EL CASTIGO (+18)

Autor: Sasha_amane
Género: + 18
Fecha Creación: 22/03/2015
Fecha Actualización: 31/03/2015
Finalizado: NO
Votos: 8
Comentarios: 12
Visitas: 9520
Capítulos: 5

A pesar de su diferencia de edades todo era perfecto, eran almas gemelas. Se amaban con locura, sus padres aprobaban su relación y tenían todo para ser felices hasta que Isabella escucha una conversación donde Edward dice que ya no la ama. Decide desaparecer de la vida de su amado, haciéndose pasar por muerta y huyendo a otra ciudad para comenzar una nueva vida con el bebé que crecía en su vientre, sin sospechar que aquel engaño destruiría por completo a Edward, convirtiéndolo en un hombre muy diferente al que ella conoció. Era un ser vacío por dentro, depresivo y con pensamientos suicidas pero cuando descubra la mentira en la que vivió se convertirá en un hombre obsesivo, paranoico y controlador que hará lo que sea para retener y castigar a Isabella, la mujer que lo mató en vida.  

 

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Espero que les agrade la nueva locura que se formó en mi cabecita :D espero que se unan al club de las camareras castigadas je je. 

 

 

 

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Capítulo 1: Destino

Capítulo 1: Destino 

 

Jessica llevaba cerca de media insistiendo con aquellos pucheros tiernos que derretían hasta el corazón del ser más insensible pero Isabella no estaba dispuesta a ceder. Amaba a su melliza y no quería que la descubrieran y por ende, aumentara su castigo.

 

—   No insistas, Jess— dijo Isabella muy a su pesar. Le encantaba ayudar a su hermana pero también deseaba su libertad.

 

—   Bella, por favor— imploró Jessica una vez más—. Ayúdame a ver a Mike, necesito verlo…

 

—   Jessica, pronto terminará tu castigo y podrás verlo

 

—   Falta una semana y no sé si lo podré resistir

 

Bella se carcajeó cuando Jessica la miró con los ojos cristalinos.

 

—   Solo tú puedes ayudarme— musitó su hermana.

 

—   Ay Jessica ¿y si nos descubren?— preguntó Bella mordiéndose el labio. Maldición, estaba a punto de caer.

 

—   ¿Me estás diciendo que si?— Jessica chilló de emoción e Isabella negó con la cabeza.

 

—   No estoy diciendo eso, Jess… intento hacer que pienses en esa posibilidad

 

—   Si nos descubren, yo asumiré la culpa, como siempre—  contestó con desesperación. Jessica estaba enamorada hasta los tuétanos al igual que Mike de ella. Cada vez que se veían se podía respirar el amor en el aire y Ángela, su mejor amiga, y ella se burlaban de la pareja a sus espaldas. Incluso habían inventado unos cuantos chistes sobre ellos.

 

Isabella pensó en algún plan para que Jessica pudiese salir de su casa sin que sus padres sospecharan nada y se le ocurrió uno que no tenía muchas posibilidades de éxito pero que sin duda tenía que intentar.

 

—    Vendrás conmigo a la feria de la ciencia de la escuela por la tarde— aseveró Bella y Jessica gimió.

 

—    ¿Qué?— se quejó y luego abrió la boca en una perfecta “o”, entendiendo lo que Bella le quería decir—. Pero te negaste a ir, papá va a sospechar

 

—    Pues es la única salida que nos queda, Jess

 

—    Mike tiene prohibido acercarse a la escuela, Bella… ¿Cómo haremos?

 

Bella se rió al recordar la razón por la que Mike tenía una orden de alejamiento de la institución. Era un lunes como cualquier otro y de repente las clases se vieron interrumpidas por un escándalo en el patio del colegio. De alguna forma, Mike y sus amigos consiguieron entrar y llamar a Jessica a gritos hasta que ésta salió y corrió hacia Mike. El director, quien era un partidario del orden y la disciplina estuvo a punto de llamar a la policía hasta que reconoció a uno de los chicos de aquel grupo de vándalos. Los amigos de Mike lograron huir pero él se quedó allí ya que era sobrino de aquel estricto director. El ingeniero Newton no levantó cargos contra Mike pero sí que pidió una orden de alejamiento de las instalaciones. Tenía prohibido acercarse a menos de doscientos metros y los padres de Mike estuvieron de acuerdo.

 

—    No iremos a la escuela, tonta— le dijo Bella—. Iremos al centro comercial

 

—    Esa es una buena idea— sonrió Jessica.

 

—    Pues eso haremos, ahora largo, iré con papá a decirle que iremos a la feria de ciencias

 

—    Bien— Jessica se levantó del suelo en donde había estado arrodillada y salió de la habitación, dejando a una sonriente Bella.

 

Esperaba que su plan funcionara. Su impecable historial disciplinario debía ayudarla en esta ocasión. Se levantó de la silla y se dirigió al despacho de su padre en donde él se encontraba trabajando. Su madre, trabajaba en una boutique y no llegaba a casa hasta las cinco de la tarde.

 

—    Papá, ¿puedo pasar? — inquirió Isabella luego de tocar suavemente la puerta.

 

—    Claro, hija— le respondió su padre e Isabella entró. Él estaba sentado detrás de aquel enorme escritorio de madera oscura con su laptop abierta, sin dejar de teclear. Parecía bastante ocupado y Bella rezaba en su mente para que las dejaran ir “a la feria de ciencias”.

 

—    Papá, quiero ir a la feria de ciencias— dijo sin más preámbulo mientras se sentaba y Charlie dejó su trabajo para mirarla con una ceja levantada.

 

—    Pero dijiste que no querías ir

 

—    Sí, eso fue antes de que la profesora de física le ofreciera a Jessica créditos extra por ir 

 

—    Bella, yo confío en ti, tú puedes ir— contestó Charlie clavando sus ojos oscuros en su hija—. Pero Jess podría ir a verse con su novio y está castigada, una chica de su edad no puede llegar a su casa a la hora que le dé la gana…

 

—    ¿No te has enterado, papá?— preguntó Bella con un tono falso de sorpresa—. Mike tiene prohibida la entrada al colegio

 

—    ¿Qué?

 

—    Sí, el lunes entró al plantel para ver a Jessica y su tío le puso una orden de alejamiento. Hay guardias a doscientos metros a la redonda… no te has dado cuenta porque no nos has llevado al colegio

 

—    No, maldita la hora en que me rompí la pierna— masculló—. No puedo hacer nada más que trabajar. Mi jefe no tiene piedad de mí…

 

—    Eso te pasa por ser el más competente de la oficina…

 

—    No soy tan indispensable— murmuró Charlie. Su característica principal era la modestia. Odiaba obtener más reconocimiento del necesario y Bella había heredado aquel rasgo. Ambos odiaban llamar la atención.

 

—    Lo eres, papá, sin ti la empresa se iría al carajo…

 

—    Solo soy un contador, no exageres, bebé — su padre puso los ojos en blanco.

 

—    Un contador honesto…

 

—    No tanto, a veces me robo las plumas de la empresa— ambos se echaron a reír.

 

—    Papá, déjanos ir a la feria, prometo cuidarla

 

—    ¿Es cierto lo de la orden de alejamiento?

 

—    Por supuesto que si ¡yo no miento!— en cierta parte era verdad. Bella solo solía mentir cuando intentaba ayudar a su hermana—. Pregúntale al director, tú lo conoces…

 

—    Te creo, Bella, te creo… vayan a la feria, pero si me llego a enterar de que Jessica escapó, tú estarás castigada también ¿me entendiste?— advirtió Charlie con seriedad—. De nada te va a servir tu buena conducta de toda la vida

 

Bella trató de reírse con naturalidad para ocultar su nerviosismo. Se estaba jugando el pellejo de nuevo por su melliza, a la que tanto amaba, pero esta vez se estaba arriesgando más ya que ahora estaba a su cuidado.

 

—    Claro, papá, no tienes de que preocuparte— Bella se levantó—. Iré a avisarle a Jessica, gracias por darnos permiso, papi

 

Isabella salió con una sonrisa de satisfacción la cual se borró cuando Brian, su odioso hermanito de ocho años comenzó a seguirla desde la sala hasta la puerta de su habitación.

 

—    ¿Qué quieres, enano?— le preguntó a sabiendas de lo que Brian iba a pedirle.

 

—    Como siempre, escuché todo— dijo el niño, sonriendo de forma sardónica—. Y si no quieres que su plan se eche a perder…

 

Bella interrumpió a su hermano dándole un billete de cincuenta dólares que había sacado de su bolsillo antes de recibir una respuesta.

 

<< Maldito niño del demonio>> pensó Bella con irritación << ¿Cuándo será el día en que deje de escuchar detrás de las puertas?>>

 

—    Entiendes rápido— Brian le guiñó un ojo lo cual provocó que Isabella gruñera.

 

—    Largo de aquí, mocoso— le hizo un gesto para que se marchara y Brian se fue feliz con sus cincuenta dólares. Sin lugar a dudas, hacer planes con Jessica la dejaría en la ruina.

 

Isabella suspiró y se dirigió a la habitación de Jessica quien la esperaba ansiosa.

 

—    Iremos a la feria— anunció Bella y Jessica saltó con emoción para luego abrazarla.

 

—    ¿Sabías que te quiero demasiado?

 

—    Yo igual. Jess, tuve que decirle a papá lo de la orden de alejamiento para convencerlo

 

—    ¿Qué? ¿Y cómo lo tomó?

 

—    Ni se inmutó, Jess, todos sabemos lo que Mike es capaz de hacer por ti… ambos están locos

 

—    Sí, pero de amor— los ojos verdes de Jessica se iluminaron—. Algún día entenderás lo que se siente estar enamorada y que te correspondan

 

—    A lo mejor— Bella asintió—. Pero ni mi novio ni yo vamos a estar tan locos

 

—    Eso dices ahora, pero te aseguro que tú vivirás una historia de amor tan intensa como la mía

 

—    No gracias. No quiero nada intenso, prefiero a un chico “normal” — hizo énfasis en la última palabra para tomarle el pelo a su hermana.

 

—    Mi Mike es normal

 

—    Sí tú lo dices…— dijo Bella con ironía.

 

 

***

 

Isabella se puso una camisa de tirantes azul, un pantalón de mezclilla entubado y sus converse favoritos. Se maquilló ligeramente puesto que no irían a la escuela sino al centro comercial, pero nadie sospecharía nada porque su arreglo era bastante sutil, en cambio Jessica, se había puesto un vestido floreado y unas sandalias marrones. Su cabello color caoba iba suelto y totalmente alaciado, su maquillaje era impecable pero exagerado para ir a un evento escolar.

 

Jessica poseía una belleza excepcional al igual que Renné y Bella se parecía más a su padre que también era apuesto. Su cabello era color castaño oscuro y se le formaban unos rizos al final; sus ojos eran bastante oscuros y contrastaban perfectamente con su piel tan blanca. Su madre decía que Bella era la más linda pero que Jessica era la más sexy y tenía razón aunque estuviese bromeando. Ángela opinaba lo mismo que Reneé y su amiga era conocida por su brutal honestidad.

 

—    Jessica, deberías llevar otra cosa, papá sospechará ¿no lo crees?— Bella intentaba persuadir a su hermana para que se pusiera otra cosa pero Jessica no parecía escucharla, por lo que decidió recurrir a una amenaza—. Hermana, si no te quitas ese vestido y te pones algo más sencillo, mandaré todo a la mierda

 

—    No te atreverías, me amas demasiado— respondió Jessica e Isabella suspiró frustrada.

 

—    Bien. usa lo que quieras, pero si me castigan jamás volveré a hablarte ¿te quedó claro?

 

—    Sí, Bella, sí

 

Jessica se puso perfume y Bella tosió. Genial, ahora estaba bañada en el perfume de su hermanita. Las dos salieron de la habitación y tuvieron suerte de que Charlie no estuviese en la sala ya que Bella podría ir sola a despedirse y evitar que su padre viera a Jessica y las interrogaran.

 

—    Ya nos vamos— le dijo Isabella a su padre sin abrir del todo la puerta del despacho. Solo había asomado su cabeza para que Charlie la escuchara bien.

 

—    ¿Quieren dinero para el taxi?— preguntó él.

 

—    No, nosotras tenemos, gracias. Adiós, papi— cerró la puerta y Jessica la miró con reproche al salir de la casa.

 

—    Tonta, hubieras aceptado el dinero

 

—    No quería entrar al despacho de forma innecesaria, Jessica. Además, yo tengo dinero para el taxi y tu noviecito debe tener, es rico después de todo…

 

—    Has sonado como un chico celoso— se rió Jess y Bella no tardó en unirse a sus risas—. Dijiste “tu noviecito”

 

—    Sí, ese idiota me quitó a mi hermanita

 

—    Para nada, Belly Belly, nadie ocupará el lugar que tienes en mi corazón, somos melliz, amor…

 

—    Más te vale quererme como dices. Me estoy arriesgando por ti…

 

—    Te amo, hermanita y algún día, cuando gane un premio, te agradeceré

 

—    No me hagas reír ¿tú ganando un premio?— Isabella se carcajeó y Jessica le dio un codazo juguetón. La melliza de Bella sacó su celular y le marcó a su novio para avisarle que se encontrarían en el centro comercial, ella hizo lo mismo pero con Ángela quien no se negó a ir ya que le encantaba burlarse de la feliz y loca pareja.

 

Las hermanas tomaron un taxi en la avenida y se dirigieron al centro comercial. Cuando llegaron vieron a Mike caminando de un lado a otro con impaciencia. Bella sonrió, preguntándose si algún día le tocaría vivir algo parecido. Un par de semanas atrás, la galleta de la fortuna le dijo que encontraría a su otra mitad y una amiga del colegio llamada Lauren le había leído la mano, diciéndole que tendría una vida larga, tres hijos y que estaba próxima a encontrar a la persona que sería su destino. No se lo platicó a Jessica puesto que no creía en esas cosas y Lauren parecía estar bromeando cuando le leyó la mano. Las galletas de la fortuna tampoco habían cumplido sus predicciones así que su futuro respecto al amor era incierto.

Jessica, prácticamente saltó fuera del taxi antes de que este se detuviera y corrió hacia Mike quien la cargó y le dio vueltas como si no se hubiesen visto en años. El taxista soltó una risita antes de cobrarle a Bella.

 

—    Soy una alcahueta— le dijo ella—. Se supone que está castigada

 

—    Tú no has tenido un novio ¿cierto?— inquirió el taxista, haciendo que Bella se sonrojara un poco—. Lo digo porque no pareces comprender la desesperación por ver al ser amado

 

—    Pues no, no he tenido novio, pero entiendo a mi hermana, bueno, casi

 

—    Pronto lo comprenderás, pequeña… estoy seguro de que no tardas en encontrar a un chico como ese

 

Isabella se rió. No creía en las palabras de ese buen hombre pero decidió seguirle la corriente.

 

—    Tal vez lo conozca hoy— bromeó antes de bajar del taxi. Jessica y Mike prácticamente se estaban comiendo lo cual la asqueó.

 

—    Puaj, esto es un centro comercial, no un hotel— gritó Ángela, saliendo del centro comercial. Bella le sonrió y fue a su encuentro. Mike y Jessica se soltaron  y tenían las mejillas más que encendidas por el comentario de Ángela.

 

—    Hola, Mike— saludó Isabella a su cuñado quien le dedicó una hermosa sonrisa. Él era el chico más guapo que Bella había visto en su vida. Su cabello era rubio oscuro y al rape lo cual lo hacía ver muy varonil según Jessica; también era alto y con un cuerpo bastante tonificado por las horas que dedicaba al deporte cuando no estaba con Jessica o en la universidad. Sin duda, un modelo de revista, pero a Bella no le gustaba no solo por el hecho de ser novio de su hermana sino porque no era su tipo. En realidad, ella misma ignoraba cuál era su tipo de hombre pero suponía que no se enamoraría del físico sino de la personalidad. Ella no creía en el amor a primera vista e incluso Jessica y Mike no se habían enamorado de esa forma. Cuando se conocieron no se llevaban bien, pero Isabella se encargó de acercarlos más con la intención de que fuesen amigos y terminó creando una pareja inseparable y se alegraba por ello.

 

—    Hola, Belly— Mike respondió a su saludo antes de volver a mirar a Jessica con adoración. Bella se estremeció pues no soportaba tanto amor en el ambiente.

 

—    Nos vemos en tres horas aquí— dijo Bella a su hermana quien asintió.

 

Las dos amigas se rieron de Mike y Jessica mientras iniciaban su recorrido por el centro comercial.

 

—    Son como siameses cuando están juntos

 

—    La verdad sí, derraman demasiada miel

 

—    Sí, y yo que pensaba comprar un helado… tendré que comprar algo salado por su culpa

 

Ambas rieron. Entraron a una librería en donde Bella buscó un nuevo título para leer

 

—    Hum… hija de humo y hueso, este no lo he leído — murmuró Bella y Ángela sonrió.

 

—    Yo sí, y déjame decirte que Akiva está bastante bueno…

 

—    Tú piensas que todos están buenos— Isabella rodó los ojos y se dispuso a ir a la caja para pagar el libro, luego recordó que no debía comprarlo puesto que eso sería ponerse en evidencia así que lo colocó en el lugar de donde lo había tomado.

 

—    Oye, soy soltera, puedo hacer lo que quiera— se defendió Ángela—. ¿Y por qué dejas el libro?

 

—    Porque le dije que iría a la feria de la ciencia con Jessica y comprar el libro me delataría— respondió Bella—. Y sobre lo otro, yo también soy soltera y no soy como tú

 

—    Te aseguro que no tardas en encontrar a alguien igual o más obsesivo que Mike

 

—    Ese comentario no viene al caso— Bella luchó por no estremecerse. Últimamente todo el mundo le decía lo mismo, con diferentes palabras, por supuesto, pero al fin y al cabo, lo mismo. No es que tuviese miedo de enamorarse pero temía que al hacerlo, no pudiese concentrarse en los estudios, los cuales eran muy importantes para ella. Tenía algunas opciones de carreras ya que no tenía una profesión predilecta en particular pero todas se relacionaban con el estudio de la sociedad según los resultados de su test de orientación vocacional. Su meta en la vida era desconocida ya que al imaginarse en un puesto de trabajo importante le producía cierta satisfacción más no ilusión. Aquello a veces la hacía sentirse confundida pero se consolaba pensando que habían muchos jóvenes en su situación., que no sabían lo que querían exactamente. Además, estaba en penúltimo año, tenía tiempo de sobra para decidir.

 

—    Ya sé que no viene al caso— Ángela se rió—. Pero desde que Lauren leyó tu mano…

 

—    Áng, Lauren se estaba riendo, es obvio que solo estaba bromeando

 

—    No creo, Bella…

 

—    Ay, Ángela, no me digas que ahora vas a creer en estas cosas…

 

—    No, tienes razón— Ángela sonrió—. Son tonterías…

 

Salieron de la librería y tuvieron una conversación sobre un CD hasta que Ángela cambió el tema de forma brusca.

 

—    ¿Sabes? Quiero hacer una de las cosas que jamás he hecho— dijo.

 

—    ¿Qué cosa?

 

—    Quiero ir a probarme ropa y no comprar nada

 

—    ¿Jamás lo has hecho?

 

—    Nop. Jamás… no me gusta probarme las cosas si no voy a comprarlas

 

—    Si no te gusta ¿por qué quieres hacerlo ahora?— preguntó Bella extrañada.

 

—    Es que vi un vestido precioso en esa tienda que está por allá— Ángela señaló un local que se encontraba en el segundo piso—. Quiero ver si me queda bien y ahorrar para comprarlo

 

—    Bueno. Entonces vamos…

 

Se dirigieron a las escaleras eléctricas y subieron. Divisaron a una pareja que entraba en la tienda a donde iban. El hombre, al que solo podían verle la espalda, estaba cargando miles de bolsas y su novia parecía una niña pequeña e hiperactiva ya que saltaba mucho.

 

Ángela y Bella se rieron de la chica pero se olvidaron de ella cuando la perdieron de vista y entraron a la tienda la cual era más grande de lo que aparentaba por fuera.

 

—    Jamás había entrado aquí— comentó Bella.

 

—    Ni yo, bueno, el otro día también, pero yo tampoco la conocía, creo que es nueva

 

—    Oh…

 

Las dos buscaron el vestido que tanto le había gustado a Ángela y Bella decidió probarse otro que le llamó la atención.

 

—    Apoyo moral— le dijo a Ángela cuando ésta la miro sorprendida por mirar un vestido. Su amiga se rió muy fuerte, haciendo que varias personas la miraran mal.

 

—    Vamos a probarnos los vestidos ¿sí?— comenzó a saltar, haciendo una mala imitación de la chica que habían visto al entrar. Los saltos de ella eran bastante inusuales, elegantes, como si fuese una bailarina.

 

 

Fueron a los probadores pero solo uno estaba disponible por lo que tuvieron que turnarse para usarlo.

 

—    ¿Y cómo se me ve?— cuestionó Ángela. Aquel vestido le sentaba de maravilla a su amiga.

 

—    Te ves muy sexy, Áng— respondió Bella con sinceridad, envidiando un poco sus curvas.

 

—    Gracias. Ahora es tu turno

 

—    ¿No te vas a cambiar?

 

—    Oh, si…

 

Ángela se metió de nuevo al probador y Bella extendió el vestido que ella se probaría para verlo detenidamente.

 

—    Hey, ese vestido es genial ¿de dónde lo tomaste?— una melodiosa voz femenina le habló y Bella levantó la cabeza solo para encontrarse con una mujer  de belleza descomunal. Su cabello era negro y corto que apuntaba a todas las direcciones pero que aun así se veía genial. Sus rasgos eran de una hermosura perturbadora y para rematar, poseía unos ojos color dorado que jamás había visto en otra persona.

 

La chica jadeó cuando la vio y sus ojos se llenaron de lagrimas.

 

—    Eres tú— dijo con la voz temblorosa.

 

—    ¿Qué?— Bella sonó más brusca de lo que pretendía pero ella no hizo caso de eso y se fue gritando.

 

—    ¡Edward!

 

Bella soltó una risita casi silenciosa al mismo tiempo en que Ángela salía del probador.

 

—    ¿Estabas hablando con alguien?— le preguntó y Bella negó con la cabeza pues no quería darle importancia a esa broma ya que seguramente eso era, una broma—. Bueno, Bella, pruébate el vestido, me prometiste apoyo moral…

—    Ya voy, ya voy— Bella se levantó del pequeño asiento en donde estaba sentada y se metió en el probador. Se quitó la ropa y se puso el corto vestido azul que tenía que admitir que le quedaba bien, pero faltaba la crítica de Ángela, la experta en decir verdades en la cara.

 

Isabella sacó sus cosméticos de su bolso y se pintó un poco más para obtener más puntos con Ángela y se dispuso a salir, ignorando que cuando lo hiciera, su vida y el sentido de esta cambiarían por completo.

 

—    Ángela ¿qué tal me veo?— preguntó sonriente mientras salía. Obtuvo una respuesta pero no de quien esperaba oírla lo cual la dejó paralizada de pies a cabeza.

 

—    Eres lo más hermoso que he visto en la vida— le respondió una voz sumamente sexy y varonil-. Y eres mía

 

Bella levantó la vista para ver quien le había dicho eso, encontrándose con unos ojos dorados que le parecían familiares pero que sin duda le pertenecían a otro rostro, un rostro arrebatadoramente hermoso que la dejó sin respiración.

 

Aquel hombre que ahora mismo la miraba con intensidad era su destino, la persona a la que todos se referían y él ahora ya lo sabía, pero ella… lo ignoraba por completo.

 

 

 

 

Capítulo 2: Mia

 


 


 
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