Y... Si el AMOR toca a mi puerta?

Autor: o_OMaiite
Género: General
Fecha Creación: 17/01/2015
Fecha Actualización: 24/09/2015
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 11
Visitas: 10568
Capítulos: 7

Bella es una muchacha de 17 años, posee buenos sentimientos, es dulce y muy valiente, pero esta chica no cree en el sentimiento más puro y noble que existe sobre este mundo, el AMOR... Por lo cual cupido deberá realizar un dificil y arduo trabajo con ella, jugando con el destino de Bella y haciendo muchas travesuras.

Sus padres fallecieron en un trágico accidente automovilistico cuando ella tenía apenas 5 años de edad. Desde ese momento la tutela la recibieron sus tíos Renée y Charlie. 

Edward es un chico de 18 años. Por el contrario de Bella, Edward si cree en el Amor... sólo que espera a que llegue su doncella mientras el se divierte con chicas, puesto que es un fanático de las mujeres. Muchos lo describen como un patán, pero la verdad es que pocos saben que es un chico romántico, dulce y tierno... y que espera a la chica indicada para vivir su propia historia de amor.

Cupido unirá sus caminos, por fin.
Cosas muy locas y divertidas suceden entre Bella y Edward....

¿Podrá Cupido hacer cambiar de parecer a Bella?

Si el Amor toca a su puerta............ Lo recibirá??

 

Tongue Out  ESPERO QUE LES GUSTE!..

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Capítulo 2: Y... Si el AMOR toca ami Puerta?...

Y... Si el Amor toca a mi puerta?

Escuché una voz en mi interior repetir el interrogante de Alice....

 

 

Tenía pozado sobre mí los ojos más traviesos que recorrían mi cuerpo... Unos hermosos ojos verdes.

 Un desconocido estaba en mi habitación, mirándome con gran asombro... Tenía hermosos ojos que me miraban de arriba a bajo y entonces me dí cuenta que yo estaba semidesnuda, mi corpiño era visible ante sus ojos.

-ahhh!!!- grité después de unos segundos muy alterada, soltando el celular y sacándome la polera para taparme con ella.

-tranquila- Me calmó el chico, acercándose cuidadosamente a mí.

-quién eres idiota?- me desquité contra él por ser tan inoportuno.

-Me presento soy Edward- dijo con una linda sonrisa acercándose a mí y yo retrocediendo, recogí el celular inmediatamente, con mi pecho cubierto.

Jacob al otro lado de la línea parecía preocupado
-Jacob, te llamaré después- lo tranquilicé

-Qué fue ese grito, Bella?- preguntó

-No fue nada, debo cortar. Adiós- dije

-Adios- dijo y corté. Observé al desconocido con más precisión y descubrí que en sus mejillas habían dos lindas margaritas. Era aún más guapo cuando me detuve a mirarlo con mas análisis.

 La persona que tenía en frente de mí, haciéndome contemplar la perfección de sus rasgos faciales, era un chico de piel pálida, con ojos hipnóticos color verde esmeralda, sus labios eran irresistibles, carnosos de color rojizo, una fuerte mandíbula, nariz recta, su cabello color castaño cobrizo, estaba desordenado, y su rostro era muy angelical. Su cuerpo es esbelto, alto, muy fuerte y musculoso, pero no demasido como Emmett.

Ese instante pareció haber durado mucho tiempo, y me percaté que no debía mirarlo de esa manera... Es que no podía evitar sentirme perdida en él, lo correcto era pensar con la cabeza fría.

Este chico me miraba perdido en sus pensamientos, me pregunto que estará pensando... Pasaban segundos y seguía mirándome   ¿que no se daba cuenta que me ponía nerviosa?

-¿Qué miras?- pregunté nerviosa, frunciendo el ceño.

-Tu anatomía- respondió descaradamente haciendose el gracioso y pensé, debe ser un patán y mujeriego. -tranquila, nadie va a retratarte- dijo, mientras yo me sujetaba fuertemente la polera

-Edward.. no?- pregunté y él asintió -¿podrías hacerme un favor y Largaarte! ahora de mi habitación?- pregunté inquieta e histérica, por la situación.

-no esperaba esta bienvenida- sonrió y me enfurecí más.

Utilicé la polera que me cubría de él para echarlo, a "polerazos" y a empujones de mi habitación. -por qué entras así, idiota!- le dije y retrocedió aún sonriendo con una sonrisita retorcida.

-tú me dijiste que pasara- dijo divertido

-no, nunca dije eso- negué y ahora sin taparme 

-que tal si empezamos de nuevo y vuelvo a tocar tu puerta- Propuso como si nada, su mirada inevitablemente bajaba hacia mis pechos, y debo haberme ensonrojado porque sonrió gratificante.

-No!!- me negué arrugando la frente y él se acercaba a mí lentamente, sin dejar de mirarme, con paso seductor. -no te acerques- advertí furiosa y torpe

-Te pongo nerviosa?- dijo tiernamente, en tono bajito, a centímetros de mi cara, sintiendo su respiración tan cerca de mí, mi corazón y el suyo latiendo a 1000 por minuto. La forma en que me miraba, con tanta dedicación y ternura ¿Qué rayos me pasaba? sacudí mi cabeza y lo evadí.

-desaparece ahora de mi vista- Tomé el contról tomándolo del cuello de su polera y lo dirigí a la puerta, ya sin pudor porque me pudiera ver así, si ya me había visto.

-Alice me envió para que trajera su bolso- dijo él detrás de mí, mientras casi lo arrastraba hacia la salida.

-Alice!!!- dije en voz alta. Porsupuesto Alice, era obvio.

Me detuve al dejarlo fuera de mi habitación, me crucé de brazos y él me dijo -whau! eso fue sexy- se largó a reír y nuevamente fruncí el ceño.

-Patán!!- le dije a la cara, sosteniendo la puerta, con molestia.

El puso cara mala y trató de parecer molesto -Fea!!- dijo. Y luego al ver mi expresión de sorpresa y furia, sonrió a gusto y gratificante con una media sonrisa. Su sonrisa fue lo último que vi antes de cerrarle la puerta en la cara. Que irritante!!!

Me coloqué de espalda a la puerta, sosteniendo mi cabeza a ella.  Y al darme cuenta que en mi rostro había un boba sonrisa la borré inmediatamente muy asustada.

-Para mí también fue un placer- dijo este detrás de la puerta, yo ahí sin decir nada, guardé silencio. Y se largó a reir divertido antes de marcharse. ¿Qué mierda me sucedía?

 

 

Edward POV

El vuelo fue agotador, llegamos de madrugada a la nueva casa que Carlisle y Esme habían comprado hace unas semanas atrás. Lo único que quería era llegar a recostarme a una cama, afortunadamente la casa era amueblada. Al llegar dormí tres horas, porque debíamos ir a una entrevista en una Escuela, Carlisle y Esme habían ido a matricularnos anteriormente, pero para que se formalizara se requería que los alumnos estuviesen presentes, y así que aquí estamos en la sala de espera, en la inspecoría general.

-Me encantó el cole- comentó ansiosa mi hermana Rose. A  mí la verdad es que también me había llamado mucho la atención... por donde mirara  habían mujeres hermosas.

-si está muy buena...- le comenté coqueteando con una chica, alumna del establecimiento. Rose frunció el ceño, como diciéndome que me comportara. -el colegio digo- aclaré arrugando la frente, y luego devolviéndole una sonrisa a la chica.

Pasaba el tiempo y no nos llamaban, la inspectora loca estaba adentro en la oficina gritando y pataleando. No se debía imaginar que todos escuchabamos sus gritos, en la sala de espera todos estábamos en absoluto silencio, y yo me la pasé riendo, era algo graciosa la inspec. Las secretarias que se encontraban ahí presentes, ignoraban los gritos y seguían con sus respectivos trabajos, como si fuese pan de cada día. La espera me estaba agotando.

-Juro que si pasan 10 minutos más me largo- resoplé

-paciencia- dijo mi hermano Jasper, como si no me conociera.

-sabes que es lo que menos tengo- dije, me levanté del asiento para estirar las piernas, me movía con impaciencia de un lado a otro, cuando de rrepente y nuevamente salieron de la oficina de la inspectora, era una chica de cabello café chocolate, sonreí al verla toda despeinada, como si hubiese partícipado en una pelea de gatas. La chica salió distraída de allí, sin mirar a nadie, y no alcancé a divisar muy bien su rostro, pero se notaba a leguas que era una chica de facciones muy bellas. Salió corriendo a toda prisa y chocó de costado conmigo, me hubiera gustado que se detenga para verla mejor, extrañamente me causaba una gran intriga, algo en ella me despertaba mucho interés, desde que la vi cruzar la puerta con el cabello en el rostro, sentí curiosidad y una sensación rara en pecho, y nunca me había pasado con una persona que no conociera.

La chica siguió corriendo sin detenerse, aunque al dejarme atrás gritó fuertemente "¡Lo siento!" Con una voz muy dulce,  me quedé absorto por un momento.

La entrevista fue completamente normal, las mismas preguntas que acostumbran a hacer, de desarrollo del pensamiento y social. Nos informó de todo, desde el día en que se  fundó e inaguró el establecimiento, hasta lo más mínimo y sin importancia... Para qué hablar de la larga charla moral y de ética y que nos proporcionó... La inspectora me cayó bien, es demasiado buena para hablar, en ocaciones se largaba a hablar como si no necesitara de oxigeno, Jamás vi a una mujer que literalmente moviera la lengua con tanta destreza y no lo digo en doble sentido. Listos para comenzar el año escolar, mi último año, luego ingresaría a la Universidad a estudiar leyes.

Mi nombre es Edward Cullen, tengo 18 años, provengo de Nueva York. Mi padre Carlisle, es médico, se le presentó una muy buena oportunidad de trabajo aquí en Miami. Mi madre es Esme, es una importante y reconocida diseñadora de moda, planéa montar una empresa de moda en Miami y creo que le irá muy bien. Mis hermanos, Rosalie y Jasper, ellos son mellizos, y yo soy adoptado. Calisle y Esme me acogieron cuando era un bebé, ellos me dicen que mi madre era una muchacha adolescente sin recursos económicos, que no tenía para darme de comer, y por el amor que me tenía debió dejarme. No es un tema que me complique, o me apene, ya que mis podres son Esme y Carlisle, a ellos les debo todo lo que soy.

La casa en Nueva York sigue intacta, no quisieron venderla, aún así compraron esta, es cómoda y espaciosa, el jardín es mi parte preferida de la casa, es demasiado grande, tiene una terraza en un lugar con sombra, una piscina inmenza y espacio de más para hacer una gran fiesta. Definitivamente sí iba a extrañar mi antiguo hogar, lo más dicífil es dejar a mis amigos atrás, aunque sé que sólo es un hasta pronto, y aún guardo sus contactos. Es una lástima, tantas conquistas en Nueva York sin caer en Las redes de Edward Cullen, pero bien... ahora afírmese Miami, voy por sus mujeres.

Carlisle y Esme debían arreglar unos asuntos laborales pendientes que dejaron en Nueva York, y luego volverían.

Con Jasper fuímos a comprar en el auto de Carlisle, que era una verdadera joyita, un volvo negro crossover xc60... Buscamos un supermercado cerca de nuestro domicilio.. Y bueno.. preguntando se llega a Roma, dicen. Cuando al fin dimos con el supermercado, se nos olvidó todo lo que debíamos comprar, sólo se nos quedó en la cabeza, carbón, carne y cervezas. Típico de nosotros los hombres, era de esperar... me pregunto por qué no habré aceptado la lista de Rose... A los hombres nos detesta andar con esas estúpidas listas de supermercado, como si no pudieramos retener nada en la mente... A excepción de hoy.

Compramos esas tres cosas y otras más, que se nos hizo muy necesarias.. como las papas fritas y chocolates.. De suma importancia, claramente.

Luego al llegar, Rose nos esperaba con una gigantesca sonrisota. En ese momento di gracias al cielo, ya que estaba tan felíz.. que ni recordaba que debía regañarnos.

-adivinen- dice ella cuando le preguntamos sobre el por qué de tal felicidad.

-Ehhmm, no sé. No me gustan los acertijos- dijo Jasper

-Ya sueltala!- dije interesado 

-Nuestros vecinos nos invitaron a un asado en su casa!- Soltó la información con alegría, y luego cubrió su boca

-ahh que.. buena onda- dijo Jasper desinteresado, haciendose el sorprendido.

-¿Son.. símpaticos los ancianos?- Pregunté. De seguro debían ser unos dulces ancianitos.

-con decirte que hay dos viejitas muy sexys, sedientas de amor-dijo Rose divertida, la sola idea me causó repulsión.

-que bien- Jasper se largó a reír fuertemente

-no sean tontos chicos, son tres hermanos, dos chicas y un chico, de aproximadamente 17 a 19 años- dijo ella riendo

-Suena bien- dije con una sonrisa de oreja a oreja

-si, son buenos vecinos- comentó Rose con emosión 

-nosotros ponemos la carne y las cervezas- Concluyó Jasper

Confieso que estaba bastante interesado en ir donde los nuevos vecinos, y más si hay dos chicas lindas, no piensen que soy un patán, no lo soy... Es que sí creo en el amor pero.. Jamás me he enamorado, me atraen mucho las mujeres, creo que son la creación más hermosa que Dios haya puesto sobre la tierra.... Aunque no lo crean, soy romántico, sólo espero a que llegue la indicada, que me haga perder la cabeza y que me haga dejar de pensar en otras. Eso se supone que hace el amor... o no? Y... Mientras no pierdo mi tiempo.

El timbre de mi celular me sacó de mis cavilaciones, me llamaba un numero desconocido.

-Halo?- contesté

-hola, Ed baby- dijo una voz femenina, muy sexy y atractiva, que se me hacía conocida.

-hola- respondí confuso -Perdón.. pero con quién hablo?- dije

-Vamos Eduu!!  No finjas que no me conoces- dice con tono de niñita caprichosa.

fingí una risa -Cómo crees? Olvidarte? no- Resoplé como un caballo.

-cambié de telefono, para que lo guardes- dice ella

-ah! fantástico- reí con una incomodidad evidente 

-¿Por qué nunca me llamaste?- dice con voz suave

-Creo que.. tu numero se borró de mi celular- dije algo nervioso

-hace tiempo que nos vemos, sólo salimos 2 veces y quiero un tercer reencuentro- Propuso con voz seductora, muy tentadora.

Yo me quedé sin palabras y sólo atiné a reír a carcajadas, pero confieso que no lo estaba pasando nada bien.

-Espera...... no me recuerdas?- preguntó un tanto exaltada.

-claro que sí...-respondí y ella esperaba ecuchar su nombre. Debía obtener un respuesta rápida y eficaz... a ver edward haz memoria ¿En dónde conociste a esta chica? Quizas era Barbara o Katy... Espera............. James, mi mejor amigo de Nueva York hace un tiempo me presentó a una chica muy bella, era muy morena, con unos ojazos increíbles, su nombre era ..¡¡¡Abby!!!  Genial.

Contesté con un gran alivio -Abby! como olvidarte, ¿De verdad me creías tan..- y.. abrupta y desafortunadamente me interrumpió

-Idiota!!! soy Cindy!- "Metí la pata" mi expresión fue horrible.

-Cindy!!- Resoplé -Claro! lo sabía. Era una broma tú me conoces- dije aproblemado sin convicción

-Ja!  idiota! Ahora sé que eres un donjúan cualquiera, lo debí suponer todos me decían la clase de tipejo que eras. Maldito #$%&!....- Tuve que alejar un poco el celular de mi oreja, la chica gritaba indignada, Debían censurar sus insultos, esto no era educativo -¿Sabes lo que haría? tomaría un pequeño pero eficaz instrumento punzocortante e iría a buscarte en este preciso momento h#%*#! y cortarte! ese inutil pedazo de mierda!- Hizo que involuntariamente llevara mi mano que tenía libre a mi miembro viril, imaginé el dolor. 

-Whauuu!!- Exclamé pasmado. -Que linda.. Gracias por tus buenos deseos- Ironicé. Me consideraba un caballero como para llegar a insultarla a ese nivel.

-¡¡Eres un!!!...- Esta vez no estuve dispuesto a escuchar más ofensas e improperios y colgué. Agradecí al cielo, a la luna, a las estrellas que me encontraba en Miami, y lejos de aquella loca. De seguro mis futuros hijos lo agradecerían.

No es que sea un patán... quizás a veces.. inevitablemente hago daño sin querer. Por eso, a veces cuando veo que una chica está enamorándose de mi, me alejo para que no suceda y así no lastimarla. No me alejaría si quisiera estar con ella.

Rosalie casi me obligó a colocarme un traje de baño. El tiempo literalmente pasó volando y no me di ni cuenta cuando ya estaba golpeando aquella puerta de la casa de los vecinos, cargando unas bolsas de carbón. "Enseguida" escuché que una vocesita dulce y agradable dijo atravez de la puerta. Y luego abrió una chica de estatura Media-baja, de piel pálida, cabello corto color negro, con facciones finas y delicadas como las de un duendecillo, ojos color pardo, pero lo que más sobresalía de ella es su sonrisa, irradiaba alegría.

-hola! tu eres?..- Pregunta muy energética

-Edward.. y tú?- sonreí amablemente

-Alice!- contestó, estirando su mano para darme un apretón de mano. La chica me cayó muy en gracia. Tomé su mano como todo un caballero y deposité un suave beso en ella.

-Un gusto Alice- dije educadamente

-igualmente Edward, me caíste bien- dijo ella muy efusiva -Adelante- dijo cortésmente, invitándome a pasar.

-mis hermanos se devolvieron a buscar algo- le informé

-si, ahí vienen!- dice ella, tan animada y risueña

-Alice!!- Grita Rose como si la conociera de toda la vida

-Rose- la abrazó -que gusto, pasen!- dijo ella con gratitud

Japer fue el último que la saludó, fue algo raro su saludo, no sabían si darse un apretón de mano, o un beso en la mejilla y bueno.. terminaron torpemente saludándose haciendo una extraña danza a trotes, simulando un abrazo. Fue muy extraño, algo vergonzoso diría.

En fin... Jasper no se ponía nervioso por nada, y porque lo conosco bien.. me atrevería a confirmar que algunas hormonas le debió mover la dulce duendecilla.

Ella se largó a reír algo incómoda, y luego dijo -Bueno.. Pasen, al fondo está mi hermano Emmett- dijo con hospitalidad.

El jardín  era muy grande, similar al nuestro, tenía una terraza muy linda, bajo un techo que le proporcionaba sombra, y la piscina gigantesca tenía cómodas sillas inflables, la parrilla estaba a un costado, y por otro costado habían máquinas para ejercitarse, bicicletas estáticas, una trotadora, colchonetas y una maquina para ejercitar los musculos, y aún así les  Sobraba lugar de más para hacer una fiesta con amigos.

El hermano de Alice... Emmett me cayó muy bien desde el primer momento, nos entendemos y hablamos en el mismo idioma. Bromeamos juntos los tres, creo que seremos buenos compadres.

-Edward... ¿Puedes hacerme un favor?- dijo ella haciendo un pucherito difícil de resistir. 

-Mande!- dije dispuesto. Mientras no sea nada sexual.. y no es que no sea de mi gusto.. Es una chica muy linda pero ahora estoy casi seguro que Jasper está embobado con ella, y eso me da mucho gusto, ya que Jasper es un chico muy bueno, hace un tiempo estaba en una relación sentimental, y la chica le fue infiel. Eso lo dejo muy mal.

Me indicó -Sube al segundo piso y ahí verás una puerta blanca, mi dormitorio.. Entras, y a la entrada, sobre el velador, hay un bolso negro, se lo entregas a Emmett, porque Rose y yo iremos a comprar bebidas... Porfa... ¿Podrías? y- dijo con carita de niña buena.

-si, como no- dije con amabilidad

-gracias- dijo, cuando yo iba por el pedido de Alice

Subí las escaleras y al llegar hasta arriba me encontré con muchas puertas de color blanco Alice me estaría tomando del pelo o era tan despistada.. Pensé y decidí elegir cualquiera y golpee....

Para mi sorpresa me respondieron, yo no esperaba eso, de hecho no sé ni por qué la golpeé. "Pasa Alice". Dijo una voz tan conocida, la curiosidad me mataba, tenía que saber de quién se trataba, quién era la dueña de esa dulce y atrayente voz.

Abrí abruptamente la puerta... Me encontraba atónito y maravillado con aquella mujer tan bella... Intentaba meterse en una polera muy complicada, por lo que la vi con su torso descubierto, tenía un corpiño negro muy sexy, y todo su cabello revuelto, tapándole el rostro.

Entonces supe a quien pertenecía aquella voz tan bella. Era ella, la muchacha que me pasó a llevar hoy en la mañana. Tenía un cuerpo escultural, la chica era delgada, menudita y curvilínea, de estatura media-baja, pero se defendía muy bien... Su piel era pálida y tan delicada, sus caderas eran imsoportablemente perfectas, junto a su cintura y su vientre. No podía evitar mirarle sus atrayente bustos. Me encontraba estupefacto, mirándole embobado.

Luego sacó su cabeza y arregló su cabello.... Algo ocurrió en mi, en ese instante, al verla sentí una fuerte sensación al lado izquierdo del pecho, parecida a la que me ocacionó hoy en la mañana pero más aguda. ¿Que me sucedía con esta chica?

La chica desconocida, tenía un rostro divino, muy angelical.. Las facciones más hermosas y delicadas que había visto jamás... Sus ojos almendrados eran marrones claros, unas pestañas largas onduladas... Sus labios eran carnosos, pero no exageradamente, tenían un delicioso color rojizo natural, Todo en ella se me hacía una tentadora invitación. Su cabellera era color café chocolate, pero el sol le hacía suaves reflejos dorados.. Su melena larga y ondulada le llegaba un poco más arriba de las caderas.

No habían palabras suficientes que pudieran expresar la hermosura y perfección de sus facciones... Era tan linda, incluso cuando ponía cara de impacto y horror.

-Ahhh- Gritó exaltada por mi incómoda presencia, soltó su teléfono, enseguida se cubrió con su polera.

-tranquila- me acerqué a ella con las manos en alto y mirándola con gran interés.

-quién eres idiota?!- Exclamó asustada 

-Me presento soy Edward- Me acerqué con una sonrisa, en son de paz y al mismo tiempo ella retrocedía, rápidamente cogió el celular del suelo.

"Jacob, te llamaré después" hablaba por celular con un chico.. Ese Jacob... Un suertudo nada más. Pero me considero persistente.

"No fue nada, debo cortar. Adios" dijo cortante, mirándome inquieta y con espanto.

Luego de cortar, nuestras miradas se encontraron durante unos segundos. Me percaté que en su cuello había un razguño reciente, lo que me explicaba su presencia en la inspectoría que debía ser por algún drama. Jamáz había visto belleza igual, como si fuera parte de un sueño y no quería despertar. No hacía falta las palabras.. Era como apreciar y deleitarme con una bella obra de arte.

-¿Qué miras?- Preguntó confusa frunciendo el ceño, adoré esa expresión en ella.

-Tu anatomía- Respondí al instante y aparentemente se molestó. -tranquila, nadie va a retratarte- Ella se afirmaba de su ropa, con cuidado para que no pudiera verle.

 -Edward.. no?- preguntó con voz suave y yo asentí embobado -¿podrías hacerme un favor y Largaarte! ahora de mi habitación?- Alzó la voz histérica. Por Dios no puede ser más bella... Claramente, mi expresión favorita era esa, cuando se enfurecía.

-no esperaba esta bienvenida- sonreí para enfurecerla y lo logré, tanto que se despojó de la polera que la cubría sin importar que yo estuviese, para echarme como si fuera una mosca intrusa a la que hay que eliminar. Entre empujones y fuertes "polerazos" yo retrocedía.

-por qué entras así, idiota!- Exclamó hechando humitos hasta por las orejas y yo riendo

-tú me dijiste que pasara- me excusé divertido.

-no, nunca dije eso- se detuvo para confrontarme y negó confusa.

-que tal si empezamos de nuevo y vuelvo a tocar tu puerta- Propuse como si nada,  mi vista irremediablemente y sin disimulo bajaba hasta sus senos y  noté como se sonrojaba, me causó mucha ternura y sonreí muriéndome de ganas de acariciarle el rostro.

-No!!- Negó rotundamente mientras me acercaba a ella, a paso lento, con mirada seductora. -no te acerques- advertió nerviosa.

-Te pongo nerviosa?- dije con ternura, en voz baja. Me acerqué hasta tal punto que su cara con la mía estaban a centimetros de distancia. Mi corazón latía muy fuerte y ella se veía tan adorable, así agitada, con la mirada confundida. Tan cerca que su dulce aroma penetraba mis fosas nasales. Era como si una poderosa fuerza mayor, atrayera nuestros cuerpos.

-desaparece ahora de mi vista- Sacudió su cabeza y se alejó de mí, sin cubrirse siquiera, ya sin pudor. Enseguida me agarró del cuello de mi polera y me dirigió a la puerta de la habitación.

-Alice me envió para que trajera su bolso- dije risueño detrás de ella, mientras casi me arrastraba hacia la salida.

-Alice!!!- Refunfuño en voz alta.

Se detuvo frente a mí al dejarme fuera de su habitación, se cruzó de brazos.

-whau! eso fue sexy- me largué a reír y ella se vió molesta.

-Patán!!- Contestó enseguida, entrecerrando los ojos y sosteniendo la puerta.

Yo me hice el ofendido y puse mala cara  -Fea!!- dije, y luego sonreí al ver su exprsión de irá y sorpresa. Debió quedar sin palabras por su boca en forma de o y sus ojos entreabiertos y cerró la puerta en mi cara. Ahora irritarla me parecía lo más divertido del mundo.

Me apoyé de frente en su puerta, dejando todo mi peso sobre ella, luego pose mi frente entre mis brazos. Y con una sonrisa en los labios que nadie me la quitaría.

-Para mí también fue un placer- dije en voz alta, atravéz de la puerta que me separaba de ella, ella omitió cualquier sonido y yo reí con gracia antes de bajar, sin nada en las manos.

Bajé las escaleras con energía y entusiasmo, y Jasper y Emmett me miraron extrañados, por respeto a Emmett traté de disimular el interés que su hermana despertaba en mí.

-Y a tí.. que te picó hermano?- bromeó Jasper tratando de entender lo que yo no me explicaba.

-Nada- mentí, luego escuché la carcajadas de Roslie y Alice se que aproximaban.

-Llegamos- canturreó muy contenta Alice

-Trajimos bebidas- comenta Rose ordenando bolsas, me alegré al ver gaseosas tan refrestantes, el sol pegaba muy fuerte, el calor era insoportable.

-por qué demoraron-  dijo, Espera... Emmett le sonrió a mi hermana?

-no demoramos Emmett, fuimos muy cerca- Alice sin darse cuenta interrumpió el cruce de miradas.

-quizás sintieron nuestra ausencia- dijo Rosalie devolviéndole una sonrisa? y no cualquier sonrisa,  que yo conosco a mi hermana.
Entrecerré los ojos mirándola con sospechas e intriga. Y ella al verme borró inmediatamente esa sonrisa suya de sus labios y se enderezó incomoda.

-Edward no lo encontraste?- dijo, y fijé mi mirada en Alice

-Ahh!! eh no.. no la..-balbuceé como un tonto, y sacudí la cabeza. -la verdad es que subí y todas las puertas eran blancas-Practicamente omitir no es mentir.

-que tonta, verdad. De todas formas gracias-dijo con sinceridad.

-no hay de qué- conteste

-chicos y ustedes trajeron trajes de baño, verdad?-preguntó enérgica Alice.
Nosotros nos dimos un tiempo para pensar

Al deducir la respuesta se contesta a sí misma -ok, les dejo esa tarea.

-Rose tú acompañame arriba en busca del mejor bikinis- finalizó con un grito de emosión y partió como danzando, con un trote grácil y veloz. Mi hermana fue encantada detrás de ella.

Yo no dejaba de pensar en aquella chica...
En su sonrisa, su mirada tan especial, el dulce aroma de su piel, y esa boca que me derretía.

He estado con otras chicas y jamás he sentido tanto interés y encanto por una mujer que nisiquiera conosco.

Me siento extraño, yo no soy así, y no sé que lo que me pasa.
Sólo sé... que me gusta como me hace sentir. ¡Es raro!

 

 

Capítulo 1: Un día muy Loco Capítulo 3: Aflorando Sentimientos Imprudentes

 
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