Amor por Obligación (+18)

Autor: neni_bella
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2012
Fecha Actualización: 28/04/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 32
Visitas: 37500
Capítulos: 20

ESTE FIC HA SIDO DESACTIVADO POR FALTA DE ACTUALIZACION SI QUIERES CONTINUARLO COMUNICATE CONMIGO MEDIANTE UN MENSAJE DE LO CONTRARIO SERA ELIMINADO

ORPHA

 

Bella, una chica de 14 años que para salvar el trabajo de su papá tiene que hacer todo lo que Edward Cullen le diga, y aunque el tenga 24 años y sea un sádico, mujeriego, violento y un vampiro tal vez.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 5: Mi Infierno

capitulo v: mi infierno

Sabia que lo que vendría seria terrible, pero valía la pena ¿no? Lo hacia por alguien que amaba, iba a ir a el infierno por amor…

 

Cuando Edward me tiro prácticamente hacia dentro del auto, pude sentir el fino asiento de cuero en mi cara, había caído boca abajo.

 

-Muévete- Me dijo Edward para poder meterse al auto.

 

-Jorge, vamos a la casa- Dijo el dirigiéndose al chofer- Ahora tu- Menciono señalándome a mi.- Quiero que llames a tu madre y le digas que iras a casa de cualquier amiga.

 

-Yo no tengo amigas- Dijo tratando de engañarlo, aunque sabia que era en vano.

 

-Vamos Bella no me hagas enojar, sabes que no me veo bien molesto ¿cierto?- Pude ver en sus ojos que decía la verdad y en estos momentos lo menos que quería era perder mi brazo.

 

Tome el teléfono que Edward tenía en su mano y marque el número de mi casa.

Pero antes de marcar la tecla de llamada Edward me arranco el teléfono de la mano.

 

-Quiero que le digas, que te quedaras a dormir unos días- Me dijo mientras me miraba fijamente.

 

-¿En donde?- Pregunte yo inocentemente.

 

-Pues donde mas crees tu Bella- Dijo mientras me lanzaba el teléfono a la cara, me dieron unas ganas horribles de devolvérselo pero con mas fuerza.

 

Marque nuevamente el número de mi casa, escucha el repique durante unos momentos y después mi madre contesto.

 

-Alo- Contesto mi madre, quería decirle que me ayudara estuve apunto pero al ver lo ojos de Edward puestos en mi fijamente no me atreví.

 

-¿Mama?- Pregunte yo, aunque sabia perfectamente que era ella.

 

-Bella, Cariño donde estas que no has llegado, teng tu…- Pero antes de que pudiera terminar de decir  algo yo la corte.

 

-Mama estoy en casa de una amiga, y creo que me quedare un par de noches- Dije sin pensarlo, en realidad creo que mi madre no se opondría, ella llevaba tiempo insistiendo en que llevara amigas a la casa decía que necesitaba estar mas con chicas de mi edad y eso era un problema, hubiera preferido en estos momentos que mi madre fuera la personas mas conservadora de este mundo.

 

-Oh, cariño eso es genial- Grito mi madre prácticamente- ¿Como se llama tu amiga?- Pregunto pero todavía podía oír su tono de voz alegre.

 

Eso si que no me lo esperaba, no sabía que podía decir, la verdad es que apenas tenia amigas, creo que las chicas de mi salón eran muy tontas, la única con la que me llevaba bien era Ángela, si le diría a mi madre que era ella.

 

-En casa de Ángela- Espere a ver si respondía- Recuerdas que una vez te hable de ella.

 

Eso de que alguna vez le había hablado de Ángela era verdad pero fue hace  tantos años, que ni yo misma podía recordar bien.

 

-Así, si, si cariño ya recuerdo- Dijo mi madre en tono de afirmación.

 

Sabía perfectamente  que era mentira, mi madre no podía recordar ni su cumpleaños menos recordaría eso, supuse que lo dijo solo para no quedar como mala madre.

 

-Si, bueno mama, tengo que irme, un beso te quiero- Dije tratando de colgar rápido.

 

 -Chao, cariñ…- Pero corte la comunicación, hablar me ponía peor por que la verdad es que no sabia cuando volvería a verla.

 

-Perfecto- Escuche decir a Edward en un murmullo. Y vi que después de eso se dedicaba a observar el hermoso paisaje que para mí en estos momentos era espantoso, por que sabía que era el camino al infierno que sabía que estaba preparado para mí.

 

Sentí como recorríamos la ciudad, ni siquiera sabia adonde iría, no sabia cuando volvería ver a mi padre, su hermosa sonrisa, no sabia cuando volvería sentir sus abrazos, ni a mi cariñosa madre,  no sabia cuando volvería  a oír sus buenos días, no sabía ni siquiera que pasaría conmigo.

 

Sentía como las lágrimas caían por mis ojos solas, como me encontraba yo ahora y sabía que tenía pocas probabilidades de poder escapar. Si mi madre pensaba que estaba en casa de Ángela no se preocuparía por buscarme en un buen tiempo y mi padre bueno, si mi madre le decía que todo estaba bien el se quedaría con eso.

 

Cuantos mas pensamientos venían a mi mente, mas lagrimas podía sentir, gruesas y tibias lágrimas resbalaban por mi cara.

 

-Vamos, Bella ¿cariño que te pasa?- Dijo Edward en un tono suave, mientras colocaba su mano sobre la mía, ante esto solo la moví para retirar mi mano pero Edward me lo impido tomándola con fuerza. Pude sentir era fría y dura como el granito, pero por otro lado se sentía bien aunque no quisiera admitirlo.- Deja de llorar, me molestas.

 

Como podía ser alguien tan cínico y terrible como lo era el, ningún ser en la faz de la tierra podía ser tan malo y mounstroso y me sentía peor al saber que ese mounstro me tendría raptada por cuanto tiempo el quisiera y podría hacer conmigo lo que el deseara.

 

-No va hacer tan malo, mientras tu te portes bien- Me dijo mientras acariciaba mi cabeza como un dueño lo hace con su perro. Me preocupe cuando menciono ese “Tan malo”, Yo no quería ser la mascota de nadie, ni tampoco quería que hiciera conmigo lo que el quisiera, sabia que ni siquiera me había tocado y yo ya me sentía como una muñeca, una sucia y fea muñeca usada y botada al infierno.

                                                                                                  

 

Estuve tan metida en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que habíamos llegado a una grande y hermosa mansión, aunque en este momento la cosa mas hermosa y pura me parecía horrible. Y sabía que esto ni siquiera era el comienzo.

 

-Vamos Bella- Dijo este mientras me sacaba a la fuerza del auto- No tengo todo el tiempo del mundo.- Me dijo mientras sentía que me cargaba solo de un brazo, en este ya se podía ver una horrible hematoma, con la forma de sus dedos.

 

Entramos a la magnifica mansión de Edward Cullen, era la casa mas hermosa que allá visto en mi vida, tenia mármol, las escaleras eran de un precioso hierro forjado, había cuadro y espejos por todos lados, aunque sabia que la casa era de lo mas hermoso, no lo quería admitir por que sabia que esta seria mi prisión por un tiempo indefinido.

 

-Ve al piso de arriba segunda puerta a la derecha, ese es mi cuarto- Me dijo mientras retiraba su apretada mano de mi brazo- Date una ducha y después veremos como nos divertimos- Me dijo mientras me dirigía una de sus sádicas sonrisas.

 

Esto me asusto tanto que me quede parada en medio de la entrada, viendo al vació ¿que podía esperar ahora?, sabia que esto no iba a ser ni fácil ni bonito, pero era mas difícil cuando Edward lo decía así, no quería subir, si subía seria mi sentencia, pero ya estaba aquí en su casa en su terreno, no tenia escapatoria, aunque podía luchar. Sabia que mi lucha seria en vano y el terminaría ganando.

                   

Con una estupida idea que se me vino a la mente subí las escaleras lo mas rápido que pude, según el me había dicho su cuarto ¿era el segundo a la derecha no? Pues yo no iría a ese, me escondería en otro cuarto, no dejaría que el me encontrara tan fácil.

 

Me metí en el tercero a la izquierda, estaba todo oscuro, cuando busque el interruptor de luz, lo encendí y pude ver mejor la habitación, era hermosa, una gran cama con doseles, un gran armario, aunque estaba vació, una hermosa lámpara en la mesa de noche. Y…

Pero no pude ver mas por que escuche la voz de Edward llamándome.

 

-Bella, Cariño- Dijo con voz cansada- No estoy para juegos.

 

Corrí hasta la puerta coloque el  pasador, y después empecé a poner al frente de la puerta todo lo que encontraba. Una mesita, una silla, me sentía como en la película donde en asesino persigue a la chica que esta encerrada en la mansión.

 

Después de colocar todo lo que encontré en la puerta, corrí a esconderme en el amplio baño.

                                        

Escuche como tocaba la puerta.

 

-Vamos Bella sal de ahí, antes de que me moleste- Dijo con voz calmada.

 

No pensaba moverme de ahí, con mi estupido arranque de “inteligencia”, por venir a esconderme aquí, había olvidado lo horrible que podía ser Edward molesto pero ya era muy tarde para arrepentirme, se que esto tardaría un rat…

 

-Maldita seas Bella- Escuche su voz dentro del cuarto.

 

Pe...pero como? Si yo había cerrado la puerta y…

 

-Vamos sal de ahí- En un abrir y cerrar de ojos Edward me tenia tomada por ambos brazos.

 

-¿Así que quería jugar Bella?- Dijo mirándome directamente a los ojos. Pude ver que se habían oscurecido- Ahora es que va a empezar el juego.

 

Cuando apretó mas su agarre, la hematoma que ya tenía dolió tanto que lagrimas gruesas empezaron a salir solas de mis ojos, no podía controlarlas.

 

-Ves cariño, te dije que esto no iba a pasar si te portabas bien- Iba diciendo mientras me arrastraba, supuse que a su habitación- Pero no la bebe tenia que ponerse fastidiosa.

                                                                                             

En su cuarto me lanzo hacia la cama, caí en posición boca arriba pero apenas mi cuerpo toco las suaves sabanas, trate de correr pero Edward me había alcanzado y me había vuelto a lanzar, pero antes de que pudiera intentar correr o hacer algo, este se puso sobre mí.

 

Sentí como sus mano aprisionaban las mías sobre mi cabeza y sus piernas atrapaban las mías, dejándome en una posición sin escape ¿que mas podía hacer? Lo único que me quedaba era moverme mucho para que el no pudiera tocarme.

 

Pero mientras mas me movía, con mas fuerza sus manos aprisionaban las mías, al igual que mis piernas. Estaba casi segura de que las hematomas ya se hacían visibles en mis muñecas.

 

-Por favor- Intente suplicarle, pero me era difícil por que las lagrimas habían empezado a salir de mis ojos y vi voz apenas se escuchaba.- Haré cualquier otra cosa.

 

-Bella, no te deje claro hace un rato, que cuando me hablas así solo me haces desearte mas- Me dijo mientras empezaba a besar mi cuello.

 

Ya casi mis movimientos eran imposibles, Edward me tenía tomada con tanta fuerza que mi cuerpo estaba adolorido.

 

-Vamos Bella, no será tan malo- Dijo mientras bajaba de mi cuello hasta el área de mis senos.

 

-N…- Pero mi grito fue callado por sus labios, tenia que admitir que eran deliciosos, pero que diablos estaba diciendo este mounstro estaba apunto de violarme.

 

Sus labios siguieron besando, lamiendo y mordiendo mi boca, se sentía tan bien que por un momento mis manos dejaron de forjar y quería ser soltadas pero solo para acariciar su hermoso cabello.

 

-Mmm suelta…- Le dije a Edward entre beso y beso.

 

Y  este pareció captar el mensaje ya que soltó mis manos y libero mis piernas, cuando estas estuvieron libres, me di cuenta de que podía intentar golpearlo pero su boca sobre la mía se sentía tan bien que estaba dudando.

 

Vamos Bella que te sucede es un violador. Y en un momento que Edward bajo sus labios hasta mi cuello, aproveche y le propine un golpe en la cabeza.

 

Este sorprendido cayó a un lado de la cama. Ahí  aproveche, me levante corriendo y salí de la habitación lo más rápido que pude. Aunque pude oír antes de salir una maldición por parte de Edward.

                                        

Cuando llegue a la puerta principal iba abrirla pero una mano me lo impidió.

La reconocí de inmediato, pero antes de poder decir algo, la mano de Edward me tomo por el hombro y me volteo con tanta fuerza que mi espalda se golpeo con la puerta.

 

Ya de frente pude ver la cara de Edward parecía un demente, sus ojos ahora oscuros me miraban con tanta rabia que hicieron que se me erizaran los bellos del cuerpo.

 

-Edward yo- Pero este me corto tomándome con fuerza por el cuello, pude sentir como mis pies abandonaban el suelo.

 

-Te lo dije cariño- Me dijo mientras apretaba tanto su agarre que ya no tenia aire- No me hagas enfadar por que no me veo bien.

 

Pero ya casi me costaba oír, la respiración me faltaba, mis sentidos estaban ya perdidos, no entendía lo que pasaba a mi alrededor. Pero antes de que perdiera el conocimiento Edward me soltó. Por un momento pensé que se había apiadado de mí, pero estaba más que equivocada.

 

Cuando sus manos me volvieron a tomar con demasiada fuerza por lo brazos y me le lanzaron a un extremo del salón.

 

-Ahora Bella- Me dijo mientras se me acercaba y me tomaba por el cabello y me levantaba por este- Quiero que te portes bien, por que te aseguro que puedo ser muchísimo peor que esto.- Pude ver en sus ojos como decía la verdad.

 

La lagrimas que habían caído por mis ojos, volvían a salir de estos, no podía controlarlas.

 

-Cállate- Rugió Edward mientras me llevaba a su habitación de nuevo, tomada por mi cabello.

 

Podía notar lo molesto que estaba nada más con solo verlo, sabia que estaba en problemas. Mas lagrimas llegaron a mis ojos pero antes de que pudieran salir Edward azoto mi cara con una cachetada.

 

-Te dije que te callaras- Grito mientras abría la puerta de la habitación y me lanzaba de nuevo en la cama.

 

Ya no tenia fuerzas para moverme e intentar huir y sabia que seria en vano, Edward podía alcanzarme en cuestión de segundos, no sabia como lo hacia pero podía hacerlo eso era la cuestión.

 

Sentí su peso sobre mi, sabia que ahorita venia lo peor por que lo que había ocurrido allá abajo no se compararía con lo que venia ahora.

 

Sus manos aprisionaron de nuevo mis muñecas, pero esta vez con mucha mas fuerza.

 

-Esta vez Bella, espero que no se te ocurra volver hacerme lo de hace un momento por que esta vez no seré tan bueno- Dijo mientras comenzaba a besarme.

 

Esta vez las lágrimas de mis ojos eran de dolor, no por miedo ya me había acostumbrado al sentimiento. Aunque en estos momentos todo me dolía, sabia que en mi cuello ya habían hematomas, mis muñecas ya no las sentía y mis cachetes ardían por la horrible cachetada que Edward me había propiciado.

 

-Eres un monstruo- Le dije mientras el besaba el inicio de mis senos.

 

Otra cachetada para mi cara, pero Edward no se veía nada molesto.

 

-Oh, Bella cariño, soy tu monstruo personal- Dijo mientras lamía mis pechos- No te parece lindo-

 

No entendía como alguien podía ser tan asqueroso, tenia nauseas. Luego de un rato un grito salio de mi boca cuando Edward arranco la camisa manga larga que llevaba desde esta mañana, dejándome solo en mi ropa intima. Pude ver como sus ojos brillaban de lujuria.

 

Una de sus manos recorría mi cuerpo mientras la otra sostenía mis muñecas. Mientras besaba mi cuello, sentí como la mano que sujetaba mis muñecas se aflojaba.

 

-Te lo advierto Bella, si haces algo te arrepentirás- Dijo mientras soltaba la mano que apresaba mi muñeca y se dedicaba a recorrer mi cuerpo con ambas manos.

 

De repente sentí como me colocaba encima de el, ahora yo podía observarlo todo desde arriba. La verdad es que me quede embelesada, Edward tenia su cuerpo en excelente forma, sus músculos resaltaban y sus abdominales se notaban muchísimo.

 

En un arrebato de saber como se sentía su piel, toque con mis pequeñas manos su torso. Este al ver mis manos dudosas las tomo y puso mis manos con fuerza sobre el y dejo que explorara todo su pecho, la verdad no sabia que estaba haciendo, el era mi raptor, mi violador. 

 

Pero antes de poder pensar otra cosa Edward me levanto quedando ambos de rodillas sobre la cama, sentí como desabrochaba el botón de mi pantalón. Cuando sentí que ya mi cuerpo era cubierto por mi ropa intima me sonroje, no estaba acostumbra a los comentarios de los hombres muchísimo menos a esto.

 

Edward volvió a lanzarme sobre la cama y esta vez besaba todas las partes de mi cuerpo que podía. Sentía mi piel caliente y cada vez que el posaba sus fríos labios sobre esta, sentí un escalofrió recorrerme todo la espalda.

 

No podía negar que se sentía excelente pero en algún lado de mi cabeza había una vocecilla gritando que me rehusara que gritara que no me dejara tocar pero por otro lado, mi cabeza me decía que ya no podía hacer nada que nada serviría correr, que no haría nada huyendo.

                                                                                                                           

Después de besar cada parte de mi cuerpo, Edward se coloco encima de mí y empezó a besar de nuevo el inicio de mis senos y pude ver que se dirigía a las tiras de mi brazier, y las deslizaba por mis hombros. No aguante mas y me senté en las piernas de el, permitiéndole que desabrochara mi ropa intima.

 

Después de esto no tengo la menor idea de donde fue a para mi brazier ya que Edward volvió a recostarme en la cama y empezó a jugar con mis senos, lamiéndolos, mordiéndolos, besándolos.

 

Sabía que esto no me llevaría a nada bueno pero ¿que podía hacer? En estos momentos si ya me había entregado.

 

Sentí como Edward buscaba la forma de quitarme la última pieza de ropa que quedaba sobre mí. Definitivamente no estaba preparada para esto.

 

Pero sabía que esto le importaba muy poco a Edward el no pararía ni aunque le rogara de rodillas. Sentía como Edward quería volver a acostarme en la cama pero sabía que si dejaba que esto pasara mi última pieza de ropa seria retirada.

 

Me aferre a su espalda besándolo, sabia que era una excusa para que no terminara de desnudarme. Pero estaba más que claro que esto serviría muy poco también ya que Edward no dejaría que me quedara besándolo todo la noche.

 

-Bella, muévete- Escuche su voz, sabia que si ya lo había pedido una vez la segunda no seria tan cordial, así que poco a poco fui soltándome de su espalda, el por su parte me acostó en la cama de forma no muy delicada, supuse en mi mente que estaba desesperado.

 

Edward empezó nuevamente a besar mi cuello pero sentía como iba bajando poco a poco luego de mi cuello, paso a mis senos. Jugo un pequeño momento con ellos y luego se deslizo hasta mi vientre en ese momento supe que pasaría y sabia perfectamente que ya no había escapatoria para mi. 

 

-Mmm Bella- Podía Escuchar como susurraba supuse que era por las carisias que le daba en sus hombros y en su cabello, los masajeaba suavemente con mis pequeñas manos.

 

Pero cuando Edward siguió besando mi vientre sabia que no podía hacer nada, solo imaginar que no me encontraba en su casa, en sus brazos o como sentía mi ardiente piel baso sus dulces y delicioso besos, que recibía mi vientre y había recibido todo mi cuerpo.

 

Hasta que poco a poco con sus dientes, retiro la ultima pieza de ropa que quedaba sobre mi quedando completamente desnuda antes el pude ver como su mirada recorría todo mi cuerpo y sus ojos brillaban. Y junto con ese brillo Edward  se vio como el ser más hermoso y dulce de la faz de la tierra.

 

Sentí como sus musculosos brazos me cargaban y me posicionaban sobre el.

 

Dolor. Ese fue el primer sentimiento que tuve cuando lo sentí dentro de mí. Dolor y más dolor. Pero poco a poco este fue desapareciendo y se transformo en placer. Podía oír los gemidos por parte de Edward hasta de mi boca salían inconscientemente. No podía controlarlos era imposible.

 

Poco a poco fuimos subiendo el ritmo de nuestros movimientos.

 

Hasta que no pude más y me tumbe en la cama, escuche como Edward gruñía pero ya no podía más.

 

Hoy había sido, el peor día de mi vida. Había sido golpeada, maltratada, violada, e insultada…

 

Sabía perfectamente que hoy era el primer día en mi infierno propio, con mi mounstro personal, nadie dijo que fuera fácil… 

 

Capítulo 4: La Decision Capítulo 6: Salvada?

 
14445587 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios