Oscura Obsesión +18

Autor: psicodElii
Género: Tragedia
Fecha Creación: 19/11/2014
Fecha Actualización: 08/02/2015
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 10
Visitas: 7874
Capítulos: 6

 Isabella es una chica pobre, con pocos recursos, maltratada por la vida y muchos problemas en su joven camino, pero nada de todo lo malo que ha vivido le impide sonreír. ÉL... el hombre mas guapo y doctor exitoso, se ha fijado en ella. Con un gran trabajo, mucho dinero y una vida prometedora, hará todo lo posible y también lo imposible por tenerla a sus pies, despues de todo, él solo la quiere para jugar, luego podrá desecharla como a las demas.

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Holaaaaaaaa mis hermosas lectoras, he vuelto con una nueva historia, creo que esta será una de mis historias mas notables, esta vez he decidido irme un poco mas a lo oscuro, no si se muchas se han dado cuenta que tengo una mente oscuramente retorcida, espero sea de su agrado y que la disfruten a lo largo del camino.

Espero que difruten tanto leyendola como yo escribiendola.

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Esta historia tiene contenido explicito y lenguaje vulgar, será leido bajo la responsabilidad del lector

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Los personajes le pertenecen a S. Meyer. La historia es completamente original.

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Capítulo 2: un nuevo comienzo

 

Me levanté temprano, en realidad aun no amanecia, eran las cuatro de la madrugada, pero si queria llegar a tiempo tenia que irme ahora, tres horas en auto era un suplicio, demas, no tenia para irme en avion, asi cualquier viaje se hace mas facil, aunque, de hecho, nunca me he montado en un avion.

Saqué a Anabella de la casa con la ayuda de Liam y la lleve a su casa, sabia que ellos la cuidarian mejor y teniendola ellos estaria mas tranquila. Con el poco dinero que me quedaba pagué un pasaje hasta Seeatle, llegué exactamente a quince para las nueve, estaba que gritaba por mi eficiencia.

A las nueve en punto ya estaba en la puerta de RRHH del centro clinico San Antonio, me habia quedado pasmada al ver tal clinica frente a mi, era mas de lo que pudiera aspirar alguna vez. Este era mi sueño desde muy pequeña, trabajar en una de las mejores clinicas del pais.

-Isabella Swan? - Levanté la mirada cuando vi a una hermosa mujer enfundada en un traje gris de ejecutiva, unos tacones negros y su cabello impecablemente recogido, me sentia tan pequeña y poca cosa frente a ella.

-Soy yo - me levantè del asiento rapidamente, la mujer rubia con hermosos ojos azules, me miró por encima de sus gafas de pasta negra y esbosó una casi imperceptible sonrisa.

-Adelante - se hizo a un lado dejandome pasar "demonios, si que es alta" quizas le llegaba al hombro cuando mucho. Me senté en la silla mirando a su enorme escritorio organizado e impecable.

La hermosa mujer se sentó detras de su escritorio y empezó a ver un par de papeles, esperó y luego miró detras de mi, bajó la mirada y sacó mi curriculum. Me sentí nerviosa, no era una magister, ni mucho menos me gradué con honores, solo se que me gradué y empecé a trabajar.

-Bien, Isabella. Tienes 26 años, graduada en medicina general, hiciste tu residencia en Fork's en la rama de pediatria, vives en Portangeles. Ok... Dime, por que quieres trabajar aqui? - preguntó alzando la mirada hacia mi.

-Para ser sincera, no sabia que mi curriculum habia llegado acá. Pero para mi sería mas que un honor trabajar en tan prestigiosa clinica. No se si se habrá dado cuenta que no soy de clase alta, mucho menos de clase media. Soy pobre, trabajo para mantener a mi hermana.

-Hermana? - preguntó con curiosidad - cuenteme, de su familia. - pidió amablemente, no se por que queria saber sobre mi familia, si la que trabajaria seria yo. Quizas es para el seguro medico.

-Pues, solo tengo una hermana, mi hermana menor. Tiene 20 años, nació enferma, liquido en su cabeza y DDA*, por falta de ayuda, años despues tuvo un trauma cerebral, y le dio un ACV*. Está en silla de ruedas desde hace diez años. Es mi razon de existir. - Dije soltando por segunda vez a alguien la historia de lo que padecia mi hermana.

-Eso es lindo. Pero tambien debes trabajar y vivir por ti - Dijo dulcemente, me sorprendió que no dijera "lo siento" o sintiera lastima por mi.

-por ahora, mi vida es mi hermana. - Contesté sonriendole, ella miró detras de mi y volvió a bajar la mirada, quizas tenia mas entrevistas que yo.

-Bien, estarias dispuesta a trabajar aqui en Seeatle? - preguntó un poco mas seria, suspiré pesadamente y baje la mirada.

-No lo se. Creo que el pasaje diario seria mas alto que el mismo sueldo y no puedo dejar a mi hermana sola en Portangeles, asi que, creo que no seria muy viable - murmuré triste, "Dios, el empledo de mi vida no podrá ser" pensé agobiada.

-Si, si puede ser - subí la mirada angustiada, no lo habia pensado, en realidad lo habia dicho. Ella sonrió y sacó unas paginas de un cajon - tenemos un nuevo programa para trasladados.

-Trasladados? Que es eso? - pregunté confundida.

-Cuando tenemos empleados que vienen de otros estados o paises, les damos alojamiento. Un apartamento para el empleado y su familia, mientras se instalan y consiguen un lugar nuevo donde vivir.

-y podria traer a mi hermana? - pregunté esperanzada, nada me haria mas feliz que dejar aquella pocilga y rehacer una nueva vida con Anabella.

-Claro que si, tu seguro le cubriria una enfermera o nana, y un medico de cabecera. - Contestó con su voz de negociadora, no sabia que las clinicas podian hacer eso.

-Sería facinante. Pero... En que cargo trabajaria? - pregunté confundida.

-seria doctora en el area de emergencia, medicina general. Estará bajo la supervision de los cirujanos y jefes de linea, necesitamos personal capacitado y su curriculum nos ha llamado mucho la atencion - la miré confundida, por que siempre hablaba de varios y no ella eligiendo?

-Entonces, estoy contratada? - pregunté respirando con dificultad, estaba demasiado emocionada.

-Claro que si, señorita Swan, está contratada. Empieza mañana mismo. Si quiere mandamos un camion a Portangeles para que recoja sus cosas y las traiga a la residencia hoy mismo. - Dijo sonriente.

-No, en realidad no tengo ningun tipo de pertenencias que ameriten un transporte en camion, solo mi hermana y mi ropa, pero prefiero ir yo misma por ella sino es molestia. - Dije algo apenada, ella volvió a mirar detras de mi, fruncio el ceño y volvió la vista a su reloj de mano.

-Bien, se le proporcionará un auto que la lleve a buscar a su hermana y sus pertenencias y las traiga de regreso. - Dijo mientras tomaba el telefono y marcaba dos numeros.

-Muchisimas gracias - susurré, ella levantó un dedo para hacerme esperar mientras hablaba.

-Hola, Emett... Bien, necesito que vengas a mi oficina ahora... Necesito que lleves a una nueva empleada a portangeles por sus pertenencias, empezara mañana y la quiero instalada hoy mismo... Esa misma es... Bien, te espero en 10 minutos. - colgó - ya vendrá mi chofer, él te llevara y te traerá de vuelta.

-No sabria como agradecerle todo lo que está haciendo por mi - Dije con voz timida, mis ojos se estaban inundando con las lagrimas, pero no podia dejarlas salir.

Ella se levantó, rodeó el escritorio, se recostó de este quedando justo a mi lado y de frente a mi, cruzó un tobillo sobre el otro y me sonrió tiernamente, cruzó sus brazos y despues de tomar una respiracion suave habló.

-no me lo agradezcas a mi, quizas tienes un angel que te esta protegiendo. Todos tenemos uno, quizas el tuyo se cansó de verte sufrir - Dijo en un tono suave, confundida quise preguntar algo pero tocaron la puerta. - Adelante!

-Señorita Hale, la niña de la habitacion 302 ya ha despertado - Dijo la voz de una mujer.

-Enseguida voy, Teresa. - contestó esta. - ven, quiero ver como interactuas con niños. - Dijo la rubia que ahora se que se apellida Hale y me levantè para seguirla por los pasillos, despues del ascensor, que se detuvo en el piso 4 entramos a una habitacion decorada de rosado.

Habian flores, globos, y muchos dibujos de princesas, habia una tele de pantalla plana, dos muebles, una mesa con un plato de desayuno y en el medio de la habitacion estaba una camilla con una niña palida pero muy sonriente, vestida de rosa con aparatos y sueros en sus bracitos.

-Hola, tia Rose - Saludó la pequeña con voz quedita y cansada mientras veia a la señorita Hale.

-Hola, mi pequeña princesa. Como amaneciste? - preguntó Hale dulcemente mientras se acercaba, yo me quedé atras viendola interactuar con la pequeña.

-Bien, me duele el pechito nada mas - contestó la pequeña haciendo una mueca graciosa con su boquita.

-Se te pasará pronto, hermosa. Mira, ella es la doctora Swan - Dijo Hale señalandome, la niña me vió y sonrió - Doctora Swan, ella es mi Sobrina - Dijo sonriendole a la pequeña, era hora de interactuar.

Tomando una respiracion larga, dejé que los nervios se me fueran, puse mi cartera en el mueble y a paso lento me acerqué a la cama de la niña, con razon estaba decorada, la niña era importante y tenia trato especial, le sonreí dulcemente a la niña mientras ella me miraba confundida.

-Hola, preciosa - Saludé con voz suave sin invadir su espacio, sabia que podia asustarse con una persona desconocida.

-hola - saludó timidamente.

-como te llamas, princesa? - pregunté con mi sonrisa intacta, ella sonrió un poquito al escuchar la palabra princesa.

-Me llamo Carlie - susurró tapandose con la manta, estaba apenada.

-Carlie... Que lindo nombre, yo me llamo Isabella, pero puedes decirme Bella, si gustas - me acerqué un poco mas cuando sonrió y se destapó, puso la manta en su regazo y levantó la mano para saludarme.

-me gusta Bella - Dijo tendiendome la mano, le estreché la mia y sonrió mas abiertamente.

-y como te sientes, princesa. Te duele algo? - pregunté dulcemente y ella sonrió mas, sabia que le gustaba que le llamaran princesa, era de logica al ver la habitacion.

-Me duele mi pechito - contestó haciendo pucheros

-no te preocupes, pasará pronto. Los calmantes te quitan el dolor y pronto podras salir de acá - le dije sonriendo, ella asintió lentamente y vi un brillito de felicidad en sus ojitos. El telefono de Hale sonó y alejandose contestó.

-Tu seras mi doctora? - preguntó Carlie haciendo pucheritos. Le sonreí al ver lo dulce y tierna que se veia.

-No creo, princesa. Pero si quieres puedo ser tu amiga. Y cuando quieras puedo venir a visitarte. - le contesté acariciando su suave cabello marron rojizo opaco, quizas el tiempo aqui la ha debilitado mucho.

-Si, me gustaria mucho. Puedes venir esta noche a verme? - preguntó con ilusion.

-Yo...

-Claro que podrá venir, amorcito - contestó Hale sonriendole, se habi acercado, no sabia que habia dejado de hablar por telefono - ella vendrá mas tarde, pero ahora debemos irnos. Descansa, mandaré a tu nana en un momento.

-Hasta pronto, princesa - Le dije acariciando su cabellito.

-chao, Bella... Chao tia Rose. - Dijo la pequeña Carlie despidiendose con su manito mientras saliamos de la habitacion.

-Es una hermosa niña - Dije caminando con Hale por los pasillos, tomamos el ascensor y empezamos a bajar.

-Es una hermosura. - Dijo esta sonriente.

-que le pasó? - pregunté cuando estuvimos en el living

-un transplante de corazon, tenia tres años esperando por uno, el año pasado le hicieron el transplante pero hace un mes tuvo una recaida, tuvieron que operarle nuevamente.

-debe ser terrible, aun es muy pequeña para pasar tanto tiempo en una clinica - Dije caminando junto a ella hasta afuera.

-Si, lo se - nos acercamos a un auto grande, hermoso, negro y lindo. Parecia una limosina, frente a ese carro estaba un enorme hombre, parecia un luchador profesional, sus brazos eran del tamaño de mi torso, me intimidaba solo verlo.

-Buen dia, señorita Hale - dijo el enorme hombre sonriendo picaramente.

-Hola, Emett - dijo esta sonriente - ella es Isabella Swan. Isabella él, es Emett, mi chofer - el hombre me tendió la mano y me sonrió juguetonamente, ahora no se veia tan atemorizante.

-Mucho gusto, señor - Dije amablemente, él alzó ambas cejas como sorprendido y asintió sonriendo mas ampliamente.

-Un placer, señorita Swan - dijo él amablemente.

-Debes llevarla a Portangeles y traerla con su hermana y sus pertenencias a la residencia de nuevos empleados - Dijo Hale seriamente, él la miró confundido pero igual asintió.

-Bien. Adelante, señorita Swan - Dijo Emett abriendo la puerta de atras del auto. Me despedí con la mano de Hale y me monté en el auto, Emett cerró la puerta y habló un momento con Hale, despues se montó y sonriendo arrancó.

-Gracias por llevarme a buscar a mi hermana, señor. Es muy amable - Dije algo apenada, por que en realidad nadie haria algo asi por mi.

-No tienes que agradecerlo, es un placer. - Dijo mirandome por el retrovisor, me dediqué a mirar cada detalle del auto mientras el conducia tranquilamente, era un auto hermoso con detalles en madera.

Llegamos a Portangeles tres horas despues, Emett veia cada calle y conducia despacio como tratando de mentalizarse el camino. Le guié casi hasta las afueras de Portangeles y al llegar a la zona residencial mas fea y peligrosa de aqui, le hice detenerse frente a los edificios.

-Aqui vives? - preguntó algo sorprendido cuando me ayudo a bajar.

-Si - susurré bajando la mirada, me sentia algo apenada, no me gustaba que nadie viera donde vivia.

-No te averguences, ya saldras de aqui - me dijo dulcemente - Vamos, busquemos a tu hermana - Me dijo alegremente, asentí y caminé con él detras de mi. Todos mis vecinos le miraban extraño, y era de logica, nadie con traje y ese porte entraba a este lugar.

-LIAM, SOFIA - grité llegando a la puerta de la casa de Liam, esperé un momento y luego Sofia me abrió la puerta.

-Hola, Bells - me saludó maternalmente Sofia dandome un abrazo - y? Lo conseguiste?

-Si, tengo el trabajo, pero debo mudarme - murmuré algo triste cayendo en la realidad, tenia que alejarme de Sofia y Liam.

-Que? Cuando? - Preguntó triste.

-ahora mismo, empiezo mañana, vine a buscar a Anabella - murmuré triste, vi que los ojos de Sofia se llenaron de lagrimas pero sonrió.

-Te dije que la vida te sonreiria en algun momento - me volvió a abrazar y miró a Emett asustada - y tu quien eres? - preguntó altanera, sabia que estaba cuidandome.

-Sofia, el es Emett. El amablemente me trajo para buscar a Anabella y nuestras cosas y llevarnos de vuelta a Seeatle. Emett - miré al grandote - ella es Sofia, es como una madre para mi.

-Un placer, señora - Dijo este tendiendole la mano, Sofia levantó la mano y la estrechó en él algo reticente.

-Igualmente, grandote - Dijo mirandolo de arriba a abajo.

-Donde esta Anabella? - pregunté sonriente.

-Esta jugando con la guitarra, la busco? - preguntó tristemente.

-No, iré por la ropa y la vendre a buscar. Donde está Liam.? - pregunté antes de irme.

-Está comprando comida, viene en un momento - Dijo entrando a su casa. Caminé con Emett hasta mi pequeña pocilga y abrí, él entró detras de mi pero no dijo nada.

-Solo tomaré mi ropa y nos vamos por Anabella - Le dije a Emett rapidamente y este asintió serio. Entré a la habitacion y tomando un bolso empecé a meter la poca ropa que tenia en este.

-Quien es este hermoso hombre?

-Hay Dios, No! - susurré cerrando los ojos. Tomé la ropa rapidamente, la metí en el bolso y salí encontrandome con René comiendose con la mirada a Emett.

-Es el que te tiras ahora, Bella? - Preguntó borracha. Al parecer acababa de llegar, tenia un feo vestido morado todo arrugado y sucio ceñido al cuerpo, su tipico maquillaje corrido y sus sandalias en la mano.

-Callate, René - Bramé caminando hacia Emett, este la miró serio pero lo alejé rapido.

-Ya te aburriste del sexi Liam? Ahora te buscas machos que te dominen? - Hablaba mientras se tambaleaba debido al exceso de alcohol.

-Podrias cerrar la maldita boca? - Bramé enfrentandome a ella.

-Eres una pequeña perra - Dijo con malicia - nadie te quiere mas que para follar contigo - miró mi bolso y frunció el ceño - a donde vas?

-Me largo... Y me llevo a Anabella. Ahora ve que demonios haces con tu miserable vida - Bramé dandome vuelta.

-Entonces te follas a este tipo y a cambio él te saca de aqui? Bien. Pero ten algo siempre presente Isabella. Eres una maldita perra sin gracia y nadie te va a querer por lo que eres, porque en realidad no eres nada - Bramó riendose de mi. Tome una respiracion rapida y salí de la casa corriendo.

-Isabella, Isabella espera! - Me detuve y me di vuelta para ver a Emett, él estaba serio, agarró mi cara y limpió las lagrimas que no habia visto que habia derramado. - No le creas nada, eres una linda persona, ella no sabe lo valiosa que eres.

-Nadie me quiere, Emett. Ella siempre tuvo razon, no soy nada. Solo me quiere mi hermana y porque nisiquiera sabe en que realidad vive. - Dije de forma brusca.

-Eso es mentira. Tu vales mucho, ella solo esta celosa de ti. Ok? No le creas nada. - Dijo serio mirandome a los ojos.

-Esta bien - susurré limpiandome las lagrimas.

-Bella? - Me giré para ver a Liam detras de mi bastante serio.

-Liam, hola... - me lance a él y le abracé.

-Estas bien? Que te paso? - Preguntó mientras me abrazaba protectoramente y acariciaba mi cabello.

-Estoy bien. Es que... Tengo que irme. Me iré a Seeatle.

-Que? - Preguntó confundido. Le expliqué todo lo del trabajo a Liam, mi cargo, la residencia de nuevos empleados, los cuidados para Anabella y lo mas importante, alejarme de René. Muy a regañadientes dejó que me fuera.

-Liam, él es Emett, tambien trabaja para la clinica. Me trajo para buscar a Anabella. - Ambos estrecharon manos pero al igual que Sofia, Liam le veia reticente.

-Bien, si no la cuidas te mataré, y no me importa que me dobles el tamaño, grandote - le dijo Liam en su tono sobreprotector.

-no te preocupes, amigo. La cuidaré bien - Contestó Emett sonriente.

-Vamos por Anabella, debo volver pronto - Dije caminando a casa de Sofia, entré y vi a Anabella en la sala jugando con su guitarra rosa. - Hola, preciosa - saludé agachandome frente a ella.

-Bella! - exclamó apretandome fuerte. - juego con guitada - Dijo feliz.

-me alegro, hermosa. Quieres dar un paseo? - pregunté y ella sonrió feliz.

-Si, paseo, paseo. - gritó como pudo.

-Bien, despidete de Liam y Sofia. Vamos a pasear - Sofia y Liam se desvivieron en besos y abrazos con Anabella y despues de unos cuantos sollozos de Sofia saqué a Anabella de la casa, cuando llegamos al auto, Anabella sonrio.

-Lindo - Dijo feliz.

-Mira, Ana. él es Emett, mi amigo - Dije dulcemente, ella lo miro y medio estiró su brazo para saludarlo, cuando Emett estrecho su mano casi se cae cuando Anabella le jaló hacia ella.

-Amigo, Bella... Amigo Ana - Dijo ella abrazandolo fuerte.

-Para ser tan... Pequeña. Tiene mucha fuerza - Dijo Emett tratando de respirar.

-aun no entiendo su fuerza, pero siempre ha sido asi. - Le dije sonriente, me acerqué a Ana cuando Emett se quitó hice a cargarla pero enseguida él me detuvo.

-Dejame hacerlo - Emett la cargó con una gran facilidad, como si mi indefensa hermana no pesara mas que una pluma, la dejó dentro del auto y metió la silla en la cajuela. - tu siempre la cargas y la cuidas? - preguntó cuando subimos al auto, esta vez subi adelante con él.

-Si, soy la unica persona que está pendiente de ella. Yo la baño, la cargo, la duermo. Sofia y Liam me ayudan a veces cuando no puedo, pero no me gusta abusar de ellos.

-y esa mujer en tu casa, es tu madre? - preguntó algo serio. Suspiré y miré por la ventana, luego miré a Ana que venia envelezada con el paisaje abrazando su guitarra, jamas la habia sacado mas lejos de la cuadra de la casa.

-Si, lamentablemente si. Pero, dejó de ser mi madre hace muchisimo tiempo. - murmuré viendo nuevamente por la ventana.

-Y tu padre? - preguntó luego de un rato. Jamas habia hablado con nadie sobre mi familia pero Emett me inspiraba confianza.

-Él... Se fue cuando nació Ana. Cuando supo que tuvo una hija enferma se alejó. Bastante tuvo con tenerme a mi. No queria criar enfermos. Luego de eso René se volvió alcoholica dejandome sola con apenas 6 años y una bebé enferma.

-tuviste una vida dura - murmuró mirando fijamente la carretera.

-Ni te lo imaginas - susurré recordando todo lo malo que ahora iba a olvidar.

-Quizas ahora puedas buscarte un tipo rico que te ayude a salir adelante y...

-No! - Dije rapidamente algo molesta - no soy una caza fortunas, mucho menos interesada. Trabajo honradamente para cuidar de mi hermana, no necesito de algun adinerado ni de cualquier hombre para sobrevivir, yo sola he sabido sacarnos adelante - bramé seriamente.

-lo siento, no quise ofenderte - contestó apenado, nisiquiera le respondí, una cosa era que supiera que soy pobre, que tengo una hermana enferma, una madre alcoholica y que tengo una vida mediocre, pero no que me crea interesada ni caza fortunas. Bastante tengo con los ataques de René.

Llegamos a Seeatle al rededor de las cinco de la tarde, Emett nos llevó directo a la residencia y me sorprendí hasta el punto desmayarme. No era una residencia, era un apartamento tipo mansion y era completamente nuestro, era como meter cinco veces mi pocilga y aun quedaba espacio.

Tenia una enorme sala con muebles de cuero negro, una mesa de centro, cuadros abstractos y una tele de pantalla plana, jamas creí ver una, mucho menos tenerla. La cocina era enorme, era de marmol, toda la linea gris empotrada, cocina, nevera, microondas y muchas cosas que solo se veian en las tiendas.

Tenia una mesa de comedor pequeña, vidrio redonda con cuatro asientos haciendo contraste con la enorme cocina, y una despensa llena con toda la comida que jamas pensé en comer, comida que solo se ven en los restaurantes mas caros del mundo.

Tambien tenia dos habitaciones al final de un pasillo, cada una con cama, armario y baño propio, una de las habitaciones tenia cama ortopedica, andadera, y varios juegos para mejorar la motricidad, supuse que era para Anabella, la habitacion de ella tenia una tv propia.

Habia un baño en el pasillo, y un cuarto con lavadora y secadora. Era increible, jamas habia tenido una lavadora, mucho menos una secadora. No podia creer lo que esa clinica hacia por sus empleados nuevos, estaré en deuda con ellos de por vida.

Despedí a Emett despues de que me enseño la casa y grité de felicidad hasta que me cansé, o bueno hasta que las lagrimas de alegria junto con el llanto de tristeza mezclado con la alegria contenida me embargaban por completo. Preparé comida para mi y Ana y por primera vez comimos hasta quedar satisfechas y nos dimos el lujo de dejar comida en nuestro plato.

Deje a Ana en su cuarto, la acosté y le prendi la tele, claro despues de batallar para saber donde se encendia. Salí de la casa sabiendo que Ana estaria bien y cerré con llave, eran las seis de la tarde, pero le prometi a la pequeña Carlie que la iria a ver y tenia que agradecerle a la señorita Hale por este trabajo, aun no empiezo y ya han hecho feliz a mi hermana y a mi.

-creo que mi suerte ahora si esta cambiando.

 

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Aqui les dejo el segundo capi.... espero les guste mucho.

Capítulo 1: Una nueva oportunidad Capítulo 3: Segundo encuentro

 


 


 
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