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		 - NARRA JACOB 
¿Como era posible que el amor de mi existencia me dejara? Mi mundo no era nada si ella; sin esa luz radiante que me iluminaba todos los días; sin esos ojos que me transmitian todo sin decirme ni una palabra... mi mundo se había acabado. 
La tenía que dar tiempo; porque igual se había equivocado; ella siempre me a querido y de la noche a la mañana se fue de mi lado,sin más. 
Había dejado atrás mi parte humana y me convertí en el lobo que llevaba dentro; vivia sin complicaciones; iba a mi rollo; solo seguía mis instintos; pero me faltaba algo... ella. Mi Nessie. 
No aguantaba más esta situación por lo que me deje llevar por el viento y las fronteras. 
Una mañana recorde una cosa que habiamos hablado Nessie y yo... 
  
- Jake; ¿sabes a donde me gustaria ir? - me dijo ella con su aterciopelada voz 
- Hasta el fin del mundo; siempre me lo dices - le conteste riendome 
- Que buena memoria lobito; pero no, me refiero a un lugar real  
- Pues ahora no caigo Nessie; dame una pista - le dije haciendo un puchero 
- No intentes imitar a Alice y a sus pucheros, no se te da nada bien - me dijo con una gran sonrisa - no te voy a dar una pista... te lo voy a decir directamente; porque si no nunca lo adivinarias 
- Sueltalo por esa boquita 
- Volterra 
No me lo podía creer; le gustaría ir a Volterra; justamente donde se encuentra el clan de vampiros mas poderoso y temido del mundo vampirico 
- ¿Tu estas loca? ¿Sabes quien vive en Volterra? 
- Perfectamente Jake; los Vulturis... pero no me importa; no pasaría nada. Me gustaría admirar la arquitectura de la ciudad; descubrir historias sobre nosotros... 
- Pues le dices a tu padre que te lo enseñe, pero desde casa 
- Anda Jake; por favor; vente conmigo. Yo quiero ir. 
- De ninguna manera te dejare ir 
- Se que lo haras; me consientes todo 
- No 
- Lo que tu digas; se que por un medio u otro ire. 
Se recosto en el suelo y antes de quedarse profundamente dormida, salieron de sus hermosos labios una palabra: 
-Volterra - dijo en un susurro. 
  
'' Volterra '' dije en mi mente. Por fin tenía un rumbo fijo. 
  
  
  
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