DEFINIENDO EL ARTE

Autor: cary0605
Género: Romance
Fecha Creación: 05/04/2014
Fecha Actualización: 02/05/2014
Finalizado: NO
Votos: 7
Comentarios: 4
Visitas: 2665
Capítulos: 3

Bella a sus veinte años tiene muchos problemas, la universidad, su herencia, sus traumas y sobretodo "las alucinaciones". Ella ha estado viendo al fantasma de Edward desde hace tiempo, él se niega a creer que está muerto y exige que ella le ayude a encontrar su cuerpo para demostrarlo, a cambio, él le ayudará con sus problemas, después de todo ser un fantasma tiene sus ventajas.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 3: EL ARTE ES NORMAL

Aviso: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de Stephanie Meyer, no me pertenecen. La trama si es mía, y contiene situaciones psicológicas/piquiatricas en las que no soy experta, solo consulto ciertas cosas con una estudiante psicología, pSi eres menor de edad lees bajo tu responsabilidad, este fic puede contener lenguaje y situaciones adultas, ya saben, la que avisa no traiciona.

**Gracias a mi beta Jime Cullen Salvatore por betear este capítulo (Betas FFTH)

 


Capítulo 2: El arte es normal.

Las olas estaban tranquilas, lo suficiente para que mi tía y yo camináramos por el borde del oleaje y apenas siendo tocadas por el agua, nuestros pies estaban descalzos y la arena se metía en nuestros dedos.

-¿Por qué vinimos a la playa?- pregunte curiosa sin soltar su mano, con la otra sostenía mis zapatillas, y mi nueva cámara colgada al cuello.

-Parecía un buen día para disfrutar de la playa.

El sol brillaba en su cabello dando hermosos destellos marrones y rojizos.

No hablamos un buen rato, hasta que no sentamos en una duna de arena un poco más elevada y lejos del agua, ella por supuesto había traído una gran manta para que no nos ensuciáramos y de su gran bolso saco una bolsa de papel que seguro contenía sándwiches para mí.

Antes de empezar a comer saque varias fotografías, no por protección, sino por placer, la fotografía era una de mis acciones preferidas.

Una chica pasó corriendo usando un vestido negro, sus cabellos estaban húmedos y estaba descalza, sus dos perros la seguían felices.

Tome una foto en cuanto tuve un buen ángulo.

-Desearía ser como ella- dije observando en la pequeña pantalla como la chica reía, parecía feliz y despreocupada.

-¿Cómo? ¿Quieres ser una chica despeinada corriendo como loca en medio de la playa?- bromeo, pero no me reí.

-Normal.

-Eres normal Bella- su mano peinaba mis cabellos, su mirada era lejana ahora observando las olas.

-¿Dime algo normal que haya hecho en mi vida?- la reté, sabía que no podría hacerlo, quizás debería hacer una apuesta.

-Hoy tuviste un horrible primer día de clases como toda adolescente normal y casi hiciste una amiga- finalmente me miro, su sonrisa era verdadera- Eso me parece bastante normal.

Después de considerarlo un buen rato, le sonreí de vuelta- Hoy solo hice un par de retratos.

-¿Puedo verlos?- pregunto entusiasmada, pero pude ver que su sonrisa se apagó un poco, quizás ella pensaba que no había tenido la necesidad de dibujar guardianes hoy.

Me di vuelta para buscar mi mochila pero recordé que la había dejado en el auto, mi tía dijo que no importaba, los vería más tarde pero de seguro eran perfectos como siempre tal y como lo había heredado de mamá.

-Me has estado distrayendo niña- me acusó cuando vio los sándwiches intactos- Ahora come.

Era muy divertido cuando ella intentaba ser estricta, algunas personas simplemente no podían serlo, en cambio Marge tenía una capacidad especial para hacerme obedecer, quizás porque ella era la única de las empleadas que había sobrevivido al incendio donde mis padres habían muerto, las dos habíamos escapado a tiempo, y se hizo cargo de mí hasta que los bomberos llegaron junto con mis tíos.

Aún podía sentir el calor abrazador, el humo que no me dejaba respirar, los gritos resonaban en mis oídos, abrí y cerré los puños clavando mis uñas peleando por volver al presente, no podía.

Vagamente recordé lo que me habían enseñado y empecé a contar descendentemente comenzando con diez.

-Nueve.

Mi recamará está casi consumida por el fuego.

-Ocho.

La manija de la puerta está muy caliente, me quemo los dedos al abrirla.

-Siete.

Corro a la habitación de mis padres y no encuentro el camino.

-Seis.

Puedo escuchar gritos y vidrios rompiéndose, me acurro en una esquina cansada de correr.

-Cinco.

Quiero a mis padres, ¿Por qué no vienen por mí?

-Cuatro.

Marge aparece y toma mi mano obligándome a levantarme.

-Tres.

Corremos por los múltiples pasillos.

-Dos.

Estamos afuera, y me doy vuelta para ver como la mansión arde en llamas, estoy en el infierno.

-Uno- esta vez escucho a mi tía- Estas a salvo, vuelve a mí, estás conmigo en la playa, el día esta soleado y los sándwiches que Marge preparó no tienen mayonesa porque dice que no es saludable, vuelve conmigo.

-Uno- repito enfocando mi vista en su rostro, sin pensarlo la abrazo, nunca podría ser normal, ni siquiera podía ir a la playa sin tener un ataque, era un milagro que no lo hubiera tenido en pleno salón de clases.

-¿Ya paso?- pregunta sobre mi cabello, mi rostro está en su cuello y no pienso salir de ahí en un buen tiempo, su perfume es floral, diferente al de mamá, es momentos como este cuando recuerdo más detalles, levanto la cabeza en contra de mi anterior decisión y veo sus ojos verdes preocupados.

-Tienes los ojos de mamá- dije sorprendida observándola emocionada y volviendo a abrazarla- Sus ojos eran verdes.

-Ella siempre decía que copie sus ojos porque ella constantemente veía el vientre de mamá fijamente esperando a…- ella se detuvo abruptamente- ¿Recordaste algo?

-Sus ojos eran muy bonitos.- estaba feliz de por lo menos tener un rasgo al que aferrarme, pronto podría pintarla en base a mis recuerdos y no solo viendo viejas fotografías.

-Por supuesto- coincidió ella sosteniéndome- Creo que deberíamos ir con la Doctora Fray ahora, estas empezando a recordar.

Me sentí un poco traicionada, había recordado los ojos de mamá y ella quería llevarme con mi psiquiatra.

-Quiero quedarme un poco más- dije caprichosamente- Quiero más fotografías.

Después de lo que había pasado ella entendió que necesitara más protectores para mi colección, a estas alturas tenía un ejército, pero nunca eran suficientes.

Observé a las demás personas que corrían, parejas acarameladas, niños que jugaban con una pelota de colores, y una niña pequeña que me causo una ternura increíble, estaba sola y jugaba con la arena, me recordaba a mí, tome una foto y cuando iba a tomar otra, ella se levantó y corrió a los brazos de sus padres que la estaban llamando.

Me había equivocado, ella no se parecía a mí.

Seguí observando a través de mi lente fotográfica hasta que vi a un chico sumamente guapo, estaba escribiendo algo en su cuaderno, sus gafas de sol no me dejaban ver sus ojos, pero parecía concentrado, de pronto el levanto su cabeza.

-Edward- grito una rubia corriendo hacia él, con el aumento de la cámara pude ver como él fruncía el ceño, tome una foto, él sería un perfecto protector para mí, parecía un poco mayor, pero estaba segura que él me protegería en un futuro si lo necesitará, como un guardaespaldas experimentado.

 Luego la rubia que debía ser su novia, le quito su cuaderno arrojándolo a la arena y lanzándose sobre él, ellos se reían incontrolablemente y sin querer tome otra fotografía.

No quería una foto de ella, parecía muy snob para ser una protectora, pero mi tía era una snob de alta calidad y sin embargo me protegía cada vez que podía, decidí no borrar esa foto por el momento, cuando estuviera por revelarlas decidirías.

-¿Estas lista?- pregunto mi tía cuando me vio observando la foto de “Edward”, así lo había llamado la chica.

-Si, por hoy basta y sobra- le sonreí diciendo la verdad.

o-o-o-o-o-o-o-o

-¿Cuantos guardaespaldas necesitaste hoy?- preguntó la doctora jugando con su bolígrafo mirándome fijamente.

-Tome una fotografía con mi celular a Marge cuando me desperté, tuve una pesadilla.

Este era el primer procedimiento en mis terapias, cuantos protectores necesitaba y por qué los necesitaba, ya no me avergonzaba hablar sobre ello como antes, ya que la Doctora Fray era la que me había sugerido hacerlo.

-¿De qué iba la pesadilla?- su tono era neutral, nunca dejaba ver sus emociones, pero yo sabía que le agradaba y se preocupaba por mí.

-Fuego, solo fuego- y eso es todo lo que iba a decir, no recordaría ese sueño, sino que recordé a los que había fotografiado y retratado, personas reales en el mundo real, donde las pesadillas no tenían control.

-Muy bien hecho Bella- me alabo la Doctora Fray sonriendo apenas, se había dado cuenta lo que estaba haciendo- ¿Qué más hiciste hoy?

-Retrate a mi profesor de Historia, y al de algebra también, porque estaba incomoda, los demás me veían raro.

Ella me observo atentamente sin decir nada, solo escribió algunas notas otra vez antes de hablar- Los niños y adolescentes pueden ser crueles con los alumnos nuevos, te advertí que podía pasar.

-Fue muy duro.

-Todo nuevo comienzo lo es Bella, pero pronto mejorará si eso es lo que deseas.

Asentí confiadamente, porque así lo quería de verdad.

-Fotografié a mi tía Rachel, tenía miedo- baje la vista, esta vez sí era incomoda la razón de mis miedos- No quiero ir a un manicomio con locos, yo no estoy loca, ¿Verdad? Solo le tengo miedo a otras cosas que los demás no, y me gusta pintar y sacar fotografías, eso no es malo, los grandes artistas lo hacen.

-Respira lentamente y cuenta descendentemente desde diez si es necesario.

Solo respire inhalando y exhalando. No era necesario contar. Ella espero pacientemente sin quitar los ojos de mí hasta que volví a hablar.

-Fotografié a un chico, quería que él sea mi protector, se veía fuerte, capaz de defenderme en cualquier momento.

-¿Quién era?

-Un extraño en la playa, su nombre era Edward, o eso creo, su novia lo llamo así- definitivamente borraría la imagen de ellos dos juntos, no necesitaba a la rubia.

-¿Por qué él es diferente?

-¿Diferente?- pregunté confundida.

-Conviertes las fotografías y retratos en tus protectores inmediatamente, pero a él, solo le sacaste una foto queriendo que lo fuera, ¿Por qué?

Pensé un largo momento, dándole la razón, pero sin conseguir la respuesta a su pregunta.

-No lo sé.

-Sigue pensando, es algo totalmente normal, y ya que últimamente pareces buscar normalidad en tu vida, deberías darte cuenta de la respuesta- la Doctora Fray sonreía, no una mínima sonrisa, sino que realmente sonreía, es decir, que la respuesta era obvia y yo no la veía.

-Me rindo.

-Las adolescentes a tu edad les gusta mirar los chicos, y más si estos son apuestos, incluso les toman fotos.- cerro el bolígrafo y coloco ambos codos en su escritorio cruzando sus dedos- Parece algo bastante normal para una chica de quince años, ¿Verdad?

Enrojecí al instante, ¿En qué momento mi psiquiatra se había convertido en la doctora corazón? Carraspeando mire mis manos- Ya van dos cosas normales el día de hoy.

-Cuando dejes de obsesionarte con la normalidad comprenderás que lo normal no existe, sino que cada persona es diferente, algunos pueden demostrarlo, y otros esconderlo, otros lo son intencionalmente y los hay aquellos que simplemente son así.

Su clásico discurso de normalidad era un poco aburrido, a veces me preguntaba cuanto había tardado en la universidad memorizándolo.

-¿Te aburro?- pregunto recostándose en su sillón, yo hice los mismo en mi silla, había pasado de sentarme en un sofá, recostarme en el diván y luego por fin a la famosa silla frente a su escritorio, suponía que era un gran avance.

Ella no espero a que contestara sino que volvió a la carga con nuevas preguntas- Tú tía dice que recordaste algo ¿Qué fue?

Esto si me gustaba, me entusiasmaba la idea de que me ayudara a recordar más cosas de mi cerebro encerrado- Los ojos de mi mamá.

-¿Cómo sabes que eran los de ella?

-Eran los ojos de mamá.- me cruce de brazos, sabía que era así.

-Muy bien- dijo calmadamente- ¿Qué más recordaste?

-Solo eso, vi sus ojos preocupados, eran iguales que los de mi tía- hubiera sido lindo heredar los ojos verdes de mamá y verme al espejo fingiendo que ella me observaba, pero los míos eran marrones como los de mi padre.

-¿Por qué estaban preocupados?

-No sé.

-¿Cómo sabes que no los confundiste con los de tu tía?- preguntó reincorporándose.

-Simplemente lo sé, eran los de ella, estoy segura.

Ella estuvo en silencio varios minutos mirando al techo, se sacó sus lentes y masajeo sus sienes repetidamente, quizás yo le daba dolores de cabeza.

-A veces deseamos tanto algo, que nuestra mente nos juega malas pasadas haciéndonos creer cosas que en realidad no son ciertas- me explico lentamente como no queriendo enojarme o que reaccionara mal- A veces esas cosas son buenas, como cuando usas tu arte para protegerte.

-Permitiéndome ser normal - coincidí.

-Quizás si- dijo pero luego lo reconsidero- Bella, tu sabes que por más que fotografíes o pintes o dibujes a las personas, ellas no saldrán del papel a ayudarte si lo necesitas, pueden darte fuerzas para mantenerte afirmada a la realidad, pero sabes que eres tú la que se protege, es tú mente la que se fortalece día a día, lo sabes, ¿Cierto?

-Claro que sí- respondí consciente de lo que decía, cuando empezamos el tratamiento contra la ansiedad por medio de mis obras de arte, ella me dejo muy en claro que era real y que no, el día que confundiera estos conceptos, perdería mi cordura- Yo soy real, las personas son reales, mis protectores están aquí.

Y señale mi sien dándole toquecitos.

-Buena chica- asintió- ¿Qué era lo que estabas pensando antes de desencadenar ese otro recuerdo?

Trate de saltarme el episodio del conteo y regresara hasta el momento antes de que me perdiera.-Estaba pensando en Marge.

-¿Qué pasa con ella?

-Solo pensaba en ella y me vi rodeada del fuego otra vez- me estremecí pero me concentre en sus ojos, ya había tenido un ataque hoy, no tendría otro- Ella salvo mi vida.

-¿Recordaste algo más de ese día?- pregunto interesada, ella sabía que yo no recordaba absolutamente nada de ese día, solo secuencia de imágenes que lograba controlar contando descendentemente como ella me había enseñado.

Acaricie la cicatriz recta que atravesaba mis cuatro dedos desde el meñique hasta el índice, era casi imperceptible, pero hoy parecía más nítida que antes, la quemadura era solo un recordatorio de lo que había pasado esa noche.

-No, lo mismo de siempre, sólo a Marge sacándome de la casa- respondí soltando mi mano- Quisiera poder recordar más.

-Y lo harás cuando estés lista- volvió a colocarse sus lentes- Haz avanzado mucho Bella, pronto estarás totalmente bien, solo es cuestión de tiempo.

-¿Usted cree?- pregunte esperanzada.

-Estoy segura.

Eran momentos como estos donde Kate Fraymuth, o Doctora Fray como prefería llamarla me daban esperanzas de por lo menos en un futuro ser normal, aunque ella insistiera en que la normalidad no existe.


Hola ^.^/

¿Qué tal les pareció el capitulo? ¿Merezco reviews? Espero que si, jajajajjaja muchísimas gracias por los reviews anteriores, y por todas las aletas y favoritos, quería tambien invitarlas a que se unan al grupo de facebook Cary0605 . fics https : / / www . facebook . com / groups / 498971040191241 / 557911370963874 / ? notif _ t = group _ comment (Todo sin espacios)

Eso es todo por hoy, nos vemos dentro de dos viernes.

Saludos

Cary0605

 

Capítulo 2: EL ARTE ES MI PROTECCIÓN

 


 


 
14439080 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios