Un amor perdido... ¿por siempre?

Autor: Sasha_amane
Género: Romance
Fecha Creación: 26/06/2015
Fecha Actualización: 30/06/2015
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 0
Visitas: 6067
Capítulos: 4

A pocos días de la boda, Bella descubre a Alice y a Edward en una situación muy desagradable. Sintiéndose devastada, toma la decisión de empezar una nueva vida en otra ciudad, sin embargo, el rencor la obliga a quedarse y a idear una venganza junto a su hermana mayor. Edward, por su parte, tratará de reconquistar al amor de su vida y enmendar aquel error que sigue sin comprender.

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Esta historia también la pueden encontrar en fanfiction, con el usuario Mary1996z2. Espero que alguna chica que lee fics aquí le guste n.n 

 

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Capítulo 4: ZORRAS

Un amor perdido… ¿por siempre?

Capítulo 4: Zorras

—Seguramente fue tu hermana— masculló Edward, mirando con enojo a Bella.

—Por supuesto que no— replicó Bella, ofendida, mejor dicho, fingiendo estarlo. Edward relajó la expresión de su rostro aunque aún se le veía afligido.

—Perdón por insinuar eso, yo…

—No te preocupes

—Mi bebé está arruinado— dijo Edward con voz estrangulada—. Pero sin duda me lo merezco…

—¿Qué?— Bella se quedó boquiabierta. Aquella reacción no estaba contemplada en el plan que Dimitri, Tanya y ella habían elaborado.

—Sí, el karma existe definitivamente

—Pero… ¡pero tu auto está inservible!— exclamó ella exasperada.

—Bueno, puedo arreglarlo. Me costará mucho dejarlo como nuevo pero…

Eso es lo que tú crees pensó Isabella con nerviosismo Félix le dijo a Dimitri que la mezcla de cloro y gasolina haría que hubiese pérdida total del auto.

—A mí me parece que te equivocas, esto es horrible. Alguien quiere hacerte daño…

—Ya sé de quién puede tratarse— masculló Edward—. Eric, un compañero de trabajo cree que quiero enredarme con su mujer…

—Sus razones tendrá— murmuró Isabella, enfurecida por saber que Alice probablemente no había sido la única mujer con la que la había engañado—. A estas alturas puedo esperar cualquier cosa de ti…

Edward la miró dolido e Isabella dio media vuelta para regresar a su casa.

—Bella, cielo— la llamó Edward mientras ella caminaba rápidamente por el porche.

—¡Vete al infierno!— gritó ella antes de cerrarle la puerta de la casa en sus narices.

—¡Nena, yo no te engañé con la esposa de Eric!

—¡No te creo nada!— bramó Bella antes de sollozar. Apoyó su espalda en la puerta y se deslizó lentamente hasta quedar sentada en el frío suelo—. Ya no te creo…

—Bella, abre— suplicó su ex prometido tocando la puerta de forma desesperada.

—¡No! ¡Lárgate de mi casa y déjame vivir tranquila!

—No puedo, mi amor, no puedo dejarte…

—Pero yo sí. No sé qué pasaba por mi cabeza cuando decidí darte otra oportunidad, corrección, no sé qué pasaba por mi cabeza cuando acepté ser tu novia…

—¡No!— el grito de Edward aturdió a Bella—. No me digas eso…

—Debí hacerle caso a Tanya— dijo ella para lastimarlo aún más si es que acaso su dolor era real—. Ella me dijo que no saliera contigo porque eras un maldito mujeriego…

—Lo fui antes de ti— reconoció Edward—. Pero a ti te amo, nunca te he sido… bueno, jamás te había sido infiel antes de esto

Isabella se levantó con brusquedad y abrió un poco la puerta. No distinguía bien el rostro de Edward debido a las lágrimas que estaba derramando.

—Pero me fuiste infiel— espetó ella—. Y por más fiel que hayas sido anteriormente, eso no quita el hecho de que me traicionaste… hablamos de esto muchas veces y te dije que si yo no era suficiente para ti me lo dijeras de frente

—Pero Bella, tú no eres suficiente ¡eres más de lo que yo había deseado!

—¡¿Entonces por qué te metiste con mi mejor amiga?!— exclamó Isabella.

—¡No lo sé!

—Pues yo si lo sé, no me amas, por eso me engañaste…

Y volvió a cerrar la puerta pero esta vez corrió a su cuarto y se encerró en el baño. Dentro de allí sintió una fuerte punzada en el vientre que la alarmó demasiado. Salió del baño y tomó el teléfono para llamar a Tanya.

—Voy para allá— dijo ella cuando Isabella le explicó lo que había pasado. Cuando colgó vio que tenía un mensaje de Edward.

"Abre la puerta. No me iré de aquí hasta que lo hagas"

Isabella suspiró. Por el bien de su hijo, tendría que calmarse. Marcó el número de su ex prometido e intentó no sonar alterada.

—Edward, vete por favor— pidió.

—No, amor

—Después hablamos. Te pido una disculpa por alterarme pero es muy reciente lo que pasó, por favor dame tiempo ¿sí? Me precipité al pedirte que nos viéramos…

—Entiendo— musitó Edward—. Yo sabía que esto era demasiado bueno para ser verdad

Muy en el fondo, Isabella sentía lastima pero el rencor ocultaba muy bien el primer sentimiento.

—Lo lamento— contestó Bella antes de colgar.

No volvió a escuchar a Edward así que supuso que se había marchado. Tanya llegó media hora más tarde con el ginecólogo de Bella quien la revisó minuciosamente.

—Isabella… estás bajo mucho estrés últimamente ¿cierto?— cuestionó el médico con seriedad.

—Eh…— Isabella se ruborizó.

—Sí, ha sufrido mucho— dijo Tanya—. El padre de su hijo la engañó con otra…

—¡Tanya!— masculló Bella a modo de reproche.

—Isabella, sé que esa situación es terrible y entiendo como debes sentirte pero debes comprender que las emociones fuertes pueden perjudicar al bebé…— le explicó el ginecólogo—. Debes mantenerte tranquila por el bien de tu hijo

—¿Mi bebé está bien?— preguntó Bella con ansiedad.

—Sí, está en perfecto estado y el dolor que sentiste es porque tu útero está aumentando de tamaño. Es normal que sientas punzadas de vez en cuando pero en caso de presentar dolor insoportable o sangrado, tendrás que ir a la clínica…

—Está bien…— Bella asintió de forma enérgica. El bienestar de su bebé le importaba muchísimo.

—¿Tiene que guardar reposo?— inquirió Tanya.

—No es necesario, puede realizar sus actividades normalmente pero eso sí, nada de esfuerzos como cargar cosas pesadas ni estar bajo presión. No puedo ordenarte que no te sientas deprimida o desanimada porque eso va a ser imposible pero sí que te cuides y sigas tomando las vitaminas prenatales…

Isabella prometió cuidarse como se lo había indicado el doctor y éste se marchó unos minutos más tarde. Tanya lo acompañó hasta la puerta y regresó con ella.

—Tienes que cuidarte más, hermanita— le dijo mientras se sentaba en la cama.

—Lo sé…

—¿Cómo reaccionó Edward?—preguntó Tanya.

—Al principio tal y como esperábamos, luego dijo que se lo merecía y que lo mandaría a arreglar…

—¡¿Qué?!— exclamó—. ¿No leyó la nota?

—Sí, y pensó que eras tú la culpable pero se arrepintió y dijo que sabía quién pudo ser el que le hizo eso… no le afectó tanto como planeábamos

—Eso es porque piensa que puede reparar el auto que por cierto no vi. Dimitri me llamó para decirme que una grúa se lo llevó

—No escuché nada porque me quedé dormida luego de llamarte— contestó Bella.

—Ah… ¿qué pasó para que te alteraras? Tienes el maquillaje hecho un desastre— Tanya entornó los ojos.

—Seguí el plan como me dijiste, besé a Edward

—Lamento haberte hecho pasar por esto— dijo arrepentida.

—No te preocupes, Tan, yo… quería besarlo por última vez

—¿Por qué?— su hermana la miraba horrorizada.

—No lo sé, quizá en el fondo sea una masoquista

—No lo dudo, pero eso no explica por qué tienes el delineador corrido…

—Lloré—confesó Bella—. La persona a la que Edward culpó es un tipo que cree que él coquetea con su esposa…

—Después de lo que te hizo no lo dudo— farfulló Tanya.

—Eso fue lo que yo le dije y me dolió demasiado pensar que Alice no ha sido la única con la que me ha engañado…

—Quiero matar a Edward, definitivamente. Pensaba ser un poco más generosa con él y detener este plan pero con lo que acabas de decirme mi odio ha crecido. Vamos a planear otra venganza…

—¿Qué cosa?— Isabella se asustó al observar nuevamente aquel brillo maligno en los ojos de su hermana.

—¿Realmente quieres saberlo?

—Sí— Bella miró a Tanya con desconfianza.

—Está bien, te lo diré…

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—No lo puedo creer— susurró Esme cuando Edward le contó lo que había ocurrido en casa de Isabella y lo que le habían hecho a su auto. Estaban en la sala, esperando a que Emmett regresada del garaje donde revisaba el Volvo.

—Isabella iba a darme una oportunidad—gruñó él—. Si no le hubiesen hecho esto a mi auto…

—¿Qué tiene que ver lo del auto con que Isabella se haya puesto mal de repente?—preguntó su madre.

—Me dejaron una nota en el auto— explicó Edward—. Alguien quiere vengarse de mí y le dije que sospechaba de Eric, un compañero. Él cree que coqueteo con Ángela, su mujer, en el hospital… es una chica linda y excelente enfermera pero jamás se me pasaría por la cabeza tener algo con ella porque amo a Bella…

—Pero la engañaste con Alice…

—Pero es distinto… Alice es más cercana a mí. Creo que fue eso lo que hizo que…

—¿Estás diciendo que sientes algo por Alice?— gritó Esme y en ese momento salió Carlisle de la cocina.

—¡Por supuesto que no, mamá!— exclamó Edward. Carlisle negó con la cabeza, mirándolo con decepción—. Amo a Bella, ella es la mujer de mi vida y a la única a la que le había sido fiel…

—A la única que le habías— su padre hizo énfasis en la última palabra— sido fiel, o sea, a ninguna has respetado…

—¡Pero no lo deseaba!— Edward gritó con desesperación, levantándose del sofá.

—Si no lo deseabas ¿por qué lo hiciste?— lo cuestionó Carlisle.

Edward iba a responder pero de pronto Emmett irrumpió en la sala con una expresión apenada.

—¿Cuánto saldrá arreglarlo?— quiso saber Edward y Emmett negó con la cabeza.

—Lo siento, hermano, pero te han jodido el motor. Es pérdida total del auto

—¡¿Qué?!—exclamaron Esme, Carlisle y Edward al mismo tiempo.

—Lo más probable es que hayan puesto una mezcla de cloro y gasolina en el tanque. Lamento informarte que tu querido Volvo no volverá a encender, lo lamento

Edward se quedó boquiabierto unos segundos y sin previo aviso, corrió hacia su auto con los ojos inundados de lágrimas. El Volvo no era la razón de su llanto sino el presentimiento de que la vida a partir de ese momento sería una mierda y lo peor de todo, Isabella no estaría allí para reconfortarlo.

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—No, no y no. Me niego— Bella estaba furiosa por el plan de su hermana.

—¿Por qué no? Se lo merece...

—¿Es que acaso estás loca? Edward merece sufrir pero esto es horrible y no sólo lo lastimaríamos a él sino a su familia

—Ay, Isabella, por favor— Tanya rodó los ojos-. No es como si quisieras convivir con ellos aún...

—No, pero tampoco quiero que me odien

—Yo escuché lo que Esme te dijo cuando vino. Están de tu parte...

—Pero si le hago eso a Edward se pondrán de su parte

—Bueno, tienes razón. Pensaré en otra cosa— suspiró Tanya—. Si se te ocurre algo me lo haces saber

—Bien...

Tanya se levantó pero antes de que abriera la puerta Isabella la detuvo.

—Tan— la llamó y ella volteó a verla.

—¿Sí?

—¿Hasta cuándo piensas decirme que tú también estás embarazada?

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A la mañana siguiente, Edward entró decidido al hospital y cuando encontró a Eric Yorkie solo en la sala de descanso, lo tomó del cuello de la camisa y lo estrelló contra una pared.

—¡¿Qué te ocurre, imbécil?!— bramó el asustado y furioso hombre.

—Lo mismo te pregunto yo a ti — dijo Edward entre dientes, apretando un poco más la camisa—. Sé que tú dañaste mi auto…

—¿De qué coño me estás hablando?— pregunto Eric.

—Tú sabes perfectamente de lo que estoy hablando— contestó Edward—. Dejaste mi auto inservible solo porque crees que yo tengo algo con su mujer

—Y lo sigo pensando. Quieres quitarme a Ángela…

—Yo solo amo a una mujer— le aclaró antes de estrellar de nuevo a Eric contra la pared donde lo tenía acorralado y él tosió—. Y se llama Isabella. Ángela es solo mi compañera y no quiero nada con ella

—No te creo—dijo Eric con dificultad—. Pero yo no sé qué pasó con tu auto

—Sabes cómo joder uno, te he visto hablando de autos con el doctor Stanley— lo acusó Edward.

—Todo el mundo sabe cómo joder un auto— Eric puso los ojos en blanco cuando Edward lo soltó.

—Pues déjame decirte que yo no lo sabía

—Mira, Cullen, yo no fui… ¿crees que perdería mi tiempo jodiendo tu estúpido auto? Tengo mejores cosas que hacer

—Por supuesto que sí lo creo…

—Ayer estaba con Ángela porque es nuestro aniversario, puedes preguntarle si quieres...

—No te creo...

—Me tiene sin cuidado— Eric se encogió de hombros.

—Pues debería, te voy a demandar

Eric abrió mucho los ojos ante la mención de una posible demanda pero se sintió aliviado cuando Ángela entró a la sala.

—¡Ángela!— la llamó Eric. Ella volteó y miró extrañada a ambos hombres.

—¿Qué ocurre, cariño?— preguntó.

—Dile a Cullen que ayer celebramos nuestro aniversario, que yo no jodí su auto...

—¿Qué pasó con tu auto?— cuestionó una horrorizada Ángela.

—Lo hicieron mierda, literalmente— masculló Edward.

—Pues si fue durante el día tendría mis dudas— respondió ella—. Pero si fue por la noche descarta a Eric, él estuvo conmigo. Fuimos a cenar por nuestro aniversario

—¿Por qué tendría tus dudas? — le reclamó Eric a su mujer.

—Porque crees que ocurre algo entre nosotros— dijo Ángela con tono mordaz.

—Corrección, creo que él quiere algo contigo— Eric frunció el ceño.

—Él está muy enamorado de su novia, jamás la engañaría— defendió Ángela a Edward y éste último palideció.

—Perdón, pero tengo que irme— musitó y se dispuso a irse ya que se sintió incómodo.

—Espera, Cullen— lo llamó Eric—. No vas a demandarme ¿verdad?

Edward sonrió levemente y se volvió para encararlo

—No, no lo haré—contestó—. Puedes estar tranquilo— añadió antes de marcharse.

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Lo primero que vio Isabella al despertar fue el rostro de su hermana. Después de que Bella le confesara a su Tanya que estaba enterada de su embarazo, habían conversado hasta caer rendidas.

Tanya se había puesto furiosa con Dimitri al principio pero Isabella la convenció para que no le armara una bronca. Luego de eso, comenzaron a hablar y a imaginar cómo serían sus bebés.

Se levantó y se metió a la ducha. Tanya aun dormía cuando decidió ir a desayunar.

—Buenos días, nena— la saludó Tanya, entrando a la cocina cuando ella estaba terminándose su cereal.

—Buenos días, hermanita, hoy iré a la escuela, no puedo seguir atrasándome...

—Así se habla, Bella— le sonrió su hermana quien de repente hizo una mueca de asco y se tapó la boca—. Lo siento— se disculpó antes de salir corriendo. Isabella se levantó y fue tras ella. Escucharla vomitar detrás de la puerta la hizo fruncir el ceño y sentirse anormal pues ella no había tenido náuseas matutinas. La única ocasión en la que vomitó estando encinta fue cuando Edward…

Detuvo aquellos pensamientos antes de que la ira se apoderara de ella.

—Lamento que hayas tenido que presenciar esto— dijo Tanya al salir del baño.

—¿De cuantas semanas estás? No me lo dijiste…

—Tengo exactamente siete semanas. Hoy las he cumplido

—Igual que yo— susurró Bella—. Yo también cumplo siete semanas hoy

—Quizá nazcan el mismo día— dijo Tanya emocionada.

—Sí, pero tu bebé si tendrá un padre— respondió Isabella con tristeza.

—Hey, no te pongas así… — le pidió su hermana—. Estaré contigo siempre y vas a ver que algún día encontrarás a un buen hombre que quiera a este bebé— acarició su vientre—. Como si fuese suyo…

—¿Tú crees?—suspiró Bella.

—No lo creo, estoy segura. Eres una chica estupenda, inteligente, guapa y divertida…

—Pero eso no bastó para Edward— su voz se quebró al final y Tanya la abrazó fuertemente.

—Edward es un idiota que no valora a nadie…

—No hablemos más de él…

—De acuerdo. No más Edward por hoy… ¿qué te parece si vamos de compras cuando salgas de la universidad?

—Mmm…— Bella estaba dudosa pues no tenía ganas de hacer nada.

—Vamos, será divertido. Podemos comprar cosas para los bebés— sugirió Tanya y eso convenció a Isabella.

—Está bien

Veinte minutos más tarde, Tanya dejó a Isabella en la universidad. Su hermana mayor aún no deseaba regresarle el auto pero Bella no estaba dispuesta a poner ninguna objeción.

—Bella, me tenías preocupada— le comentó Jessica antes de que las clases dieran comienzo—. Tenías dos días sin venir

—Es una larga historia, Jess— suspiró Bella.

—No tienes por qué contarme si no lo deseas— Jessica sonrió amablemente—. Pero sabes que si necesitas algo puedes contar conmigo

—Gracias por comprender, Jess— agradeció Isabella—. Quizá después pueda contártelo, ahora no quiero hablar de eso…

—No hay problema, Bells. Por cierto, aquí están los apuntes de los días que no viniste— su amiga le tendió una carpeta y Bella sonrió ampliamente.

—Muchísimas gracias

Cuando tomó la carpeta sintió que la cabeza le daba vueltas y Jessica la atrapó antes de que cayera al suelo.

—¡Bella!— exclamó y de pronto todo se volvió oscuro.

Cuando volvió en sí se hallaba en la enfermería de la escuela y escuchó a Jessica hablando con la enfermera.

—Sí, es probable es que esté embarazada— le decía esta última a su amiga.

—Oh, por Dios— susurró Jessica.

—¿Jessica?— dijo Bella con la voz ronca y ella caminó hasta la camilla donde estaba.

—Bella, ¿cómo te sientes?— cuestionó.

—Mareada— confesó Bella mientras intentaba incorporarse pero Jessica la sostuvo por los hombros para impedírselo.

—Quédate quieta, nena. Acabas de sufrir un desmayo— la riñó dulcemente.

—Señorita Swan, ¿cómo se encuentra?— le preguntó la enfermera con amabilidad.

—Estoy mareada— repitió.

—¿Ya ha sufrido desmayos con anterioridad?

—No… es la primera vez que me desmayo…

—Le estaba comentando a su compañera que quizá usted…

—Que quizá esté embarazada— la interrumpió Bella, asintiendo levemente para no marearse más—. La escuché…

—Debería hacerse unos análisis de sangre para…

—No es necesario, ya sé lo que tengo—sonrió Isabella y Jessica abrió los ojos de par en par.

—¡¿Estás embarazada?!—chilló su amiga quien se ganó una mirada reprobatoria de la enfermera por gritar.

—Bueno, no quería que se supiera tan rápido, pero sí, estoy embarazada— contestó Isabella.

—Oh Dios mío, esto es hermoso— Jessica comenzó a dar saltitos—. ¿Tu novio ya lo sabe?

Los ojos de Isabella se tornaron cristalinos y Jessica frunció el ceño.

—Bella ¿qué te pasa?

—Edward no lo sabe aún y no lo sabrá nunca así que…

—¿Por qué no?— la voz de su amiga se escuchó muy aguda por la sorpresa—. Disculpa, no quiero ser entrometida…

—No te preocupes, Jess… te lo contaré después. Hoy no tengo ánimos para hacerlo…

—No te sientas obligada a decírmelo...— Jessica la miraba arrepentida.

—No, yo quiero contarte— replicó Bella—. Mereces saberlo pero hoy no puedo…

—No te preocupes, cuentas conmigo para lo que necesites, sobre todo ahora que vas a tener un hermoso bebé— la chica sonrió y pasó su mano por el vientre plano de Bella.

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Al concluir las clases, a las cuales no asistió porque debió quedarse en la enfermería, llamó a Tanya para que la recogiese. Jessica fue invitada a acompañarlas al centro comercial y no mencionó nada sobre el desmayo por petición de Bella.

—¡Es increíble que tengan las mismas semanas de embarazo!— exclamó Jessica cuando se bajaron del auto.

—Sería super genial que uno sea niño y otra niña ¡se verán tan monos!— Tanya también charlaba alegremente—. Cuando nazcan lanzaré una nueva línea de ropa para bebés, tengo algunos diseños ya…

—Entonces tengo que ponerme ahora mismo a hacer la tarea con Mike— dijo Jessica alzando las cejas sugestivamente lo cual hizo reír a las hermanas Swan—. Estoy segura de que esos diseños son estupendos...

—Bueno, no sé si lo sean, pero me hacen mucha ilusión…

Las tres chicas conversaban animadamente mientras entraban al centro comercial. Bella estaba sufriendo pero el estar con Jessica y Tanya le proporcionaba un poco de alegría y eso era lo que necesitaba en aquellos momentos. Olvidarse de todo y tener una tarde de chicas.

—Esto es demasiado hermoso ¡me lo llevo!— gritó Tanya cuando entraron a una tienda de ropa de maternidad. La prenda que sostenía Tanya era un hermoso blusón morado de tirantes con pedrería en el escote.

—Pero solo estás de siete semanas— dijo Bella—. Es muy pronto aún para que comiences a usar esa ropa…

—Sí, pero ya estoy empezando a engordar—Tanya hizo un puchero que hizo carcajearse a Jessica.

—Creo que tú tendrás una mujer. Mi madre dijo que cuando se está embarazada de una niña tiendes a ganar más peso— comentó Jessica.

—Yo por el contrario, creo que estoy adelgazando— reconoció Isabella sonriendo tímidamente.

—Entonces la del varón serás tú…

—No lo creo— Tanya puso los ojos en blanco—. Esos son mitos, además, creo que tendré un niño…

—O quizá estás embarazada de gemelos— bromeó Jessica haciendo que Tanya gruñera.

—¿Me estás diciendo gorda?

—No, para nada, te ves fenomenal

—Más te vale… — Tanya la miró con ojos entornados pero luego se echó a reír.

Tanya eligió tres prendas más y pagaron después de probárselas. Obligó a Isabella a elegir por lo menos un conjunto y cuando se vio vestida con ropa de maternidad se echó a llorar. En poco tiempo tendría un pronunciado vientre pero Edward no estaría allí para acariciar y sentir al bebé que crecía en él.

Limpió sus lágrimas antes de salir del probador y mostrar a sus expectantes compañeras de compras.

—¡Te ves hermosa!— exclamaron al mismo tiempo y Bella solo rodó los ojos.

—Seguramente han ensayado lo que dirían— contestó.

—No, es en serio, estás estupenda— le dijo Jessica—. Y esa blusa te quedará aún mejor cuando crezca tu pancita…

—Si tú lo dices— Bella se encogió de hombros y entró de nuevo al probador para ponerse de nuevo su ropa.

Las tres salieron de la tienda con sus compras y Tanya propuso ir a comer algo ya que estaba muy hambrienta. Isabella sentía que también necesitaba un poco de comida tras el desmayo por lo que se mostró de acuerdo.

-Tengo pensado comprar un doppler fetal para escuchar los latidos del corazón de mi bebé— comentaba Tanya mientras se dirigían al Cucina dello Chef, un restaurante italiano que estaba en el primer piso del centro comercial.

-Eso está muy bien, así te quedarás más tranquila— le respondió Jessica. Isabella estaba distraída aun, pensando en su ex prometido y en el hecho de que no estaría con ella durante su embarazo.

Jessica se detuvo abruptamente lo cual sacó a Bella de sus pensamientos y alertó a Tanya. La chica estaba boquiabierta y furiosa.

-¿Qué te pasa, Jess?— preguntó Bella y ésta solo señaló hacia el frente, justo donde estaba el restaurante. Bella volteó pero deseó no haberlo hecho en el mismo momento en que sus ojos enfocaron a través de la pared de cristal, a Edward y a una acompañante rubia, sentados en una mesa, sonriéndose como dos idiotas y tomándose de las manos. Tardó unos segundos en identificar a la mujer quien resultó ser una de sus compañeras de clase.

-¡Es Lauren!— gritó Jessica—. Esa maldita zorra…

-Isabella pensó que debía haber una explicación para lo que estaba ocurriendo pero cuando Lauren se levantó y besó los labios de su ahora ex prometido una oleada de rabia la recorrió de pies a cabeza.

-Este malnacido me las pagará— Tanya intentó avanzar pero Isabella lo detuvo.

-No lo hagas— le pidió con una sonrisa irónica a pesar de que las lágrimas ya se deslizaban por sus mejillas—. Le haremos pagar de una mejor manera, tú ya sabes cómo. Vámonos…

-Tienes toda la razón—Tanya asintió y ambas dieron media vuelta para alejarse antes de que Edward las viera. Jessica maldijo a Lauren en su fuero interno antes de seguir a las hermanas.

Una vez dentro del auto, Jessica quiso saber que ocurría y Bella en un arranque de ira le contó todo. Jessica al terminar de escuchar el relato comenzó a despotricar, a decir palabrotas y amenazas dirigidas hacia Edward, Alice y Lauren.

-Ustedes se encargan de ese cerdo— dijo cuándo se calmó un poco—. Yo me encargo de esas dos zorras…

-¿Harías eso por nosotras?— Tanya la miraba con la perversidad brillando en sus ojos oscuros.

-Oh, pero por supuesto que sí…

Isabella no intentó persuadir a Jessica para que no llevara a cabo lo que sea que estuviese planeando en contra de Alice y Lauren. Ellas también se merecían un escarmiento para que se la pensaran dos veces antes de volver a meterse con un hombre comprometido.

Entonces tenemos un trato. Tú te encargas de hacer pagar a esas desgraciadas y nosotras haremos que Edward haga el mayor ridículo de su vida…

-¿Y qué es lo que planean hacer?— inquirió Jessica con una sonrisa perversa.

-Ya lo verás— fue lo que obtuvo por respuesta.

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Mil gracias a las chicas que me dejaron sus votitos :3 espero que les guste este cap :D

Capítulo 3: PLAN EN MARCHA

 


 


 
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