ONE-SHOT: Amar una vez (+18)

Autor: aNi_cUlLeNpattz
Género: Romance
Fecha Creación: 25/04/2012
Fecha Actualización: 25/04/2012
Finalizado: SI
Votos: 2
Comentarios: 1
Visitas: 7215
Capítulos: 1

"El primer amor nunca se olvida"Eso le pasa a Bella no olvida a Edward su primer amor y su amigo de siempre pero el destino le tiene resevada un jugada que no dejara pasar.

 


 

La historia y los personajes no me pertenecen son de la grandiosa Steph Meyer y de OJOSDEECHICERA respectivamente, yo solo adapto.

los invito a mis demas fics

EXCESOS: la llegada y la primera habitación (+18)

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2846

Need you now (+18)

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1921

Mi jefe, mi amante (+18)

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2847

amar una vez (+18)

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2858

Y los sueños, sueños son….(+18)

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2859

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 1: amandote ONE SHOT

Bella pov.

“El destino siempre nos da segundas oportunidades” eso decía mi madre, y parece que las madres siempre llevan razón.

Edward mi mejor amigo de pequeña y mi primer amor secreto. Era hija única y el también, éramos los únicos niños en varios kilómetros a la redonda, si queríamos jugar solo nos teníamos el uno al otro, de modo que nos hicimos buenos amigos, crecimos juntos e íbamos juntos a todas partes, hasta que un día me enteré de que se iba. Edward mi mejor amigo, mi primer amor secreto se iba a Inglaterra a estudiar economía y finanzas, no sabía si lo volvería a ver. Pero seis años más tarde el destino me daba la oportunidad de volver a verlo.

Yo ya no era la niña flaca de antes con trenzas, ahora era toda una mujer de curvas generosas, piernas interminables, pelo y ojos del color como el chocolate. Estaba deseando con impaciencia la llegada de Edward quería ver como había cambiado.

Volviendo de un paseo por las tierras que colindaban con un hermoso riachuelo y la casa de Edward vi como un Jeep se acercaba por el camino de tierra, me fije en la matricula y era del padre de Edward, acelere mi paso casi corriendo, necesitaba saber que noticias traía.

Corrí sin mirar, mi objetivo era llegar a casa entrar en el estudio de papá y poder ver con mis propios ojos si él estaba allí. Corrí por los pasillos algo que no hacía desde que era pequeña. Llegue a la puerta del estudio la puerta estaba cerrada, mi corazón latía a mil por horas, tenía miedo de abrir la puerta y que él no estuviese allí o que ya no me recordara. Me arme de valor y agarre el picaporte, gire y entreabri la puerta despacio.

─ Bella entra. – Dijo mi padre.

¿Cómo demonios podía saber cuándo espiaba detrás de las puertas? Abrí la puerta poco a poco despacio, me atusé el pelo un poco con timidez, mi respiración era acelerada aún por la carrera. Miré directamente a mi padre.

─ Bella pequeña, ¿te acuerdas de Edward? Jugaban cuando eran pequeños.

En ese instante miré a Edward, el hombre más hermoso que jamás hubiese visto; había cambiado muchísimo, no quedaba ni rastro del niño escuálido, tímido y desgarbado. Ahora era toda fuerza, dureza, virilidad. Rezumaba sensualidad por cada poro de su piel, debía de medir por lo menos metro noventa, su pelo Cataño claro, los ojos verdes, la sonrisa matadora y el tono de su piel, hacía que toda mujer se parara a mirarlo dos veces.

Él me devolvió la mirada con un brillo perverso en ellos, recorriéndome con su mirada, fue como si sintiera sus caricias por todo mi cuerpo. Volví a sentir aquella humedad vergonzosa entre mis piernas como cuando empecé a darme cuenta de su atractivo y nos quedábamos a solas. Aparte la mirada avergonzada por no poder controlar mi cuerpo cuando estaba frente a él.

─ Si papá me acuerdo. – Respondí a mi padre y me gire para hablarle con cortesía. — ¿Qué tal tu viaje por Inglaterra?

─ Muy bien Bella, espero que podamos recordar viejos tiempos otra vez. E vuelto para quedarme.

Había vuelto para quedarse un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, lo había dicho con toda naturalidad pero en sus ojos había un toque perverso que no indicaba lo que decía.

Salí de nuevo a las calles de mi adorado Forks necesitaba volver a caminar salir de allí y pensar en lo que haría tome un libro y lo guardé en el bolso que siempre me acompañaba. Camine hasta la orilla del río que separaba las dos casas . Me senté a la sombra de un olivo y abrí el libro empecé a leer.

─ Siempre que te veo tienes un libro entre las manos.

Me volví asustada, era Edward me había seguido hasta allí, cerré el libro e intenté esconderlo, me moriría de vergüenza si viera que estaba leyendo una novela erótica.

─ Los libros son interesantes y ayudan a aprender.

─ Cierto. ¿Has aprendido mucho?

Me sonroje violentamente, no sabía que decir o qué hacer; aparte la mirada. Pero Edward con suavidad me acarició la barbilla haciendo que lo mirara a los ojos, aquellos ojos que me abrasaban y me reducían a cenizas en segundos.

─ Te hice una pregunta Bella.

─ ¿Quieres comprobar lo que he aprendido?

Lo miré con picardía y misterio, no sabía de dónde había sacado el atrevimiento para ello, pero estaba decidida a que fuera mío aunque solo fuera una vez. Estaba confundido, se le veía en la cara.

─ Si eso es un sí, te espero esta noche a medianoche en donde siempre jugábamos.

Me levante y comencé mi camino de regreso a la casa, dejándolo allí de pie una risa perversa surgió de mi garganta mientras caminaba. Iba a ser una noche inolvidable, me aseguraría de ello.

Tome un baño relajante, tome la ropa interior más sensual que tenía, unos vaqueros cortos y una blusa. Estaba dispuesta a todo esa noche sin pensar en nada más, solo quería demostrarle lo que sentía a Edward, lo que había sentido todos esos años.

Llegó la hora, me puse mis converse y caminé hasta la casita que construimos cuando éramos pequeños y pasábamos horas jugando. Esa noche vería si le seguía importando a Edward tanto como veía en sus ojos.

La luz era tenue en la casita de juegos, apenas lograba verse bien pero era ideal para lo que prendía, me escondí detrás de una puerta, lo esperaría allí.

Vi como Edward entraba receloso, mirando, buscando. Se quedo de espaldas a la puerta, salí detrás de la puerta y le tapé los ojos con mis manos.

─ Quédate quieto, esta noche mando yo. –Le susurre con voz sensual.

Le puse la venda de seda en los ojos y lo tumbe en la manta encima de unas mantas, iba a ser especial porque sería mi primera vez, y además con el hombre que amaba.

Lo desnude despacio tomándome mi tiempo, quería tocar cada centímetro de su piel para poder recodarlo para siempre. Era tan hermoso, que me faltaban palabras para poder describirlo, mis manos no podían separase de su piel, besé sus labios mordisqueándolo despacio, jugando con él, lo desnudé por completo, bajé besando su cuello, mordisqueándolo, succionando.

─ ¿Por qué no lo hiciste antes? Quizás así no me habría ido. —Digo con la voz ronca de deseo.

─ No perdamos el tiempo con el pasado, disfrutemos el presente.

Lo besé para que callara, solo importaba el placer que le daría. Bajé lamiendo sus pezones con suavidad despacio, los mordisquee, y a él se le escapo un suave y ronco gemido, bajé mi mano hasta su miembro excitado y lo acaricie masturbándolo con suavidad le iba a hacer perder el control. Seguí por su pecho y su vientre con suaves besos húmedos, como alas de mariposas suaves. Era como una droga que la dejaba extasiada y con ganas de más, no podía dejar de tocarlo tome un hielo de la cubitera y lo metí en mi boca chupándolo con fuerza, tome su miembro erecto y le pase la lengua por el glande, entonces el gimió dejando escapar un jadeo seco de su pecho al notar el contraste de frío y calor.

─ Deja que me quite la venda pro favor. –Suplicó con voz ronca.

─ Está bien, quítatela.

Cuando se la quito me abrasó con la mirada, lo miré a los ojos mientras le lamía el glande, y con la otra mano apretaba los testículos con suavidad, me agarró del pelo con suavidad mientras yo metía su miembro en mi boca pasando mi lengua por la punta varias veces con lametazos suaves, lo metí en mi boca chupando con fuerza, mientras el levantaba las caderas jadeando y gimiendo cada vez más y más.

─ ¡¡Dios!! ¿Todo esto lo aprendiste en los libros?—Pregunto con voz estrangulada.

─ Los libros dan para mucho cariño.

Para reforzar mí argumento le pase la lengua por la punta tan despacio que apretó los dientes levantado las caderas. Me puse de pie alejada de él, empecé a desnudarme poco a poco despacio primero la camisa y luego el pantalón, me solté el pelo con sensualidad mientras lo miraba a los ojos, solo con su mirada, ver como recorría mi cuerpo, me humedecía toda.

Se puso de pie y se acercó a mi me agarró de las caderas y me acercó a su cuerpo, me beso con la pericia de un experto, despacio suave, un beso hecho para excitar. Subió las manos a mis pechos y me quitó el sostén, tomo mis pechos acariciándolos, pellizcando con suavidad los pezones haciendo que mi cabeza diese vueltas, bajó los labios hasta mis pezones besándolos, mordiéndolos, me agarré a su pelo dejando escapar suaves gemidos de placer, necesitaba más de alguna manera él lo sabía y bajó la mano a mi entrepierna tocándome por encima de mis braguitas, estaban totalmente húmedas. Metió las manos dentro de las braguitas y tocó mi clítoris; un espiral de placer subió por mi espalda haciendo elevar mis caderas a su mano aun más. Me agarré a sus hombros urgiéndolo a que lo hiciera más rápido.

─ Por favor Edward, por favor. — Sollocé.

─ Eres mía, siempre lo has sido, y siempre lo serás. Y hoy haré esa realidad.

Me tumbó sobre la manta con una lentitud desesperante beso mis senos y acarició mi clítoris mientras introducía un dedo en la vagina. Levante las caderas para ir al encuentro de su mano.

─ Tranquila amor, despacio. Deja que yo haga todo.

Se acopló a mi cuerpo penetrándome con suavidad cuando llegó al himen penetró y se quedó parado, se me escapó un gemido de dolor y de placer al mismo tiempo, dolor porque era mi primera vez y placer porque por fin me llenaba entera y era el hombre que siempre había querido.

Nuestros cuerpos se complementaban a la perfección, dos cuerpos siendo uno en un vals lento de amor, necesitaba más de él. Levante las caderas para llegar a su encuentro, urgiéndolo cada vez para que acelerase el ritmo de la cadencia.

─ Te amo. —Se escapo de mis labios.

No importaba nada solo la verdad que sentía.

Sintió como llegaba su orgasmo cada vez más fuerte. Envolvió sus piernas alrededor de las caderas de Edward.

Llegue a un orgasmo explosivo y a su vez también él llegó a su orgasmo.

─ Yo también te amo. —Dijo él.

El me acurrucó junto a su pecho y besó mi frente.

─ He sido tu primer amante y el único.

Satisfecha con su respuesta me acurruque como una gatita sobre su pecho esa sería la primera noche de muchas más.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Ola a tod@s otra pequeña historia ojala les guste tanto como ami cuidense y plis comenten nos vemos

bye

annie_cullenpattz


 


 


 
14443663 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10760 usuarios