Y... Si el AMOR toca a mi puerta?

Autor: o_OMaiite
Género: General
Fecha Creación: 17/01/2015
Fecha Actualización: 24/09/2015
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 11
Visitas: 10565
Capítulos: 7

Bella es una muchacha de 17 años, posee buenos sentimientos, es dulce y muy valiente, pero esta chica no cree en el sentimiento más puro y noble que existe sobre este mundo, el AMOR... Por lo cual cupido deberá realizar un dificil y arduo trabajo con ella, jugando con el destino de Bella y haciendo muchas travesuras.

Sus padres fallecieron en un trágico accidente automovilistico cuando ella tenía apenas 5 años de edad. Desde ese momento la tutela la recibieron sus tíos Renée y Charlie. 

Edward es un chico de 18 años. Por el contrario de Bella, Edward si cree en el Amor... sólo que espera a que llegue su doncella mientras el se divierte con chicas, puesto que es un fanático de las mujeres. Muchos lo describen como un patán, pero la verdad es que pocos saben que es un chico romántico, dulce y tierno... y que espera a la chica indicada para vivir su propia historia de amor.

Cupido unirá sus caminos, por fin.
Cosas muy locas y divertidas suceden entre Bella y Edward....

¿Podrá Cupido hacer cambiar de parecer a Bella?

Si el Amor toca a su puerta............ Lo recibirá??

 

Tongue Out  ESPERO QUE LES GUSTE!..

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 6: Reencuentro con Riley

Abro los ojos y veo a Edward a través de mis pestañas. Edward tenía clavados los ojos en mí... Los ojos más maravillosamente perfectos que nunca he encontrado en otro rostro.. sólo Edward. Me contemplaban muy cauteloso y apasiguado.. Oh, sus hermosos ojos brillaban al verme.. sus ojos, jodidamente hermosos me observaban con una tranquilidad y paz interior ¿Había más en su mirada? Si, había dulzura y ternura.. como si estuviese vigilando los dulces sueños de un bebé. Esta era la imagen que toda mujer desearía contemplar al abrir los ojos cada mañana. Me sentía completa, muy plena... ¿Qué digo? Su hermosura me emboba y me hace pensar estupideces. ¿Quién es Edward? Puede ser un charlatán, un falsante, un patán, hasta podría ser un psicópata por la forma en que me mira.. ¡Cielos, que lindo psicópata!

Luego despabilo, la realidad me abruma y pienso "¡Debo estar horrible!" Toda despeinada, con lagañas y bolsas en los ojos. Pero surge una mayor preocupación mucho más terrible y me olvido de mi aspecto por completo... Resulta que a veces soy sonámbula y salgo a deambular por toda la casa, como otras veces hablo dormida. Sí, lo sé, es.. terrorífico.. Pero lo que realmente me preocupa es que inconscientemente haya dicho algo de lo que me tenga que arrepentir. Mi estúpido inconcienteme me podría estar jugando chueco.

-Hola- Me saluda con una sonrisa encantadora, propia de Edward.

-Hola- contesto y luego me siento muy incómoda... Me siento y noto que Edward me había arropado mucho. Miro a mi alrededor, buscando con la mirada algún reloj.. Y lo encontré, un gigante y lujoso reloj que marcaba las 6:30 a.m.

-Es muy temprano- Comento asombrada, sin energía de levantarme. -¿Despertaste hace mucho rato?- Pregunto muy interesada. ¡¡¡Que diga que no, porfavor!!! La sola idea de que me haya estado vigilando mientras dormía plácidamente me aterra muchísimo, más que aterrar.. me averguenza.

-Hace unos 10 minutos, más o menos- Responde con su sonrisa retorcida. -Y me entretuve contemplándote mientras dormías.

Siento mis mejillas sonrojarse y me hundo en el sofá, haciedome pequeñita.. luego me tapé con lo que encontré a mano, que eran las frazadas con las que Edward me había cobijado. Cierro y aprieto mucho los ojos, allí en completa oscuridad... Escucho a Edward acomodarse mucho más cerca de mí, y abruptamente me destapa hasta la cintura. Abro de a poco los ojos y lo veo allí sentado, casi encima de mí, con su clásica sonrisita que tanto me gustaba, estaba divirtiéndose, claramente.

-¿Qué te sucede?- pregunta muy divertido, mirándome con los ojos entrecerrados.

-Debo hacerte una pregunta- Me enderezo y me siento a su lado, él se ve muy extrañado e intrigado.

-Soy aprueba de balas- Dice y frunce el ceño con aparente confusión.

No sé como decirlo -Ehhm.. este, yo.. anoche eh- Aclaro la garganta y sacudo la cabeza. ¡Vamos, Bella termina con esto! Mi subconsciente me reclamaba, estaba más nerviosa que yo. -Quería saber si dije algo anoche, algo. Bueno, es que en ocasiones hablo dormida- Me expliqué, él me mira con expresión inescrutable durante unos segundos y comienzo a desesperarme. -¿Qué no vas a decir nada?- Frunso el ceño con mal humor y lo saco de de sus cavilaciones.

Ahora su expresión era más adusta -Bella, no quería decirte nada.. pero si tú insistes..-Le interrumpí.

-¿Qué? ¡Dime qué fue lo que dije!- Exigí saber con exasperación, mirándolo con impaciencia.

-Tranquila pitusa.

-No me digas pitusa- repruebo con la cabeza, este se limita a sonreír. Mi paciencia se estaba agotando. -Ahora me vas a decir o no, porque no me gusta perder el tiempo..- Edward me interrumpe y coloca su dedo índice en mis labios para sellarlos.

-Eres adorable cuando te enojas- Susurra con una cuota de humor. Mi fastidio se disipó por completo y me hizo sonreír un poco. -Y terrible también- Me mira sonriente, mostrando sus dientes relucientes. -Joder, eres muy rápida de genio.

-¿Me vas a decir.. qué dije?- Pregunté temerosa de su respuesta. Habla de una vez Edward... ¡Ya dispara!

-No te sientas mal... Ehh, tú dijiste que...

-¡¿Qué?!

-Dijiste algo así "Oh, Edward.. te ves tan guay así, estoy loca por tí, estás bien bueno"- Dice con un tono gracioso. No pude haber dicho eso, me niego.

-Qué idiota, claro que no!- Me largué a reír con ganas.

-Lo dijiste Bella- Dice muy seguro que sus palabras. Mi sonrisa desaparece ¡¡¡Maldita sea, yo no soy tan cursi!!! Verdad?........ Oh mierda!

-No mientas- Dije con tono serio.

-Tranquila... Ya me extrañaba que no fuera así- Dice con egocentrismo. Le miro con incredulidad por unos segundos, y él decide hablar. -Está bien, no fue así. La verdad es que me sorprendió que me contaras eso de tí.. Porque dormiste plácidamente estas pocas horas. Debes haber estado muy exhausta porque nisiquiera te moviste- Confiesa y sentí mucho alivio.

-Lo sabía- Declaré como una triunfadora.

-¿Qué pensabas que podrías haberme dicho? ¿Por qué tanto alboroto?- Se interesa en saber.

-Toda chica tiene sus secretos- Respondo

-Que misteriosa- Me mira a través de su largas pestañas y ladea la cabeza, como si tratara de leerme la mente.

-¿Qué piensas?- Pregunto

-Que estás loca por mí y que no querías que lo escuchara de tu boca- Dice de manera ególatra y me supera la paciencia. Broma o no... Me da igual, este chico siente una gran y profunda admiración hacia sí mismo.

-¡Que tipo más narcisista!- Reclamo enfadada.

-Broma, broma- Dice divertido. Sin una gota de humor me dispongo a levantarme del sofá... Este me detiene colocando sus manos en mi cintura.. Me quedé aturdida, sus fuertes manos al contacto de mi piel me produjo una infinidad de sensaciones que recorrieron mi cuerpo de una forma intensa, exquisita e inexplicable... Me quedé quieta y muy tensa. Nuestras miradas se encontraron como nunca antes, los dos con la misma expresión de desconcierto, como si quisieramos entender muchas cosas que nuestras mentes no lograban comprender... Por lo menos yo, tenía un alboroto, un caos en la cabeza.

-Suéltame- Ordeno en un hilo de voz, conteniendo la respiración y aún con las llamadas maripositas en el vientre. Edward obedece sin apartarme la vista, cauteloso. Luego aprieta los dientes, haciendo que su mandíbula se pronuncie, y sus ojos verde esmeralda ahora eran un poco más oscuros. Podría perder la cabeza en este instante si no la uso ahora mismo.

Me levanto ahora sin que nada ni nadie me detenga y me dirijo al jardín delantero para tomar un poco de aire. Debo salir y tomar aire fresco, mi cerebro exige a gritos oxigenarse.

-¿Dónde vas?- Pregunta, siento sus pasos detrás de mí.

-Afuera- Contesto sin voltear.

Aire libre... Inhalo y exhalo, como si fuese todo lo que necesitara ahora... Calmé un poco mis nervios por lo que había experimentado hace unos intantes. Me encontraba contemplando un hermoso amancer... Un amanecer anaranjado, con tonos de rosa. Edward se sumó al espectáculo, y observó al horizonte, maravillándose a mi lado.

-¿Es hermoso verdad?- Digo ahora más relajada.

-Si- Concuerda conmigo, luego se voltea y me mira. -Pero no se compara a tu belleza, Bella. ¿Te habían dicho alguna vez que eres más hermosa que cualquier amanecer?- Pregunta con una suave sonrisa. Yo niego con a cabeza, sin creerme su frase de típico charlatán.

-No digas tonterías.

-Es triste que no me creas... Porque nunca he sido más sincero- Le miro sin convicción.

-A mí se me hace que eres un mujeriego empedernido- Le sonrío y él desaprueba moviendo la cabeza, con los labios apretados.

-Ahora hablo en serio- Su rostro era más severo. Fijo mi vista al suelo, en los diseños de las baldosas... Simplemente no pude con las miradas de Edward. Necesitaba urgentemente un cambio de tema.

Al parecer él se apiada de mí y dice -Supongo que no irás a clase hoy.

-Si, claro que iré- Contesté si ganas.

-No irás así- Le miro indignada.

-¿Cómo así.. Qué tengo?-Frunso el ceño, y él se larga a reír.

-Me refiero a que no haz dormido nada y si no vas a dar tu cien por ciento... ¿A qué vas?- Me mira con compación. Creo que Edward tiene mucha razón, no rendiré bien durante el día... No me siento muy preparada para ir a clases, tengo mucho sueño y no tengo energía.. me siento mentalmente agotada.

-Buen punto... Pero- Frunzo los labios.

-Sin peros, está decidido.. Debes dormir Bella- Se cruza de brazos y logra sacarme una sonrisa.

-Entonces.. ¿Me induces a quebrantar una de mis reglas?- Entrecierro los ojos.

-Las reglas están hechas para romperse ¿No crees?- Me sonríe con complicidad.

"¡Edward!" Jasper grita al interior de la casa y luego entra en escena, nos queda mirando con asombro, Jasper se veía muy sorprendido de vernos tan temprano aquí a fuera, en pijama y felices de la vida... Claramente estaba pasando de todo por su cabeza y me hizo incomodar. Finalmente, después de tantos pensamientos en torno a Edward y a mí.. mostró una reluciente y pícara sonrisa.

-¿Molesto?

-No claro que no Jasper.. yo ya me iba- Le sonrío con nerviosismo.

-¿A dónde vas?- Me pregunta Edward con preocupación.

-A casa- Le contesto -Tienes razón, necesito descansar- Le dedicó una sonrisa y me la devuelve.

-Ehhm.. Disculpen..-Jasper se entromete e interrumpe la intensa conexión de miraditas entre Edward y yo. -Bella, eh, ¿Rosalie y Alice no irán a clases?- Pregunta muy interesado. Era más que obvio que preguntaba por mi prima... Lo sé, y lo confirmé cuando dijo su nombre, sus ojos brillaron más de lo habitual.

-No, no creo. Hace dos horas aproximadamente que se durmieron- Le informé

-Vaya.... Bueno. Entonces los dejo solos, para que conversen..de la vida, si.. socialmente y todo eso.. muy amigos claro.. porque eso es lo que son, y no se preocupen yo no pienso nada, cero incomodidad, no tienen..- Jasper no paraba de hablar y al final no decía nada, nos miraba con complicidad y tenía pegada una gigante sonrisa pegada al rostro. Me hizo mucha gracia.

-Si, si Jasper, está todo claro- Edward asiente repetidamente, sonriendole hasta que su hermano se retira y entra al interior de la casa. Enseguida se vuelve hacia mí.

-Jasper es así- Se larga a reír, yo asiento con una sonrisa.

-Creo que está convencido que entre tú y yo...- No puedo terminar la frase

-Hay algo más.. que amistad- Termina por mí.

-En fin, bueno..- Incómoda aparté la mirada. -Como no iré a clases hoy, entonces me iré a casa- Mis parpados cada vez me pesaban más y más.

-Si, eh.. Oye Bella.. Me preguntaba si luego, no sé.. tú quisieras salir conmigo.. Sólo si quieres, claro- Propuso sonriente con un toque de nerviosismo. Esto es nuevo para mí.. ver a Edward ¿nervioso? Se veía de lo más adorable.

-Si quiero- Acepté luego... Y espero que no haya notado el centelleo de mis ojos producido por la emoción del momento. Con todos mis dotes actorales traté de disimular y esconder mi sonrisa... Espera.. Ok no, verdad que no tengo dotes actorales... La cuestión es que disimulé bastante bien los nervios del momento.

-Perfecto- Muestra su despampanante sonrisa.

-Luego de que llegues de la escuela, estaría bien- Dije simulando estar pasiva. Mi yo interior estaba echa una loca desquiciada llena de euforia, dando saltitos de felicidad.

-Bien- Dice dichoso.

-Bien- Asentí aparentemente tranquila... Su mirada con la mía y los segundos que transcurrían, pero esta vez no me coloqué nerviosa.. ni me sentí intimidada... Esta vez me sentí plena, es algo que no puedo explicar, porque ni yo comprendo.. Pero cuando Edward me mira, así como lo está haciendo ahora.. simplemente me siento viva, dichosa. Quizás es por eso que me causó gran aflicción al verle tan fascinado junto a Tanya, porque vi en sus ojos como la miraba, sus ojos brillaban resplandecientes.. Mientras yo sentía como si me perforaran el pecho embestida y repetidamente. Por el contrario, si él me mira todo cambia en mi mundo personal... Por más cruda que sea la realidad y todo a mi alrededor sea blanco y negro.. Él lo hace diferente, le da color, extrañamente él provoca eso en mí. Su mirada miravillosamente cálida, abrigadora.. sanadora.

-Ahora.. Vete a cambiar que.. Llegarás tarde por mi culpa- Digo aún perdida en su mirada... Él asiente y me regala una sonrisa de infarto.

-Y tú vete a dormir señorita trasnochadora- Dice el muy coqueto y seductor. Me limito a sonreirle como una verdadera idiota.

***

Descansé largo y tendido... Me hacía falta recuperar el sueño pospuesto.. Dormí tan placenteramente bien. Luego de levantarme, me di un baño.. Un largo y relajante baño. Generalmente no me gusta la tranquilidad en esta casa tan grande... Pero de vez en cuando es bueno tener un momento de silencio.

Emmett se encuentra en la escuela y Alice debe seguir durmiendo en la habitación de Rose, junto a las chicas. Creo que les devo una explicación... Quizás se durmieron poco después que yo fuera por un vaso de agua... Espero que haya sido así.

Repaso mentalmente todo lo acontecido anoche y hoy por la mañana... Todo lo que descubrí de Edward, y todo lo que descubrí de mí, más bien.. Todo lo que Edward me hizo descubrir. Nunca me hubiera imaginado que sensaciones así podrían habitar en mi vientre y en todo mi cuerpo. Y ahora me encuentro aquí tomando un agradable baño... Suspirando.

¡¡¡Edward Edward Edward!!! Está en mi cabeza, está sin que yo desee que esté. Si por mí fuera lo mantendría al magen, pero no puedo.. y no sé si me guste que influya tanto en mi mente. ¡¡¡Rayos!!! Acaso no basta con tenerlo casi las 24 horas del día junto a mí.. ¿En serio no basta? Debo tenerlo viviendo al frente de mis narices, en la misma escuela, mismo salón y aún no basta... Yo que pensaba que mi mente era mi sitio más íntimo, pero ha invadido allí, y el muy cabrón no quiere salir. Ok, ¡qué más da! Esto va a pasar Bella, ni cuenta te vas a dar, si.. seguro.

¡Rosalie! Espero que no haya pensado mal de mí. Anoche me tomó por sorpresa lo que me dijo... Qué sorpresa!.. Casi me da un triple mega infarto.. Qué infarto!.. Con decir que pensé que el corazón se me saldría por la boca. En verdad no me lo esperaba, es que nunca mostró un solo indicio de sospechar algo, miradas, frecuentes charlas o.. no sé, lo que sea entre Edward y yo.

Hoy Edward quiere salir conmigo y estoy un poco ansiosa... Me pregunto dónde querrá ir, si él no conoce practicamente nada aquí en Miami. Ay Edward! Eres raro, muy raro... Aveces me parece todo un idiota, y otras veces me parece muy lindo y romántico... No es que yo sea romántica ni nada de esas.. cosas... ¿Me estaré volviendo cursi? Nhaa.. Un poco, pero no te preocupes Bella, recuerda que es pasajero.

Me puse un shorts de mezclilla, una polera azul con un hombro caído y mis botines negros. Peiné mi cabello y como siempre lo dejé suelto... Lista!!. Me echo un vistazo en el espejo y siendo objetiva.. Me veo muy bien.

Las chicas estaban tomando desayuno en el comedor, todas muy animadas conversaban y reían a carcajadas. Al poner un pie en el primer escalón, todas se callan y siento el peso de las miradas que registan cada paso que doy.

-¡Miren quen viene allí!- Exclama Angie con su cuota de picardía.

-¡Bells! ¿Estuvo rico ese vaso de agua, lo disfrutaste?- Dice Jessie arqueando una ceja.

-Oh claro que disfrutó, como no lo va a disfrutar, si mi hermano le dió de su agua.. Es una winner, ¿cierto Bella?- El turno de Rosalie y todas se largaron a reír muy divertidas. Siento que la sangre ha subido a mi rostro. ¡Basta, ya no más frases con doble sentido! Suplico para mis adentros. Ya bajé las escaleras y me aproximo a la mesa a unirme al grupo de aquelarre.

-Bella te ves radiante, dime ¿Qué tiene Edward? hasta tu cabello se vé más sedoso- Dice Alice sonriente y mordaz. ¡Tragame ahora tierra!

-¡Dejen que hable!.. ¿Dormiste con Edward?- Jessica se inclina hacia mí, interrogándome con ojos saltones. Todas se largaron a reír, incluso Rosalie.

-¡¿Qué?! ¡No!.. Bueno, tecnicamente sí.. pero sólo.. dormimos. Dejen el sarcasmo ¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio?- Me indigné, aunque mi buen humor seguía intacto. Las chicas se largaron a reír.

-Vamos Bella, cuenta- Exigió Alice con desesperación.

-¿Qué quieres que cuente?-Me encogí de hombros.

-¡Todo!- Angie contestó por Alice y casi grita por los nervios. Miro al soslayo a Rosalie y la veo muy emocionada, aunque un poco menos que las chicas.

-Ya calmense- Dije riendome muy aproblemada -Cuando fui a la cocina, me encontré con Edward, quien se encontraba en unos de sus ataques de ansias... Nos pusimos a conversar, ¿qué tiene de malo?.. Luego me sentí muy cansada y me dormí.

-Ah ya, solo charlaron- Jessie me mira con suspicacia y el esbozo de una sonrisa aparece en su rostro.

-Sólo charlamos.- Afirmo con seriedad y me volví hacia Rosalie -Rose te prometo que no sucedió nada- Ella me sonríe pasiva.

-Lo sabemos Bella... Sólo queríamos incomodarte un poquito- Dice esta muy divertida.

-Te conocemos Bells- Comenta Alice soriente

-Pero no puedes negar que aquella charla estuvo bien buena... Al menos la compañia- Angie sonríe pícara, alzando una ceja.

-Él no es mala compañia- Dije incómoda, mordiéndome el labio inferior para esconder una sonrisa.

-Bella... A mí no me molestaría para nada que tú salieras con mi hermano... Es más me alegraría, sé la clasé de chica que eres.. Tienes valores y, Edward no es un mal chico. Sólo que.. se ha equivocado mucho porque generalmente elige mal sus conquistas- Dice y luego veo el arrepentimiento en su semblante... Esto me suena a mujeriego. La duda me invade por dentro, ¿Por qué habrá dicho eso?

Cuando me decido a preguntarle, Edward cruza la puerta luciendo su impactante sonrisa. Entonces le salvó la campana... Pero no entiendo, ¿Qué hace Edward aquí? Se supone que debe estar en la escuela.

-Hablando del Rey de Roma..- Dice Alice

-El Rey se asoma- Rose termina la famosa frase.

Edward entra con la mirada fija en mí y yo me retuerzo en mi silla, incómoda bajo esa mirada tan penetrante.

-Que casualidad que justo estábamos hablando de tí.. Edward- Comenta Angie con las manos entrelazadas y afirmándole el rostro, con el mismo tono sagaz.

-Espero que bien- Edward sonríe con amabilidad

-Oh si, excelentemente bien- Responde esta y las chicas le corean a carcajadas.

Jessica aclara la garganta, muy divertida -Ya que estás aquí, Edward... Sin rodeos ¿Qué pretendes con Bella?- ¡Puuuuuummm! Fue como si le hubiese lanzado una granada... Era evidente que Edward no se lo esperaba, su expresión de impacto fue graciosa, y sus ojos; parecían unas hermosas esferas verdes saliendo de su orbita.. supongo que su expresión debió ser idéntica a la mía.

-¡Jessica!- Refunfuñé entre dientes expresando mi enfado, pero sobre todo.. mi verguenza.

-¿Qué? Es una pregunta, no tiene nada de malo- Dice simulando ingenuidad, lo que era absolutamente detectable y perceptible. Edward aclara la garganta, frunce el ceño incómodo, supongo que buscando una respuesta en su cabeza.

Inmediatamente me levanto de la silla y me coloco al lado de Edward -Edward y yo somos amigos, sólo amigos- Me apiadé de Edward y contesté por él. Este me mira con... No era ni ternura, ni gratutud.. Su mirada enigmática, indescifrable mas bien parecía algo triste.

-Si.. si, es cierto- Me mira con una sonrisa lánguida. -Por ahora- Murmulla de pronto.

-¡Exacto!- Les exclamo a las chicas.... Espera ¡¿QUÉ?! ¿Escuché bien? -¿Qué?- Me volteo y dirijo mi vista a Edward, quien me mira apacible y divertido. Mientras escuchaba las risas contagiosas de las presentes, por un momento siento que me pierdo en su mirada y él en la mía.. sólo eramos Edward y yo.

Me quedo sin palabras y no soy capaz de pedirle una explicación por aquello que ha dicho... Y él tampoco parece muy entusiasmado en explicar.. sólo nos quedamos viendo, como si mantuvieramos una charla telepática.

-¡Fuertes declaraciones!- Alice rompe la conexión y nos hace volver a la realidad. Enseguida saco de mi cabeza eso tan raro que Edward producía en mí... Efecto Edward.

-He quedado con Bella de salir a dar un paseo- Anuncia Edward, ignorando todo comentario.

-Entonces qué esperan?... Vuelen- Dice Alice tanto o más encantada que yo. -Eso si la traes temprano... Y que no beba tanto, suele ser peligrosa con unas copas de más- Bromeó Alice. Y porsupuesto que miente... Nunca me he emborrachado y nunca lo haré.. claro que no.. no sé ni lo que se siente perder la conciencia en un vaso de alcohol.

-Claro que no- Me largo a reír brevemente ante el comentario de Alice.

-Me encargaré de aquello, no te peocupes- Edward le dice a Alice y me sonríe con complicidad.

-No me preocupo. - Dice esta

-¿Dónde van?- Pregunta curiosa Rosalie con una sonrisota de oreja a oreja.

-Es sorpresa- Le responde Edward. -¿Estás lista?- Me pregunta con un susurro, yo asiento.

-Bien, vamos- Me hala con brusquedad y poca delicadeza... ¡De a dónde salió este idiota tan poco caballero!

-¡Espera Bella!- Dice Angie a mis espaldas. Edward se detiene.. yo me zafo de sus garras con molestia, al límite de enfurecerme. Me devuelvo con Edward siguéndome los pasos.

-Dime- Contesto atenta a Angela.

-¡Diviertanse chicos, y por favor.. usen protección!- Dice con la voz muy elevada, por la distancia que nos separaba. Estas nuevamente se largan a reír. De pronto siento mucho calor en mis mejillas, me he puesto colorada. Mis hermosas y queridas amigas tenían serios problemas mentales.

Me niego a seguir escuchando, no quiero volver a sonrojarme y me volteo rapidamente y choco con el torso duro de Edward que golpea mi rostro... Sólo unos instantes y el aroma de su piel, convinado con ropa limpia y perfume.. me deja aturdida y fascinada. Levanto el rostro y lo veo sonriente, intacto, le divierte verme así, nerviosa e impaciente, y al parecer le pareció muy gracioso el comentario de Angie.

Debía salir de ese cuato de locos.. Largarme, antes de que sigan con sus típicos comentarios. Esquivé a Edward.. Quien no planeaba moverse y me dirigí a la salida, cuando escucho ya de lejos y a mis espaldas que Jessica grita "¡Relaja la pelvis!" Y confieso que sí, me hizo sonreír, aunque con timidez. Miro hacia atrás y allí estaba Edward, muy tranquilo, contemplándome con una sonrisa tierna dibujada en su rostro. ¡¡¡Ahora Edward sabe que soy virgen!!! ¡Fantástico! Mi subconsiente se cruza de brazos y pone mala cara... Si, siente deseos de llorar.

Edward se detiene justo en frente de mí, muy cerquita , con una proximidad casi irresistiblemente seductora... Bajo la cabeza un poco apenada y él tira con suavidad de mi barbilla.. Nuestros rostros se encontraron a centímetros de distancia. Su aroma es definitivamente unos de los mejores que he olido en toda mi corta vida.. Y sus dedos acariciando mi mentón y parte de mi rostro.. provocandome una suave corriente de electricidad, y mi corazón latiente cada vez más desenfrenado... Observo sus hermosos ojos verdes, sus pupilan dilatar.. Me muerdo el labio inferior con nerviosismo. Estoy casi segura que puede escuchar los latidos de mi corazón.

-Bella... Por qué eres tan hermosa?- Susurra con sus suaves manos en mis mejillas... Siento su delicioso aliento.. Me aturde... Me envuelve en su dulzura y frescura. Fijo mis ojos en sus labios hechos a mano, su boca era simplemente perfecta, una tentación. De pronto me invade la necesidad, un poderoso y fuerte deseo de que sus labios besaran los míos, y nuestras bocas se unan, acariciándose.. es así como debía ser. Mi subconsciente expectante, atenta a lo que podría suceder, hecha un manojo de nervios, grita "¡Vamos.. vamos.. Ahora..... Ya bésala Idiota!" Sí que está loca.. Pero sinceramente.. Creo que es lo más inteligente y coherente que ha dicho nunca.

Se acerca lentamente a mí... Y en ese mismo instante la realidad me abruma y despierto... Me doy cuenta que esto es un tremendo error. Sacudo mi cabeza con brusquedad y me alejo con premura de Edward. Como si fuese el mismo demonio o algo así. Este me mira con desconcierto, confuso, sin entender mi actitud y lo que estuvímos a punto de hacer.

-No digas nada- Le advertí alejada de él. Él me mira como si fuera lo más divertido del mundo, con una paz y ternura en su interior.. Deja pasar unos escasos segundos y contesta.

-Está bien- Dice con una media sonrisa.

-Ahora... Nos vamos.. o, algo- Su mirada me intimida.

Edward reacciona -Oh claro, nos vamos- se acerca a mí y siento un gran alivio, debido a que la situación se ha vuelto a controlar. Caminamos en dirección al volvo de Edward.

-¿Dónde vamos?- La curiosidad me mata por dentro. Este me mira de reojo y luego sonríe con ganas, como si le hubiese dicho algo muy divertido.. Este Edward es muy raro.

-Dímelo tú... Tú me tienes que sorprender- Dice muy relajado y el muy cabrón me sorprende... tanto me sorprendió.. que mi boca se abrió de una manera impresionante, que podría haber llegado al suelo. ¡¿QUEEÉ?! Grita mi subconsciente.

Me detengo abruptamente -¿Yo? ¿por qué yo?- Me sentía indignada, defraudada.

-¿Por qué los hombres tenemos que hacer todo?.. Además, Dónde está el feminismo? Bella, esto es igualdad- Se excusa... Ok, está bien.. pero no se me hace muy justo.

Lo miro sin dar crédito -Oh si como no, verdad?...- digo entrecerrando los ojos -Edward eres ¡tan!... Tan- ¿Cómo decirle idiota sin que suene tan mal?.. ¡Qué importa! no es la primera vez que le llamo así.

-¿Tan guapo e irresistible, Quizás?- Dice y me saca una carcajada mientras nos incorporábamos al auto... Mas bien, me incorpora al auto manejandome con sus manos en mis hombros.. Ni siquiera tuve la necesidad de caminar por mí sola.

-Más bien.. increíblemente egocentrico y patán- Digo cuando me introduce al auto, en el asiento de piloto. Este sonriente niega con la cabeza.

-Quizás descubras que todo en mí, es un camuflaz- Me dice con una sonrisa pasiva y algo en mi cabeza me advierte que no está bromeando. Le quedo mirando y viceversa. Me pregunto si realmente le quiero conocer.. Temo descubrir a una persona que no me guste.

Cuando cierra la puerta interrumpe mis pensamientos. Enseguida entra al volvo y se sienta de copiloto, a mi lado.. suelta un suspiro y vuelve a mirarme, esta vez sus ojos tenían un destello diferente.. Era ilusión o impaciencia.. Me imaginé un niño chiquito de piel pálida y cabello cobrizo, muy ansioso e impaciente por salir a dar un paseo. La imagen me enterneció el alma.

-¿Y dónde me va a llevar, señorita Swan?

-Eres increíble...-Dije en tono de regaño, pero la inevitable sonrisa que florecía de mi boca me delataba. En este momento la última emoción que existía en mí, era la furia.

-Oh, tú eres increíble Isabella- Está sonriendo cautelosamente.

¡Esto es imposible!.. Digo.. Sé manejar a la perfección, porque Charlie me enseñó desde muy pequeña, sólo que ahora es diferente.. temo ocasionar un accidente.. Ok, si exagero.. Pero la verdad, tampoco es muy sencillo hacerlo bajo la supervisión de esa mirada tan intimidante que caracteriza a Edward. ¿Como manejar tranquila y relajada si sé que lo voy tener mirándome como lo está haciendo ahora? Es complicado... Muy complicado.

-¿Dónde quieres que te lleve?- Alzo una ceja.. Ansiando una respuesta.

-Donde quieras llevarme está bien. Puedes raptarme- Sonríe con malicia y yo fijo la mirada a mi horizonte, evadiendo su mirada.. suspiro con las manos al volante ¿Dónde llevarlo?.. Luego de pensarlo me decidí y eché a andar el auto.

El transcurso del viaje fue difícil... Edward se encargó de hacerlo muy complicado, nunca me había sentido tan analizada y observada por nadie.. Pero no podía hacer nada, sólo inhalar y exhalar para controlar mis nervios, ya que al volante no podía darme el gusto de ser la Bella torpe de siempre. Fue una tortura para mí.. no pude descansar ni un segundo de esa mirada tan.. tan de Edward... Puedo jurar que casi ni pestañeó en todo el trayecto. Traté de mantener sus pensamientos ocupados, charlándole durante todo el camino, aunque, bueno.. quizás yo misma necesitaba distraerme y olvidarme de esos par de ojos fisgoneándo ... La cuestión es que hablaba y hablaba y no paraba de hablar, sin darme cuenta en lo parlanchín que me había vuelto.. Es más, creo que nunca antes había hablado tanto con Edward.. Bueno, si es que a eso se le puede llamar interacción, porque no era nisiquiera una conversación... ¡Cielos! ¡Qué rayos! He hecho un monólogo y ahora me siento de lo más estúpida, mientras Edward me mira con ternura en su semblante. Creo que en este largo rato ha articulado unas 4 o 5 palabras y me ha escuchado con mucha paciencia, observándome. Y mi estrategia no sirvió con Edward, por el contrario; capté su atención más nunca... Sólo yo me distraje y bueno, por lo menos me ayudó a sobrellevar el viaje.

Que alivio sentí al llegar a nuestro paradero. Estacioné el auto en un lugar seguro y nos bajamos. Caminamos un poco, Edward se veía muy intrigado, seguía mis pasos junto a mí... Caminamos hasta sentir la suave y confortable arena bajo nuestros pies.

-¡Surprise!- Dije en un susurro, muy tranquila y maravillándome ante la hermosura del paisaje.

El mar... Es un hermoso y gran misterio para mí.. me causa un efecto parecido al diazepam; a veces cuando me siento alterada o estresada vengo hacia acá y curiosamente todo mis tormentos se disipan por arte de magia... Podría quedarme horas y horas sentada aquí en la arena, de frente al mar y sin siquiera hastiarme.

A juzgar por la expresión de Edward, parecía bastante satisfecho y lucía una radiante sonrisa de oreja a oreja.

La playa estaba casi desolada y el calor del sol acariciaba nuestros rostros de manera agradable. Edward se saca sus zapatillas y yo mis botines.

Edward me sonrió con gratitud e hizo un movimiento de cabeza dirigido al mar, como invitándome a pasar o algo así. Yo cedí y juntos caminamos por la tibia arena, enseguida nos sentamos en un lugarsito ubicado muy cerca de las mareas.

-¿Satisfecho?- Digo sonriente sentada con las piernas cruzadas

-Bueno.. a decir verdad...- Me mira arqueando una ceja y yo pongo cara de horror, anticipándome a la idea de que no le gusta el mar o que padece algún extraño tipo de alergia. Mi temor desapareció cuando muestra una reluciente sonrisa divertida.-Era más de lo que yo esperaba.

-Ahh, eso es bueno- Sonrío apasible, este asiente sentado con las piernas flectadas. Ambos mirando a la misma dirección, con las miradas perdidas, estábamos en silencio, sólo se escuchaban las mareas y el sonido de olas chocar contra rocas... Pero era un silencio reconfortable y cómodo.

-¿Y me vas a decir por qué faltaste a la escuela?- Interrumpo el cómodo silencio y este me mira con sorpresa.

-Sinceramente.. el motivo comienza con B y termina con ELLA- dice riendo y yo lo miro con los ojos entrecerrados.

-Oh con que ahora yo soy el motivo- dije divertida finjiendo estar ofendida.

-Mas bien la mala influencia- bromeó y en sus mejillas se acentuaron esas margaritas que tanto me gustaban. -No, la verdad es que no me sintía muy bien para asistir a clases- Dice y recuerdo que es cierto... Edward igual madrugó un poco conmigo.

-Si es cierto- Sonrío apenada

-Me sorprendió mucho lo que me dijiste ayer- Confesó. Traté de recordar entre segundos de silencios y Edward me ayudó -Eso de que no crees en el amor- Dice de pronto.

-Ah.. bueno, sí es cierto. Y no me vengas con cuentos porque tú no tienes facha de ser muy romántico.. de esos bien cursis que dibujan corazones hasta en el aire- Dije divertida

-No exactamente... Pero sí creo que el amor exista- Dice sonriéndome.

-Eres muy crédulo.. por no decir ingenuo- Comento y este sonriendo niega con la cabeza.

-¿Por qué piensas así?- Pregunta con gran interés.

-¿Cómo así?.. ¿Demasiado realista?- Arqueo una ceja. Edward me reprobó con la mirada y luego la fijó hacia su horizonte, mirando pasivo las suaves mareas... Y luego habló.

-Es que eres tan..- Se detiene de rrepente y me mira detenidamente, analizandome ¿Qué estará pasando por su cabeza?.. En su semblante había pasibidad, pero también se había vuelto más adusto y a la misma vez atónito y confuso.

Luego de unos segundos, prosigue -Tan hermosa... Y tan joven.... Y demasiado terca.- Dice, y yo pongo mala cara, frunzo los labios. Este ignoró mi gesto y siguie hablando -Que cuando dices que no crees que el amor exista.. en verdad me apena. Y me pregunto cómo rayos alguen como tú no cree en el amor! y no encuentro respuesta lógica.... ¿Te han tratado mal, Bella?- Me mira con expectación.

-¡Guau! Emhh Edward, gracias por los cumplidos, menos por el de terca... Y siendo sincera... Simple, nunca me he enamorada en la vida, por eso es sencillo para mí describir eso del amor como una estupidez. Una vez creí estar enamorada.. de mi ex novio. Y me confundí, aquello no era amor- Recordé a Riley. No guardo rencor hacia él, apesar de lo brutal que se portó conmigo. Trato de recordar siempre lo bueno para no amargarme.

-Intersante..- Me mira como si yo fuera una cosa apasionante, muy curiosa. Como si él fuera un aficionado a mi rareza.. como si tratara de enterderme.

-¿Y qué hay de tí Edward? ¿No escondes nada?- Sonrío pícara

-¿Tengo cara de ser alguen misterioso?- Dice sonriendo

-Acaso yo si?- Pregunto de vuelta

-Bueno.. un poco- Dice y nos largamos a reír

-Todo el mundo tiene sus secretos. ¿Tú tienes?-Pregunto

-Pensándolo bien.. no, creo que no. Soy algo expresivo y no me caracterizo por guardarme las cosas, aunque a veces debería. Soy muy impulsivo.- Contesta y parece ser bastante honesto.

-¿Temores? A algo le debes tener miedo- Supongo y le miro con gran interés.

-Suelo ser bastante varonil ¿Sabes? No, no le temo a nada- Dice en un tono muy gracioso. Claramente estaba bromeando. Yo me largo a reír con ganas.

-Varonil, si claro, como no. Pues señor varonil, debe saber usted que varonil no es sinónimo de valiente- Arqueo una ceja.

-Siempre tan cerebrito, srta Isabella- Dice sonriente y yo le devuelvo una sonrisa tímida.

-¿Y tú Bella? ¿Temores?- Pregunta curioso

-Desde pequeña he tenido el temor de quedarme sola- Le confieso y él parece confuso pero prefiere no preguntar. Mi yo interno agradece su prudencia.

Cuando era muy pequeña experimenté esa terrible sensación de quedarme sola y de no tener nada... Cuando escuché detrás de la puerta a un oficial comunicándole a Renne la muerte de su hermana, mi madre. Fue realmente un golpe espantoso, un verdadero trauma. Aunque siempre tuve el amor de mis tíos, claramente no era lo mismo que tener a mis padres adorados.

Al principio cuando llegué a vivir con mis tíos, la primera sensación que experimenté fue el vacío, de no tener nada ni nadie en una casa tan grade. Luego me sentí una intrusa, alguen que viene a desordenar una familia genial.. a romper esa hermosa armonía familiar. Aunque sé que ellos siempre trataron de incluírme y hacerme sentir una más del Clan, era yo la que me sentía así.

Me tocó madurar muy temprano... Incluso Renne y Charlie tuvieron que tomar la determinación de pagar un psicólogo para mí.. Pues mi comportamiento era demasiado introvertido y solitario, no era el de una niña normal, viviendo felíz la etapa de infancia... Yo lo que más recuerdo era el constante pensamiento de no querer ser una molestia. Al principio pasaba la mayoría del tiempo encerrada en mi alcoba... Me gustaba tocar guitarra, herencia que me dejó mi padre biológico y que he dejado un poco de lado. También me refugiaba en libros.. Leer libros en la soledad de mi habitación... Simplemente sentía que los libros me transportaban hacia lugares difentes. Leer me deconectaba de mi realidad, y eso es lo que más anhelaba.

Ningún profesional me pudo ayudar... Más que cualquier especialista, sólo Emmett y Alice fueron capaz de hacerme salir de mi pequeña borbuja... Ellos fueron mi terapia más efectiva. Sin ellos no hubiera tenido infancia que recordar.

-Si hubiera venido con la ropa adecuada me lanzo al mar.. y luego a tí- Edward interrumpe mis cavilaciones.

-No te imaginas lo fría que está el agua. No te atreverías- Sonreí mirando hacia al mar. Ups no debí haber dicho eso. Una maliciosa idea se cruzó por su cabeza y le hizo sonreír.

-¿Quieres apostar?- Se levanta y espera una respuesta.

-¿Con que te gustan las apuestas?- Trato de cambiar el tema, pues en el fondo sé que perdería. Pero este ignora mi pregunta y me contempla con su sonrisa retorcida, luego lentamente se desabrocha su jean. Yo abro los ojos tan grandes como puedo, mirándole sorprendida.

-No ¿Qué haces?- Miro a mi alrededor y veo a una pareja de ancianitos que nos miraban como si fuesemos lo más atrevido y vulgar de este mundo. Vuelvo a mirar a Edward, quien ya estaba quitándose el jeans. Yo sólo sonrío divertida ante el espectáculo.

-Lindos boxers- Comento sentada viendole, tratando de no reír como loca. Este se muerde su labio inferior para evitar soltar una carcajada, y mira divertido su entorno, con sus margaritas en las mejillas.

-No eres capaz- Alimento sus ganas de ganarme y llevarme la contraria. Este procede en sacarse la polera por encima de la cabeza. Concediendome el privilegio de ver con más análisis su trabajado abdomen... A que mujer no le hubiese gustado estar en mi lugar en este preciso momento. Contemplándo a aquel hombre pálido, carente de sol, con cara de angel, torso marcado y brazos fuertes. Simpelmente perfecto.

-Observa.. Luego vengo por tí- Dice seguro de sí mismo.

-Ok, aquí espero- Le miro maravillada sin darle mucho crédito, este me regala una sonrisa antes de salir corriendo en dirección al mar. Suelto una carcajada luego de que no le tengo en frente.. y observo atententamente al chico decidido que va a lanzarse a las aguas congeladas. Estaba a un centímetro de tirarse y al sentir el agua tocar sus pies se esfuma aquel fortachón valiente y aparece un niño chiquito y temeroso.. se presenta la duda en su semblante, que lo obliga a devolverse. Me pregunto ¿Dónde se fue el coraje?

Me largo a reír exageradamente, como si Edward hubiese hecho lo más cómico del mundo. Este al verme así, se detiene y coloca ambas manos en su cadera. Como si le hubiese dolido el orgullo.. me mira con los ojos entrecerrados, através de sus pestañas. Y decide voltear y volver al mar con el pecho inflado, con paso firme y decisivo... Sólo para no darme la razón. ¡Hombres!

Y allí va... haciendose el fuerte.. "El que todo lo puede" Le observo muy cómoda en mi lugar, sentada en la arena, con cara de estúpida, como si admirara lo más tierno que existe. El muy chiflado se armó de valor, contuvo la resiración y se lanzó con todo al mar. Me quedé con la boca abierta.

Saca su cabeza a la superficie y sacude su cabello mojado. Luego me busca con la mirada y muestra orgulloso su sonrisa triunfante. Sale del agua y se dirige hacia mí, todo mojado y destilando. Yo me levanto en un dos por tres. Él ya estaba casi encima de mí, alarmada me alejo de su cuerpo mojado.

Edward abre sus brazos para abrazarme y yo me aparto más de él.

-¿Estas demente?- Pregunto inquieta con un toque de diversión.

-Si.. ¿Quieres acompañar a este demente?- Me tiende la mano y me niego a tomarla.

-¿Qué te hace pensar que yo..- No alcanzo a terminar la frase, cuando Edward corre a por mí.. yo me espanto y huyo a toda velocidad. Pero Edward es mucho más veloz que yo y el sitio geográfico no me acompañaba mucho que digamos... Correr en la arena es un martirio, un verdadero suplicio para mí.

Siento sus brazos por detrás, rodearme la cintura. Está muy frío, pero no no me quiero apartar. Me voltea con facilidad y me abraza muy, muy fuerte. Siento que hunde su cabeza en el hueco de mi cuello, inhala suavemente desde mi piel y me deja mojada, luego de unos segudos ya no estaba frío, su cuerpo mojado se sentía cálido a mi tacto. Si pudiera congelar este momento, lo haría. Edward estrechándome en sus brazos por siempre, así contra su pecho. Nuestros corazones juntos, pegaditos... Me siento aturdida en sus brazos y me invade una sensación de conformidad, de sentirme segura en sus brazos... Intangible, como si nada ni nadie pudiese dañarme. Siento su sonrisa dibujada en mi hombro.. levanta su cabeza y efectivamente está sonriendome, estamos muy cerquita el uno del otro.. a tentadores centímetros de distancia. Me ve cerrar los ojos y ahora yo le abrazo muy fuerte. Luego decido romper nuestra conexión, pero este no me deja, me apriciona contra su torso..

-Te vas.. a resfriar.. yo.. emh debes.. secarte- Balbuceo con timidez

-No- Sonríe y niega con la cabeza. -Tu vienes conmigo- Dice antes de tomarme en sus brazos.. Yo pego un grito y me aferro a su cuello, mientras corría conmigo hacia el agua.

-No, Edward. Estoy con ropa- Suplico

-Quieres que te la quite- Bromea

-¡No!- Reclamo -Espera- Este se detiene y yo me bajo de sus brazos. Por un momento consideré quedarme en pantaletas y corpiño, luego lo pensé bien y me dio pudor... Así que sólo me quité la polera, Edward me mira sorprendido y fascinado mientras lo hago. Me quedo en corpiño, era de color verde oscuro y mi shorts. Me quedo frente a frente con Edward y planeo escapar nuevamente, pero este reacciona antes que yo, me toma de las piernas y me levanta. Se va corriendo y se introduce al mar.

-Edward no me bajes- Me acobijo a su regazo.

-¿Qué? ¡No te escucho! ¿Que quieres que te baje?- Se hace el sordo el muy Cabrón.

-Noo- digo más alto -¡No vayas a sumergirte!

-¡¿Que quieres nadar?!- Pregunta

-¿Eres idiota? ¡Que no!- Me aferro a él con más fuerza.

-Ok, ya entendí. Me sumergiré.

-¡¿Que parte de no vayas no ent..- Y como siempre no me deja terminar la frase y se sumerge conmigo en brazos.

Está muy fría el agua... Levanto la cabeza con mi cabello cubriendome el rostro, lo retiro de mis ojos y lo primero que veo, es a Edward.. contemplándome divertidísimo. Le salpico con intención agua en la cara, este se larga a reír.

-Ves que soy capaz?- Dice sonriente

-Me quedo claro.. Ahora salgamos del agua, estoy entumecida- Dije y me castañeaban los dientes por el frío.

-Ok- Asiente, y me hala de la mano para salir.

-sol, sol, sol- Canturreo entumecida saliendo del agua, dando saltitos.

El sol sólo tardó unos minutos en secar nuestras ropas... Mientras tanto, Edward me platicaba acerca de su familia, sus gustos e intereses, también Intercambiamos anécdotas, situciones graciosas y vergonzosas. Debo confesar que pasar tiempo con Edward es bastante agradable, es una persona muy fácil de llevar, sabe escuchar y tiene un humor muy divertido. Me ha hecho reír muchísimo con sus historias.

-¿Quieres comer algo?- Pregunta con cortesía. -No acepto un no por respuesta- Se anticipa a mi negativa.

-Entonces no me queda otra que decir que sí- Digo pasiva.

-Buena elección- Me guiña el ojo, con aires de pícaro. Yo rodeo los ojos.

Edward eligió un restaurant al aire libre. Me pregunto si Edward lo habrá elegido por el hecho de que las garzonas que trabajaban en este lugar, considentemente eran todas jovenes y hermosas, y todas vestían sólo la parte de arriba de un bikini anaranjado, y el shorts a juego de color naranjo con negro.

Buscamos una mesa y nos situamos... Enseguida una de las garzona viene a atendernos.. no está de más decir que la chica es una rubia escultural, de tes dorada y de ojos azules.. Y sólo por si la perfección fuese poca.. La chica tenía el típico lunar sexy en la parte superior, a un lado de la boca.

-Hola, bienvenidos- Nos saluda con amabilidad la chica.

-Hola, gracias- Edward y yo dijimos al unísono.

-¿Les muestro la carta de recomendación?- Pregunta. Yo me fijo en el notorio tatuaje que llevaba en el bajo vientre, no se alcanzaba a distinguir cual era el dibujo exacto porque seguía con osadía un poco más abajo de la cadera.

-Si, por favor- Le contesta Edward con educación.

-Ok- esta asiente con una sonrisa pegada al rostro y luego se inclina y le deja la carta encima de la mesa.. se inclina de tal manera que el rostro de Edward queda a la altura de los pechos de aquella chica atrevida... Evidentemente lo hizo con intención, era más que obvio. Luego se endereza lentamente y le obsequia su mejor mirada de seducción. Edward sólo se limitó a sonreír con amabilidad y fija su atención en la carta, ignorandondo que tenía a una rubia despampanante en frente suyo, que le miraba como si fuese algo de comer.. o quizás sólo se hacía el idiota.

Detrás de mi expresión pacífica y mi sonrisa mentirosa se escondía una Bella con mala cara.. muy simétrica a una nena pequeña que no le cumplen sus caprichitos.. Y ni hablar de mi subconsciente, se veía como una fiera enjaulada.. atemorizante, una loca dispuesta a defender lo que no es de su propiedad.

Edward anuncia su petición y la chica lo anota en su libreta. -¿Y tú, Bella?- Edward me mira... Yo ni siquiera le había echado un vistazo a la carta.

Le echo un vistazo rápido a la carta, sin poder concentrarme en lo que leía... finalmente no le di tanto rodeo y anuncio mi elección. Pedí lo mismo que Edward, y eso que ni siquiera le puse tención a su elección.

-Perfecto, ¿Algo más?- Le pregunta a Edward y este niega sonriente. -¿Nada?- La chica parece algo desilucionada, pero pronto se repone y le muestra su reluciente sonrisa, llena de seguridad -Le puedo ofrecer mi número de teléfono para llevar, si quiere- Propone seductora y logra sorprender a Edward... Y a mí mucho más. Observo a Edward, espectante por saber cual va a ser su respuesta... Y luego me siento estúpida, quizás estoy siendo un impedimento y Edward quiera aceptarlo.. ¿Qué no es obvio Bella? A cualquier hombre normal, le hubiese gustado... ¡Callate subconsciente! ¡No me estás ayudando!

-Ah.. eh, realmente es un alago.. muchas gracias. Pero, no- Dice y la chica abre mucho los ojos. Edward busca mis manos y las toma con delicadeza, las acaricia con su meñique. Todo esto a los ojos de la joven, y tanto ella como yo nos quedamos estupefactas, con la boca abierta. A la chica se le cae la cara de verguenza.

-¡Whau!- Exclama. -Realmente lo siento- Se disculpa conmigo -Pensé que quizás serían parientes- Comenta notoriamente apenada. La veo muy aproblemada y me compadesco.

-Si, está bien- Digo pasiva

-Ok, enseguida vuelvo- Dice esta mirándonos, luego desaparece. Espero a que Edward comente algo, pero no lo hace... Decido romper el silencio.

-Actúas como si estuvieses acostumbrado- Le sonrío con una mirada analíta.

-¿Cómo dices?- Se hace el desentendido pero el esbozo de sonrisa que se dibujaba en sus labios le delataba que efectivamente me había escuchado.

-Ya no te hagas!..- Dije divertida. Edward guarda silencio y me dedica una sonrisa tímida. -¿Siempre causas ese efecto en las mujeres? Digo... ¿Rompes corazones muy seguido?- Le pregunto mirándole encantada y muy entretenida.

-No sé.. no me fijo- Le miro con los ojos entrecerrados y este se larga a reír.. Dos posibilidades; O el muy descarado está mintiendo... O, es muy modesto. Aunque si me pongo a pensar.. Las dos son muy correctas. Pues, la modestia es la más inocente de las mentiras.

-¿Por qué no aceptaste su número telefónico?- Tengo curiosidad. Edward me sonríe con dulzura.

-Porque no me interesaba- Responde encogiéndose de hombros.

-¿Es broma? A cualquier hombre le hubiese gustado haber estado en tu lugar- Comento sin creerle una sola palabra. Es simplemente imposible, a no ser que sea Gay o, Realmente estúpido... Pero tengo la certeza de que Gay no es, y eso me hace postular a mi segunda teoría.

-Antes no hubiese permitido que ella se me acercara a dejarme su número.. Porque yo me habría anticipado primero- Dice con paz en su interior, y no sé por qué.. pero le creo.

-¿Antes?-Pregunto arqueando una ceja mordaz, y Edward responde.

-Antes de tí- Tres simples palabras bastaron para mi subconsciente estallará de alegría dentro de mí... Envuelta en llamas de felicidad.

Me siento un poco nerviosa bajo la supervisión de esa mirada perspicaz de Edward.. y esos labios hecho a mano, totalmente besables que denotan una sonrisa traviesa en su rostro... Quiero ignorar lo que me acaba de decir, pero no puedo... Ni Edward, ni la loca de mi subconsciente me dejan. Me siento algo torpe por un rato... Evado las insistentes miradas de Edward. Acomodo un mechón de cabello detrás de mi oreja y luego fijo mi atención en mis manos, entrelazadas con nerviosismo debajo de la mesa.

La garzona irrumpe justo en el momento indicado... Gracias al cielo.

-La orden!- Dice esta sonriente.

-Mmm se ve delicioso- Comento mientras deja con cuidado el plato encima de la mesa.

-Enseguida traigo el otro, señor- Dice esta mirando a Edward, quien asiente. Nos causó gracia la manera en que dijo "señor".. como si le hubiese dolido la garganta al articular esa palabra. Al poco rato después trajo el pedido de Edward.

La comida estaba exquisita.. o será que yo estaba hambrienta... No, la verdad es que estaba buenísima.. Con la compañia de Edward y una buena convesación ¡Que mejor!

La garzona luego volvió con el postre que según ella era a cortesía de la casa, pero yo estoy segura que fue ella la que los pagó.. Quizás para enmendar el supuesto malentendido de hace un rato... El posstre estaba realmente exquisito, eran dos trozos de pastel tiramisú. La chica era muy simpática, y era evidente que no quiso incomodar a nadie, menos a la supuesta novia, que soy yo.. supuestamente, claro.

-¿Te gustan los tatuajes?- Edward pregunta con gran interés.. Supuse que sería por la garzona.

-No me molestan para nada... Algunos son lindos, y si son significativos para la persona que los tiene.. mejor- Opiné con honestidad.

Me mira encantado -Estoy de acuerdo contigo.

-Si.. Aunque a mi parecer no es muy estéticamente agradable cuando pasa a lo obsesivo, es decir, sobrepasando el límite de lo excesivo ¿Me explico?- Digo, comunicándome con las manos.

-Perfectamente... ¿Tatuarías tu piel?- Pregunta sonriente

-Quizás... Ya sabes.. Nunca digas nunca- Respondo encogiendo de hombros

-¿Y qué te tatuarías?- Dice curioso. Me tomé unos segundos para pensar mi respuesta.. pues, nunca en la vida me lo he planteado. ¿Una frase importante para mi? Quizás, no sé... Pero de lo que sí estoy segura, es que tiene que ser algo muy importante.. que tenga la certeza de querer siempre recordar... Algo que siempre quiera llevar conmigo, literalmente en mi piel.

De pronto siento unos golpecitos en mi espalda.. y al mismo tiempo, un espeluznante escalofrío recorre mi cuerpo. Me giro y me quedo pasmada al verle el rostro, paralizada, en estado de shock, sin saber como reaccionar.

Su rostro era el mismo, casi nada había cambiado en él... Solo que ahora lucía mucho más maduro y.. lúcido. Se veía bastante bien a comparación de la última vez que le vi, guardo en mi mente esos momentos... aunque no son los mejores recuerdos.

Estaba acompañado de una chica, de aproximadamente mi edad y mi estátura.. una chica sonriente de piel blanca, melena corta y oscura.

Vuelvo a fijar mi atención en Riley.. Quien lucía una sonrisa tímida y apenada, como si se disculpara. ¡Vaya! Ni siquiera ha pasado tanto tiempo y es como si hubiese pasado un millón de años sin verle. Me sorpende mucho verle así de bien, hasta luce guapo y felíz.. me alegro por él, me alegro que tenga una chica que le quiera a su lado.. Ya que yo no pude hacerle recapacitar y hacerle cambiar.. otra chica pudo por mí. No es difícil detectar el enamoramiento en los ojos de aquella muchacha... Riley se veía tan diferente. Espero profundamente que sea felíz.

-¿Cómo estás Bella?- Me pregunta de pie y junto a la chica. Sé que esperaba una respuesta de mi parte, pero realmente me tomó por sorpresa y me sentía demasiado impactada en ese momento para reaccionar con normalidad.

Mi boca era un gran y redondo O -Riley.. Ahms... Riley- Balbuceo repitiendo su nombre. Es que no me la puedo creer. Enseguida me levanto de mi lugar y le miro más de cerca...............

Riley fue un pilar importante para mí, mi apoyo, mi amigo y erroneamente lo creí el amor de mi vida... Pero nunca me unió a él, ese sentimiento tan poderoso y "mágico" como dicen se debería sentir el amor. Era dos años mayor que yo.. Realmente lo pasaba genial estando con él, era divertido y muy fiestero. Pero había algo en Riley que arruinaba todo lo bueno en él... Su gran defecto, causado por una tragedia.. El maldito alcohol; cuando lo conocí no bebía casi nada.. Luego sufrío un duro golpe que lo marcó muchísimo, el fallecimiento de su hermana menor, de apenas 4 años de edad, resulta que sus padres habían ido de compras en plena víspera navideña por los últimos regalos que faltaban, y le dejaron encargada a su pequeña hermana, él debía cuidar de ella... Pero Riley es un humano común, con sus defectos.. y se distrajo por unos valiosos segundos, trascendentales que convirtieron la situación en una terrible tragedia. Solo fueron unos segundos, muy malditos segundos.. Esos segundos fueron suficiente para arrancarle la vida a su hermana. Riley se había distraído viendo un adelanto de un juego de football en la televisión, mientras su hermana muy curiosa, como todos a los 4 años, se dirigía a la gran piscina y.. pueden imaginar lo que sucedió. Cuando Riley la sacó desesperadamente del agua, la niña no reaccionaba, no fue capaz de aguantar, sus pequeños pulmones no resistieron, y ya no había pulso.. Y en el caso de que hubiese resistido, la pequeña hubiera quedado con problemas neurológicos. Es difícil ponerse en el lugar de esa madre, pero es más difícil colocarse en los zapatos de Riley... Vivir con el sentimiento de culpa, el remordimiento, y vivir escuchando al inconsciente gritando e inculpando sin piedad "¡¿Por qué mierda no hiciste algo más para salvarla?! ¡Se supone que debías cuidarla! ¡Esto es TU culpa!" Y a decir verdad.. Vivir así no es vivir... Pero Riley fue muy fuerte apesar de haberse derrumbado muchas veces.

Desde ese momento buscó consuelo en el alcohol, ahogaba sus penas en cada copa. Siempre pensé que ese día Riley se había marchado, no estaba más, porque su escencia se había disipado cuando perdió a su pequeña hermana. Sufrí mucho al verle así, aunque mi sufrimiento era como una gota de agua comparado con el océano de tormentos de Riley. Traté de sacarlo de el alcoholismo, él sabe cuanto traté.. pero cada intento era fallido, pues él no tenía la intención de dejar de beber y frente a eso.. ¿Qué podía hacer yo? Amarrarlo no era una posibilidad..

Pese a eso nunca me rendí con él.. siempre le brindé todo mi apoyo, mi consuelo, mi tiempo y mis consejos.. Nunca me conformé con verle así, nunca me resigné a tener que verle así por el resto de su vida. ¿Cómo quedarse de brazos cruzados, mientras ves a un ser querido, o alguen que amas arruinarse la vida porque si?

Una tarde voy a casa de Riley a visitarle.. recuerdo estar muy preocupada porque no sabía nada de él desde hace 2 o 3 semanas, y decido ir a verle.

............FLASH-BACK...........

Golpeo la puerta y me recibe Riley más borracho que nunca... Me entraron ganas de llorar al ver su rostro. Tenía el rostro hinchado y en el parpado derecho habían tonos purpuras medios rojozos, como si hubiese sido participe de un pleito terrible... Realmente su aspecto daba pena, se veía tan demacrado y triste. El hombre que estaba en frente de mí, no se parecía en nada a Riley... Este era un hombre de más edad, con años malgastados. Una persona sumergida en la desgracia, en el alcoholismo.. Este era un pobre desconocido.

-Mi dulce.. y hermosa novia- Riley no podía ni hablar bien, por culpa de su ebriedad.. no podía ni siquiera pronunciar bien las las palabras. Me quedé estática en mi lugar, mirándole horrorizada hasta que este invade mi espacio personal. Se abalanza contra mí y me abraza. Por un momento sentí que me iba cayendo, es que Riley no podía ni su propio cuerpo. Inevitablemente inhalé su olor, bastante desagradable por cierto.. Su ropa olía a alcohol combinado con perfume fuerte de mujer.

-¿Qué te pasó en la cara?- Me alejo de él y lo observo preocupada.

-No es nada cariño, sólo que tuve un noche algo.. acontecida- Dice tambaleándose de lado a lado.

-¿Cómo que no es nada? ¿Quién te hizo esto?- Pongo una mano en su rostro herido, para examinarle.

-Un cabrón... un cabrón me hizo esto.. pero, no creas que yo soy devilucho, no.. es que me.. me pilló desprevenido.- Se explica con dificultad y yo frunso el ceño. -Resulta que ahora todos se creen dueños de las mujeres.. y no es así ¿Cierto Bella?- Dice como puede entre su borrachera. Con que se peleó por una mujer.

-Callate y entra- Ordeno con sequedad.

-Estás enojada conmigo baby?- Dice cerca de mí. Yo me alejo con desagrado por su aliento de borracho. ¿Que si estoy enojada? Noo, para nada. Es más.. Me encanta que mi novio se emborrache y salga a buscar mujeres a la calle. ¡Es que adoro que me vean la cara de idiota!.. Y por si no lo notaron... Esta es la hermosa IRONÍA.

-Necesitas una ducha.. entra ¡Ya!- Mi paciencia se agotaba. Es el colmo que además de ser cornuda, tenga que ser pasiva y tener compasión. Pero la tengo... Tengo compasión de Riley aunque me esté siendo infiel, y me tengo que guardar el orgullo en el bolsillo por él... Porque sé que lo está pasando mal y me da mucho coraje que se refugie en el alcohol.. Quiero decir que hay muchas personas que tienen una pena, un dolor muy grande en el corazón y no se comportan de la manera que lo hace Riley.. ¿Por qué no puede buscar apoyo en mí y en su amigos?

-No quiero ducharme..- Dice entrando a la casa -A menos que tú lo hagas- Dice extendiendo sus brazos, desequilibrado y sonriente. Por un momento, sus movimientos me recordaron a Jack Sparrow de Piratas del Caribe.

-¿Cuándo te hicieron eso en la cara?- Exigí saber mientras cerraba la puerta.

-Anoche- Contesta y le clavo una feroz mirada glacial.

-¡Amaneciste bebiendo y ni siquiera respetas la resaca!.. ¡¿Cómo es posible que sigas bebiendo, Riley?!- Le encaré furiosa.

-No, no grites- Dice en tono de súplica, se aleja de mí y se dirige a su habitación. Inmediatamente le sigo sus pasos torpes. Llega a la puerta de su habitación a tropezones.

-¿Me puedes explicar qué es lo que pretendes?- Dije a sus espaldas, mientras entrábamos a su habitación.. que por cierto estaba hecha un asco y había ropa por doquier, un desorden total.

-Nada, baby tranquila- Se recuesta sobre su cama con actitud indiferente, como si nada le importara. -Estoy perfectamente bien.. aquí.. con-tigo- Jamás le había visto tan borracho y yo si que lo he visto borracho.

-¿Por qué no contestabas mis llamadas?- Pregunto más tranquila.

-No yo.. no quise.. no quiero molestar Bella- Contesta. Su voz suena como si las palabras se le arrastran dentro de la boca.

-Tú no me molestas- Dije contrariamente muy molesta. -Vé a ducharte Riley- Ordené con autoridad.

-No quie-ro Bells, no yo.. sólo no tengo ganas- Su forma de hablar no era muy entendible.

-Tienes que- Insistí. Este se levanta de la cama y pierde un poco el equilibrio, luego se dirige a su closet y saca de allí una botella de vodka que tenía escondida.

-No Riley- Trato de quitarle la botella, pero este no me deja. La defiende a muerte de mis garras y se aparta de mí. Enseguida abre la botella y bebe un gran sorbo.

-¿Acaso no ves lo que está mal? El alcohol te está matando- Trato de hacerle entrar en razón... Palabras perdidas.

-Te equivocas- Me indica con el dedo índice -Sabes, esto.. esto se ha convertido en todo para mí. Cuando todo el mundo me dio la espalda, esta maravillosa botella de vodka estaba ahí para mí. Digamos.. digamos que el alcohol es mi mejor amigo, y a mi amigos los, los defiendo- Cada vez elevaba más la voz.

-Deberías escuchar la mierda que sale de tu boca- Levanto la voz llegando al mismo tono altanero de él.

-¿Ves algo aquí que no sea mierda?- Dice como puede.. bebiendo más y más.

-Tú y yo no lo somos- Respondo y surge unos segundos de silencio, en los que Riley negaba con la cabeza en total desacuerdo conmigo. -Yo sólo quiero ayudarte- Me acerco hacia él con cautela.

-No puedes- Niega al instante.

-No quiero verte en un ataud por culpa del alcohol. ¿Por qué no te dejas ayudar?- Mi voz sonaba como si le rogara.

-No necesito de tu lastima- Dice muy arisco.

-¡No estoy aquí por lastima, estoy aquí por que te quiero!- Mi tono de voz iba subiendo con mi ira..

-¡Cómo me puedes querer.. eso es mentira!- Dice muy furioso

-Riley, te haces daño- Digo en tono de súplica -¿Por qué no te internas? Necesitas internante, rehabilitarte y todo estará bien- Sugiero y veo como a Riley se le deforma la cara de pura indignación ante mi comentario.. La ira se apoderaba de su persona.

-¡¿Y dices que me quieres?!. Sólo quieres deshacerte de mí ¿Verdad?- Grita descontrolado.

-¡No!- Respondo indignada y dolida ¿Cómo podía pensar eso de mí?

Riley me mira furioso sin darme el menor crédito y enseguida bebe otro gran sorbo de la botella. Yo reacciono a quitarle la botella de las manos, forcejeamos, pero finalmente lo consigo y rapidamente me aparto de él y me dirijo al baño, para vaciar la botella.

-¡¡¡No te atrevas!!!- Advierte con furia a la siga mía, pero yo le ignoro y no dudo un segundo en vaciar la botella por el lavamanos. ¡Listo!

Cuando me volteo, me sobresalto al ver su rostro encima de mí, a escasos centímetros. Nunca lo había visto tan molesto... Por primera  vez, siento temor de Riley. Este Riley definitivamente era un temible desconocido.

*CONTINUARÁ FLASH BACK*

......Riley Biers

 

Bueno chicas aquí les dejo el capítulo 6 y espero que lo hayan disfrutado... No olviden dejar sus votos y comentar, me interesa mucho saber que les parece la historia.. Un besote muy grande. Bye!!!

Capítulo 5: ¡Una Pijamada Memorable! Capítulo 7: Un Idiota con cara de Listo

 
14436259 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10755 usuarios