el baile de primavera (+18)

Autor: konitah
Género: + 18
Fecha Creación: 17/09/2010
Fecha Actualización: 30/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 11
Visitas: 57332
Capítulos: 24

                                                              terminada


El baile se acerca y Edward quiere sorprender a su novia, por lo que le pedira a Bella su ayuda. ¿Podra Bella ayudarlo al estar enamorada de el? ¿Edward conocera sus verdaderos sentimientos? Todos Humanos. BellaxEdward

esta historia pertenese a Libelula19

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13:

Había perdido el control, lo sabia.

Menos mal que ella había sido más inteligente que yo y había sabido huir en el momento adecuado. En el momento en el que estaba a punto de besarla salvajemente, como había querido hacer durante toda la noche.

Suspire fuertemente y me tire a la cama escondiendo mi cabeza en la almohada.

-¿Qué estas haciendo Edward?-me pregunte.

Me estaba metiendo en un berenjenal del que no iba a poder salir por mi mismo. Bella Swan me tentaba de una forma que debía ser pecado. No era normal todo lo que esta chica en tan poco tiempo me estaba haciendo sentir.

Me estaba volviendo literalmente loco con su bella, su olor y toda ella. ¿Es que no se daba cuenta de todo lo que me hacia sentir con su presencia? ¿Cómo me incitaba a probar todo de ella sin descanso? Era demasiado inocente para su bien y para el mío, ya que era algo que todavía me atraía de ella más. Como un imán.

Para empezar, no se por que diablos le dije a los chicos que le dijesen que subiese a mi habitación para decirle algo. ¿Qué era lo que le iba a decir?

No pensaba decirle nada, solo quería verla de nuevo, oler su perfume a fresas que embriagaba y nublaba todos mis sentidos hasta dejarme tonto. Ese olor que me hacia perder la cabeza y querer besarla. Lo último, hacerlo sin descanso, hasta que muriésemos ahogados sin respiración por el largo e intenso beso.

De nuevo había perdido el control al tenerla tan cerca… ¡Todo esto era tan frustrante!

Ahogue un grito en la almohada y patalee en la cama de rabia.

Cuando Bella cruzo la puerta de mi habitación, me dio un coraje enorme el ser tan estupido algunas veces. Tuve que contenerme para no salir corriendo, cogerla y encerrarla conmigo en mi cuarto y hacerle un par de cosas bastante subiditas de tono.

Tenía que dejar esto, enserio, parecía un tremendo salido.

Sabía perfectamente que la estaba cagando, no solo con ella y la amistad que estaba surgiendo entre nosotros. La estaba cagando conmigo mismo y con la relación, que creía sólida y perfecta, entre Tanya y yo. Como me equivocaba con respecto a ello.

Ya no la veía con los mismos ojos, ahora todo era diferente. Cuando estaba con ella o simplemente hablaba con ella por teléfono no podía evitar compararla sin parar con Bella. Y me daba cuenta de que todo en la segunda era mucho mejor que en mi novia.

No pude dormir en toda la noche pensando en como se sentiría probar esos labios tan apetecibles que me incitaban. A la vez que pensaba en todo lo que deseaba a Bella, no podía dejar de pensar en Tanya, mi novia y de la cual parecía que me olvidaba cada vez que la muchacha del pelo caoba aparecía en mis pensamientos.

Cuando baje a desayunar a la mañana siguiente, muerto de sueño debido a la noche en vela, Bella ya se había marchado. Me recrimine al pensar de nuevo en las ganas que tenia de verla y en la decepción que me lleve al ver que ya no estaba. Pensé que alomejor no tenía las mismas ganas de verme como yo a ella.

Decidí que lo mejor era no pensar en todo eso, desayunar tranquilo e intentar volver a retomar mi vida con Tanya. Eso haría, cuando mismo subiese a mi habitación la llamaría y arreglaría las cosas con ella.

Me dirigía a mi habitación con paso lento, cuando al pasar por la habitación de mi hermana escuché como ella y Rosalie hablaban sobre Bella y un muchacho, del que no escuche bien el nombre. Lo criticaban por ser tan estupido de no ver las cualidades, tanto físicas como personales, de Bella y por el ella estaba sufriendo mucho.

Me aleje rápidamente de la puerta, no quería ser un cotilla, aunque ya había oído lo suficiente para sentirme realmente celoso del muchacho aquel al que Bella tanto quería según las chicas.

¿Quién podría ser?

Mi conciencia me decía que debía de alejar esos pensamientos, que debía de dejar de pensar en Bella y todo lo relacionado con su vida sentimental. ¿Quién era yo para inmiscuirme en ello? Pero tenia que saberlo, una parte muy grande de mi no dejaba de repetirme que investigase, que era de vital importancia para mi salud mental saber de quien se trataba. Pero claro a mi hermana y cuñada no podía preguntárselo, sabía que no iban a soltar prenda sobre este tema, por todo el rollo de amigas incondicionales, blablabla. Lo único que podía hacer era preguntarle, sutilmente, a la protagonista del chisme.

No iba a ser nada fácil sacárselo, era muy tímida y sabia por todas las veces que la había visto oponerse a las locuras de sus amigas, que era testaruda a más no poder y como se le metiese en la cabeza el no contármelo, no podría sacárselo ni con sacacorchos.

Al llegar a mi cuarto deseche la idea de llamar a Tanya para disculparme con ella, en todo caso ella era la que tenia que disculparse conmigo. Me había echado de su casa como un perro. Cosa que no merecía.

Vale, reconozco que yo me estaba pasando con ella tres pueblos. Me estaba comenzando a enamorar de otra persona y encima le pedía a ella por todo el morro que me pidiese disculpas… Pero pensándolo bien, ella no era consciente de todo eso, por lo que ella debía de pedir disculpas primero, de todas formas yo no tenia la culpa de que Bella me gustase tanto, en realidad yo no quería que todo esto pasase. Simplemente era algo inevitable, que cada día crecía más y no podía parar.

¿En que te estas convirtiendo Edward?

Suspire enrabietado y sin saber que hacer. Toda mi vida se estaba convirtiendo en un autentico caos desde que el torbellino Bella Swan se había instalado en mi vida.

Finalmente decidí no llamarla, por el simple hecho de que aun estaba un poco enfadado por todo lo que había pasado el día anterior. Me pase toda la tarde encerrado en mi habitación "con la pena", escuchando música y leyendo el temario de biología que entraba para examen. Algo era algo, mientras no me comiese la cabeza sin parar era mas que feliz.

Tanya llamo por la noche, para preguntarme si todavía seguía enfadado con ella y si quería que diésemos una vuelta. Una vuelta a casa de sus abuelos, claramente. Me negué, no tenia ganas de verla en este momento. Solo quería meterme en mi cama y desaparecer durante un tiempo, no saber nada de nadie y que todo este cacao mental que tenia desapareciera de la noche a la mañana y volver a mi antigua vida, una feliz vida con Tanya. Por lo menos era de lo que yo estaba convencido hasta hace a penas dos semanas.

El lunes pasó sin nada que destacar. Como todos los días Tanya me esperaba en el aparcamiento para entrar juntos a clase y engancharse a mí llenándome de besos. Intente ser lo mas amigable posible con ella e intentar olvidar todas las peleas que habíamos tenido estos meses. Después de todo era mi novia y quería, bueno necesitaba, estar bien con ella, que todo volviese a la normalidad y pensar solo en ella y en la sorpresa que le iba a dar el día del baile. Solo tenia que pensar en eso…

Como todos los días, me senté con ella y sus amigos en el almuerzo, pero esta vez no me detuve mucho en la mesa con mis hermanos y cunados. Bella estaba presente e intente no ser muy obvio con mis sentimientos delante de Tanya. Ella era muy temperamental y bastante celosa, quería evitarle el mal trago a Bella por si Tanya se ponía… simplemente Tanya con ella.

Pronto llego el martes, aunque el lunes se me paso bastante pesado. Esto de vivir con angustia y remordimientos no era bueno para la salud. Tanto estrés no era bueno, de eso me había dado cuenta estos días.

Los martes eran uno de mis días favoritos, la última clase era educación física y por lo menos hacíamos deporte y no teníamos que estudiar nada. Me convencía a mi mismo de que era por eso solo y no por que una chica de pelo largo caoba y ojos marrón chocolate asistía conmigo a esa clase.

Me estaba cambiando en el vestuario antes de clase, cuando Tyler un chico de mi clase que he de decir que era un poco cansado le pregunto algo a Newton, otro que tal, que capturo toda mi atención.

-¿Bella?-dijo Tyler sorprendido.

-¿Por qué no?-dijo Mike con una ceja alzada-Es preciosa. No puedo creer que no te hayas dado cuenta de ello.

Mi sangre comenzó a hervir cuando pronuncio aquellas palabras. Apreté los puños para no hablar o hacer otra cosa fuera de lugar y cagarla. Después de todo tenia razón, Bella era una chica preciosa.

-No estoy ciego amigo, es una chica preciosa. Esta muy buena vale, pero tú sabes como es. No ha salido con nadie nunca desde que vino a Forks y de eso hace ya mucho tiempo.

-Eso lo se, pero siempre hay una primera vez para todo.

-¿Estas dispuesto a pedirle a Bella que te acompañe al baile?-le pregunto Tyler.

-Claro tío-contesto Mike-Estoy seguro que aceptara. La e visto como me mira-rodé los ojos por el ultimo comentario.

¿De verdad era tan estupido como parecía? Ahora no me cabe duda alguna de ello. Era realmente estupido. Este descubriendo tenia que decírselo a Emmett, le iba a encantar.

-Si tú lo dices. Yo invite a Lauren y acepto-sonrió.

-Me alegro tío. Voy a pedírselo ahora. Deséame suerte.

-Suerte Mike-dijo chocando las manos.

Lo mire salir con rabia. Dios quiera que el chico tenga suerte y Bella rechace ir al baile con el por que si no…

-Ey Edward-me dijo Tyler sentándose a mi lado-¿Tu iras con Tanya verdad?

-Claro, ¿Con quien voy a ir sino?-rodé los ojos.

-Bueno si-rió- Que tonto soy, tienes razón es tu novia, ¿con quien vas a ir?-volví a rodar los ojos. ¡Que me deje en paz!

Seguí atando los cordones de mis zapatillas e ignore todo lo que me decía el pesado de Tyler. ¿No se daba cuenta de que no lo estaba escuchando y de que no tenia ganas de oír estupideces del baile? Para eso ya tenía a mi hermana, que llevaba una semana loca con todos los preparativos. Ella estaba loca y volvia a todo el mundo loco a su alrededor.

Cuando salí del vestuario con mi raqueta, ya que hoy tocaba clase de tenis, mi gran amigo Tyler aun seguía a mi lado contándome no se que cosas de las que no había prestado atención a nada.

Al salir vi a Bella hablando con Ángela, una chica muy graciosa que iba a alguna clase conmigo y supongo que con ella, ya que parecían amigas por la forma en que hablaban y Bella sonreía con tanta confianza.

Me quede mirándola fijamente, admirando lo guapa que estaba hoy y la forma en la que sus ojos brillaban de una forma tan bonita… En ese momento ella me miro también y mi mirada se quedo enganchada con la suya sin poder evitarlo.

No supe cuanto tiempo estuvimos mirándonos cuando vi que Ángela la llamaba insistentemente al ver que Bella se había quedado colgada. Sonreí cuando se sonrojo furiosamente y al darme cuenta de que se había quedado pillada con mi mirada.

No sabia como agradecerle al profesor que apareciese en ese momento, ya que pude librarme de Tyler y formar pareja con Ben, el novio de Ángela por lo que tenia entendido y un buen amigo que conocía del equipo de baloncesto que formábamos algunas veces en el instituto.

No me concentre mucho en la clase la verdad y puedo asegurar que Ben tampoco. Los dos estábamos embobados mirando a Bella y a Ángela que habían formado pareja juntas y se las veía tan contentas y felices jugando juntas al tenis que no podíamos despegar nuestra mirada de ellas.

Bella estaba tan hermosa con las mejillas sonrojadas del esfuerzo físico que hacia al intentar darle a la pelota con la raqueta, que me daban ganas de lanzar la mía lejos y correr hacia ella y plantarle un tremendo beso.

Pero todo eso debía de quedarse en mi cabeza y guardarse en un baúl bajo llave. No debía pensar en ella de esa forma y lo conseguiría costase lo que costase.

El profesor tuvo que llamarles la atención a ambas por el escándalo que formaban cuando le daban muchas veces seguidas a la pelota. Como niñas pequeñas…

Muy pronto, para mi gusto ya que me encontraba la mar de bien observando a Bella en secreto, o eso pensaba ya que ella alguna que otra vez me había mirando y me había pillado con las manos en la masa o mejor dicho con la baba colgando, la clase termino y todos fuimos rápidamente al vestuario para cambiarnos e irnos a casa. Me duche y vestí lo mas rápido que pude por que me moría de hambre, sobre todo al pensar que Esme antes de salir dijo que iba a hacer mi comida preferida.

Cuando salí mis hermanos me estaban esperando para irnos a casa, puesto que hoy habían venido conmigo en mi volvo.

Después de comer empecé a ponerme nervioso al darme cuenta que por la tarde tenia clases de baile con Bella en Port Angeles.

¿Cómo se me había podido olvidar?

Estuve pensando que la mejor forma de actuar era como si nada hubiese pasado, como si fuésemos amigos como siempre y no haya querido comérmela a besos y otras cosas más picantes. Lo mejor es actuar con normalidad e intentar que mi corazón no se salga de mi pecho cuando la vea y controlar el impulso de lanzarme a ella.

Estaba en mis cosas cuando me acorde que Bella siempre iba en autobús a Port Angeles por que su coche es viejo y decidí que lo mejor seria que yo la acercase, de todas formas dentro de muy poco tendría que salir hacia allí por mi clase.

Pase por su casa y la vi a lo lejos. Sonreí involuntariamente al verla. Nunca había sido tan "bobo" cuando se trataba de una chica, ¿Por qué tenia que serlo ahora y encima con ella?

Me fui acercando a ella lentamente, para no asustarla obviamente.

-Bella-la llame una vez que estaba a su lado, pero no obtuve contestación alguna. Ni si quiera me miro-Oye Bella-intente de nuevo pero nada. Ni una palabra-¡Bella!- grite. Esperaba que así si que me escuchase. Ella se sobresalto y miro hacia mi lado un tanto asustada.

-Por fin me haces caso-dije riendo al ver su cara-Llevo llamándote mas de media hora. Creía que te pasaba algo.

-Lo siento, estaba escuchando música y no te oía-dijo apenada y sonrojada, un gesto que me pareció de lo mas mono.

-Ya me di cuenta- reí-¿Vas a Port Angeles?

-Claro, ahora tengo que dar clase a las niñas-contesto tímida.

-¿Te llevo?-le pregunte esperanzado. Quería estar con ella un rato a solas. Tampoco era mucho pedir ¿no?

-No-dijo rápidamente medio nerviosa. La mire con una ceja alzada. ¿Por qué se negaba?-no hace falta, puedo coger el autobús.

-No quiero que vayas en autobús, además dentro de una hora y media tengo clase contigo y tendría que salir dentro de muy poco de Forks-le insistí.

-Enserio no quiero molestarte-que testaruda era madre mia…

-No me molestas-sonreí para convencerla-Anda sube-dije estirándome y abriéndole la puerta del copiloto para que montase y dejase de negar.

Me pareció que tenía un debate interno si subirse o no subirse. Supongo que será por todo lo que había pasado entre nosotros y que ahora se sentiría incomoda con mi presencia. Era algo muy normal, lo que no se es por que yo me sentía tan bien. Todos los nervios que acumule en casa ya se habían esfumado desde que la vi. Nunca había sido nervioso o tímido con ella, eso que me costaba lo que hacia. Bailar era lo peor que se me daba en la vida…

-¿Te ha dado mucho el follón Mike en educación física?-le pregunte curioso una vez que nos dirigíamos a Port Angeles.

-¿Cómo sabes eso?-dijo sorprendida.

-Me lo dijo Tyler. Dice que esta enamorado de ti y que te va a pedir que vayáis juntos al baile.

-¿Cómo?-pregunto con la voz estrangulada-Espero que eso no sea verdad-hizo una mueca muy graciosa. Tuve que contener una carcajada para no molestarla.

-Pues es verdad-dije todavía conteniendo la risa.

-No se que te hace tanta gracia-replico.

-Tu-solté una carcajada sin poder evitarlo.

-¿Yo?-se cruzo de brazos-¿Cómo que yo?

-Tu actitud, parece que te van a matar. No es para tanto, solo te pedirán que vayas con el al baile. Te tendrías que sentir alagada-bromee para picarla un poco.

-¿Alagada? ¿De Newton?-contesto totalmente disgustada-prefiero no ir- solté una carcajada por su comentario.

Era lo que pensaba, después de todo estaba en lo cierto en que Mike era un total idiota.

-Deberías de aclarárselo por que el piensa que aceptaras.

-De eso nada.

-Me lo imaginaba-dije volviendo a centrar toda mi atención en la carretera.

-¿Por qué?

-No se… no creo que te guste Newton, es mas dudo si te gusta alguien-la mire de reojo para ver la reacción que había tenido lo que le había dicho. Esperaba poder sacar algo sobre el chico que le gustaba de camino. Iba a ser complicado, pero por intentarlo…

Su cara mostró sorpresa, como esperaba. Pero no respondió nada, se quedo callada martirizándome un poco. Esperando ansioso su respuesta.

-¿Te gusta alguien Bella?-le pregunte sonriendo de lado.

-No es de tu incumbencia- dijo sacándome la lengua de forma infantil.

-Vale vale-bromee-Enserio, estamos jugando a las veinte preguntas-fue lo primero que me ocurrió para que dijese algo, el estupido juego que invente para conocer mas cosas de ella el primer día que tuvimos clase y no quería que se fuese a casa. Me había parecido una chica tan interesante de conocer… lo que no contaba es con que de verdad fuese tan, pero tan interesante hasta el punto de hacerme perder la cabeza. Me había salido el tiro por la culata, ahora me estaba enamorando de ella y todo era culpa mía. Aunque también tenía que echarle algo de culpa a ella, por ser una chica tan interesante y tan bonita.

-¿De nuevo?-dijo mirándome sin creerse mucho mi palabra. Por un momento pensé que me había descubierto y sabía que quería ser una maruja. Tenía que pasar menos tiempo con mi hermana Alice, todo se pega menos la hermosura o eso dicen por ahí.

-Claro, lo dejamos a medio la última vez y quiero saber si te gusta alguien.

-Paso palabra-dijo rápidamente. Es mas lista de lo que pensaba.

-Eso no vale-replique sin saber que mas decir.

-Claro que vale-rió haciéndome rabiar-dijiste al explicarme las reglas que si alguna pregunta no la queríamos responder no se respondía. No quiero contestarte a eso.

-¿Pero por que? Prometo no decírselo a nadie-le insistí con un pucherito que aprendí de Alice.

-No me gusta nadie-dijo intentando sonar convincente. Aunque no le creí ni una palabra.

Bueno, la habría creído si no hubiese sido un chismoso y escuchado detrás de las puertas. Alice y Rose no se podían inventar algo así estaba claro.

-No te creo-dije riendo por la mentira que me quería hacer tragar-Te quedas muchas veces pensando en las musarañas y estoy escuchando a Alice y Rosalie muchas veces hablar sobre un chico que te gusta y es un estupido por no darse cuenta de lo hermosa que eres.

-Serán especulaciones suyas-contesto poco convencida-ya sabes como son. Exageran todo, puede que haya dicho que alguien me parece guapo o atractivo y ellas ya piensan que me gusta.

Mentía, lo sabia. No solo por Alice y Rosalie sino por su nerviosismo. Esto ultimo la delataba pero claro si ella no quería contármelo, que estaba mas que claro, tenia que hacer de trizas corazón y dejarlo pasar. Supongo que aun no somos lo suficientemente amigos para eso. Ya habrá tiempo de sonsacarle información a mi hermana. Con ella tenia mas mano de engatusamiento. O eso esperaba.

-Ah-dije mirándola de reojo-¿Enserio?-asintió firme-Si te gustase alguien y esa persona no se diese cuenta de lo hermosa que eres, ellas tienen razón es estupido.

-No digas esas cosas-me dijo sonrojándose furiosamente.

-Me gustan tus sonrojos-dije sinceramente tras un silencio- son muy monos.

-¿Monos?-me dijo enfurruñada y no pude evitar reír-¡Cállate!-dijo dándome un golpe en la cabeza que el hizo reír mas.

-Lo siento, pero es que estas mona cuando te enfadas-le dije sinceramente. La verdad es que estaba más que mona, estaba preciosa con aquel rubor.

-Déjame en paz Cullen-me respondió intentando ser mordaz-¿Has pensado ya que música te gustaría bailar con Tanya?-pregunto de pronto.

¿Canción? ¿Baile? ¿Tanya? ¿Qué?

Tuve que concentrarme y dejar de pensar en lo guapa que se veía en ese momento para pensar en lo que me estaba preguntando. Dios mío, como podía hacerme olvidar algo tan importante como a mí novia.

¿Tenia que elegir una canción? No tenia ni idea, no había pensado en eso a decir verdad. Llevo pensando en otras cosas mucho mas complicadas y enrevesadas todo este tiempo para pensar en una maldita canción.

-No, la verdad no. No sabía que tenia que elegir alguna canción en especial-dije pasando rascando mi nuca culpable. Por que eso era como me sentía, el ser mas culpable del mundo.

-Vaya novio estas echo-me dijo riendo.

Eso me hizo sentir mas culpable todavía. ¿Cómo podía ponerle freno a todo eso? Se me iba a ir al cabeza de un momento a otro.

-Eh, no digas esas cosas. Soy un novio estupendo, mira lo que estoy haciendo por ella, lo que mas odio ¡Bailar!-dijo con angustia, por el odio que le tenia al baile. ¿Qué le iba a hacer? Para mi era algo imposible el coordinar los pies sin pisar a nadie o fracturar algún hueso, tanto mío como se mi pareja.

-Era una broma, me pareces un novio estupendo-dijo tiernamente.

-Lo sabia, pero muchas gracias Bells-sonreí altanero.

Desde ese momento ninguno de los dos abrió la boca y nos mantuvimos en un cómodo silencio hasta que aparque frente al salón de baile. Cuando baje, ella ya lo había echo, no me dio la oportunidad de demostrar el caballero que llevo dentro y abrirle la puerta como toda una dama.

Me di cuenta de que Bella miraba a la puerta del salón y seguí su mirada, me asombre al ver que ya había algunas madres con sus niñas esperando para que comenzase la clase. Si que eran puntuales estas madres, aun faltaba un rato para que empezase la clase y ya se les veía impacientes. Sobre todo a las niñas. Eso me hizo darme cuenta de la clase de profesora que era Bella, tendría que ser una muy buena cuando las niñas estaban tan impacientes para entrar.

Tuve que suplicarle durante un rato a Bella que me dejase entrar y observar la clase. Ella se negaba con un típico sonrojo de los suyos. Yo sabia que a ella le daba mucha pena el bailar delante de la gente. Pero lo que ella no sabía es que yo soy igual o incluso más testarudo que ella y si me había propuesto verla dar esa clase, la vería.

Como esperaba, tras varias insistencias de mi parte y algún que otro puchero made in Alice, acepto enfurruñada a que estuviese en silencio y en una esquina observándola impartir la clase a esas niñas tan monas.

Me senté en la esquina, como me había ordenado la señorita Bella como escuche que alguna de las pequeñas la llamaban y en silencio observe como las ordenaba detrás de ella y les sonreía antes de empezar con la clase.

Antes de comenzar algunas niñas se acercaron a preguntarme quien era y que hacia en la clase si no era una niña y era alguien mayor. Les respondí con una sonrisa que era un amigo de Bella. Ellas me sonreían tímidas. Una hasta me pregunto si era el novio de Bella, no me dio tiempo a responder por que la aludida las llamo para comenzar.

Desde el momento que Bella puso la música y comenzó a dar la explicación de cómo se hacia cada paso y se movía para explicarlo mejor, no pude apartar mi mirada de ella. Creo que hasta babeaba. Era tan tierna con las chicas que incluso me daban ganas de llorar, bueno no, pero era tan diferente a Tanya. A ella no se le hubiese ocurrido ni por asomo dar clase a unas niñas y sobre todo gratuitamente como hacia Bella. Era tan buena…

Cuando termino la clase, las niñas se despidieron de Bella y se acercaron a mí para despedirse también. Les dije adiós a cada una de ellas con una sonrisa gigante pintada en mi cara.

-Son unas niñas muy monas-le dije a Bella cuando esta se acerco a mi.

-Si que lo son. Ahora vendrán mucho mas, con lo amable que has sido con ellas…-me sonrió.

-Bah, no ha sido para tanto-dije bromeando.

-¿Cómo que no? Si se han ido con corazones dibujados en los ojos. Es cruel de tu parte enamorarlas de esa forma, son solo niñas-rió abiertamente y eso me hizo sonreír a mí también.

-Soy irresistible, no puedo remediarlo. No se como hacer que no se enamoren de mi-bromee para hacerla reír.

-No seas…-dijo-Bueno, dejando a un lado el tema de mis alumnas, es hora de comenzar con tu clase.

-Estoy de acuerdo-dije poco convencido. Antes tenia que hacer otra cosa que había pensando mientras la veía impartir clase-Pero antes quería pedirte de nuevo disculpas si el otro día te sentiste mal o algo por la forma en la que bailamos. Te estoy tomando mucho aprecio y no me gustaría que te enfadases o estuvieses ahora incomoda con mi presencia.

-No, Edward basta con ese tema-me sonrió de corazón. Supe que lo decía de verdad y que todo estaba olvidado-Ya esta olvidado, ahora solo importa las clases y que sepas mover el esqueleto medianamente bien para dentro de dos semanas que es el baile.

-¿Dos semanas?-pregunte con los ojos desorbitados por la sorpresa-¿Solo quedan dos semanas?

¿Cómo que solo faltaban dos semanas? Esto no podía ser verdad. No iba a conseguir nada. Aun bailaba como el culo y en dos semanas no me veía capaz de aprender algo más que pisar y empujar a mi pareja.

-Si, ¿en que mundo vives? Todo el instituto esta con la tontería de los adornos y esas cosas todo el santo día.

-La verdad que estos días he estado pensando en otras cosas. Ando un poco despistado-dije mirándola. Si ella supiera en que he estado pensando durante estas dos semanas. Seguramente dejaría de darme clases.

Me mantendría con la boca cerrada, de eso estaba seguro. Por el bien de todo el mundo.

-Comencemos-dijo cogiendo mi mano y acercándose a mí.

Al hacer esto sentí de nuevo, como hace unos días, una especie de corriente eléctrica que sacudió mi cuerpo y me hizo sentir bastante extraño. ¿Qué es lo que había pasado? Mire a Bella y ella parecía tan confundida como yo. En sus ojos había algo extraño que me moría por conocer. Ella comenzó a moverse y a moverme a mí al ritmo de una música que no sabia cuando la había puesto. Eso fue lo que me saco de mi ensueño.

Desde que habíamos empezado a bailar, la había pisado como unas cinco veces y cada vez me sentía más desesperado y frustrado por mi torpeza. Bailar tampoco debía ser tan difícil, pero a mí me estaba constando lo que no estaba escrito. Por más que me concentraba, por lo menos lo intentaba bastante, no me salían los pasos y volvía a pisar a Bella.

-No seas refunfuñon-me dije con una sonrisa mientras yo maldecía por séptima vez en la tarde-Lo estas haciendo bien, has progresado bastante desde la primera vez que bailamos.

-No me mientras. No voy a dar un pie con bola el día del baile y voy a hacer el ridículo más grande de mi vida-dije enfadado.

-Claro que no-dijo parando de bailar-Escúchame bien Edward Cullen, tu no vas a hacer el ridículo ni nada por el estilo. Vas a brillar ese día por que como que me llamo Isabella Swan que tu aprenderás a bailar y bien bailado. Sino, daremos clases de más.

-Eres única-dije riendo-No se que e echo en mi vida anterior, si la he tenido, para merecerte.

-Edward, no digas esas cosas-dijo sonrojándose furiosamente.

-Ya te has vuelto a sonrojar-dije acariciándole la mejilla con ternura sin poder evitarlo. Las yemas de los dedos me picaron al sentir su suave piel.

-Tu me haces sonrojar-dijo bajito.

-Me gusta cuando lo haces-le confesé acercándome a ella sin poder evitarlo. Era como un imán al que no puedes repeler.

-No se como te puede gustar eso de mi-dijo mirando hacia otro lado, evitando mi mirada

-Eso y muchas cosas más-dije acercándome lentamente a sus labios.

La mire a los ojos y ella me estaba devolviendo la mirada de la misma forma que yo. Le pedí permiso para besarla con la mirada. Sabía que todo esto estaba mal, muy mal pero ahora no era momento de pensar en nada ni nadie mas que en ella y en mi, en el beso que le daría si ella me daba permiso.

Después ya veríamos lo que haríamos con la culpa o con lo que sea. Ahora solo pensaba en probar sus deliciosos labios una y otra vez. Sin descanso y que ella notase y supiese la forma en la que me atraía.

No deje de mirarla ni un segundo y pude ver una duda muy grande en su mirada. Sabia que ella no sabia que hacer, si decirme que si o alejarse de mi. De un momento a otro su mirada cambio a otra más penetrante. Me suplicaba que la besase.

Cuando estaba a punto de rozar mis labios con los suyos, una voz nos interrumpió. Sacándonos de nuestra hermosa burbuja en la que nos habíamos metido.

-¿Hay alguien ahí? ¿Bella?-dijo aquella voz de hombre que odie como no había odiado nada en toda mi vida por interrumpir el casi beso entre Bella y yo. Juro que si no nos hubiese interrumpido ahora mismo nos estaríamos comiendo la boca. ¡Dios!

El estallido de la burbuja hizo que nos separásemos rápidamente y nos mirásemos con duda y sorpresa. ¿Qué locura estaba a punto de suceder? Como había podido pensar en todas aquellas locuras… esto no podía ser. Nunca podía suceder algo entre nosotros. No podía ser tan egoísta con Bella por mas que quisiera besarla. Yo tenía a Tanya y después de esto ¿Qué haría? Lo mas seguro que seguir con ella como si el beso no hubiese pasado y la que lo pasaría mal seria Bella. No quería eso para ella.

Tenía tantos sentimientos y pensamientos contradictorios que seguramente necesitare un psicólogo a partir del baile. Todo esto se me estaba saliendo de las manos y ya no sabia ni lo que pensaba.

A Bella también se le notaba bastante contrariada. Su cara mostraba una duda y una sorpresa por lo que acababa de ocurrir enorme. Se separo de mi todo lo que pudo cuando vio aparecer a aquel musculoso chico de piel morena y pelo corto por la puerta.

-¡Bells!-medio grito el con alegría cuando la vio y le dio un abrazo tan grande que parecía que la iba a dejar sin respiración.

Sentía mi sangre hervir y mi corazón latir frenético por los celos. No tenía derecho a ponerme así, ella era libre para hacer lo que le apeteciese. No me pertenecía. Pero entonces ¿Por qué me sentía así? Parecía que me estaban robando algo mío, que me pertenecía. Lo único que quería era cogerla y arrancársela de los brazos y mostrarle a aquel musculoso de mierda que ella era mía, que no tenía el derecho de tocarla como lo estaba haciendo, de sonreírle con tanta complicidad, como si entre ellos hubiese algún secreto o historia que yo me estaba perdiendo.

-La estas ahogando muchacho-le dije cabreado por los enormes celos.

-Lo siento Bella, es que hace tanto tiempo que no te veo que ya te echaba de menos-dijo alborotándole el pelo.

-Nos vimos la semana pasada Jacob-sonrió ella. Eso hizo que los celos volviesen a flote con las fuerza que nunca. Se notaba que ella estaba a gusto con el y eso me ponía de los nervios.

-Por eso, mucho tiempo.

-Exagerado-rió.

Carraspee para hacerme notar al darme cuenta de que ambos parecía que se habían olvidado de que estaba allí en el salón. Me sentaba mucho peor viniendo de Bella. ¿Seria el el chico del que Bella estaba enamorada y el no le hacia caso? Lo dudaba mucho, el si que le notaba a kilómetros que se daba cuenta de lo preciosa que era ella.

-Oh perdona, que descortés que soy-dijo Jacob sonriéndome amablemente-Soy Jacob Black, amigo, pretendiente y compañero de baile de Bella cuando esta me deja-sonrió de oreja a oreja al ver que se había sonrojado por su comentario de "pretendiente".

-Edward Cullen, amigo, compañero de laboratorio y alumno de Bella-conteste con una rabia contenida y con un humor de perros por su comentario.

Ya no me cabía duda alguna de que el no se trataba del chico que no se daba cuenta de todas las cualidades de Bella. Había confesado sin pudor alguno delante de ella que la pretendía. Los celos me cegaban como nunca habían echo y tenia que centrarme y relajarme si no quería estampar mi puño en la cara del tal Black.

-¿Qué hacéis aquí tan solitos?-pregunto bromeando.

Sonreí interiormente al darme cuenta de que el sentía los mismo celos que el al verme con Bella bailando solos. Eso hacia que mi frustración menguara un poco y me sintiese un tanto más victorioso.

-Le estoy dando unas clases particulares a Edward-dijo Bella mirándome y sonriendo.

-Eso esta bien tío-dijo el amablemente. No podía odiarlo si seguía comportándose tan civilizadamente conmigo.

-Bella te importa si terminamos con la clase-le pregunte.

-¿Por qué?-me dijo ella sorprendida.

-Es que quiero enseñarte algo, podemos seguir con la clase allí si quieres-le sonreí.

-Esta bien-dijo ella con una gran sonrisa.

-Bueno será mejor que me vaya-dijo Jacob un poco incomodo-Nos vemos Bella. Recuerda que para los campeonatos te llamare, eres la mejor-dijo antes de perderse de vista.

-¿Nos vamos?-le pregunte rápidamente para que no hubiese incomodidad entre nosotros por el casi beso frustrado.

-Claro-dijo ella poniéndose el calzado y cogiendo sus cosas.

Fuimos en silencio al coche y también durante el resto del trayecto. No me pregunto a donde nos dirigíamos y se lo agradecí, ya que quería que fuese una sorpresa.

La iba a llevar a un lugar donde no había llevado a nadie, era un lugar mío, privado, donde yo iba a relajarme y pensé que seria un buen lugar para aprender. Allí nos relajaríamos y no estaríamos tensos después de lo que por poco ocurre.

Pare al principio del conocido camino que llevaba a mi claro y le abrí la puerta rápidamente antes de que bajase, haciendo gala de mi caballerosidad. Cosas de mi madre…

-Que caballero-dijo ella con un débil sonrojo que me pareció adorable.

-Gracias bella dama-bromee.

-¿Dónde me has traído?-dijo ella curiosa mirando hacia todos lados.

-Ya lo veras-sonreí-sígueme e intenta no caerte.

-Será difícil-dijo haciendo un mohín que me hizo soltar una carcajada.

Tuve que ayudarle varias veces a mantener el equilibrio cuando la veía por el rabillo del ojo tropezar con piedras o ramas que había en el camino. Cuando pensé en traerla aquí, ni me acorde de lo torpe que era, solo quería que conociese algo mío personal y que nadie mas supiera. Ni siquiera Tanya.

-Ya hemos llegado-le dije andando un poco más rápido y adentrándome en mi precioso claro. Digo mío, por que solo lo había descubierto yo que supiera.

-Edward-exclamó Bella a mi espalda totalmente asombrada-esto es precioso.

-Lo es-dije mirándola fijamente.

Sinceramente no me refería al prado, ni las flores, ni los árboles que habían en aquel lugar, sino a ella.

Estaba realmente preciosa con los rayos del sol iluminándola. Su pelo se veía mas suave y brillaba de una forma alucinante y sus ojos mas marrones, donde te podías fundir con el chocolate y no querer salir jamás.

Poco a poco me fui acercando a ella y me miro con los ojos muy abiertos cuando acune su cara entre mis manos.

La mire a los ojos profundamente, intentando que leyese en ellos todo lo que no podía decir con palabras por que me sentiría muy culpable. Sabia que ella lo podía leer, mis ojos lo gritaban aunque mis labios estuviesen sellados.

-Si que es precioso-dije acortando la distancia entre nosotros y posando mis labios en sus suaves y deliciosos labios que me correspondieron al deseado beso.

Capítulo 12: Capítulo 14:

 
14436474 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10755 usuarios