LEYENDO LUNA NUEVA

Autor: cary0605
Género: General
Fecha Creación: 01/03/2012
Fecha Actualización: 26/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 79
Visitas: 135165
Capítulos: 29

Continuación de LEYENDO CREPUSCULO. La familia Cullen ha leído Crepúsculo y ahora leerán Luna Nueva. ¿Qué hará Edward cuándo se entere de que abandonará a Bella? ¿Qué pensará su familia? 

Historia original de Choices HP "Reading New moon"...( TRADUZCO con su permiso por supuesto)

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Capítulo 23: EL VEREDICTO

Aviso: Los libros transcriptos pertenecen a Meyer, el fic pertenece a Choices hp, SOLO ME PERTENECE LA TRADUCCIÓN, todo esto es por mero entretenimiento, y sin animos de lucro.


“El veredicto” Esme leyó

Nos hallábamos en un corredor de apariencia normal e intensamente iluminado. Las paredes eran de color hueso y el suelo estaba cubierto por alfombras de un gris artificial. Unas luces fluorescentes rectangulares de aspecto corriente jalonaban con regularidad el techo. Agradecí mucho que allí hiciera más calor. Aquel pasillo resultaba muy acogedor después de la penumbra de las siniestras alcantarillas de piedra.

Edward frunció el ceño, Bella debía de estar pasando mucho frio para encontrar ese lugar agradable.

Edward no parecía estar de acuerdo con mi valoración.

Eso hizo sonreír muy imperceptiblemente a Esme, parecía que Bella lo conocía bastante bien, ya que  tanto su hijo en el libro como el de la sala estaban en sintonía.

Lanzó una mirada fulminante y sombría hacia la menuda figura envuelta por un velo de oscuridad que permanecía al final del largo corredor, junto al ascensor.

Tiró de mí para hacerme avanzar y Alice caminó junto a mí, al otro lado. La puerta gruesa crujió al cerrarse de un portazo detrás de nosotros, y luego se oyó el ruido sordo de un cerrojo que se deslizaba de vuelta a su posición.

Jane nos esperaba en el ascensor con gesto de indiferencia e impedía con una mano que se cerrasen las puertas.

Los tres vampiros de la familia de los Vulturis se relajaron más cuando estuvimos dentro del ascensor. Echaron hacia atrás las capas y dejaron que las capuchas cayeran. Felix y Demetri eran de tez ligeramente olivácea, lo que, combinado con su palidez terrosa, les confería una extraña apariencia. Felix tenía el pelo muy corto, mientras que a Demetri le caía en cascada sobre los hombros. El iris de ambos era de un color carmesí intenso que se iba oscureciendo de forma progresiva hasta acercarse a la pupila. Debajo de sus envolturas llevaban ropas modernas, blancas y anodinas. Me acurruqué en una esquina y me mantuve encogida junto a Edward, que me siguió acariciando el brazo con la mano, pero en ningún momento apartó la mirada de Jane.

"No hay nada que pudieras hacer si se decidiera a atacar," dijo Jasper. "Su poder no es como si disparara una bala y pudieras ponerte en frente Bella para protegerla, cuando ella  toma la decisión de hacer daño a alguien, ya es demasiado tarde."

El viaje en ascensor fue breve. Salimos a una zona que tenía pinta de ser una recepción bastante lujosa. Las paredes estaban revestidas de madera y los suelos enmoquetados con gruesas alfombras de color verde oscuro. Cuadros enormes de la campiña de la Toscana intensamente iluminados reemplazaban a las ventanas inexistentes. Habían agrupado de forma muy conveniente sofás de cuero de color claro y mesas relucientes encima de las cuales había jarrones de cristal llenos de ramilletes de colores vívidos. El olor de las flores me recordó al de una casa de pompas fúnebres.

Había un mostrador alto de caoba pulida en el centro de la habitación. Miré atónita a la mujer que había detrás.

Era alta, de tez oscura y ojos verdes.

"Un ser humano", dijo Emmett. "¿Un humano trabajando para los Vulturis?"
"Sí, había algunos que trabajaban allí durante mi estadía", Carlisle frunció el ceño. "Es una relación interesante".
Hubiera sido muy hermosa en cualquier otra compañía, pero no allí, ya que era tan humana de los pies a la cabeza como yo. No comprendía qué pintaba allí una mujer, rodeada de vampiros y a sus anchas.

"Mira quién habla” se rió Emmett.
"Ella sólo está cómoda con vampiros vegetarianos, y le teme al resto. "Edward le recordó.

Esbozó una amable sonrisa de bienvenida.

—Buenas tardes, Jane —dijo.

Su rostro no denotó sorpresa alguna cuando echó un vistazo a los acompañantes de Jane, ni a Edward, cuyo pecho desnudo centelleaba tenuemente con destellos blancos, ni siquiera a mí, con el pelo alborotado y de aspecto horrendo en comparación con los demás.

“Una imagen que no debe repetirse todos los días” se rio Emmett.

Jane asintió.

—Gianna.

Luego prosiguió hacia un conjunto de puertas de doble hoja situado en la parte posterior de la habitación, y la seguimos.

Felix le guiñó el ojo a Gianna al pasar junto al escritorio y ella soltó una risita tonta.

"Dudo que sea lo que ella piensa", dijo Edward con desagrado.

Nos aguardaba otro tipo de recepción muy diferente al otro lado de las puertas de madera. El joven pálido de traje gris perla podía haber pasado por el gemelo de Jane.

"Alec", aportó Carlisle
Tenía el pelo más oscuro y los labios no eran tan carnosos, pero resultaba igual de encantador. Se acercó a nuestro encuentro, sonrió y le tendió la mano a ella.

—Jane...

—Alec —repuso ella mientras abrazaba al joven. Intercambiaron sendos besos en las mejillas y luego nos miraron a nosotros.

—Te enviaron en busca de uno y vuelves con dos... y medio —rectificó al reparar en mí—. Buen trabajo.

"¿Y medio?" Edward lucía furioso.

“Bueno, podría ser completita si tú la convir…” quiso decir Emmett.

“Cállate” le gruño Edward antes de que siquiera terminara la frase.

Ella rompió a reír. El sonido era chispeante de puro gozo, similar al arrullo de un bebé.

—Bienvenido de nuevo, Edward —le saludó Alec—. Pareces de mucho mejor humor.

—Ligeramente —admitió Edward con voz monocorde.

"Oh, eso no debe ni acercarse a la realidad", se rió Emmett. "Bella está viva, debes estar extasiado.”
"Pero no estoy seguro de cómo va a terminar", suspiró Edward. "Sin embargo si logramos salir con vida....", añadió, sonriendo a la sola idea de todavía tener un futuro con Bella.

Contemplé de refilón el rostro severo de Edward y me pregunté si antes podía haber estado de peor humor.

“Todavía no lo conoce en sus días” le susurro Jasper a Emmett, logrando que este riera.

Edward solo les frunció el ceño.

Alec rió entre dientes mientras yo me pegaba a su lado.

—¿Y ésta es la causante de todo el problema? —preguntó con incredulidad.

“¿Algún problema con eso?” gruño Edward.

“Cálmate Edward, es solo un libro, él no está aquí” lo tranquilizo Jasper.

Edward se limitó a sonreír con expresión desdeñosa. Después, se le heló la sonrisa en los labios.

—¡Me la pido primero! —intervino Felix con suma tranquilidad desde detrás.

Edward gruñó otra vez y esta vez no fue el único.

Edward se revolvió mientras en lo más profundo de su pecho resonaba un gruñido tenue. Felix sonrió. Su mano estaba levantada, con la palma hacia arriba. Curvó sus dedos dos veces, invitando a Edward a iniciar una pelea.

Alice rozó el brazo de Edward.

—Paciencia —le advirtió.

"¿Es bueno que la enana esté ahí, verdad Eddy?", Emmett sonrió.
"Bueno, él necesita que alguien le impida hacer algo precipitado", dijo Alice tratando de parecer casual, pero no pudo evitar estremecerse ante ese pensamiento.

Intercambiaron una larga mirada y yo deseé poder oír lo que ella le estaba diciendo. Supuse que era todo lo que podían hacer sin atacar a Felix, ya que luego respiró hondo y se volvió hacia Alec, que, como si no hubiera pasado nada, dijo:

—Aro se alegrará de volver a verte.

—No le hagamos esperar —sugirió Jane.

Edward asintió una vez.

Alec y Jane se tomaron de la mano y abrieron el camino por otro corredor amplio y ornamentado... ¿Se acabarían alguna vez?

Ignoraron las puertas del fondo —totalmente revestidas de oro— y se detuvieron a mitad del pasillo para desplazar uno de los paneles y poner al descubierto una sencilla puerta de madera que no estaba cerrada con llave. Alec la mantuvo abierta para que la cruzara Jane.

Quise protestar cuando Edward me «ayudó» a pasar al otro lado de la puerta. Se trataba de un lugar con la misma piedra antigua de la plaza, el callejón y las alcantarillas. Todo estaba frío y oscuro otra vez.

"Tienen que mantener el pasillo caliente para los seres humanos", señaló Jasper, aunque fuera solo por decir algo ya que la tensión crecía a cada frase en la sala, y sus poderes parecían no funcionar.

La antecámara de piedra no era grande. Enseguida desembocaba en una estancia enorme, tenebrosa —aunque más iluminada— y totalmente redonda, como la torreta de un gran castillo, que es lo que debía de ser con toda probabilidad. A dos niveles del suelo, las rendijas de un ventanal proyectaban en el piso de piedra haces de luminosidad diurna que dibujaban rectángulos de líneas finas. No había luz artificial. El único mobiliario de la habitación consistía en varios sitiales de madera maciza similares a tronos; estaban colocados de forma dispar, adaptándose a la curvatura de los muros de piedra. Había otro sumidero en el mismo centro del círculo, dentro de una zona ligeramente más baja. Me pregunté si lo usaban como salida, igual que el agujero de la calle.

"No, no es para eso", dijo Carlisle, tembloroso y medio segundo después, Edward se estremeció también.

La habitación no se encontraba vacía. Había un puñado de personas enfrascadas en lo que parecía una conversación informal. Hablaban en voz baja y con calma, originando un murmullo que parecía un zumbido flotando en el aire. Un par de mujeres pálidas vestidas con ropa de verano se detuvieron en una de las zonas iluminadas mientras las estaba observando, y su piel, como si fuera un prisma, arrojó un chisporroteo multicolor sobre las paredes de color siena.

Todos aquellos rostros agraciados se volvieron hacia nuestro grupo en cuanto entramos en la habitación. La mayoría de los inmortales vestía pantalones y camisas que no llamaban la atención, prendas que no hubieran desentonado ahí fuera, en las calles, pero el hombre que habló primero lucía una larga túnica oscura como boca de lobo que llegaba hasta el suelo. Por un momento, llegué a creer que su melena de color negro azabache era la capucha de su capa.

"Aro", dijo Carlisle. "Esperemos que él esté interesado en ustedes, lo suficiente como para dejarlos ir."

—¡Jane, querida, has vuelto! —gritó con evidente alegría. Su voz era apenas un tenue suspiro.

Avanzó con tal ligereza de movimientos y tanta gracilidad que me quedé embobada, con la boca abierta. No se podía comparar ni siquiera con Alice, cuyos movimientos parecían los de una bailarina.

"Mala suerte, Ali", se rió Emmett.
"Mmm", Alice hizo un mohín.

Mi asombro fue aún mayor cuando flotó cerca de mí y le pude ver la cara. No se parecía a los rostros anormalmente atractivos que le rodeaban —el grupo entero se congregó a su alrededor cuando se aproximó; unos iban detrás, otros le precedían con la atención característica de los escoltas—.

"Eso es porque ellos son sus guardias", dijo Jasper.
Tampoco fui capaz de determinar si su rostro era o no hermoso. Supuse que las facciones eran perfectas, pero se parecía tan poco a los vampiros que se alinearon detrás de él como ellos se asemejaban a mí. La piel era de un blanco traslúcido, similar al papel cebolla, y parecía muy delicada, lo cual contrastaba con la larga melena negra que le enmarcaba el rostro. Sentí el extraño y horripilante impulso de tocarle la mejilla para averiguar si su piel era más suave que la de Edward o la de Alice, o si su tacto se parecía al del polvo o al de la tiza.

"¡Hazlo!", Se rió Emmett.
"Emmett!" Edward y Rosalie gruñeron.

“¿Qué?” pregunto Emmett “Yo también quiero saber”
Tenía los ojos rojos, como los de quienes le rodeaban, pero turbios y empañados. Me pregunté si eso afectaría a su visión.

"No" dijo Carlisle.

Se deslizó junto a Jane y le tomó el rostro entre las manos apergaminadas. La besó suavemente en sus labios carnosos y luego levitó un paso hacia atrás.

—Sí, maestro —Jane sonrió. Sus facciones parecieron las de una joven angelical—. Le he traído de regreso y con vida, como deseabas.

—Ay, Jane. ¡Cuánto me conforta tenerte a mi lado! —él sonrió también.

A continuación nos miró a nosotros y la sonrisa centelleó hasta convertirse en un gesto de euforia.

—¡Y también has traído a Alice y Bella! —se regocijó y unió sus manos finas al dar una palmada—. ¡Qué agradable sorpresa! ¡Maravilloso!

“Parece que él tocó tus manos", señaló Carlisle, esa era la única explicación de por qué las nombraba tan familiarmente.

Le miré fijamente, muy sorprendida de que pronunciara nuestros nombres de manera informal, como si fuéramos viejos conocidos que se habían dejado caer por allí en una visita sorpresa.

“A decir verdad, si cayeron de sorpresa” rio Emmett.

Se volvió a nuestro descomunal escolta.

—Felix, sé bueno y avisa a mis hermanos de quiénes están aquí. Estoy seguro de que no se lo van a querer perder.

—Sí, maestro —asintió Felix, que desapareció por el camino por el que había venido.

—¿Lo ves, Edward? —el extraño vampiro se volvió y le sonrió como si fuera un abuelo venerable que estuviera soltando una reprimenda a su nieto—. ¿Qué te dije yo? ¿No te alegras de que te hayamos denegado tu petición de ayer?

"Sí... pero sería aún mejor si no tuviera que estar allí con Bella", dijo Edward.

“No me has recordarte por que ella está ahí” Alice o miro mal “Eres el menos indicado para quejarte de la situación.”

“Hm” se resignó Edward.

—Sí, Aro, lo celebro —admitió mientras apretaba con más fuerza el brazo con el que rodeaba mi cintura.

—Me encantan los finales felices. Son tan escasos —Aro suspiró—. Eso sí, quiero que me contéis toda la historia. ¿Cómo ha sucedido esto, Alice? —volvió hacia ella los ojos empañados y llenos de curiosidad—. Tu hermano parecía creer que eras infalible, pero al parecer cometiste un error.

“Ella no cometió ningún error, los chuchos interfirieron en su visión” la defendió Jasper

“Cálmate Jasper, es solo un libro, él no está aquí” se burló Edward.

“Ja-Ja” se rio Jasper sin humor, aunque ligeramente avergonzado.

“Ya basa niños, debo seguir leyendo” los retó Esme.

—No, no, no soy infalible ni por asomo —mostró una sonrisa deslumbrante. Parecía estar en su salsa, excepto por el hecho de que apretaba con fuerza los puños—.

"Sí, bueno yo soy mucho mejor controlando mi ira, no como el idiota que tengo a lado" Alice le sonrió a Edward.

Aunque Emmett que también estaba  a su lado se sintió ofendido “Y porque me dices a mí, yo ni siquiera estoy en esta parte del libro”.

“No tengo la culpa que te sientas tocado cuando digo idiota” se rio Alice.

“No te preocupes osito, no eres un idiota” lo consoló rose aunque trataba de no reírse.
—Como habéis podido comprobar hoy, a menudo causo más problemas de los que soluciono.

"Eso no es cierto", Jasper frunció el ceño Jasper. "Aunque eso podría ser cierto aquí, pero solo por los chuchos."
"¿Podría?" Espetó Edward.
"Ya lo he dicho, fue culpa de los licántropos" Jasper le recordó. "Ahora lo sabemos, así que no va a haber más problemas, siempre y cuando tu dejes de comportarte como un tonto y te quedes con Bella" Él sonrió y se volvió hacia Alice. "Aparte de este incidente, sus visiones siempre han sido una ventaja para nosotros", concluyó.

“Mis sentimientos exactamente hermano” se rio Emmett “Eddy ya oíste a Jasper, no importa que él intente comerse a Bella, debes quedarte con ella”

“¡Oye!” se quejó tanto Jasper como Alice.

“Además, eso no va a pasar, me asegurare de eso” prometió Jasper solemnemente.

“Exacto, no hay razón para que Eddy haga el tonto de nuevo” concluyo Emmett.

“Lo sé, no hace falta que me lo repitan en cada capítulo” dijo cansinamente Edward.

“Más te vale que lo recuerdes para los siguientes capítulos y próximos libros” dijo Alice.

—Eres demasiado modesta —la reprendió Aro—. He contemplado alguna de tus hazañas más sorprendentes y he de admitir que no había visto a nadie con un don como el tuyo. ¡Maravilloso!

Alice lanzó una breve mirada a Edward que no pasó desapercibida para Aro.

"Eso es muy descuidado de tú parte", Jasper sacudió la cabeza.
"Él sabe cómo nos comportamos", Edward se encogió de hombros.
"¿Y cuál es la excusa para Bella?" sonrió Jasper.
"Bella es Bella, ya sabemos que ella nota demasiado", Edward sonrió orgulloso.

—Lo siento. No nos han presentado como es debido, ¿verdad? Es sólo que siento como si ya te conociera y tiendo a precipitarme. Tu hermano nos presentó ayer de una forma... peculiar. Ya ves, comparto un poco del talento de Edward, sólo que de forma más limitada que la suya. Aro habló con tono envidioso mientras agitaba la cabeza.

"Sí, el debe estarlo", suspiró Carlisle.

—Pero exponencialmente es mucho más poderoso —agregó Edward con tono seco. Miró a Alice mientras le explicaba de forma sucinta—: Aro necesita del contacto físico para «oír» tus pensamientos, pero llega mucho más lejos que yo. Como sabes, sólo soy capaz de conocer lo que pasa por la cabeza de alguien en un momento dado, pero Aro «oye» cualquier pensamiento que esa persona haya podido tener.

Alice enarcó sus delicadas cejas y Edward agachó la cabeza.

Aro también se percató de ese gesto.

"Y también Bella", sonrió Jasper.
"Parece que tendremos que trabajar en eso cuando Bella llegue" dijo Alice. "No quiero que ella noté todas nuestras conversaciones."

“¿Por qué enana? ¿Qué es lo que se dicen?” se rio Emmett moviendo las cejas.

“Emmett… solo… solo… cállate” dijo Edward agarrándose el puente de la nariz.

—Pero ser capaz de oír a lo lejos... —Aro suspiró al tiempo que hacía un gesto hacia ellos dos, haciendo referencia al intercambio de pensamientos que acababa de producirse—. ¡Eso sí que sería práctico!

“¿Practico? Eso es ser un chismoso sin límite” se quejo Emmett.

“Emmett querido, podrías dejar de interrumpirme” suspiro Esme.

“Lo siento” susurro él.

Aro miró más allá de las figuras de Edward y Alice. Todos los demás se volvieron en la misma dirección, incluso Jane, Alec y Demetri, que permanecían en silencio detrás de nosotros tres.

Fui la más lenta en volverme.

"Obviamente", se rió Emmett notando la mirada exasperada de Esme.

“¡Lo siento Ma!” repitió Emmett, haciendo un gesto de cerrarse las boca con un cierre.
Felix había regresado y detrás de él, envueltos en túnicas negras, flotaban otros dos hombres. Sus rostros tenían también esa piel parecida al papel cebolla.

El trío representado por el cuadro de Carlisle estaba completo, y sus integrantes no habían cambiado durante los trescientos años posteriores a la pintura del lienzo.

—¡Marco, Cayo, mirad! —canturreó Aro—. Después de todo, Bella sigue viva y Alice se encuentra con ella. ¿No es maravilloso?

"Sí", se rió Emmett.

"No creo que a ninguno le importe mucho", Carlisle aportó.

A juzgar por el aspecto de sus rostros, ninguno de los dos interpelados hubiera elegido como primera opción el adjetivo «maravilloso». El hombre de pelo negro parecía terriblemente aburrido, como si hubiera presenciado demasiadas veces el entusiasmo de Aro a lo largo de tantos milenios.

"Eso es cierto, no hay nada que realmente le interese a Marco" dijo Carlisle.
"¿Pero por qué es así?", Preguntó Esme.
Carlisle frunció el ceño y dijo: "Es sólo un rumor que escuché de un amigo egipcio llamado Amun. Fue después de dejar a los Vulturis, pero antes de ir a Chicago", dijo Carlisle frunciendo el ceño. Parecía que no estaba seguro de si creer o no en la historia. "Después de que los Vulturis se formaron, Aro transformo a su hermana, Dídima, con la esperanza de que tuviera un don tan poderoso como el suyo. Y ella lo tubo, era un poder único, todo el mundo a su alrededor era feliz todo el tiempo. Por supuesto, esto causó que una gran cantidad de hombres se enamoraran de ella, pero fue Marco quien ganó su amor. Ellos dos eran muy felices  juntos, de hecho eran tan felices que perdieron el interés en la búsqueda del poder para Aro. Sin embargo a Aro no le gusto eso, y como el don de Marco era más importante para él que la propia Dídima,  asesino a  su hermana. Obviamente, Marco nunca descubrió quién fue el culpable, y al haber perdido la razón de su existencia, ahora es meramente una herramienta de Aro."
"Eso es horrible", exclamó Esme.
"Lo sé", suspiró Carlisle. "Pero es sólo un rumor..."
Debajo de una melena tan blanca como la nieve, el otro puso cara de pocos amigos.

El desinterés de ambos no refrenó el júbilo de Aro, que casi cantaba con voz liviana:

—Conozcamos la historia.

El antiguo vampiro de pelo blanco flotó y fue a la deriva hasta sentarse en uno de los tronos de madera. El otro se detuvo junto a Aro y le tendió la mano. Al principio, creía que lo hacía para que Aro se la tomara, pero se limitó a tocar la palma de la mano durante unos instantes y luego dejó caer la suya a un costado. Aro enarcó una de sus cejas, de color marrón oscuro.

"Parece que hay un fuerte vínculo... uno que incluso captó la mirada de Marco", sonrió Carlisle.
Me pregunté si su piel apergaminada no se arrugaría a causa del esfuerzo.

Edward resopló sin hacer ruido y Alice le miró con curiosidad.

—Gracias, Marco —dijo Aro—. Esto es muy interesante.

Un segundo después comprendí que Marco le había permitido a Aro conocer sus pensamientos.

Marco no parecía interesado. Se deslizó lejos de Aro para unirse al que debía de ser Cayo, sentado ya contra el muro. Los dos asistentes de los vampiros le siguieron de cerca; eran guardias, tal y como había supuesto antes. Pude ver que las dos mujeres con vestido de tirantes se habían acercado para permanecer junto a Cayo de igual modo. La simple idea de que un vampiro necesitara guardias se me antojaba realmente ridícula, pero tal vez los antiguos eran más frágiles, como sugería su piel.

"No, o por lo menos, yo no creo que lo sean. Solo que han juntado unos cuantos enemigos a través de los siglos ", dijo Jasper.

Aro siguió moviendo la cabeza al tiempo que decía:

—Asombroso, realmente increíble.

El rostro de Alice evidenciaba su descontento. Edward se volvió y de nuevo le facilitó una explicación rápida en voz baja:

—Marco ve las relaciones y ha quedado sorprendido por la intensidad de las nuestras.

"¿Crees que él vio el vínculo entre Bella y yo,  o mi vínculo con Alice", se preguntó Edward.
"Esto podría significar tanto", dijo Carlisle, luciendo pensativo y emocionado al igual que hacía siempre cuando algo nuevo se estaba discutiendo. "Sin duda, tienes un fuerte vínculo con Bella, lo cual es muy inusual ya que ella sigue siendo humana, pero el vínculo que tenemos en esta familia... es como nada que hayan visto antes..."

Aro sonrió.

—¡Qué práctico! —repitió para sí mismo. Luego, se dirigió a nosotros—: Puedo aseguraros que cuesta bastante sorprender a Marco.

No tuve ninguna duda cuando miré el rostro mortecino de Marco.

Emmett se rió de eso.

—Resulta difícil de comprender, eso es todo, incluso ahora —Aro caviló mientras miraba el brazo de Edward en torno a mí. Me resultaba casi imposible seguir el caótico hilo de pensamientos del vampiro, pero me esforcé por conseguirlo—. ¿Cómo puedes permanecer tan cerca de ella de ese modo?

—No sin esfuerzo —contestó Edward con calma.

—Pero aun así... ¡La tua cantante! ¡Menudo derroche!

"¿Derroche?" Susurró Edward.
"Por lo tanto, si es tu tua cantante", sonrió Carlisle, dándose cuenta de que tenía razón.

Edward se rió sin ganas una vez.

—Yo lo veo más como un precio a pagar.

Aro se mantuvo escéptico.

—Un precio muy alto.

—Simple coste de oportunidad.

"Ella vale la  pena... y aun mucho más", dijo Edward.

Aro echó a reír.

—No hubiera creído que el reclamo de la sangre de alguien pudiera ser tan fuerte de no haberla olido en tus recuerdos. Yo mismo nunca había sentido nada igual. La mayoría de nosotros vendería caro ese obsequio mientras que tú...

—... lo derrocho —concluyó Edward, ahora con sarcasmo.

“Edward” lo reprendió Alice.

Aro rió una vez más.

—¡Ay, cómo echo de menos a mi amigo Carlisle! Me recuerdas a él, excepto que él no se irritaba tanto.

Todo el mundo se echó a reír y Carlisle le sonrió a Edward.

—Carlisle me supera en muchas otras cosas.

—Jamás pensé ver a nadie que superase a Carlisle en autocontrol, pero tú le haces palidecer.

"Difícilmente", se burló Edward.

—En absoluto —Edward parecía impaciente, como si se hubiera cansado de los preliminares. Eso me asustó aún más. No podía evitar el imaginar lo que vendría a continuación.

—Me congratulo por su éxito —Aro reflexionó—. Tus recuerdos de él constituyen un verdadero regalo para mí, aunque me han dejado estupefacto. Me sorprende que haya... Me complace que el éxito le haya sorprendido en el camino tan poco ortodoxo que eligió. Temía que se hubiera debilitado y gastado con el tiempo. Me hubiera mofado de su plan de encontrar a otros que compartieran su peculiar visión, pero aun así, no sé por qué, me alegra haberme equivocado.

"Es bueno saberlo", sonrió Carlisle.

Edward no le contestó.

—Pero ¡vuestra abstinencia...! —Aro suspiró—. No sabía que era posible tener tanta fuerza de voluntad. Habituaros a resistir el canto de las sirenas, no una vez, sino una y otra, y otra más... No lo hubiera creído de no haberlo visto por mí mismo.

"Realmente debe haber sido muy fuerte entonces", dijo Carlisle.

Edward contempló la admiración de Aro con rostro inexpresivo. Conocía muy bien esa expresión —el tiempo no había cambiado eso—, lo bastante para saber que algo se estaba cociendo bajo esa apariencia de tranquilidad. Hice un esfuerzo para mantener constante la respiración.

—Sólo de recordar cuánto te atrae ella... —Aro rió entre dientes—. Me pone sediento.

Edward entrecerró los ojos.
"No va a hacer nada", dijo Carlisle. "No es tan… imprudente".

Edward se tensó.

—No te inquietes —le tranquilizó Aro—. No tengo intención de hacerle daño, pero siento una enorme curiosidad sobre una cosa en particular —me miró con vivo interés—. ¿Puedo? —preguntó con avidez al tiempo que alzaba una mano.

"Él quiere ver si la mente de Bella también se mantiene silenciosa con él", dijo Carlisle. "Nunca he pensado en eso, pero puede que si funcione."
"¿Tu qué piensas Jazz?", Sonrió Emmett.
"Creo que va a funcionar", dijo Jasper. "Como dijo Edward, el poder de Aro es más poderoso y trabaja sobre algo tangible, es decir, al tocarla con sus manos su don trabajaría exactamente sobre ella "
"Bueno... yo pienso que ella lo dejará con las ganas", dijo Emmett. "Mil dólares?"
"Claro", coincidió Jasper.
"No puedo esperar a ver su reacción cuando él no puede leerla" Emmett sonrió con anticipación.
"Aunque sería  bueno para Edward si Aro pudiera leerla", dijo Alice. "De esa manera, finalmente él vería lo que Bella piensa."
"Pero eso no sería tan divertido", Emmett hizo un mohín.

—Pregúntaselo a ella—sugirió Edward con voz monocorde.

—¡Por supuesto, qué descortesía por mi parte! —Exclamó Aro y, ahora dirigiéndose directamente a mí, continuó—: Bella, me fascina que seas la única excepción al impresionante don de Edward... Una cosa así me resulta de lo más interesante y, dado que nuestros talentos son tan similares en muchas cosas, me preguntaba si serías tan amable de permitirme hacer un intento para verificar si también eres una excepción para mí.

Alcé la vista para mirar a Edward, aterrorizada. Era consciente de no tener alternativa alguna a pesar de la amabilidad de Aro y me aterraba la idea de dejar que me tocara, pero aun así, contra toda lógica, sentía una gran curiosidad por tener la ocasión de tocar su extraña piel.

"Ja!... ella llegó a tocarlo ", se rió Emmett.
"Al menos no le tocará la cara", se quejó Edward.

“Awww, ahora estas celoso de Aro” se rio Emmett, haciendo que los demás se rieran.

Edward asintió para infundirme ánimo. No sabía si era porque él estaba convencido de que Aro no me iba a hacer daño o porque no quedaba otro remedio.

"Ambas", respondieron Edward y Carlisle juntos.

Me volví hacia Aro y extendí la mano lentamente. Estaba temblando.

Se deslizó para acercarse más. Me pareció que su expresión quería tranquilizarme, pero sus facciones apergaminadas eran demasiado extrañas, diferentes y amedrentadoras como para que me sosegara. Su rostro demostraba mayor confianza en sí mismo que sus palabras.

"Él realmente cree que puede hacerlo", se rió Emmett. "Va a estar muy decepcionado."

Aro alargó el brazo como si fuera a estrecharme la mano y rozó su piel de aspecto frágil con la mía. Era dura, la encontré áspera al tacto —se parecía más a la tiza que al granito— e incluso más fría de lo esperado.

Sus ojos membranosos me observaron con alegría y me resultó imposible desviar la mirada. Me cautivaron de un modo extraño y poco grato.

El rostro de Aro se alteró conforme me miraba. La seguridad se resquebrajó para convertirse primero en duda y luego en incredulidad antes de calmarse debajo de una máscara amistosa.

"¡Sí!" Aplaudió Emmett, riendo.
"Wow, eso es increíble!", Dijo Carlisle, luciendo tan emocionado al igual que lo estaba su hijo. "No me lo puedo creer... Yo nunca pensé que esto llegará a pasar algún día!"
"Es bastante impresionante", admitió Jasper mientras le entregaba el dinero a Emmett. "Me pregunto por qué el don de Alice y él mío funcionan en ella y él de Aro no?"
"Hmmm," dijo Carlisle pensativamente, todavía muy emocionado. "Sus poderes son muy similares, quizá solo sus pensamientos están en silencio. Quiero decir, sus pensamientos pueden estar altamente protegidos por algo".

—Pues sí, muy interesante —dijo mientras me soltaba la mano y retrocedía.

Contemplé a Edward, y aunque su rostro era sereno, me pareció ver una chispa de petulancia.

"Sí, Eddy debe estar divertido, arrogante y petulante", dijo Emmett.
"No te olvides de orgulloso", sonrió Edward con aire de suficiencia.
"Aunque te habría gustado haber escuchado sus pensamientos", dijo Alice.
"Si... pero realmente no quiero que ellos los escuchen, "dijo Edward.

Aro continuó deslizándose con gesto pensativo. Permaneció quieto durante unos momentos mientras su vista oscilaba, mirándonos a los tres. Luego, de forma repentina, sacudió la cabeza y dijo para sus adentros:

—Lo primero... Me pregunto si es inmune al resto de nuestros dones... ¿Jane, querida?

"¡NO!", Gruñó Edward y todos los demás se veían preocupados.
"Va a estar bien," dijo Esme. "Ella va a estar bien."
"Ella puede hacer esto también," dijo Emmett, pero esta vez no había ninguna broma en su voz.
Jasper lucía preocupado, como si no estuviera seguro de si esto iba a funcionar, su don era muy diferente a los de Edward y Aro, después de todo, pero no habría habido apuestas sobre algo tan potencialmente peligroso y doloroso.

—¡No! —gruñó Edward. Alice le contuvo agarrándole por el brazo con una mano, pero él se la sacudió de encima.

"Eso significa que ella puede resistir esto también?” le pregunto a Alice como si ella realmente tuviera la respuesta.
"No lo sé", suspiró Alice. "También podría significa que es inútil resistirse a esto... que va a ocurrir sin importar lo que hagas."

“No” susurró Edward en voz baja y con una nota de dolor.

La menuda Jane dedicó una sonrisa de felicidad a Aro.

—-¿Sí, maestro?

Ahora Edward gruñía de verdad. Emitió un sonido desgarrado y violento mientras lanzaba a Aro una mirada torva. Nadie se movía en la habitación. Todos los presentes le miraban con incredulidad y sorpresa, como si hubiera cometido una vergonzosa metedura de pata.

"Ten cuidado, Edward", advirtió Carlisle, luciendo preocupado.

“Bella” fue lo único  que dijo Edward a modo de respuesta.
Aro le miró una vez y se quedó inmóvil mientras su ancha sonrisa se convertía en una expresión malhumorada.

Luego se dirigió a Jane.

—Me preguntaba, querida, si Bella es inmune a ti.

Edward siseó mientras su cuerpo se tensaba de nuevo.

Los rabiosos gruñidos de Edward apenas me permitían oír las palabras de Aro. Edward me soltó y se puso delante de mí para esconderme de la vista de ambos. Cayo, seguido por su séquito, se acercó a nosotros tan silenciosamente como un espectro para observar.

Jane se volvió hacia nosotros con una sonrisa beatífica en los labios.

—¡No! —chilló Alice cuando Edward se lanzó contra la joven.

Los ojos de Edward parpadearon y le frunció el ceño a Alice, sacudiendo la cabeza mientras pensaba "puede significar cualquier cosa"
Antes de que yo fuera capaz de reaccionar, de que alguien se interpusiera entre ellos o de que los escoltas de Aro pudieran moverse, Edward dio con sus huesos en el suelo.

Nadie le había tocado, pero se hallaba en el enlosado y se retorcía con dolores manifiestos ante mi mirada de espanto.

"Edward!" Gimió Esme ante la imagen mientras leía.

“Vos a estar bien” le dijo Edward.

Ella asintió y se tomo unos segundos para tomar un respiro y volver a leer.

Ahora Jane le sonreía sólo a él, y de pronto encajaron todas las piezas del puzzle, lo que había dicho Alice sobre sus dones formidables, la razón por la que todos trataban a Jane con semejante deferencia y por qué Edward se había interpuesto voluntariamente en su camino antes de que ella pudiera hacer eso conmigo.

—¡Parad! —grité.

Mi voz resonó en el silencio y me lancé hacia delante de un salto para interponerme entre ellos, pero Alice me rodeó con sus brazos en una presa insuperable e ignoró mi forcejeo. No escapó sonido alguno de los labios de Edward mientras le aplastaban contra las piedras. Me pareció que me iba a estallar de dolor la cabeza al contemplar semejante escena.

—Jane —la llamó Aro con voz tranquila.

La joven alzó la vista enseguida, aún sonriendo de placer, y le interrogó con la mirada. Edward se quedó inmóvil en cuando Jane dejó de mirarle.

Aro me señaló con un asentimiento de cabeza.

Jane volvió hacia mí su sonrisa.

Ni siquiera le sostuve la mirada. Observé a Edward desde la cárcel de los brazos de Alice, donde seguía debatiéndome en vano.

—Se encuentra bien —me susurró Alice con voz tensa, y apenas hubo terminado de hablar, Edward se incorporó. Nuestras miradas se encontraron. Sus ojos estaban horrorizados. Al principio, pensé que el pánico se debía al dolor que acababa de padecer, pero entonces miró rápidamente a Jane y luego a mí, y su rostro se relajó de alivio.

"¡Sí!" Edward y todos los demás aplaudían.
"¿Y cómo se explica esto?” pregunto Jasper, alzando la ceja. "El don de Jane es muy diferente al de Edward y Aro."
"Hmm," dijo Carlisle verdaderamente reflexionando. "No lo sé. ¿Qué tienen estos tres dones en común, que se diferencian del tuyo y el de Alice".
"¿No lo dijiste antes?", Le dijo Edward a Jasper. "No habría importado si me paraba en frente de Bella o no... el don de Jane no es como una bala de la que pudiera defenderla..."
"Ella le apunta a su mente", exclamó Carlisle. "Todos ellos trabajan dentro de la mente, pero el don de Jasper son las emociones... cambia el clima entero de una habitación, lo cambia físicamente..."
"Wow!" Dijo Jasper abriendo mucho los ojos. "Eso significaría que Bella sería inmune a la mayoría de los dones que hay."
"Sí... su don será muy poderoso", reflexionó Carlisle.
Edward solo sonrió ante eso, aunque eso supusiera la conversión de Bella.

También yo observé a Jane, que había dejado de sonreír y me taladraba con la mirada.

"Er... No me gusta mucho la idea de que Jane esté molesta con Bella", se estremeció Edward.
"No te preocupes Eddy, no hay nada que ella pueda hacer", se rió Emmett.
Apretaba los dientes mientras se concentraba en mí. Retrocedí, esperando sentir el dolor...

... pero no sucedió nada.

Edward volvía a estar a mi lado. Tocó el brazo de Alice y ella me entregó a él.

Aro soltó una risotada.

—Ja, ja, ja —rió entre dientes—. Has sido muy valeroso, Edward, al soportarlo en silencio. En una ocasión, sólo por curiosidad, le pedí a Jane que me lo hiciera a mí...

Sacudió la cabeza con gesto admirado.

Edward le fulminó con la mirada, disgustado. Aro suspiró.

—¿Qué vamos a hacer con vosotros?

Edward y Alice se envararon. Aquélla era la parte que habían estado esperando. Me eché a temblar.

—Supongo que no existe posibilidad alguna de que hayas cambiado de parecer, ¿verdad? —le preguntó Aro, expectante, a Edward—. Tu don sería una excelente adquisición para nuestro pequeño grupo.

"Nunca, no en esta existencia", dijo Edward.

Edward vaciló. Vi hacer muecas a Felix y a Jane con el rabillo del ojo. Edward pareció sopesar cada palabra antes de pronunciarla:

—Preferiría... no... hacerlo.

"¿Y ahora tratas de ser educado?", Se rió Emmett.

—¿Y tú, Alice? —inquirió Aro, aún expectante—. ¿Estarías tal vez interesada en unirte a nosotros?

"Argh", dijo Alice haciendo una mueca. "¿Dónde estaría la diversión en eso?"

—No, gracias —dijo Alice.

—¿Y tú, Bella?

Edward gruñó.
"¿En serio se lo está preguntando?", Preguntó Jasper, alzando la ceja.
"Un ser humano que tiene un don tan temprano", dijo Carlisle. "Me imagino que debe ser muy interesante para él".
"Entonces vamos a tener que asegurarnos de que nunca se encuentre con Bella", se quejó Edward, "o a cualquiera de nosotros en realidad."

Aro enarcó las cejas. Le miré fijamente con rostro inexpresivo mientras Edward siseaba en mi oído en voz baja. ¿Bromeaba o de verdad me preguntaba si quería quedarme para la cena?

"No, eso no es realmente lo que está pidiendo", dijo Carlisle. "Él lo vería como un desperdicio, estoy seguro."

Fue Cayo, el vampiro de pelo blanco, quien rompió el silencio.

—¿Qué? —inquirió Cayo a Aro. La voz de aquél, a pesar de no ser más que un susurro, era rotunda.

—Cayo, tienes que advertir el potencial, sin duda —le censuró con afecto—. No he visto un diamante en bruto tan prometedor desde que encontramos a Jane y Alec. ¿Imaginas las posibilidades cuando sea uno de los nuestros?

Cayo desvió la mirada con mordacidad. Jane echó chispas por los ojos, indignada por la comparación.

"Oh, genial!" Gruñó Edward. "Él está interesado en Bella... y ahora Jane estará aún más enojado con ella."

A mi lado, Edward estaba que bufaba. Podía oír un ruido sordo en su pecho, un ruido que estaba a punto de convertirse en un bramido. No debía permitir que su temperamento le perjudicara.

—No, gracias —dije lo que pensaba en apenas un susurro, ya que el pánico me quebró la voz.

Aro suspiró una vez más.

—Una verdadera lástima... ¡Qué despilfarro!

Edward se puso rígido.
"Esto no es bueno", suspiró Carlisle.

—Unirse o morir, ¿no es eso? —masculló Edward. Sospeché algo así cuando nos condujeron a esta estancia—. ¡Pues vaya leyes las vuestras!

"Muy bien redactado", sonrió Carlisle. "Eso podría ayudar.”

—Por supuesto que no —Aro parpadeó atónito—. Edward, ya nos habíamos reunido aquí para esperar a Heidi, no a ti.

—Aro —bisbiseó Cayo—, la ley los reclama.

Edward miró fijamente a Cayo e inquirió:

—¿Y cómo es eso?

Él ya debía de saber lo que Cayo tenía en mente, pero parecía decidido a hacerle hablar en voz alta.

Cayo me señaló con un dedo esquelético.

—Sabe demasiado. Has desvelado nuestros secretos —espetó con voz apergaminada, como su piel.

“Oh por favor, es obvio que ella no dirá nada” dijo Emmett.

—Aquí, en vuestra charada, también hay unos pocos humanos —le recordó Edward. Entonces me acordé de la guapa recepcionista del piso de abajo.

El rostro de Cayo se crispó con una nueva expresión. ¿Se suponía que eso era una sonrisa?

"Lo más probable es que si sea una sonrisa", suspiró Carlisle. "Él es el miembro más cruel de los Vulturis... le gusta ver los castigos."

—Sí —admitió—, pero nos sirven de alimento cuando dejan de sernos útiles. Ése no es tu plan para la chica. ¿Estás preparado para acabar con ella si traiciona nuestros secretos? Yo creo que no —se mofó.

—No voy a... —empecé a protestar, aunque fuera entre susurros, pero Cayo me silenció con una gélida mirada.

—Tampoco pretendes convertirla en uno de nosotros —prosiguió—, por consiguiente, ello nos hace vulnerables. Bien es cierto que, por esto, sólo habría que quitarle la vida a la chica. Puedes dejarla aquí si lo deseas.

"¡Nunca!", Gruñó Edward.
“Este tipo es un idiota” susurró Rosalie.
Edward le enseñó los colmillos.

—Lo que pensaba —concluyó Cayo con algo muy similar a la satisfacción. Felix se inclinó hacia delante con avidez.

—A menos que... —intervino Aro, que parecía muy contrariado por el giro que había tomado la conversación—. A menos que, ¿albergas el propósito de concederle la inmortalidad?

"No", se quejó Edward.
"Esto no va a suceder Edward," dijo Alice.
"El hecho de que quiera encontrarme con ella, no significa que quiera convertirla", gruñó Edward.
Sin embargo sería bueno si la cambiará en el libro Alice pensó para sus adentros, así Edward podría verla como un vampiro y reconsideraría esta idea ridícula de mantenerla humana.
"No importa, no voy a cambiar de opinión", gruñó Edward

Alice se encogió de hombros ya lo veremos pensó.

Edward frunció los labios y vaciló durante unos instantes antes de responder:

—¿Y qué pasa si lo hago?

Aro sonrió, feliz de nuevo.

—Vaya, en ese caso serías libre de volver a casa y darle a mi amigo Carlisle recuerdos de mi parte —su expresión se volvió más dubitativa—. Pero me temo que tendrías que decirlo en serio y comprometerte.

Aro alzó la mano delante de Edward.

Cayo, que había empezado a poner cara de pocos amigos, se relajó.

Edward frunció los labios con rabia hasta convertirlos en una línea. Me miró fijamente a los ojos y yo a él.

—Hazlo —susurré—, por favor.

"No va a suceder", Edward, Alice y Carlisle dijeron todos juntos, aunque solo Edward lo dijo enojado, los otros dos lo dijeron resignación.

¿Era en verdad una idea tan detestable? ¿Prefería él morir antes que transformarme? Me sentí como si me hubieran propinado una patada en el estómago.

"Ella piensa que no la quieres", suspiró Esme. "Debes decirle la verdadera razón o ella va a sufrir por ello."

Edward me miró con expresión torturada.

Entonces, Alice se alejó de nuestro lado y se dirigió hacia Aro.

"Ah, sí, ahora verá la verdad", dijo Jasper. "Y será cierto, o por lo menos lo parecerá".
"Sí, realmente es bueno que la enana este ahí” sonrió Emmett “Eddy nunca habría llegado a ninguna parte sin ella"
 Nos volvimos a mirarla. Ella había levantado la mano igual que el vampiro.

Alice no dijo nada y Aro despachó a su guardia cuando acudieron a impedir que se acercara. Aro se reunió con ella a mitad de camino y le tomó la mano con un destello ávido y codicioso en los ojos.

Inclinó la cabeza hacia las manos de ambos, que se tocaban, y cerró los ojos mientras se concentraba. Alice permaneció inmóvil y con el rostro inexpresivo. Oí cómo Edward chasqueaba los dientes.

“¿Ves algo que no te guste Eddy?” se rió Emmett “Mientras más antes lo aceptes, mas podrás disfrutar del libro”

Nadie se movió. Aro parecía haberse quedado allí clavado encima de la mano de Alice. Me fui poniendo más y más tensa conforme pasaban los segundos, preguntándome cuánto tiempo iba a pasar antes de que fuera demasiado tiempo, antes de que significara que algo iba mal, peor todavía de lo que ya iba.

Transcurrió otro momento agónico y entonces la voz de Aro rompió el silencio.

—Ja, ja, ja —rió, aún con la cabeza vencida hacia delante. Lentamente alzó los ojos, que relucían de entusiasmo—. ¡Eso ha sido fascinante!

—Me alegra que lo hayas disfrutado.

—Ver las mismas cosas que tú ves, ¡sobre todo las que aún no han sucedido! —sacudió la cabeza, maravillado.

“Oh genial! Mas fascinación con nuestra familia” se enojo Jasper

—Pero eso está por suceder —le recordó Alice con voz tranquila.

Edward frunció el ceño.
"Esto me suena a un Edward mas enfurruñado", bromeó Emmett. "Más que de costumbre"

—Sí, sí, está bastante definido. No hay problema, por supuesto.

Cayo parecía amargamente desencantado, un sentimiento que al parecer compartía con Felix y Jane.

—Aro —se quejó Cayo.

—¡Tranquilízate, querido Cayo! —Aro sonreía—. ¡Piensa en las posibilidades! Ellos no se van a unir a nosotros hoy, pero siempre existe la esperanza de que ocurra en el futuro. Imagina la dicha que aportaría sólo la joven Alice a nuestra pequeña comunidad... Además, siento una terrible curiosidad por ver ¡cómo entra en acción Bella!

"Esa es una idea intrigante", dijo Carlisle, pero se detuvo cuando Edward le miró. "Lo siento."

Aro parecía convencido. ¿Acaso no comprendía lo subjetivas que eran las visiones de Alice,

"Hey," dijo Alice indignada, haciendo reír a  Emmett.

 que lo que veía sobre mi transformación hoy podía cambiar mañana? Un millón de ínfimas decisiones, las de Alice y otros muchos —también las de Edward— podían cambiar su camino y, con eso, el futuro.

“Exacto” sonrió Edward.

¿Importaba que ella estuviera realmente dispuesta? ¿Supondría alguna diferencia que yo me convirtiera en vampiro si la idea resultaba tan repulsiva a Edward que consideraba la muerte como una alternativa mejor que tenerme a su lado para siempre, como una molestia inmortal?

Ella nunca sería una molestia pensó Edward Sería un sueño hecho realidad pero luego sacudió la cabeza, por más atractiva que le resultara la idea, no debía dar su brazo a torcer, ella debía conservar su humanidad.

Aterrada como estaba, sentí que me hundía en el abatimiento, que me ahogaba en él...

"¿Lo ves?, tienes que decirle Edward," dijo Esme. "No dejes que ella crea que no la quieres para vivir nuestra eternidad."
"Yo quisiera que ella se diera cuenta can grande es mi amor, y que si quise ir a los Vulturis fue para no vivir sin ella", suspiró Edward.

—En tal caso, ¿somos libres de irnos ahora? —preguntó Edward sin alterar la voz.

—Sí, sí —contestó Aro en tono agradable—, pero, por favor, visitadnos de nuevo. ¡Ha sido absolutamente apasionante!

“Ni que lo digas, sumamente apasionante” ironizo Emmett.

—Nosotros también os visitaremos para cerciorarnos de que la habéis transformado en uno de los nuestros —prometió Cayo,

 “¿Creen que eso subirá nuestro status entre los vampiros?, digo, nos visitara la realeza” dijo Emmett rodando los ojos.

“En realidad solo acrecentaría la mala fama que de por si ya tenemos por ser vegetarianos” le contesto Rosalie.

“Solo nos tienen envidia por que podemos resistirnos a la sangre humana” se rio Emmett.

que de pronto tenía los ojos entrecerrados como la mirada soñolienta de un lagarto con pesados párpados—. Si yo estuviera en vuestro lugar, no lo demoraría demasiado. No ofrecemos segundas oportunidades.

La mandíbula de Edward se tensó, pero asintió una sola vez.

Cayo esbozó una sonrisita de suficiencia y se deslizó hacia donde Marco permanecía sentado, inmóvil e indiferente.

Felix gimió.

—Ah, Felix, paciencia —Aro sonrió divertido—. Heidi estará aquí de un momento a otro.

"Cualquier momento?" Edward lucía horrorizado. "¡Hay que salir de ahí!"
"¿Por qué?", Cuestionó Emmett.
"Están a punto de cenar," dijo Edward con gravedad y todos se estremecieron.

—Mmm —la voz de Edward tenía un tono incisivo—. En tal caso, quizá convendría que nos marcháramos cuanto antes.

—Sí —coincidió Aro—. Es una buena idea. Los accidentes ocurren. Por favor, si no os importa, esperad abajo hasta que se haga de noche.

—Por supuesto —aceptó Edward mientras yo me acongojaba ante la perspectiva de esperar al final del día antes de poder escapar.

—Y toma —agregó Aro, dirigiéndose a Felix con un dedo. Éste avanzó de inmediato. Aro desabrochó la capa gris que llevaba el enorme vampiro, se la quitó de los hombros y se la lanzó a Edward—. Llévate ésta. Llamas un poco la atención.

Edward se puso la carga capa, pero no se subió la capucha.

Aro suspiró. —Te sienta bien.

Edward se rió entre dientes, sacudiendo la cabeza. "Para él seguro que si".

Edward rió entre dientes, pero después de lanzar una mirada hacia atrás, calló repentinamente.

—Gracias, Aro. Esperaremos abajo.

—Adiós, mis jóvenes amigos —contestó Aro, a quien le centellearon los ojos cuando miró en la misma dirección.

—Vámonos —nos instó Edward con apremio.

Demetri nos indicó mediante gestos que le siguiéramos, y nos fuimos por donde habíamos venido, que, a juzgar por las apariencias, debía de ser la única salida.

Edward me arrastró a su lado enseguida. Alice se situó al otro costado con gesto severo.

—Tendríamos que haber salido antes —murmuró.

"Maldita sea", dijo Edward y todo el mundo lucía un poco mal pos eso. "Y no hay manera de que ella no entienda lo que está pasando"

Alcé los ojos para mirarla, pero sólo parecía disgustada. Fue entonces cuando distinguí el murmullo de voces —voces ásperas y enérgicas— procedentes de la antecámara.

—Vaya, esto es inusual —dijo un hombre con voz resonante.

—Y tan medieval —respondió efusivamente una voz femenina desagradable y estridente.

Un gentío estaba cruzando la portezuela hasta atestar la pequeña estancia de piedra. Demetri nos indicó mediante señas que dejáramos paso. Pegamos la espalda contra el muro helado para permitirles cruzar.

La pareja que encabezaba el grupo, americanos a juzgar por el acento, miraban a su alrededor y evaluaban cuanto veían. Otros estudiaban el marco como simples turistas. Unos pocos tomaron fotografías. Los demás parecían desconcertados, como si la historia que les hubiera conducido hasta aquella habitación hubiera dejado de tener sentido. Me fijé en una mujer menuda de tez oscura. Llevaba un rosario alrededor del cuello y sujetaba con fuerza la cruz que llevaba en la mano. Caminaba más despacio que los demás. De vez en cuando tocaba a alguien y le preguntaba algo en un idioma desconocido. Nadie parecía comprenderla y el pánico de su voz aumentaba sin cesar.

Carlisle suspiró, sería mejor si esa mujer no supiera lo que estaba pasando. Los otros van a morir sin darse cuenta, pero esta pobre mujer... ella sabrá lo que viene.

Edward me atrajo y puso mi rostro contra su pecho, pero ya era tarde. Lo había comprendido.

Me arrastró a toda prisa en dirección a la puerta en cuanto hubo el más mínimo resquicio. Yo noté la expresión horrorizada de mis facciones y cómo los ojos se me iban llenando de lágrimas.

La ampulosa entrada estaba en silencio a excepción de una mujer guapísima de figura escultural. Nos miró con curiosidad, sobre todo a mí.

—Bienvenida a casa, Heidi —la saludó Demetri a nuestras espaldas.

Ella sonrió con aire ausente. Me recordó a Rosalie, aunque no se parecieran en nada, porque también poseía una belleza excepcional e inolvidable. No era capaz de quitarle los ojos de encima.

"Ella no me agrada," murmuró Rosalie.

Heidi vestía para realzar su belleza. La más pequeña de las minifaldas dejaba al descubierto unas piernas sorprendentemente esbeltas, cuya piel blanca quedaba oscurecida por las medias. Llevaba un top de mangas largas y cuello alto, pero extremadamente ceñido al cuerpo, de vinilo rojo. Su melena de color caoba era lustrosa y tenía en los ojos una tonalidad violeta muy extraña, el color que podría resultar al poner unas lentes de contacto azules sobre una pupila de color rojo.

"Es mejor que el rojo, los seres humanos le tienen miedo a los ojos rojos", dijo Jasper.
"Es por eso que es bueno que nuestros ojos sean de un bonito dorado", dijo Alice. "Imagínate que siempre tuviéramos que usar lentes de contacto."

—Demetri —respondió con voz sedosa mientras sus ojos iban de mi rostro a la capa gris de Edward.

—Buena pesca —la felicitó el aludido, y de pronto comprendí la finalidad del llamativo atuendo que lucía. No sólo era la pescadora, sino también el cebo.

—Gracias —exhibió una sonrisa apabullante—. ¿No vienes?

—En un minuto. Guárdame algunos.

Heidi asintió y se agachó para atravesar la puerta después de dirigirme una última mirada de curiosidad.

Edward marcó un paso que me obligaba a ir corriendo para no rezagarme, pero a pesar de todo no pudimos cruzar la ornamentada puerta que había al final del corredor antes de que comenzaran los gritos.

"Eso es todo", dijo Esme, con el ceño fruncido, pero su mirada pronto cambio a una mejor "Por lo menos pudieron salir de allí sanos y salvos."
"Sí, eso es bueno", sonrió Edward.

 


 

 

PRIMERO QUE NADA:

 

MIL PERDONES por la demora!

Y segundo:

Hola^^ como han estado?

Me recuerdan aún? jjajajjaja han sido unos dos meses largos eh?

Acá estoy dando noticias de vida, y que creen? Ya estoy de VACACIONES!!!! No es eso genial??? Y este año no viajo a ningún lado, no me voy a ninguna parte, no haré mi retiro a casa de mis abuelos, NADA! Seré de ustedes, y bueno de mi familia, jajjajajajaj Creo que eso compensará mis meses de ausencia.

Recuerdan mi súper y horrible examen?? Ese que me tenía secuestrada y si no lo aprobaba perdería un año, pues en ese me fue bien, pero en los finales, no, jajajajja soy un desastre! Así que mis vacaciones serán hasta febrero cuando deba volverlos a rendir, pero falta mucho para eso, disfrutemos lo que queda del año y de enero.

Han pasado tantas cosas, entre ellas, el estreno de amanecer parte 2, yo aun sigo de luto por la pérdida, alguien todavía no la vio??? Que tal les pareció?? Cuál fue su parte favorita? Lloraron? La odiaron por ser la última? La amaron por ser el final? Quieeeeero sabeeeer!!No puedo creer que me haya perdido conversar con ustedes sobre lo más importante del AÑO!!! Jajajjaja Así que a comentar lectoras y lectores.

Y teniendo en cuenta que estoy de vacaciones! QUIEN QUIERE MARATON DE ACTUALIZACIONES???? Alguien quiere??? Espero que si, y también espero que me compensen con comentarios también, quiero empezar el 2013 con capítulos de ECLIPSE, podremos lograrlo??? Depende del mundo que no actué en nuestra contra y de que ustedes estén presentes, tenemos trato?

Hago referencia al mundo, por que el capitulo listo desde el sábado, y ayer paso de todo, visitas inesperadas, computadoras que se apagan solas, mega tormentas, cortes de luz, etc, etc, ajjajajaja crucemos los dedos y echemos a la mala suerte lejos de nosotras!

 

Muchisimas gracias por todas las que comentaron, creo que logre contestars algunos comentarios desde la mensajeria interna de la pogina, espero que  haya funcionado, y sino, dejo algunas informaciones, mi twitter para el informe de las actualizaciones es @cary0605, y mi blog es: http://leyendolasagacrepusculocary0605.blogspot.com.ar/

 

 

Capítulo 22: Dando noticias Capítulo 24: FELIZ AÑO NUEVO

 
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