como el primero”
 
—Ha ido a recuperar vuestros bolsos de donde los escondió esta mañana.
Se me había olvidado que podría usar mi cepillo de dientes. Esto mejoró mi ánimo de forma considerable.
—Está robando otro coche, ¿no? —adiviné.
 
“Claro que no, es solo un préstamo” dijo Alice muy convencida.
 
Me dedicó una gran sonrisa.
—No hasta que salgamos de Volterra.
Parecía que quedaba un camino muy largo hasta la entrada. Edward se dio cuenta de que me hallaba al límite de mis fuerzas; me pasó el brazo por la cintura y soportó la mayor parte de mi peso mientras andábamos.
Me estremecí cuando me guió a través de un arco de piedra oscura. Encima de nosotros había un enorme rastrillo antiguo. Parecía la puerta de una jaula a punto de caer delante de nosotros y dejarnos atrapados.
Me llevó hasta un coche oscuro que esperaba en un charco de sombras a la derecha de la puerta, con el motor en marcha. Para mi sorpresa, se deslizó en el asiento trasero conmigo y no insistió en conducir él.
 
"Eso es raro... por lo general no dejas que nadie conduzca si tu vas en el auto", dijo Emmett. "Supongo que tienes tantas ganas de estar cerca de ella, Eddy, que ya no te interesa conducir." "Obviamente", dijo Edward, rodando los ojos.
“Así que, me prestas tu volvo mientras estas con ella?” pregunto inocentemente.
“No” fue lo único que le respondió Edward.
 
Alice habló en son de disculpa.
—Lo siento —hizo un gesto vago hacia el salpicadero—. No había mucho donde escoger.
 
"Ah," Alice hizo un puchero.
 
—Está muy bien, Alice —sonrió ampliamente—. No todo van a ser Turbos 911.
Ella suspiró.
—Voy a tener que comprarme uno de ésos legalmente. Era fabuloso.
—Te regalaré uno para Navidades —le prometió Edward.
 
"Gracias Edward!!" dijo Alice abrazándolo. "Lo siento, enana, pero no tengo porque cumplir esa promesa", sonrió Edward. "Pero Edward... yo lo quiero", Alice hizo un mohín Alice. "¿De verdad quieres esperar todo un año para conseguirlo?" Edward levantó una ceja. "si te lo doy, será en navidad". "Oh," dijo Alice. "Tienes razón, voy a tener que comprarlo yo misma."
 
Alice se dio la vuelta para dedicarle una sonrisa resplandeciente, lo que me preocupó, ya que había empezado a acelerar por la ladera oscura y llena de curvas.
—Amarillo —le dijo ella.
Edward me mantuvo abrazada con fuerza. Me sentía calentita y cómoda dentro de la capa gris. Más que cómoda.
 
Edward sonrío, estaba seguro que él sentía esa misma comodidad al tener por fin  a Bella sana y salva en sus brazos.
 
—Ahora puedes dormirte, Bella —murmuró—, ya ha terminado todo.
Sabía que se estaba refiriendo al peligro, a la pesadilla en la vieja ciudad, pero yo tuve que tragar saliva con fuerza antes de poderle contestar.
—No quiero dormir. No estoy cansada.
Sólo la segunda parte era mentira. No estaba dispuesta a cerrar los ojos. El coche apenas estaba iluminado por los instrumentos de control del salpicadero, pero bastaba para que le viera el rostro.
Presionó los labios contra el hueco que había debajo de mi oreja.
—Inténtalo —me animó.
Yo sacudí la cabeza.
Suspiró.
—Sigues igual de cabezota.
 
"Eso nunca va a cambiar", se rió Emmett. "Es una de sus mejores cualidades, después de todo."
 
Lo era. Luché para evitar que se cerraran mis pesados párpados y gané.
 
“Eso no es bueno, lleva mucho tiempo sin dormir bien” aportó Carlisle.
 
La carretera oscura fue el peor tramo; luego, las luces brillantes del aeropuerto de Florencia me ayudaron a seguir despierta, y también el hecho de poder cepillarme los dientes y ponerme ropa limpia; Alice le compró ropa nueva a Edward y dejó la capa oscura en un montón de basura en un callejón.
 
“Oye, eso era un suvenir de parte de los Vulturis, tenias que conservarlo” refunfuño Emmett.
“No gracias, prefiero olvidar lo que paso” contesto Edward.
 
El vuelo a Roma era tan corto que no hubo oportunidad de que me venciera la fatiga. Me hice a la idea de que el de Roma a Atlanta sería harina de otro costal de todas todas, por eso le pregunté a la azafata de vuelo si podía traerme una Coca-Cola.
—Bella... —me reconvino Edward, sabedor de mi poca tolerancia a la cafeína.
Alice viajaba en el asiento de atrás. Podía oírle murmurar algo a Jasper por el móvil.
—No quiero dormir —le recordé. Le di una excusa que resultaba creíble porque era cierta—. Veré cosas que no quiero ver si cierro ahora los ojos. Tendré pesadillas.
 
"Eso no me gustaría... que ella tuviera pesadillas, no importa de lo que fueran," dijo Edward.
 
No discutió conmigo después de eso.
Podría haber sido un magnífico momento para charlar y obtener las respuestas que necesitaba. Las necesitaba, pero, en realidad, prefería no escucharlas.
 
"Oh, estoy bastante seguro que ambos mueren por hablarse", sonrió Emmett. “Bella puede ser terca, pero nuestro Eddy le gana”
Los demás asintieron riendo, excepto por Edward.
 
Me desesperaba simplemente el pensar lo que podría oír. Teníamos cierto tiempo por delante y él no podía escapar de mí en un avión, bueno, al menos, no con facilidad.
 
"Sí, si él quisiera, podría hacerlo", se rió Emmett. "Y sobreviviría con facilidad".
 
Nadie podía escucharnos excepto Alice; era tarde y la mayoría de los pasajeros estaba apagando las luces y pidiendo almohadas en voz baja. Charlar podría haberme ayudado a luchar contra el agotamiento.
Pero, de forma perversa, me mordí la lengua para evitar el flujo de preguntas que me inundaban. Probablemente, me fallaba el razonamiento debido al cansancio extremo, pero esperaba comprar algunas horas más de su compañía y ganar otra noche más, al estilo de Sherezade, si posponía la discusión.
Así que conseguí mantenerme despierta a base de beber Coca-Cola y resistir incluso la necesidad de parpadear.
 
Tanto Carlisle como Esme fruncieron el ceño ante la actitud de Bella, ellos ya la querían como una hija más, y por lo tanto se preocupaban.
 
Edward parecía estar perfectamente feliz teniéndome en sus brazos, con sus dedos recorriéndome el rostro una y otra vez.
 
“Totalmente feliz” dijo Edward con una sonrisa brillante.
 
Yo también le toqué la cara. No podía parar, aunque temía que luego, cuando volviera a estar sola, eso me haría sufrir más.
 
Solo eso basto para que su sonrisa decayera, ella aún seguía sin intuir la verdad.
 
Continuó besándome el pelo, la frente, las muñecas... pero nunca los labios y eso estuvo bien. Después de todo, ¿de cuántas maneras se puede destrozar un corazón y esperar de él que continúe latiendo?
 
“En cierto punto ella tiene razón” dijo Jasper “Está convencida que te vas a ir”
“No entiendo porque no se lo aclara de una vez, solo la está haciendo sufrir más” dice Edward haciendo referencia al Edward del libro, y pensando que sabiendo lo que él sabe, no se comportaría así, el no prolongaría esa espera por la verdad.
 
En los últimos días había sobrevivido a un montón de cosas que deberían haber acabado conmigo, pero eso no me hacía sentirme más fuerte. Al contrario, me notaba tremendamente frágil, como si una sola palabra pudiera hacerme pedazos.
 
"No te preocupes, Eddy no va a decir ninguna palabra", dijo Emmett.
 
Edward no habló. Quizás albergaba la esperanza de que me durmiera. O quizá no tenía nada que decir.
 
"Edward realmente deberías hablar con ella," Esme frunció el ceño, no le gustaba que Bella siguiera preocupada.
"Probablemente estoy nervioso... o preocupado porque ella no quiera aceptarme de regreso, no lo sé", suspiró Edward con el ceño fruncido también.
 
Salí triunfante en la lucha contra mis párpados pesados. Estaba despierta cuando llegamos al aeropuerto de Atlanta e incluso vimos el sol comenzando a alzarse sobre la cubierta nubosa de Seattle antes de que Edward cerrara el estor de la ventanilla. Me sentí orgullosa de mí misma. No me había perdido ni un solo minuto.
Alice y Edward no se sorprendieron por la recepción que nosesperaba en el aeropuerto Sea-Tac, pero a mí me pilló con la guardia baja. Jasper fue el primero que divisé, aunque él no pareció verme a mí en absoluto.
 
"Lo siento, pero sólo hay una persona a la que quiero ver", Jasper le sonrió a Alice.
 
Sólo tenía ojos para Alice.
 
“Y yo para ti” le dijo ella.
 
Se acercó rápidamente a ella, aunque no se abrazaron como otras parejas que se habían encontradoallí. Se limitaron a mirarse a los ojos el uno al otro, y a pesar de todo, de algún modo, el momento fue tan íntimo que me hizo sentir la necesidad de mirar hacia otro lado.
Carlisle y Esme esperaban en una esquina tranquila lejos de la línea de los detectores de metales, a la sombra de un gran pilar. Esme se me acercó, abrazándome con fuerza y cierta dificultad, porque Edward aún mantenía sus brazos en torno a mí.
—¡Cuánto te lo agradezco...! —me susurró al oído.
 
"Sí, ella es una chica extraordinaria", sonrió Esme.
 
Después, se arrojó en brazos de Edward yparecía como si estuviera llorando a pesar de que no era posible.
Nunca me hagas pasar por esto otra vez —casi le gruñó.
 
Esme estaba mirando a Edward, lo que indica que ella estaba sintiendo exactamente lo mismo que la Esme del libro.
 
Edward le dedicó una enorme sonrisa, arrepentido.
—Lo siento, mamá.
—Gracias, Bella —me dijo Carlisle—. Estamos en deuda contigo.
 
“Eso es verdad” se auto confirmó Carlisle.
 
—Para nada —murmuré. La noche en vela empezaba a pasarme factura. Sentía la cabeza desconectada del cuerpo.
—Está más muerta que viva —reprendió Esme a Edward—. Llévala a casa.
No sabía si era a casa adonde quería irme ahora; llegados a este punto, me tambaleé, medio ciega a través del aeropuerto, mientras Edward me sujetaba de un brazo y Esme por el otro.
No estaba segura de si Alice y Jasper nosseguían o no, y me sentía demasiado exhausta para mirar.
Creo que, aunque continuara andando, en realidad estaba dormida cuando llegamos al coche. La sorpresa de ver a Emmett yRosalie apoyados contra el gran Sedán negro, bajo las luces tenues del aparcamiento, me recordó algo. Edward se envaró.
—No lo hagas —susurró Esme—. Ella lo ha pasado fatal.
—Qué menos —dijo Edward, sin hacer intento alguno de bajar la voz.
 
"Lo siento," se disculpó Rosalie. "Lo sé," dijo Edward. “Todo salió bien al final."
 
—No ha sido culpa suya —intervine yo, con la voz pastosa por el agotamiento.
 
"Naturalmente, ella me defiende", sonrió Rosalie. Durante todo el libro, Bella había demostrado que realmente se merecía una oportunidad para conocerla mejor.
 
—Déjala que se disculpe —suplicó Esme—. Nosotros iremos con Jasper y Alice.
Edward fulminó con la mirada a aquella vampira rubia, absurdamente hermosa, que nos esperaba.
 
Y ese comentario ayudo también, ya que Rosalie sonrió ante eso.
 
—Por favor, Edward —le dije. No me apetecía viajar con Rosalie más que a él, pero yo había causado suficiente discordia ya en su familia.
 
“Pero ya no mas, verdad Rose?” le pregunto Emmett.
Ella negó con la cabeza, aun tenía sus dudas, pero ya no era tan reticente como al principio.
 
Él suspiró y me empujó hacia el coche.
Emmett y Rosalie se deslizaron en los asientos delanteros sin decir una palabra, mientras Edward me acomodaba otra vez en la parte trasera. Sabía que no iba a conseguir mantener abiertos los párpados mucho más tiempo, así que dejé caer la cabeza contra su pecho, derrotada, y permití que se cerraran. Sentí que el coche revivía con un ronroneo.
—Edward —comenzó Rosalie.
—Ya sé —el tono brusco de Edward no era nada generoso.
—¿Bella? —me preguntó con suavidad.
Mis párpados revolotearon abiertos de golpe. Era la primera vez que ella se dirigía a mí directamente.
—¿Sí, Rosalie?—le pregunté, vacilante.
—Lo siento muchísimo, Bella. Me he sentido fatal con todo esto y te agradezco un montón que hayas tenido el valor de ir y salvar a mi hermano después de todo lo que hice. Por favor, dime que me perdonas.
Las palabras eran torpes, y sonaban forzadas por la vergüenza, pero parecían sinceras.
 
"No cuenta si ella no está consciente", se rió Emmett. "¿Por qué?" Rosalie sonrió a su vez. "Ella me perdonaría igual de fácil si estuviera despierta." "Es cierto," todos estuvieron de acuerdo.
 
—Por supuesto, Rosalie —mascullé, aferrándome a cualquier oportunidad que la hiciera odiarme un poco menos—. No ha sido culpa tuya en absoluto. Fui yo la que saltó del maldito acantilado. Claro que te perdono.
El discurso me salió de una sensiblería bastante empalagosa.
—No vale hasta que recupere la conciencia, Rose —se burló Edward.
 
“Ahora copias las líneas de Emmett” Jasper se rió. “Este libro nunca dejará de sorprendernos”
 
—Estoy consciente —repliqué; sólo que sonó como un suspiro incomprensible.
—Déjala dormir —insistió Edward, pero ahora su voz se volvió un poco más cálida.
Todo quedó en silencio, a excepción del suave ronroneo del motor. Debí de quedarme dormida, porque me pareció que sólo habían pasado unos segundos cuando la puerta se abrió y Edward me sacó del coche. No podía abrir los ojos. Al principio, pensé que todavía estábamos en el aeropuerto.
Y entonces escuché a Charlie.
—¡Bella! —gritó a lo lejos.
 
"¡Dios mío, Charlie debe haber estado muy preocupado" . "Todo esto paso mientras él se reponía  a la pedida de su mejor amigo."
 
—Charlie —murmuré, intentando sacudirme el sopor.
—Silencio —susurró Edward—. Todo va bien; estás en casa y a salvo. Duérmete ya.
 
“No creo que eso ayude” se rio Emmett “Ahora si sufrirás la ira de un verdadero suegro”
 
—No me puedo creer que tengas la cara dura de aparecer por aquí —bramó Charlie, dirigiéndose a Edward. Su voz sonaba ahora más cercana.
—Déjalo, papá —gruñí, pero él no me escuchó.
—¿Qué le ha pasado? —inquirió Charlie.
—Sólo está extenuada, Charlie —le tranquilizó Edward con serenidad—. Por favor, déjala descansar.
—¡No me digas lo que tengo que hacer! —gritó Charlie—. ¡Dámela! ¡Y quítale las manos de encima!
 
"Sip! Ahora las cosas no serán tan fáciles", se rió Emmett. "Puede que Bella te acepte con ganas, pero no Charlie", se rió Alice también.
“Espero que no me imponga una orden de alejamiento” dijo Edward preocupado.
“Como si un papel te pudiera separar de ella” lo contradijo Jasper “por favor, si te cuelas por su ventana, eso es allanamiento de morada”
“Esta familia está llena de delincuentes, Alice roba autos, Jasper falsifica documentos, Carlisle miente su edad para trabajar en el hospital, y Edward se mete en la casa del oficial Swam por las noches” Emmett dijo indignado “Los únicos inocentes somos mi rose y yo”
Esme tosió ligeramente.
“Y por supuesto mi santa madre” termino con una risita.
 
Edward intentó trasladarme a los brazos de Charlie, pero yo me aferré a él usando mis tenaces dedos. Sentí cómo mi padre tiraba de mi brazo.
—Déjalo ya, papá —conseguí decir en voz más alta. Me las apañé para mantener los párpados abiertos y mirar a Charlie con los ojos legañosos—. Enfádate conmigo.
Estábamos en la puerta principal de mi casa, que permanecía abierta. La capa de nubes era demasiado espesa para determinar la hora.
—Puedes apostar a que sí —prometió Charlie—. Entra.
—Vale. Bájame —suspiré.
Edward me puso de pie. Sabía que estaba derecha, pero no sentía las piernas. Caminé con dificultad, hasta que la acera giró de pronto hacia mi rostro. Los brazos de Edward me atraparon antes de que me diera un buen trompazo contra el asfalto.
 
"¡Dios mío!" Esme se inqieto
 
—Déjame sólo que la lleve a su cuarto —pidió Edward—. Después me marcharé.
—No —grité, llena de pánico.
 
Edward frunció el ceño, parecía que sería algo difícil convencerla de que él no se iría más si ella no lo deseaba.
 
Todavía no había conseguido mis respuestas. Debía quedarse al menos hasta ese momento, ¿no?
—No estaré lejos —me prometió Edward, susurrándome tan bajo al oído que no había ni una posibilidad de que Charlie pudiera haberlo oído.
No escuché la respuesta de Charlie, pero Edward entró en la casa. Mis ojos sólo aguantaron abiertos hasta las escaleras. La última cosa que sentí fueron las manos frías de Edward mientras me soltaba los dedos, aferrados a su camisa
 
"Ese es el final del capítulo," dijo Jasper y le entregó el libro a Carlisle. "No puedo esperar a ver cómo reacciona a Bella cuando ella se despierte" Emmett sonrió con anticipación.
 

Hola^^
Como están?? Espero que les haya gustado el capi, y lamento la tardanza!
Capítulo 24: FELIZ AÑO NUEVO Capítulo 26: LA VERDAD

 
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