EPÍLOGO
Habían pasado 100 años desde que Ethan se casó, cuando volvió de luna de miel nos dio la noticia que Susan estaba embarazada, así que esperarían a que naciera el bebé para la transformación, todos estábamos felices, Dios, sería abuelo y la sonrisa de mi cara nadie me la podía cambiar, o eso creía hasta que un mes después mis dos hijas anunciaron sus embarazos, ahora si no podía ser más feliz, tenía ganas de reír todo el tiempo, de cantar, de tocar el piano y eso hice, les compuse nanas a mis nietos, una por cada uno.
Sophie nos sorprendió con gemelos, dos niños preciosos. Carlie con una nena hermosísima y Susan con mellizos, una nena y un nene.
La familia había crecido enormemente y con mis cinco nietos parecía que mi corazón seco iba a estallar de felicidad.
Mis nietos también eran semi vampiros, semi vampiros – lobos, semi vampiros – ángel. Ya después tomarían ellos mismos la decisión sobre su inmortalidad, si querían convertirse en vampiros con toda regla o tomarían la decisión de seguir a su otra mitad de herencia genética, de todas formas serían inmortales y serían amados siempre.
Gracias a mi Bella en su papel de princesa de los vampiros las razas han estado como nunca antes unidas y en paz y con las alianzas de nuestros hijos y los nacimientos de nuestros nietos las cosas no pueden ser mejor, incluso hay varios humanos que formaron un grupo alrededor del mundo que conocen de nuestro mundo y están trabajando concienzudamente para que de a poco todas las razas en un futuro puedan convivir sin esconderse y sin temores. Ahora estábamos todos reunidos en Forks, Charlie murió cuando mis nietos tenían diez años de edad y a los pocos meses Renne se reunió con él.
Ahora los estábamos visitando como lo hacemos cada año, claro que tenemos cuidado, ya no queda nadie que nos pueda reconocer, pero todavía cuentas historias acerca de los Cullen y de Bella en el pueblo, de cómo una jovencita volvió loco de amor al joven millonario y excéntrico de los Cullen.
Después de despedirnos nuevamente de mis suegros nos fuimos nuevamente a nuestra casa, hoy celebraríamos el amor eterno en el cielo de Charlie y Renne a la manera Cullen. La fiesta fue maravillosa y bailé toda la noche con la mujer más hermosa del mundo: mi Bella, mi esposa, mi diosa, mi mujer.
Bueno bueno, el final de esta historia adios a los conejitos en primavera...
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