Llegue a la piscina y Emmett y Rosalie ya estaban en ella, jugando, a su lado había una pareja en tono cariñoso, sonreí de medio lado cuando vi a mi prima Alice y su perrito faldero, quise decir a su novio Jasper.
Edward no me había soltado, es más su mano había bajado y ahora mismo la tenía a media cintura. Respiraba como podía.
-Oh, Belli-Bells- grito Alice cuando me vio.
La salude lo más afectuosa que pude, teniendo en cuenta que ella estaba en la piscina y yo en la orilla.
-Bells, ven-grito Emmett desde el otro extremo de la piscina.
Asentí y como excusa me volví a dejar la toalla. Escuche como el agua salpico, y luego la sentí. Edward se había tirado como una bala de cañón en la piscina.
Suspire cuando metí los pies al agua.
Vamos hacer honestos, yo le temía a una piscina, al mar o todo lo que se le pareciera, mi peor temor era morir ahogada, como en las películas. Lo que más me dolía de la película del Titanic era como había muerto miles de personas ahogadas. Sé que era tonto, teniendo en cuenta que era una piscina poco profunda, y había 5 personas más conmigo, pero me era imposible.
-Eh, Bella- decía Edward al frente de mí-. Vamos, adentro- dijo mientras removía el agua.
Desde el otro lado podía ver a Emmett Y Rosalie jugando con Jasper y Alice.
-Vamos, yo también quiero jugar- seguía diciendo.
-Um… No me apetece, gracias- saque los pies y camine hacía las sillas.
-¿Por qué?- pregunto mirándome con curiosidad.
-Porque…me duele un poco la cabeza- mentí.
-Miente-grito desde el otro lado Alice.
Maldita sea.
-Ah Bella no le gustan las piscinas- seguía gritando.
-Oh si es por eso, vamos- salió de la piscina con paso firme.
-Qué piensas hacer, Edward- pregunte mientras me ponía en pie.
-Nada, solo que te vas a dar un baño.
-¿Qué? No, no, no, estas mal- prácticamente gritaba.
-Oh vamos Bella, nada va a pasar, no te vas a ahogar, la piscina no es muy profunda y además yo no lo permitiría- decía mientras se acercaba más.
-Que no- dije firme mientras veía como la chica que me había recibido, Tanya, me miraba con el ceño fruncido.
Esta pequeña acción me distrajo lo suficiente para que Edward me agarra por la cintura y arrancara a correr por todo el patio conmigo en sus espaldas.
-Bájame, Edward, bájame- le está rogando, le estaba rogando y no hacía nada.
-NO, ya te dije nada va a pasar.
Y antes de que pudiera decir algo caímos en la piscina, causando lo mismo que cuando se zambulló solo.
Cerré los ojos con fuerzas y trate con todas mis fuerzas no pensar donde estaba hasta que no estuviera en la superficie. Cuando todo se hubo calmado comprendí que el agua me quedaba casi hasta el pecho, no había peligro.
Pero de todas formas sentía una rabia homicida, ganas de pegarle a alguien por hacerla pasar por ese susto tan tremendo.
Le pego al pálido y musculoso pecho de Edward.
-Como te atreves idiota- gritaba mientras le pegaba.
Él solo pudo reír como un loco, mientras se cogía las manos con delicadeza.
Como vio que era misión imposible se arrastró lejos de mí.
¡Cobarde!
Pero cuando intente seguirle me fue imposible, teniendo en cuenta que yo le quedaba por el pecho a él, la piscina era más onda en la parte donde él estaba por lo cual yo no lo alcanzaba, pero él sí.
-Eres un idiota- grite, olvidándome por un momento que estaba aquí tratando de dar una buena impresión a los padres de Rosalie y precisamente los mismo de Edward, que yo no conocía a ese chico de nada y que tenía muchos ojos sobre mí.
-Lo siento, nena- Edward nado hasta donde estaba y tomo mis manos-. En serio no era mi intención asustarte, solo quería que te divirtieras un poco, juro que no va a volver a pasar. Lo siento, nena- repitió, esta vez en tono cariñoso-. A demás ya te dije que no iba a dejar que te pasara nada.
Me derritió por completo, por favor como seguir enojada cuando te pone ojitos de osito de felpa.
-Vale, pero que no vuelva a pasar- conteste.
Me apretó las manos mientras les daba un beso.
-Gracias. Ahora que sabes que nada va a pasar ¡¿Jugamos?!
-Claro.
Alice se montó en la espalda de Jasper, Rosalie en la de Emm. Edward me sonrió de medio lado y me hizo una señal con la cabeza, en menos de 5 minutos estaba en su espalda, jugando con los chicos y divirtiendo como no lo había hecho durante meses.
|