LOS PERSONAJES SON DE STEPHENIE MEYER, LA HISTORIA ES MÍA
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"Capítulo 3"
BPOV
Me puse unos vaqueros desgastados y una camiseta rosa con el logotipo del bar en el que trabajaba: "El séptimo cielo". Me recogí el pelo en una coleta, me puse un poco de lápiz de ojos y cogí mi chaqueta y mi bolso.
-¡Me voy! - grité dirigiéndome a la puerta.
-¡Vale!
Caminé hasta la parada del autobús y una vez dentro, busqué asiento mientras el transporte s movía bruscamente debido a los baches del camino. Me senté al lado de una chica de unos 15 años que estaba escuchando música con los cascos. Saqué mi iPod, Hero de Mariah Carey empezó a sonar. Me encantaba esa canción, aunque fuera antigua, la letra decía que buscaras a tu héroe interior. Me servía para seguir adelante.
Suspiré y apoyé la cabeza en el respaldo. Estaba agotada, hoy no trabajaba en la empresa pero no había parado quieta desde me había levantado. Me había despertado temprano para buscar un trabajo para los domingos, el único día de la semana que no trabajaba. Peyton tenía que pagar la matrícula del nuevo año y nuestros padres no querían pagarlo ya que su educación obligatoria había acabado. Yo no quería que dejara sus estudios así que yo le pagaría la matrícula.
Podría utilizar los 10.000 dólares que Tanya me había dado pero quería guardarlo para nuestro futuro. La universidad de Peyton, el apartamento que quería alquilar... Necesitábamos ese dinero para volver a empezar así que tenía que encontrar trabajo para pagarle la matrícula y que continuara estudiando.
Bajé a cinco manzanas del bar, cuando llegué había gente tomando café y conversando. Solo se estaba utilizando una parte del local, la otra era para la noche cuando se abriera la discoteca. En la barra estaba Esteban, mi compañero de trabajo. Yo trabajaba hasta las cuatro de la mañana pero el terminaba a las diez de la noche, cuando abría la discoteca.
Entré a la sala de empleados y dejé mis cosas en la taquilla. Me vi en el espejo mientras me ponía el delantal negro. Tenía una cara de muerta horrible, las ojeras estaban cada vez más marcada y mis ojos mostraban mi cansancio tanto mental como físico. Suspiré y cerré los ojos, quería que todo acabase ya.
-¿Te encuentras bien?- me sobresalté al sentir la mano de Kate en mi hombro - Lo siento, no quería asustarte - me miró apenada, negué.
-No pasa nada - moví el cuello cansada - solo estoy cansada.
-No deberías trabajar tanto.
-Pues estoy buscando trabajo - dije mientras nos dirigimos a la puerta.
-¿Vas a dejar el bar? - dijo emocionada - No me malinterpretes, no es que no te quiera aquí pero si encuentras algo mejor debes aprovecharlo. - sonrió y entró en la barra para coger su delantal.
-En realidad es para los domingos - dije mordiéndome el labio, cogí mi libreta de pedidos.
-¿No hablarás en serio? - se puso seria.
-Kathy, - suspiré - necesito el trabajo.
-Bella, no puedes trabajar tanto. De lunes a viernes empiezas a las cinco de la madrugada y terminas a las seis de la tarde, preparas la cena y limpias...
-Peyton me ayuda.
-Los sábados - continuó como si no hubiese dicho nada - te levantas limpias, preparas la comida de todo el día vienes a trabajar y llega a tu casa a las cinco de la mañana. El domingo es el único día en el que realmente descansas y ni eso porque tienes que soportar a tus padres - apreté los dientes llena de rabia.
-No sabes lo que es encargarte de tu propia familia. Peyton necesita pagar la matrícula, necesita material, libros... - negué - Necesito el trabajo.
-Esteban - llamó Kate - Habla tu con ella. ¡Quiere otro trabajo! - exclamó.
Esteban me miró compasivo y me abrazó contra su pecho.
-No te sobrepases - me susurró.
-¿Qué?¿Solo le vas a decir eso? Va acabar enfermándose - gritó exasperada Kate.
-Déjala - le dijo Esteban, Kate empezó a trabajar enfurruñándose. Suspiré y me dirigí a darle el relevo a Victoria.
-Adios, Bella - se despidió una vez se cambió - Y descansa - susurró en mi oído.
¿Qué pasaba hoy?¿Tanto se me notaba? Seguí con mi trabajo atendiendo las mesas y entregando pedidos. Cuando dieron las diez de la noche Esteban se fue y yo ocupé su lugar en la barra dejando el resto de las mesas a las demás camareras. En unos minutos se abriría la discoteca y se llenaría de gente y trabajo.
-Preparada para sufrir otra noche - gritó Helen alegremente al otro lado de la barra entregándome uno de los últimos pedidos.
-No se porque te alegras, esto es un infierno.
-Te pagan bien - señaló Helen. Era una mujer realmente hermosa, de cabello negro y ojos negros, alta, esbelta y bastante simpática.
-A ti, mona. Eres la cuñada lejana del jefe - le dijo Kate mordaz, ellas dos no se llevaban bien, a Kate le parecía que era una enchufada y no se merecía la cantidad de dinero que cobraba y Helen pensaba que Kate era una puta celosa, palabras textuales.
-Ya se que te encantaría serlo tú pero perdiste tu oportunidad - le contestó Helen.
-Lo que ocurrió fue que hice un casting par la bruja mala pero tú me ganaste. Ya sabes, las características de una bruja: mentirosa, rastrera - le sonrió arrogante - ZORRA - señaló.
-No hablemos de zorras porque...
-¡Basta! - las interrumpí, me miraron sorprendidas, normalmente me iba y las dejaba discutir hasta que alguien las separaba - Estoy harta de vuestras discusiones. Callaos ya, todos sabemos que nos os llevais bien así que no os miréis ni habléis NI insulteis. - las señalé viendo como se lanzaban dagas con los ojos - ¡Argh!¡Es como si hablase con niñas pequeñas! - me pasé una mano por el pelo y me acordé que lo tenía en una coleta, le dí a Helen el pedido - Kate, ves a atender ese lado de la barra. - Una vez se fue Helen atacó.
-Es insoportable, ¿cómo la aguantas? - preguntó.
-Porque no discuto con ella cada 3 segundos. Lleva el pedido.
El local estaba lleno, tenía el trabajo hasta arriba, los chicos y chicas abarrotaban la barra para pedir sus bebidas. Desgraciadamente, solo estábamos Helen y yo, Kate estaba atendiendo las mesas.
-¡Bella! - oí un grito, sabia de quien se trataba pero estaba demasiado ocupada para servirle su Margarita. - ¡Bella!
Suspiré sonoramente y disculpándome me dirigí donde estaba Jackson, mi jefe. Era un hombre delgado, alto y rubio de bote, lo único bonito de su cara eran sus ojos miel. Bueno, no es que fuera feo, pero las formas que hacía con la cara al hablar lo afectaban bastante. Mejor callado.
-¿Si, Jack?
-Atiende a estos señores, márcales con el cuño, tienen bebidas gratis toda la noche - le miré con una ceja alzada, debía de estar borracho porque era el hombre mçás egoísta y tacaño que había conocido en la vida - Y si puedes encontrar algo con lo que limpiar el desastre que he montado aquí sería perfecto - me señaló la camisa del hombre, suspiré al imaginarme que había sucedido: sus intentos de ligoteo. Me dispuse a irme cuando Jack me volvió a llamar - Alegra esa cara, no vayas a poner tristes a los jóvenes.
"Como si se fijaran en eso" pensé viendo como una paraje se comía el uno al otro.
Hice un intento de sonrisa y fui a buscar un trapo. Lo mojé con agua y se lo entregué al hombre girándome a buscar el cuño que no lo encontraba. Finalmente lo encontré en el cajón de los cubiertos y me giré para cuñárles y seguir mi trabajo. Fue entonces cuando vi al hombre más guapo del mundo, es como si todo lo demás hubiese desaparecido y solo estuviera él.
Él y su cabello rebelde y cobrizo, su camisa mojada que se amoldaba a su cuerpo, sus ojos verdes que te encandilaban, su interminable altura y su piel morena. Me alzó una ceja interrogante.
-No vamos a quedarnos aquí parados toda la noche, así que...¿Te puedes mover? - me dijo la mujer chasqueando los dedos en mi cara. Ella era...bellísima, la pareja perfecta para él. Sentí mi ánimo decaer de nuevo. Cogí su mano y la marqué con la palabra "Free". Al coger la mano de él me fijé en lo suave y a la vez varonil que era pero lo que me obligó a soltarlo inmediatamente fue una especie de corriente eléctrica que me recorrió entera.
Les tome nota de sus pedidos y me apresure a servirlos y alejarme al otro lado de la barra. No pude evitar mirarlo de reojo y vi que me miraba fijamente, me sonrojé.
-¿Qué pasa?-preguntó con una sonrisa Helen.
-Nada - pero mi mirada me traicionó mirando en su dirección, ahora hablaba con la rubia.
-Ah. Tienes buen gusto - dijo pícara - Pídele su teléfono - me animó.
-No - susurré asustada - Y no se te ocurra hacer nada, - la señalé - lo digo en serio. Ahora no tengo tiempo para una relación.
-Nunca tienes tiempo - me recrimino sirviendo un vaso de Gin Tonic - Pero podrías darte el gusto de liberar tu cuerpo., ya sabes - movió su cadera insinuante a la vez que se mordía el labio de forma sexy llamando la atención de varios chicos.
-no me hace falta eso y como he dicho: ahora no es momento para una relación tanto amorosa como sexual - le aclaré al ver que iba a protestar - Ha empezado mi descanso - me fui a la sala de empleados y me recosté en el sofá. Me puse el despertador para dentro de una hora, que era cuando se acababa mi descanso y me dormí.
-¿Quieres que te lleve? - preguntó Helen cuando cerramos.
-No hace falta...
-La llevo yo, paso por allí de camino a mi casa - le dijo Kate.
-Pero yo se lo pregunté primero y...
-No, otra vez no por favor. - me pase las manos por la cara- Basta, parad. -Me miraron con incredulidad y abierta. - Kate, vamos - esta sonrió con victoria - Helen muchas gracias por tu ofrecimiento, otro día quizás.
-No pasa nada - me dio un beso en la mejilla y se fue sin dirigirle ni una mirada a Kate. Subimos a su auto en completo silencio. Kate conducía con la mirada fija en la carretera. La miré de reojo y vi que fruncia los labios fuertemente.
-Sueltalo.
-¿El que?- respondió sin mirarme.
-Quejate, grita y haz la pataleta que haces siempre - le dije mirando la ventana.
-Yo no hago pataletas, es más, no pienso decir nada - me dijo indignada, alcé las cejas a la ventana - ¡Arg! - gruñó. Ahí vamos - Es la mujer más falsa del mundo - la miré.
-¿Y a ti que te importa? - dije cansada.
-No quiere a Garret, solo lo esta utilizando . - la miré estupefacta.
-Vale que te caiga mal Helen pero decir eso es demasiado. No digas cosas que no sabes - le recriminé.
-Lo se - dijo encogiéndose de hombros - Estoy segura que no le ama, es una falsa. Solo le hace creer que siente algo por él por interés. - paró en un semáforo en rojo y me miró desafiante - Yo la vi, Bella.
-¿Qué? - fruncí el ceño.
-La vi besándose con otro.
-¿Helen?¿Engañando a Garret? No puede ser Kate, estarás equivocada porque...
-Sé lo que vi y lo que no vi es fácil imaginarlo, tampoco me iba a quedar a mirar - rió poniendo en marcha el coche.
Garret y Helen llevaban juntos poco más de dos años, el tiempo que llevaba Helen trabajando en el bar. Siempre los había visto tan enamorados y unidos, y que Helen le estuviera engañando era difícil de creer, pero si Kate lo había visto... No creo que ella mintiera en algo así.
Kate me dejó en la puerta de mi casa despidiéndose hasta el próximo sábado. Entré en mi casa lo más silenciosamente que pude. Al pasar por la sala vi a mi madre dormida en el sofá con una almohada y la televisión encendida. Apagué la televisión y la tapé con la manta que había en el sillón. Entré en mi cuarto y me desvestí para darme una ducha, al terminar me metí en la cama y puse el despertador para las 9:00.
Sentí el sol en mi rostro y me removí incómoda. Espera...¿El sol en mi rostro? Me levanté rápidamente y miré mi reloj, eran las 14:23.
-No, no, no, no - me puse un pantalón de chándal encima de mis shorts y corrí a la cocina para encontrar a mi madre y a mi hermana comiendo.
-Hey. Buenos días dormilona - saludó Peyton y se levantó para ponerme un plato de arroz.
-Hola, siento haberme dormido - me disculpe sentándome en la mesa.
-No te has dormido - rió Peyton dejando mi comida delante de mí - Yo he apagado tu despertador, ayer llegaste muy tarde tenías que descansar. - me dio un beso en la mejilla.
-Se que no estamos pasando un buen momento - dijo mi madre de repente mientras comíamos - También se que últimamente no nos vemos mucho pero no sabéis como me alegro que a pesar de todo sigáis unidas. - se levantó y nos abrazó a ambas por los hombros. - Aunque no lo creáis os quiero, nenas - nos miró con los ojos emocionados.
No teníamos estas muestra de afecto de mi madre desde el accidente. Nos besó en la frente y nos frotó cariñosamente los hombros, después se sentó de nuevo en su sitio y terminamos de comer en silencio. Ya entrada la tarde Renee salió diciendo que llegaría tarde. Le pregunté a Peyton por Charlie y me dijo que había salido con sus amigos.
-¿Vemos una película? - propuso mi hermana, lo pensé por un momento.
-Si, por que no - nos vestimos y bajamos al Videoclub a alquilar una película.
-¿Qué tal esta? - me enseñó la caratula con el título de "Dos rubias de pelo en pecho" en la que aparecía dos hombre negros disfrazados de dos chicas blancas y rubias.
-Nah, ya la he visto. - puso morritos pero me negué.
Seguimos buscando películas y comentando otras. Finalmente cogimos tres: "Todos las días de mi vida", "Los juegos del hambre" y "Saw 6". Una de amor, otra de acción y otra de miedo, suficiente para pasar la tarde. También fuimos al supermercado y compramos refrescos, papas, chucherías y palomitas.
-¿Cúal vemos primero? - preguntó Peyton despejando la mesa de centro de la sala. Saqué unos platos y unos vasos, y los coloqué en la mesa.
-No se - me tiré en el sofá y cogí los DVD's - Podríamos ver "Saw 6" primero y quitárnosla de encima. Después pues..."Los juegos del hambre", ¿no? - la miré esperando su respuesta, asintió y cogió el paquete de palomitas para meterlo en el microondas.
-Y acabamos con la triste y hermosa historia de amor: "Todos los días de mi vida" - rodé los ojos.
-Sí, así es - me levanté y fui a por una manta grande, que compartiríamos.
Al volver al salón Peyton ya había puesto la película y me esperaba sentada con el cuenco de palomitas en su regazo. Me senté a su lado y me quité los zapatos, subí las piernas en el sofá y nos tapamos empezando a ver la peli.
Muchos, muchos, muchos minutos después...
-¿Tú también estás llorando? - se mofó Peyton. Estábamos viendo "Todos las días de mi vida" y Leo estaba desesperado porque parecía que Paige no le iba a recordar nunca e iba a empezar una relación con su antiguo novio. - ¡Dios, Bella!¡Es una película! - exclamó demasiado alto.
-Shhh, estoy viendo la película - centré de nuevo mi mirada en la pantalla, llorando a lágrima viva. Por el rabillo del ojo vi como Peyton se limpiaba las mejillas. Sonreí. Ni ella se podía resistir a llorar.
Y decían que los duros no lloraban. ¡Ja!
¡Que gran mentira!
Aquí os traigo el nuevo capítulo de "DSAPYLQ", espero que os haya encantado. En el próximo capítulo aparecerán nuevos personajes y quizás algún Edward por ahí. Espero con ansias vuestras opiniones, ya sabéis que es importante para mi.
Y como estoy de humor hoy, os voy a dejar un adelanto del próximo capítulo.
"-Perdone, estoy interesada en el puesto de camarera - me miró extrañada pero después sonrió.
-Claro, [...]
-¿Bella? - me giré para ver a una chica muy guapa de cabello negro y..."
¡TARÁN! Hasta ahí suficiente, si queréis más en el próximo capítulo. Ahora si...
Besitos,
Sayna C.
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