LOS HERMANOS MACMASEN (+18)

Autor: lololitas
Género: Aventura
Fecha Creación: 27/08/2013
Fecha Actualización: 17/11/2013
Finalizado: SI
Votos: 24
Comentarios: 390
Visitas: 103230
Capítulos: 57

"FANFIC TERMINADO"

 

Tres hermanos, tres guerreros, unidos no solo por sangre sino  por una fuerza más poderosa, por culpa de una malvada hechicera, Durante trescientos años, han permanecidos alejados del mundo, ocultando al vengativo dios que llevan prisionero en sus almas, pero muy pronto las cosas cambiaran, una épica guerra entre el bien y el mal se avecina, Edward, Emmett y Jasper deberán luchar no solo contra el mal que los ha asechado toda su vida, sino también contra el amor y la pasión que se encontraran en el camino

Todo el poder, la pasión y la magia de los legendarios guerreros de Escocia atados al juramento de luchar por la victoria en la batalla y en el amor.

 

 

adaptacion de los personajes de crepusculo con el libro "Serie Highlander la espada negra de Donna Grant"

 

 

 

 

mis otras historias

 

“PRISIONERA DE GUERRA” http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3899

 

“UN AMOR DE LEYENDA” http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3945

 

“CALAMITOSA” http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3946

 

“EL DIABLO” http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3945

 

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Capítulo 1: EL COMIENZO

Hubo una vez una tierra de leyenda, de tradición. Una tierra llena de magia y esperanza, a pesar de que las tribus celtas luchaban las unas contra las otras. Pero todo aquello acabó con la llegada del imperio romano a sus orillas.

El todopoderoso imperio de Roma, en su intento por dominar el mundo, poco a poco se abrió camino a lo largo de Gran Bretaña. Hasta que llegó a las tierras altas y se encontró con un enemigo como ningún otro. A pesar de sus victorias, nada de lo que los celtas pudieran hacer haría que Roma abandonara sus queridas tierras.

Agotados todos los recursos, los celtas se volvieron hacia sus leales consejeros y aliados, los druidas.

Respetados y reverenciados, los druidas eran como cualquier otra sociedad. Su magia provenía de la tierra en su más pura esencia, pero había algunos que querían más: más poder, más control, más de todo.

Inevitablemente, los druidas se dividieron en dos sectas. Los mie siguieron fieles a su magia y continuaron curando a los enfermos y ofreciendo su conocimiento a los líderes de los clanes. Los drough, sin embargo, eligieron los sacrificios humanos y la magia negra para incrementar su poder.

Eran los drough los que tenían las respuestas a los problemas de los celtas.

Los mie advirtieron a los líderes tribales sobre el uso de la magia negra, pero los celtas sabían que su fuerza contra los romanos estaba cediendo. Así que los celtas reunieron a sus mejores guerreros y permitieron que los drough hicieran sus hechizos y llamaran a los dioses, que llevaban largo tiempo enterrados en el infierno; unos dioses que, en el pasado, habían dominado el mundo con brutales tácticas y violentos fines.

Pero ellos eran los únicos que podían derrotar a Roma.

Los dioses, por fin liberados, atendieron con urgencia la llamada de los druidas y se introdujeron en el cuerpo del guerrero más feroz de cada clan. Aquellos guerreros, con la ayuda de los dioses que llevaban dentro, atacaron a cada romano con el que se encontraron. Las batallas se sucedie­ron, una tras otra, hasta que, finalmente, Roma abandonó Gran Bretaña.

Aun así, los dioses seguían sedientos de sangre, seguían hambrientos de batallas. Con los romanos expulsados, los guerreros se enfrentaron los unos contra los otros... y contra cualquiera que se interpusiera en su camino. Los ríos y las tierras se volvieron rojos por la sangre de los celtas, y la muerte flotaba en el aire.

Los drough, al darse cuenta de que su magia era insuficiente, se unieron a los mie, pero nada de lo que ambas sectas hicieron pudo devolver a los dioses a sus prisiones en el infierno. Los dioses se negaban a renunciar a poseer a los guerreros y se hacían más poderosos con cada latido, con cada muerte, hasta que los guerreros dejaron de ser los hombres que una vez habían sido.

Se convocó una asamblea de druidas. Desde que se produjera la separación, no se había convocado ninguna. La magia hizo palpitar la tierra cuando decidieron dejar a un lado sus diferencias y sus luchas para encontrar un modo de ayudar a los celtas. Pero la magia de los druidas no pudo liberar a los guerreros.

Incapaces de volver a encerrar a los dioses, los druidas mezclaron la magia con la magia negra para crear un conjuro que enterrara a los dioses, congelándolos en el interior de sus huéspedes. Los guerreros volvieron a ser los hombres que una vez habían sido y siguieron con sus vidas sin ningún recuerdo de las atrocidades que habían cometido. Sin embargo, dentro de cada guerrero un dios esperaba. Con cada generación, los dioses fueron pasando de guerrero en guerrero, transmitiéndose así eterna­mente como parte de la línea de sangre.

Y así nacieron «los guerreros».

Los druidas, sabedores de lo que habían creado y de lo que podía suceder en el futuro, siempre estaban al lado de los guerreros. Siempre vigilando. Incluso cuando la fe de los druidas, todo lo que eran, les hizo esconderse por miedo a morir, no tuvieron otra alternativa que seguir vigilando. Toda la humanidad estaba en peligro.

La verdadera historia de cómo Roma salió de Gran Bretaña se olvidó. Se convirtió en una leyenda, en un mito de los celtas, que repetían la historia una v otra vez. Solo los druidas sabían la verdad.

Entonces, una drough encontró unos manuscritos ocultos. Con más ansia de poder que ningún otro drough antes que ella, Tanya liberó a los dioses y los controló, lo que le proporcionó el ejército que necesitaba para dominar el mundo y convertirse en la diosa ante la que todo hombre se arrodillaría.

Los manuscritos, sin embargo, solo hablaban de un clan, los MacMasen.

Tanya puso toda su atención en el clan MacMasen. Por ahí empe­zaría..

Capítulo 2: UNO "EL BESO DEL DEMONIO"

 
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