POR MI MALDITA CULPA

Esta historia comienza hace 2 años atrás…

En ese entonces yo era solo un adolecente de 17 años, mi aspecto era apuesto según decían las chicas ya que soy de cabello indomable y mis ojos son color verde, siempre traía la ropa de moda ya que mi padre es doctor y mi madre una prestigiosa diseñadora de interiores, siempre tenía lo que quería.

Como era de esperarse yo era un presumido, prepotente e inmaduro y como era muy popular en la escuela eso no ayudaba a las cosas, tenía mi auto del año y salía con las chicas más populares de la escuela y tenia millones de amigos.

Pero yo tenía un secreto…

Bella…

Ella era una chica totalmente diferente a las demás… y estaba perdidamente enamorado de ella, la chica más tímida de mi clase… su nombre era Isabella, pero su padre siempre la llamaba Bella, desde el jardín de niños oía como él la llamaba así y desde entonces se me quedo grabado… ella era hermosa, tenía el cabello castaño y al estar en el sol se veían algunos mechones de cabello rojizo, sus ojos color chocolate me derretían, su piel era blanca pero en lugar de verse mal hacia que se viera más hermosa de lo que es y era un poco "torpe" al caminar ya que a cada rato se encontraba en el piso por alguna caída.

Ella siempre se sentaba sola en la parte de atrás del salón de clases, nadie quería hablar con ella ya que decían que era muy rara, no tenía amigos, siempre traía un libro en la mano, yo la veía siempre disimuladamente ya que si alguno de mis amigos se llegaba a enterar que ella me gustaba seguramente se burlarían de mí el resto de mi vida.

Había unos cuantos que aseguraban que ella estaba enamorada de mí, y yo cada vez que escuchaba eso me sentía feliz, aunque siempre aparentaba para que nadie se diera cuenta de lo que sentía.

Y me burlaba de ella…

Yo sabía que ella me miraba y de vez en cuando nos mirábamos a los ojos y ella apartaba la mirada muy apenada y siempre sus mejillas se teñían de un rosa demasiado lindo en ella.

- La rara te está mirando de nuevo Edward – dijo Mike mientras reía. Estábamos en la cafetería…

- Ya ves… soy irresistible… - le dije con una gran sonrisa.

Después de clases estacionaba mi auto a unas cuantas calles de la escuela y esperaba a que ella saliera para poder seguirla a pie, ya que ella no tenía auto.

- Hola rarita... – le gritaban en la calle. - El manicomio esta cercas de aquí… ¿no quieres que te lleve?

Ella solamente se quedaba en silencio y miraba hacia el piso mientras seguía caminando, a mi me hervía la sangre saber como la trataban, tenía ganas de matar a golpes a los que le gritaban esas cosas… pero yo no podía hacer nada, porque mi reputación estaría en juego.

Y como cada tarde miraba que ella entraba a su casa, que ya estaba segura de cualquier peligro en la calle, así que yo regresaba por mi auto y me iba a mi casa… sentía esa necesidad de protegerla…

Pero lo peor llego un día de San Valentín…

Ese día fue como el de años atrás, recibía muchas cartas, globos, chocolates, etc. De mis admiradoras, el cualquier pasillo me paraban y me pedían un beso y como buen caballero yo se los daba con mucho gusto, un que por dentro quería que a la que estuviera dando el beso fuera a ella.

Pero ese día pasa algo que nunca me perdonaré en mi vida… lo cual me carcome por dentro al haber sido tan estúpido…

Estaba en el salón de clases con todos mis compañeros alrededor de mí, riendo de las cosas que nos había llegado, ya que teníamos "admiradoras secretas", pero de pronto ella se paro frente a mí, se miraba muy nerviosa y se mordía un labio…

Yo quede embobado hasta que me hablo…

- Hola Edward… esto… esto es para ti… - me dijo en un susurro.

Y me entrego una tarjeta, mis amigos alrededor trataban de ocultar la risa, yo abrí la carta, ella me miraba con ojos de esperanza de amor… y empecé a leer en voz alta.

Hola Edward

Tal vez te sorprenda esto, pero ya no puedo callar mas, sé que estoy segura de que tu ni siquiera sabes que existo, pero yo si se que tú eres mi universo entero.

Yo quisiera que me dieras una oportunidad de poder ser tu amiga, de que nos llevemos bien…

Porque yo estoy enamorada de ti…

Por favor, tal vez pueda entrar un día en tu corazón…

Te quiere Isabella

Feliz día del amor y la amistad

Yo estaba en completo Shock, todos a mí alrededor empezaron a reír a carcajadas, todos burlándose de ella, pero ella solo me miraba a mí, esperando una respuesta, y yo como un completo imbécil respondí.

- ¿Tú crees que yo pueda llegar a hacer algo tuyo? De una rara… como tú - yo decía con una sonrisa, pero en el fondo mis palabras me estaban quemando la garganta.- Mírate… no eres más que una insignificante, nunca llegarías ni hacer mi amiga… yo nunca me podría llevar con alguien como de tu especie.

Todo el mundo reía y la señalaba, en sus ojos pude ver sufrimiento y como su corazón se partía en pedazos por todas las estupideces que le decía, sus ojos empezaron a bañarse de lágrimas pero las retenía para que no la vieran llorar.

- No me hagas reír… sigue soñando rarita… y tal vez algún día pueda ir a verte a un circo al que seguramente algún día trabajaras… - termine de decirle.

Ella solo tomo su bolso donde pude ver que llevaba algunos libros, y se fue del salón, todos se reían de ella mientras salía y le gritaban cosas demasiado crueles, todos me felicitaban por como la había tratado, me decían que yo era el mejor y que la rarita se merecía todo lo que le había dicho.

Ella no regreso en todo el día a la escuela…

Yo sentía un gran nudo en la garganta, seguía sonriendo cuando en el fondo lloraba por cómo había tratado a ese dulce ángel, ella se había armado de valor para decirme lo que sentía, algo que yo nunca pude hacer, y la había tratado como si fuera basura, o peor que eso… me sentía realmente fatal.

Al llegar a mi casa, fui directamente a mi habitación, quería llorar… si llorar me sentía culpable, seguramente ella estaría sufriendo por todo lo que le dije, por dejarla en ridículo frente a todos.

A la mañana siguiente ella no fue a la escuela…

Todos en la escuela seguían comentado lo del día anterior y se reían, unos cuantos más apostaban hasta cuando ella volvería a la escuela, yo solamente los oía, tenía un mal presentimiento y a cada momento volteaba hacia su mesa vacía.

Cuando de pronto el jefe de la policía que era su papá, llego junto con la directora llamaron a la puerta de nuestro salón para poder hablar con la profesora, ellos no se miraba nada bien, sus ojos estaban rojos e hinchados, le dijeron algo a nuestra profesora y ella comenzó a llorar… nosotros no sabíamos que pasaba ya que no podíamos oír, pero aumento mi mal presentimiento.

Después de 5 minutos la directora y su papá se fueron, la profesora entro de nuevo al salón…

- Chicos… silencio por favor – dijo la profesora – les tengo que dar una mala noticia… el día de ayer su compañera Isabella… falleció – dijo lo último en un susurro.

Pero yo la alcancé a escuchar… mi corazón dejo de latir en ese momento… mi Bella estaba muerta, mi ángel, mi todo… estaba muerta…

- ¿Qué fue lo que paso? – pregunto alguien.

- Ella… ella se suicido… se corto las venas en la bañera de su casa…

De pronto la cruel realidad me golpeo…

ELLA ESTABA MUERTA…

ESTABA MUERTA POR MI MALDITA CULPA

No puede aguantar más tiempo en el salón de clases, salí corriendo… necesitaba saber que esto había sido una cruel mentira, que solo había sido una cruel venganza por mi comportamiento del día anterior… que seguramente ella estaría en su casa leyendo algún libro…

Tenía que ser así…

No supe cuanto tiempo corrí con exactitud, pero ya había llegado al frente de la casa de ella, había cinta amarilla alrededor de la casa, pero no me importo, toque la puerta pero nadie me abrió…

Esa noche lloré como nunca antes lo había hecho, ella había muerto y yo sentía que mi corazón estaba destrozado… lloraba mientras le pedía disculpas, mientras le decía que la amaba como nunca antes había amado a alguien… que me perdonara por ser un completo imbécil… pero sabía que ella no me escuchaba.

Al día siguiente fui a su funeral, yo era el único de la escuela que estaba ahí, había muy pocas personas y las que estaban vestidas de policías, seguramente eran compañeros de su papá…

Cuando todos se fueron yo me acerque más a su tumba, y no pudo evitar llorar de nuevo, mi alma estaba rota, y si tuviera alguna forma de hacer que el tiempo se regresara, yo le hubiera dicho que la amaba con toda mi alma sin importarme lo que dijeran las demás personas, y este final no existiría, ella estaría en mis brazos, amándonos como deberíamos.

Desde ese día me aleje de todos, ya no soy el mismo, ahora me sentaba al final del salón, donde ella se sentaba, me volví un solitario, ya no me importaba lo que decían las personas de mí, y cada noche sigo llorando por la gran culpa que siento al saber que ella se había ido por mi culpa.

Han pasado dos años desde esa tragedia… y aun no lo puedo superar… No fui a la universidad… solo me dedicaba a tocar el piano y visitar la tumba de ella, claro tenía un trabajo, pero mi vida era demasiada solitaria… extrañaba a Bella…

Pero me paso algo muy raro esta tarde…

Estaba tocando el piano, era una melodía triste que había compuesto después de la muerte de ella, cuando de pronto mire hacia la puerta del salón.

Y ahí estaba ella… Parada en el marco de la puerta sonriéndome, como nunca lo había hecho, y dijo algo que hizo que mi culpa disminuyera y la paz llegara a mí.

- Ya no te culpes… Yo también te amo, y te estaré esperando.

Pero en ese preciso momento mi madre entro al salón, atravesando a Bella que se esfumo como el viento.

Desde ese momento solo espero el día de mi muerte para poder decirle que la amo con todo mí ser… que ella es mi universo… porque aunque no estuve con ella en vida, si podamos estar juntos en la muerte.