La Fuerza del Destino

Autor: BellaGreyHerondale
Género: Romance
Fecha Creación: 01/04/2015
Fecha Actualización: 30/08/2015
Finalizado: NO
Votos: 1
Comentarios: 7
Visitas: 10023
Capítulos: 4

Lo conocí cuando era una niña de 8 años, el tenia 15 al igual que mi hermana. Me enamore de el cuando cumplí 11 años, en ese entonces Tanya se había ido a vivir a Londres, le iba a revelar mis sentimientos cuando cumplí 13 años, pero Tanya volvió e hizo que todo se viniera abajo, lo peor fue cuando descubrimos que Tanya estaba embarazada de Edward. Eso hizo que mi mundo se viniera abajo. Tanya para no buscar problemas con mi madre se invento que Edward la había violado, ocasionando que Edward dejara Forks.

Pense que nunca lo volveria a ver, pero me equivoque. Nueve años después de lo de Tanya el volvio.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 4: 3

Titulo: La fuerza del destino

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, si no que le pertenecen a la maravillosa Stephanie Meyer. Yo solo ego con ellos.

Avisos: Las palabras que se encuentren subrayadas y con negritas son el inicio de unuevo POV.

Palabras con un * son palabras que estarán definidas al final del capítulo, y palabras que estén medio ladeadas serán recuerdos. Y las que estén en negritas es que han pasado años, semanas , días o meses (Paso del tiempo) Disfruten de la lectura.

Aclaraciones: Tanya es mas grande que Edward por meses, Edward todavía no cumplía 20 años (Estaba a un mes) y a Bella le faltaban 4 meses para los 13años.

😍😏😌😁❤️😁😌😳😂😀€&€&'kjjnjnkjhjhgvhgvh

Lizzie y yo nos reímos cuando Shaggy le grita a Scooby doo que no se coma al gato. Desde hace una semana hemos estado viendo películas graciosas y romanticas, el día de hoy escogimos Scooby Doo y no nos podemos arrepentir, la película es muy graciosa.

Es nuestra ultima noche juntas así que la estamos pasando a lo grande, mañana ella no tiene clases y podrá levantarse tarde; pero yo si tengo que ir a la universidad a entregar unos trabajos y después tengo que volver por Lizzie para llevarla con Aro y Marco.

—Yo quiero un perro—Me dice con la bca llena de palomitas, yo me río cuando hace eso. Es una niña que se ve muy chistosa haciéndolo.—Pero papá dice que la casa es muy pequeña.—Mi padre invento esa escusa solo porque no quiere un perro, la casa es lo suficientemente grande como apra que entre un perro.

—Ya sabes que Ness y Claudia no pueden estar cuidándolo siempre.—Le explico y ella me voltea a ver.

—Pero yo lo cuidaría.

—Pero vas a la escuela, y no vas a poderlo cuidar todo el día. Es mejor así—Le digo mientras me levanto de la cama y dejo el tazón de palomitas en mi escritorio.

—Tienes razón, pero...—Ya no me termina de decir, alguien a interrumpido en mi cuarto sin llamar a la puerta, es mi mamá.—Buenas noches, señora Irina—Dice Lizzie sentándose correctamente en la cama, mi mamá solo asiente y me mira de arriba a abajo, evalúa mi atuendo: Pans, un top blanco para hacer ejercicio con escote corazón y estoy descalza.

—Isabella...—Me dice con desaprobación yo me encojo de hombros.

—¿Que se te ofrece má?—Le digo cruzando los brazos y acercándome a ella, se escuchan las risas de Lizzie y mi mamá la voltea a ver dela misma manera en que me ha visto a mi. Le ruedo los ojos.—Mamá...—La reprendo y ella niega con la cabeza; como diciéndome que ya esta bien.

—Necesito que vengas conmigo a la sala.—Me dice y yo intento señalar a Lizzie.—No se va a ir a ningún lugar. —Dice segura.

Le ruedo los ojos de nuevo y descruzo mis brazos y los pongo en mi cadera, mi mamá me hace una señal para que me apure. Sale de mi habitación cerrando la puerta. Suelto un suspiro y miro a Lizzie ella me ve y se encoge de hombros.

—Yo no me voy a ir a ningún lado —Repite las palabras de mi mamá, me río ante eso.

—Contestas mi celular si suena, ahorita vengo.—Le digo saliendo del cuarto, no me he puesto tenis, así estoy bien. El piso se siente frío pero mis pies ya están a temperatura ambiente por lo que no lo siento mucho.

Llego a la sala y veo a mi madre y a mi abuela sentadas en uno de los sillones de tres personas, yo me siento en el otro que sobra y subo mis pies para juntarlos a mi pecho.

—Cayo me ha llamado.—Dice mi madre antes que mi abuela o yo pronunciemos si quiera alguna palabra.—¿Porque no me habías dicho que Demetri te pidió ir con él a comer mañana con el hijo del inversionista?

Ruedo los ojos, sabia que se lo tenía que decir pero quería esperar hasta mañana.

—Demetri me dijo que el hijo de este señor no habla español.—Mi madre sonríe entusiasmada.—Es por eso por lo que voy a ir. No porque yo lo quiera mucho.

—¿Demetri sigue sin saber ingles?—Me pregunta mi abuela y yo asiento.—Pues que lleve su diccionario.

—Eso mismo le dije yo—Le sonrió por nuestras ocurrencias.

—Basta.—Dice mi madre llamándonos la atención.—Quiero que des una buena impresión, aunque con el ingles das justo en el clavo.—Bajo mis pies y coloco mis codos en mis rodillas.—Llévate una ropa que embarque tu figura, tal vez una mini falda. Unos tacones de infarto y déjate el cabello suelto.—¿es un chiste cierto? Quiero preguntarle, pero me contengo. Bueno, no me contengo mucho.

—Mamá, solo iré a comer con él y con MI novio.—Remarcó el mi para dejarle claro el asiento.—Si este sujeto nos quiere ayudar no dependerá de mi atuendo, ni de mi figura ni nada de nada.—Le digo y ella bufa molesta.

—Pero hija, si vas así sabrá que somos personas respetadas.

—Mamá, si voy así pareceré que estoy urgida para que me presten atención. Es como si le bailara la danza del vientre... Oh espera ¿Quieres que se la baile?—Ella se levanta enojada y frunce su ceño.

—No es gracioso, me sacaras canas verdes un día si sigues así.—Dice empezando a caminar hacia el lugar en donde están los cuartos. —haz lo que quieras, que nos lleve el diablo entre las patas.

Niego con la cabeza y miro a mi abuela levantándome del sillón.

—Lo siento, abuela —Le digo y ella asiente.

—No te preocupes hija, tu madre esta un poco estresada desde que se entero que venían nuevos inversionistas. Tiene miedo de que no nos quieran ayudar. —Me dice levantándose tambien, ambas empezamos a caminar hacia los cuartos.

—Eso lo entiendo. Pero no todo dependerá de mi para que nos ayuden.—Ella asiente.

—Hablare con ella hija, no te preocupes. Ve con Lizzie y disfruta de su ult ma noche juntas.

—Gracias.—Entro a mi cuarto y veo a Lizzie poniendo otra película. Tengo Netflix * por lo que solo tiene que salirse y encontrar lo que quiera ver.

—¿Vemos una de terror, acción o de que?—Me pregunta cuñado se da cuenta que he entrado, yo me encojo de hombros.—¿O mejor platicamos?

—¿Que me quieres contar?—Le pregunto acercándome para sentarme en mi colchoneta en forma de Pikachu.

—Mi papá me ha dicho que llegaran nuevos inversionistas,—Dice y yo asiento.—¿Crees que estén guapos?—Me río, esta niña ya piensa en chicos y todo eso, pensar que yo a su edad veía a las princesas de Disney.

—No lo sé.—Le contesto siendo sincera, ella sonríe y cruza sus piernas en la posición que le he enseñado.

—Dicen que son ingleses, y los ingleses están Uff...

—Lizzie.—Le reprendo y ella se encoge de hombros.

—Era broma, sabes que no pienso en novios. Quiero ser como tu...—Eso me sorprende por completo.

—¿porque como yo?

—Porque ya te vas a graduar, tienes novio, un cuerpo de infarto, eres hermosa por dentro y por fuera. Eres la persona más noble y buena en la faz de la tierra, eres inteligente y bailas—Me dice con lagrimas en los ojos.—Hubiera deseado que así fuera mi mamá —Mis ojos se nublan de lagrimas, nunca hablamos de su madre es un tema complicado para todos. No es fácil saber que tu madre murió cuando te dio a luz y menos el saber que ella misma fue quien tomó la desicion de salvarte a ti sobre la vida de ella.

—Sabes que puedes confiar en mi como si fuera tu mamá, aparte tienes a Ness y a papá —Le digo acercándome a abrazarla, ella se aferra a mi.

—Todas las niñas de mi salón van al salón de belleza con sus mamás y hablan de chicos, yo no puedo hacerlo con tía Ness porque como que se incomoda y a ti solo te veo pocas horas a la semana—Se me hace un nudo en la garganta, no pensé que fuera tan complicado todo esto. Pero por un lado la entiendo, porque aunque tenía a mi mamá viva; nunca me sentí con la confianza de decirle algo así.—¿porque se tuvo que ir Bella?

—Ella quería que tu vivieras, y aunque te cueste entenderlo ahora en unos cuantos años entenderás el porque una madre es capaz de dar la vida por sus hijos.

Ya no me dice nada, si no que llora hasta cansarse, llora hasta quedarse seca, llora hasta caer rendida en mis brazos, nos acuesto con cuidado en la colchoneta, no la quiero despertar. Muevo con cuidado la cobija y nos tapo en ella, la estrecho lo mas que puedo contra mi; me duele que sufra de esta manera; me duele saber que no hay nada que yo pueda hacer para calmarla y me duele pensar que así podría estar la hija de Edward con Tanya.

.

.

.

—Lizzie...—La muevo un poco para despertarla.—Vengo en tres horas por ti.—Le susurro y veo como ella asiente, se levanta para darme un beso en mi cachete y se vuelve a acostar.

Tomo mi bolsa junto con mis folders, me pongo mis zapatos antes de salir del cuarto. Camino en silencio mirando mi celular, ayer recibí una llamada de uno de los hoteles de lujo de los alrededores, Lizzie no me dijo nada pero no la culpo, decido marcar al hotel para que comuniquen con quien me marco.

—Hotel New Moon, ¿En qué puedo ayudar?

—Disculpe, el día de ayer recibí una llamada del hotel¿Me podría comunicar con la persona que me marco?

—Señorita Denali.—Reconozco la voz como la de Sarah, a su hermana le doy clases de inglés .—Espero que me perdone pero la persona que le marco quiere que le diga su apellido. Espero me pueda disculpar. —Se me hace extraño,nunca nadie se me había comunicado conmigo y no respondido.

—Entiendo.—Cuelgo y sigo caminando al comedor, ahí están mi abuela y mi mamá.

—Isabella, ¿Porque no te pones otro vestido de otro color?

—Mamá, no.—Le digo de modo de advertencia, ella siemplemente se encoge de hombros.

—Intente ayudarte—Me dice y yo le ruedo los ojos, no me esta ayudando ni nada de lo parecido.

—Mamá esta bien.—Le digo, tomo un vaso y me sirvo un poco de jugo.

—No vas a desayunar.—Mi abuela no me pregunta, es un afirmación.

—No. Tengo que entregar estos papeles y después tengo que venir por Lizzie. Para posteriormente llevarla con Marco y Aro, solamente para ir a comer con Demetri y el señor Cullen.

Mi abuela se ríe y mi madre tuerce la boca. Les doy un beso en la mejilla a cada una y salgo de la casa, me encuentro con Claire y Quil.

—Buenos días niña Bella. —Me contestan ambos y yo los saludo.

—Quil, necesito que vayas a pagarle a Seth.—Este asiente .—Y Claire ve por las cosas que falten en la despensa.

—Si, señorita.—Me dicen, me subo a mi carro cuando les doy las gracias, Quil corre a abrirme el portón para que pueda sacar el Volvo. Salgo a velocidad normal y le agradezco.

Adoro mi carro, mi oadre me lo regalo hace cinco años y en ese entonces era nuevo, ahora ya no lo es pero es un muy buen carro. Escogí el volvo porque a Edward le gustaba, solo por esa razón lo escogí. Y no me arrepiento de nada. Me ha funcionado a la perfección durante estos cinco años y cada cierto tiempo lo llevo a hacer mantenimiento. Es como mi pequeño bebé.

Me gusta ir rápido y mas cuando se que aquí no transita mucha gente, así que voy rápido y pero con precaución y mas cuando también se que hay muchos imprudentes que salen con sus bicis y con sus motos.

Saludo a varias personas que van pasando, aqui todos se conocen y a los que no conoces es porque no van a tu zona o tu no vas a sus zonas, así de simple es la vida aquí en Forks.

Cuando llego a la universidad veo a varias personas en sus autos recargadas, entre ellas esta Alice y Ángela. En cuesto me bajo del carro ellas se acercan. ¿Y de que empiezan hablar? De los inversionistas, Ángela cuenta que el día de ayer vio un carro del año estacionado en la universidad. Otro compañero dice que lo vio afuera La vita è bella dos carros súper mega gua (Sus palabras, no las mías). Los inversionistas con el tema de hoy, en cuanto les digo que yo conoceré al hijo todos se sorprenden y empiezan a hacer preguntas. Les doy largas y entro a la escuela, voy directamente con el maestro de psicoanálisis, le entrego el trabajo y le pido disculpas por no poder estar presente en su clase el día hoy, pero parece que no le importa. Soy la primera alumna que conocerá a los inversionistas o al menos uno de ellos . Es el mismo caso con los otros maestros (Neurología, Psicopatología y Teoría y Técnica de Grupos), tomo dos clases las cuales son demasiado abrurridas de temas que ya había visto en un curso que tome en Londres hace dos años. Por lo que me salgo antes en cada clase, saco unos cuadernos del locker y los tomo con la mano, me despido de Alice cuando ella sale al baño.

.

.

.

Llego a la casa, dejo el carro afuera y entro corriendo por Lizzie ella esta en la sala ya cambiada y con su mochila, la veo y le sonrió.

—Vámonos.—Le digo y ella asiente, tomo su mochila para dejarla en la parte de atrás.

No decimos nada por un momento y siento la tensión en el aire. Decido romperla para que podamos hablar como lo hace,os siempre.

—Había pensado que después de que te recoja podríamos ir al salón de belleza a que nos corten el cabello y nos arreglen las uñas.

Ella me voltea a ver con una sonrisa y con ojos luminosos.

—¿Enserio?—Me pregunta y yo asiento.

—Mecesito que me hagan la manicura.—Le digo y ella se ríe, hace un mes me hice el francés y esta vez me lo haré de nuevo.

—¿Me la puedo hacer yo igual?

—Claro.—Le contesto segura, mi mamá nos hacia la manicura cuando tenía seis años. Ella ya tiene ocho años.

—¿Y el cabello?

—Cuando estemos ahí vemos que tanto nos hacemos.—Ella asiente de acuerdo conmigo.

Enciende la radio en el cual suena Fuiste tu. Lizzie la canta durante lo que queda de camino, para cuando llegamos con los Vulturis se baja corriendo y Aro la recibe, me bajo con ella y le sonrió. Él me devuelve la sonrisa con un brillo en los ojos.

—Bella.—Me dice dándome un beso en la mejilla.

—Aro,—Le digo y le tomo una de las manos, siento como se estremece.—Enserio muchas gracias, te estoy muy agradecida.

—Bella,tranquila—Me dice y yo le sonrió—Nos divertiremos mucho.

Lizzie asiente y entra a la casa.

—Creo que me tengo que ir o si no no llego—Le digo y sonrió a caminar pero Aro me detiene, volteo a ver su mano en mi brazo.

—Perdón.—Me susurra soltándome y poniéndose rojo ¿Que sucede aquí?—Solo que quería decir que no conozco a esta persona pero su padre dijo que era muy amable. Trátalo bien.—Asiento sin comprender mucho.

—Esta bien.—Susurro ahora si dándome la vuelta para continuar con mi camino, cuando me subo en el carro veo como Aro cierra la puerta de la casa. Su comentario me hizo sentir un poco incomoda, no se que a que se refería con eso de tratarlo bien, y me intriga un poco; pero ni modo el show debe continuar y a darle.

.

.

.

—Muchas gracias—Digo cuando el mesero me saca la silla para que me siente.

—¿Puedo ofrecerle algún aperitivo? —Me pregunta y yo niego.

—Prefiero esperar muchas gracias.—Le sonrió cuando se va, cuelgo mi bolsa en un lado de la silla y pongo mis codos sobre la mesa para ver a los lados, La Bella Italia es un lugar hermoso al aire libre, toda la decoración es italiana y maravillosa. Es un lugar romántico, solo he estado pocas veces en Italia y puedo decir que se parece mucho a la Toscana.

Escucho los pasos de personas, no se si es Demetri o la persona con la que vamos a comer, dejo de ver a los lados y veo un punto en la mesa.

—Esta es la mesa del señor Demetri Vulturi, Señor Cullen—Levanto la mirada para ver como es este importante empresario con el que vamos a comer Demetri y yo.

El levantar la mirada es lo peor que puedo hacer, al hacerlo me encuentro con un rostro demasiado conocido. Es mas guapo que antes, ya no utiliza sus anteojos y se nota que ya no se ve como cuando tenía veinte, ahora luce como todo un hombre. Con su cabello cobrizo alborotado, sus hermosos ojos esmeralda y esa sonrisa torcida que todavía me hace soñar.

—Edward.—Susurro su nombre lo suficientemente bajo para que él no me escuche.

—Gracias—Dice al recepcionista y este se va.

Al darme cuenta que lo miro mucho giro mi cabeza rápidamente hacia enfrente, miro un punto fijo a uno de los pilares esperando que pase inadvertida por él. Estoy segura que se imaginaba nuestro reencuentro diferente pero para si desgracias es lo único que puedo expresar.

—¿Puedo sentarme?—Dice jalando la silla sin esperar respuesta, lo volteo a ver un poco nerviosa

—Creo que ha sido una confusión—Espero que mi voz no salga temblorosa pero por desgracia sale así, y se que él puede verlo en mi aura.

—No, Bella—Me recorre un escalofrio cuando dice mi nombre de nuevo, me remuevo un poco incomoda. Enserio esto es todo, menos lo que me esperaba.—Soy yo Edward—Volteo mi rostro hacia otro lado, se que es él. Pero no puedo aceptarlo, hace nueve años que no lo veo y no puede aparecer así de repente.

—Disculpe, pero no lo recuerdo—Mi voz dale tan creyente que por un momento estoy absolutamente segura de que me ha creido—Señor.—De reojo puedo ver como el enojo cubre sus ojos y como frunce el ceño. Clara señal de que se esta enojando.

—Me recuerdas muy bien—Sigo sin mirarle de frente, me asusta un poco hacerlo para ser sincera—Han pasado 9 años, ya no utilizo los lentes y me deje crecer la barba solo un poco. Fuera de eso no he cambiado mucho— Su voz sale un poco desesperada como si quisiera que entrará en razón.

—Ya le dije que no lo recuerdo, las cosas que no me importan las olvido con facilidad—Cierro los ojos cuando pronuncio esas crueles palabras, me han dolido mas a mi que a él, o eso creo. Negarlo me lastima, pero aceptarlo me va a matarme por completo.

—No me haz olvidado, como yo no te he olvidado a ti.—Abro los ojos para encontrarme con su mano enfrente de mi cara, me quedo tiesa al ver que es lo que sostiene en ella. Una orquídea, la tomo temblando de pies a cabeza. E a lo mismo que hice cuando lo conocí, y ahora el lo hace cuando (técnicamente) nos volvemos a conocer.

—Ya me acorde—Digo en un suave, mis manos sudan al igual que yo. Puedo ver como el niega con la cabeza.

—Te acordaste desde el primer momento en que me viste. ¿Por qué mientes Bella?—Dice con dolor en la voz, quiero voltear a verlo pero no lo hago. Me contengo.

—Disculpen la tardanza—Guardo la flor cuando la voz de Demetri se escucha por todo el lugar, Edward se levanta para saludarlo —Un gusto Edward, soy Demetri Vulturi—Es la primera vez que escucho a Demetri siendo cortes con alguien que no sea yo, se dan la mano por un breve instante pero la suelta para tomarme del mentón y plantarme un beso en la boca, giro la cabeza molesta, no me gusta que hago esto y menos enfrente de personas, menos enfrente de Edward—Edward, es hijo del señor Cullen. Edward ella es mi novia Isabella, pero dile Bella—Volteo a ver a Edward con arrogancia, como queriéndole decir con la mirada ¿Es enserio lo que escucho?

—Hijo adoptivo—Aclara y yo asiento con una mueca en la boca.

—Bueno, da igual—Dice Demetri perdiendo por completo la buena impresión que le dio a Edward, adiós buenos modales. Hola al Demetri de verdad. —Son los inversionistas que vienen a in…

—Me lo dijiste toda la semana pasada—Por dios, me lo ha repetido desde que fue la boda, no deja de hablar de eso. Es como si los inversionistas fueran su vida o no se que.—No es necesario que lo repitas.

—Okay, entonces Edward. Es un placer tenerte en nuestro pueblo—Se escucha enojado, no le gusta que lo humillen y menos que yo lo humille.

—Gracias, Demetri.

—¿La decisión de venir aquí fue repentina?—Demetri luce realmente interesado por la vida de Edward, me hace una señal para que llame al mesero. Le ruedo los ojos y lo pateo, llamó al mesero.

—No, la decisión de venir fue tomado hace muchos años.—Vuelvo mi cabeza a Edward rápidamente y por un momento me mareo, no digo nada pero si lo miro fijamente,

—¿Les puedo ofrecer algo de beber?—La voz del mesero nos interrumpe y hace que Demetri y yo lo volteamos a ver.

—Wisky—Demetri demostrando que es todo un cabellero ordena primero y después mira a Edward, él cual me voltea a ver.

—¿Tu que quieres de tomar? —Lo volteo a ver como si le hubiera salido un tercer ojo, trago fuerte y me enderezo un poco.

—Vino esta bien.—No me gusta tomar pero necesito una copa.

—Vino será caballero—Dice al mesero

—En un momento traigo las cartas.

—Edward se que te codeas con mujeres altas de ojos verdes y cabello rubio. Pero dime ¿Mi Bella no es preciosa?—¿Porque haces esas preguntas Demetri? ¿Porque? Mejor pregunta del clima.

—Preciosa no—Demetri lo voltea a ver sorprendido, según el mi belleza es para presumir—Es hermosa.—No lo volteo a ver y tampoco me sonrojo, pero si le agradezco el cumplido con un suave:

—Gracias.

—Aquí tienen—El mesero entrega las cartas, primero a mi y después a Edward.. —Cabe decir que nuestra especialidad es la pasta.—Dice dándole a Edward la carta de vinos. Se aparta un poco de nuestro espacio y pone sus manos delante de él.

—Dime Bella ¿Vino blanco o tinto?

—Me da igual—Digo, como ya dije no me gusta beber y me da igual lo que tome, con tal de tomarlo ya, escucho como Demetri se ríe.

—Amor, no seas así. Edward dira que eres una ranchera sin roce.—¿Que mierda dijo? Lo volteo a ver como en las películas de terror.

—Respetame—Digo completamente enojada—No me gusta que me hables de esa manera—Digo sintiendo un instinto asesino

—Solo era una broma— Dice Demetri con miedo, en una ocasión me dijo que cuando me enojaba me tenía miedo y que bueno que siga siendo así.

—No me gustan ese tipo de bromas, y menos cuando sé que son el estilo de tu padre—Digo completamente dando terminado el tema, volteo a ver al mesero este se ve completamente avergonzado pero no dice nada, solo se acerca a tomar la orden.

—Cualquier vino tinto de Europa, está bien—Edward le entrega la carta, el mesero desaparece dejándonos en un incomodo silencio que solo desaparece cuando el mesero llega con nuestras bebidas y a apuntar nuestras ordenes: Demetri pide carne de vendao, Edward un filete de pescado y yo una ensalada de pasta; puedo sentir la mirada sorprendida de Edward sobre mi, cuando éramos niños me encantaba comer, todo el día comía, pero ya no es así. Ya no hago muchas cosas que hacia cuando era niña y eso se debe a muchos cambios de mi vida y uno de ellos fue el de hace nueve años.

Rezo a los dioses porque Edward no quiera hablar conmigo, realmente lo estoy rezando

—Bella. Do you think we could talk?*—Justo lo que no quería que pasara pasa, lo volteo a ver con ojos de pistola pero mantengo las apariencias.

—Really, you think you want to talk to you? Listen, never ever, you and I speaking in front of someone*—Tomo mi copa de la besa y tomo un poco, el sabor dulce del vino inunda mis papilas gustativas. Veo como una sonrisa se forma en su rostro cuando se da cuenta de lo que he dicho

— I never said I talk to him here in front. We could talk alone in a private place —me pongo mas derecha si es posible y dejo la copa con un poco de brusquedad, Demetri nos mira un poco intrigado.

— Not being in the Sahara desert , speaking with you*—Conteso con enojo.

—Bella, ¿Qué tanto dicen?—Pregunta y yo le ruedo los ojos ¿Y tu diccionario?

—Me preguntaba sobre la comida, se está muriendo de hambre.—Edward levanta una de sus cejas, el tiempo que fuimos amigos nunca dije ninguna mentira, pero las cosas ya no son como eran antes y él ahora se da cuenta de eso.

—Lo lamento Edward, pero es que esta gente se tarda mucho.—Demetri luce realmente apenado, como si fuera el dueño del lugar y sus empleado no estén cumpliendo en tiempo y forma. Edward le resta importancia con un gesto.—Solo te pido que hables en español, porque yo de inglés yo solo te sé el Nou.

—Se dice, NO.—Lo regaño, si quiere decir algo que lo diga bien.

—Bueno, solo sé no.—Me voltea a ver para ver si lo ha dicho bien esta vez, asiento a su dirección..

—No te preocupes, Demetri. A todos nos pasa. —Me remuevo incomoda en mi lugar.

Lo volteo a ver y nuestros ojos se encuentran, él siempre decía que tratar de decifrarme era como hacer un modelo robótico: Difícil, y en ocasiones no se puede hacer, y es así como sigue siendo, y hasta creo que es peor, ahora no puede ni siquiera ver mi alma. Y es que su engaño y el de Tanya fueron los que me ayudaron a que me hiciera así.

—Edward, tu papá dijo que te gusta el ejercicio ¿Que haces?—La pregunta de Demetri me sorprende por completo, por dos sencillas razones:

1-El no hace ejercicio.

2-No le gusta hacer ejercicio

—Corro todas las mañanas y voy al gimansio.—Dice Edward mirándome, desde que vivía aquí corríamos todas las mañanas en ocasiones con su perro.—¿Tu que haces?

—Yo no practico deporte, pero Bella si—Lo pateo de nuevo, como que anda muy lengua suelta el día de hoy.

—¿enserio? ¿que prácticas?—Me pregunta Edward y finjo una sonrisa.

—Corro en la noche y aveces en la mañana, practico un poco de yoga y voy al gimansio—Edward parece sorprendido, ¿Que se imaginaba?

—Interesante.—Susurra justo cuando llega la comida.

Comemos en un incomodo silencio o al menos así lo siento yo, puedo ver como Edward no me quita los ojos de encima en ningún momento. De,entro es tan despistado que en ningún momento se da cuenta, me siento incomoda bajo su mirada como si me estuviera escaneando y eso no me gusta, me siento como las maletas en el aeropuerto. Cuando terminamos de comer Demetri paga. Doy las gracias a todos aquellos que nos atendieron y le doy propina al mesero (Cosa que Demtri no hizo).

—¿Edward tienes novia en Londres!—Pregunta Demetri cuando llegamos a la entrada, hago una mueca y volteo a ver a Edward. Este me mira con una sonrisa..

—No Demetri, no tengo novia.—Demetri hace una sonrisa tonta. La conozco perfectamente, lo va a invitar a un antro.

—Entonces deja,e decirte que tienes que salir a agarrar novia aqui en Forks. Te invito al antro.—Eso mismo hace cada que me invita, solo he ido dos veces con él.

—No lo creo, Demetri. Agradezco la invitación pero tengo cosas mas importantes que hacer.—Demetri se encoge de hombros y me señala con su dedo, no me pregunta nada.

—Tu no vas.—Dice seguro y yo le sonrió así entiendo.—De seguro vas a ir a la Universidad y después te vas a ir por ahí con Lizzi—Si que aprendió a conocerme muy bien.—Denme sus boletos, voy por los carros.—Ay no, ay no. Sola con Edward durante un par de segundos.

Edward rápidamente saca su boleto y yo me tardo un poco, tanto que Demetri me lo arrebata de mis manos. Se va sin decir nada y me deja a solas con Edward, pasan unos diez minutos cuando Edward habla.

—No pensé que estarías con un hombre como Demetri.—Lo volteo a ver sin mostrar emoción.

—Su vida a sido complicada, a estado mal influenciado siempre. —Le digo y Edward rie.

—¿Vida complicada? Por favor, yo se que es tener una vida complicada. A él lo único complicado que tuvo en la vida fue encender el carro y y?—No contesto simplemente asiento y cruzo los brazos.—¿Como haz estado?

—Bien—Contesto seca, lo volteo a ver. Sé cortés,—¿Y tu?

—La vida me ha tratado muy bien. No me puedo quejar...

—Estupendo—Digo interrumpiendola, no me importa nada mas.

Nos quedamos en silencio otra vez hasta que él lo vuelve a romper.

—¿Y tu hermana? ¿Como esta Tanya?—Ya se me hacia extraño que no hubiera preguntado antes. Lo volteo a ver.

—Se caso—El abre mucho los ojos, tampoco se lo esperaba,

—¿Con quien?—Me preparo mentalmente para decirle con voz clara.

—Con Jasper Vulturi, se caso hace una semana. Esta de luna de miel.—Edward ha abierto mucho los ojos, casi puedo jurar que se llevan a salir de la órbita, abre la boca pero ninguna palabra sale de ella.

—¿Qu...que?—Tartamudea después de un tiempo, yo me encojo de hombros sin querer contestar. Pero de todos modos contesto.

—Llevaba saliendo con él y se enamoro—Edward baja la mirada al suelo y puedo jurar que veo tristeza en sus ojos, el pecho me duele. Él la sigue amando, y eso me hiere todavía más. Pensé que lo había superado pero por lo visto no es así. Ya ninguno dice nada, solo esperamos a que llegue Demetri.

❤️❤️❤️❤️❤️❤️😇🎶🎶🎶🎶🎶😄😪😄😪😪&" &" &" &"—

Netflix Inc. es una empresa comercial estadounidense de entretenimiento que proporciona mediante tarifa plana mensual streaming (flujo) multimedia (principalmente, películas y series de televisión) bajo demanda por Internet y de DVD-por-correo, donde los DVD se envían mediante Permit Reply Mail. La empresa fue fundada en 1997 y tiene su sede en Los Gatos, California. Comenzó su servicio basado en suscripción en 1999. Para el año 2009, Netflix estaba ofreciendo una colección de 100.000 títulos en DVD y había superado los 10 millones de suscriptores.[3] El 25 de febrero de 2007, Netflix entregó su DVD número mil millones.[4] En abril de 2011, Netflix tenía más de 23 millones de suscriptores en los Estados Unidos y más de 26 millones en todo el mundo...

Gracias por leer y dejen comentarios para mi es importante saber su opinión, les aviso que cree un grupo en Facebook en donde se verán debates y muchas cosas mas. Lamento que el capítulo sea muy corto, prometo uno mas largo dentro de dos semanas.

BellaGreyHerondale

Capítulo 3: Se you Again

 


 


 
14437044 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios