LEYENDO LUNA NUEVA

Autor: cary0605
Género: General
Fecha Creación: 01/03/2012
Fecha Actualización: 26/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 79
Visitas: 135174
Capítulos: 29

Continuación de LEYENDO CREPUSCULO. La familia Cullen ha leído Crepúsculo y ahora leerán Luna Nueva. ¿Qué hará Edward cuándo se entere de que abandonará a Bella? ¿Qué pensará su familia? 

Historia original de Choices HP "Reading New moon"...( TRADUZCO con su permiso por supuesto)

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Capítulo 19: EL FUNERAL

Disclaimer: Los libros aquí transcriptos y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia original “Reading New Moon” a Choices HP, yo solo la traduzco, todo esto es sin ánimos de lucro, solo por mero entretenimiento.

Hola mis queridas/os lectoras/es, espero que sepan disculpar mi tardanza, se que estarán impacientes por leer el capitulo, NOS LEEMOS ABAJO…


 

El funeral leyó Alice.

"Pero ella no irá al funeral," dijo Emmett, confundido. "¿Qué significa entonces?"
"No lo sé", contestó Alice. "Pero no suena nada bien".

Bajé las escaleras a todo correr y abrí la puerta de un tirón.

Era Jacob, por supuesto. Incluso aunque no le pudiera ver, Alice era muy intuitiva.

"Gracias," Alice casi gruñó ante el recuerdo de su limitación.
"Ahora ya sabes cómo me siento", se rió Edward.
"Por lo menos no me pasa con la persona que amo", gruñó Alice y eso prácticamente corto la risa de Edward, a la vez causando que Emmett riera más fuerte.

Se había quedado a metro y medio de la puerta y arrugaba la nariz con gesto de desagrado, pero aparte de eso su rostro estaba en calma, como el de una máscara. No me engañó. Vi el débil temblor de sus manos.

Emanaba oleadas de hostilidad, lo cual me retrotrajo a aquella espantosa tarde en la que había preferido a Sam antes que a mí y respondí a la defensiva irguiendo el mentón.

El Golf de Jacob permanecía al ralentí con el freno echado. Jared estaba al volante y Embry en el asiento del copiloto. Me di cuenta de lo que eso significaba: temían dejarle venir solo,

"Parece que los lobos nos tienen miedo", sonrió Emmett totalmente complacido.

“No deberían” suspiró Esme.

“Claro que sí” discutió Emmett enfurruñado.

“Emmett Cullen no les haremos nada” lo reto su madre.

“Está bien” contesto bajando la cabeza.
lo que me entristeció y sorprendió, ya que el comportamiento de los Cullen no justificaba semejante actitud.

—Hola —dije finalmente al ver que él seguía sin hablar.

Jake frunció los labios y continuó a la misma distancia que había mantenido con respecto a la puerta. Repasó la fachada de la casa con la mirada.

Apreté los dientes y pregunté:

—No está aquí. ¿Necesitas algo?

Él vaciló.

—¿Estás sola?

—Sí.

Suspiré.

—¿Podemos hablar un minuto?

Por supuesto, Jacob. Vamos, entra.

Miró por encima de su hombro a sus amigos, sentados en el coche. Vi a Embry mover la cabeza de forma casi imperceptible. No supe la razón, pero eso me fastidió un montón.

Me rechinaron los dientes y murmuré en voz muy baja:

Gallina.

"Bueno, eso seguro lo hará entrar," dijo Rosalie, rodando los ojos.

Los ojos de Jacob relampaguearon y se centraron en mí. Encima de sus ojos hundidos, sus pobladas cejas negras adoptaron un ángulo que les confería un aspecto airado. Apretó los dientes y desfiló —no existía otra palabra para describir la forma en que se movía— por la vereda y se encogió de hombros al pasar junto a mí para entrar en la casa.

Antes de cerrar de un portazo, mi mirada se encontró primero con la de Jared y luego con la de Embry. No me gustó la dureza con la que me observaban. ¿De veras pensaban que iba a dejar que le sucediera algo malo a Jacob?

"Deben pensar que si ella confía en un vampiro, ya no es de fiar", susurró Edward.

Él se quedó detrás de mí en el vestíbulo sin dejar de mirar el lío de mantas del salón.

—¿Qué? ¿Una fiesta de pijamas? —inquirió con sarcasmo.

—Sí —repliqué con el mismo tono de acidez. No me gustaba nada Jacob cuando se comportaba de esa manera.

"Lo que significa que cuando regrese  tendrás que tener cuidado acerca de cómo tratar al cachorro", dijo Jasper. "Ella no querrá que seas hostil con él tampoco."

"Aprendo rápido… Estoy seguro que me daré cuenta ", dijo Edward.
"Bueno, eso lo veremos pronto", sonrió Alice. "Tú también eres un idiota testarudo, sobreprotector y Bella te tendrá ocupado durante un tiempo."

“¿A que te refieres?” cuestiono Edward.

Alice solo se encogió de hombros como respuesta, tarareando el himno nacional en árabe, para mayor frustración de Edward.
—¿Qué se te ofrece?

Volvió a arrugar la nariz como si oliera algo desagradable.

—¿Dónde está tu «amiga»? —pude oír el entrecomillado de la palabra en la inflexión de su voz.

“Yo soy su amiga, no hace falta que me entrecomille” gruño Alice.

—Tenía que hacer algunos recados. Bueno, Jacob, ¿qué quieres?

Había algo en la estancia que le ponía los nervios a flor de piel. Los brazos le temblaban. No respondió a mi pregunta, sino que se desplazó a la cocina lanzando con impaciencia miradas en todas las direcciones.

Le seguí. Paseaba arriba y abajo junto a la pequeña encimera.

—Eh —le dije al tiempo que me interponía en su camino. Detuvo sus pasos y fijó en mí su mirada—. ¿Qué te ocurre?

—Me disgusta tener que venir aquí.

Aquello me hirió profundamente. Me estremecí y él entrecerró los ojos.

—En tal caso, lamento que hayas tenido que hacerlo —musité—. ¿Por qué no me dices ya lo que necesitas? De ese modo podrás marcharte.

—Sólo quería hacerte un par de preguntas. No te llevará mucho tiempo. Debemos volver al funeral.

—De acuerdo, terminemos con esto.

Probablemente me estaba comportando con demasiada agresividad, pero no quería que viera cuánto daño me hacía.

"Bueno, él está intentando ser más duro para no mostrarle lo mucho que le duele esta situación," suspiró Esme.

“¿Por qué lo defiendes?” pregunto Edward un poco celoso.

“El estuvo con Bella cuando tu no estuviste, el merece nuestra gratitud” respondió Esme, que al igual que Carlisle quería que los problemas de relación con los quileutes se solucionaran.

Edward solo asintió un poco apesumbrado a veces los celos no lo dejaban ver con claridad.
No me había portado bien, cierto, y después de todo, hacía dos noches había preferido a la chupasangre en vez de a él. Yo le había herido primero.

Respiró hondo y de pronto los dedos temblorosos se quedaron quietos. Su rostro se sosegó hasta convertirse en una máscara serena.

—Un miembro de la familia Cullen ha estado aquí contigo —expuso.

—Sí, Alice Cullen.

Asintió con gesto pensativo.

—¿Cuánto tiempo va a quedarse?

—Todo el que quiera —repliqué, todavía con tono beligerante—. Puede venir cuando le plazca.

—¿Crees...? ¿Podrías explicarle lo de la otra, lo de Victoria, por favor?

"¿De verdad cree que ella me guardaría secretos?", Se burló Alice, que ahora parecía querer diputarse la amistad de Bella.

Palidecí.

—Ya la he informado.

El asintió.

—Has de saber que mientras los Cullen estén en este lugar, sólo podemos vigilar nuestras tierras. El único sitio donde tú estarías a salvo sería en La Push. Aquí ya no puedo protegerte.

"Ella estará a salvo en mis manos", dijo Alice y Jasper la miro preocupado. "No te molestes".
"No puedo evitarlo," Jasper suspiró.
"Lo sé", sonrió Alice con la mirada tomándole la mano.
—De acuerdo —contestéconun hilo de voz.

Entonces apartó la vista y miró al exterior a través de las ventanas traseras sin decir nada más.

—¿Eso es todo?

Mantuvo los ojos fijos en el cristal mientras contestaba:

—Sólo una última cosa.

Esperé, pero él no prosiguió, por lo que al final le urgí:

—¿Sí?

—¿Van a regresar los demás? —inquirió con voz fría y calmada. Me recordó al comportamiento sereno de Sam. Jacob se parecía cada vez más a él. Me pregunté por qué me molestaba tanto.

"Realmente no debería molestarle, eso significa que tiene más control de si mismo", dijo Edward.
"Pero también significa que ha cambiado... cada ves se aleja del que era su  viejo amigo," suspiró Esme.

Ahora fui yo quien permaneció callada y él clavó sus ojos perspicaces en mi rostro.

—¿Y bien? —preguntó mientras se esforzaba en ocultar la tensión detrás de su expresión serena.

—No —respondí al fin, a regañadientes—. No van a volver.

Jacob no se inmutó.

—Vale. Eso es todo.

Mi enfado resurgió y le fulminé con la mirada.

—Bueno, venga, ahora vete. Ve a decirle a Sam que los monstruos malos no te han atrapado.

Emmett se inclinó, luciendo como si tratara de que no lo vieran (aunque todos los estaban mirando), y susurró: "Boo" en el oído de Rosalie riendo.
“Idiota", Rosalie rodó sus ojos, pero la comisura de su boca se torció hacia arriba.

—Vale —volvió a decir, aún calmado.

Era lo que parecía. Jacob salió a toda prisa de la cocina. Esperé a oír la puerta de la entrada, pero no fue así. Escuché el tictac del reloj de la cocina y me maravillé una vez más de lo silencioso que se había vuelto.

"O quizás no se fue aun," dijo Jasper.

¡Menudo desastre! ¡¿Cómo podía haberme alejado tanto de él en tan breve lapso de tiempo?!

¿Me perdonaría cuando Alice se hubiera marchado? ¿Y qué ocurriría si no lo hiciera?

"Él te perdonará", dijo Edward tranquilizador y luego frunció el ceño. "Él no tiene opción."

Me dejé caer contra la encimera y enterré mi rostro entre las manos. ¿Cómo podía haberlo complicado todo de este modo? En cualquier caso, ¿me podía haber comportado de otra manera? No se me ocurrió ninguna alternativa, ningún otro modo de proceder.

—¿Bella...? —preguntó Jacob con voz atribulada.

"Yo sabía que no se había ido," apunto Jasper.

Alcé el rostro, que mantenía entre mis manos, para ver a Jacob, dubitativo, en la entrada de la cocina. No se había marchado, tal y como yo había pensado. Sólo entonces vi gotas cristalinas en las palmas de mis manos y comprendí que estaba llorando.

“Bella” susurró Edward, sabiendo que el Edward del libro tendría que lidiar con esa amistad y con todo lo que esta conllevaba

La expresión serena había desaparecido del rostro de Jacob, que ahora se mostraba inseguro y ansioso. Caminó rápidamente para acercarse a mi lado y agachó la cabeza hasta que sus ojos y los míos estuvieron a la misma altura.

—Lo he vuelto a hacer, ¿verdad?

—¿Hacer? ¿El qué? —pregunté con voz rota.

—Romper mi promesa. Perdona.

—No te preocupes —repuse entre dientes—. Esta vez empecé yo.

Su rostro se crispó.

—Sabía lo que sentías por ellos. No debería haberme sorprendido de ese modo.

"Es difícil cambiar los prejuicios", dijo Edward. "No va a ser fácil para mi cambiar mi opinión... sobre todo porque no voy a saber todo lo que él ha hecho por ella."

Vi la repulsa en sus ojos y quise explicarle cómo era Alice en realidad, defenderla, desmentir la opinión que se había formado de ella, pero algo me previno de que no era el momento.

Por tanto, me limité a decir:

—Lo siento.

Una vez más.

—No hay de qué preocuparse, ¿vale? Sólo está de visita, ¿no? Se irá y las aguas volverán a su cauce.

"Sólo que no es eso lo que ella quiere", sonrió Emmett. "Ella quiere vuelvamos."

—¿No puedo ser amiga de los dos al mismo tiempo? —pregunté. Mi voz no ocultó ni una pizca del dolor que me embargaba.

Movió la cabeza muy despacio negando esa posibilidad.

—No, no creo que sea posible.

"Va a ser difícil", gruñó Edward. "Pero estoy seguro de que voy a tratar."
"Y ella lo sabe... ella va a tener éxito de alguna manera", sonrió Alice.

Sollocé y clavé la vista en sus pies enormes.

—Pero ¿me esperarás, verdad? ¿Seguirás siendo mi amigo aunque también quiera a Alice?

"Ella me quiere!", Dijo Alice como queriendo cantar  “No importa que no me haya despido de ella, y que me haya ido con el idiota de mi hermano, ella me quiere!”

"Quien no te querría Alice", sonrió Jasper mientras apretaba su mano.

No alcé los ojos, temerosa de lo que iba a pensar de la última parte. Necesitó un minuto para responder, por lo que probablemente fue un acierto no mirarle.

—Sí, siempre seré tu amigo —dijo con brusquedad— sin tener en cuenta a quién ames.

“Si seguimos por ese camino, yo tendría que decir lo mismo cachorrito” dijo Alice pagada de si misma.

—¿Prometido?

—Prometido.

Me rodeó con los brazos y yo apoyé la cabeza sobre su pecho sin dejar de sollozar.

—¡Qué asco de situación!

—Sí —entonces, olisqueó mi pelo y dijo—: Puaj.

"Supongo puede olerme en ella", se rió Alice.
"Sí, y parece que va a devolverte el favor", agregó Emmett, riendo.
"Argh", se quejó Alice.

—¡¿Qué?! —Pregunté y levanté la vista para verle arrugar la nariz—. ¿Por qué os ha dado a todos por hacerme eso? ¡No huelo!

Esbozó una leve sonrisa.

—Sí, sí hueles, hueles como ellos. Demasiado dulce y empalagoso... y helado... Me arde la nariz.

—¿De verdad? —aquello resultaba muy extraño. Alice olía increíblemente bien, al menos para un humano—. Entonces, ¿por qué Alice cree también que yo huelo?

Aquello le borró la sonrisa de la cara.

—¿Qué...? Tal vez mi olor tampoco sea de su agrado, ¿no?

"En eso tiene razón!" Emmett se rió entre dientes y todo el mundo parecía estar de acuerdo con eso.

—Bueno, a mí me gusta cómo oléis los dos.

Volví a apoyar la cabeza sobre su pecho. Le iba a echar mucho de menos en cuanto saliera por la puerta. Era una situación peliaguda y sin escapatoria. Por una parte, deseaba que Alice se quedara para siempre, y me iba a morir —metafóricamente hablando— cuando me dejara, pero ¿cómo se suponía que iba a seguir sin ver a Jacob ni un segundo? ¡Menudo lío!, pensé una vez más.

"Ella parece estar bien, siempre y cuando Alice esté ahí", dijo Jasper.

—Te echaré de menos cada minuto —susurró Jacob, haciéndose eco de mis pensamientos—. Espero que se largue pronto.

"No creo que a Bella le agrade eso", se rió Emmett.

—La verdad, Jake, no tiene por qué ser así.

Suspiró.

—Sí, Bella, sí ha de ser así. Tú... la quieres, y sería conveniente que yo no estuviera cerca de ella. No estoy seguro de mantenerme siempre lo bastante sereno como para poder manejar la situación. Sam se enfadaría si se enterase de que he quebrantado el tratado y —su voz se tornó sarcástica— no creo que te hiciera demasiado feliz que matara a tu amiga.

"Mmm", dijo Alice, divertida. "Como si el cachorro pudiera contra mi".

Le rehuí cuando dijo eso, pero él se limitó a hacer más fuerte la presa de sus brazos, negándose a soltarme.

—No hay forma de evitar la verdad. Así están las cosas, Bella.

—Pues no me gusta.

"Ah, mi Bella," Edward se rió entre dientes.

Jacob liberó un brazo para sostener mi mentón con la mano ahuecada y lo levantó para obligarme a que le mirase.

—Sí, era más sencillo cuando los dos sólo éramos humanos, ¿verdad?

Suspiré.

Nos miramos el uno al otro durante mucho tiempo. Su mano ardía sobre la piel de mi rostro. Sabía que allí no había otra cosa que nostalgia y tristeza. No quería despedirme, por breve que llegara a ser la separación. Al principio su rostro fue un reflejo del mío, pero luego, sin que ninguno de los dos desviara la mirada, su expresión cambió.

Me soltó y alzó la otra mano para acariciarme la mejilla con las yemas de los dedos y terminar descendiendo hasta la mandíbula. Noté el temblor de sus dedos, aunque en esta ocasión no era a causa de la ira. Colocó la palma de su mano sobre mi mejilla, de modo que mi rostro quedó atrapado entre sus manos abrasadoras.

Edward se quedó inmóvil, luciendo horrorizado y enojado por esto.
—Bella —susurró.

Me quedé helada.

“¡No!” gruño Edward.

¡No! Aún no había tomado una decisión al respecto. No sabía si era capaz de hacerlo, y ahora no tenía tiempo para pensar, pero hubiera sido una necia si hubiera pensado que un rechazo en ese momento no iba a tener consecuencias.

"No pienses así!", Susurró Edward. "Haz lo que quieras... no dejes que la culpa por el cachorro tome el control de tus decisiones".

A su vez, también yo clavé en él mi mirada. No era mi Jacob, pero podía serlo. Su querido rostro era el de siempre. Yo le amaba de verdad en muchos sentidos. Era mi consuelo, mi puerto seguro, y en ese preciso momento yo podía escoger que me perteneciera.

“No lo hagas Bella” susurró Edward, No me dejes termino en sus pensamientos.

Por el momento, Alice había regresado, pero eso no cambiaba nada. La persona a quien amaba de verdad se había marchado para siempre.

“Pero, volveré, en el fondo lo sabes” contradijo Edward dejándose llevar por la situación.

“Edward” consoló Esme tratando de dar ánimos a su hijo, pero el parecía estar perdido en la lectura sin siquiera mirarla.

El príncipe no iba a regresar para despertarme de mi letargo mágico con un beso.

Por supuesto que sí, te despertare con un beso las veces que quieras Edward pensó mientras oleadas de pánico lo recorrían..

Al fin y al cabo, tampoco yo era una princesa, por lo que ¿cuál era el protocolo de los cuentos de hadas para otros besos? ¿Acaso la gente corriente y moliente no necesitaba romper ningún conjuro?

"No dejes que ocurra", susurró Edward.

Los demás no hacían comentario alguno, ninguno quería estar en los zapatos de Edward en estos momentos, por lo tanto se mantenían en silencio… incluso Emmett.

Tal vez sería fácil, algo así comocuando sostenía su mano o me rodeaba con sus brazos. Quizá sería agradable. Quizá no me diera la impresión de estar traicionándole. Además, ¿a quién traicionaba en realidad? Sólo a mí misma.

Sin apartar sus ojos de los míos, Jacob comenzó a inclinar el rostro hacia mí.

No importaba que el chucho la hubiera protegido, no importaba que él la haya salvado en varias ocasiones, no importaba que él haya sido la luz en el momento que Bella más lo necesito, y no importaba si Jacob era mejor para ella… Realmente no importaba por una simple y sencilla razón.

 Bella era suya.

Pero ni el amor más grande y masoquista querría ver… o escuchar  esto…

Edward se levanto dispuesto a irse, pero Alice que ya había visto lo que ocurriría, lo sujeto del brazo antes de que diera un paso y se apresuro a leer.

Yo todavía no había tomado ninguna decisión.

El repiqueteo estridente del teléfono nos hizo pegar un bote a los dos,

"Salvados por la campana!", Se rió Emmett pasando la mano por su frente, secándose el falso sudor “Eso si que estuvo cerca hermano”

“Ni me lo recuerdes” dijo Edward aun abatido.
pero él no perdió su centro de atención. Apartó la mano de mi barbilla y la alargó para tomar el auricular, pero aún sostenía férreamente mi mejilla con la otra mano. Sus ojos negros no se apartaron de los míos. Estaba hecha un lío, demasiado confusapara ser capaz de reaccionar ni aprovechar la ventaja de la distracción.

“Tiene tanto que aprender” dijo Alice riendo “Rose deberías enseñarle tus tácticas para deshacerte de chiquillos ilusos”

Rosalie solo asintió un poco enojada, no le gustaba la manera en que Jacos se aprovechara de  las dudas de Bella.

—Casa de los Swan —contestó Jacob en voz baja, ronca y grave.

Alguien le contestó y Jacob se alteró al momento. Se envaró y me soltó el rostro. Se apagó el brillo de sus ojos, se quedó lívido, y hubiera apostado lo poco que quedaba de mis ahorros para ir a la universidad a que se trataba de Alice.

"¿Por qué la llamaría?" Murmuró Alice.

“¿Cómo que por qué?” dijo Emmett riendo “Es obvio que no querías que nuestro Eddy tenga cuernos”

“Yo no veo a los lobos Emmett” contesto Alice enojada, no le gustaba que le recordaran sus falencias.

“Oh bueno, era una posibilidad, en todo caso Eddy deberías agradecerle o mandarle flores a quien haya llamado para interrumpir ese intercambio de saliva” dijo Emmett entre riéndose y haciendo muecas de un beso.

“Voy a seguir leyendo” dijo Alice sin dejar que Edward respondiera.

Me recuperé y extendí la mano para tomar el auricular, pero él me ignoró.

—No está en casa —Jacob pronunció esas palabras con un tono amenazador. Hubo una réplica breve, parecía una petición de información, ya que Jacob añadió de mala gana—: Se encuentra en el funeral.

A continuación, colgó el teléfono.

—Asqueroso chupasangre —murmuró por lo bajini. Volvió el rostro hacia mí, pero ahora volvía a ser una máscara llena de amargura.

—¿A quién le acabas de colgar mi teléfono en mi casa?—pregunté de forma entrecortada, enojadísima.

—¡Cálmate! ¡Él me colgó a mí!

"¿Él?", se preguntó Emmett. "¿Quién llamó?"
Fue casi instantáneo el momento en que Edward, Alice y Carlisle se congelaron.
"¿Qué?", Preguntó Emmett de nuevo.
"¿Crees que fuiste tú?", Preguntó Jasper mirando alarmado a Edward.
"Pensaste que ella se suicidó", se quejó Alice. "¡Yo la vi saltando, y no saliendo a la superficie!"
"Pero no le hubieras dicho a Edward," Esme le aseguró.
"No," dijo Alice. "Pero si él piensa que ella ha muerto..."
"Voy a ir a los Vulturis," terminó Edward.
Esta vez causando que toda la familia se congelara.

“Pero… no… tú no puedes hacer eso” tartamudeo Esme.

“Hijo… debes pensar las cosas” trato de apaciguar Carlisle.

“No me queda otra opción” dijo Edward seguro, es mas a él no le parecía un mal plan, ¿para que seguir viviendo si Bella ya no estaba?

—¿Quién era?

—El doctor Carlisle Cullen —pronunció el título con sorna.

"Tal vez..." Esme comenzó a decir un poco esperanzada.
"Yo no usaría mi propio nombre", recordó Edward haciendo perder a Esme la poca esperanza que trataba de reunir.

—¡¿Por qué no me has dejado hablar con él?!

—No ha preguntado por ti —repuso Jacob con frialdad. Su rostro era inexpresivo y estaba en calma, pero las manos le temblaban—. Preguntó dónde estaba Charlie y le respondí. No me parece que haya quebrantado las reglas de la cortesía.

"¿Por qué preguntarías por Charlie", preguntó Emmett, el todavía se negaba a creer que el Edward del libro cometiera estupidez tras estupidez . "¿Por qué no llamaste a alguno de nosotros?"
"Para estar seguro," dijo Edward, sin emociones. "Qué suerte la mía que alguien hubiera muerto...”

—Escúchame, Jacob Black...

Pero era obvio que no lo hacía. Volvió la vista atrás, como si hubiera oído su nombre en otra habitación. Abrió los ojos y se quedó rígido; luego comenzó a estremecerse. Yo también agucé el oído, pero sin oír nada.

"Estoy allí", dijo Alice. Realmente fuiste tú el que llamaste... vas a conseguir que te maten..."

—Adiós, Bella —espetó, y dio media vuelta para dirigirse a la puerta de la entrada.

Corrí tras él.

—¿Qué pasa?

Choque contra él, que se balanceó hacia atrás, despotricando en voz baja. Me golpeó en un costado al girar otra vez. Perdí pie y me caí al suelo, con la mala suerte de que mis piernas se engancharon con las suyas.

—¡Maldita sea, ay! —me quejé mientras él se apresuraba a sacudir las piernas para liberarse cuanto antes.

Forcejeé para incorporarme y Jacob se lanzó como una flecha hacia la puerta trasera. De pronto, se quedó petrificado.

Alice permanecía inmóvil al pie de las escaleras.

"Debo tener preguntas para él," murmuró Alice.

—Bella —dijo con voz entrecortada.

Esme se apoyo en el pecho de Carlisle, sollozando.

Me levanté como pude y acudí a su lado dando tumbos. Alice tenía la mirada ausente, lejana; el rostro, demacrado y blanco como la cal. Su cuerpo esbelto temblaba a resultas de una enorme conmoción interna.

—¿Qué pasa, Alice? —chillé.

Tomé su rostro entre mis manos en un intento de calmarla. De pronto, centró en mí sus ojos abiertos y colmados de dolor.

—Edward —logró articular.

Alice hizo una pausa, ella había sabido que esto iba a pasar y no necesitaba una visión para saberlo, pero aún así era insoportablemente doloroso confirmarlo.
Mi cuerpo reaccionó antes de que mi mente fuera capaz de comprender las implicaciones de su respuesta. Al principio, no entendí por qué la que la habitación daba vueltas ni de dónde venía el eco del rugido que me pitaba en los oídos. Me devané los sesos, pero no fui capaz de encontrarle sentido al rostro funesto de Alice ni de averiguar qué relación podía guardar con Edward;

“Ella te conoce demasiado bien, sabe que algo malo está ocurriendo” dijo Jasper con voz estrangulada, volviendo a su antiguo estado de culpa, había sido tan fácil olvidarse, pero como hacerlo cuando su debilidad por la sangre había ocasionado todo este embrollo, y ahora su hermano iba a pagar las consecuencias…

Edward negó con la cabeza a los pensamientos de Jasper, él no tenía la culpa, pero no encontraba su voz para hacérselo saber.

entretanto, empecé a tambalearme en busca del alivio de la inconsciencia antes de que la realidad me hiciera daño.

La escalera se inclinó en un ángulo extraño.

De pronto, llegó a mi oído la voz furiosa de Jacob profiriendo un torrente de blasfemias. Me invadió una suave ola de desaprobación. Resultaba evidente que sus nuevos amigos eran una mala influencia.

Me encontré encima del sofá antes de comprender cómo había llegado hasta allí. Jacob seguía soltando tacos. Me daba la impresión de que se había desatado un terremoto a juzgar por el modo en que el sofá se agitaba debajo de mi cuerpo.

"Relájate" gruño Edward, despertando del letargo en el que había estado, su preocupación con bella siempre despertaría su fibra protectora. "Alice dejarlo ir... no puede controlarse a sí mismo."

¿Qué le has hecho? —preguntó él.

Alice le ignoró.

—¿Bella? Reacciona, Bella, tenemos prisa.

—Mantente lejos —le previno Jacob.

—Cálmate, Jacob Black —le ordenó Alice—. No querrás transformarte tan cerca de ella.

"No lo provoques!" le dijo Edward levantando mas la voz
"Lo tengo todo bajo control, yo si pienso antes de actuar!" le contesto Alice enojada  perdiendo un poco la compostura.

—No creo que tenga problemas en recordar cuál es mi verdadero objetivo —replicó, pero su voz sonó un poco más apaciguada.

"Lo ves," dijo Alice.

—¿Alice? —intervine con voz débil—. ¿Qué ha pasado? —pregunté incluso a pesar de no querer oírlo.

—No lo sé —se lamentó inopinadamente—. ¡¿Qué se le habrá ocurrido?!

“Con Edward nunca se sabe” dijo Emmett visiblemente enojado.

Hice un esfuerzo por incorporarme a pesar de los vahídos. No tardé en darme cuenta de que lo que aferraba en realidad para recuperar el equilibrio era el brazo de Jacob. Era él quien temblaba, y no el sofá.

Alice había sacado un móvil plateado del bolso cuando la reubiqué en la estancia. Tecleaba los números a tal velocidad que se le desdibujaban los dedos.

—Rose, necesito hablar con Carlisle ahora mismo —soltó de sopetón—. Bien, pero que me llame en cuanto llegue. No, habré tomado un vuelo. Oye, ¿sabes algo de Edward?

Alice hizo una pausa, leyendo con la vista para sí misma, totalmente consternada..
Rosalie se estremeció, haciendo que todos la miraran. "Debo habertelo dicho," ella dijo con voz hueca.
"¿Por qué hiciste eso?" Gruñó Alice. "Tú sabía cómo iba a reaccionar!"
"No, obviamente no lo sabía!" Gruñó Rosalie. "¿Crees que me gustaría que algo le sucediera? Tú sabes que yo haría cualquier cosa por mi familia! "
"Sssssfffff," siseó Alice enojada, ella lo sabía. Rosalie podía ser muy egoísta, pero se preocupaba por su familia más que  cualquier otra cosa. "¿Cómo no pudiste ver lo mucho que él ama a Bella?"
"¿Cómo quieres que lo sepa? Recuerdas bien lo que leímos en el primer capítulo, no estuve presente todo ese tiempo, cuando regrese paso lo de la fiesta, y luego nos fuimos, yo jamás dejaría a Emmett, NUNCA!  ", contrarresto Rosalie.
"Esa no es excusa!!!!, Pero cualquiera se daría cuenta que decirle eso por teléfono no era lo más apropiado!" Gruñó Alice. "¿Cómo pudiste ser tan cruel?"
"Yo…" Rosalie tartamudeó. "Nunca he tratado de entender su obsesión por ella.. no sé lo que estaba pensando esa Rosalie al decírselo a Edward."
"Está bien, cariño", dijo Emmett con dulzura (sí, el podía ser dulce cuando quería serlo) abrazando a Rosalie haciendo que ella acostara la cabeza en su pecho "Vamos a conseguir detener a Eddy antes de que haga algo estúpido.
"Sí, y deben traer a Edward, así él y Bella estén juntos de nuevo", dijo Esme, todavía sollozando en el pecho de Carlisle, pero sus ojos parecían tener un poco de esperanza ahora.
"Eso es verdad", coincidió Alice pensativa, la ira la estaba abandonando gracias a Jasper. "Mientras esto funcione... tal vez no sea tan malo."
"Yo no la quiero cerca de los Vulturis!" susurró Edward que se había mantenido callado hasta el momento, par el Rosalie no era culpable, ya que la culpa era solo suya.
"Entonces deberías haber pensado en eso antes de huir a Italia para que te maten!" le gruño Alice, aun le quedaban resquicios de enfado.

Alice hizo una pausa en ese momento para escuchar cada vez con expresión más horrorizada a medida que transcurrían los segundos. Entreabrió la boca en forma de «o» a causa del espanto y el móvil le tembló en la mano.

—¿Por qué? —preguntó con voz entrecortada—. ¿Por qué lo has hecho, Rosalie?

Fuera cual fuera la respuesta, el mentón de Alice se tensó a causa de la ira. Le centellearon los ojos y luego los entrecerró.

—En fin, te has equivocado en ambos casos, aunque, Rosalie, era fácil suponer que iba a ser un problema, ¿a que sí? —preguntó con sarcasmo—. Sí, exacto, ella se encuentra perfectamente... Me equivoqué... Es una larga historia, pero en eso también te equivocas. Ésa es la razón por la que llamo... Sí, eso es exactamente lo que vi —Alice habló con dureza.

"¿Acabas de decir que estaría mejor sin Bella?", Espetó mirando  a Rosalie, el no le echaba la culpa de lo que estaba pasando, pero ella no tenia derecho a dudar del amor de Bella.

"No lo sé", dijo Rosalie. "Pero no creo que eso sea importante ahora."
Edward siseó, tratando de controlar su temperamento.
Fruncía los labios hasta el punto de dejar los dientes al descubierto—. Es un poco tarde para eso, Rose. Guárdate tu remordimiento para quien te crea.

“Ella de verdad debe estar arrepentida” le dijo Emmett enojado a Alice.

“Bueno, basta, deben recordar que nada de esto paso, nadie ha hecho nada aun, así que no deberían estar peleando a cada momento por los diálogos” dijo Carlisle con voz serena pero con autoridad.

Los demás solo asintieron un poco apenados, que se dejaban llevar por sus emociones, las cuales Jasper parecía no estar ayudando mucho,  quizás el mismo se veía sobrepasado por tanta sobrecarga de emociones y sentimientos.

Cerró el móvil con un movimiento vertiginoso de dedos. Se volvió hacia mí y me miró con ojos atormentados.

—Alice, Carlisle ya ha regresado —mascullé rápidamente sin dejar que me contara nada. Necesitaba unos segundos más de tregua antes de que hablara y sus palabras destruyeran lo poco que me quedaba de vida—. Acaba de llamar...

Se me quedó mirando sin comprender y luego preguntó con voz apagada:

—¿Cuánto hace de eso?

—Medio minuto antes de tu aparición.

—¿Qué dijo? —ahora me estaba prestando atención, quedó a la espera de mi respuesta.

Yo no hablé con él.

Mis ojos volaron en pos de Jacob, y Alice clavó su penetrante mirada en él, que reaccionó con un estremecimiento, pero no se apartó de mi lado. Se sentó con torpeza, casi como si pretendiera escudarme con su cuerpo.

"Es probable, su instinto le dice que debe protegerla, ya que ve a Alice como una amenaza", murmuró Jasper.

Preguntó por Charlie y le respondí que no se encontraba aquí —musitó Jacob con resentimiento.

—¿Nada más? —inquirió Alice con voz glacial.

—Después me colgó el teléfono —le espetó Jacob. Un temblor le recorrió la columna vertebral y me hizo estremecer.

—Le dijiste que Charlie estaba en el funeral —le recordé.

Esas palabras parecieron hicieron recordar los hechos, haciendo que todos se tensaran.

Alice sacudió la cabeza hacia mí.

—¿Cuáles fueron las palabras exactas?

—Jacob dijo: «No está en casa», y cuando Carlisle preguntó por el paradero de Charlie, respondió: «Se encuentra en el funeral».

Alice gimió y cayó de rodillas.

—Cuéntamelo, Alice —susurré.

—No fue Carlisle quien telefoneó —explicó con desesperanza.

—¿Me estás llamando mentiroso? —gruñó Jacob, que seguía junto a mí.

Alice le ignoró y se concentró en mi rostro perplejo.

—Era Edward —las palabras borbotearon en un susurro entrecortado—. Cree que has muerto.

La mente empezó a funcionarme otra vez. No era eso lo que tanto temía oír, por lo que el alivio me aclaró las ideas.

"No lo entiendo", se quejó Edward. "Yo le dije lo que haría si ella muriera
"Han pasado muchas cosas entre ustedes dos desde entonces!" Gruñó Alice. "Por alguna estúpida e idiota razón, ella está bajo la impresión de que no te preocupas por ella", añadió con amargura.
Después de suspirar, me relajé y aventuré:

—Rosalie le dijo que me había suicidado, ¿verdad?

—Sí —admitió Alice. Los ojos le relampaguearon de ira una vez más—. He de decir en su defensa que ella pensaba que era verdad. Confían más de lo debido en mi visión, que funciona con muchas imperfecciones, pero eso fue lo que la impulsó a decírselo a Edward. ¿No comprendía... ni le preocupaba...?

Su voz se fue apagando horrorizada.

—Y Jacob le habló de un funeral cuando llamó aquí, y él creyó que era el mío —comprendí.

“Es bueno que ella comprensa rápido las cosas” dijo Carlisle

Me dolió mucho saber lo cerca que habíamos estado el uno del otro. Había tenido su voz a pocos centímetros.

Edward no pudo evitar que sus comisuras se levantaran en una sonrisa involuntaria.

Hundí las uñas en el brazo de Jacob, pero éste se mantuvo imperturbable.

Alice me miró de un modo extraño y susurró:

—No te has alterado.

—Bueno, se ha malogrado una ocasión, pero todo se arreglará. Alguien le dirá la próxima vez que llame... que... en... realidad... —

“Ella aun no lo ha entendido” dijo Esme mortificada por como lo tomaría Bella.

no pude seguir. Su mirada agolpó las palabras en mi garganta.

¿Por qué tenía Alice tanto pavor? ¿Por qué su rostro se había crispado de pena y horror? ¿Qué le había dicho a Rosalie por teléfono hacía unos momentos? Algo sobre lo que había visto, y luego había mencionado el remordimiento de Rosalie. Ella jamás hubiera sentido remordimiento alguno por nada de lo que me hubiera pasado a mí, pero si eso causaba algún mal a su familia, a su hermano...

"Parece que ella entiende mejor de lo que piensa," susurró Alice, que estaba decidida a estar de mal humor por la idiotez de su hermano.’

—Bella —susurró Alice—, Edward no va a volver a llamar. Ha creído a Rosalie.

—No... lo... comprendo...

Mi boca formó cada una de esas tres palabras, pero me faltó aliento para pronunciarlas y pedirle que me explicara las implicaciones.

—Se va a Italia.

En ese momento la mesa se rompió… o por lo menos una parte de la mesa lo hizo.

El impacto de la cabeza de Edward había dejado un gran círculo deforme y astillado en su lado, había estado divagando en las decisiones del Edward del libro y las suyas propias, no se había percatado de las intenciones de Emmett.

“¿Por qué me golpeas idiota? Gruño enojado.

“Porque eres un imbécil, te parece poco la razón de que vas a suicidarte a Italia” contesto Emmett enojado.

“Pero lo sabemos desde hace rato” dijo Edward aun enojado.

“Aun  tenia la vaga esperanza que no cometerías un nueva idiotez en el libro, pero ahora ya esta confirmado” Rebatió Emmett enojado que su hermano no se preocupara como su familia iba a tomar esta decisión en el libro.

“Pero yo no he hecho nada” se quejo Edward.

“No ahora, pero lo harás, no necesito leer tu mente para saber que estás de acuerdo con el Edward del libro” dijo Emmett bastante fuera de sí.

“Bella no morirá” siseo Emmett “no, si yo puedo evitarlo”

“Por supuesto que bella morirá, porque tú no quieres convertirla” termino Emmett sabiendo que Edward no tenia argumentos para eso.

“Yo prometo, pensar con claridad cuando sea el momento” dijo Edward dándose por vencido.

“Solo una cosa más, espero que recapacites, y no seas tan egoísta de tomar decisiones por ti mismo, Bella también tiene derecho a decidir, y nosotros también, somos tu familia, debes recordar eso” dijo Emmett serio.

La sala quedo en silencio ya que Alice no seguía leyendo por la sorpresa.

“¿Qué?” dijo Emmett al ver que ella lo miraba anonadada “Yo también tengo mis momentos filosóficos”.

“Ya nos dimos cuenta, la próxima vez deberías controlar tu fuerza, solo me queda una mesa de repuesto, y no pienso ir a buscarla ahora” dijo Alice.

“¿Tienes otra mesa?”  Pregunto Edward asombrado.

“Claro que sí, pero estoy segura que habrá mas destrozos, así que nos quedaremos con esta” contesto con una sonrisa, mientras se disponía a seguir leyendo.

Tardé un latido de corazón en comprenderla.

Cuando la voz de Edward volvió a sonar en mi interior, no era la perfecta imitación de mis delirios, sino el tono apagado de mis recuerdos, pero las palabras bastaron para desgarrarme el pecho y dejar abierto un enorme hueco. Eran palabras de un tiempo en que yo hubiera apostado todo lo que poseía o podría poseer a que él me amaba.

Bueno, no estaba dispuesto a vivir sin ti, me había asegurado en aquella misma habitación mientras contemplábamos la muerte de Romeo y Julieta. Aunque no estaba seguro sobre cómo hacerlo. Tenía claro que ni Emmett ni Jasper me ayudarían..., así que pensé que lo mejor sería marcharme a Italia y hacer algo que molestara a los Vulturis. (...) Lo mejor es no irritar a los Vulturis. No a menos que desees morir.

No a menos que desees morir.

—¡No! —el rechazo expresado en un grito restalló con tanta fuerza después de los susurros que nos hizo dar un salto a todos.

“Pobre Bella, ya ha sufrido demasiado” suspiro Esme.

Sentí que la sangre me huía del rostro cuando intuí lo que había visto Alice—. ¡No, no, no! ¡No puede hacer eso!

—Adoptó esa decisión en cuanto tu amigo le confirmó que era demasiado tarde para salvarte.

—Pero... pero él se fue. ¡Ya no me quería! ¿Qué diferencia puede haber ahora? ¡Sabía que algún día tendría que morir!

—Creo que él siempre tuvo claro que no te sobreviviría por mucho tiempo —repuso Alice con discreción.

"Y es mejor que no pienses de esa manera ahora!" Alice gruñó hacia Edward.
"Ya prometí no apresurarme, no es cierto? ", dijo Edward, pero su resolución se veía debilitada.
"Mas te vale, lo sabré si cambias de opinión," Alice lo miró fijamente.
"Lo sé", gruñó Edward.

—¡Cómo tiene esa desfachatez! —chillé. Entonces, ya me había puesto en pie, y Jacob se alzó con aire vacilante para interponerse de nuevo entre Alice y yo—. Ay, Jacob, quita de en medio —

“Si chucho, quítate, este es el momento de Eddy” rio Emmett.

con desesperación e impaciencia, aparté a codazos su cuerpo tembloroso—. ¿Qué podemos hacer? —le imploré a Alice. Algo teníamos que poder hacer—. ¿No es posible que le llamemos nosotras? ¿Y Carlisle?

Ella negó con la cabeza.

—Eso fue lo primero que intenté, pero ha tirado su móvil a un cubo de la basura en Río de Janeiro... Alguien lo recogió y contestó —susurró.

“Genial” dijo Rosalie sarcásticamente.

—Antes dijiste que debíamos darnos prisa. ¿Prisa? ¿Cómo? ¡Hagámoslo, sea lo que sea!

—Bella, creo que no puedo pedírtelo... —indecisa, Alice se calló.

—¡Pídemelo! —le ordené.

"Ella es la única que puede salvarte", dijo Esme.
"Y lo pensara menos que un latido de corazón, simplemente lo hará ", completo Carlisle.

Puso las manos sobre mis hombros y me sujetó. Movía los dedosde vez encuando para enfatizar sus palabras.

—Quizá ya sea demasiado tarde. Le vi acudir a los Vulturis y pedirles que le mataran —la perspectiva nos desalentó y de pronto no vi nada. Las lágrimas me hicieron pestañear convulsivamente—. Todo depende de su decisión. Aún no he visto que adopten ninguna.

»Pero si optaran por negarse, y eso resulta bastante posible si tenemos en cuenta que Aro profesa un gran afecto a Carlisle, y no querría ofenderle,

"Y él es muy aficionado a los vampiros con dones", añadió Carlisle. "Eso lo detendrá también."
Edward tiene un plan B. Ellos mantienen una actitud muy protectora con su ciudad, y Edward piensa que los Vulturis actuarían para detenerle si él perturbara de algún modo la paz... Tiene razón, lo harían.

"No hay duda de eso", dijo Carlisle, mirando tristemente a su hijo.
"No lo sé", dijo Edward, respondiendo a sus pensamientos. "Pero seguro seré algo teatral"

Apreté los dientes de pura frustración sin dejar de mirarla fijamente. Aún no me había dicho nada que explicara por qué seguíamos allí.

—Llegaremos tarde si están de acuerdo en concederle su petición, y en caso de una negativa por parte de los Vulturis, también llegaremos tarde si él lleva a cabo un plan rápido para ofenderlos. Sólo podríamos aparecer a tiempo si se entregara a sus inclinaciones más histriónicas.

"Entonces esperemos que tengas razón", dijo Carlisle con estoicismo mirando a Edward.

—¡Vamos!

—Atiende, Bella. Lleguemos o no a tiempo, vamos a estar en el corazón de la ciudad de los Vulturis. Me considerarán cómplice de Edward si tiene éxito y tú serás una humana que no sólo sabe demasiado, sino que huele demasiado bien. Las posibilidades de que acaben con todos nosotros son muy elevadas, sólo que en tu caso no será un castigo, sino un bocado a la hora del almuerzo.

"¿Cómo puedes arriesgar su vida de esa manera?", Susurró Edward.
"Porque si podemos salvarte, valdrá la pena", dijo Alice. "Y si no lo logramos, entonces no creo que ella quiera vivir por mucho más tiempo."
Edward se estremeció ante la verdad de sus palabras.

—¿Es eso lo que nos retiene aquí? —Pregunté con incredulidad—. Iré sola si tienes miedo.

Efectué un cálculo mental del dinero que me quedaba en la cuenta y me pregunté si Alice me prestaría el resto.

—Mi único temor es que acabes muerta.

Bufé disgustada.

—¡Como si estar a punto de matarme no fuera moneda corriente en mi vida! ¡Dime qué he de hacer!

—Escríbele una nota a Charlie. Yo telefonearé a las líneas aéreas.

—Charlie —repetí con voz entrecortada.

"No te preocupes por él, los lobos lo cuidaran", dijo Emmett.

No es que mi presencia le protegiera, pero ¿podía dejarle solo para que afrontara...?

—No voy a dejar que le suceda nada malo a Charlie —intervino Jacob con voz bronca y enojada—. ¡Al carajo con el tratado!

“Así se habla chucho” vitoreo Emmett.

Alcé los ojos para mirarle con disimulo. Puso cara de pocos amigos al ver el miedo escrito en mi rostro.

—Date prisa, Bella —me interrumpió Alice de forma apremiante.

“Apúrense” susurró Esme también preocupada que no llegaran a tiempo.

 Corrí a la cocina, abrí de golpe los cajones y volqué el contenido en el suelo en busca de un bolígrafo. Una mano lisa y morena me tendió uno.

—Gracias —farfullé mientras quitaba el capuchón del boli con los dientes. En silencio, Jacob me entregó el bloc de notas donde escribíamos los recados telefónicos. Arranque la primera hoja y lo tiré a mis espaldas. Luego, escribí:

 

Papá:

Me voy con Alice. Edward está metido en un lío. Ya podrás castigarme a mi regreso. Sé que es un mal momento. Lo siento un montón. Te quiero mucho.

                                                                                                                                   Bella

 

—No vayas —susurró Jacob. La ira se había esfumado ahora que había perdido de vista a Alice.

Hubo algunos gruñidos en la habitación, pero sobretodo en la habitación.

"Él quiere que se quede a salvo", dijo Edward, y él no podía culparlo por ello, a pesar de que eso significara su muerte.

No estaba dispuesta a perder el tiempo discutiendo con el.

—Por favor, por favor, por favor, cuida de Charlie —le dije antes de salir disparada hacia el cuarto de estar. Alice me aguardaba en la entrada con una bolsa colgada al hombro.

—Llévate la cartera. Necesitarás el carné... Por favor, dime que tienes pasaporte, no tenemos tiempo para falsificar uno.

“Por más eficiente que sea J.Jenks no podría hacerlo tan rápido en estas circunstancias” comento Jasper a nadie en particular.

Asentí con la cabeza y corrí escaleras arriba. Las piernas me temblaban de puro agradecimiento. Por fortuna, mi madre había querido casarse con Phil en una playa de México. El viaje se había quedado en nada, por supuesto, como la mayoría de sus planes, pero no antes de que yo hubiera tramitado todo el papeleo necesario para estar con ella.

Pasé como un obús por mi cuarto. Metí en la mochila mi viejo billetero, una camisa limpia, un pantalón de chándal; luego puse encima el cepillo de dientes y me lancé escaleras abajo, pero me invadió una agobiante sensación de déjà vu cuando llegué a ese momento.

"Ella realmente tiene huidas peligrosas en primavera", dijo Emmett.

Al menos, a diferencia de la última vez, cuando tuve que huir precipitadamente de Forks para escapar de vampiros sedientos en vez de ir a su encuentro, no iba a tener que despedirme de Charlie.

Esme suspiro, apenada por Charlie, cuando el descubriera que su hija se había marchado quien sabe a dónde.

Jacob y Alice se hallaban enzarzados en una especie de careo delante de la puerta abierta.

“Era de esperarse” rio Emmett “La enana no dejaría que el cachorro le quitara el puesto de mejor amiga de Bella”

“Dudo que sea por eso” dijo Alice acompañando a Emmett con sus risas.

Estaban lo bastante separados para que en un primer momento se pudiera pensar que mantenían una conversación. Ninguno de los dos pareció percatarse de mi bulliciosa llegada.

—Podrías controlarte de vez en cuando. Esas sanguijuelas de las que le has hablado a Bella... —le acusaba Jacob con encono.

—Sí, tienes razón, perrito —Alice gruñía también—. Los Vulturis son la personificación de nuestra especie, la razón por la que se te pone el vello de punta cuando me olfateas, la esencia de tus pesadillas, el pavor que hay detrás de tus instintos.

“Eso Alice, asústalo, dile que tan aterradores podemos ser los vampiros” apoyo Emmett riéndose.

No soy ajena a esa realidad...

—¡Y tú la vas a llevar ante ellos como una botellita de vino a una fiesta! —bramó él.

“Lo siento Alice, punto para el chucho” dijo Emmett resigando.

—¿Acaso crees que va estar mejor si la dejo aquí sola, con Victoria al acecho?

“Punto para Alice” relato Emmett como si fuera comentarista de un partido.

—Podemos encargarnos de la pelirroja.

“Eso no es verdad, así que punto para Alice de nuevo” continuo Emmett con su voz de relator.

—En ese caso, ¿por qué sigue de caza?

“Tin tin tin tin tin, tenemos una ganadora” dijo Emmett alzando la mano de Alice, haciendo reír a los demás. “Algún agradecimiento en especial pequeña Alice”  pregunto Emmett.

“Si, agradecería que me dejaras seguir leyendo” dijo Alice sonriendo “Creo que Edward esta impaciente por saber si muere en e siguiente capítulo”

Jacob refunfuñó y un estremecimiento recorrió su torso.

—¡Dejad eso! —les grité a ambos, loca de impaciencia—. Discutid a nuestro regreso. ¡Vamos!

Alice se giró hacia el coche y desapareció en su interior a toda prisa. Me apresuré a seguir sus pasos, aunque de inmediato me detuve para cerrar la puerta. Jacob me tomó del brazo con mano temblorosa.

—Bella, por favor, te lo suplico.

Sus ojos negros refulgían llenos de lágrimas. Se me hizo un nudo en la garganta.

—Jake, debo...

—No, no debes, la verdad es que no, lo cierto es que te puedes quedar aquí conmigo. Quédate y vive. Hazlo por Charlie. Hazlo por mí.

"Si Edward muriera, no creo que ella quiere seguir viviendo, aunque los demás la necesitasen," dijo Alice suspirando.

El motor del Mercedes de Carlisle ronroneó. El ritmo del zumbido aumentó cuando Alice aceleró.

Negué con la cabeza y las lágrimas de mis ojos salieron despedidas a causa del brusco movimiento. Solté el brazo y él no se opuso.

—No mueras, Bella —dijo con voz estrangulada—. No vayas. No.

¿Y si nunca le volvía a ver? La idea se abrió camino entre las mudas lágrimas y un sollozo escapó de mi pecho. Le rodeé la cintura con los brazos y le abracé durante unos instantes demasiado breves al tiempo que hundía en su pecho mi rostro bañado de lágrimas. Puso su manaza en la parte posterior de mi cabeza, como si eso fuera a retenerme allí.

—Adiós, Jake —le aparté la mano de mi pelo y le besé el dorso. No fui capaz de soportar mirarle a la cara—. Perdona.

“No tienes nada q perdonar” dijo Jasper, es por  el bien de todos.

Después, me di la vuelta y eché a correr hacia el coche. La puerta del asiento de pasajeros me esperaba abierta. Arrojé la mochila por encima del reposacabezas y me deslicé dentro; al hacerlo, cerré de un portazo.

Me di la vuelta y grité:

—¡Cuida de Charlie!

Pero ya no se veía a Jacob por ninguna parte. Mientras Alice pisaba fuerte el acelerador y girábamos para ponernos de frente a la carretera —el aullido de las llantas se asemejaba mucho al de los gritos humanos—, atisbé un jirón blanco cerca de la primera línea de árboles del bosque. Era una zapatilla.

"Eso es todo", dijo Alice entregándole el libro a Edward

“Este fue un capitulo bastante interesante” dijo Emmett “Espero que en el próximo salven a Eddy, no creo poder aguantar más el suspenso.

 


Hola^^

Como han estado? Me extrañaron? Les gusto el capitulo? Estuvo a la altura de la situación? Merezco comentarios?

Lamento mucho la tardanza, no fue mi intención, pero parecía que el mundo conspiraba contra mí a la hora de traducir, digamos que los estudios no me han tratado bien, saben lo que es desaprobar 3 exámenes seguidos? Osea uno en cada materia que curso! Sobra decir que esos días mis ánimos no daban para mucho, en otra ocasión quise intentar traducir y empece con dolores de cabeza leves y decidí dejar la traducción para más tarde y cuál fue mi sorpresa q a la hora mi cara parecía un zapallo, de tan inchada que estaba!!! Encima me paso eso de noche, y en viernes! Pues gracias a mis contactos odontológicos por mi carrera, me hice ver por un profesor que es odontólogo, y me tomo una radiografía que dice que me tienen que extraer las 4 muelas de juicio, ya que al querer salir y no tener lugar en mis encías, empezaron a causar infección, ese fue otro fin de semana perdido, y el pasado viernes que intente traducir, tuve varios problemas personales con supuestas “amigas” y otras cosa más que pasaron que ya ni al caso contar, pero si empezaba a traducir lo único que iba a lograr es que Edward termine muerto a manos de su familia por la idiotez de irse a Italia, y pues HOY que estaba a la mitad de un capitulo hubo una baja tensión en la electricidad causando que uno de los enchufes explotara!!! Perdí como 3 horas entre que los técnicos arreglaron los enchufes y volver a conectar mi computadora, gracias a Dios que no se quemo, lo ven? El universo conspira contra mí a la hora de traducir, jajajajaja

En fin, ya me queje mucho del universo por hoy, ajjajajajaja

Paso a contestar los comentarios:

* majitoprins@hotmail: holis^^ gracias por comentar y mil disculpaspor la tardanza, espero que el capitulo hya sido de tu agrado, para que no esten tan ansiosa, puedes  seguirme en @cary0605 asi te aviso sobre las actualizaciones :)

*M@RY: holis^^ gracias por comentar y lamento que hayas esperado tantto, como dije anteriormente, puedes seguirme en @cary0605 para informarte sobre las actualizaciones.

*ANONIMO: holis^^ gracias por comentar y ambien disculpa la demora, no estuvo en mis manos actualizar en estas semanas, ya se que debería agradecerles por tomarse el tiempo de dejar comentarios, ya que como veras, si recibo 4 o 5 es mucho, aunque eso no tiene que ver con mi manera de actualizar, son mis estudios los que no me lo permiten, si por mi fuera, actualizaria mas seguido, pero no puedo, espero sepas comprenderme :)

Capítulo 18: LA VISITA Capítulo 20: LA CARRERA

 
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