Caminos Enlazados

Autor: Reed21
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 27/01/2019
Fecha Actualización: 27/03/2020
Finalizado: NO
Votos: 1
Comentarios: 1
Visitas: 11416
Capítulos: 6

Bella Swan debe mudarse a Forks, Washigton, para cumplir con la voluntad de su abuela. La fatídica relación que tiene con su padre le hace pensar que volver a vivir allí es lo más difícil que le han pedido. Pero su perspectiva cambia cuando conoce al misterioso Edward Cullen, quien ha mantenido su identidad en secreto, hasta que aparece esta curiosa e inteligente chica.

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Capítulo 5: Caminos

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Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a Stephanie Meyer.


 

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Capítulo V

Caminos

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Bella

 

A la mañana siguiente nana no permitió que Rob y yo fuéramos a la escuela, a pesar de que insistí en que me sentía bien, ella no dio su brazo a torcer.

Para distraerme y hacerme desistir de la idea, me enseñó el precioso jardín y las flores que había empezado a sembrar desde cuatro meses atrás. Las prímulas rosas y blancas en verdad se veían hermosas rodeadas por las caléndulas amarillas.

-Tu abuela era una gran amante de las flores. – mencionó mientras se encargaba de la maleza- Mientras vivió aquí mantuvo el jardín más bonito que se haya visto en Forks, solía regalarnos rosas a todas las personas que pasábamos por su casa.

Sonreí ante la mención de mi abuela

-Deberías ver nuestra casa en California- sacudí mi cabeza divertida- Ella estaba bastante orgullosa de lo que había hecho allí.

-Puedo imaginármelo- contestó sonriendo. –Muchos la extrañamos ¿sabes? Ella era tan amable con todos y siempre parecía tener las palabras indicadas

-Sé que en su corazón había un anhelo por regresar a Forks- comenté dejándome asombrar por lo bello que lucía el día de hoy.

A pesar del frío y de la ausencia de sol había algo mágico en contemplar todo aquel verde y la tranquilidad que brindaba el jardín de Donna. Entonces me di cuenta que realmente no me disgustaba Forks y su clima, sino los recuerdos. Era doloroso no poder arrancar de mi cabeza las imágenes tormentosas de mi cabeza tal y como mi nana lo estaba haciendo con la maleza.

-Sin embargo, creo que nunca la dejé volver- seguí diciendo. Mi nana levantó su vista confundida- Desde que me mudé con ella siempre me quejé de lo mucho que odiaba este lugar, del frío, de lo pequeño, de…

-De lo sola que te sentías; de cómo esa casa te hacía recordar como una niña de cinco años sentada en las escaleras del porche, veía a su madre partir para nunca regresar- me interrumpió.

Donna se levantó del suelo y se sacó los guantes que estaba usando para hacer la jardinería. Sacudiéndose algo de tierra de su pantalón se sentó junto a mí en la silla y palmeó con delicadeza mi mano.

-No creo que Marie alguna vez haya pensado en culparte por eso. Eras una niña, cariño. Siendo sincera cuando Matt me contó por qué estabas aquí quise enviarte de nuevo a California con él- con su mano derecha ubicó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja- Pero algo me dice que Marie no te envió aquí en vano.

Fruncí el ceño ante sus palabras haciéndola soltar una pequeña risa

-La edad te ayuda a entender un montón de cosas- me guiñó un ojo de manera cómplice – Tu abuela jamás pondría el dinero por encima de tu bienestar, eres lo que más quería en todo el mundo. Ella estaba tan orgullosa de ti, hermosa

Fue imposible evitar que las lágrimas empezaran a correr por mis mejillas. Nana me abrazó amorosamente balanceándose un poco para calmarme. Tal y como lo hacía cuando era niña.

-Siempre has sido fuerte Isabella, fueron ellos los que perdieron una magnifica hija- me consoló mientras soplaba un beso en mi cabeza

-Odio que me digan Isabella- reí en medio de los sollozos

-No cuando te hacía pasteles- recordó ella haciendo que mis risas aumentaran

-Tus pasteles de chocolate son los mejores

-Es bueno saber que nadie ha logrado reemplazarlos-dijo complacida

-Nunca.

-De acuerdo, señorita. Creo que es hora de preparar el desayuno. A diferencia de ti, Rob duerme mucho y cuando despierta se quiere devorar todo lo que encuentra a su paso.

Ambas fuimos a la cocina y preparamos el desayuno. En comparación de la casa de Charlie, la casa de los Robinson era familiar y acogedora; aunque era tres veces más pequeña y la pintura de las paredes estaba algo desgastada, me encantaba.

Por primera vez desde que regresé a Forks me siento realmente tranquila y disfruté mucho de hacer el desayuno con Donna. Encendió una vieja radio y sintonizó una estación que ponía éxitos de los 60’s a los 70’s, las dos nos entretuvimos cantando “Hey Jude” de The Beatles mientras cocinábamos panqueques.

Luego de que terminamos, a nana le pareció una buena idea que desayunáramos en el jardín ya que no estaba lloviendo. Sacamos una pequeña y redonda mesa con tres sillas. Mientras Donna fue a levantar a Rob me encargué de servir el desayuno.

-Odio este maldito cuello- se quejó Rob mientras se llevaba un panqué a la boca

-No maldigas en la mesa- Donna le jaló una oreja haciendo que él se lamentara- Y primero se dan los buenos días, a diferencia de ti, Bella es una chica considerada y me ayudó a hacer el desayuno.

-Oh lo siento, Buenos días Bella- saludó dándome una adormilada sonrisa

-Buenos días Rob ¿dormiste bien? - pregunté con preocupación al verlo algo hacer algunas muecas de incomodidad

-Me duele algo la espalda, lo que causó que me despertara constantemente para cambiar de posición- explicó mientras esparcía mermelada de frambuesa en su pan tostado- Pero el doctor Cullen me dijo que eso sería normal por unos cuantos días.

-Es un mal mínimo considerando lo que pudo haber sucedido- los ojos de Donna se opacaron por la tristeza- Definitivamente voy a hablar con los señores Crowley, ese chico casi causa un desastre

-Umm no hagas eso abuela, por favor- se quejó Rob haciendo que Donna lo mirase mal- No soportaré a Tyler si sus padres le decomisan el auto porque tú fuiste con ellos

- ¡Ese chico casi te mata a ti y a Bella! - alzó la voz enfadada

-Pero no sucedió- murmuró él en tono cansino- No quiero que pase lo de la última vez ¿vale?

-No es mi culpa que Jeremy haya inventado ese montón de historias- dijo ella algo enfadada, pero pude notar que se sentía culpable por algo

-No importa, al final todos en este pueblo creyeron lo que él dijo. Me llamaron ladrón y el pastor Weber no demoró en gritarme desviado sexual- gruñó el golpeando la mesa- No quiero más problemas, de verdad, no puedo esperar por el jodido día en que podamos largarnos de este pueblo- tomando su plato lleno de comida se levantó de la mesa y entró a la casa.

Donna agachó su cabeza con melancolía y resignación.

Puse mi mano en su hombro en señal de apoyo.

-Lo siento, cariño- murmuró algo avergonzada

-No tienes que disculparte, nana

-Es solo que… pensar en que pude perderlos es tan abrumante- dijo mientras se sorbía la nariz intentando contener las lágrimas- Allan ha sido un chico solitario desde que sus padres murieron y las personas aquí no le han hecho fácil las cosas tampoco

- ¿Quieres que hable con él? - le pregunté

-Sí, eso sería bueno. Soy la última persona que quiere ver en este momento- sus ojos se empañaron más de lágrimas al decir esto

-Él sólo está molesto- traté de reconfortarla

-Lo sé- ella me dio una mueca deprimida- Creo que lo mejor es que vaya por tus cosas a casa de tu padre.

Hizo que le escribiera una lista con las cosas que necesitaba, le pedí que trajera dos cambios de ropa, mi guitarra y mi neceser. Mi laptop y mi teléfono estaban en mi mochila, así que no consideré necesario que trajera nada más.

Después de que ella partió en su camioneta, subí a la habitación de Allan.

-Entra, Bella- habló después de que toqué su puerta

Al entrar en su cuarto lo primero que saltó a mis ojos fueron los distintos afiches con bandas de rock que recubrían todas las paredes; un pequeño escritorio con un computador reposaba al lado izquierdo de una cama individual sobre la que él estaba tendido.

Algunos libros se encontraban amontonados en el piso al lado opuesto de la puerta y sobre un pequeño armario había un antiguo tocadiscos junto con varios discos de vinilo

-Es hermoso- comenté señalando el tocadiscos

-Era de mi madre, le encantaba coleccionarlos- una sonrisa se plasmó en su rostro al mencionarla

- ¿Cuál era su favorito? - pregunté sentándome junto a él en la cama

-David Bowie

-No jodas, ¿estás hablando enserio? - hice que la cama rebotara por mi emoción-Dime que es Diamond Dogs – él asintió y no pudo evitar reírse cuando lancé un grito

Se levantó de la cama y tomando uno de los discos con su caratula me lo entregó

-Es tan precioso- dije maravillada al poder ver un vinilo de Bowie original

-Está bien Gollum, dame el disco para poder ponerlo- le di un puño amistoso en el estomago

-Pero es que es mi precioso- dije tratando de imitar la voz del hobbit deformado

Ambos nos reímos de mi mala interpretación. Le entregué el disco y chillé animada mientras escuchaba “Future Legend” la narración introductora que hacía Bowie del mundo pos-apocalíptico.

Rob volvió a sentarse a mi lado y en silencio ambos escuchamos la voz distorsionada que hablaba sobre Hunger City. Luego empezó a sonar “Diamond Dogs”

-No puedo creer que lo tengas- suspiré- Tu madre tuvo que ser una mujer fascinante

-Lo era. Siempre decía que la música era su refugio feliz. –comentó recostando su cabeza contra la pared

- ¿Era músico? - una risa ronca salió de su pecho

-No, nadie en la familia ha tenido dotes musicales- un brillo divertido se instaló en sus ojos- Todo lo contrario, a ti, señorita. La abuela me ha contado lo talentosa que has sido para tocar el violín y la destreza que posees

Me aclaré la garganta avergonzada.

-Mi abuelo era melómano y un gran violinista, supongo que nos heredó su pasión- me encogí de hombros

- ¿Tocas algo además del violín?

-Chelo, piano, arpa y guitarra; al menos a tiempo completo- él me miró confundido- Mi familia tiene una tienda de música, tengo que probar todos los instrumentos que llevan allí

- Eres algo así como la chica perfecta, ¿no? – resopló gracioso

-En absoluto- negué con mi cabeza- Es todo lo contrario. Creo que me sentía demasiado sola y por eso trataba de ocupar mi tiempo aprendiendo diferentes cosas

-Si tú lo dices- rodó los ojos- Yo apenas si duermo y respiro- soltó una pequeña risa

-No lo creo, sólo tal vez no te has dedicado a encontrar en lo que realmente eres bueno- le dije logrando que se encogiera de hombros

-Tal vez tengas razón- murmuró – O tal vez de verdad no tengo ningún talento- iba a replicarle, pero él me calló levantando un dedo- No me digas que todo el mundo es especial, y todas esas cosas que suele decir la gente- resopló girando sus ojos- Eso es solo una excusa para decirle a los perdedores que no son tan perdedores

-Alguien amaneció de un pésimo humor ¿no? - empujé su hombro haciendo que se inclinara un poco- Esa es una visión muy pesimista. Todos sobresalimos en algo, pero la mayor parte del tiempo no nos damos cuenta porque estamos cegados intentando alcanzar el brillo de los demás.

-Umm ¡que poética! - dijo llevándose una mano al corazón de manera dramática

-Umm ¡que imbécil! - le saqué la lengua divertida haciendo que sonriera

-Me gusta tenerte alrededor, Swan- suspiró mientras posaba su mirada penetrante en mis ojos- Eres amable y buena, no suelo encontrar mucho de eso en estos días- me sentí conmovida ante la sinceridad con qué dijo esto último

-Gracias- mi voz sonó baja y entrecortada- También me gusta tenerte alrededor, Rob. No suelo encontrar a muchas personas que vean más allá de lo que hay.

Ambos nos sumimos en un cómodo silencio mientras escuchábamos Sweet Thing de fondo.

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~ȜȜȜȜ~

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Tres horas más tarde, nana llegó con las cosas que le había pedido y con algo de las compras del supermercado. Rob y yo le ayudamos a desempacar y a llevar todo a la cocina. La buena noticia era que entre ella y su nieto las cosas se habían resuelto, Allan mencionó que realmente ellos no duraban mucho enfadados con el otro; sin embargo, Donna estaba furiosa después de que tuvo una discusión con mi madrastra.

Lo notábamos por la forma en que cortaba las verduras y las frutas mientras hacíamos el almuerzo, parecía como si pudiera sacar su frustración apuñalando a los tomates. Allan y yo saltábamos cada vez que escuchábamos el fuerte sonido que provocaba el cuchillo cada vez que se encontraba con la tabla de picar.

- ¿Fue tan malo? - pregunté al verla actuar de esa manera

- No tienes idea- espetó ella- Esa mujer logra sacar lo peor de mí.

-No te preocupes, Bella- intervino Rob mientras exprimía las naranjas para hacer jugo- La abuela se enoja cada vez que ve a Sue, lo que sucede casi todos los días porque este pueblo es malditamente pequeño.

-Es una mujer insoportable

-Lo sabemos abuela, llevas repitiendo eso desde que llegaste- suspiró Rob cansino- Sería bueno que dejaras el tema, Bella tiene que vivir con ella todos los días

-Oh es cierto, lo siento cariño- ella me miró con disculpa- Es sólo que…

-No te preocupes nana, sé que Sue es una mujer difícil- sacudí mi cabeza al pensar que difícil era un cumplido para lo que realmente era esa mujer, sin embargo, no quería alentar más la ira de nana.

Ella iba a decir algo, pero dos toques en la puerta la interrumpieron.

- ¿Esperas a alguien? - le preguntó Rob.

-No que yo sepa- respondió ella lavándose rápidamente las manos para dirigirse a la puerta

-Ojalá no sea nuestra vecina. Se quedan hablando por horas y de verdad tengo hambre- suplicó entre dientes Rob haciendo que yo riera.

 Un grito entusiasmado llamó nuestra atención. Salí corriendo de la cocina tras escuchar a nana pronunciar el nombre de mi tío.

- ¡Tío Matt! - exclamé corriendo hasta chocar contra él. Envolví mis brazos alrededor de su tronco. Él me devolvió el gesto rodeando mi cuello con sus musculosos brazos

-Hey, pequeña Ella- murmuró contra mi cabello para después dejar un beso en mi frente.

Me vio con algo de preocupación cuando me separé de él.

- ¿Estás bien? - asentí haciendo que apretará sus ojos con fuerza. Pude observar como éstos se empañaron de lágrimas- ¿El inepto de tu padre…ha hecho una llamada por lo menos? - preguntó mascullando entre dientes.

Negué con la cabeza sacándole un gruñido

-Voy a acabar con ese desgraciado-suspiré con pesadez ante sus palabras

-No vas a acabar con nadie. Lo último que necesito es que vayas a la cárcel por culpa de Charlie- habló nana dándole a mi tío una mirada fulminante- Entiendo que estés molesto. Créeme que nadie más que yo quisiera darle una patada a Charlie en donde no alumbra el sol, pero la violencia no resuelve nada

-Yo creo que unos cuantos golpes le ayudarían a mi querido hermano a ajustar las putas tuercas que se le aflojaron del cerebro- murmuró tío Matt

-Ni siquiera se te ocurra irte a los golpes con él. Y más te vale que cuides tu sucio lenguaje, porque no me importaría lavarte la boca con jabón- espetó apuntándolo con un dedo

-Sí, señora- bufó mi tío Matt mientras rodaba sus ojos

-Bien, ahora ven y dame un abrazo- demandó ella sacándole una sonrisa- Ustedes van a lograr matarme a punta de rabietas- dijo ocasionando que mi tío riera mientras la rodeaba con sus brazos.

-Lo lamento Donna, nunca me gusta molestar a mis mujeres favoritas- resoplé ante su intento de ser encantador, esta vez fui yo la que rodó los ojos.

Nana rio quedito y le dio un par de palmadas en su pecho.

-Es mejor que te arremangues la camisa galán, estamos preparando el almuerzo y debes ayudarnos

Él alzó las manos en señal de rendición y de inmediato empezó a doblar las mangas de su camisa de lino azul.

-Señalen el camino, bellas damas- dijo haciendo una reverencia

Nana bufó y con un gesto brusco indicó la cocina.

Rob estaba cuidando de la sopa cuando entramos.

-Tú debes de ser Allan- dijo mi tío con voz alta haciendo que el aludido pegara un pequeño salto por la sorpresa

-Sí, señor- murmuró luego de haberse girado. Se acercó a él estirando su mano para presentarse.

Mi tío la sacudió amablemente mientras sus ojos se entrecerraban un poco

-Te pareces mucho a Christina- comentó sonriendo

- ¿La conoció? - preguntó Allan interesado

-Oh, sí. Ella me gustaba cuando tenía doce, pero nunca me prestó atención- suspiró dramáticamente- ¿lo recuerdas Donna? - nana asintió soltando una carcajada

-Incluso le regaló un caballo cuando fuimos a visitarlos en verano a Texas- contó Donna divertida- Tu madre estaba encantada con Raiven, lloró desconsoladamente cuando tuvimos que regresar a Forks y le dije que no había manera en que pudiéramos traerlo con nosotras

-Cada semana le mandaba fotos de Raiven, era la única manera en la que lograba llamar su atención- tío Matt se rio- Ella fue mi primer amor platónico adolescente y la primera chica que rompió mi frágil corazón

- ¿Raiven sigue vivo? - preguntó Rob con un brillo esperanzado en sus ojos.

Mi tío negó con la cabeza haciendo que el semblante entusiasmado de Rob decayera

-Murió cuando tu tenías cinco años- dijo mi tío de manera empática al ver a Rob algo cabizbajo

-Sin embargo, en el rancho está Shaula. - interrumpí- La cual es la cría de Raiven y Centella, la yegua que era de mi abuela. Y también está a punto de tener cría

- ¿Enserio? – asentí divertida ante su entusiasmo

-Puedes ir a verla en las próximas vacaciones, te va a encantar el rancho. Tal vez si buscamos en los viejos álbumes de la abuela podremos encontrar fotos de tu madre con Raiven- comenté mientras sazonaba el pollo

- ¿De verdad? - me pareció algo tierno al ver como sus mejillas se sonrojaban mientras sus ojos saltaban de felicidad

-Sí. Ya sabes, después de cumplir mi tiempo con Charlie soy una persona libre- suspiré animada levantando mis manos- Quisiera vivir un tiempo en el rancho, así que eres más que bienvenido

-Gracias, Bella- le sonreí de vuelta

Luego de terminar de preparar la cena, todos nos sentamos en el comedor mientras tío Matt se encargaba de entretenernos a todos con algunas historias graciosas sobre su equipo de soldados.

-Seguro van a alegrarse cuando te tengan de vuelta- comenté en medio de la explicación que le estaba dando a Rob acerca de la misión que ejecutaron en Corea. Él dejó de hablar para instalar en sus labios una leve sonrisa.

Lo miré de manera sospechosa. Él rodó sus ojos mientras llevaba un enorme bocado de comida a su boca.

- ¿Cuándo debes de regresar a la central de comando? - le pregunté

-Esto está delicioso Don-Don- le dijo a nana ignorando totalmente mi pregunta- ¿Le pusiste nuez moscada? - ella asintió a su pregunta alternando su vista entre él y yo de manera algo tensa

- ¿Por qué me ignoras? ¿hay algo que deba saber? – inquirí molesta ante su actitud infantil

-No volveré al comando- espetó dándome una mirada fría que no daba lugar a replicas

-Tío, no es necesario que renuncies al comando sólo por…- empecé a decirle, pero él me interrumpió

-Una semana Bella- habló enfadado- Una semana aquí y ya Charlie se desentendió de sus responsabilidades. ¿Cómo quieres que me quede tranquilo cuando tu padre decide irse a Londres justo el día después de que tú llegaste?

Apreté mis labios sabiendo que no tenía una excusa frente a eso

-Sé cuidarme sola- murmuré frunciendo mi ceño

-Lo sé. Sé que puedes hacerlo- contestó él con cariño- Pero ese es el problema, no tendrías por qué estar sola. No voy a dejarte de nuevo. La última vez que me fui casi te pierdo Ella, y mira lo que sucedió esta vez- sacudió su cabeza- Renuncié al ejercito

-Pero tío… solo te quedaba un año para retirarte

-Lo sé. Pero nunca me perdonaría si durante ese año sucediera algo que me impidiera volver a verte. Te quiero como a mi propia hija Isabella- mis ojos se llenaron de lágrimas, por lo que él tomó mi mano para consolarme- Al igual que respeté tu decisión de venir a vivir con Charlie, debes respetar la decisión que tomé ¿de acuerdo? - asentí a su petición- Y nunca te atrevas a pensar que fue por tu culpa- me apunto con el dedo de manera seria

- Está bien- murmuré mientras secaba una lagrima que escurría por mi mejilla

-Me mudaré aquí durante el tiempo que vas a quedarte- lo miré sorprendida haciendo que él se riera

- ¿Estás hablando enserio Mathew? - preguntó nana sin ocultar su felicidad

-Mis cosas llegaran en una semana- respondió él

-Eso es estupendo, cariño. Tendré a mis tres personas favoritas junto a mí- Donna no podía contener su emoción

-Creo que debes tomarles una foto abuela- propuso Rob con una sonrisa mientras miraba disimuladamente la imagen de un pequeño niño que estaba con sus brazos cruzados a punto de llorar y miraba enfadado hacia la cámara.

Quise reírme ante su sucia jugarreta. De inmediato me acordé cuando mencionó que debía visitarlos pronto para que Donna reemplazara su fotografía.

-Buen intento Allan, tu foto va a quedarse donde está- le dijo su abuela rodando los ojos. Rob me guiñó un ojo divertido

-No se puede decir que no lo intenté- suspiró dramáticamente

Sacudí mi cabeza divertida

- Te ves absolutamente adorable en esa foto- le dije en un tono meloso haciéndolo sonrojar

Mi tío se rio entre dientes tratando de contener su sonrisa para no avergonzar más a Rob

- ¿Sabes algo de lo que pasó en la fábrica de Londres? - preguntó mi tío tratando de desviar el tema, el chico le dio una mirada agradecida

-Tres de las nuevas máquinas que compramos presentaron una falla y hubo un significante atraso en la producción- me encogí de hombros haciéndolo fruncir el ceño

- ¿Por qué no me dijo nada? – arqueé una ceja ante la obvia respuesta

- ¿Cuándo él nos ha comunicado algo? – pregunté de vuelta

Él iba a replicar algo, pero fue interrumpido por los golpes que escuchamos en la puerta.

-Tranquila abuela, yo voy- dijo Rob impidiendo que nana se levantara

-Buenas tardes- saludó una voz haciendo que me tensara- Eres Allan ¿no? ¿Podrías decirle a Bella que ya vine por ella?

Tuve que levantarme de inmediato para detener a mi tío. Nana gruño enfadada y de inmediato se dirigió a la entrada de la casa.

-Basta, no vas a hacer nada estúpido- mascullé en un susurro dándole una mirada de advertencia

Podía ver la furia centellar en sus ojos, sin embargo, él levanto sus manos en señal de derrota.

Ambos estábamos escuchando como Donna le reprochaba un par de cosas a Charlie. Al igual que siempre, mi padre parecía tener excusas para todo. Bufé por lo bajo cuando escuché decir por quinta vez la importancia de los negocios familiares.

Desconecté mi cerebro de la conversación que se estaba desarrollando a unos cuantos metros lejos de mí. Mi ánimo cayó en picada, las lágrimas empezaron a inundar mis ojos y de pronto sentí todo el peso emocional que estaba reprimiendo desde que llegué a Forks.

-Esto es suficiente- masculló mi tío levantándose rápidamente de su silla haciendo que el comedor se tambalease un poco por la fuerza que utilizó al golpear ésta con las palmas de sus manos.

Apreté mis ojos con fuerza al saber la pelea que se avecinaba entre ambos, pero ni siquiera me preocupé por tratar de detener a tío Matt. Lo único que hice fue seguirlo hasta la entrada

-Felicitaciones, cada día logras superar tu record de idiotez- escupió entre dientes mi tío al ver a Charlie.

-Debí esperar que estuvieras aquí- murmuró mi padre rodando sus ojos.

-Por supuesto que estoy aquí, no puedo creer que te hayas separado de ella justo al día siguiente de haberse mudado- los puños de tío Matt se apretaron haciendo que sus músculos se tensaran y lograran hacer sobresalir las venas de sus brazos.

-Si no fueras un vago sabrías que hubo un gran problema en...

- ¡Al carajo el trabajo! ¡Es tu hija de la que estamos hablando!

-Ella está fuera de peligro

- ¿Esa es tu excusa? ¿Qué está fuera de peligro? - tío Matt lo miró incrédulo

-Bueno, si ella fuera un poco más inteligente no se habría arrojado delante de un auto para llamar la atención- respondió Charlie enfadado

- ¡Jodete, Charlie! - exclamé mientras sentía latir la ira fuerte en mi cuerpo- ¡No necesito tu maldita atención! El único motivo por el que acepté venir aquí es por la petición que me hizo la abuela. – lo fulminé con la mirada- Y si, tal vez tienes toda la razón… si fuera un poco más inteligente no hubiese aceptado venir al lugar que más me disgusta y en lugar de ello te habría dejado viviendo en la calle junto con tu perfecta familia postiza.

Me adentré a la casa y subí rápido las escaleras hasta el cuarto de huéspedes donde me estaba quedando. Cerré la puerta con fuerza arrepintiéndome al instante al escuchar lo fuerte que sonó el portazo. Me sentía avergonzada ante la escena que acababa de formar en casa de nana, por más que lo intentara las cosas simplemente parecían ir de mal en peor desde que me mudé a este lugar.

Tratando de calmar mi temperamento, me senté en la cama dando respiraciones largas y profundas. Mi cuerpo se sacudía en pequeños espasmos y eso no era nada bueno. Las crisis nerviosas que se habían desencadenado después del accidente de hace un año eran horribles y definitivamente no quería pasar por una de ellas ahora.

Aún escuchaba los reclamos que eran lanzados de manera hiriente entre mi padre y mi tío desde el piso de abajo, aun así, mi cerebro parecía sintonizar las voces en molestos zumbidos lejanos mientras un estridente dolor se instalaba en la parte izquierda de mi cabeza. Mis ojos empezaron a ver borroso y mi garganta se secó. Me recosté en la cama al notar que mi cuerpo estaba débil y pesado.

Escuché que la puerta de la habitación se abría, aunque no le presté atención, los síntomas que estaba sintiendo me hacían sentir ajena y desconectada del mundo que me rodeaba.

- ¿Estás bien? - distinguí la voz de Rob

-No- murmuré con voz seca

Él suspiró y se sentó a la orilla de la cama. Los acordes de Coldplay invadían la habitación

-Mamá decía que la música era el mejor remedio en los malos momentos- murmuró suavemente- De verdad siento mucho lo que dijo Charlie. Eres una buena persona Bella Swan, y tal vez no lo entiendas ahora, pero todo pasa por algo. De verdad me alegro mucho de que tu camino se haya encontrado con el mío, y sé que seremos buenos amigos.

Quise contestarle algo, pero mi cerebro no parecía cooperar. Murmuré algo sin entender muy bien que fue lo que pronuncié. Luego de eso empecé a quedarme dormida.

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Hola a todas las personas que están leyendo este fic. Gracias por darle una oportunidad a la historia. Sé que no tengo perdón por ser tan poco constante en las actualizaciones, pero aun así les ruego que me disculpen.

Por favor dejen sus comentarios.


Capítulo 4: Accidente Capítulo 6: Caminos II

 


 


 
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