Prólogo

Edward

Es irónico como la vida te cambia en un santiamén. En un momento, puedes estar feliz, con todos tus seres queridos, rodeándote en un sentimiento cálido que sólo tu familia puede darte; y en otro, la realidad de la vida te golpea con fuerza, sacándote el aire de tus pulmones. Nunca he pedido demasiado. Siempre he estado rodeado de lo que necesito: mis padres, mi hermano, mis sobrinos, y mi novia, la luz que alumbra mi vida. Tengo dinero —el necesario para mantener mi estómago lleno—, salud, paz y he sido agradecido. Nunca he vivido apresurado, porque siempre he supuesto que me queda tiempo para vivir…, porque vamos, sólo tengo veintiún años, estoy comenzando la universidad así que… ¿qué podría ocurrir para arruinar mis planes? Tengo ahora la respuesta: Todo. Puede ocurrir de todo. Un día despertarás y te darás cuenta que no hay vuelta atrás, que el pasado y el futuro no sirven de nada en tu día a día… que sólo cuenta el presente. Te despertarás y dirás, ¿qué he estado haciendo con mi vida? ¿Por qué he perdido tanto tiempo? Y comenzarán a aparecer los “y si hubiera hecho esto” que no sirven de nada.

Aprovechar el tiempo es lo único importante.

No dejarlo ir… no dejarlo que se te escurra de los dedos, al contrario, debes presionarlo contra tu pecho, muy fuerte y aferrarte a él, porque la vida y el tiempo están vinculados. Y tú estás vinculado a ellos.

Cuando me desperté esta mañana, del 20 de diciembre del 2013, pensé que tenía todo el tiempo del mundo para decirle a Bella cuánto la amaba, que le pediría matrimonio el 25 de diciembre justo a la medianoche y ella aceptaría, que viviríamos y haríamos todo lo que planeamos a partir de ese momento…

Pero ahora…

No sabes cuánto me arrepiento.

Ahora mismo, justo cuando lees mis pensamientos y quizás comienzas a sentirte mal por haber perdido tanto tiempo en tu vida, y no haberle dicho a las personas que perdiste cuánto las amabas y amas; ahora, cuando el camión aparece de la nada y se estrella directamente contra mi volvo, y siento mi cuerpo ser golpeado por todas partes… mi cabeza… mis piernas… mi esternón…, me arrepiento, absolutamente me arrepiento, no de toda mi vida, pero sí de algunas de mis acciones.

¿Por qué tuve que gritarle a Bella esta mañana por haber olvidado decirme que el café estaba tan caliente?

De acuerdo, sé que es una tontería, pero yo le grité… realmente no debería estar pensando en eso cuando siento mi cuerpo desfallecer; no obstante, no puedo evitarlo. Los recuerdos sobre ella inundan mi mente y todo lo que veo es su rostro y sonrío. Bella… tan hermosa y gruñona… Bella, con aquel sonrojo tan lindo que aparece en sus mejillas cuando se avergüenza… la forma en que frunce los labios cuando no sabe qué decir…, ella es preciosa y la amo, y la amaré.

¿Por qué tuvo que llegar nuestro final tan pronto?

¿Por qué no llamé a mis padres ayer en la noche como mamá me lo había pedido?

¿Por qué no visité al hijo de Emmett o lo llevé al parque como él siempre ha querido? ¿Por qué pospuse aquello? Si tenía tiempo… ahora ya no lo tengo.

Se ha ido.

Se está yendo ahora, justo ahora, siento mis pulmones fallar…

Oigo gritos, pero suenan lejanos. Los escucho como si estuviera en las profundidades del mar, lo escucho como si no lo oyera realmente. Los gritos están allí, pero no están, yo estoy aquí, pero no estoy. Bella está aquí, pero no está…

Lágrimas se escapan de mis ojos… el tiempo se ha ido, y mientras muero lentamente, lo único a lo que me aferro son a los recuerdos…

***

—Quisiera paralizar este momento, y no permitir que se nos escurra de nuestros dedos —dijo Bella, sus ojos brillando con picardía mientras yo observo su desnudez lentamente. Sus senos lindos y del tamaño correcto… su vientre plato y la curva de su espalda, su frente sudorosa, sus labios enrojecidos, sus manos alrededor de mi cuello… ella tenía razón, el momento era perfecto y no quería dejarlo ir, no quería dejarla ir a ella—. ¿Te has preguntado alguna vez si existen personas que sienten el mismo amor que sentimos nosotros?

Sonreí tiernamente y delineé su cuello con mi dedo índice. Me hallaba encima de ella, aún unidos después de un intenso clímax que me había llegado hasta el alma. Y me gustaba tenerla así, cuerpo a cuerpo, piel con piel, corazón con corazón…

Era nuestra primera vez, y fue perfecta.

—Eres cursi. —Me burlé abiertamente al ver su sonrojo.

—Sólo contigo. —Sonrió, aquella sonrisa era sólo para mí y nadie más—. ¿Me responderás o no?

—Bella. —Apoyé mi frente en la de ella y mis ojos penetraron los suyos. Bien podría derretirme ante ella en aquel mismo momento, porque estaba seguro que era la mujer de mi vida, y que desde que la conocí, no era el mismo. Algo había cambiado dentro de mí, pero quizás no se lo dije realmente—. No me lo he preguntado, Bells. Porque lo que siento por ti no tiene comparación existente por eso es imposible que alguien sienta por otra persona lo que yo siento cada vez que te veo.

***

Gritos. Sólo hay gritos y un terrible dolor en mi pecho. Siento la brisa en mi cuerpo helado y sé que estoy fuera del coche. Alguien llora, pero yo no logro ver a nadie, sólo Bella… ella está frente a mí en un momento, y al otro ha desaparecido.

Gracias Dios por no permitir haberme traído a Bella conmigo. —Es lo único que repito, como un mantra, pues ese es mi único consuelo.

Bella está a salvo.

Pero mi tiempo en la tierra se ha desvanecido. ¿Qué podría hacer para impedirlo? Nada. Pero, demonios, daría todo, todas mis posesiones por un poco más de tiempo. Sólo un día… sólo 24 horas… y haría todo lo que no hice en años… le diría a Bella que siempre quise casarme con ella, le diría a Emmett que nunca en mi vida lo odié y que nuestros problemas sólo eran problemas tontos que los hermanos tienen. Gritaría a mis padres que los amo y que fui afortunado de tenerlos… haría tantas cosas… diría tantas cosas… ¿Qué harías si supieras que vas a morir pero tienes un día para despedirte? Quizás eso haría las cosas peores, mas en este momento a mí no me importa… por sólo decir un adiós y un te amo daría cualquier cosa…

Haría cualquier cosa…

Si tan sólo tuviera…

Sólo 24 horas… sólo…

—Edward. —Eso es lo que escucho en la lejanía, y es como el soplo del viento acariciando mi rostro—. Edward no. —Llora, y creo que me está tocando, pero no lo sé con seguridad—. Edward no te vayas. Bebé, no así, no…

Y la oscuridad alcanza mi cuerpo, alejando a mi luz, a la luz de mi vida, a Bella, de mi lado.

Jamás le dije que la amaba, que la amo.

Te amo, Bella. Volveré.