Verdadero Amor

Autor: RbBlack
Género: Romance
Fecha Creación: 15/06/2011
Fecha Actualización: 17/08/2013
Finalizado: NO
Votos: 49
Comentarios: 220
Visitas: 78138
Capítulos: 21

 

Todos merecemos tener un amor verdadero, tener esa sensación de pertenencia en este mundo y yo la sentí...

 

No era un sentimiento normal el que el despertó en mi interior, siempre había pensado que solo sucedía en los cuentos de hadas, pero aquel rayo de luz ilumino mi camino y me marco la vida para siempre...

 

Cuando por fin vivía mi cuento de hadas, el destino me dio un duro golpe en el corazón, el más doloroso que pude haber experimentado jamás...

 

Mi mundo se derrumbo, después de el yo sabia que nada sería lo mismo...
Pero ahí estaba mí pilar, mi sustento para ayudar a levantarme, pero sabía que nunca lo olvidaría...

 

Sorpresas y más sorpresas, solo así podía definir el destino... Te trae cosas que jamás te esperas y eso fue lo que me sucedió a mi...

 

Yo nunca te olvide...

 

La mayoria de los personajes pertenecen a Stephenie Meyer otros tantos son de mi imaginación

Este es mi primer fic largo espero y lo disfruten

También las invito a pasar por mi one shot: Lazos de Amor Más Que Una Promesa

También las invito a pasar por mis otras historias: (No pertenecen al fandom de Twilight)

Siempre Junto a Ti

Una Navidad Diferente

Porque así debió ser... 

..."Un sueño que sueñas solo, es sólo un sueño
Un sueño que sueñas con alguien más..., es una realidad
"...

John Lennon (1940 - 1980) Cantante y Compositor Británico

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Capítulo 20: Feliz... ¿Cumpleaños?...

Hola mis hermosas y queridas lector@s... jajaja si, lo sé, lo sé no tengo perdón de Dios, por tardarme tanto en actualizar, pero en mi defensa diré que es el capitulo más largo que he escrito, a petición de mi Danny (jajaja superé lo acordado) Comprenderán que el cierre de semestre en la universidad se pone medio rudo y el cerebro se secaba por tantos números, bases de datos y todo eso... pero ya quedó en el pasado y quería compartir con ustedes que he sacado el más alto promedio de lo que llevo en mi carrera en este semestre *\Ö/* así que esas desveladas y corajes han valido la pena... jajaja pero ya dejaré eso para después, sin más que decir les dejo el capitulo 20 de "Verdadero Amor" hay cosas importantes por ahí que habrá que tener en cuenta para más adelante. Sin más que decir... Que lo disfruten:


 

En el capitulo anterior…

El ambiente era animado, pero yo me encontraba sola mirando a todo el mundo a mí alrededor… Muchas caras nuevas, desconocidas, algunas alegres, otras un tanto decaídas… me hacían anhelar algo que sabía que ya no existía…

Después del tercer trago me levanté de la mesa en la que estaba y decidí salir a caminar, estar rodeada de tantas personas a veces resultaba asfixiante, incómodo…

La luna llena alumbraba por completo el jardín, en el cual, se podían apreciar muchos de los ejemplares con los que contaba Rosalie en aquel gran salón que cuidaba con mucha devoción… El aire era puro, no tenía nada de humo y se sentía tan fresco al entrar en contacto con mis pulmones…

Extrañaba tanto mi hogar, extrañaba tanto a mi familia que daba gracias a Dios que por fin en unos cuantos días el curso terminaría.

¿Cuántas estrellas habrán en el cielo? —me preguntaba mientras lo observaba. Que absurda pregunta Bella —debería de estar realmente aburrida para preguntarme ese tipo de tonterías.

Lo mejor sería que volvieras y le dijeras a Rosalie que quieres irte, es lo mejor —una voz dentro de mi cabeza me dictó lo que desde el primer momento que entré al lugar había querido hacer.

Si ella quiere quedarse será su problema no el tuyo, anda vamos a descansar —el alcohol no era un buen compañero en las tristezas, me repetí antes de querer entrar a buscar a Rosalie, pero algo inesperado sucedió, mis piernas no me respondían, mis ojos no se movían de lugar, mi corazón comenzó a latir tan rápido que parecía querer salirse de su lugar… no podía ser cierto, tenía que ser una cruel burla de la realidad…

 


 

CAPITULO 20: FELIZ… ¿CUMPLEAÑOS?

 

Cada vez que sientas que la tristeza te persigue, déjala entrar a tu vida, que con ella aprenderás a ser fuerte

 

Bella POV

 

Esa mirada, ese rostro… ¿Será que todo había sido un sueño? ¿Te habré imaginado?… no… no podía ser verdad. ¿Acaso tanto me había aferrado a tu recuerdo que te imaginaba en cualquier lugar? De repente volteaste al sitio donde yo me encontraba y por unos segundos mi corazón detuvo su palpitar.

¿Me habrías visto? ¿Sabrías que era yo? —al parecer la respuesta la obtuve cuando tu retomaste tu caminar…

Con mi alma cayéndose en mil pedazos, intente seguirte, intente hablarte, gritarte, hacerme mostrar ante ti… pero parecía que nada de eso funcionaba y el ruido tan estrepitoso que nos rodeaba tampoco me ayudaba. Torpemente tropecé raspándome dolorosamente una de mis rodillas.

¡Demonios! —alcancé a exclamar antes de ponerme de pie y seguirte…

Bendita la persona a la cual se le había ocurrido invitar a tanta gente —me dije mentalmente mientras atravesaba el mar de personas que tenía frente a mi cara.

Cada rostro tenía una expresión que nada se acercaba a lo que yo tanto buscaba… todos ellos estaban sin esa chispa de alegría que solo en tus ojos yo encontraba y que en algún tiempo había creído olvidada… ¿Habría sido un producto de mi imaginación el haberte visto? ¿Lo habré soñado? ¿Mi corazón estará jugando conmigo?

Todos parecían absortos de mi expresión de angustia, de desesperación por encontrarte, todos estaban en su mundo, ignorando por completo lo que yo intentaba realizar… Me sentía perdida a la deriva, buscándote entre la gente, mirando de forma imprudente a todos los puntos en donde me imaginaba que podrías estar.

Completos desconocidos me miraban un tanto recelosos por mi actitud… Pero solo una pregunta deambulaba en mi cabeza;  ¿Dónde… dónde estas?

Tal vez todo haya sido un espejismo, el efecto del maldito alcohol sobre mi cuerpo, alguna burla cruel de esta realidad… Una realidad que yo misma me he creado desde que tú te has marchado…

Hasta este momento no había sido conciente de lo mucho que mi corazón reclamaba tu presencia, estúpido e incorregible, maniático enamorado que ya debió de haberte dejado en el pasado.

Pero esa maldita incertidumbre que en mi siempre existió al nunca haberme despedido de ti...  Si tan sólo hubiera visto tu cuerpo inerte, si tan solo te hubiera podido decir adiós… mi alma había asimilado tu partida.

Parecía que en ti, nunca hubieran pasado los años, te recordaba tal como si ayer hubiera sido la primera vez en que nuestras miradas se cruzaron.

¿Por qué? ¿Por qué ahora que por fin te había olvidado regresas para atormentarme? —en el primer momento en que te vi, quise reprocharte tu partida e incontables veces me imaginé que podría hacer si Dios me daba la oportunidad de verte nuevamente… Palabras de reproche, de odio y de desprecio habían salido de mi boca acompañados por tu nombre, pero una cosa había sido imaginarlo y otra muy distinta hacerlo en el momento que te vi…

Recorrí  todos los sitios en los que podías haber estado, pero en ninguno parecía haber rastro de ti… — ¿Qué le habrían puesto a mi bebida? ¿Habría algo mal conmigo? —no, esto no pudo ser producto de mi imaginación, no tenía que serlo… tu tenías que ser real… tenías que ser de verdad…

 

—Bella ¿Dónde te habías metido? Te he estado buscando por todos lados pero no había ni un rastro de ti —Rose estaba frente a mi tapando la vista que tenía de lugar. No le presté mucha atención a lo que decía, no tenía tiempo para explicaciones, el tiempo se me acababa, sentía que poco a poco tu imagen de mi mente se desvanecía.

—Tierra llamando a Bella… Bella ¿Te encuentras bien? —Rose pasaba una de sus manos insistentemente enfrente de mis ojos en un intento de llamar mi atención.

¿Qué tenía que decirle? ¿Qué buscaba entre la gente a  una persona que pensé que había enterrado para siempre  en el olvido? ¿Qué dejara de hacer preguntas y me ayudara sin reproches a buscarlo? —No… no podía hacerlo, pero una realidad aplastó cualquier sentimiento que hubiera crecido en mi interior; nuestro tiempo se había acabado y nuestra ya época había pasado… yo… simplemente no podía aferrarme más a su recuerdo, después de cuatro años… cuatro años en los que había aprendido a reír, a volver a soñar, no podía dejarlo todo de la noche a la mañana en el olvido…

Pero mi corazón no podía ignorar lo que mis ojos habían visto… Te vi… Yo se que eras tu…

—Estoy bien Rose… es solo que pensé que había visto a alguien… —le dije mientras inspeccionaba otra vez el lugar.

— ¿Estas segura? Yo no te veo muy bien que digamos, será mejor que nos vayamos —me tomó por uno de mis brazos y me dirigió hacia la salida. Quería resistirme aun no quería irme, no… no aun… no aun…

—Estoy bien Rosalie, enserio… no quiero que te tengas que ir por mi causa —debatí con ella, tal vez si ella quería quedarse un rato más podría encontrarme contigo una vez más por casualidad.

—Nada de eso, además la fiesta ya no es tan entretenida —levantó los hombros restándole un poco de importancia al asunto, pero sabía que había una pizca de mentira en lo que decía. Con paso lento nos dirigimos a la puerta  donde nos esperaba  el ballet parking con las llaves firmemente sostenidas entre sus manos.

—Hace rato quería presentarte a un chico que conocí en Francia, pero al parecer, tuvo que salir a trabajar con urgencia. —la escuchaba en la distancia, las calles tenían por completo mi atención… ¿Acaso podría encontrarte en la inmensidad de la noche?

—Le reclamaré al imbécil de Manuel por haberte puesto algo en la bebida, dime ¿Viste lo que te dio? Mañana no tendrá dientes para poder contárselo a alguien más —ese último comentario me atrajo de nuevo a la realidad.

— ¿Qué? —pregunté sin comprender

—Que estas ausente  y no pareces tu… tu mirada esta triste y eso es algo que jamás había visto en ti… me preocupas de verdad… por eso quiero saber si el muy… —respiró tres veces antes de continuar —cabezota, te dio algo de tomar —rápidamente negué con la cabeza

—Todo lo que bebí fue servido en mi presencia Rose, no te preocupes por eso —alcancé a decir antes de que las lágrimas corrieran por mis mejillas…

Que tonta había sido, que estúpida al imaginar que eras verdad. Me tapé el rostro con ambas manos intentando reprimir las ganas que tenía de llorar… Como si un mal presagio se tratara, una opresión en mi pecho se hizo presente haciendo que mi corazón me doliera como no lo había hecho en años… Todos los recuerdos que alguna vez tuve con Jacob parecieron como un golpe inundando cada parte de mi ser, cada parte de mi mente que me fue imposible controlarme…

—Tranquila Bella… estoy aquí… estoy aquí —repetía una y otra vez mientras acariciaba con ternura mi espalda. Nos fui conciente de que ya nos encontrábamos afuera de nuestro departamento. ¿Por qué siempre tenía que perder la noción del tiempo?

Era afortunada por tener a Rosalie en mi vida, eran de ese tipo de amigas que no hacen más preguntas que las necesarias, que te escuchan hasta el final sin reprochar nada y te acompañan en silencio hasta que tú decidas hablar…

Poco a poco fui calmando todas las emociones que sentía dentro de mí… No quería volver a sufrir por algo inexistente, no quería que la herida que hace más de cuatro años debió de haberse quedado en el pasado, volviera a abrirse trayendo consigo el amargo sabor de la agonía, de la tristeza, de la soledad… ya no…

Las lágrimas se secaron y los espasmos en mi pecho poco a poco se controlaron, pero muy dentro de mí sentía que algo por desgracia había cambiado. Con el alma ya un poco más calmada, entramos en silencio al apartamento, un silencio que desde que deje de llorar se había vuelto incómodo, lastimero.

— ¿Estas bien? —nuevamente preguntó pero las palabras se quedaron enterradas en mi garganta, no tenía fuerzas para hablar, no ahora. Tan sólo asentí con mi cabeza y me encaminé hacia mi habitación, cuando el teléfono que reposaba en la sala timbró.

Ambas nos quedamos contemplándolo y después de unos segundos dejó de replicar.

—Que descanses —me di la vuelta y comencé de nuevo el camino hacia mi alcoba. Iba a medio recorrido cuando mi celular comenzó a sonar. Sin ganas de contestar lo saqué del bolsillo trasero de mi pantalón.

—Edward —dije en un susurro. No quería que me escuchara llorar, no, el no se lo merecía.

—Si quieres yo puedo contestar —Rosalie se encontraba a mis espaldas levantando una de sus manos para coger el teléfono.

— ¿Edward? —escuché que contestó una vez que ya había cerrado la puerta de mi habitación. Sin desvestirme me hundí rápidamente entre las cobijas de mi cama intentando ocultarme de lo absurda que era la vida, en especial la mía.

Pero ¿Qué rayos me pasaba? ¿Por qué después de tantos años mi mente vuelve a querer jugar conmigo? Me sentía como si de repente todo el mundo se me hubiera venido encima; alejada de todos, protegida por la nada.

Esa noche lloré como no lo había hecho en años, descargando todo el temor y la maldita frustración que sentía por dentro ¿cuánto más tenía que soportar? ¿Habré cumplido mi cuota de dolor en este mundo? Su cara, sus ojos, su tierna mirada, el exquisito color de su piel, todo era el.

Con su rostro dándome vueltas en la cabeza deje que la inconciencia me atrajera, imaginándome mil formas para de nuevo tener esa ilusión, aquella que le devolvió el latir desesperado a mi corazón.

 

……………….o.O.o.………………

Edward POV

 

El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados.

Noel Clarasó (1905—1985) Escritor español.

                                                                                                            

—Hijo —me llamó mi madre una vez que estuvo despierta

—Aquí estoy —rápidamente tomé su mano y la apreté con delicadeza

—No te has ido, te quedaste conmigo —su voz sonaba áspera y traía una nota de melancolía que apenas era perceptible.

—Mi lugar es a tu lado, te dije que me quedaría para cuidarte —me aleje de la cama para acercarle un vaso de agua; llevaba días dormida y yo no había querido separarme ni un instante de su lado, mi padre tampoco hubiera querido marcharse pero sus obligaciones en la universidad requerían de su presencia. Se iba solamente el tiempo necesario.

En su ausencia, me dejaba a cargo con precisas instrucciones en caso de que alguna emergencia pudiera llegarse a presentar.

Después de recibir su llamada, había tomado el primer vuelo disponible hacia Washington… con un par de llamadas arreglé todos los asuntos que había dejado pendientes; el trabajo y la escuela habían sido delegados de prioridad al conocer lo que le había sucedido a mi madre.

Bella se mantuvo a mi lado en todo momento, ella sabía que mi madre era una de las personas más importantes en mi vida y no me dejó caer en esos momentos en los que la angustia y la desesperación invadieron mi mente. Se ancló a mi brazo sosteniéndome, dándome palabras de aliento y de seguridad.

Con el tiempo que había pasado a su lado me había ganado aun más su cariño, ternura y comprensión… Me dolía en el alma haberla dejado, algo muy dentro de mi se desmoronó al verla por última vez antes de abordar el avión; quería besarla y llevarla conmigo, pero sabía de sobra que para mi madre Bella no era de todo su agrado, y yo… en esos momentos, en lo único que podía pensar era en mi madre, en conocer su estado de salud y ayudarla a recuperarse.

Durante todo el viaje, mi mente no dejaba de pensar en todas las consecuencias que este accidente traería para mi madre pero sobre todo para mi familia; no sabía la gravedad del incidente, ni los pormenores de cómo había sucedido, ni las razones que desencadenaron todo lo acontecido, pero era lo último que me importaba, quería verla, volver a escuchar su voz y pedirle perdón…

Perdón ya que en la última conversación que tuve con ella, muchas palabras seguramente resultaron hirientes para ella al no aceptar sus opiniones…

 

*°*° Flash Back °*°*

Cariño ¿cómo estás?escuché al otro lado del auricular

¿Mamá? Pregunté sorprendido, su voz era inconfundible pero su llamada de verdad me había tomado por sorpresa ¿Qué haces hablándome a estas horas? Deben ser… miré mi reloj y calculé la hora —son las 3 de la mañana por aya…

Oh cielo, es que te hecho tanto de menos… me parece increíble que estés hasta el otro lado del mundo y tan lejos de mí reí un poco, de verdad que mi madre nunca cambiaría.

¿No crees que exageras un poco? le dije en tono de reproche ha pasado tan poco tiempo desde que les hable la última vez —escuché que resopló.

Para ti es poco, pero yo te extraño a cada momento hijo, aun no comprendes el amor de los padres hacia los hijos ahora ella era quien me reprochaba.

Espero algún día conocerlo mamá.

¿Ya has encontrado a una chica linda en Madrid? Cuéntame ¿cómo es? ¿A qué se dedica?preguntó realmente emocionada

Ya conoces a la chica con la que quiero compartir mi vida  respondí un poco a la defensiva. Sabía de sobra lo mucho que me gustaba Bella y no me explicaba el porque de su negativa en aceptarla.

Sabes que no me agrada esa chica para ti, sospecho que sólo te hará sufrir… ella no me gusta para ti Edward.

Con todo respeto Esme, a quien debe de gustarle es a mí y no a ti ¿acaso no podía respetar mi decisión de amarla?

Edward… permaneció unos cuantos instantes en silencio ¿cómo… cómo es posible que me hables así por una mujer?, en especial por ella.

No pretendo insultarte mamá, es sólo que no me explico la razón porque no me quieres cerca de Bella le confesé lo que pasaba por mi mente en esos momentos llevo toda mi vida conociéndola, la conozco mejor de lo que ella se conoce a si misma, nos viste jugar juntos desde pequeños y ahora estamos haciendo realidad nuestros sueños juntos… ¿por qué no te agrada? ¿Dime que es lo que te ha hecho para ganarse ese desprecio que sientes por ella?

Robarme el cariño de mi hijo ¿te parece poco?su voz se escuchaba entrecortada, como si estuviera a punto de llorar.

Sabes que el amor que te tengo es incomparable con el amor hacia otra mujer, ¡Dios!  Eres mi madre, el ser que me dio la vida ¿cómo no habría de amarte? traté de que se tranquilizará.

Lo se hijo, perdóname su voz se escuchaba un poco más serena es que…

Es que ¿qué? Dame una respuesta realmente coherente porque lo he pensado desde siempre y por más vueltas que le doy a mi cabeza, no logró encontrar la solución.

La hija de la señora Piers se ha puesto realmente muy hermosa, el próximo año se irá a estudiar a Madrid  intentaba cambiar la conversación tal vez podrías enseñarle el lugar y no se, tal vez con el tiempo…

El tiempo sólo me ha servido para enamorarme más de Bella mamá…

Eres tan testarudo, igual a tu padre dijo con un poco de resentimiento luchando por amores que son imposibles de realizar, siempre soñadores ¿acaso les gusta sufrir?

¿Qué? Pregunté sin comprender ¿De qué estás hablando? ¿Qué tiene que ver mi padre en todo esto? estaba realmente desconcertado ¿a qué se debía todo esto? ¿Por qué mi padre había salido a flote en la conversación? Esto de verdad no tenía sentido.

Me reusó a aceptarla, quisiera verte casado con una buena mujer.

No quiero que tengamos esta conversación, es mi vida y yo tomo mis decisiones estaba más que cabreado, no entendía su actitud, no entendía nada de lo que me estaba diciendo además, aún no tomo la decisión de casarme…

Es igual a su padre ¿qué no lo vez? Igual de traicioneros e hipócritas todo lo decía tan rápido que tuve que acercar un poco más la bocina a mi oído para poder escuchar con claridad Edward cielo, recapacita…

La que tiene que pensar en lo que esta diciendo eres tu… ¿Cómo puedes hablar así de Charlie? Fue el mejor amigo de mi padre y el tuyo también… realmente me estaba preocupando por ella, no tenía sentido nada de lo que pronunciaba.

Tú lo has dicho, fue el mejor amigo de tu padre, era un solapador…

¡Basta! ¡Basta ya! No te voy a permitir que te expreses así de el y mucho menos cuando ya no puede defenderse de tus acusaciones una parte de mí, se negaba a creer en todo lo que había escuchado conocí poco a Charlie, pero lo recuerdo siempre con cariño y por todo lo que papá me ha contado sobre el, así que por favor, ahórrate estos comentarios porque no los puedo creer…

Edward… yo… perdóname… no se que fue…

No mamá, no más… no puedo soportarlo más, no puedo estar complaciéndote en todo, lo hice en el pasado, pero ya no más en mi futuro. Soy yo quien va a tomar sus propias decisiones y vivirá con las consecuencias que estas traigan consigo. Quiero a Bella y lucharé por su amor te guste o no,  la quiero en mi vida y lamento que tu postura sea la de no apoyarme.

Edward hijo perdóname…nuevamente su voz sonaba quebrada, pero el frustración que sentía crecía y crecía a cada segundo ¿Qué había hecho yo para que ella me diera la espalda?

No, hoy no… y sin más pensarlo colgué el teléfono. — ¡Maldita sea! golpeé con fuerza la mesa que tenía delante de mi… ¿Qué demonios sucedía con ella? ¿Qué fue todo eso que me dijo? Estaba más que confundido… Una mezcla extraña de sensaciones me golpeó de repente; rabia, frustración, desilusión, dolor… un dolor al saber que algo raro le pasaba… ¿cuál era la verdadera razón por la que mi madre odiará a Bella? ¿Qué había sucedido en el pasado con Charlie y mamá? Muchas preguntas aún sin respuesta, pero sólo había una solución… tenía que averiguar la verdad fuera hoy o fuera mañana, pero yo la debía de encontrar…

*°*° Fin de  Flash Back °*°*

 

Al bajar del avión, tomé el primer taxi que se paró en mi camino, importándome poco la fila de espera que había para abordarlos, no tenía tiempo que perder. Grité un escueto ‘lo siento’ sobre mi hombro hacia toda la multitud que me miraba con reproche.

Gracias a las 6 horas de diferencia que existen entre los Estados Unidos y el continente Europeo, llegué de madrugada al hospital. El rostro de mi padre era de completa agonía y lo primero que hice fue abrazarlo para que sintiera que en estos momentos no estaba solo.

El reporte que nos entregó el médico fue que había sufrido varías fracturas a lo largo de todo su cuerpo; una pierna, el brazo izquierdo y la muñeca derecha a causa del accidente automovilístico que había sufrido.

El informe que brindaron los oficiales de policía era que el coche mi madre había participado en una carambola, en la cual, 10 personas habían resultado heridas… ¿La causa? El exceso de velocidad de un maldito conductor ebrio, que logró salir sin ningún rasguño del accidente, pero por fortuna ya estaba pagando su culpa en la cárcel.

 

*°*°*° Flash Back °*°*°*

¿Papá? Carlisle se encontraba sentado en el sofá de la sala de espera, tenía cabeza apoyada entre sus manos y en cuanto lo llamé pude ver su rostro demacrado y con los ojos llorosos. Solté mis maletas y rápidamente me acerque a el para abrazarlo.

Hijo —me devolvió el abrazo con mucha fuerza ella, ella está bien hijo… me decía entre balbuceos.

Lo sé, lo sé le repetía mientras frotaba su espalda, lo había echado tanto de menos.

Ustedes son los familiares de la señora Cullen una voz a mi espalda me sobresalto. Solté a mi padre y me puse a su lado encarando al doctor.

Sí, yo soy su esposo y el es mi hijo, díganos ¿Cómo esta? ¿Cómo se encuentra? ¿Ya despertó? Díganos por favor el doctor sonrió, como si le hubieran contado un chiste… lo miré incrédulo.

Ella está bien, afortunadamente recibió la atención a tiempo eso sin duda fue lo que le salvo la vida, además de que los paramédicos la trajeron oportunamente decía mientras firmaba unos papeles que traía en la manos.

¿Cuándo podemos entrar a verla? pregunté ansioso…

Los está esperando... El dolor que le provocan las lesiones es realmente abrumador, así que tendremos que sedarla para que su recuperación sea lo más rápida posible nos sonrió y nos invitó a seguirlo.

¿Por qué aun no la han sedado? mi padre preguntó mientras caminábamos por los pasillos del lugar.

La sedamos, pero fueron sedantes no muy potentes ya que ella llegó consiente del lugar del accidente, los paramédicos dijeron que no había dejado de hablar en todo el trayecto y no dejó que la sedáramos  por completo hasta que pudiera hablar con su hijo. me estremecí.

Procuren no alterarla demasiado, tienen 3 minutos, enseguida llegará una enfermera que vendrá a ponerle los tranquilizantes necesarios para que pueda descansar. nos dejó frente al gran vitral que separaba al pasillo de la cama de mi madre y sin mucho pensarlo ambos entramos para encontrarnos con ella…

Esme… soy yo Carlisle, ¿Me puedes escuchar? estaba con sus ojos cerrados, su cuerpo estaba la mayoría cubierto por unas vendas y su rostro tenía algunos rasguños, me dolía verla así…

Ummm respondió y abrió los ojos. Yo me quedé a un lado de la puerta, observándolos.

Gracias a Dios despertaste mi padre la tomó de la mano y se acercó más a ella

¿Dónde… dónde estoy?

En el hospital, sufriste un accidente respondió mi padre ¿no recuerdas nada de lo sucedido? ella con lentitud negó, su rostro delataba que estaba confundida, desorientada. Está bien, no debes preocuparte, ya estás bien.

Ambos permanecieron en silencio por unos cuantos segundos, tan sólo mirándose a los ojos, el sonido de las maquinas que había a su cuerpo conectadas era lo único que se escuchaba Yo… Esme… por favor, por favor perdóname… en ese momento entró la enfermera que el doctor nos había anunciado.

No, aun no por favor, necesito ver a mi hijo al escuchar esto, rápidamente me acerque a su lado.

Aquí estoy mamá, aquí estoy le repetía mientras tomaba su mano, ella rápidamente me buscó con su mirada.

Cielo…

No hables, es hora de descansar me hice a un lado para que la enfermera pudiera hacer su trabajo.

No… no te vayas… mi padre también se hizo a un lado y yo me acerqué al lugar que el había dejado libre.

Aquí estaré, me quedaré para cuidarte la enfermera puso los tranquilizantes en el suero y poco a poco iba cerrando los ojos

¿Lo prometes? preguntó con voz adormilada.

Estaré aquí cuando despiertes cerró los ojos y calló en la inconciencia.

*°*°*° Fin de Flash Back °*°*°*

 

A los pocos días, el doctor nos dio autorización de llevarla a casa, sólo si seguíamos sus recomendaciones al pie de la letra; mi padre para estar mucho más tranquilo, contrató a una enfermera que nos ayudara a cuidarla las 24 horas del día.

Esme, pasaba la mayor parte del tiempo sedada ya que cuando estaba despierta, el dolor solamente aumentaba.

— ¿En que tanto piensas? —su voz, nuevamente me atrajo a la realidad.

—En todo lo que ha pasado en estos últimos días mamá… —respondí con sinceridad, la ayudé a incorporarse para que pudiera tomar el vaso de agua que le había traído. —Me tenías realmente muy asustado.

—Lo lamento tanto Edward, créeme que mi intención no era asustarlos —nuevamente la ayudé para que pudiera recostarse.

—No fue tu culpa ¿o si? —intenté bromear con ella, pero al parecer mi comentario la alteró.

— ¿Cómo me dices eso? —me dijo con lágrimas en los ojos.

—Perdón, no… no lo dije con esa intención —rápidamente sequé con mis manos las lágrimas que habían caído sobre su rostro. Permanecimos un rato más en silencio, yo sólo la contemplaba, no sabía como empezar a hablar.

—Hijo…

—Mamá…

Ambos reímos, ya que los dos comenzábamos a hablar al mismo tiempo... —hijo, te he echado tanto de menos —tomé su mano y la besé.

—Yo también mamá, desde la última vez que hablamos he querido disculparme por todas las cosas malas que te dije…

—Ya lo he olvidado, ya no tiene importancia para mi… —me dijo pero podía ver en su mirada que no estaba del todo convencida.

—Mamá…

—Lo único que se, es que no quiero estar distanciada contigo Edward —me acerqué y besé su frente.

— ¿Por qué habrían de estar distanciados? —en ese preciso momento llegó Carlisle, ambos nos quedamos sin saber que contestar.

—Por nada en especial —ella fue más rápida que yo y contestó, la verdad era que no me gustaba guardar secretos y mucho menos a mi padre. —simplemente que el estar separada de el durante cuatro años me ha dolido demasiado.

—Pero ya sólo le falta un semestre para terminar, el pronto iba a volver ¿verdad hijo? —se acercó a mí y palmeo mi espalda. Yo sólo asentí, la verdad era que en Madrid estaban las cosas que yo más quería, a excepción de mis padres, los cuales eran parte fundamental de mi vida… Había encontrado un buen trabajo y ahí estaba Bella, mi Bella

—Será mejor que la dejemos descansar Edward —mi papá me sacó de mis cavilaciones.

— ¡No! he estado en esta cama por mucho tiempo, estoy aburrida y ya no quiero descansar —replicaba cual niña pequeña.

—Señora Esme es hora de su comida —Gabriela, la enfermera que había contratado mi padre llegó a la alcoba con una bandeja entre sus manos.

—Lo vez, es hora de almorzar, te dejaremos un momento a solas —ambos reímos por su expresión y salimos de la habitación. La verdad es que desde el accidente de mamá, no había tenido ni un único momento para platicar con mi padre de lo que me había dicho mi madre en aquella llamada.

— ¿Carlisle? —le dije una vez que ambos estábamos en la cocina, el estaba con medio cuerpo metido dentro del refrigerador.

— ¿Qué sucede Edward? —me preguntó con un pedazo de jamón entre sus dientes; estas eran las pequeñas cosas que me hacían extrañar tanto mi hogar… si bien es cierto que en España encontré muchas oportunidades para sobresalir, encontré muchas personas que me brindaron el apoyo una vez que lo hube necesitado… pero estar aquí, simplemente era algo que había necesitado…

—Nada, es sólo que… — ¿sería prudente preguntárselo? Una voz dentro de mi cabeza se lo estaba preguntando. Llegó frente a mí y me miraba con curiosidad.

— ¿Qué pasa? ¿Esta todo bien? —había dejado sobre la mesa las cosas que cargaba entre sus manos y había puesto toda su atención en mi.

— ¿Cómo era la relación entre Charlie y Esme? —le solté la pregunta sin miramientos. El al parecer se sorprendió.

— ¿Por qué… por qué lo preguntas? —preguntó algo nervioso.

—Simple curiosidad… —se quedó pensativo y no me contestó, tenía que buscar una explicación a lo sucedido, algo tuvo que haber pasado entre ellos para que mi madre hablara de esa forma de Charlie.

—Charlie era un muy buen amigo mío… —cuando comenzó a hablar decidí que lo mejor sería no interrumpirlo —nos conocimos al igual que tu y Bella desde que éramos muy pequeños, nuestros padres coincidían en muchos gustos que posteriormente heredaríamos nosotros… —sus ojos se encontraban perdidos, como si estuviera viviendo todo lo que me contaba en esos precisos instantes… —teníamos los mismos sueños y también muchas diferencias… En su casa siempre hubo un lugar para mí en su mesa, un espacio bajo su techo, siempre existieron esas palabras de motivación que me incitaban a seguir adelante cuando parecía que todo se encontraba perdido…

—Con el paso de los años, nuestra amistad se volvió una hermandad, ya que el fue como aquel hermano que mis padres no pudieron darme… —rió para si mismo —Llegada nuestra adolescencia, las rivalidades no se hicieron esperar; competencias sobre saber quien era el más apuesto o el mejor en los deportes hicieron que nuestra amistad se pusiera a prueba en esa etapa de nuestra vida… Sin embargo, nos manteníamos unidos, apoyándonos a pesar de las adversidades… pero hubo algo que nos distanció por mucho tiempo —cambió el sonido de su voz —yo fui un cobarde y no luché por lo que más quería, el muchas veces me alentó y en demasiadas ocasiones me dijo que estaba cometiendo el peor error de mi vida, pero yo estaba destrozado, mi vida había dejado de tener sentido…

Parecía estar hablando más para si mismo que hablar conmigo, yo… no podía creer que hubiera algo que los hubiera podido distanciar, cuando Charlie murió, recuerdo que mi padre estaba totalmente destrozado, mi madre buscaba sacarlo de la depresión en la que se encontraba distrayéndolo con un sin fin de actividades, pero mi padre tardó mucho tiempo en superar su muerte.

—Fue en ese momento —su voz, nuevamente me sacó de mis pensamientos y le puse otra vez mi atención —que tu madre llegó a mi vida, o más bien, siempre estuvo ahí —rió, pero la nostalgia se asomaba por sus ojos —pero yo no me había dado cuenta de su presencia, me brindó una nueva oportunidad para vivir, de volver a sonreír, aunque sabía que mi corazón jamás volvería a latir con la misma intensidad que la primera vez… —lo miré incrédulo.

—No me malinterpretes hijo, no quiero decir que no ame a tu madre, ella ha sido tan buena y tan paciente conmigo que yo no se como agradecerle lo mucho que ha hecho por mi —parecía apenado por lo que anteriormente acababa de decir —simplemente que tú sabes que el primer amor jamás se olvida… y tu madre… ella simplemente me ha amado sin condiciones, Esme siempre estuvo para mi, a pesar de que con sus acciones traicionaba un juramento… —tenía tantas preguntas en la cabeza que no sabía como expresar.

—En esa época llegaste tu a nuestras vidas y aunque estábamos aun demasiado jóvenes, tu madre desde el primer momento que supo que vendrías en camino te amo sin medida… lo mismo sucedió con Charlie y Rene y… —parecía que debatía en contarme algo o no —Charlie no estaba del todo de acuerdo con mi relación con Esme, no creía del todo en ella y nunca me explicó el porque…

¿Por qué Charlie desconfiaría de mi madre? ¿Cuál había sido ese error que mi padre había cometido? ¿Cuál había sido aquel juramento que Esme había roto?

— ¿Señor? —Gabriela había entrado a la cocina, parecía que esta mujer siempre llegaba en el momento más oportuno. Reí ante mi sarcasmo —la señora quiere verlo, le acabo de dar sus tranquilizantes y pronto dormirá.

—Iré a verla, muchas gracias —antes de salir me tomó del hombro y sin nada más que agregar salió con rumbo a la habitación de mi madre.

— ¿Gusta que le preparé algo de cenar? —la enfermera me preguntó al ver que yo me había quedado perdido en mis pensamientos, rápidamente negué y me dispuse a irme hacia mi cuarto.

Mis padres me habían tenido a muy corta edad, a mis abuelos este hecho no les agrado, pero ¿qué podían hacer si yo ya venía en camino?

Jamás me había preguntado las circunstancias en las que había sido concebido pero ahora esas ideas no dejaban de rondarme por la cabeza.

¿Cuál era el error que mi padre había cometido? ¿Por qué Charlie desconfiaba de mamá? ¿Qué factores además de mi nacimiento habían influido en mis padres para que decidieran estar juntos? ¿Qué era aquello que Charlie jamás le contó a Carlisle? —malditas dudas, ahora todo esto se me había metido en la cabeza y no descansaría hasta saber la verdad…

Después de darle mil vueltas al asunto caí rendido del cansancio, pero estaba seguro que no quitaría el dedo del renglón, a todos estos enredos de una forma o de otra, les buscaría una explicación…

 

……………….o.O.o.………………

 

…TRES MESES DESPUÉS…

 

—Ya estoy lista cariño —la voz de mi madre me sacó del trance en el cual me encontraba, me miré una vez más en el espejo; estos últimos días me encontraba más pálido de lo normal y unas extensas ojeras se formaban por debajo de mis ojos. Todas las noches asaltaban mi mente las palabras que mi padre y madre habían pronunciado…

…”Yo fui un cobarde y no luché por lo que más quería”…

…” Es igual a su padre ¿qué no lo ves? Igual de traicioneros e hipócritas”…

—Edward ¿estás bien? —la enfermera se encontraba en el umbral de la puerta, escondiendo medio cuerpo detrás de la pared.

—Si estoy bien —respondí fastidiado, era verdad que ella no tenía la culpa de las ideas que tenía en mi cabeza, pero no podía evitar sentirme frustrado y enojado con todo el mundo. Tomé la sudadera que estaba sobre mi cama y salí a encontrarme con mi madre que me esperaba con paciencia sentada en el sofá.

— ¿Te sientes bien cariño? —dejó la revista que traía entre sus manos y me miraba con insistencia.

—Estoy bien, es sólo que no he podido dormir bien en estos últimos días —respondí con indiferencia y una pisca de verdad.

—Deberías de aprovechar que vamos ir al médico para tomar una consulta —asentí en silencio mientras la ayudaba a salir de la casa con Gabriela siguiendo cada uno de nuestros pasos. Hoy mi madre tenía una revisión y a petición de mi padre debía de acompañarla.

—Espero que ya haya una mejora y puedan quitarme alguno de los yesos —hablaba mi madre desde la parte trasera del auto, de vez en cuando me dedicaba a mirarla por el espejo retrovisor pero había decidido quedarme en silencio. Las dos mujeres que me acompañaban platicaban amenamente sobre algún tema en especial el cual yo desconocía.

Había querido platicar con mi padre un poco más sobre la relación de Charlie con mamá, pero justamente en estas épocas tenía más trabajo del necesario y todos los profesores se encontraban realizando pruebas, elaborando diversos proyectos entre otras cosas más y mi madre… Esme simplemente se dedicaba a esquivar el tema con suma astucia. Se excusaba en el cansancio que le provocaba el estar todo el día en cama así como el dolor que aún estaba presente en cada una de sus heridas. Y el último semestre en la universidad de Washington me tenía más que agobiado. Estaba a punto de entrar en un colapso nervioso que no sabía si podía ser capaz de soportar.

—Por fin llegamos —gritó Gabriela. No me había dado cuenta de que ya estábamos frente al estacionamiento del hospital. Estacione el auto y ayudé a mi madre a entrar a su consulta y paciente la esperé a que saliera.

—Si sigue cuidándola de esa forma ella se recuperará más pronto de lo que piensa —el doctor Berkman le decía la enfermera que acompañaba a mi madre.

—Eso espero doctor, pronto será la graduación de mi hijo y no quiero perdérmela por nada del mundo —ambos se dieron las manos para despedirse y yo me acerqué para agradecerle.

—No muchacho, no tienes nada que agradecer —también le tendí mi mano en señal de agradecimiento — ¡Oh! Mira, a ella es a quien tu realmente debes de agradecer —me giré siguiendo su mirada y fue ahí cuando me topé con la persona que menos esperaba. —Señorita Alexa  tengo sentimientos encontrados cada vez que la veo —le hablaba como si se conocieran de hace años. Yo particularmente no sabía cómo reaccionar.

— ¿Por qué doctor Berkman? —miró a mi madre y la saludo —es un gusto que ya se encuentre mucho mejor señora Cullen.

—Porque cada que viene por acá es porque ha traído a alguien herido —le respondió el doctor.

—Perdón señorita pero ¿de dónde nos conocemos? —mi madre intervino con una pregunta que yo había querido realizar desde el momento en que la vi llegar.

—Ah —parecía que se había apenado —yo la asistí cuando sufrió el accidente, me alegró de que se encuentre mucho mejor.

— ¡Oh cariño! ven, ven —Esme buscaba mi mano ya que yo me encontraba a sus espaldas —mira por fin la hemos encontrado —levanté la vista y me encontré con su mirada.

—Cullen —me miró con esos ojos fríos que tanto la caracterizaban.

—Stuart —lo pronuncié en el mismo tono en que ella había utilizado.

— ¿Ustedes… ustedes se conocen? —mi madre nos miraba sorprendidos.

—Así es señora, conozco a su hijo de la Universidad. —resoplé. Me había tocado tenerla como asesora en el último proyecto que debía de realizar. Y digamos que nuestra primera impresión no había sido tan buena.

—Si es realmente una persona muy encantadora —dije con sarcasmo para mí mismo.

— ¿Qué dices cariño? —mi madre volteo a verme.

—Que se nos está haciendo tarde ¿ya miraste la hora? —Alexa me miraba con los ojos entrecerrados analizando cada uno de mis movimientos.

—Muchas gracias por haberme salvado la vida señorita —dijo mi madre con gratitud, debía de reconocer la Barbie que tenía frente a mis ojos había salvado la vida de mi madre.

—Sí, muchas gracias por haber ayudado a mí madre —le dije con sinceridad.

—No hay de que Cullen, si me lo permiten me tengo que retirar para seguir con mis labores.

—Claro, yo también me tengo que pasarme a retirar —habló el profesor Berkman que hasta ese momento se la había pasado firmando unos documentos que un enfermero había traído hasta donde se encontraba.

—Un placer conocerla —gritó mi madre una vez que Alexa se había alejado por el pasillo. Un metro 67 centímetros de estatura aproximadamente, complexión delgada, cabello negro y lacio amarrado en una coleta que caía hasta la mitad de su espalda. Piel tersa y ojos grandes de color azul profundo. Labios grandes y cuerpo bien formado…

—Es linda ¿no? —pregunto mi madre con una gran sonrisa al ver que me había quedado mirando el lugar por donde se había ido.

— Si… es una persona realmente encantadora —dije empleando nuevamente el sarcasmo — ¿nos vamos? —ambas mujeres asintieron y salimos del hospital.

Me era imposible de creer que aquella Barbie fuera la mujer a la cual le debía la vida de mi madre, desde que la había conocido había puesto tantas trabas en mi camino, y su actitud era sumamente desconcertante; algunas veces era fría, soberbia y altanera con todos los que la rodeaban, otros, simplemente amanecía de buenas y trababa con amabilidad a los demás. Sus cambios de ánimo podían llegar a fastidiarme.

— ¿Estás estudiando hijo? —mi padre se encontraba recargado sobre la puerta mirándome, el libro que traía entre mis manos se me resbaló al notar su presencia.

—Este… si —respondí nervioso.

—Pronto será el cumpleaños de Charlie… —la nostalgia podía notarse en su voz.

—Lo sé, iré a visitar a René —el asintió con su cabeza.

—Yo también iré a visitarla. —se iba a dar media vuelta pero rápidamente me  levanté de la cama y sujete su brazo.

— ¿Papá? —pregunté.

— ¿Si Edward?

— ¿Quería saber si podría ir a visitar a Bella a Madrid? —Me rascaba insistentemente la cabeza —ya sabes, no me gustaría que en esta fecha estuviera sola.

—Sabía que lo preguntarías —le sonreí —claro que puedes ir hijo, sólo te pido que no descuides la escuela. —negué insistentemente.

—Pero ¿qué pasará con mamá? —el me abrazó.

—No te preocupes por tu madre, Gabriela y yo cuidaremos de ella, tu puedes irte tranquilo ¿está bien?

—Gracias —y nuevamente lo abracé mostrándole la gratitud que sentía en estos momentos. Tendría que arreglar todo antes de marcharme de nuevo hacia España, aunque mi estancia durara tan sólo un par de días.

Esta noche pude dormir un poco más tranquilo, sabiendo que pronto podría ver a la mujer que aparecía en las noches en cada uno de mis sueños… Bella.

 

……………….o.O.o.………………

 

Mis estudios casi en su totalidad estaban terminados, tan sólo faltaban unas cuantas cosas por arreglar y este ciclo estaría concluido. El trabajo que siempre había soñado ya estaba a mi alcance, tan sólo tenía que esperar a graduarme para poder obtenerlo.

— ¡Edward! —Escuché que me gritaban y me asomé por el corredor — ¡Teléfono! —resoplé fastidiado, lo único que quería era dormir un poco antes de ir nuevamente a la Universidad ya que me había desvelado toda la noche. Bajé a regañadientes las escaleras y tomé el teléfono.

— Si ¿diga? —respondí con la voz adormilada.

—Hola muñequito —reí.

—Hola Rosalie, no esperaba tu llamada —le decía mientras me recostaba en el sofá.

—Sé que me extrañas enormemente no tienes porqué ser tan entusiasta —nuevamente reí ante su sarcasmo.

— ¿Cómo están las cosas por allá? —pregunté realmente interesado.

—Bien bien, todo va excelentemente bien, sólo te llamo para avisarte que esta noche nos vamos ir de fiesta ¿ok? Te aviso porque hoy es viernes y sueles llamar a Bella todos los viernes por la noche, así que de una vez te aviso que no estará.

—Me parece muy bien que salgan a divertirse —lo decía sinceramente ya que estos últimos días notaba que Bella se encontraba un poco decaída.

—Gracias por el permiso Romeo, podrás llamar a tu Julieta entrada la noche ¿estamos? —Rosalie nunca cambiaría. Me despedí de ella y colgué el teléfono. No fui consiente del momento en que me quedé dormido…

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—Hijo, deja de dar vueltas, que me vas a marear —Carlisle se encontraba en la sala leyendo su periódico. Yo había entregado el trabajo que me habían pedido y había marchado rápidamente hacia mí hogar. Miraba cada en cuando mi reloj. ¿Ya habría llegado a casa? —me preguntaba mentalmente.

—Si vas a llamarla, llámala ya —se levantó divertido del sofá y subió las escaleras dándome un poco de privacidad. Eran las 8 de la noche aquí y si mis cálculos no me fallaban, serían las 2 de la mañana en Madrid. Le hice caso, tomé el auricular y marqué el número que sabía de memoria.

Uno... dos... tres timbres, cuatro y nadie contestaba ¿será que aún no estaban en casa? Colgué el teléfono y le marqué a Bella a su celular.

Uno... dos... tres timbres y al fin me contestaron iba a hablar, pero la voz de Rosalie me sorprendió.

— ¿Edward? —respondió.

—Sí Rose, ¿llamé en un mal momento? ¿Cómo esta Bella? Me encantaría hablar con ella —le dije realmente muy emocionado. Quería contarle que mi madre se encontraba mucho mejor, tan sólo quería escuchar su dulce voz…

—Veras… ella ya está dormida —me sorprendí.

— ¿Por qué tienes tu su celular? —quise saber.

—Lo dejó en la mesa y yo fui a la cocina por un vaso de agua. —la escuché no del todo convencida, resoplé derrotado.

— ¿Se divirtieron esta noche? —ella se quedó pensativa por unos cuantos instantes.

—Pasó algo muy extraño con Bella Edward, —iba a preguntar a qué se refería pero se adelantó a mi pregunta —no me preguntes que fue lo que paso porque ni yo misma lo sé, lo único que puedo decirte es que jamás había visto a Bella tan triste, tan... —no terminó la frase y algo se estrujó en mi corazón. —mañana que este más tranquila hablaré con ella de lo sucedido ¿está bien?

—Por favor avísame en cuanto sepas que fue lo que pasó —respondí rápidamente.

—Está bien, yo te llamo. —dijo esto último y colgó.

¿Qué es lo que había sucedido con Bella esa noche? ¿Por qué había vuelto a llorar? Hace mucho tiempo que no escuchaba que ella lloraba y yo aún tenía que esperar para ir a verla. ¿Algo malo le había sucedido?  No, no quería ni imaginarlo.

Me dormí con la esperanza de que lo sucedido no fuera nada grave de que ella estuviera bien, así tenía que ser…así tenía que ser…

 

……………….o.O.o.………………

 

El vuelo a Madrid se me había hecho eterno, las manos me sudaban, todo el maldito cuerpo me temblaba como una gelatina, me sentía como un joven de 15 años nervioso en su primera cita, y simplemente me desconocía.

El vuelo tuvo algo de turbulencia debido a las inclemencias del clima, pero fuera de eso no hubo algo relevante que pudiera comentar. Tan sólo que había muchos turistas en las salas de abordar, esperando ser atendidos por los agentes aduanales o esperaban conseguir un hotel en donde se pudieran hospedar.

El clima era de perros, si en Forks despreciaba el frio, en Madrid el ambiente era sumamente helado, ahora me recriminaba por no haber empacado un poco más de ropa abrigadora.

Decidí que lo primero que haría sería ir al departamento de Bella y darle la sorpresa de que había regresado, esperando que de verdad alguna de las dos se encontrara en casa.

Toqué la puerta una vez que estuve fuera de su apartamento.

— ¿Quién es? —Escuché la voz de Rose del otro lado de la puerta.

—Tu peor pesadilla —no pude contener la voz de misterio, solté una carcajada delatando mi identidad.

— ¿Edward? —Respondió sorprendida una vez que abrió la puerta —- ¿qué... qué es lo que haces aquí? —con gracia, se acomodaba la maraña de pelo que traía en la cabeza.

— ¿Qué otra cosa sería sino fuera Bella? —ella se hizo a un lado invitandome a pasar.

—Tendrás que esperar, ella acaba de salir, no creo que tarde en llegar —asentí emocionado.

—Gracias Rosalie —le dije y me encaminé hacia el comedor

— ¡NO! —Me gritó desde la puerta antes de que me pudiera sentar en la silla que tenía más cercana —perdón, es que estoy remodelando el apartamento y no quiero estarte interrumpiendo a cada momento, no creo que Bella se enoje si la esperas en su habitación —asentí en silencio, más sin embargo no me gustaba la idea de que Bella pudiera pensar que estaba violando su privacidad al entrar sin permiso a su habitación.

Abrí la puerta, y sonreí al mirar la decoración que había en su cuarto; los colores blanco, rosa y naranja predominaban en la habitación, retratos de su hermana y su madre ocupaban la pared que estaba junto a la ventana, en una repisa de color caoba que colgaba junto a la puerta se encontraban sus libros favoritos y encima de su cama, se encontraban todos los peluches que había traído consigo de su casa.

Mi Bella… a la vez tan niña, a la vez tan mujer… caminé hasta toparme con su escritorio y vi que sobre él había una pequeña nota que me dio curiosidad leer… y al parecer, lo que tenía entre mis manos era un cruel cuento, un cuento escalofriante y sin sentido, un cuento que me erizó la piel y por unos segundos logró que la sangre abandonara mi rostro…

…”Te habré soñado, ¿imagine tu rostro? Todos tus recuerdos aún viven en mi corazón, aquel atardecer cuando paseamos juntos por lago y tu sonrisa cálida cuando tomabas mi mano, nada de eso lo  he olvidado. Aquella canción que tocaste ese día par mí…

Todos los días rezo, y le pido a Dios volver a ver tu sonrisa una vez más, tan sólo una vez más… Después de tanto tiempo se habría hecho realidad aquel deseo que yo por tanto esperé, tal vez estaba soñando, quizá… Jake ¿En donde estas ahora? Dímelo y enseguida iré a buscarte, derribaré todas esas murallas que algún día me separaron de ti, déjame volver a verte.  Quisiera… poder pederme en la calidez tus brazos, en el embriagante aroma de tu cuerpo, por favor, déjame volver a verte una vez más”…

Pude notar algunas lágrimas derramadas sobre el papel ¿Qué era todo aquello? ¿Era por eso que cada que la llamaba notada que la nostalgia se asomaba en cada una de sus palabras? ¿De verdad el… el… había regresado? ¿De verdad lo habría visto? ¿Cuánto tiempo llevará buscándolo? No, esto tenía que ser una confusión.

De repente una desesperación tan grande se apoderó de mi cuerpo y no supe como reaccionar ¿Después de tanto tiempo ella aun tenía su recuerdo presente? ¿Por qué? Por que…

Tenía que darme prisa, no podía dejarla sola, no cuando en su corazón estaba triste, herido, no podía dejarla sola, no esta vez. Hace mucho tiempo lo hice y ambos sufrimos por la distancia que había puesto entre nosotros, no iba a perderla. No podía hacerlo.

—Rosalie ¿hace cuánto tiempo se fue Bella? —la sorprendí y tiró todo lo que traía entre sus manos al escucharme hablar.

—Una media hora ¿por qué? ¿Sucede algo malo con ella? —rápidamente se acercó a mi supongo que al ver mi cara de desesperación.

—Ella, ella me necesita ahora, tengo que salir a buscarla, yo tengo…  —jale insistentemente mi cabello  —tengo que salir a buscarla  —le repetí y sin más explicaciones que dar, tomé la chamarra que había traído conmigo y que había dejado sobre el sofá.

—Llámame en cuanto la encuentres Edward  —asentí y salí a buscarla por todos los lugares que ella pudiera llegar a visitar.

¿Por qué había tanta gente a estas horas en la calle? ¿Acaso todo esto era una maldita conspiración? Había muchas mujeres con el cabello largo, obscuro, pero ninguna de ellas eras tu ¿Dónde te pudiste haber metido Bella? ¿Dónde…?

En parques, plazas, avenidas te buscaba pero ni una señal de tu presencia encontraba ¿Te habría sucedido algo malo? —no, eso no quería ni pensarlo, no podía pensar que algo malo te hubiera pasado…

Hice muchas llamadas, tal vez… alguien conocido pudiera haberte visto yo… tenía que encontrarte a como diera lugar.

El tiempo corría en mi contra, miraba mi reloj a cada oportunidad, la noche traía consigo todos mis temores al no poderla encontrar, llamaba cada 10 minutos a Rose para preguntarle de ti, alerté a todas las personas que te conocían que tu por ningún lado aparecías, ¿habré hecho mal? No, algo dentro de mi corazón me decía que tú me necesitas, esa extraña conexión que en mí siempre ha existido para ti, y esta maldita desesperación que no se alejaba ni un segundo de mí. Me encontraba frustrado, enojado conmigo mismo por haberme separado de ti, pero sobre todo temeroso por lo que me esperaría al encontrarte.

Corrí hasta que mis pulmones se quedaron sin aire, hasta que mis piernas se me acalambraron de tanto correr, hasta que mi corazón latía con tanta fuerza, amenazándose con salirse de mi pecho. Tu celular no lo contestabas, y en ningún lugar conocido tú estabas ¿qué podría yo hacer para encontrarte?

—Dios mío, por favor ayúdame a encontrarla, ayúdame a cuidar de su corazón, por favor indícame el camino que debo de seguir para llegar hasta ella, por favor…  —miré al cielo y supliqué…

Caminé hasta escuchar un pequeño lloriqueo, sin dudarlo, me acerque hasta la fuente de tristeza que estaban escuchando mis oídos y fue en ese momento que mi alma regreso a mi cuerpo, haciéndome suspirar porque al fin la había encontrado.

Ella me miró y con paso lento me acerqué hacia ella, tomé su mano, la besé y la aprisione junto a mi pecho.

— ¿Por qué… por qué no me lo dijiste? —Solté de repente  — ¿Por qué no me lo contaste desde el momento en que sucedió?

—Edward, yo…

—No sabes cuantas veces me he preguntado…  —la interrumpí  — ¿Qué es lo que habría sucedido si aquel día de navidad… hubiera sido yo, la persona que te hubiera encontrado? ¿Habría cambiado en algo tu decisión? ¿Tal vez te hubieras enamorado de mi, en vez de enamorarte de el? —reí ante lo patético que se debió de haber escuchado eso, sin embargo ella no respondió.

—Quiero que sepas que yo no me arrepiento de haberme enamorado de ti, porque yo siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase…

—Perdóname Edward, yo… lo siento mucho…

—Jacob  —pude ver cómo su cuerpo se tensaba en el momento que pronuncie su nombre  —te ha hecho sufrir demasiado… mira  todo el daño que te ha causado, el no es bueno para ti  —sequé con mis dedos las lágrimas que estaban sobre sus mejillas, la abrace y poco a poco se fue calmando entre mis brazos.

Despreciaba su recuerdo, porque aún no era capaz de dejarla ir, a pesar de los años, el siempre se encontraba presente en cada uno de sus recuerdos, no podía entender porque ella aún no lo olvidaba. ..

—Mañana es el cumpleaños de mi padre… —me dijo con la voz un poco ronca después de haber llorado tanto.

—Lo se, es por eso que he venido hasta acá —no dejaba de acariciar su cabello.

—Y yo lo he arruinado todo —susurró.

—De eso nada, no has arruinado nada…—miré mi reloj y ya era más de media noche—ya pasa de la media noche —pronuncié muy cerca de su oído, ella tembló y se aferró aun más a mi.

—Gracias Edward, gracias por estar aquí, gracias por todo… —levanté su rostro y la miré fijamente.

—No tienes nada que agradecer, hace mucho tiempo que le prometí a Charlie cuidar de ti y eso es lo que estoy haciendo —poco a poco fui acercando mi rostro al suyo, esta vez no había nadie a nuestro alrededor que pudiera interrumpirnos, ella ya no tenía a porque huir, este era el momento preciso…

El calor que desprendían sus labios era tan cálido, tan placentero que quería acortar lo más pronto posible la distancia que nos separaba, pero Bella acababa de pasar por un mal momento y no quería que pensara que me estaba aprovechando de eso para acercarme a ella.

Intercalando nuestras miradas rosé muy lentamente sus labios y los moví con delicadeza, ella permanecía estática, sin siquiera moverse, la abracé aún más a mi, cerró los ojos y fue en ese momento que correspondió al beso; no cabía en mi por la felicidad; ella paso sus pequeños brazos por encima de mi cuello y mi corazón comenzó a latir como un maldito desquiciado al sentir sus caricias sobre mi cuerpo, esta era la primera vez que correspondía a un beso mío y yo no quería soltarla jamás, pero la falta del  oxigeno amenazaba con hacer estragos en nuestros cuerpos y tuvimos que separarnos.

—Este… —le dije con voz entrecortada —este… desde un principio debió de haber sido nuestro primer beso.  —Ella agachó la mirada y se refugió nuevamente entre mis brazos.

—Tonta Bella, no sabes lo mucho que me hacías falta —le confesé.

—Y tu a mi Edward, y tú a mi… —fue lo último que me dijo esa noche, ella tan sólo se dedico a escuchar todas las cosas que yo había estado haciendo en la casa de mis padres, en mi trabajo y todo lo que tenía que hacer antes de mi graduación. La acompañé hasta su casa, nuevamente entre hasta su cuarto, la miraba desde el umbral de la puerta, se movía torpemente en su habitación, sabía que aún tenía su pensamiento ausente pero ¿qué podía yo hacer? Entregarme en cuerpo y alma a este amor que quemaba, dolía y asfixiaba. Se metió entre las cobijas de su cama y poco a poco su respiración se fue tranquilizando. Salí de ahí hasta que ella se quedó dormida.

Rosalie quería respuestas ante la actitud de Bella, pero eso era algo que no me correspondía a mí contar; respetaría su decisión al no comentar nada con los demás, guardaría lo que sucedió esta noche en lo más profundo de mi memoria, esperando que esta situación jamás se vuelva a repetir, esperando que aquella persona que Bella confundió, jamás volviera a aparecer en nuestro camino para robarle la tranquilidad…


 

¿Algún voto? Por favor diganme que si... ¿Algún extraordinario comentario? Saben que son los alimentos a mi imaginación, para ver si les gusta la historia o de plano mejor me dedico a mi carrera... jajaja... Muchas gracias por leer

 


En esta época tan especial, no me queda más que agradecer a cada una de ustedes, todo el apoyo que me han brindado a lo largo de esta historia... Mil gracias por sus palabras de aliento y motivación, y de todo corazón, les deseo una muy !FELIZ NAVIDAD! y un muy prospero !AÑO NUEVO! (ya que no se si pueda actualizar antes de esta fecha) que estén rodead@s de sus seres querídos y amigos, que la alegría inhunde siempre sus hogares y que Dios me l@s bendiga siempre. Reciban un fuerte y caluroso abrazo desde México

Con cariño

Rebeca

 

Capítulo 19: Madrid... Capítulo 21: Comenzando de Nuevo...

 
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