POV BELLA

Nos quedamos así, abrazados desnudos en su cama. Pasaron varios minutos en silencio, sólo oyendo nuestras respiraciones agitadas suavizarse poco a poco.

-        Te enseñaré a amarme Bella. Te haré olvidar y serás mía.

Me sonrojé, yo ya era suya... había sido suya minutos antes cuando me hizo llegar al clímax.

- No Bella - dijo como si leyera mi pensamiento - mía en todos los aspectos - señaló mi corazón.

- Edward, sólo te pido que seas paciente. Ni siquiera sé de donde he sacado las fuerzas para... ya sabes... "intimar" contigo...

- ¿"Intimar"? Vaya, buena manera de llamarlo... - rió coqueto - bueno, vámonos.

- ¿Dónde?

- Donde tú quieras, si quieres ir al fin del mundo sólo dímelo y te llevaré, si quieres la luna, puedo ponerla a tus pies.

- No quiero nada de eso - le respondí. Justo después mi estómago rugió - aunque... algo para comer no estaría mal.

Me levanté para vestirme y noté que me miraba fijamente con tristeza.

- ¿Qué ocurre? - le pregunté

- Lo siento... Yo no lo hice, lo prometo - dijo acercándose - nunca lo permitiría. Nunca. Pase lo que pase entre nosotros, no quiero que nadie te lastime.

Miré hacia abajo y tenía el cuerpo lleno de magulladuras; me entró el pánico, agarré la sabana para taparme y corrí a encerrarme al baño. No quería mirarme en el espejo, pero tenía que hacerlo... grave error.

En mi cuello se distinguía la marca morada de la soga, solté un grito ahogado.

- BELLA! BELLA ABRE! - Chillaba Edward aporreando la puerta, pero yo no podía parar de llorar... Me senté en la tapa del inodoro intentando calmar mis sollozos pero me era imposible, a mi mente venían imágenes de lo ocurrido en la escuela y lo se mezclaban con lo que ocurrió en el vestuario el día que Jacob me salvó.

Eso tiró por puerta todos los esfuerzos por dejar de llorar. Oía a Edward gritándome que abriera la puerta, golpeándola, pero no hice caso.

Empecé a sentirme sucia, por lo que cogí una esponja con un poco de jabón y froté mi cuerpo intentado limpiar las marcas de mi cuerpo, intentando hacer que desaparezcan.

POV EDWARD

- Bella por dios, abre -  gritaba con desesperación mientras intentaba que la puerta cediera.

Decidí que debía tirarla abajo, por lo que tomé carrerilla y me tiré contra ella. Cuando se abrió localicé a Bella sentada en el inodoro con los ojos rojos y llorando con rabia. Se estaba frotando el cuerpo con tanta fuerza que se rascaba la piel.

- Estoy sucia... estoy sucia - murmuraba.

No entendía nada, ¿se sentía sucia por lo que habíamos hecho? Sentí una punción en el corazón... Yo era feliz por haber estado con ella y ella no solo se arrepentía, sino que lo detestaba....

- Para Bella, por favor - le pedí, pero ella no me escuchaba - ¡BASTA BELLA! - le grité cogiéndola por las muñecas.

Me miró con pánico - No me toques, estoy sucia ¿no lo ves?

- Yo no veo nada - le contesté con desgana - te estás haciendo daño - le quité la esponja de la mano.

Tenía sentimientos contradictorios, por un lado quería abrazarla y consolarla pero por otro sentía rabia e ira porque le asqueaba el que la hubiera tocado... La necesidad de protegerla era más fuerte.

- Ven, métete en la tina. Yo te lavaré - le pedí extendiéndole la mano.

Asintió y cogió mi mano. La metí en la tina y la llené añadiendo aceites aromáticos relajantes.

- Túmbate. Cuando estés relajada me lo dices y entro para ayudarte a salir.

- Edward, gracias... - me dijo con la cabizbaja.

Salí del baño y descargué la rabia contenida contra los muebles del cuarto. Pero no conseguí desquitarme.

- Soy un imbécil, un tonto - me decía a mi mismo - sabía que esto pasaría y no la paré... - algunas lágrimas caían de mis ojos.

En media hora me llamó y la ayudé a salir de la tina. Estaba recelosa de tener contacto conmigo, el sólo roce de mi mano le hacía apartarse y con ello destrozaba un poco más mi corazón.

Le dejé ropa limpia y permití que se cambiara en el baño para darle privacidad.

Cuando salió la miré y estaba hermosísima. Había peinado su cabello en una cola alta lateral con algunos mechones en el lado contrario.

- ¿Qué? - dijo sonrojada - No me mires así, me intimidas...

- Estás hermosa... sólo eso - le contesté.

- ¿Sólo eso? Vaya, entonces te mereces sólo esto - dijo con una sonrisa antes de lanzarse a besarme en la mejilla. Al separarse estaba aun más sonrojada.

Bella tenía problemas de bipolaridad muy severos... primero "intimamos", luego le doy asco y ahora me besa... ¡me va a volver loco! pensé.

- Vamos a comer algo en mi sitio preferido - dijo cogiéndome la mano, aunque sin entrelazar nuestras manos.

Bella le dio las indicaciones al chofer que nos dejó en un restaurant que no debía ser ni de 2ª categoría, pero aun así parecía acogedor.

- Siéntate aquí, pediré ramen de curry, gyozas... también tienen samosa... está muy rico.

- Tu quieres envenenarme - le dije arqueando una ceja.

- Oye, tendrás que aprender mis gustos ¿no? - tenía una sonrisa como la de una niña de 3 años comiendo una piruleta... se veía feliz.

- Bella, tenemos que hablar sobre lo que pasó en el baño... - empecé a decirle, pero me tapó la boca con su mano.

- Primero lo primero, comida comidaaaaaaaaa - se alejó saltando. Definitivamente era bipolar.

Me dejó sentado en una mesa mientras ella pedía, cuanto más estaba en ese sitio más a gusto me sentía. Se veía acogedor, campechano, un sitio para ir con los amigos a cenar y divertir-se; muy diferente a lo que yo estaba acostumbrado, siempre comer en silencio, hablar con "tono de interior", sin poder hablar abiertamente de cualquier tema por temor a que alguien lo oiga y pueda usarlo en tu contra...

Habían varias parejas que se comían los unos a los otros... rozaban lo pornográfico. También un grupo que celebraba un cumpleaños riendo tan fuerte que se les oiría desde la calle.

Definitivamente un sitio muy diferente a los que acostumbraba a frecuentar.

- Pero mira que tenemos aquí, el gran Edward Anthony Cullen en un establecimiento de comida rápida oriental... la prensa se moriría por enterarse - dijo una voz femenina en mi espalda que supe reconocer.

- Cállate Jane, no has hecho suficiente daño ya?

- No sé de qué hablas, además no tienes pruebas...

- No las tengo aun, pero sabes que tus compinches cantarán... De hecho tu amigo Alec ya lo ha hecho - eso la enfureció - tienes suerte que Bella esté bien, porque de esta no te salvaría nadie.

- No me das miedo Eddy... Y si hubiera sido yo ¿qué? Lo que le pase lo merece, por estúpida. Parece que incluso lo disfruta - dijo riendo.

De golpe se oyó caer una bandeja con comida.

- Jane... Tu... Fuiste tú quien me hizo esto... - dijo con temblor en la voz.

- Jane... bla bla bla bla -le respondió imitándola - No vayas de mosquita muerta, que de eso no tienes nada. ¿Acaso crees que aun somos amigas? Es más, ¿acaso crees que alguna vez lo fuimos? Yo siempre tuve claro lo que quería de ti, y si no me lo das no me sirves.

- Y tenias que asegurarte que nadie lo tuviera, por eso querías que me mataran - Replicó Bella mostrándole la marca de su cuello que estaba amoratada - tu me has hecho esto.

Jane se quedó blanca, pude notar que sentía dolor

- Nunca pretendí esto - murmuró dirigiéndose hacia Bella.

- No me toques Jane, no vuelvas a acercarte a mi nunca. ¿Entiendes? ¡NUNCA!.