10. Decisiones y advertencias.
Edward POV.
Últimamente todo en casa está demasiado tranquilo, el hecho que Tanya ya no busque pelea ni trate mal a Sophie se me hace muy extraño. Posiblemente las palabras que la niña le dijo antes de la sorpresa de Bella le tocaron un poco y se diese cuenta que estaba perdiendo a su hija y que a mí ya me había perdido por completo, pero la realidad es que nunca me tubo.
Lo tengo decidido, tengo la idea en la cabeza de divorciarme de una vez por todas de Tanya, pero si he de ser realista he de decir que tengo mucho miedo. Miedo a que Tanya intente perjudicar a mi princesa, pero también lo que me preocupa es que tome represalias contra Bella.
La decisión ya está tomada pero antes de llevarla a cabo quiero consultárselo a mis padres. Pero aún no he pensado como lo haré ya que ellos actualmente viven en Forks. En ese momento picaron a la puerta.
-Señor Cullen – me dijo tímidamente mi secretaria mientras entraba en mi despacho.
- Dime Angela – le dije infundiéndole valor para que hablara.
- Pues, acaban de llamar diciendo que lo necesitan en la sucursal de Port Ángeles urgentemente, debido a que algo grave le está pasando a la empresa. Así que he pensado que lo más adecuado sería que saliese esta misma noche hacia el lugar – me dijo rápidamente sin hacer pausas y sin casi respirar, se notaba que estaba muy nerviosa.
- De acuerdo, planifíqueme usted misma mi viaje. Será mejor que me vaya para hacer la maleta – le expliqué.
Mientras salía del edificio, me detuve a pensar a donde debía ir y me di cuenta que Port Ángeles se encuentra mi cerca de Forks, por lo tanto mis líos mentales sobre cómo y cuándo ir a visitar a mis padres han sido resueltos.
Cuando llegué a casa, una muy sonriente Sophie me esperaba en la puerta. En ese momento me di cuenta que no tenía donde dejar a la pequeña.
-Papi! – chilló mi princesa mientras corría hacia mí y se lanzaba a mis brazos.
- Hola mi amor. Cómo ha ido tú día? – en ese momento una sonrisa triste cruzó su linda carita.
-Que ha pasado algo, amor? – le pregunté
- Es que Tanya me ha dicho que soy una niña tonta – me dijo con los ojos llorosos. Iba a contestarle cuando ella me cortó – es que yo estaba jugando con mis muñecas y jugaba a que la muñeca que hace de mami era Bella y la muñequita que hace de hijita era yo. Pero cuando estaba jugando entró Tanya y me preguntó a que estaba jugando. Y yo le contesté que ha que Bella era mi mami de verdad. Pero cuando le dije eso ella me chilló y me dijo que era una niña tonta y muy molesta y que nadie me iba a querer nunca, y que Bella en verdad nunca me ha querido ni me querrá – me dijo mientras lloraba. En estos momentos lo veía todo rojo y tenía ganas de matar a cierta rubia.
-No llores mi amor, tu sabes que todo lo que ella te ha dicho es mentira porque está celosa. Además tu eres una niña adorable a la que todo el mundo quiere pero lo más importante de todo es que Bella te quiere con todo su corazón, tú crees que ella te dejaría llamarla mamá si no te quisiese?- le hice reflexionar para que se diese cuenta que Tanya tan solo quería hacerle daño y que lo que le había dicho era mentira.
-Es verdad papi, Bella sí que me quiere!! – dijo mientras se secaba las lágrimas y empezaba a sonreír.
-Sophie tengo que explicarte una cosa.- le dije mientras nos sentábamos en el sofá.
-Esta noche tengo que salir de viaje y estaré fuera durante unos días – le dije
-Vale, pero puedo quedarme con Bella estos días, por favor – me suplicaba mientras me ponía carita de súplica.
-Además papi, Seth no estará con ella estos días y te prometo que me portaré muy bien- me prometía intentándome convencer.
-Mira porque no llamas a Bella, mientras yo hago la maleta y se lo preguntas? – le propuse
-Sí!! – chilló emocionada mientras cogía el teléfono nerviosa.
-Anda dame que te marco el número – cuando le marqué el número de casa de Bella ella me quitó el teléfono de las manos – Antes de colgar pásame el teléfono-
- Bella? Hola soy Sophie …. Si estamos muy bien, peo te llamaba para preguntarte una cosita … es que mi papi se va esta noche de viaje y es por si me puedo quedar estos días contigo … lo dices de verdad!! … bien! Yo también te quiero!! – Cuando dijo eso me pasó el teléfono.
-Hola mi amor, gracias por quedarte estos días con Sophie – ella soltó una risita desde el otro lado del teléfono.
-No te preocupes, además aprovecharemos estos días para hacer una fiesta de chicas – me dijo ilusionada, estos eran los momentos en los que tenía claro que ella era la única mujer que nos podía hacer realmente felices a mi pequeña y a mí.
-Te amo – le dije de repente
-Y yo a ti mi amor, cuando me traerás a la niña? –
-Pues sobre las ocho de la tarde, te va bien? –
-Claro, bueno os espero en casa. Un beso, te quiero – y en ese momento colgó.
Sophie me miraba con una mirada soñadora.
-Papi, cuando podrá ser Bella mi mami de verdad, y la bruja de Tanya ya no estará nunca más en nuestras vidas? – me preguntó mi hija
-Dentro de poco pequeña – le dije mientras la abrazaba – me ayudas a hacer la maleta? –
-Sí!! –y ella corrió por todo el pasillo camino a mi habitación.
Pasamos la tarde los dos juntos, jugando y demostrándonos lo mucho que nos queríamos. Ya que pasaríamos unos días separados y eso en cierto modo nos entristecía, pero mi pequeña estaba muy emocionada porque iba a pasar estos días con Bella.
-Sabes que papi? – me pregunto – tengo ganas de estar solita con Bella, para que podamos actuar como una mami y una hija de verdad. Yo creo que Dios, nos ha mandado a Bella, par que nos dé el amor que la mala de Tanya nunca nos da – me confesó mi pequeña. En ese momento se escucho la puerta, esa era Tanya. Pero lo que no me esperaba es que ella entrara en la habitación donde estábamos jugando.
-Sal un momento, tenemos que hablar – me dijo muy seria, mientras me desafiaba con la mirada. Cuando salimos de la habitación la encaré.
-Ya me ha explicado Sophie, a lo que te has dedicado a decirle hoy – le dije – mira Tanya estoy cansado de tus jueguecitos, así que te lo digo por última vez. Déjanos tranquilos. Tienes todos los lujos, no entiendo porque tienes que estar siempre haciéndonos daño. Pero te advierto que ya me he cansado y que hasta aquí ha llegado mi paciencia – le dije, ella se asustó por mis palabras, pero recompuso la cara y me miro fríamente.
-Que te pasa Edward, ahora que has encontrado a una putita que te tiene contento ya eres capaz de plantarme cara? – me dijo la muy mala – pero que sepas que esto no se va a quedar así. Y lo que antes he escuchado era una amenaza? Pues permíteme decirte que pierdes tú más que yo. Y te vuelo a repetir las cosas no se van a quedar así. – en cuanto me dijo eso se marchó con aires de superioridad.
En cuanto la perdí de vista me dirigí hacia la habitación donde jugaba Sophie. Ya no me apetecía pasar más tiempo en esta casa, por eso cogí a la pequeña y una vez que tuve su maleta y la mía listas nos marchamos rumbo a casa de Bella.
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