SI SUPIERAS!!

Autor: nunezna
Género: Romance
Fecha Creación: 18/08/2015
Fecha Actualización: 17/11/2015
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 17
Visitas: 10607
Capítulos: 10

Lo amaba, era lo único que sabía como una certeza insoldable, él era todo lo que necesitaba para seguir viviendo, solo había un pequeño detalle, está casado con la chica más linda del pueblo, es un ascendado de los más ricos del condado, y mi mejor amigo de la infancia.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 5:

Jacob

Conducía de vuelta a la cuidad, en mi fuero interno, me sentía mal conmigo mismo, como profesional y como persona; es que él realmente era desquiciante cuando se lo proponía; pero no quería verlo así, si lograba que siguiera sus ejercicios, estaba seguro que en unos meses, tal vez un año, podría caminar con bastón, no sería lo mismo que antes, sobre todo para un vaquero como él, pero siempre sería mejor que quedar postrado en una silla de ruedas.

El cambio de luces me hizo detenerme, no estaba prestando real atención al tránsito a mi alrededor, no es que hubiera mucho movimiento a en la cuidad, mire a la cafetería que se encontraba a unos ciento cincuenta metros, pensé en detenerme a comer algo, el mal humor es menor con algo en el estomago, no soy de alimentarme de comida chatarra, sino mas bien, de cuidar mi figura, me gustaba estar en forma ( a las chicas también les gustaban mis bisep), pero no me caería mal un café y tal vez algo de azúcar.

Ingrese al lugar, que en ese momento se encontraba bastante lleno, habrían unas treinta personas, las muchachas que servían  las mesas, se veían un poco atareadas, sin mucho para hacer en la tarde, mi turno en el hospital comenzaba en tres horas, decidí tomar asiento en la barra, y esperar que alguna se desocupara y pudiera atenderme.

-¡Hey tú!, ¡hace veinte minutos pedí una tortilla de patatas, alas de pollo fritas y una soda grande!- un hombre de unos cuarenta y largos, gordo, despectivo en sus modales y carente de una rutina de aseo adecuada de cualquier persona normal, increpaba a una joven de no más de 20 años, castaña, delgada y obviamente muy avergonzada por ser el foco de los reclamos de este sujeto.

-Lo siento señor, ya los he pedido en la cocina, no deben de tardar en estar listas.- observe la situación mirando sobre mi hombro, ella tenía un color carmesí en sus mejillas, y retorcía en sus manos una paño de limpiar las mesas, el pequeño delantal que cubría unos jean gastados, que deberían ser por lo menos un talle más grande del que correspondería para una chica de su complexión física, era lo único que la identificaba como mesera del lugar; a primera vista, daba la impresión de alguien a quien protegerías de puro instinto, delgada, menuda y con mirada de niño asustado.

-Pues dile al cocinero, que no estaré todo el día esperando, se supone que es un lugar de comida de paso, no un restaurante cinco estrellas, donde pides un lugar meses antes.-  el tipo parecía disfrutar de hacerla sentir incomoda, me gire en mi asiento con intención de intervenir, pero ella me deslumbro con su respuesta.

-Si quiere comer más rápido, hubiera venido más temprano, como podrá ver, mi compañera y yo, no nos damos a vasto, no es el único comensal que aun aguarda su comida, si está desconforme con el servicio, puede bien servirse la salida.-  su voz clara, pero firme, nunca levanto la voz, ni perdió los modales, no dejo lugar a más reclamos de parte del hombre, quien viéndose sorprendido, como la mayoría de los que estábamos allí presentes, no dijo más nada, y solo se limito a esperar su comida.

La muchacha pasó junto a mí, sin mirarme, doblo por un lateral de la barra, levantando un extremo de esta, ingreso a lo que supongo era el área de la cocina y desapareció allí.

No trato de alardear, pero puedo decir, que nunca me ha faltado compañía femenina, sino todo lo contrario, al ser fisioterapeuta, tener un buen aspecto físico y ser relativamente simpático, siempre me vi rodeado de chicas predispuestas a compartir mi cama, y algo más, si yo las dejara, pero nunca entablo relaciones formales, no tengo nada contra eso, es solo que nunca he encontrado a esa chicha con la que quiera compartir más que un placer físico, pero algo me decía, que las cosas cambiarían, y muy pronto.

Unos cinco minutos más tarde, otra joven de más o menos la misma edad que la primera, se acerco a tomar mi pedido libreta en mano, pedí una ensalada, un filete magro a la plancha y un jugo de naranja.

-Con razón tienes tan buen físico, no comes como los demás hombres de por aquí, y tus manos pareces muy cuidadas; no tienes anillo de compromiso, por lo cual, nos deja dos opciones…- me quede observándola, obviamente me encontraba interesante, ya que no disimulo su interés en cada detalle que pudo observar de mi.

-A sí, cuáles serían esas opciones.- trate de sonar cortes, pero no excesivamente simpático, no era en ella en quien tenía interés en ese momento, pero sabia por experiencia, que las mujeres cuchichiaban entre sí, cuando encontraban atractivo a un hombre, con algo de suerte, esta se lo comentaría, a la castaña que había desaparecido hacía unos minutos, y de la cual, si me interesaba, llamar la atención.

-Eres un muy atractivo hombre, que por azares del destino, está soltero, o, eres un muy atractivo hombre, que por una broma del destino, ha traído hasta este pequeño café, de una perdida cuidad, solo para confirmar mi teoría…- su sonrisa era de quien está acostumbrada a coquetear con los hombres, sin llegar a ser vulgar; si la observaba bien, era bonita, no una belleza de revista, pero bonita de una forma simple, normal.

Complexión delgada, sin llegar a ser extremadamente flaca, cutis trigueño, cabello negro, muy lacio, ojos rasgados, de un marrón muy oscuro, casi negros, sus facciones me indicaban que en algún lugar de su linaje, habían indígenas implicados, obviamente era descendiente de alguna tribu de las que poblaron aquellas tierras, muchas generaciones atrás.

-Y esa teoría sería…- deje la frase abierta para que continuara con sus conclusiones, que me estaban pareciendo divertidas.

-Eres Gay.- lo dijo sin estibo de diversión, realmente creía que podía ser homosexual, no podía estar más errada, para mí no hay cosa más hermosa, que un bella mujer, ronroneando de placer bajo mi cuerpo, en un rato de placer mutuo; me reí con ganas, debía de admitir que era osada, no cualquiera le dice a alguien con quien no has cruzado más de un par de frases, que eres muy atractivo para ser un hombre heterosexual, soltero.

 

 

-LEAH- la castaña salía de la cocina con sus manos llenas de platos humeantes, sus ojos mostraban la recriminación asía su compañera.

-¿qué?- era una situación graciosa, estas se quedaron observado por un minuto, tiempo suficiente para que pudiera apreciar lo bonita que era esa chica, a pesar de su aspecto desalineado, podía ver que su piel era demasiado blanca, como porcelana, algo extraño, considerando en la zona en la que estábamos.

-Podrías ayudarme a servir a los comensales, como puedes observar, esto está lleno, Billy está corriendo ahí dentro, no es un buen momento para preocuparte por la vida sexual de los clientes.- al decir esto último, sus mejillas tomaron un furioso tono carmesí, ella estaba visiblemente avergonzada.

-Ok, ok…- su compañera empujo la puerta bai ben he ingreso a la cocina.

-Lo siento, ella es un poco … como definirlo…- hizo una mueca muy tierna, mordía su labio inferior, como pensando una frase para definir a su loca amiga.

-Ella es inquietante, en una forma divertida.- dije tratando de sacarla de una situación que obviamente le incomodaba.

-¡Sí! Esa sería una buena definición, no se lo tome a mal, no es mala chica.- dijo mientras avanzaba para entregar los pedidos, no podría decir que fue lo    que me provoco su actitud protectora asía su amiga, solo sé ,que quise saber más sobre ella, pero no era el lugar, ni el momento, necesitaba saber su nombre, y a qué hora terminaba su turno, o su día franco, algo con lo cual poder tener una oportunidad de invitarla a tomar algo, y bueno, lo que surgiera.

Leah trajo mi pedido unos minutos después, no le preste mayor atención, trataba de observar, sin llegar a ser incomodo, lo que hacia la chica de piel de porcelana y ojos tiernos, caminaba entre las mesas, sirviendo café, recogiendo mesas, hablando con los clientes, buscaba una oportunidad para entablar una conversación y saber su nombre y algo más.

-Así que tenía razón, eres gay. Que desperdicio.- volví mi vista asía la chica insistente, no me servía que pensara que era gay, pero si le decía que era heterosexual, seguro no me dejaría en paz, y yo quería datos sobre su amiga. Solo sonreí como única respuesta, no lo confirme, pero tampoco lo negué, dejando a su juicio, la conclusión a esa pregunta.

Obviamente no era la viva imagen de la felicidad, de alguna parte apareció la chica castaña, que me tenia encandilado.

-HAY VECES QUE ODIO TENER LA RAZON.- la chica castaña, miro a su amiga sin entender que sucedía.

-Es gay.- dijo esto como una verdad absoluta, me atragante con mi jugo, y comencé a toser, no podía ser cierto, yo no era gay, esta chica tonta, acababa de decirle a la mujer que más me había atraído en mucho tiempo, que yo era un chico gay, no podía tener una peor mañana.

-¡Haa! Vamos Leah, no seas tan cerrada, parece un chico simpático, su sexualidad no debe ser un impedimento para que seáis amigos.- le respondía a su compañera mientras me acercaba un vaso con agua, ofreciéndomelo, al verme visiblemente perturbado por la situación.

-Yo no…- mi vos era ronca, y la tos no me permitía hablar

-Tranquilo, Leah es solo un poco dramática, no somos discriminativas, Billy tampoco, creo que eres valiente al no ocultarte, todos tenemos derecho a ser lo que nos hace felices, no te sientas mal por eso..- dicho esto desapareció tras su amiga, quien había entrado en la zona de la cocina.

Los otros hombres que comían junto a mí en la barra, me observaban, algunos con obvio desagrado, pero otros con comprensión, como quien mira a un hijo descarriado, me sentí un alienígena en un mundo paralelo, en qué momento, esto se había convertido en una pesadilla.

Sin saber muy bien qué hacer, saque mi billetera para pagar, cuando mi celular sonó en mi bolsillo, tomándolo, vi que eran los Cullen.

 

-Diga.- conteste mientras caminaba,  había llegado a la caja, puse el manos libre, y apoye el teléfono en el mostrador, mientras sacaba la plata, solo quería pagar he irme, obviamente, la castaña, estaba fuera de mi “homosexual” lista de conquistas, ¡¡¡qué suerte la mía!!!

-Jacob, lamento lo de esta mañana, realmente lo siento. Yo entenderé si no quieres volver a trabajar conmigo, pero realmente, te necesito, eres mi esperanza para volver a ser un hombre completo otra vez.- La voz de Edward era de alguien que se siente culpable, era conmovedor, sabía que esto era muy duro para él, no solo el accidente, sino todo lo que estaba pasando en su vida.

-Sabes que por mucho que me enoje, no podría dejarte solo, eres alguien a quien le tengo mucho aprecio, pero debes dejar de ser tan jodidamente terco, sé que muchas cosas de las que te hago hacer son dolorosas al principio, pero con el tiempo y la práctica, te acostumbraras y dejara de doler, solo debes seguir intentándolo, yo estaré ahí para ayudarte…- la cajera me miraba de una forma muy extraña.

-Lo sé, prometo soportar lo más que pueda el dolor, y la frustración, pero tú trata de ser más paciente, esto no es fácil para mí, hasta hace algunos meses, era un hombre felizmente casado, verme en esta situación, es raro, no digo que no te agradezco por estar a mi lado en esta transición, pero hay momentos en los que dudo de los resultados de todo esto, a veces, sería más simple seguir como hasta ahora, dejar de intentar…- su voz se quebró

-Tranquilo, todo saldrá bien, volveremos a intentarlo en dos días, ahora debo volver al trabajo, trata de tomar tu medicina para el dolor, y no dejes de hacer los ejercicios que te he dicho, eso ayudara a que duela menos cuando lo hagamos juntos.-  tome el cambio que me entregaba la cajera y deje unos dólares como propina para las chicas que me habían atendido, tome mi celular de el mostrador.

-Gracias Jack, realmente, no sé qué aria sin ti, eres más que un amigo, lo sabes ¿verdad?- Odiaba cuando su veta melancólica salía a flote y más en este preciso instante, en el cual una castaña, me miraba con amor y complicidad en los ojos, con una sonrisa de quien te dice sin palabras, “bien, eso es, no tengas vergüenza de decir lo que sientes, mierda, esto no podía ser peor. 

-Sí, claro, claro…- maldije para mí mismo, al final Leah  tenía razón, esto era una broma cruel del destino, jodidamente cruel, de todas las mujeres a las cuales no me importaría decirles abiertamente “Soy Gay, deja de tratar de meterte en mi cama”,  a la cual quería en mi cama, piensa que realmente soy gay, estoy jodido.- Sabes Edward Cullen, hoy es un mal día, así que simplemente, nos vemos en dos días, si, solo trata de hacer tus ejercicios…- mire por última vez a la castaña de mis sueños parada detrás de la barra, su expresión era de puro horror, su rostro reflejaba un shock total; no supe como tomarlo, hacia unos minutos me había dicho que no me discriminaría por mi sexualidad, tal vez, se había dado cuenta que solo era una confusión y ahora con la llamada de Edward cambiaba las cosas, salí del lugar sin estar seguro de que irme sin aclarar las cosas era lo mejor, pero que podría decirle.

“Tú amiga entendió mal, tú eres la que me gusta, ella sola saco la conclusión de que soy gay ,no lo soy, Edward, el chico que se pone melancólico por teléfono, es solo un amigo que tuvo un accidente y estoy ayudándolo con su recuperación…” sonaba una excusa patética he increíble, pero era la maldita verdad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hola, sé que me demore mucho en subir un nuevo capitulo, lo siento. en esta ocación trate de darle un poco de humor a la situación, sé que todas quieren saber como seguira Edward, tranquilas, lo iran sabiaendo poco a poco.

dulcecullen no pense en dejar inconclusa la historia, es solo que rescribi varias veces algunas partes y no estaba conforme, aun noilo estoy,pero es lo mejor que me ha salido de todo lo escrito, espero les guste y espero sus comentarios.besos

Capítulo 4: Capítulo 6:

 


 


 
14442211 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10759 usuarios