el baile de primavera (+18)

Autor: konitah
Género: + 18
Fecha Creación: 17/09/2010
Fecha Actualización: 30/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 11
Visitas: 57313
Capítulos: 24

                                                              terminada


El baile se acerca y Edward quiere sorprender a su novia, por lo que le pedira a Bella su ayuda. ¿Podra Bella ayudarlo al estar enamorada de el? ¿Edward conocera sus verdaderos sentimientos? Todos Humanos. BellaxEdward

esta historia pertenese a Libelula19

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Capítulo 12:

¿Por qué me había tocado a mí estas amigas?

Fue lo primero que pensé cuando el torbellino Alice Cullen, acompañada de Rosalie Hale, me despertaron, no muy amablemente, la mañana del domingo para su interrogatorio policial.

Refunfuñe un rato esperando que entendiesen el mensaje y me dejasen en paz un rato. Sinceramente tenia esperanzas, pocas, de que se olvidasen del tema y no madrugasen específicamente para eso. Mis esperanzas se esfumaron al sentir sus zarandeos insistentes alrededor de las nueve de la mañana.

Me di cuenta de que algunas veces estas chicas eran un caso a parte. Nada las iba a hacer cambiar. Cuando algo en concreto se les metía en la cabeza, claro caso el mío, no había nadie que se lo sacase de la cabeza. Hacían de todo para poder sacarte información.

Había sido testigo de sus maquiavélicos planes en muchas ocasiones y sacaban tiempo para hacerlo de debajo de las piedras e incluso se pasaban las noches sin dormir planeando si era necesario. Esto ultimo pocas veces, a decir verdad una vez y participe en ello. Tengo que admitir que me divertí mucho, pero cambian mucho las cosas al tratarse de uno mismo.

Me resistí todo lo que pude y más, pero entre las dos me destaparon e incorporaron en la cama hasta que tuve que abrir los ojos a la fuerza.

De mala gana me hicieron contarle, con todo lujo de detalle, lo que Edward me había dicho, lo que le había contestado a cada una de las preguntas realizadas y si había habido algún tipo de roce, caricia o algo que se le pareciese entre nosotros.

Tuve que contar que Edward me había pedido perdón por lo que había pasado en la noche, mas que nada por el echo de ser amigos, me había llamado hermosa, me había acariciado la mejilla y que sentí que estuvo a punto de besarme.

Aclare que seguramente todo era producto de mi imaginación y tras sus repetidas preguntas sobre si nos habíamos besado o no, al responder no, me callo una buena reprimenda por parte de ambas.

Estuvieron echándome la charla sobre el autoestima y lo hermosa, atractiva, sexy y guapa que era, pero yo no me daba cuenta de ello y prefería escudarme y quedarme siempre metida en mi caparazón, durante casi media hora. Una charla que me habían dado a lo largo de nuestra amistad… unas cien veces.

Alice me decía medio alterada que tenia que haberlo besado, que su hermano era un estupido por no darse cuenta de la clase de mujer, ósea yo, que se estaba perdiendo y que Tanya, en palabras de ella estupida de Tanya, no se merecía el buen trato y todos los años que estaban juntos. Se limito a despotricar contra su cuñada un buen rato, mientras yo medio la ignoraba.

Por otro lado Rosalie, no paraba de darme consejos sexuales, haciéndome sonrojar a cada palabra que decía. Diciéndome que tenia que haberle comido la boca si había notado que el no tenia la intención de hacerlo o simplemente no se atrevía por cobarde.

Dijo que a ella le paso eso con Emmett y se dispuso a contar, con detalles escalofriantes, por lo menos para mi, como había sido su primera vez con el. Como había sido ella la que se tuvo que lanzar y habían acabado en la cama. Detalle que a mi gusto sobraba.

Más aburrida que una perdiz, mareada y espantada por las cosas que soltaba Rose por su boca, decidí no prestarles atención a sus tonterías y enterrar la cabeza en mi almohada intentando volver a quedarme dormida aunque fuese una hora.

Como supuse, no me dejaron y me arrastraron contra mi voluntar, a la cocina para desayunar, donde Carlisle y Esme desayunaban tranquilamente.

Muchas veces había envidiado la unión y la gran familia que eran.

Yo por otra parte, con una familia totalmente desestructurada y una madre más adolescente que adulta, viviendo a miles de kilómetros de mí con un hombre diez años mayor que yo. Charlie aun enamorado de Renne, sin indicios de tener otra relación y de no estar dispuesto a tenerla. En el fondo no podía quejarme, lo sabia pero ellos eran como un modelo a seguir. Eran tan perfectos que parecían sacados de una revista.

-Buenos días chicas-dijo Esme con una sonrisa maternal.

-Buenos días mama-dijo Alice sonriente.

-Buenos días Esme-dijimos Rosalie y yo a la vez.

-¿Fue bien la noche?-pregunto Carlisle-Os habéis levantado muy temprano-se extraño.

-Muy bien papi-contesto Alice cogiendo una tostada y dándole un gran bocado-Simplemente teníamos ganas de madrugar y tomar un gran desayuno.

-Me parece bien hija-respondió su padre-ya sabes el dicho, quien madruga…

-Dios le ayuda-dijo ella sonriendo-Lo se Papa, nos lo decías a mis hermanos y a mí cuenta éramos mas pequeños.

-Cierto-dijo Esme tomando un sorbo de café.- ¿Pensáis quedaros a comer?-dijo mirándonos a Rosalie y a mi.

-Oh no-dije yo negando con la cabeza- No le dije nada a Charlie, ya sabéis como es Alice y hablo con el ayer para pedirle que me quedase a dormir en vuestra casa. Ni siquiera lo sabia-sonreí.

-Gracias por agradecérmelo-dijo Alice fingiendo molestia y rodé los ojos sonriendo.

-¿Tu Rosalie?-dijo mirándola.

-No se Esme, tengo que hablar con Jasper y Emmett.

-De acuerdo-dijo ella calidamente volviendo a centrarse en su tostada y café.

Durante todo lo que duro el desayuno, el miedo se apodero de mi cuerpo y este me pedía correr, huir como lo había echo la noche anterior.

¿Huir de que?

De Edward, sabía que bajaría a desayunar de un momento a otro y mis nervios estaban a flor de piel, de solo pensarlo.

Terminamos rápidamente y fuimos a la habitación de Alice para cambiarnos y según ellas seguir con el dichoso interrogatorio.

Al subir a la habitación, se pusieron a hablar y a montar un tinglado para "emparejar a Edward y Bella". Decidí vestirme en silencio y no poner el oído en la conversación por que las pocas palabras que entendía no me gustaban nada.

Que afán tenían por emparejarme, por favor.

Estuve recogiendo mis cosas con disimulo, esperando que no se percatasen y me retuviesen mucho mas tiempo allí. Me despedí de ellas rápidamente y sin darles tiempo a replicar.

Fui en mi camioneta a casa feliz por haberlas esquivado con tanta maestría. La alumna se convertiría en la maestra algún día.

Charlie no estaba y en el refrigerador pude ver que me había dejado una nota avisándome de que llegaría por la noche, ya que se había ido a pescar a la reserva con Harry y comería en su casa.

Me bañe e hice una comida rápida, una ensalada y carne. Algo ligerito que comí mientras veía "Orgullo y prejuicio" una de mis películas favoritas.

Por la tarde hice todos los deberes y adelante un poco de matemáticas, ya que dentro de poco seria el examen y era algo que me costaba. Tenía que dedicarle más horas. Hice la cena para Charlie y llego justo a tiempo.

Cenamos en silencio y pronto me fui a la cama agotada por el madrugon, sobre todo al haberme acostado bastante tarde la noche anterior.

A la mañana siguiente me desperté temprano para darme una ducha rápida y salir corriendo al instituto. No me gustaba llegar muy tarde, sino no había buenos aparcamientos y odiaba tener que dejar mi furgoneta en el quinto pino y tener que ir andando después.

Como siempre estaba Alice y Rosalie esperándome en la puerta del instituto para entrar juntas, ya que los lunes teníamos clase común. En la cafetería Edward no se sentó con nosotros, nada fuera de lo normal, y fue con su noviecita Tanya y sus amigos a su mesa. Cuando paso por nuestro lado saludo a todos, pero mi saludo fue diferente, mas frío que de costumbre, supongo que será por lo que había pasado. Teníamos que salvar las distancias, lo entendía.

Lo entendía pero dolía.

Las chicas notaron en cierto modo lo que había provocado en mi el saludo tan frío y escueto de Edward y estuvieron pendientes de mi y gastándome bromas, a las que Emmett se unía sin saber el porque de las bromas, durante todo lo que resto de día.

El lunes pasó rapidísimo gracias a los chicos y a que casi todas las clases de ese día eran mis favoritas. Cuando me quise dar cuenta ya era martes.

Odiaba los martes.

Para empezar con buen pie, se me pegaron las sabanas y por poco llego tarde a clase. Lo peor de todo el día era que a última hora tenía educación física y era la asignatura que mas odiaba en toda mi vida. Algunas veces tenía la creencia de que la crearon especialmente para torturarme.

Cuando no estoy bailando soy bastante torpe y por eso mismo la odio. No daba pie con bola en las clases y ningún deporte se me da bien. Era muy frustrante tener que asistir sin ganas a las clases y que el profesor estuviese pendiente de mí cada segundo para regañarme por caerme o por lanzar la pelota o cualquier objeto fuera de donde lo tenía que hacer.

Hoy tocaba tenis… ¿Por qué me pasaba todo esto a mí?

Lo peor de todo es que esa clase la compartía con Edward y desde el sábado por la noche no habíamos intercambiado ni una sola palabra. Aunque no es que hablásemos mucho cuando estábamos fuera de clase de baile pero ahora se venia diferente, como mas tenso. Esperaba que todo fuese parte de mi imaginación.

Salí del vestuario con mi chándal puesto y me quede en medio de la pista esperando que llegase el profesor, dándole vueltas a mi raqueta.

-Hola Bella-dijo una voz demasiado conocida para mi.

-Hola Mike-dije intentando ser simpática, pero me caía como una patada en el culo.

-¿No tienes pareja?-me pregunto. Rodé los ojos disimuladamente. Aquí viene de nuevo.

-No-negué con la cabeza.

-¿Te apetece ponerte conmigo?-dijo esperanzado.

-No, estoy esperando a mi pareja-mentí para que me dejase en paz.

-¿Quién es?

-Yo-dijo una voz conocida a mis espaldas y me gire para sonreírle como agradecimiento.

-Ah bueno, entonces nada. Otro día será-dijo marchándose.

-Gracias Ángela-le dije cuando el cansino de Mike nos dejo solas.

-No es nada, e visto lo pesado que es contigo casi todos los días y he decidido poner cartas en el asunto-bromeo.

-No se cansa-dije riendo.

-Parece que no.

Ángela era una compañera de clase, con la coincidía a menudo en clase y me ayudaba algunas veces a salir de las "garras" de Mike Newton, el pesado de turno. Era una buena chica, que era amiga nuestra aunque no salía con nosotras. Fue, junto con las chicas, una de las personas que mejor se comporto conmigo cuando llegue a Forks. Una chica genial, muy dulce y amigable.

Mientras hablaba con ella vi a Edward salir del vestuario con Tyler hablando animadamente. Mas bien el animado era el segundo por que Edward parecía de lo mas aburrido.

Sonreí interiormente por ello, como había aprendido a conocerlo tanto en tan poco tiempo… me sorprendía a mi misma de todo lo que sabia de el. Si estuviesen aquí Alice y Rosalie dirían que era el amor… menos mal que no estaban.

Cuando nuestras miradas de unieron sentí que las conocidas mariposas traicioneras de mi estomago comenzaban a danzar alegres, como si lo conociesen. Aunque pensándolo mejor claro que lo conocían, si habían nacido por el.

-¿Me estas escuchando?-me pregunto Ángela a mi lado.

-Si, si perdona. Estaba pensando en la tortura que me espera ahora-mentí. Ella me miro hacia donde estaba mirando hace menos de cinco segundos y me miro de nuevo con una sonrisa enorme.

-Ya claro… en el profesor Cullen pensabas-rió.

-Cállate-le dije dándole con la raqueta colorada como un tomate.

-Si no pasa nada. Entiendo perfectamente por que lo miras-me dijo- es demasiado guapo para ser real. La primera vez que lo vi lo pensé-me sonrió cómplice-es normal que estés enamorada de el, encima de todo eres la mejor amiga de su hermana y te pasas media vida en su casa. Yo tampoco podría no enamorarme de el.

-No estoy enamorada de el Ángela-dije colorada-Es solo mi amigo.

-Claro-soltó una carcajada-Yo también negaba que estuviese enamorada de Ben y ya nos ves-dijo ella.

-Pero es diferente, se os notaba a mil kilómetros que estáis enamorados-me defendí no muy convincente para mi gusto.

-¿Crees que a ti no se te nota?-me dijo sorprendida-Vamos Bella se nota en la forma en la que lo miras, como cuando hablas con el o simplemente se nombra te brillan los ojos de una forma especial y sonríes como una idiota.

-No es verdad-dije mirando hacia otro lado.

-Claro que lo es y a el le pasa lo mismo. No se como no se da cuenta y sigue con Tanya la hueca del colegio-sonrió.

-No te voy a negar que con respecto a mi tienes un poquito de razón-admití con las mejillas encendidas-después de todo me es difícil negarlo. Pero promete que no se lo dirás a nadie. Lo he confesado hace muy poco a Alice y Rosalie también y no me gustaría que corriese la voz, ya sabes-me encogí de hombros.

-Quédate tranquila, soy una tumba-dijo ella cerrando una cremallera imaginaria en sus labios. Reí.

-Por ultimo, con respecto a Edward. El no esta enamorado de mi ni por asomo, por favor Ángela, tu has visto a su novia. Es toda una modelo y el la quiere, lo se por que hemos hablado de esto.

-Tú eres muy hermosa, más que Tanya. De eso puedes estar segura-dijo ella totalmente convencida.

Iba a replicar cuando el profesor entro e interrumpió nuestra pequeña aunque densa conversación. Hizo que formásemos parejas para jugar al tenis como ya todos habíamos supuesto y comenzamos con la clase.

Ángela y yo estábamos riéndonos bastante ese día debido a nuestra torpeza con el deporte. No conseguíamos pasar de diez toques seguidos y cada vez que le dábamos muchas veces sin que la pelota tocase el suelo nos poníamos a gritar y a celebrarlo como locas. El profesor nos tuvo que llamar la atención en un par de ocasiones por el escándalo que estábamos armando en clase.

Lo único que hicimos fue reinos más por su cara de mala uva.

Lo estaba pasando muy bien, solo lo ensombrecía las miradas continuas de Edward. No sabia el por que de mirarme tanto. Durante toda la clase notaba que alguien me miraba, no se por que tenia esa sensación y cuando lo miraba siempre me estaba devolviendo la mirada fijamente.

Parecía que quería decirme algo pero no logre a entenderlo. No podía ver lo que sus ojos querían decirme desde la distancia o mas bien me hacia la tonta. Teníamos que salvas las distancias, me recordé. No quería salir lastimada de toda esta historia, tenia que recordarme constantemente que el solo era un "alumno" para mí, como las niñas que iban a ballet. Además de eso el era mi amigo, por lo menos en eso se estaba convirtiendo para mi y si no lo quería fuera de mi vida era lo único que podría ser. Mi amigo.

Pero me era tan difícil no pensar en el de otra forma que no fuese en la amistad. Era tan fácil perderse en aquellos ojos y en sus labios que me invitaban a probarlos. No se como lo iba a hacer, sobre todo por que esa tarde teníamos clase de nuevo y tenia que comportarme como si nada hubiese pasado, ni el baile en el club, su excitación, la mía, la conversación tan profunda en su habitación y sobre todo el casi beso que pareció que me iba a dar en su habitación el otro día.

La clase acabo más pronto de lo que esperaba, lo estaba pasando tan bien con Ángela, muy raro en mí.

Fui rápidamente al vestuario para cambiarme, darme una ducha rápida y marcharme a casa para preparar la comida para Charlie y para mí.

Al salir del instituto vi a Alice y Emmett esperando a que Edward saliese delante de su coche. Me acerque a ellos rápidamente y me despedí de ellos rápido para marcharme. Me estaba muriendo de hambre.

Al llegar a casa Charlie ya había llegado, algo raro en el, ya que tenían poco trabajo y el poco papeleo se lo había traído a casa para terminarlo después de comer y marchase de nuevo al trabajo.

Comimos en un santiamén y me fui a mi cuarto para hacer los deberes antes de irme a darles clases a las niñas del ballet.

Estaba muy nerviosa, pero muy muy nerviosa. No podía dejar de pensar que después de la clase con las chicas tendría que volver a bailar con Edward y que todos los movimientos que hiciésemos me recordarían a su cuerpo pegado al mío, a los movimientos sensuales que hicimos y como el deseo corría por mis venas en esos momentos. Como tuve que controlarme para no decirle cuanto lo quería, cuanto lo deseaba, lo que quería sentir sus labios en los míos… dejémoslo así por que me estaba poniendo mala de recordarlo.

Me puse mis medias de ballet y metí mis zapatillas en la mochila. Baje corriendo a la calle y rápido comencé a caminar hacia la parada del autobús para Port Angeles.

Saque de la mochila mi mp4 y subí el volumen llenando mis sentidos con la música. Algo que amaba muchísimo. Algunas veces pensaba que era la música la que hacia que mi vida fuese mas completa, me hacia feliz escucharla y sobre todo poder bailarla y sentirla como pocas personas lo hacían. Me sentía afortunada por este don que tenia, sentir la música en mis entrañas, que me llenase toda, no había ni un jequecito de mi que no estuviese lleno de música cuando bailaba. Era algo inexplicable.

Iba tan perdida en mis pensamientos y en mi música que no escuche, ni vi a un coche plateado que caminaba a mi lado.

-¡Bella!-escuche lejos. Me sobresalte y mire a un lado, donde estaba el coche parado-por fin me haces caso-dijo Edward en su interior riendo-Llevo llamándote mas de media hora. Creía que te pasaba algo.

-Lo siento, estaba escuchando música y no te oia-dije apenada y sonrojada, para variar.

-Ya me di cuenta-dijo riendo-¿Vas a Port Angeles?

-Claro, ahora tengo que dar clase a las niñas pequeñas-dije tímida.

Yo creía que la época timidez había pasado a un segundo plano con Edward desde el día que comenzamos con las clases, pero al parecer no. Todo volvía al pasado. Me daba mucha rabia. Por todo esto era por lo que se me notaba a la legua que sentía algo por Edward, por mis estupidos sonrojos y la maldita timidez.

-¿Te llevo?-me pregunto.

-No-dije rápidamente-no hace falta, puedo coger el autobús.

-No quiero que vayas en autobús, ademas dentro de una hora y media tengo clase contigo y tendría que salir dentro de muy poco de Forks.

-Enserio no quiero molestarte

-No me molestas-sonrió-Anda sube-dijo estirándose y abriendo la puerta del copiloto para mi.

Lo pensé unos segundos y entre en el coche un poco apenada. No sabia como comportarme con el.

-¿Te ha dado mucho el follón Mike en educación física?-me pregunto de pronto.

-¿Cómo sabes eso?-dije sorprendida.

-Me lo dijo Tyler. Dice que esta enamorado de ti y que te va a pedir que vayáis juntos al baile.

-¿Cómo?-pregunte sin voz-Espero que eso no sea verdad-hice una mueca.

-Pues es verdad-dijo el conteniendo la risa.

-No se que te hace tanta gracia.

-Tu-rió.

-¿Yo?-dije cruzándome de brazos-¿Cómo que yo?

-Tu actitud, parece que te van a matar. No es para tanto, solo te pedirán que vayas con el al baile. Te tendrías que sentir alagada.

-¿Alagada? ¿De Newton?-dije disgustada-prefiero no ir- soltó una carcajada.

-Deberías de aclarárselo por que el piensa que aceptaras.

-De eso nada.

-Me lo imaginaba-dijo el mirando a la carretera.

-¿Por qué?

-No se… no creo que te guste Newton, es mas dudo si te gusta alguien-me miro de reojo.

No respondí por miedo a que mis pensamientos me jugasen una mala pasada y respondiera un "Me gustas tu" mas grande que una catedral.

-¿Te gusta alguien Bella?-me pregunto sonriendo de lado.

-No es de tu incumbencia-le dije sacándole la lengua de forma infantil.

-Vale vale-bromeo-Enserio, estamos jugando a las veinte preguntas.

-¿De nuevo?-dije mirándolo.

-Claro, lo dejamos a medio la última vez y quiero saber si te gusta alguien.

-Paso palabra-dije rápida.

-Eso no vale-replico.

-Claro que vale-reí-dijiste al explicarme las reglas que si alguna pregunta no la queríamos responder no se respondía. No quiero contestarte a eso.

-¿Pero por que? Prometo no decírselo a nadie.

-No me gusta nadie-dije intentando sonar convincente.

-No te creo-dijo riendo-Te quedas muchas veces pensando en las musarañas y estoy escuchando a Alice y Rosalie muchas veces hablar sobre un chico que te gusta y es un estupido por no darse cuenta de lo hermosa que eres-dijo.

Voy a matar a las chicas, enserio cuando las vea las degollare sin piedad. Sabia que no podía contarles nada, ahora mira lo que pasaba, se iba a enterar y todo por culpa de mis dos supuestas mejores amigas. En este momento las odiaba.

-Serán especulaciones suyas-dije poco convencida-ya sabes como son. Exageran todo, puede que haya dicho que alguien me parece guapo o atractivo y ellas ya piensan que me gusta-termine nerviosa.

-Ah-dijo mirándome de reojo-¿Enserio?-asentí-Si te gustase alguien y esa persona no se diese cuenta de lo hermosa que eres, ellas tienen razón es estupido.

-No digas esas cosas-me sonroje furiosamente.

-Me gustan tus sonrojos-dijo de pronto tras un silencio- son muy monos.

-¿Monos?-le dije mirándolo enfurruñada y el rió-¡Cállate!-le di un golpe en la cabeza que el hizo reír mas.

-Lo siento, pero es que estas mona cuando te enfadas.

-Déjame en paz Cullen-le respondí mordaz-¿Has pensado ya que música te gustaría bailar con Tanya?-le dije.

-No, la verdad no. No sabía que tenia que elegir alguna canción en especial-dijo rascándose la nuca nervioso.

-Vaya novio estas echo-le dije riendo.

-Eh, no digas esas cosas. Soy un novio estupendo, mira lo que estoy haciendo por ella, lo que mas odio ¡Bailar!-dijo esto ultimo como si fuese un pecado y solté una sonora carcajada debido a su cara.

-Era una broma, me pareces un novio estupendo-dije.

-Lo sabia, pero muchas gracias Bells-sonrió.

Nos mantuvimos en un cómodo silencio hasta que aparco enfrente del salón de baile. Me baje en silencio y ya había algunas madres con sus niñas esperando para que comenzase la clase. Eso que aun faltaba unos veinte minutos para que comenzase.

Edward se empeño, tras muchas insistencias por su parte, que quería entrar a ver la clase y que se mantendría en silencio y ni si quiera notaria que estaba allí presente.

Me pareció una muy mala idea desde el momento que lo soltó por la boca. No iba a poder concentrarme en otra cosa que no sea en el si estaba presente en el salón. Se salio con la suya al hacerme el típico pucherito que conocía de sobra por parte de su hermana Alice.

Familia tenían que ser.

Y allí estaba, sentado en la esquina con las piernas cruzadas y mirándome con una sonrisa que hacia que tuviese que ponerme un cubo debajo para las babas. Algunas niñas se acercaron a el y sonreían coquetas y tímidas por las sonrisas y palabras que les decía. Era un seductor nato.

Algunas de ellas me preguntaron si era mi novio y decían que era muy guapo. Si ellas supieran…

No me puse tan nerviosa como esperaba, cuando comencé con la clase me relaje e hice como si el no estuviese allí mirándome como daba clase y bailaba.

Cuando termine con las chicas, ellas se despidieron de un Edward muy contento, tímidas aunque sonrientes.

-Son unas niñas muy monas-dijo acercándose a mi.

-Si que lo son. Ahora vendrán mucho mas, con lo amable que has sido con ellas…-sonreí.

-Bah, no ha sido para tanto-dijo.

-¿Cómo que no? Si se han ido con corazones dibujados en los ojos. Es cruel de tu parte enamorarlas de esa forma, son solo niñas-reí.

-Soy irresistible, no puedo remediarlo. No se como hacer que no se enamoren de mi-bromeo.

-No seas…-le dije riendo con el-Bueno, dejando a un lado el tema de mis alumnas, es hora de comenzar con tu clase.

-Estoy deacuerdo-me dijo-Pero antes quería pedirte de nuevo disculpas si el otro día te sentiste mal o algo por la forma en la que bailamos. Te estoy tomando mucho aprecio y no me gustaría que te enfadases o estuvieses ahora incomoda con mi presencia.

-No, Edward basta con ese tema-le sonreí-Ya esta olvidado, ahora solo importa las clases y que sepas mover el esqueleto medianamente bien para dentro de dos semanas que es el baile.

-¿Dos semanas?-me pregunto con los ojos desorbitados-¿Solo quedan dos semanas?

-Si, ¿en que mundo vives? Todo el instituto esta con la tontería de los adornos y esas cosas todo el santo día.

-La verdad que estos días he estado pensando en otras cosas. Ando un poco despistado-dijo mirándome.

-Comencemos-dije cogiendo su mano y acercándome a el.

Como era habitual estos días, cuando sentí el roce de su piel, una corriente eléctrica, ya conocida para mi, me recorrió de la cabeza a los pies. Disimule lo mejor que pude la verdad, aunque vi algo de duda en los ojos de Edward.

Comenzamos a movernos al ritmo de la música que había puesto hace unos segundos y me piso dos o tres veces, a lo que yo reía y el se enfurruñaba por su torpeza. Era tan mono cuando se cabreaba y arrugaba el ceño por la concentración. Daban ganas de comérselo a besos y hasta crudo.

-No seas refunfuñon-le dije con una sonrisa mientras el se maldecía-Lo estas haciendo bien, has progresado bastante desde la primera vez que bailamos.

-No me mientras. No voy a dar un pie con bola el día del baile y voy a hacer el ridículo más grande de mi vida.

-Claro que no-dije parando de bailar-Escúchame bien Edward Cullen, tu no vas a hacer el ridículo ni nada por el estilo. Vas a brillar ese día por que como que me llamo Isabella Swan que tu aprenderás a bailar y bien bailado. Sino, daremos clases de más.

-Eres única-dijo riendo-No se que e echo en mi vida anterior, si la he tenido, para merecerte.

-Edward, no digas esas cosas-me sonroje furiosamente.

-Ya te has vuelto a sonrojar-dijo acariciándome la mejilla con ternura. Donde sentí un cosquilleo agradable. Esto no me estaba gustando, bueno me gustaba demasiado pero tenia que controlarme.

-Tu me haces sonrojar-dije bajito.

-Me gusta cuando lo haces-se acerco a mi.

-No se como te puede gustar eso de mi-dije mirando hacia otro lado para evadir su penetrante mirada esmeralda.

-Eso y muchas cosas más-dijo acercándose a mis labios.

Lo mire a los ojos y el me miro expectante, como esperando mi aprobación para que siguiese y uniese sus deliciosos labios a los míos. Sabia que estaba mal, el tenia a Tanya y estaba mal que yo le diese el permiso correspondiente para aquel beso. Un beso que llevaba tanto tiempo deseando que ocurriese que me sentía confusa. ¿Iba a ocurrir de verdad? ¿Si yo le daba mi aprobación el me besaría enserio?

Lo mire suplicándole que me besara, después de todo yo no era la que tenia novio. El era el que tenia novia y yo deseaba tanto este beso desde hace tanto, pero tanto tiempo que me olvide por completo de todo el mundo. Iba a pensar en mí, yo no le debía nada a nadie y si luego sufría que, lo había besado. Había besado al chico que quiero y que me gusta, si no lo aprobaba ahora me arrepentiría toda mi vida de rechazarlo. Ya llevaba tres días comiéndome la cabeza sin para por haber huido de su habitación y no dejar que ese beso esperado se hiciese realidad.

¿Quien era yo para rechazarlo en este momento? No tenia fuerzas para ello y por eso cerré los ojos fuerte cuando vi que el entendía el mensaje a la perfección y acaricio mi mejilla como antes, con ternura, como con amor y comenzaba a acercase a mis labios lentamente.

Si, definitivamente lo haría. Me besaría como tanto había soñado durante estos años y nada ni nadie iba a impedirlo.

-¿Hay alguien ahí? ¿Bella?-dijo una voz bastante conocida que hizo que la burbuja donde nos encontrábamos Edward y yo estallase.

El estallido hizo que nos separásemos rápidamente y nos mirásemos con duda y sorpresa. ¿Qué locura estaba a punto de suceder? Como había podido pensar en todas aquellas locuras… esto no podía ser. Nunca podía suceder algo entre nosotros. El estaba pillado.

Parecía que Edward también tenía un debate interno por la forma en la que me miraba y se pasaba la mano por su cabello, ya desordenado, nerviosamente.

-Estoy aquí Jacob-dije con la voz entrecortada.

-¡Bells!-medio grito el con alegría cuando me vio parada en medio del gran salón y me dio un abrazo tan grande que por poco se me salen los ojos de las cuencas.

-Las estas ahogando muchacho-le dijo Edward medio cabreado o eso me pareció. Debió ser algo de mi imaginación, como me sucedía últimamente muy a menudo.

-Lo siento Bella, es que hace tanto tiempo que no te veo que ya te echaba de menos-dijo alborotándome el pelo.

-Nos vimos la semana pasada Jacob-sonreí.

-Por eso, mucho tiempo.

-Exagerado-reí.

Edward carraspeo a mi lado haciéndose notar y al mirarlo vi como le dirigía a Jacob una mirada envenenada. ¿Qué le sucedía a este ahora?

-Oh perdona, que descortés que soy-dijo Jacob sonriendo-Soy Jacob Black, amigo, pretendiente y compañero de baile de Bella cuando esta me deja-sonrió de oreja a oreja al ver que me había sonrojado por su comentario de "pretendiente".

-Edward Cullen, amigo, compañero de laboratorio y alumno de Bella-contesto el aludido con un humor que no era característico de el.

Ambos se estrecharon las manos fuertemente y el ambiente de pronto de volvió tenso.

Capítulo 11: Capítulo 13:

 
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