BELLA

Soy la mujer más idiota de este mundo, pensando que edward no quería estar conmigo cuando tenía todo preparado para esta noche pensé que jamás podría tener una vida feliz pero que equivocada estaba, aquí frente a edward me demostraba que no era así

-         En unos minutos se pondrá el sol y quiero que lo veas conmigo – dijo mirandome sonreímos mirando al horizonte donde se pondría el sol y el me sonrío nos sentamos con las manos cruzadas y vi la cosa más hermosa jamás había visto una puesta de sol

-         Jamás había visto una puesta de sol – dije mirándolo 

-         No – dijo mirándome y negué – bueno – dijo sonriéndome – siempre hay una primera vez para todo – dijo besándome

Edward y yo tomamos del vino y me puso música sacándome a bailar

-         Sabes que el día que compre esa cadena no sabía que era para ti – dijo mirándome

Toque mi cadena sonriente –

-         Alice me había dicho que estabas aquí en chicago pero no quería creerle – dije mirándolo

-         El día que vi a Anthony por primera vez sentí que algo me llamaba de el no solo sus ojos ni su nombre que eran igual a mi sino algo en su mirada sabía que estaba cerca de ti –

-         Si eso dice Alice- dije mirándolo – a pesar de que tiene tus ojos tiene mi mirada

-         No solo eso – dijo mirandome – tiene tu hermosa nariz respingona – dijo besándome la nariz sonreí mientras terminábamos de bailar y el me llevo a la cama- quiero que esta noche – dijo mirandome mientras me acostaba en la cama – los únicos testigos de nuestro amor sean la luna y las estrellas- dijo besándome sonreí mirándolo y el empezó acariciarme las piernas debajo del vestido mi piel se erizaba con cada toque y sentía que me quemaba cuando levante los brazos para que me lo quitara el sonrío besándome los labios me quito el vestido por la cabeza y empezó acariciar mis senos sentía que empezaba a volar viendo las estrellas en el cielo edward tomo mi pezón en sus labios lamiéndolo y besándolo lo más suave que su pasión le permitía lo mire mientras me besaba no quería cerrar los ojos sé que era la cosa más anti romántica del mundo pero quería ver sus gestos de placer

-         Que pasa – dijo mirandome

-         Porque – dije sonriéndole

-         No cierras  los ojos y de verdad es incómodo – dijo mirandome

-         Lo siento – dije mirándolo – no quería incomodarte solo quería verte- dije mirándolo el negó y siguió   besándome ahora si los cerré mientras él me besaba nos giramos y quede encima de el

-         Te amo tanto – dijo mirandome – no sabes lo mucho que te amo

-         Y yo te amo a ti edward- dije – tú y Anthony son mi vida entera

El sonrío besándome y yo me derretí seguimos y el beso mi vientre más de lo que debería

-         Que pasa – dije mirándolo

-         Quisiera tener otro hijo – dijo mirandome

-         Edward no creo que – dije mirándolo

-         Lo sé no es el momento – dijo sonriéndome – esperare pero cuando tengamos otro bebe quiero tener todo el tiempo del mundo para estar con el – dijo – y ver cada etapa tanto de su evolución como de su nacimiento

-         Lo veras eso te lo aseguro – dije besándolo con mucha pero mucha pasión

Edward me dejo que le quitara la camisa y bajara el pantalón sonreí mirándolo y acariciando todo a mi paso pero cuando llegue a su pene el me paro

-         Porque – dije mirándolo

-         No quiero que hagas nada que no quieras- dijo mirandome

-         Edward eres tu – dije mirándolo

-         Aun no mi vida solo déjame amarte – dijo sonreí  y bajo besando todo a su paso cuando llego a mi centro metió su lengua y sentí que me iba en miles de pedacitos edward movió sus dedos dentro de mí y mordió mi clítoris

-         Edward- dije gimiendo

-         Si – dijo él y la vibración de su vos en mi centro hizo que me viniera

Edward levanto la cara y me miro

-         Eso era lo que necesitaba – dijo besándome sonreí al sentir mi sabor en sus labios y seguí besándolo edward solo me besaba y acariciaba y abrió mis piernas con una sola mano

-         Ahora eres mía solo mía – dijo mirandome y se tenso

-         Que pasa- dije

-         Espera- dijo mirandome

-         Edward que pasa- dijo

-         Es que no traje los condones están en la habitación

-         Tengo las pastillas hace semanas – dije besándolo el sonrío besándome y me penetro

Se sentía tan bien volver a estar entre sus brazos edward empezó a penetrarme haciéndome el amor apasionada mente pero al mismo tiempo con mucho pero mucho amor

-         Edward- dije gimiendo

-         Si mi vida grita mi nombre nadie te escucha solo estamos nosotros

-         Edward – grite- edward te amo

-         Y yo a ti mi vida- dijo colocando las manos en la cama e impulsándose sentí que no podía mas era la cosa más maravillosa estar entre sus brazos el me besaba el cuello y con una de sus manos apretaba mis senos

-         Edward más, más duro –dije el sonrío y me penetro  más fuerte y más duro – oh mi dios si así

-         No lo llames – dijo sonriente negué riéndome y el me penetro de nuevo bajo su mano a mi clítoris tomándolo y apretándolo –

-         Aaaa edward- gemí gritando su nombre y me vine en un potente orgasmo

-         Bella – dijo el mi nombre y cayo derrumbado sobre mí – prométeme que no te iras

-         No me iré- dije besando su cabello sudoroso

-         No tengo mucha fe en eso así que – dijo levantándose un momento y sentí que despertaba de nuevo el sonrío y levante una ceja

-         De nuevo – dije mirándolo

-         Aunque sea un hombre casi mayor – dijo besándome – tú haces que mi libido este por las nubes- dijo besándome sonreí y el tomo mi mano – sé que no es el momento más bonito pero si el más romántico – dijo sentándose en la cama así que me senté colocándome la sabana tapando mis pechos y el con el cobertor sus partes- bella no puedo perderte a ti y a Anthony de nuevo por eso – dijo mirándome y abriendo su mano donde tenía un hermoso anillo con dos diamantes incrustados – quiero que te cases conmigo – dijo mirándome

No sabía que hacer o decir las lágrimas no me dejaba  solo asentí  emocionada besándolo y el sonrío colocándome el anillo

-         Nada es seguro – dijo y me tense

-         Edward no te dejare en el altar como ella lo hizo – dije sonriéndole

-         Eso espero – dijo besándome – pero no me refiero a eso – dijo – sino que hasta que no vea un anillo dorado en tu dedo no creeré que eres mía