HOLA GUAPAS LAMENTO LA DEMORA :( PERO AYER MI INTERNET ESTABA MUYYYYYYY LENTO Y NO ME CARGABA LAS PAGINAS. PERO AQUI LES TENGO EL ULTIMO CAPITULO DE ESTA AVENTURA. ESPERO LA DISFRUTEN

Isabella sintió que su marido tropezaba detrás de ella;  se detuvo  , y se volvió  para darle la mano . 

Edward estaba pálido y miraba fijamente  el marco de metal de los anteojos de Isabella.

—  Puedes ...  verme?

— Siempre pude , mi lord . Ahora simplemente puedo  verte un poco mejor — Isabella aclaró con un tono cariñoso.

Viéndolo  perturbado, Jasper reaccionó  de manera impaciente.

— El  ciego siempre has sido vos,  no te das cuenta ? Todavía no entendiste que tu mujer es miope pero que de cerca ella puede ver bastante bien?

— Creo que mi marido creía que yo no  podía ver nada de nada — Isabella bromeó. 

Los tres permanecieron callados por un momento, entonces Isabella se volvió hacia Jasper y sugirió :

— Tal vez , mi lord ,  puedas ir hasta el salón y  servirte algo para tomar?

— Tengo una idea mejor. Creo que voy a  volver a Wyndham y los dejo a ustedes a solas. — Diciendo  eso,  él besó la mano de Isabella, se despidió  de Edward y caminó hasta los escalones que habían acabado de subir.

—Podías  verme antes? — Fue la primer  cosa que Edward preguntó cuando  se quedaron solos.

— Si,  mi lord .

— Cuándo fue la primera vez que me viste ?

— La noche en que te conocí, cuando te inclinaste para hablar conmigo. Te pusiste tan cerca que pude ver bien tu rostro y esos  lindos ojos castaños.

Edward giró la cabeza, inconscientemente escondiendo el lado de su rostro en que tenía la cicatriz.

Aproximándose más a él,  Isabella extendió la mano hasta el mentón  de él,  haciéndolo mirarla, y después , poniéndose en puntas de pie , besó la cicatriz que él tanto odiaba.

Edward se estremeció con el contacto  y la expresión de su rostro era de miedo. 

— Entonces te casaste conmigo por lástima?

— Por lástima? — Isabella casi se rió al oír aquello. — Qué vergüenza, mi lord ! Decir eso te insulta. Sos un hombre atractivo y creo que lo sabes  .

— Soy un monstruo. Una simple mirada a mi rostro hizo  que varias mujeres se desmayasen. 

Isabella se encogió  de hombros .

— Tal vez eso sucedió poco  después  del accidente, cuando  la herida todavía era reciente y estaba muy en carne viva. Pero ya  pasaron diez años.  Ha cicatrizado bien  y se ha adaptado a su rostro. Ahora es simplemente una parte mas de vos,  sólo una línea que baja por tu mejilla. Creo que es  mucho grande en tu mente  que en tu cara.

— No es así.  He visto  mujeres se estremecerse de asco. 

— En esta temporada, mi lord ?

Edward vaciló y ella sacudió la cabeza  triunfante.

— Creo que no. Imagino que una o  dos mujeres incluso intentaron aproximarse  a vos mientras estábamos en Londres — ella agregó,  al acordarse de la propuesta indecente que lady Charlieson  le había hecho . 

Edward bufó.

— Sólo estaba buscando una nueva experiencia con alguien bizarro.

— Me cuesta  creerlo  —  lo contradijo  Isabella, conduciendo a su marido por la casa en dirección al escritorio. — Pero sabes, creo es muy bueno que continúes pensando de ese modo. Así,  nunca voy a  tener que temer   que vos me seas infiel.

Edward bufó nuevamente, siguiendola al escritorio.

—No debes temer  eso,  de cualquier modo. No tengo ningún interés en otras mujeres.  Hice todo lo que quise hace  mucho tiempo atrás.

— Hum. — Isabella caminó al escritorio y  se sentó en el borde.  — Entonces crees que   yo te quiero porque deseo tener una excentricidad en la cama?

Edward arrugó la frente.

— Ahora que me puedes ver bien, todavía me quieres en tu cama?

—  Ya te lo dije,  marido. Te vi la primera noche en que nos conocimos y muchas veces después  de eso.  Y siempre te deseé.

— Verme de manera borrosa y  verme  en detalle de cerca son dos cosas muy  diferentes.

Isabella ponderó sus palabras  por un momento.

— Es verdad,  mi lord . Son dos cosas muy  diferentes. Eso significa entonces que vos no  me vas a querer ahora porque uso anteojos nuevamente?

Edward parpadeó .

—No es lo mismo. Puedes  sacarte los  anteojos.

— No si quiero ver — Isabella rebatió,  después  se bajó del escritorio y comenzó a desabotonar el vestido. — Tal vez debamos hacer una prueba.

—  Qué  estás  haciendo? — Edward preguntó,  asustado, dando la vuelta para cerrar la puerta cuando ella comenzó a desvestirse .

— Bien,  me parece, mi lord , que estamos ante un dilema. Yo no tenía anteojos cuando nos casamos, por lo tanto  podrías  hallarme verdaderamente fea con ellos.  Sin tener los anteojos, yo tampoco podía verte perfectamente aún de cerca, por lo tanto no sabía si después  iba a hallarte muy  repulsivo. Creo que este es el momento de resolver ese dilema y saber si nuestro matrimonio tiene alguna posibilidad de mantenerse en pie.

Edward abrió enormemente  los ojos al verla bajar el vestido desde los hombros y dejarlo caer a los pies. Su corset  y las enaguas siguieron el  mismo destino, dejándola completamente desnuda delante de  él.  A excepción de los anteojos.

Tragando en seco, él contempló ese cuerpo,  deteniendo los ojos en los pechos de Isabella,  su abdomen  chato hasta llegar al vello púbico . La atención de él fue desviada por la exclamación  de enojo que Isabella soltó.  Al  levantar los ojos, él vio que ella sujetaba con las manos sus propios pechos y los contemplaba con una expresión contrariada.

— Era como  temía — dijo Isabella amargada, y Edward sintió  su corazón detenerse al oír esas palabras. Pero, en seguida, ella explicó : —  Con sólo estar cerca de ti, los senos se me ponen pesados  y los mis pezones se ponen en punta clamando por tus atenciones.

Edward tragó  en seco nuevamente, sus ojos fijándose en la prueba de las palabras de ella; sus manos se apoderaron de esos pechos. Entonces ella tomó una de las manos de él de su pecho y la deslizó sobre el vientre hasta el nido entre sus piernas. Edward se quedó incrédulo cuando los dedos de ella descendieron un poco más y desaparecieron en su sexo por un breve instante.

— Oh, Dios!

Edward la miró al  oír ese suspiro, y ella explicó :

— Parece que ya estoy mojada. Esto no está funcionando . Cómo puedo poner a prueba el  efecto de tu cicatriz cuando  tu mera presencia  me afecta de este modo?

— Aproxímate — ella  susurró,  y Edward casi tropezó con su propio pie para obedecerla. Dio un paso adelante, sujetó la mano que ella le extendía y se detuvo  en duda al verla fijar los ojos en él . — No, esto no parece  estar ayudando mucho,  mi lord . Aunque pueda ver tu cicatriz de forma bien clara, no logro ignorar el resto de tu cuerpo para poder testear solamente el efecto de la cicatriz en mí. 

Los ojos de Isabella buscaron los de su marido y ella arqueó una ceja.

— Quiero ver al hombre que  amo haciendo el amor conmigo.

Edward se congeló  con el efecto de esas  palabras.

— Me amas?

Isabella también se silenció y la expresión de su rostro fue  suavizándose al ver  esperanza y alegría en la cara  de él. 

— Claro que te amo. Cómo podría no amarte ?

— Pero…

— No hay “peros”, marido — Isabella lo interrumpió . —  Simplemente te amo. Amo tu apariencia, tu sonrisa, tus ojos, incluso tu cicatriz.  Te Amo todo entero.   

Edward se colocó  mas cerca de Isabella y a besó.  Isabella cerró los ojos nuevamente por un segundo y se forzó a abrirlos, sonriéndole. 

— Te amo, Edward. Voy a  repetir eso hasta que te canses de oírlo.

— Nunca me voy a  cansar de escucharte decir eso.  Yo  también te amo mucho,  Isabella. Amo todo de vos.  Tu cuerpo,  tu corazón, tu alma, tu sonrisa,  y hasta tus ojos miopes. Vos sos la  dueña de mi corazón. Vos me hiciste reír nuevamente. Vos le diste un sentido  nuevo a mi vida. Con anteojos o sin anteojos, vestida o  desvestida. Te amo toda entera y siempre te amaré. — él se inclinó para darle un beso en la frente y completó : — Pero, por Dios, en este momento, te amo más desnuda.

Isabella se rió. 

—  Me alegra . Ahora, por favor, cumple mi deseo, quiero ver al hombre que amo haciéndome el amor.

Rindo, Edward acercó las caderas de ella a su cuerpo y la penetró vigorosamente ,  haciéndola vibrar con cada movimiento de reafirmación  de su amor.

Ella  lo había visto con los anteojos y todavía lo deseaba,  todavía lo amaba da misma manera. Era su compañera, su amor, su vida. Él no sabía  qué había hecho para merecerla, pero se juró hacer  todo lo que estuviese a su  alcance para verla siempre feliz.

                                       FIN

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AAAAAAA MIREN QUE LLORO Y LLORO, ESO ME PASA CUANDO TERMINA UNA HISTORIA, TAN HERMOSO EDWARD APESAR DE TODOS SUS MIEDOS, E ISABELLA APESAR DE SUS CALAMIDADES, ESTAN JUNTOSSSSSSSSSS QUE BONITO. Y GRACIAS A TODAS POR HABER ESTADO CONMIGO CAPITULO A CAPITULO, MUCHASSSSSSSS GRACIAS, LAS QUIERO MUCHO GUAPAS.

BUENO PASANDO A OTRA COSA, COMO LO PROMETI, HOY SUBI OTRO HISTORIA, SOLO HAY QUE ESPERAR QUE LA AUTORICEN. ESTA NUEVA AVENTURA, ESTA LLENA DE PASION, AMOR, AVENTURA......NO SE LA PUEDEN PERDER.

"EL CABALLERO NEGRO"

Cuando el Caballero Negro entró en el Castillo de Swan cabalgando sobre su negro caballo de guerra. Vestido de negro de la cabeza a los pies, era todo músculo y firmes tendones marcados por la batalla. Con su negra armadura sin adornos, parecía Elizabethl y siniestro, tan peligroso como su nombre indicaba. Era un hombre conocido por su coraje y fuerza, por sus proezas con las mujeres y por su despiadada habilidad en el combate.

Pero cuando vio a Isabella de Swan, con sus largas trenzas castañas y sus femeninas curvas, apenas pudo contener sus emociones. Fue la traición de ella doce años atrás quien cambió su juvenil caballerosidad y le convirtió en un duro caballero. Fue ella quien le hizo jurar no volver a confiar en una mujer, y usarlas sólo para su placer. Pero ella desataba la pasión en su cuerpo, la bondad en su alma y el amor en su corazón.