Amor por Obligación (+18)

Autor: neni_bella
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2012
Fecha Actualización: 28/04/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 32
Visitas: 37513
Capítulos: 20

ESTE FIC HA SIDO DESACTIVADO POR FALTA DE ACTUALIZACION SI QUIERES CONTINUARLO COMUNICATE CONMIGO MEDIANTE UN MENSAJE DE LO CONTRARIO SERA ELIMINADO

ORPHA

 

Bella, una chica de 14 años que para salvar el trabajo de su papá tiene que hacer todo lo que Edward Cullen le diga, y aunque el tenga 24 años y sea un sádico, mujeriego, violento y un vampiro tal vez.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13: Convenciendote

CAPITULO XIII: CONVENCIENDOTE

Del odio al amor, ahí un solo pasó… Con Edward creo que ya son más de uno.

  

-Mmm- Dije mientras estiraba mis brazos, di un gran bostezo, mientras esto pasaba  recordé todo lo pasado la noche anterior.

 

Se suponía que hoy me tendría que encargar de convencer a Edward, para que me dejara ir con mis padres, pero lo que mas me preocupaba era como convencerlo. El me había dicho exactamente lo que el quería o lo que yo debía hacer si quería irme a mi casa.

Pero como rayos haría, si no sabia absolutamente nada sobre el tema, como convencer a un hombre. Sabia lo que Edward quería, pero no sabia como hacerlo, en estos momentos me parecía que era prácticamente imposible, era mucho mejor o mas fácil cuando Edward lo hacia por su cuenta, aunque fuera a la fuerza.

 

“Pudiste luchar o no disfrutarlo”  Dijo una voz en mi cabeza, Genial, ya me estaba volviendo loca, aunque prácticamente tenia toda la razón, ya que pude haber odiado a Edward pero lo único que ice fue entregarme no una vez, si no dos, o mas, porque en realidad en estos momentos no quiero recordar todo lo que había hecho esta semana.

 

Lentamente trato de levantarme, pero antes de que pudiera colocar mis pies en el suelo, una mano me tomo por la cintura, cerré los ojos con fuerza. Vamos Bella aquí empieza todo, me dije mentalmente, mientras volteaba con una sonrisa.

 

-¿Bella, ha donde vas?- Dijo Edward aun con los ojos cerrados.

 

-Solo quiero ir un momento al baño cariño- Un momento de donde rayos salio eso, creo que fue por mi raro método de convención.

 

Pero algo de lo que no me había dado cuenta, era de cuando estas palabras salieron de mis labios, una hermosa y pequeña sonrisa, se formo en la boca de Edward.

 

 Sentí como la mano de Edward, que antes estaba en mi cintura, se aflojaba, hasta un punto en el que quedaba libre. Lentamente me dirigí al baño, ya dentro de este fui directamente al espejo, trataría de arreglarme lo mejor posible.

 

Cepille mis dientes, con el primer cepillo que encontré, sabia que era algo asqueroso, pero lo necesitaba, era “una urgencia”, también me di cuenta de que las marcas, ya no se veían para nada, era como si simplemente nunca hubiera pasado nada.

 

De nuevo lentamente me dirigí a la habitación, cuando entre Edward aun seguía acostado y con los ojos cerrados.

 

Tomando un fuerte suspiro, me senté en la cama, y me puse en posición de gateo, y así lentamente me dirigí hasta Edward.

 

Este cuando sintió mi peso, abrió los ojos, y pude ver como en su mirada había un profundo deseo, ante esto me puse más nerviosa, así que me detuve. Pude ver como su ceño se fruncía.

 

Ante esto me puse a dudar, si de verdad quería volver con mis padres, Pensamiento estupido Bella. Me dijo a mi misma mentalmente. Obviamente quieres volver con tus padres, No dejes que el miedo te gane.

 

Así que asustada y con todo el remolino de sentimientos que sentía por dentro, seguí gateando hasta llegar a un lado de el.

 

-Bella q...- Pero lo calle, colocando un dedo en su boca.

 

Y así poco a poco me fui acercando a Edward, cuando estuvimos tan cerca como para sentir su aliento, me detuve por un momento, solo para ver su expresión. En sus ojos se reflejaba el deseo y la lujuria, no se que me sucedió, pero esto me incito a besarlo mas rápido.

 

Así que sin esperar mas, uní mis labios con los de el, mi beso, fue al principio tímido, pero luego sentí las manos de Edward en mi cuello, empujándome lo mas que pudiera a el, pero parece que eso no fue suficiente para el ya que sentí como sus manos tomaban mi cintura, y mientras esto pasaba nuestros labios se separaron unos segundos, cuando esto paso un gemido de protesta salio inconscientemente de mis labios, pero antes de darme cuenta me encontraba sobre Edward. Me sentía como un jinete que iba a montar su caballo.

 

Este pensamiento me izo sonrojar, definitivamente no estaba acostumbrada a esto, por mas que llevaras cierto tiempo en esto con Edward.

 

Pero antes de poder pensar otra cosa, Edward me volcó, quedando el sobre mi, sentía como sus manos recorrían mi cuello, mis mejillas, mi cabellos. Y no solo sus manos, ya que sus labios empezaron a besar con desespero mi cuello, y el inicio de mi pecho.

 

Pero antes de que Edward pudiera seguir besándome, trate de darme la vuelta para quedar yo sobre el, pero fue prácticamente imposible, ya que pareciera que Edward ni siquiera sintiera mi empuje.

 

-Mmm voltea- Dije mientras Edward mordía mi labio inferior, este me miro por unos momentos, como tratando de entender, y cuando se dio cuenta de lo que trataba de hacer me lo permitió.

 

Cuando estuve posicionada sobre el, empecé a besarlo con desesperación, no tenia la menor idea de donde salio ese sentimiento, pero no me importaba en estos momentos, así que seguí con mis besos, acariciando su cabello.

 

Pero justamente cuando sentí las manos de Edward buscando el final de mi camisa, trate de parar lo que estábamos haciendo, ya que sabía lo que vendría si no me detenía.

 

Pero me resultaba realmente difícil, las caricias serian deliciosas hasta para una bebe, es mas hasta pude imaginarme eso, fue el pensamiento mas morboso que había tenido en mi vida, pero en estos momentos mi mente no funcionaba realmente bien.

 

Cuando sentí que mi camisa, se despedía de mi cuerpo, me tense, debía parar ahora.

 

Lentamente, fui deteniendo el beso entre Edward y yo, pero no me separe de el del todo, todavía nuestros labios se rozaban y nuestras narices se acariciaban mutuamente.

 

Mientras calmaba mi respiración, nuestras miradas estaban fijas, entre ellas, este realmente era para mi un momento magnifico, por primera vez podía mirar a Edward a los ojos, sin temer.

 

Cuando trate de levantarme, Edward me lo impidió, tomando mi brazo, con un poco más de fuerza de la debida.

 

Ante esto un silencioso gemido resonó en mi boca, pero esto no detuvo a Edward, y aun podía ver el deseo de sus ojos.

 

-Bella esto no te ayu…- Pero lo corte dándole un corto beso, y parándome rápidamente.

 

Mientras me colocaba la camisa, que hasta hace unos momentos, estaba en el suelo, me fije que Edward tenía su vista fija en mí, y esta no era nada bonita, no se parecía en absoluto, a la de hace unos momentos.

 

Cuando vi, que tenia intensiones de levantarse, me di cuenta de que sus manos estaban cerradas en un puño, ahí me asuste tanto, que me apresure hasta el, y con la voz mas sensual que he podido poner en mi vida trate de detenerlo.

 

-No- Dije mientras colocaba mis pequeñas manos sobre su pecho- Quiero darte una sorpresa.

 

El rostro de Edward pasó de furioso a uno de duda, pero poco a poco, con los suaves empujones de mi parte, se volvió a recostar en la cama, con su vista fija en mí.

 

-Quédate aquí-Dije dándole un corto beso- quiero darte una sorpresa. Espera que te llame.

 

Su expresión de duda no desaparecía, y en mi rostro también se formaba una igual a la de Edward, ya que no tenia la menor idea de porque había dicho eso.

 

No sabia que podía hacer para sorprender a Edward.

 

Con un asentimiento de la cabeza, Edward me dio a entender que ya todo estaba claro, así que lentamente me dirigí a la puerta de la habitación, con mí vista fija en el suelo, pensando que rayos haría ahora, nuevamente mi pregunta: Que podría hacer  para convencer a Edward, el ya me había dejado claro lo que a el le gustaba, pero me resultaba realmente vergonzoso.

 

Cuando llegue a la puerta, ante de salir, le dirigí una mirada a Edward este tenia su vista fija en mi, pero su mirada era completamente extraña, no sabría como describirla, era como de felicidad, pero a la vez de duda, prefería quedarme así, sin saber nada, simplemente hacer lo que tenia planeado.

 

Así que camine lo mas rápido posible, en las escaleras tuve el máximo cuidado para no caer, pero aun así me moví rápido. En el pie de la escalera me detuve, necesitaba pensar que rayos haría ahora, y si preparaba algo de comer, o nos bañábamos en la piscina, la verdad es que ambas sonaban realmente bien. Pero no creo que se suficiente.

 

Sedúcelo, dijo esa loca voz en mi cabeza, aunque tenia razón, pero yo no tenia ni la menor experiencia en eso, ¿que debía hacer?, vestirme solo con mi ropa interior o andar completamente desnuda.

 

Pero en realidad no me encontraba cómoda con ninguna de las dos, me parecían demasiado vergonzosas como para hacerlas, definitivamente era muchísimo mas fácil, cuando Edward hacia todo el. Pero necesitaba moverme.

 

Así que me dirigí a la cocina, prepararía algo deliciosa, haría lo que mi madre siempre hacia cada vez que quería tener un “día especial” con mi padre. Aunque claramente el día de Edward y mió, no seria nada especial, todo esto seria como un pago para que me dejara salir.

 

Así me puse a cocinar, la verdad es que Edward ahora tenia todos sus armarios de comida hasta el tope, me resultaba fascinante poder usar lo que yo quisiera, esperaba que Edward no se molestara por esto, aunque tenia que hacer todo lo necesario para “convencerlo” o “pagarle”.

 

Huevos revueltos, tostadas, salchichas, unos sándwiches, un delicioso jugo, frutas, una enorme variedad de mermeladas, para las tostadas.

 

Pero necesitaba un ambiente especial, el comedor era realmente muy tétrico, para todo lo que yo tenía planeado.

 

Así que se me ocurrió la idea, de que podríamos comer en la piscina, pero no recordaba si había alguna mesa, así que decidí ir a ver. 

 

Cuando Salí, el sol me impacto en la cara, era realmente un día espectacular, el sol se reflejaba en la piscina, dándole al jardín un brillo más agradable de lo normal.

 

Me di cuenta que donde estaban las rosas, había una pequeña mesa blanca, con una enorme sombrilla. Perfecto, dije mentalmente, eso serviría, mejor de lo esperado.

 

Así que fui nuevamente a la cocina, ahí empecé a buscar en alguna de las tantas gavetas, una bandeja, para poder llevar, la enorme cantidad de comida, a la mesa.

 

Y después de unos minutos de búsqueda, la conseguí, una hermosa bandeja plateada, coloque toda la comida sobre ella, y me dirigí a la mesa de la piscina, en el camino estuve, mas atenta de lo normal para no caer.

 

Cuando logre llegar a la mesa, coloque todo hermosamente ordenado, y me dirigí a buscar a Edward, realmente esperaba que todo saliera como lo esperaba.

 

Sentía como mi cuerpo temblaba de los nervios, no sabia porque estaba así, si solo era un tonto desayuno, Eso no es lo que te preocupa, dijo mi subconsciente, creo que sabía que era lo que me preocupaba realmente. Lo que iba a pasar después del desayuno.

 

Cuando llegue a la habitación, me quede parado un momento en la puerta antes de entrar, tome un suspiro, Vamos Bella, me dije mentalmente, pero cuando estas palabras llegaron a mi mente, a ella también llegaron recuerdos de la noche en que Edward me fue a buscar a la casa Cullen.

 

Esto izo que mi cuerpo temblara aun mas, pero no pensaba repetir, el mismo error de hace unos días, el tratar de huir.

 

Así que tratando de sacar todo esos horribles pensamientos de mi mente, entre en el cuarto. Edward seguía en la misma posición, en la cual lo había dejado, recostado en la cama, lo único que cambia cuando entre, fue la dirección de su mirada, esta que antes miraba el techo fijamente, ahora estaba posada en  mi.

 

Me quede parada en la puerta observando fijamente a Edward, nuestras miradas estaban conectadas y creo que ninguno de los dos tenia intención de romper esa conexión.

 

Mirando a Edward como lo hacia ahora, se me olvidaba todo lo que había sucedió estos últimos días, así poco a poco, con mi vista fija aun en Edward, me fui acercando a la enorme cama, ya cerca de ella, rompí el contacto de nuestros, buscando su mano, no tenia la menor idea de donde había salido ese impulso, pero iba a tomar a Edward de la mano, para llevarlo abajo.

 

Cuando la encontré, la tome con cuidado, tratando de empujar hacia delante, para que se levantara de la cama, y este al entender lo que deseaba lograr, se paro por si solo.

 

No se cuando paso, pero mis manos que hasta hace un momentos tomaban sus manos, ahora se encontraba alrededor de su cuello, y por su parte, las manos de el se encontraban a mi cintura, acercándome mas a el.

 

Y antes de que pudiera darme cuenta su boca y la mías se encontraban unidas, este beso, era distinto era con lleno de pasión, deseo, y una remolino de emociones.

 

Pero al darme cuenta, de que podría pasar, al igual que hace un rato, me separe. Pero las manos de Edward tomaron mi rostro con fuerza, obligándome a besarlo, la verdad es que esto se había convertido en uno rudo, tanto que en uno de mis pequeños movimientos, por separarnos nuestros dientes chocaron, pero Edward aun seguía apretando mi rostro, y esta vez me dolió.

 

-Edward ya para- Le dije entre besos, pero no parecía funcionar para nada, ya que siguió besándome a la fuerza, cuando vi que el no se detenía, me asuste un poco, las cosas iban tan bien, como para que esto lo dañara, y Edward no me obligaba hacerlo, pero no vi que tuviera intenciones de soltarme.

 

Cuando por fin sentí, que sus manos me soltaban me aleje de el, dejando un pequeño espacio entre el y yo. Quería alejarme lo mas que pudiera, y no tener que ha… Pero mis pensamientos fueron cortados por la voz de Edward.

 

-Bella, se supone que debes convencerme- Dijo mientras tomaba mi mano- No alejarme.

 

Y así con mis manos entre las de el, nos dirigimos a la puerta, en todo el camino hasta la sala, estuve pensando en la palabras de Edward, y el tenia razón, se supone que debía portarme hoy mejor que nunca, no así, debía dejar que el hiciera hoy conmigo todo lo que quisiera, aunque no abría mucha diferencia a los días anteriores, pero este día era mi obligación.

 

Así que en el pie de la escalera, me detuve abruptamente, ante esto Edward me dirigió una mirada, como tratando de saber que pasaba.

 

Y así sin pensarlo, bese a Edward un beso, ni tan largo, ni tan corto, lo suficiente para compensar lo pasado en la habitación.

 

Edward que se había quedado parado, viéndome, no se movió cuando lo tome de la mano, pero al segundo intento si lo izo,  y esta vez fui yo la que lo guié. Salimos por la puerta que daba al área de la piscina, y nos dirigimos a la mesa, me voltee para ver la expresión de Edward.

 

Pero otra cosa llamo mi atención, fue que, Edward resplandecía, prácticamente brillaba, pero era un pequeño brillo apenas notable, pero aun así no sabia como no me había dado cuenta en la playa.

 

Pero no pude seguir viéndolo ya que la voz de Edward interrumpió mis pensamientos.

 

-Bella- Dijo mientras miraba fijamente la comida- Que es todo esto.

 

Por un momento pensé que se había molestado, pero al ver su rostro, que estaba sereno, me calme.

 

-Quise hacer el desayuno- Dije mientras lo empujaba, para que se sentara en una de las sillas.

 

Y cuando por fin logre sentarlo, me dirigí a mi silla, y me dedique a observarlo, pero el no se movía simplemente veía la comida, sin expresión alguna, y a veces su mirada se fijaba en mi.

 

El hecho de que ni siquiera tocara la comida me molestaba, había hecho todo esto algo que el me había dicho, que tenia que “convencerlo” .

 

-No envenene la comida, si es lo que crees- Dije molesta colocando mis brazos en forma de jarra.

 

Pero su reacción fue totalmente distinta, empezó a reírse mientras me miraba.

 

-No es eso Bella- Dijo mientras trataba de parar de reír- Es que no tengo hambre. No puedo comer.

 

Lo mire con cara de duda, como era eso de que”no podía comer”, no estaría enfermo verdad, no, Edward estaba en perfectas condiciones, talvez pensaba que lo quería matar.

 

Pero aun con todo esto no pude evitar, que una expresión de desilusión, surcara por mi rostro, Edward al ver esto se paro rápidamente. Me tomo entre sus brazos y me sentó en su regazo.

 

-Que sucede Bella- Dijo mientras tomaba mi mentón y me obligaba mirarlo- ¿Porque te pusiste así?

 

Me daba una enorme vergüenza decirle, que era porque quería impresionarlo con mi comida.

 

-Bueno solo quería que comieras- Dije lo primero que se me vino a la mente, aunque esto no tenia mucho sentido.

 

Edward me miro por unos segundos, luego se giro hacia la mesa y tomo una tostada y se metió la mitad en boca, antes de que pudiera darme cuenta.

 

-¿Te gusto?- Pregunte como una niña cuando le dan un dulce.

 

-La verdad- Dijo “saboreando”- Es que esta realmente delicioso.

 

-Entonces come mas- Dijo acercando el plato a nosotros.

 

Pero Edward impido que siguiera con mi tarea.

 

 -Come tú- Dijo mientras tomaba una tostada y me la daba como a una niña pequeña.

 

Comí sentada sobre el, de vez en cuando nos dábamos pequeños besos, o Edward acariciaba mi cintura, sobre mi camisa, y en algunas ocasiones, me levantaba levemente la camisa, solo para tocar mi piel.

 

Cuando me tome la ultima gota de jugo que quedaba en mi baso, me voltee a ver a Edward, este tenia su vista fija en mis labios, este izo que un escalofrió recorriera mi cuerpo, quería besarlo, necesitaba besarlo, debía hacerlo.

 

Y así me acerque a el, y uní mis labios junto con los de el, y ahí comenzó la pasión nuevamente.

 

Su lengua pedía permiso para entrar en mi boca, y yo gustosa le di paso. Sus manos recorrían mi cuerpo, y trataban de acercarme mas a el, aunque era ya casi imposible, entre nosotros no había nada de espacio.

 

Sentada sobre el podía sentir, su erección, en mis piernas, no se porque pero esto me incito a besarlo aun mas.

 

Y así fue, nuestro beso aumento la intensidad.

 

Y antes de que me diera cuenta Edward se había levantado, aun conmigo en brazos, cargándome, mientras se dirigía a la puerta, se me ocurrió una idea.

 

-La piscina- Dije entre besos.

 

Cuando mencione esto ultimo, observe como a Edward le brillaron los ojos, hermosamente.

 

-Hay un jacussi- Dijo mientras mordía mi labio. Un gemido de placer salio de mi boca.

 

-Déjalo para la noche- Edward paro abruptamente nuestro beso, no sabia de donde había salido eso, pero ya lo había dicho.

 

Pero la mirada de Edward, era de pasión, de deseo, y todo lo que pudiera sentir un hombre, cuando esta con su mujer.

 

Así que sin darme cuenta, Edward me había tomado en brazos y ahora nos dirijamos a la piscina, cuando entramos, el agua estaba extremadamente refrescante.

 

Y ahí seguimos besándonos, cuando sentí que Edward que aprisionaba en la esquino, supe que vendría ahora.

 

Poco a poco fuimos despojándonos mutuamente de nuestras prendas de ropa. Y ante de si quiera poder pestañear Edward estaba dentro de mí, varios gemidos de placer salieron de mi boca y la de Edward, nuestro ritmo fue creciendo. Por otra parte mis gemidos eran callados por lo besos de Edward, y cuando no besaba mi boca, estaba mordiendo mi cuello, o mis pechos.

 

Y yo por mi parte tampoco podía evitar, todo su escultural cuerpo, Me parecía el ser más hermoso y magnifico de este planeta.

 

Cuando nuestros movimientos, subieron de intensidad, nuestros gemidos eran ya imposibles de callar.

 

Y Así cambiamos de posición, Edward me cargo rápidamente, y me coloco a la orilla de la piscina, ahí se coloco sobre mí, y volvió a entrar en mí con fuerza.

 

Después de unos minutos de puros gemidos, besos, mordeduras, volvimos a cambiar de posición. Esta vez yo sentada sobre el, y así empezamos de nuevo.

 

Cuando sentí que ya no podía más, llegamos al clímax, caí rendida sobre el pecho de Edward, tratando de controlar mi respiración.

 

Edward hacia lo mismo, y aparte depositaba dulces besos sobre mi frente, toda mojada, por el sudor y obviamente el agua de la piscina.

 

Después de un rato de estar recostados ahí, Edward y yo nos fuimos incorporando lentamente, ambos desnudos, pero esta vez no me avergoncé.

 

Cuando trate de buscar mi ropa, me di cuenta de que estaba, esparcida por toda la piscina.

 

Pero no pude ni siquiera intentar tomarla, ya que Edward me tomo, en sus brazos, y se dirigió a la puerta, y no se como ni cuando, pero en pocos segundos nos encontrábamos en la habitación.

 

Pero en vez de detenernos, fuimos directamente al baño, allí Edward me deposito, en la enorme “bañera” o mas bien debería decir Jacussi.

 

Y lo que menos esperaba fue que el, se metió, también, ambos cabíamos perfectamente en ella.

 

-Bella- Dijo mientras tomaba algo- Enjabóname por favor- Dijo tendiéndome el pequeño jabón rosa.

 

Empecé por su cuello, esparcí todo el jabón por donde pude, luego fue su pecho, ice lo mismo, pero disimuladamente tocaba sus músculos, su formada espalda también la enjabone. Y así fui poco a poco enjabonado todo su cuerpo, tocando disimuladamente.

 

Cuando termine de enjabonar, le pase el jabón a Edward, pero este en vez de guardarlo empezó a enjabonarme a mi.

 

Justamente como yo a el, empezó con mi cuello, luego paso a mi pecho, y así siguió sin yo detenerlo, o decirle algo

 

-Ayúdame a quitarlo- Dijo mientras encendía la regadera y se colocaba debajo de ella.

 

Con mis pequeñas manos, fui retirando todo el jabón que estaba sobre su cuerpo.

Este izo lo mismo conmigo, y cuando ya estuvimos listos, en vez de salirnos nos quedamos en el agua.

 

Poco a poco Edward se acerco a mí, y me beso, nuestro beso era realmente intenso, sus manos recorrían todo mi cuerpo haciéndome gemir.

 

Pero sin esperármelo, sentí a Edward dentro de mi, y pude demostrárselo, con un sonoro gemido que salio de mi boca. Pero esta vez no fue con la anterior, si no mas lenta, con mas calmada, simplemente disfrutándolo.

 

Cuando todo acabo, Edward me saco, toda mojada, y me recostó, sobre la cama, no le importo que estuviera chorreando agua, y se coloco a un lado de mí.

 

Y así me recosté de su pecho, estaba realmente cansada, no  esperaba que a mis 14 años, haría todo lo que había hecho en estos últimos días, aunque en realidad nunca me imagine a mis 14 años, secuestrada con uno de los hombres más perfectos de este mundo.

 

Así pensando todo esto me quede dormida.

 

 

Me sentía completamente energizada nuevamente, pero esa no fue la razón por la cual desperté, si no unas manos que acariciaban todo mi cuerpo, y hacían figuras imaginarias sobre el.

 

Cuando levante mi cabeza, Edward me miraba, sonreí, al ver su expresión. Ese brillo que había visto hace un rato, aun estaba ahí, creo que el hecho de que ambos estuviéramos completamente desnudos, no ayudaba.

 

Después de estar un rato, recostada del pecho de Edward, ambos nos levantamos. Yo por mi parte me dirigí al cuarto rosa. Ahí me coloque lo primero que vi, cuando Salí Edward también estaba saliendo de la habitación.

 

Ambos nos tomamos de la mano, sin decir ni una sola palabra.

 

Y nos dirigimos a la cocina, ahí Edward se sentó, mientras yo buscaba algo de cenar, porque ya eran las 7:00 PM, toda la tarde se me había pasado durmiendo.

 

 

Decidí comer un cereal, mientras me lo preparaba, sentía la mirada fija de Edward, y mientras lo comía fue igual.

 

Termine de comer, el delicioso cereal. Y cuando me disponía a limpiar el plato, la mano de Edward me detuvo.

 

-Ven conmigo- Dijo mientras me guiaba a una especia de terraza.

 

Cuando llegamos, el cielo, estaba ya prácticamente oscuro, era verdaderamente hermoso, la luna estaba completamente llena, la estrellas brillaban mas que nunca.

 

Me sentó con Edward, en un hermoso mueble, que se encontraba allí, completamente negro, me recosté de su pecho, y nos sentamos a ver el cielo.

 

Estuvimos allí un rato largo, y cuando empezó hacer frió, sentía las frías manos de Edward, intentando darme calor, pero algo me llego a la mente, todavía me quedaba el resto de la noche para convencerlo.

 

-Sabes que me daría calor- Dije fijando mi vista en el- Un baño en un Jacussi, de agua caliente.- Dije en su oído.

 

Ante de darme cuenta, ya Edward me tenia en sus manos, pero en vez de ir al Jacussi de la habitación, fue un camino totalmente distinto. Las mismas escaleras que tomamos para llegar aquí, teníamos que subirlas y cuando llegamos a nuestro destino me sorprendí.

 

A la luz de la luna, había un hermoso Jacussi, negro, en el cual ya había sido metida.

El agua estaba extremadamente deliciosa, y con Edward era mucho mejor.

 

Mirando al cielo, no me di cuenta de cuando Edward llego a mi lado, Y había empezado a besarme el cuello.

 

Y así nos fundimos nuevamente en la pasión de nuestros besos, caricias, gemidos, sin importarnos si alguien pudiera oírnos o vernos, éramos simplemente el y yo.

 

El y yo, algo simplemente era así…

 

Capítulo 12: Asi Sera Capítulo 14: Perdida

 
14445859 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios