LOS PERSONAJES PERTENECEN A STEPHENIE MEYER, LA HISTORIA ES MÍA
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IMÁGENES DEL CAPÍTULO EN MI BLOG.
"Capítulo 8"
BPOV
Edward solo suspiró y me sonrió esperando que lo dijera con palabras.
-Si – susurré con un nudo en la garganta – ¡Si! – me lancé a sus brazos abrazándolo fuerte y dejando un besó en sus labios. Después me aparté rápidamente para que me pusiera el anillo en el dedo – Estoy tan emocionada, Ed.
-Yo más, vas a ser mi esposa – sonrió besándome, al principio suave pero acabé tumbada en el sofá con Edward encima de mí.
Se separó cuando el oxígeno fue necesario, agarró la mano que tenía el anillo y lo besó repetidas veces.
-Me has echo el hombres más feliz del mundo – murmuró en mis labios.
-Y tú a mi la mujer más feliz del mundo – sonreí – No puedo creer que vaya a ser una princesa – me dije a mi misma incrédula.
-Amiraee (Mi princesa) - le sonreí volviendo a dejar un beso en sus labios – Te amo.
-Yo más.
-Nop – reímos juntos tumbándonos abrazado.
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-¡Ahhhhhh!– Chillaron mamá, Peyton y Kate – Charlie, Isabella se va a casar – gritó Renee – ¡Ven aquí!
-¿Y como dices que te lo pidió?- preguntó por décima vez Kate, suspiré cansada de contar la misma historia 100 veces pero aun así, la volví a contar porque mi felicidad era tan grande que lo demás no importaba.
-Después de cenar, fuimos a su casa. Yo le di su regalo y él, el mío que resultó ser una caja llena de tul fucsia y plumas blancas con una almohada negra en medio. Había puesto el anillo encima.
-¡Ah! Eso es tan romántico y emocionante. Josh debería aprender más de su mejor amigo – refunfuñó – Ya hablaremos el y yo después – me reí por su rabieta.
-¿Qué ocurre? – preguntó papá entrado a la sala.
-Se casa, Charles. ¡Nuestra Bella se casa con el príncipe! – exclamó aplaudiendo, corrió junto a papá y empujó su silla hasta mi lado, le sonreí feliz.
-Así que te casas – sonó indiferente, asentí – Pues enhorabuena. Espero que no te olvides de nosotros – dijo amargado – Seguimos siendo tu familia y te tienes que encargar de nosotros – dicho esto se fue dejando la sala en un silencio sepulcral.
Tomé una bocanada de aire para evitar las lágrimas. Siempre creí que en un momento así mi padre dejaría de tratarme tan fríamente, y con la actitud que tomó el otro día con Edward creí que volvía a ser el mismo. Pero al parecer solo fingía.
-Cariño… - susurró Renee.
-Hay tantas cosas que hacer – la corté, no queriendo hablar más del tema – Edward me ha contado que en su país la costumbre es que el novio financie la boda y como es príncipe, tendremos que celebrarla en Dojail.
-Solo por eso el principito me comprará el billete de ida y vuelta. - Miré a Kate reprobatoriamente - ¿Qué? Es él el que quiere casarse en el otro lado del charco, que asuma las consecuencias. – negué riendo mientras se dirigía a la cocina.
-Me alegro mucho, Bella. – dijo Peyton cogiendo mis manos entre las suyas.
-Gracia, Pey.
-¡No lo puedo creer! – chilló mamá - ¿Sabes todo lo que podremos hacer a partir de ahora? Quiero ver ya la cara de Ana – se carcajeo – Se morirá de envidia. ¿Y Verónica?…
-Mamá, para – me pasé la mano por el rostro y me fui a mi cuarto. Le envié un correo a Maysun contándole las buenas nuevas. Me casaba con mi Eddie. No le había dicho que era un príncipe y todo eso porque no se había dado la oportunidad. Ella solo sabia que era mi chico ideal y lo amaba.
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-Será dentro de 6 meses entonces. – sentenció Edward.
-Eso es mucho tiempo – me quejé.
-Durante ese tiempo tu familia y tú podréis ir a Dojail y conocer un poco la ciudad. Además, una boda real necesita muchos arreglos. Luego de la boda tus padres y tu hermana volverán a Estados Unidos – le miré triste - Amor, vendremos muy seguido y tu hermana estudiara en la universidad de Londres y estará muy ocupada. Como tú y yo – susurró seductoramente dejando un beso en mi cuello.
-¿Cuándo nos iremos?
-Yo me iré la próxima semana – me aparté de su abrazo mirándole interrogante.
-¿Cómo es eso? ¿Por qué no me lo has dicho?
-Lo siento Bella, pero no puedo soportarlo más, tengo que contárselo a mis padres y empezar a organizarlo todo – me dio una sonrisa infantil – Además, me enteré ayer. Mi padre me pidió que fuera. Tranquila, te llamaré. – me dio un casto beso.
21 semanas después
Suspiré mirando el desierto frente a mí.
Faltaban 3 semanas para la boda y ya estaba de los nervios. Meses atrás, finalmente Edward se fue a su país junto con Alice y Jasper. Decidimos que yo iría cuando quedara poco para la boda y mientras tanto entre Alice, Rosalie y Esme me ayudaron a organizar la boda, lo cual era un alivio porque había muchas cosas de las costumbres de Dojail y de su religión que no sabía aunque había estado investigando un poco.
Ahora, a semanas de la boda, había viajado a Dojail con mi familia y Kate. Acabábamos de llegar, Dojail era muy grande y hermoso. El palacio estaba situado en la parte alta de la ciudad, una parte del palacio daba a la ciudad y la otra al desierto. Mi habitación estaba en esa parte, era precioso.
Cerré los ojos respirando el aire cálido, sonreí feliz al sentir unos brazos alrededor de mi cintura. Dejó un besó en mi mejilla y apoyó su mentón en mi hombro.
-Mis padres quieren conocerte – susurró - ¿Vamos? - asentí.
-Vale – nos separamos y salimos de la habitación, apoyó una mano en mi baja espalda.
-Tranquila, te adoraran. - susurró en mi oído, haciendo círculos con el dedo índice en mi espalda. Le sonreí y cogí su mano entrelazando nuestros dedos.
Entramos en la biblioteca y todos estaban ahí, solo faltaba el rey Carlisle, y Kate, la que había preferido darnos un poco de privacidad. No era la primera vez que veía a la madre de Edward pero verla en persona era diferente que por Skype. Era más bajita que yo, mediría 160 o 165 cm. Su pelo era liso, por encima de los hombros, entre cobrizo y color caramelo que combinaba con sus ojos castaños. Carlisle era lo contrario a Esme, alto, cabello rubio, ojos azules y piel morena.
-Bella, te presento a mi madre Esmeralda, pero la llaman Esme – me acerqué a ella dándole dos besos y un abrazo.
-Al fin nos conocemos en persona – sonrió y miró a Edward aun con la sonrisa en el rostro – Es tan guapa como me dijiste – me sonrojé apartando la mirada.
-¿Verdad que si? – me miró con un brillo en los ojos.
-Yo también me alegro de conocerte, Esme.
-Oh, nada de Esme. Dime Mart Amm. Significa suegra o Ummi, que quiere decir mamá- me aclaró ante mi confusión.
-De acuerdo, Ummi – sonreí ampliamente ante su mirada de aprobación. Miré a mis padres que estaban sentados a un lado de la biblioteca, Peyton miraba atentamente los títulos de los libros, sabia que realmente no le interesaban y lo único que hacia era huir de la conversación incomoda que seguramente estaban teniendo mis padres. Rosalie y Alice conversaban animadamente sentadas en un sofá, me saludaron a lo lejos sonriéndome felices. Edward se acercó a su madre y le dijo algo que no comprendí, pero me pude dar cuenta de que estaba tenso.
-Ummi, ¿wanuwi Baba? (Mamá, ¿dónde esta papá?)
-Wafi mushkila, ahora viene. (No te preocupes) – le puso una mano en el hombro y le sonrió tranquilizadoramente – Renee, tu hija es igual a ti, maa shaa allaah (maravilloso/que bonito!/que guay/genial/gracias a dios. Existen variadas expresiones pero todas para demostrar alegría) Igual de hermosas las dos. Aunque la que es una perfecta fotocopia de ti es Peyton. – les sonrió.
-Siempre me han dicho que me parezco más a mi padre – comenté sentándome con Esme y Edward con otro sofá. Charlie me miró un segundo y continuó con su mutismo que decidió romper después de unos minutos de conversación.
-¿Y tendremos que vivir aquí? – preguntó.
-¿No esta cómodo, señor Swan? – se preocupó Esme – Si necesita algo…
-No, solo por saber.
-Bueno, si quieren pueden quedarse pero de no ser así pueden volver a Estados Unidos y visitar a su hija cada vez que quieran.
-Bien. - observó la habitación y devolvió su mirada a Esme - ¿Y su esposo cuando viene?
Esme miró disimuladamente a Edward, que volvió a ponerse tenso. Le miré preocupada, diciéndole con los ojos que me dijera que pasaba.
-Después – murmuró.
-Mi esposo vendrá enseguida. Ha tenido un problema. – sonrió – Ya saben, cosas que pasan.
En ese instante, se abrió la puerta mostrando a un hombre vestido con ropa tradicional árabe.
EPOV
Estaba feliz, iba a casarme con la mujer que amaba: Bella. Cuando le pedí matrimonio estaba tan nervioso ante su silencio, por un instante pensé que se negaría. Y no la juzgaría, casarse conmigo implica casarse con mi reino. Una gran responsabilidad. Pero aun así ella había aceptado.
Observé a mi padre parado en la puerta de la biblioteca, Carlisle II. Un hombre sabio, honesto, bueno y justo al que siempre había admirado pero este último tiempo no soportaba su solo presencia. No se que le había ocurrido pero tenia una actitud estúpida.
Después de comunicarle a Bella que tendría que volver a Dojail sin ella, preparé todo para viajar una semana después. Mi padre me había mandado llamar urgentemente. Cuando llegué a palacio fui directamente a su oficina donde estaban mis padres.
-Salam alaykum (Que la paz sea contigo/con vosotros) - saludé al entrar.
-Alaykum salam (Contigo/vosotros tambien) - contestaron. Mamá estaba sentada en una de las dos sillas de en frente del escritorio de papá, y este, se encontraba sentado detrás de la mesa. Me senté en la silla libre al lado de mi madre.
(Tener en cuenta que la conversación se desarrolla en árabe pero no quería complicaros muchos el asunto)
-Hijo, te hemos dado tiempo incluso más del que en un principio te dijimos para encontrar esposa. – comenzó cauteloso.
-Lo sé – asentí.
-Ya es tiempo de que te cases - continuó.
-Lo sé.
-Bien, entonces está todo dicho – sonrió Carlisle. Le miré interrogante. – En un par de meses te casarás con Aahsaya. Aún hay que concertar las fechas pero será en unos meses.
-Tengo que empezar a organizarlo todo. Iré esta tarde a ver a Aahsaya. Tenemos que decidir si vamos a celebrarlo en algún salón de palacio o que mezquita elegiremos. La que esta en el centro creo que es perfecta, además…
-No – les corté – Por supuesto que me voy a casar, pero no con Aahsaya.
-Edward, eso no esta en discusión – dijo Carlisle, sabía que estaba enfadado. Me levanté.
-No me casaré con Aahsaya, padre.
-Se puede saber que te ocurre con ella – exclamo Esme – Es una chica guapísima, elegante, buena, tenaz... ¡Tiene todas las cualidades para ser una buena reina!
-Mamá, ya estoy comprometido – callaron súbitamente al oír mis palaras.
-¿Qué? – Esme estaba consternada. Suspiré.
-Os he hablado de ella - les recordé – Os conté que había conocido a una chica.
-Pero como no la volviste a nombrar pensamos que no era algo serio.
-Pues lo es. – Sonreí – Le he pedido que se case conmigo y ha aceptado. Vendrá con su familia en unos meses para la boda, que será en 6 meses – miré a Esme – Tengo que hacer la pedida de mano oficial y había pensado hacerla mejor aquí, en Dojail.
-Oh, habibi. Estoy tan contenta – se levantó y me abrazó – Carlisle –le llamó ante su mutismo.
-No lo acepto – mire a mi padre incrédulo. Estaba tenso y un poco rojo por lo que deduje que estaba enfadado – No ha habido un cortejo como se debe y como tu tiempo a acabado no lo puede haber – reí con sorna.
-Me voy a casar con Bella, papa. No se que te ocurre pero no voy a dejar que hagas esto.
-No es musulmana – intentó razonar.
-Mamá tampoco lo era cuando te casaste con ella.
-¡Me niego!
-¿Por qué? –grité de vuelta.
-Tu prima tiene un novio ingles. Tu hermana se casa con otro inglés y hora tú con una americana – dijo la última palabra como si fuera algo asqueroso – Te quiero casado con una árabe – me señaló – y Aahsaya es perfecta.
-No lo haré – contradije – Quiero a Bella y me casaré con ella. Cuando venga espero que no te comportes como lo estas haciendo ahora, merece respeto. Tengo tanto derecho como tú o Rosalie de enamorarme de quien quiera – tomé una bocanada de aire – Tengo cosas que hacer – abrí la puerta ignorando a mi madre que intentaba hacerme razonar.
-Como veo que esta todo dio – dijo Carlisle – y no puedes faltar a tu palabra, no hay más que hablar. – se acerco – Esta noche tenemos una cena con Tarek al Aamri y su familia. – soltó como si nada – Se supone que pedirías la mano de Aahsaya oficialmente. Yo no voy a dar la cara por ti, así que tú les explicaras la situación – Carlisle salió del despacho echando humo.
Mi madre me daba una mirada comprensiva. Sabía lo que iba a decir ahora, siempre era lo mismo.
-Discúlpalo habibi, debes entender que tu padre solo se preocupa por ti.
-Lo se – Salí del despacho y me fui a mi cuarto a prepararme para la cena.
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-Salam alaykum.
-Alaykum salam
Los Al Aamri acababan de llegar. Mi padre había decidido que no abordaríamos el tema hasta después de cenar.
-¿Faif kalak? (¿Qué tal estas?)– le preguntó Tarek a mi padre.
-Bijair, al hamduli'llal (Bien, gracias a Dios) – contestó.
Tarek era un hombre moreno, de altura media, delgado, cabello y ojos eran negros y bigote poblado. Su esposa, Haifa, era bajita, de ojos claros y llevaba un pañuelo rojo en conjunto con su kaftan*, era una hibadu*.
Saludé a Tarek y a Haifa y entonces vi a Aahsaya. Era realmente hermosa. Su cabello negro y por debajo de los hombros caía libremente por su espalda y sus ojos me miraban inquisidores con una sonrisa n sus labios rojos. Era alta, con un cuerpo escultural enfundado en un kaftan blanco y plateado. Sacudí su mano cuando la extendió, pero no sentí nada, ni un escalofrió. Le sonreí educadamente.
-Edward, hace mucho que no nos vemos – sonrió – Casi diez años.
-Si – asentí – mucho tiempo.
-Sāda (Señores*), la cena esta lista – nos aviso una mucama.
-Shukran, Ramla. – le agradeció mamá.
-¿Vamos? – Aahsaya pasó un brazo por el mío y caminamos al comedor.
La cena pasó bastante tranquila, hablamos de negocios y de lo que habíamos echo durante estos años Aahsaya y yo.
-He terminado economía, ciencias políticas y relaciones internacionales, además una maestría en administración pública.
-Impresionante – exclamó maravillado Carlisle - ¿No crees Edward? – entrecerré los ojos mirándole fijamente.
-Si, por supuesto. – Aahsaya sonrió complacida.
-Esos conocimientos serian verdaderamente convenientes para el reino. Una mente como la tuya no puede ser desperdiciada. – sonrió mi padre.
-Por supuesto, Carlisle. – asintió Tarek – En cuanto sea posible se incorporará en los asuntos de estado. La he preparado bien. – comento dándole un doble sentido.
Sonreí forzadamente cuando me miraron y miré a mi padre con rencor, el en cambio tenia una sonrisa satisfecha en los labios.
-Además de que yo personalmente me he encargado de enseñarle todo lo necesario para que sea una dama – dijo Haifa orgullosa- Sabe todos los idiomas principales y además del protocoló de nuestro país de memoria, le podría dar clase a cualquiera.
-Mamá, no es para tanto. – le dijo Aahsaya avergonzada.
-No te avergüences de tus conocimientos, todo lo contrario, siéntete orgullosa – le dije. Me sonrió feliz y mi padre me miró complacido. Y que decir de los padres de Aahsaya, estaban a punto de hacer un baile.
-Bueno, ¿Por qué no pasamos al salón del té? – comento Esme nervios. Ahora teníamos que hablar las cosas claras.
Una vez nos sentamos en los sofás, Tarek se preparó para recibir el primer regalo de novia a la vez que sacaba una carpeta y la dejaba en la mesa del centro.
-Como acordamos, Carlisle, aquí esta todo lo necesario para acordar el contrato matrimonial.
-Tarek – suspiró mi padre – Hay un problema.
-¿Qué ocurre? – frunció el ceño, mi padre me miró indicándome que les explicara. Me erguí y miré a Tarek a los ojos.
-No me puedo casar con su hija – Haifa y Aahsaya jadearon y Tarek apretó los dientes enfadado.
-Hicimos un trato que...
-No – le corte – hizo el trato con mi padre, a mis espaldas.
-¡Bueno pero da igual! Aahsaya es una buena mujer y será una esposa y una reina excelente. Entiendo que estés un poco contraído por como se ha hecho esto sin que lo supieras pero, tú necesitas una esposa, así que, ¿qué más da? – argumentó.
-La razón de porque no me voy a casar con Aahsaya no es porque me lo ocultaran.
-¿Entonces que te lo impide? – saltó Haifa.
-Ya estoy comprometido – me miraron sorprendidos y percibí en los ojos de Aahsaya la tristeza, aparté la mirada.
-¡Tómala como segunda esposa! – exclamó Haifa.
-Eso si que es buena idea, Edward – comentó Carlisle – Te casas con Aahsaya y después tomas como segunda esposa a Isabella.
-No – me levanté, Tarek y Carlisle me imitaron – No pienso tomar como segunda esposa a Isabella, ella será la reina de Dojail. Y tampoco tengo ninguna intención de tener una segunda esposa.
-¿Por qué no? – Carlisle estaba molesto.
-¿Por qué razón no lo has hecho tú?
-Porque no lo necesito – dijo tenso.
-Pues por la misma razón y por que la amo, Baba (Papá)- Aahsaya carraspeó llamando nuestra atención.
-Para compensar que no me casaré con Edward, puedo pedir vivir en el palacio – dijo seria.
-Por supuesto – se apresuró a contestar Carlisle.
-Pero… ¿Por qué, halua? – le preguntó Esme.
-Me gustaría que Carlisle fuera mi mentor, podría aprender muchas cosas que ayudaría a fomentar mis conocimientos. Claro, si ustedes están de acuerdo – miro a mi padre.
-Por supuesto – le sonrió con ternura – De verdad, Tarek, muta-assif (Lo siento)
-No pasa nada, Carlisle – dijo tenso y sonrió – Estas cosas pasan – me miro y a continuación le indico a Haifa y Aahsaya que se levantaran.
Les acompañaron a la puerta interior de palacio desde donde vendría un guardia y los llevaría a l puerta principal.
-De nuevo lo sentimos – se disculpo mi madre, asentí dándole la razón.
-Laila sai-ida (Buenas noches) – murmuraron y se fueron antes de que pudiéramos contestar.
Desde entonces cada vez que hablaba con mi padre acabábamos discutiendo. Cuando llego el momento de que Bella y su familia vinieran le exigí que la respetara y me dijo que lo haría. Ahora estaba faltando a su palabra, mi padre nunca llegaba tarde a ningún sitio y ahora que le estábamos esperando en la biblioteca junto a la familia de Bella se retrasa.
-¿Ummi, wanuwi Baba? (¿Mamá, donde está papá?) – pregunté en un susurro.
-Wafi mushkila (No te preocupes).
Resople enfadado. Podía entender que tuviese recelo sobre Bella pero solo le había pedido que la respetara. No podía permitir que esto volviera a suceder, hablaría con Carlisle seriamente. Si le daba la gana aparecer.
-Tendremos que quedarnos a vivir aquí – comentó mi suegro sacándome de mis pensamientos.
-No está cómodo, señor Swan –preguntó mi madre preocupada – Si quiere le pueden traer algo.
-No es eso, solo curiosidad.
-No, si no quieren pueden quedarse pero de no ser así pueden volver a Estados Unidos y visitar a su hija cada vez que quieran.
-Bien. Por cierto, ¿Dónde está su esposo? – me tensé.
Mi madre y yo nos miramos, apreté los dientes, me mando una advertencia. Podía notar su nerviosismo y su enfado. Bella llamó mi atención preguntándome silenciosamente
-Después – susurré.
-Mi esposo vendrá en seguida. Ha tenido un problema – sonrió forzadamente – Ya saben, cosas que pasan.
La puerta se abrió dejando vera mi padre que venia con semblante serio. Nos levantamos, mi madre se acerco a él y no se que le dijo pero a mi padre no le gusto nada.
-Ellos son Renee y Charlie, los padres de Bella – los presentó Esme. Renee se acerco a mi padre que le extendía la mano ignorándola y dándole dos besos. Carlisle, la miró reprobatoriamente, según el protocolo de Dojail no debes tener esa cercanía con un desconocido. Charlie se acerco en la silla y extendió su mano a Carlisle.
-Es un… placer – dijo mi padre intentando disimular una mueca con una sonrisa.
-Igualmente – contesto Charlie, seco.
-¡No, que va! – chilló Renee, Bella se sonrojó – El placer es nuestro – rio – Estamos tan contentos por esta boda.
-Ya lo creo – comentó Carlisle irónico, apreté los dientes. Al parecer Renee no había pillado la indirecta porque seguía hablando, pero Charlie si lo hizo.
-Bella no me ha dejado participar casi en la organización d la boda- se quejo. Otra infracción del protocolo: no quejarse de asuntos personales en público. - ¡Dice que soy demasiado extravagante! Yo solo quería que tuviera una boda inolvidable pero con esta niña es imposible.
-Renee – la calló Charlie – Ya.
-Pero… - se calló al ver las miradas sobre ella.
-Ella es Peyton, la hermana de Bella.
-Mucho gusto, señor Cullen. – le dio la mano.
-Igualmente.
La mirada de mi padre se poso en Bella que estaba tensa a mi lado.
-Tú debes de ser Isabella.
-Es un placer conocerle – extendió la mano hacia mi padre que la soltó inmediatamente.
-Igualmente. Sentémonos. – nos dirigimos a la mesa que había a un lado.
Mi padre encabezó la mesa al igual que Charlie, sus esposas a cada lado, Bella y yo nos sentamos a un lado y nuestras hermanas al otro.
-Bueno, durante estos días tendremos la posibilidad de conocernos más y mejor pero ahora estamos escasos de tiempo así que vamos a ir al grano. Tenemos que hacer la pedida oficial y la ceremonia de compromiso.
-Pero si Edward ya lo ha pedido matrimonio –comentó Renee confundida. Mi madre le sonrió y procedió a explicarle.
-Según nuestra religión la pedida de mano se debe hacer con la familia presente. No es que ellos influyan mucho en estos tiempos pero deben estar de aceptarlo aunque en ocasiones no estén de acuerdo. En esos casos hay una razón muy fuerte.
-En unos días haremos la pedida y la ceremonia, estarán presentes la familia y los amigos cercanos – comenté.
-¿Y como es? ¿Qué haremos? – preguntó Peyton.
-Os contaremos todo paso a paso durante estos días siguientes.
-Además, durante las 3 semanas que quedan tendremos que ultimar detalles. Y ahora que estas aquí será más fácil, te tienes que hacer las pruebas de los vestidos de novia y el vestido de la fiesta de compromiso. Tienes que ver las salas, la tarta, flores, manteles… ¡Buff! – Respiró Rosalie – Hay que hacer tantas cosas pero bueno. Lo más importante de todo es que tienes que aprender lo que se dirá en la boda y lo que tú misma dirás. También te explicaremos como serán los días previos a la boda.
-De acuerdo – asintió mi novia sonriendo emocionada.
-El día de la boda se celebrara la ceremonia en la mezquita y después se procederá a la fiesta donde el novio le dará su regalo de boda a la novia – continuo Carlisle.
-Durante los días antes de la boda se realizara el cortejo oficial.
-¿Cómo es eso? – preguntó Charlie.
-Durante estas semanas le compraré regalos a Bella, la llevaré de paseo, a cenar, a comer… - la miré sonriéndole, me correspondió enseguida – Es lo que se diría un cortejo a la antigua.
-El resto ya os lo iremos explicando mas adelante – dijo mi padre mas relajado – De momento mañana empezaran sus clases de protocolo, será algo necesario para el futuro que les espera y los eventos que se irán llevando a cabo a lo largo de estas semanas a los cuales Edward y Bella no asistirán juntos hasta que se celebre la ceremonia de compromiso. – miró su reloj de muñeca y se levantó. Le imitamos – Me tengo que ir, tengo una reunión en unos minutos. ¿Edward? – le miré – Tienes que venir conmigo. – asentí.
Miré a Bella y le sonreí atrayendo su cuerpo al mío, abrazándola fuertemente.
-Estarás bien, te dejo en buenas manos – susurré en su oído.
-Lo se, no te preocupes.
-Te quiero, amirah (princesa) – susurré, me sonrió con los ojos brillantes de felicidad.
-Y yo a ti, yamil (guapo)- reí.
-Vas aprendiendo, estoy orgulloso de ti – le di un beso en la frente y después de apretar sus manos me dirigí a la puerta donde me esperaba mi padre.
Salimos del despacho cerrando la puerta a nuestra espalda y caminamos por el pasillo en silencio. La tensión se sentía en el ambiente, sabía que le tenía que hablar de su comportamiento pero no quería hablar con él ahora mismo.
-Es bastante hermosa, – empezó – ahora entiendo tu afición por ella. – me detuve obligándolo a hacer lo mismo.
-Padre, yo te respeto y te aprecio, siempre he escuchado tus consejos y he intentado hacer siempre todo lo mejor posible. – Suspiré mirando alrededor para asegurarme de que no estaban escuchando nuestra conversación – No quiero que nuestra relación sea tensa. Yo quiero a Bella, la amo de verdad. – fruncí el ceño sin mirarle – Cuando yo conocí a Bella sentí que todo estaba en su lugar. No se que te ocurre con ella, nunca te han importado las clases sociales o las nacionalidades. Mama es inglesa, es la primera reina extranjera de nuestro país. Quiero la verdad, ¿esto es por Aahsaya? – me miró fijamente durante un minuto.
-Pienso que ella hubiera sido mejor para ti. Es perfecta, tanto para ti como para el reino - se movió exasperado – No puedes ignorar eso. Quieres casarte con la americana. ¡Hazlo! Pero toma a Aahsaya como primera esposa, de esa forma…
-¿No lo entiendes verdad? – le interrumpí molesto – No siento nada por Aahsaya, ni si quiera puedo decir que me sienta atraído por ella. Me voy a casar con Bella porque me he enamorado de ella y ella de mí. Así que te pido por favor que le des una oportunidad. Cuando la conozcas te darás cuenta de que es una persona maravillosa. Ha estado muy nerviosa con todo esto de la boda y de ser princesa. Se ha informado de todo lo referente a nuestro país porque quiere hacerlo bien, ser una buena princesa. Y tú – le señalé – con tu actitud solo se lo estas poniendo mas difícil - le miré fijamente pero no decía nada. Negué y reanude mi camino a la sala de reuniones.
Entré a la sala donde estaban todas los ministros y el consejo real. Me sorprendí de ver a Aahsaya al lado de su padre. Desde la noche de la cena no volví a hablar con ella. Era cierto que la veía de vez en cuando pero hacia lo posible para no coincidir con ella. Sabia que le había echo daño pero no podía hacer nada para evitarlo. Me senté en la mesa principal, junto al asiento de mi padre que ocupó segundos después.
La reunión ya llevaba una hora. Se había hablado de distintas situaciones del país. No había tenido oportunidad de decir nada, mi padre me había sacado totalmente de la conversación.
-¿Me has traído aquí de adorno? – sabia que no debía hablarle así, era mi padre y le debía respeto pero la furia de todos estos meses estaba haciendo mella en mi. Carlisle ni me miró, continuo hablando tranquilamente. Apreté los puños enfadado.
-¿Estás bien? - le preguntó Aahsaya cuando la reunión acabó tres horas después.
-Si – contesté tenso.
-Si puedo hacer algo por ti… - puso una mano en mi brazo, me sentí incomodo. Muchos nos observaban interesados – Sabes que lo haré. – me sonrió dulcemente.
-Estoy bien, Aahsaya. – me alejé un paso, el dolor asomó en su mirada.
-Bueno – carraspeó – Tengo entendido que acaba de llegar tu… prometida – hizo una mueca.
-Si, – sonreí al pensar en ella – llegó esta mañana con su familia.
-Ah – se removió incomoda - ¿Estás seguro de que es lo mejor? – preguntó repentinamente, fruncí el ceño.
-¿Qué quieres decir?
-Tal vez no está reparada para esto… - dijo como si nada.
-Estoy seguro que si – contradije.
-Creo que ella no es la adecuada para que…
-Y tú si, ¿no? – la interrumpí molesto – No quiero discutir contigo, Aahsaya. – me fui dejándola ahí parada.
Caminé por el pasillo hacia la biblioteca. Sentí una mano en mi hombro, era mi padre que me miraba seriamente.
-¿Qué ha pasado con Aahsaya? – apreté los dientes.
-Nada, simplemente hemos intercambiado opiniones.
-¿De qué? – alcé una ceja.
-Parece que se ha convertido en el deporte local cuestionar mi elección de esposa – me giré para irme pero me detuvo del brazo, le miré – No voy a acepta esta situación por mas tiempo. – se tensó.
-Edward…
-Realmente, ¿Por qué te niegas a aceptar a Bella? Quiero entenderlo. – suspiró y me miró a los ojos.
-Tienes razón, he tomado una actitud de lo más egoísta e infantil. Quería que te casaras con Aahsaya porque estaba convencido de que era lo mejor para ti. Y para serte sincero aún lo pienso. Pero eso no es excusa para mi comportamiento con Bella. – asentí de acuerdo – Seré mas amable con ella e intentaré conocerla antes de juzgarla.
-Eso espero – y me giré continuando mi camino.
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BPOV
-Por la mañana se realizara la ceremonia de compromiso. - Amir, un hombre de unos 29 años alto, formado, de cabello y ojos negros, me daba clases de protocolo - En estas ceremonias los novios se presentan frente al sheikh, lo que se diría un ministro islámico, donde realizaran el contrato matrimonial con tres testigos.
-¿Perdón? ¿Qué contrato? – pregunté confundida. ¿Habían decidido hacer separación de bienes?
-En nuestra religión el matrimonio es un contrato, pero no como entendéis que es un contrato vosotros los occidentales – dijo con ironía – Es un compromiso y una manera de que se puedan comprobar las condiciones con las que los novios entraron al matrimonio en el caso de que llegue a ser necesario. La novia irá con el Walli, que es como su guardián y tiene que ser musulmán, será el encargado de verificar que las condiciones que ella a puesto en el contrato estén claras. En el momento en que todo esto es realizado la pareja queda unida legal y espiritualmente, claro esta, bajo las leyes del islam.
-¿Entonces ya estaremos casados?
-Uhmm… Técnicamente si pero no. Aun no se habrá celebrado la ceremonia de la boda por tanto estaréis unidos pero hasta que no firméis el contrato no estaréis casados. ¿Entiendes? – asentí – Bien. Por la tarde se celebrará el compromiso, esta reunió se llama Al-kitab a la que asisten los familiares de la pareja, amigos mas cercanos y por supuesto los novios. Se celebrará en la sala principal de palacio, cuando aparezca en la sala debe sonreír y saludar a todos los presentes. No importa que tarde una hora, todos estarán allí para celebrar con usted y debe agradecerles su presencia. Su hermana y la princesa Rosalie estarán a su lado, una a la izquierda y la otra a la derecha respectivamente. Que la hermana del príncipe este a su derecha es un símbolo de respeto y fraternidad, debe mostrarle al pueblo que no hay tensiones en la familia. Habrá, además, otras mujeres detrás cantando y celebrando el compromiso. Cuando termine se dirigirá al lugar donde los familia real y su familia estarán sentados. Y se sentará en frente de su prometido. – se sentó en la silla frente a mi – Ya después pasarán a la mesa y se dirán unas palabras en celebración saldrán las bailarinas a…
-¿Bailarinas? – me miró serio, la verdad parecía un poco lenta.
-¿No ha oído hablar de las danzas árabes? Nuestras bailarinas bailaran para usted y el príncipe. Ya después la fiesta continuará, habrá comida, bebida, música… Durante los días siguientes acompañará al príncipe a actos públicos y además él ira dándole regalos.
-¿Y eso por qué?
-Bueno, porque es el cortejo, es decir, - se irguió – usted debe aceptarlos y si quiere utilizarlos o guardarlos hasta la boda. Durante las próximas semanas hasta el día de la ceremonia y una semana después de esta, el pueblo estará en celebración. No se si sabe que la boda durara siete días. – abrí los ojos impresionada – Tiene que tener en cuenta que cada día se cambiara de vestido unas 3 veces mínimo así que deberá tener más de un vestido pero los más importantes son los de la ceremonia la boda y la coronación. ¿Me ha entendido? – preguntó Amir con una sonrisa forzada.
-Si – asintió.
-Bien – Amir revisó unos papeles y después se dirigió a una estantería de a biblioteca. Cogió un libro verde con letras negras y me lo entregó. – Cuenta la historia de Dojail y también habla un poco del protocolo. Está en ingles, así que no se preocupe. Espero que lo acabe antes de la boda, por si tiene alguna duda. – le sonreí.
-Gracias.
-El Afo.
-¿Perdón? – pestañee confundida.
-Quiere decir "de nada" en árabe. Gracias se dice shukran.- asentí absorbiendo toda la información posible – Mañana vendrá su profesor de árabe y le ayudará a comprender al menos lo máximo posible antes de la ceremonia. – asentí – Bueno, hemos terminado.
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Llevábamos tres días en Dojail, no había tenido tiempo de visitar la ciudad o el palacio. Había estado tan ocupada con los preparativos de la boda, presentaciones, clases, compras… que apenas había visto a Edward. Ahora iba a ir con Rosalie y Alice a la ciudad para elegir la tela en la que se haría el vestido de novia y el de la coronación, Kate había preferido quedarse en palacio porque John había venido a Dojail.
-¿Lista? – preguntó mi cuñada.
-Si - suspiré - ¿Edward?
-Se ha ido con mi padre y Aahsaya al consulado del norte. – fruncí el ceño.
-¿Van a tardar mucho?
-No. – me sonrió tranquilizándome pero me surgió otra duda.
-¿Quién es Aahsaya?
-Bueno, - titubeó – Aahsaya es como la "pupila" de mi padre, su protegida. – estaba tensa, rara. Entrecerré los ojos.
-¿Solo eso?
-Si – fruncí el ceño.
-No me gusta que me oculten cosas, Rosalie. – la miré fijamente a los ojos, me retuvo la mirada hasta que suspiró derrotada.
-Ella era la prometida de Edward – Jadeé.
-¿Qué? – la miré consternada.
-Pero no te preocupes – se apresuró a acercarse. – Ya no hay tal compromiso, así que…
-No intentes justificarlo. – me enfadé - Explícame eso de que era su prometida.
-Mis padres querían que Edward que Edward se casase, por lo que le dieron un ultimátum: o encontraba a alguien en 6 meses o cuando este tiempo pasase le comprometerían con Aahsaya. – se sentó en el sofá – Después de eso Edward se fue a Nueva York y bueno, te conoció y surgió lo vuestro. Y aunque mi hermano les había hablado de ti a mis padres, ellos pensaron que era algo pasajero y lo comprometieron con Aahsaya. Después lo llamaron para que viniese y comunicarle la noticia – me observó expectante.
-¿Y que pasó?- suspiró levantándose.
-Por supuesto Edward se negó y mi padre se puso furioso. Aahsaya es la hija del ministro de fomento y Carlisle no quería crear tensiones. – sonrió – Pero Edward puede ser muy cabezota, termino el compromiso y Aahsaya pidió como recompensa vivir en el palacio y aprender de mi padre en todo lo referente a política. Es por eso que has notado a mi padre un poco cortante contigo pero él no es así de normal.
-Ya – musité sin mirarla.
"Él no me acepta"
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-Este acaba de llegar de Egipto, su alteza – la dependienta nos enseñó la tela – Era de seda de un blanco angelical y aun lado, en sendos estuches de terciopelo, estaban todas la piedras de todos los colores inimaginables para decorar el vestido o kaftan que utilizaría en la ceremonia – Esto también es nuevo, traído especialmente para usted. – me dijo.
Delante de mí había cajas con hilos de oro y plata para decorar el vestido además de cremalleras pequeñas.
-¿Cómo quieres que sea el traje? ¿Has pensado en algo? – me preguntó Alice.
-La verdad, me he hecho una idea sobre el vestido pero no sobre el kaftan. No tengo ni idea sobre que quedaría mejor o no. – hice un mohín un poco frustrada.
-No te preocupes, es normal, nunca te has puesto un kaftan. ¿Qué tal si lo elegimos nosotras y nos dices que te parece?
-De acuerdo –asentí.
-Imane, no vamos a comprar ninguna tela. – le dijo Alice.
-¿Por qué? – preguntó la dependienta.
-Solo queremos hablar con Maryam.
-Oh, la llamaré enseguida. Está dentro con una clienta que tiene un problema con su traje. – dicho esto se dio la vuelta entrando por una puerta que había al final del pasillo.
-Maryam es la que diseñará tus vestidos. El más apremiante ahora es el de la ceremonia, después al de la coronación. También puedes llevar un vestido tradicional de tu país pero ese lo compraremos en París. – abrí los ojos sorprendida – No pongas esa cara. – se rio Rosalie.
-Salamu alaikum – saludó una señora con el pelo y ojos negros, piel morena, baja estatura y de mediana edad. ¿De donde había salido? No la había visto llegar.
-Alaikum salam – contestamos, yo torpemente. Me miró y me dio una sonrisa amplia.
-Tú eres la afortunada. – me cogió de las manos y me llevó a una silla – Si me permites, te mostraré un diseño que he empezado nada mas enterarme que el príncipe Edward se iba a casar. – rebuscó entre los papeles de su mesa hasta que sacó una carpeta y me mostró una hoja con el dibujo de un kaftan.
-Es precioso – susurré. Alice se asomó por mi hombro derecho y Rosalie por el izquierdo.
-Es realmente impresionante, Maryam. – Le dijo Alice - ¿Te gusta? – me preguntó.
-Si – no podía dejar de mirarlo - ¿Es para mi? – le pregunté a Maryam, esta asintió sonriendo – Pues me gustaría mucho llevarlo.
-Tay yob (Esta bien) – exclamé.
Me enseñó otro diseño para la coronación al que añadimos ideas y quitamos cosas, y el de la noche en el hammam. Para lo que si que elegí telas fue para los vestidos que utilizaría durante los 7 días de la boda.
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La mezquita del centro de la ciudad era realmente hermosa. Era gigante y tenia preciosos jardines repletos de flores, árboles y plantas exóticas. Esme me había llevado para que la viera y decidiera si quería hacer la boda allí o en palacio. Decidí hacerlo allí y, después comprarme algo de ropa "tradicional", volvimos al palacio. Entramos y Ramla se acercó a ayudarnos con las bolsas.
-Señora, - dijo en árabe pero después me miro y pasó al inglés - el príncipe, su padre y la señorita Al Aamri llegaron esta mañana. Ahora están en el salón azul. – sonreí feliz.
-Sukran, Ramla.
-Vamos, Esme. – cogí su mano y caminé mas rápidamente hacia el salón. Aunque había hablando con Edward durante toda la semana que estuvo fuera, le echaba de menos terriblemente.
Cuando lleguemos, Carlisle estaba sentado en el sofá individual y en el de 2 placas, muy pegada a Edward había una mujer muy hermosa y exótica que sonría mirando a Edward mientras este hablaba.
-Assalamu alaikum – saludamos.
-Alaikum salam – contestaron. Edward se me acercó dándome un abrazo y un beso en la mejilla.
-¿Cómo estás?
-Bien, te he echado de menos – hice un mohín.
-Y yo a ti – se acercó a mis labios pero antes de que los tocara Carlisle carraspeó mirándonos con reprobación.
-Isabella. – le sonreí incomoda.
-Hola Carlisle, ¿Cómo estás?
-Bien.
-Me alegro – asintió.
-Te presento a Aahsaya al Aamri – me señaló a la chica – Es la hija del ministro de fomento. Aahsaya, esta es Isabella Swan, la prometida de Edward. – le sonrió con dulzura.
La miré así que ella era Aahsaya, la ex prometida de Edward. Por un momento me sentí intimidada pero después caí en la cuenta que no tenía porque sentirme así.
-Mucho gusto, Isabella. – me tendió la mano sonriendo, la miré un segundo dudando pero enseguida la cogí.
-Igualmente, Aa…
-Aahsaya – me ayudó Edward, le sonreí educadamente.
-¿Ya tenéis todo listo? – preguntó Aahsaya sentándose en el mismo sitio de antes, Edward la imitó llevándome a su lado. La miré interrogante – La boda – aclaró.
-Oh, no – reí - Son tantas cosas. – miré a Ed – Venimos de la mezquita del centro. ¡Edward, es preciosa! – agarré su mano emocionada – Y muy grande – sonrió – Tu madre tiene unas idas increíbles para la decoración y la ceremonia.
-¿Y no seria mejor que contrataseis a una organizadora profesional? – comentó Aahsaya – Digo, eso seria lo mejor ya que Isabella no conoce nada de nuestra religión y nuestra cultura, y Esme no puede estar en todo momento con ella, tiene obligaciones. – no sabia porque pero me molesté.
-Gracias, Aahsaya, per no es ne…
-¡Es una buenísima idea! – exclamó Carlisle interrumpiéndome. Le miré como si le hubiera salido un tercer ojo. Edward, a mi lado, estaba tenso – Esme tiene cosas más importantes que atender e Isabella no podría sola porque no tiene ni idea.
-Por eso mismo, Carlisle, quiero estar con ella para enseñarle todo lo que se – le dijo Esme – Es mi sucesora, – me miró y me sonrió, le correspondí – tendré que prepararla, ¿no? – le devolví la sonrisa.
-Estoy de acuerdo contigo, mejor que Bella aprenda todo desde el principio. – me miró con dulzura. Sonreí – Así en un futuro todo será más fácil.
-¿Y tú que dices, Isabella? – me preguntó Aahsaya.
-Soy la futura reina de Dojail, tendré que aprender de la mejor – miré a Esme.
-Awww, cielo. Gracias. – se acercó a abrazarme – Ahora, Bella y yo debemos ultimar los detalles de la cena de mañana. – Carlisle frunció el ceño.
-¿Qué pasa mañana?
-¿Habibati? Es la pedida de mano oficial. ¿Cómo se te pudo olvidar? – le riñó Esme.
-Oh, si. Se me ha pasado nada más.
-Esperad. – nos llamó Edward. – Te he traído algo, se saco una caja del bolsillo de la chaqueta – Es el primer regalo de compromiso y quería algo especial. – me la entregó, la cogí nerviosa. Al abrirlo me encontré una pulsera de bolitas aplastadas de oro con un óvulo de una piedra azul oscuro achatada del tamaño de un tapón en medio de las bolas. (Foto) Le abracé dándole las gracias y besando su mejilla.
-Es precioso. – susurré mirándole a los ojos.
-Bueno, tengo que admitir que he recibido algo de ayuda. – rio. Le miré interrogante, negó restándole importancia pero Carlisle se adelantó.
-¿A que Aahsaya tiene buen gusto? Aunque tanto ella como yo pensamos que es muy simple pero Edward estaba seguro de que era tu estilo – comentó Carlisle como si nada. El comportamiento de Carlisle conmigo era cada vez peor, ahora mismo había sentido que me había insultado indirectamente pero por no querer crear una discusión lo dejé pasar.
-Pues a mi me parece que es precioso. – intentó aplacar Esme. Bajé la mirada.
-Había joyas mucho mas hermosas, dignas de una futura princesa, con piedras preciosas, diamantes… - Aahsaya se encogió de hombros negando sin saber que mas decir – Eso parecía una baratija al lado de las otras. Perdón si te he ofendido. – me miró. Apreté la pulsera entre mis manos y miré a Edward que mantenía la mirada por encima de mí apretando la mandíbula. Suspiré.
-Pues a mi me encanta, es justamente lo que hubiera elegido entre tanta opulencia – moví la cabeza y levanté la mirada, Edward me estaba mirando profundamente.
-Bueno, tengo que ir a la ciudad así que será mejor que me vaya ya. – me dijo con voz ronca.
-¿Quieres que te acompañé? – le preguntó Aahsaya repentinamente feliz. La miré molesta.
-No. – dijo rotundo. – Adiós, habibí. – me dio un beso en la frente y después de dárselo a Esme salió de la sala.
-Bueno, nosotras nos vamos. – dijo Esme cogiéndome de la mano y llevándome a mi cuarto.
-Esme.
-¿Uh? – respondió sin mirarme mientras apuntaba más cosas en su agenda.
-Carlisle no me acepta, ¿verdad? – se quedó quieta un momento y después me miró con una disculpa en los ojos.
-No es eso, cariño. – susurró sentándose a mi lado en la cama – Carlisle… Carlisle no es una persona mala pretenciosa, él desde muy joven está acostumbrado a tener el control de todo pero con sabiduría – me miró a los ojos – Contigo todo salió al revés – rio. Fruncí el ceño –Edward debería haberse casado al cumplir los 17 años – abrí los ojos sorprendida. – Pero estaba tan concentrado en los estudios y le veía tan feliz que convencí a Carlisle para que le dejara vivir un poco más… Pero los años pasaban y Edward no parecía tener intenciones de casarse, lo que desesperaba más a Carlisle. – suspiró mirando al vacío. – Cuando cumplió 24, Carlisle le puso un ultimátum, o encontraba prometida en menos de 6 meses o se casaba con la mujer que Carlisle había elegido para él.
-Aahsaya – me miró sorprendida.
-¿Cómo lo sabes?
-Rosalie me habló de ella, no mucho la verdad.
-Bueno el caso es que a Edward no le sienta nada bien que le presionen, así que se fue a Nueva York enfadado. Y mira. – me señaló con una sonrisa en os labios – Casi un año después vuelve trayendo consigo a su futura esposa. La noticia no le sentó nada bien a Carlisle, él ya lo tenía todo listo. Habían pasado 6 meses y sin noticias de alguna prometida, así que organizó todo para casarlo con la hija dl ministros de fomento. Te imaginaras nuestra sorpresa cuando vino y nos dijo que estaba prometido. A Carlisle se le fueron todos los planes al traste, y siente cierta reticencia hacia ti por eso y porque cree que has sido elegida para llevarle a contraria. Pero no te preocupes, - me tranquilizó al ver mi mirada – todos nos hemos dado cuenta de cuanto os amáis – me palmeó la mano para tranquilizarme. – Se levantó para seguir con el trabajo.
Pensándolo bien, en la relación entre Edward y yo todo había sido un poco rápido. Nos vimos, nos hicimos novios y meses después nos comprometimos. Carlisle era su padre, le conocía mejor que nadie, tal vez tenia razón y Edward solo estaba actuando bajo presión llevándole la contraria. Pensé en Aahsaya, era hermosa, realmente hermosa. Suspiré dejándome caer en la cama apoyando la cabeza en la almohada.
Era la primera vez que me cuestionaba los sentimientos de Edward y nuestra relación de verdad, seriamente. ¿Y si Aahsaya era mejor para el? Ella lo sabía todo sobre Dojail, seria una reina magnifica y no parecía ser una persona estúpida o mala. En realidad era medianamente agradable, supongo que conmigo no lo podía ser del todo porque le había robado a su novio. Ellos parecían llevarse tan bien y la familia de Aahsaya era gente… importante, en cambio la mía estaba totalmente desestabilizada, clase media baja, un padre en silla de ruedas (de lo que no me avergonzaba) y gruñón, unos padres que se odian, una madre que se creía una adolescente y yo que no parecía ser lo suficiente para Edward. Lo único bueno de nuestra familia era Peyton. Sonreí. Eran tan guapa, buena, estudiosa, educada, dulce… y estaba orgullosa de que ella fuera lo mejor. Sonaba como una madre con su hija pero era eso lo que haba sido con Peyton los últimos años, como una madre.
Me tumbé de lado y observé la foto de Edward con su familia que había en la mesita de noche, cortesía de Alice. Estaba entre su padre y su hermana, Carlisle pasaba un brazo por los hombros de Esme y el otro por a espalda de Edward al igual que hacia él con su padre y con Rosalie. Edward y su padre estaban tan felices y cercanos, no había visto nunca esa sonrisa en la cara de Carlisle pero si había visto una bastante parecida cuando estaba con Aahsaya. Cogí la foto entre mis manos, aun tumbada.
Siempre se dice que los padres saben lo que es mejor para sus hijos, tienen la razón, saben lo que es correcto. Acaricie la cara de Edward con mi dedo índice. Le amaba y quería que fuera feliz, tal vez yo no era la persona correcta para él y por eso Carlisle no me aceptaba, porque era su padre y sabia lo que era correcto.
Bufé acariciándome la frente, ¿por que me ponía tan melodramática? Edward me había escogido a mi, ¿no? Tenia que darle un poco de crédito, el era un príncipe, no montaría todo esto solo para llevar la contraria a su padre, negué riendo. Perola duda estaba ahí, tal vez tenia que hablarlo con él. O tal vez no, no quería que pensase que dudaba de él… ¡Pero es que lo hacia! Suspiré sentándome, estaba confundida, tenía que relajarme y pensar calmadamente cuando estuviese tranquila. Ahora tenia que ayudar a Esme, después, esta noche ya pensaría.
Me froté los ojos respirando profundamente y me levanté para ir a la sala de la habitación donde estaba Esme. Cuando llegue al umbral de la puerta caí en una cosa. Mañana me pedirían en matrimonio frente a decenas de personas. Creo que voy a empezar a hiperventilar. No me había asimilado realmente el hecho de que seré la esposa de un príncipe, había estado en una nube durante todos estos meses pero ahora empezaba a ver la responsabilidad que me caía encima.
Esme me miró expectante y no se que cara había puesto pero se irguió preocupada.
-¿Bella? – Se acercó - ¿Estás bien? – posó una mano en mi hombro. Me alejé sintiendo las lágrimas en mis ojos.
-No puedo... – susurré con voz estrangulada – No. – negué – No puedo – se me cortó la voz en la última palabra. Me giré y volví de nuevo a la habitación.
*Kaftan:es una túnica de algodón que se abotonada por delante, con mangas, que llega hasta los tobillos y que se viste con una faja.
*Hibadu: Mujer musulmana que lleva el pañuelo alrededor de la cabeza.
*Señores: en árabe era utilizado antiguamente para nombrar a los descendientes del profeta Mahoma. Ahora se utiliza indistintamente.
IMÁGENES DEL CAPÍTULO EN MI BLOG.
¡Hola amores!
De verdad que lo siento, lo siento mucho. Se que me querréis matar y no tengo escusa simplemente primero me e quedado bloqueada y después mientras lo pasaba al ordenador iba añadiendo cosas además de los exámenes de junio y después la vacaciones, comienzo de curso pues… simplemente se me fue el tiempo y esa es una tremenda irresponsabilidad hacia vosotr s después de asegurar que actualizare pronto. Así que esta vez solo voy a decir que no se cuando actualizare porque ni siquiera he empezado el próximo capítulo. Han pasado muchas cosas en este capitulo, se han comprometido, se han conocido las familia, Carlisle a mostrado su… hacia Bella, a aparecido Aahsaya y Bella a salido de su estado de felicidad y cayó en la realidad. No podía ser tan fácil, no podía prometerse con un príncipe y estar simplemente feliz. Lo que ha ocurrido es que ha estado tan emocionada por que se iba a casar con Edward que no había pensado en las responsabilidades que aquello conllevaba. Ahora se a dado cuenta en el momento en que su autoestima y seguridad está mas débil y se a asustado un poco. Veremos como le va en el próximo capítulo. Alguien quiere que haya algo especial en el próximo capítulo. ¡Acepto sugerencias!
Por cierto, he creado un blog en el que pondré las imágenes de todos los capítulos (si las hay) y adelantos exclusivos. Es obvio que pondré algún que otro adelanto aquí también pero vamos a hacer una cosa: si queréis un adelanto exclusivo que se subirá en el blog, tendréis que enviarme un comentario diciendo "Adelanto" y lo que queráis añadir. Cuando vea que hay varios con "Adelanto" lo subiré en el blog, pasaros de vez en cuando.
Bueno ahora besitos y os deseo un buen comienzo de curso y para los que están a un año de entrar a la universidad como yo, pues ánimo que ya falta poco. ¡Feliz día!
Say.
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