Capítulo 8: Mudanza
Bella POV:
Después de esa interrupción le aclaré a la señora Martínez que esa chica que había visto vivía conmigo. Ella me pide disculpas por haberme interrumpido. No estoy molesta, tal vez lo mejor sea que no me bese nunca con Edward. La señora Martínez ya se ha metido a su casa y Edward y yo estamos fuera del auto.
-Bella… - me llama Edward cuando me dispongo a ir a mi casa. Volteo a verlo.
-¿Sí?
-Perdóname por pedirte que me besaras… Fue un impulso, te tenía demasiado cerca… No te miento, aun lo deseo, pero…
-Dejemos esto así- le sonrío sin ganas-. Yo no estaba en contra de que me besaras, pero… Creo que es mejor que solo seamos amigos
-No…- me dice acercándose demasiado a mí. Me pega a su cuerpo; estoy demasiado nerviosa de nuevo-. Isabella, me gustas mucho, algo muy fuerte me está pasando contigo, no quiero dejarte, me siento ansioso cuando no te veo… Este sentimiento es frustrante pero no puedo evitarlo, sé que la mayoría de las veces te molesto, pero es que me encanta hacerlo, creo que ya no podría vivir sin hacer eso, sin ver cómo te enfureces, como te ríes… Bella, yo ya no tengo la fuerza para vivir alejado de ti… No sé si es amor, porque nada de esto me ha pasado antes, no puedo saber que siento
Se me corta la respiración ante sus palabras. No sé qué decirle… Es demasiado intenso lo que me ha dicho, seguramente lo siente porque soy igual a Kristen. Esta confesión no es para mí, es para ella. Edward no me puede querer a mí.
Lo aparto bruscamente y siento como mis ojos se llenan de lágrimas.
-Yo no soy ella, Edward, te lo recuerdo una vez más
-¿Sigues con eso?- pregunta irritado.
-Sí, porque todo lo que me has dicho no es lo que sientes por mi… Es lo que sientes por ella
-Isabella… ¿Qué parte de “nada de esto me había pasado” fue la que no entendiste?
-¡¿Por qué te empeñas en siempre molestarme?!- le grito-. ¿Por qué no dejas de buscar a Kristen en mí?
-¡No la estoy buscando a ella!- exclama-. Te busco a ti, ¿Cuándo vas a entender que no eres un reemplazo?
-¡Claro que lo soy! Mi hermana iba a casarse contigo, se murió y ahora lo tengo que hacer yo… Riley, el primer hijo de mis padres, se murió y ahora heredo su fortuna ¡Soy una maldita sustituta! No quiero esto, pero lo hago por motivos muy importantes los cuales no te diré
-Isabella, por favor cálmate- me pide-. No quiero que te sientas así
-Me siento así porque de verdad es lo que soy, un reemplazo… No te preocupes, esposa no te faltará y te daré ese hijo… Yo voy a cumplir con todo lo que he dicho, así que admite que solo soy una…
-¡Deja de molestar con eso, Isabella! Kristen era Kristen… La amé, pero ella se fue, ahora mi presente eres tú
-Y casualmente soy hermana gemela de Kristen ¡Que conveniente! Edward… Tú crees sentir cosas por mí porque simplemente tengo el mismo rostro que ella…
-¿Por qué no aceptas de una vez que yo te quiero a ti Isabella?
Me quedo paralizada… ¿Él me ha dicho que me quiere? No, él no lo hace… Solo se está aferrando al recuerdo de mi hermana.
-No me quieres a mí, Edward… Solo lo crees
-Bella, ¿Por qué no puedes reconocer que alguien pueda llegar a quererte?
-Porque nadie en esta vida me ha querido… Toda la vida fui despreciada
-Tus padres ya te dijeron las razones por las que…
-Esas razones se las han inventado- lo interrumpo-. Y tú muy dentro de ti, lo sabes…
-No… Estoy seguro de que tus padres te aman
-¿Me aman?- me rio de manera sarcástica. De repente Ángela sale de la casa y nos mira.
-¿Qué rayos ocurre? Sus gritos de oyen por todo el lugar- nos regaña.
-Perdóname Ángela, yo ya no pienso discutir con él…
-Isabella, si piensas que te vas a librar ahora mismo de mí, estás más que equivocada- me advierte Edward-. Esta discusión se ha acabado, pero me quedaré contigo
-No quiero verte- le miento. Maldita sea, quiero estar con él.
-Pues no me importa, yo si quiero verte y quiero asegurarme de que ustedes coman algo
-Eso es muy amable de tu parte Edward- le sonríe Ángela-. La verdad es que no tenemos comida
-No necesitamos de este idiota- mascullo.
-Sí crees que insultándome vas a conseguir que me vaya, eres demasiado ingenua- me dice él-. Ahora vengo, iré por algo para que coman
-¿Qué vas a traer?- pregunto extrañada.
-Cocinaré, les voy a preparar una pasta que…
-¿Sabes cocinar?- me río. Este hombre no parece ser capaz de hacer algo así.
-¿Por qué preguntas eso? Isabella… ¡Soy excelente cocinando!
-Pues no parece que seas del tipo de persona que sepa cocinar- le digo sinceramente.
-Isabella, el tener dinero no significa que sea un inútil… El mejor ejemplo de eso, eres tú… Sabes hacer muchas cosas y viviste demasiado bien en el pasado
-Deja de recordarme mi asqueroso pasado- le pido-. Y ve por esa comida, que me muero de hambre
Edward asiente con una sonrisa enorme y se va. Entro suspirando con frustración a la casa. veo que el pequeño Ben está sobre la cama y lo cargo.
-¿Cómo estás, precioso?- le pregunto con voz cariñosa. Me extraña que el bebé no llore… Tal vez le agrado.
-Ya le he dado de comer y le cambié el pañal- me informa Ángela-. Ahora mismo debe estar por dormirse
Veo que el bebé bosteza. Me siento en la cama con él en brazos y lo arrullo.
-Eres excelente en esto- susurra ella-. Serás una excelente mamá
-¿Tú crees?- pregunto sintiéndome no muy confiada. No sé si estoy preparada para ser mamá.
-Claro que sí… Ya me puedo imaginar a ese bebé
-O bebita- sonrío imaginando a una nena de cabello cobrizo y mejillas rosadas.
-Sí, sería lindo una bebita, sin duda sería hermosa, bueno… Sea lo que sea… Será una mezcla tuya y de Edward por lo tanto será precioso
-O puede ser horroroso- me río pero despacio para no molestar a Ben-. Edward y yo nos llevamos mal, no sé qué saldría si tuviésemos un hijo
Ángela se ríe un poco y niega con la cabeza por lo que acabo de decir.
Nos quedamos calladas hasta que Ben se duerme. Deposito un beso en la frente del pequeño y lo acuesto; después me siento junto a Ángela en el sofá. Conversamos sobre tonterías hasta que tocan a la puerta. Debe ser Edward.
No puedo evitarlo… Me levanto rápidamente y ansiosa voy a abrir. Edward tiene una bolsa de supermercado en las manos y sonríe.
-¿Listas para comer la pasta más deliciosa de toda su vida?- nos pregunta.
Pongo los ojos en blanco y lo dejo pasar.
-¿Es que tú no trabajas?- le pregunto a Edward mientras cocina. Esperé que criticara mi cocina pero no lo hizo. Está cocinando como si nada.
-Sí… Soy arquitecto
-Pero deberías estar trabajando- le reprocho-. ¿Por qué estás aquí?
-Me tomé unos días- suspira-. Mi hermana Rosalie dio a luz, tuvo una niña que es preciosa, le han puesto Charlotte, es… Es tan pequeñita y perfecta, parecida a la bebé que yo quería tener con Kristen
-Edward, que lindo- dice Ángela, conmovida. A mí se me forma un nudo en la garganta porque sé cuánto le duele no haber tenido esa hija.
-¿Y cuánto peso y midió la niña?- interroga Ángela.
-Peso tres kilos y midió cuarenta y nueve centímetros, está muy sana
Edward sonríe pero yo sé que la alegría no le llega a los ojos. No quiero verlo así.
-Emmett y Rosalie están felices por su bebita- continua. Emmett, me suena ese nombre.
-¿Cuál es el apellido de Emmett?- le digo a Edward.
-Emmett Masen, ¿Por qué?
Mi mundo cada vez se vuelve más raro. Estoy volviendo a saber de las personas que tenía años sin ver.
-No, solo quería saber si lo conocía… Tal vez fuera un compañero del colegio o algo así- le miento a Edward. Emmett fue el chico que me pretendió.
Mi prometido me mira con una ceja levantada y empiezo a temer que no se creyó mi mentira… Aunque no es tal de cierta forma. Emmett Masen si iba al mismo colegio que yo, solo que era dos años mayor.
-No puede ser tu compañero, él es de mi edad
-Sí, lo sé… Es que me acuerdo que iba a la misma escuela que yo, eso es todo- sonrío nerviosa.
-Ah, sí… Él asistió al mismo colegio que Kristen- recuerda y se ríe-. Entonces no es tan raro que te suene su nombre
-Bueno, ¿Me podrías contar sobre tu trabajo?- le pregunto.
-Trabajo con mi padre, él dirige una agencia inmobiliaria en donde yo trabajo además de otras empresas, mi madre es doctora y dueña de varias clínicas
-Tienes el futuro asegurado ¿Eh?- bromea Ángela y ambos se echan a reír.
-Sí, se puede decir que sí- admite Edward.
-¿Se puede decir que sí?- pregunto-. ¡Tienes las siguientes dos vidas aseguradas!
-No es para tanto- Edward pone los ojos en blanco-. Bien, ya casi termino, pongan la mesa por favor
Ángela y yo asentimos y vamos por unos platos los cuales ponemos sobre la mesa. Edward sirve la pasta y la carne que ha cocinado. Sinceramente se ve delicioso.
-Quería traer vino- dice Edward con el ceño fruncido-. Pero no supe si…
-Odio el vino- lo interrumpo-. De hecho, odio el alcohol así que gracias por no traer
-¿Odias el alcohol?- él me mira como si estuviera loca. Entrecierro los ojos.
-Sí, ¿Algún problema?
-¿Pero cómo brindaremos en nuestra boda?- pregunta -. No creo que sea bien visto que brindes con soda, parecerás una niña
-Eso sería muy divertido de ver- se carcajea Ángela.
-¿Querrías dejar de recordar que estamos comprometidos?- le gruño a Edward.
-¿Así de insoportable es siempre?- le pregunta Edward a Ángela. Esta se ríe y yo suelto un bufido mientras me siento.
-No, Isabella es un ángel- dice Ángela y yo me sonrojo.
-Un ángel caído del cielo- tose Edward, me levanto y le doy un golpe en la cabeza.
-El demonio serás tú, estúpido- le digo.
Después de eso nos sentamos a comer. Doy el primer bocado… Está delicioso.
-Está muy bueno- admito. Edward sonríe-. Eres bueno en esto, debo aceptarlo
-Isabella, creo que encontraste al marido perfecto- se burla Ángela.
-Sí, yo soy perfecto en todos los sentidos- dice Edward con su sonrisa de creído. Esa que tanto amo pero que a la vez me irrita. Espera, espera, espera Isabella… ¿Dijiste que amabas esa sonrisa? Mierda, me estoy volviendo loca de seguro.
-Eres demasiado egocéntrico- mascullo-. Odio que seas un creído
-Y yo odio que seas tan amargada- contraataca Edward.
-Pues acostúmbrate, por desgracia estoy en tu vida y no me iré en un buen tiempo
-O tal vez nunca
-Sí- suspiro-. Tal vez nunca me libre de ti, Dios me tendrá que premiar por soportarte toda una vida
Ángela y Edward se ríen de nuevo. Me uno a sus risas después de unos segundos. Mientras comemos seguimos bromeando y hablando sobre el empleo de Edward. Ángela comienza a contar chistes de arquitectos los cuales hacen reír mucho a Edward.
Me gusta verlo reír y que se burle de sí mismo. Esa… Me parece una actitud genial.
Cuando terminamos de comer recojo todo y me dispongo a lavar la losa pero Edward me aparta.
-Yo lo hago, cariño- me dice con voz dulce. No puedo mirarlo enfadada, no cuando se ve tan tierno.
-No te molestes, Edward- le contesto.
-Me gusta hacer estas cosas, así que yo lo hago
-En ese caso, está bien que lo hagas tú- le sonrío y voy a sentarme junto con Ángela quien me cuenta algo pero no le presto atención. Estoy imaginando a Edward con el torso desnudo y un pantalón de pijama, haciendo todos los días el desayuno en nuestra cocina. Me gustaría que me hablara así como me habló hace unos momentos. Sacudo la cabeza y le pido una disculpa a Ángela quien se ríe por lo distraída que estaba.
-Isabella, he estado pensando en algo- dice Edward mientras se seca las manos.
-¿En qué?- Ángela y yo hablamos al mismo tiempo.
-No pueden seguir viviendo aquí, Isabella… Te recuerdo que ya no tienes empleo y también está Ángela con su bebé, no pueden vivir en estas condiciones
-¿Y en dónde quieres que vivamos?- cuestiono.
-Yo… Tengo dos departamentos, uno en donde iba a vivir con Kristen y otro es mío
-¿Qué me estás queriendo decir?- levanto una ceja.
-Que ambas se queden en el departamento en donde yo iba a vivir, ahí estarán muy bien atendidas y nada les va a faltar
-Edward- gruño-. Tú me dijiste que si nos casábamos incluso podía seguir viviendo aquí
-Pero eso fue antes de que vivieras con alguien… No seas egoísta
-Por mí no te preocupes Isabella- me dice Ángela. Parece muy avergonzada-. Podemos seguir aquí, o yo me voy
-¡No!- exclamo-. Yo… Voy a pensar lo del departamento, Edward tiene algo de razón
-No debes pensarlo, simplemente acéptalo… Hoy mismo me encargo de que el departamento esté preparado para mañana, por favor acepta- insiste Edward. Lo miro muy seria… No sé si es buena idea-. Además, cuando nos casemos tendrás que vivir conmigo, hemos quedado en que vas a darme un hijo y por nada del mundo voy a dejar que vivas aquí, por lo menos durante el embarazo
-¿Puedes dejar de recordarme ese hijo? Falta mucho para eso…
-Sí quieres terminar rápidamente con nuestro matrimonio, yo creo que no tanto
Trago saliva de manera nerviosa… ¿Entonces ya faltaba muy poco para la boda y para embarazarme?
-¿De cuánto tiempo hablas cuando dices eso?- lo interrogo.
-No lo sé… Eso tendremos que decidirlo
-Sí, eso es algo que tienen que hablar con calma- interviene Ángela-. Por lo pronto pongan una fecha para la boda
-Mañana lo haremos- dice Edward mirándome-. ¿Te parece bien si vamos a algún lugar y lo hablamos?
-Uf… No lo sé- admito. Los nervios me están invadiendo-. Creo que si
-¿Aceptas entonces ir a vivir al departamento?- me pregunta y lo miro con angustia-. No perderás esta casa, pero… Tienes que irte al departamento para que podamos cuidarte
-¿Cuidarme?- estoy confundida.
-Tienes que comenzar a cuidar tu salud desde ahora, para que puedas concebir a ese hijo con más facilidad- responde. Su tono de voz parece el de un doctor.
-Al parecer sabes todo sobre eso- le digo con tono mordaz. Edward se ríe.
-Claro que lo sé… Después de todo yo estaba buscando un hijo, ¿Entonces qué dices? ¿Aceptas?
Me quedo muda por unos segundos. Me duele dejar esta casa la cual ha sido mi refugio por cinco años. Pero… Ángela y Ben son importantes también, debo ayudarles, sacrificarme un poco. Después de todo esto voy a regresar aquí algún día.
-Está bien, Edward… Acepto a ir a ese departamento… Pero prométeme que podré regresar aquí
-Tienes mi palabra, las cosas se harán como tú digas después de haberme dado ese hijo, si deseas quedarte allá puedes hacerlo, si quieres regresar aquí, también
-Entonces trato hecho
-Mañana mismo se mudan a mi departamento, espero que tengan todo listo mañana
-¡¿Qué?!- exclamo-. ¿Mañana?
-Sí… Me encargaré de que todo esté listo, adiós Isabella- me dice acercandome a él. Deposita un beso en mi mejilla el cual me deja con el corazón acelerado. Edward se va antes de que le pueda decir algo.
-Eso fue demasiado hermoso- dice Ángela con un enorme suspiro. La miro con mala cara-. no me mires así Isabella… Tienes vuelto loco a ese tipo
-Sí, pero loco de odio- respondo.
-Eso ni tú te lo crees… Edward babea por ti, solo que no quieres verlo
-Él no babea por mí- digo ruborizada.
-Claro que sí lo hace… Isabella… He visto cómo te mira, así luce un hombre enamorado
Me echo a reír como loca.
-Ángela, te sabes demasiado chistes… Deberías trabajar de comediante
-Sabes que no estoy contando ningún chiste, Isabella- me dice seria, parece enojada. Me da miedo.
-Bueno, tal vez le guste- admito-. Yo no soy tan fea que digamos
Ángela pone los ojos en blanco y se ríe. Después de eso no volvemos a hablar del tema de Edward, incluso cuando estamos recogiendo mis cosas no lo hacemos. Solo conversamos sobre países que nos gustaría conocer.
-Italia, sin duda alguna- suspira Ángela.
-A mí me gustaría visitar México- comento.
-¿México? Pero dicen que es un país inseguro… Cuando aparece un mexicano en alguna serie, siempre es un delincuente
-Pues yo creo que no es verdad lo que aparece en televisión, en cualquier parte del mundo hay delincuencia, unos son peores que otros, lo admito, pero… Hay en todas partes así que no me importa demasiado, yo quiero visitar ese país, también quiero ir a Argentina, Venezuela, Brasil, no sé, muchas partes de América… Después quiero conocer Europa y Asia
-Suena muy bien- sonríe-. Debemos viajar a esos lugares algún día
-Sí, lo haremos… Algo bueno obtendré de esa herencia- entrecierro los ojos. No es Ángela quién ha sacado el tema si no yo… De verdad debo estar muy traumada.
-Creí que no querrías hablar sobre ello- se burla Ángela. La miro impresionada… Llevamos muy poco conviviendo y ya sabe de lo que quiero y no quiero hablar… Percibe demasiadas cosas-. Pero como ya has sacado el tema, cuéntame… ¿Qué piensas hacer cuando te cases con Edward?
-Embarazarme lo más pronto que pueda…
-Wow, pues no creo que quieras hacer eso con él tan rápido… Según tú, lo odias
-No lo odio, solo no me agrada- gruño-. Y no tendré nada de “eso” con él… Va a ser todo por medio de inseminación artificial
Ángela se echa a reír por lo que he dicho. Le pongo mala cara.
-¿Qué es tan gracioso?- le pregunto enfadada.
-Dios mío, Isabella… Edward no es feo… ¿Por qué harás semejante tontería? Una noche de pasión no va a matarte
-¿Pasión? – suelto una carcajada seca-. Creo que si pasara una noche con Edward lo más probable es que termine todo en un asesinato y tengan que llamar a la policía
-¿Qué?
-Creo que terminaría matándolo por lo odioso que es… No creo ser capaz de acostarme con él…
-Y yo no creo que seas tan fuerte como para resistirte…
-¿Podrías callarte? No voy a acostarme con él, soy más fuerte de lo que todos piensan, por algo he sobrevivido todos estos años sin la ayuda de nadie…
-Sé que eres fuerte, yo solo digo que te tendrás deseos de estar con él y te dejarás llevar
-Yo no soy como los demás… Yo no tengo deseos sexuales- afirmo. Estoy diciendo la verdad… Nunca he querido sexo y no me siento mal por no probarlo. Me siento orgullosa de ser virgen.
-Puede que por ahora no, pero… Después quizás los tengas; no te enojes conmigo Isabella, solo te estoy diciendo lo que puede pasar… Yo antes de estar con Jacob, no tuve ningún deseo sexual… Lo veía como algo demasiado lejano y que solo se hacía para concebir un niño, así me criaron
Ángela no miente. Los Weber, son muy conservadores. Las ideas de ese matrimonio son distintas a las de mis padres, quienes no se escandalizan por una vida sexual activa siempre y cuando se tengan las precauciones debidas. Esa charla si la tuve con mis padres alguna vez. Fue una de las pocas veces en que no me trataron con indiferencia.
Después de todo, tal vez si me querían.
Ángela y yo decidimos ver televisión y hablar sobre la vida de los famosos. Ben ya no se despierta para nada hasta el día siguiente.
Durante la mañana Edward me manda un mensaje diciendo que nos preparáramos, que en media hora iría por nosotras para llevarnos al departamento. Se me forma un nudo en el estómago… ¿Cuándo podré volver a mi casa?
Después de ese mensaje estoy triste y veo mi pequeño departamento y en mi mente me despido de él… Este lugar es especial para mí; no quiero dejarlo, pero tengo que… No puedo ser egoísta. Además volveré.
Cuando llega Edward llega por nosotras Ángela sonríe demasiado. Está emocionada por la nueva vida que llevaremos de ahora en adelante. Miro por última vez mi casa antes de cerrar la puerta y le lanzo una mirada de advertencia a Edward.
-Créeme cuando te digo que te mataré si no puedo volver aquí, ¿Has escuchado?
Él me mira con miedo.
-Claro que podrás volver, Isabella… Se seguirá pagando la renta de este departamento para que nadie lo utilice en tu ausencia, ¿Satisfecha?
-Satisfecha- sonrío de manera triunfal. Sé que Edward me está diciendo la verdad pero en caso de que no lo esté haciendo, me aseguraré de torturarlo de todas las maneras que se me ocurran.
Edward recoge la maleta y la mete en su coche. Cuando estamos por irnos aparece alguien. Es Mike y a su lado está una confundida señora Martínez.
-¿A dónde vas, Isabella?- me pregunta él. Edward carraspea y me rodea la cintura de manera posesiva.
-Se va conmigo, hemos vuelto, así que no te ilusiones con ella
Miro a Edward con incredulidad y furia y me vuelvo hacia la señora Martínez.
-Querida, ¿Por qué no me dijiste nada?- pregunta triste.
Trago saliva de forma nerviosa.
-Solo me iré un tiempo- le aclaro-. Es solo que pasaré una temporada en otro departamento
-¿Pero por qué?
-Aun no puedo responder a eso, señora Martínez… Le pido que cuide de mi casa, tenga por seguro que volveré y le tendré una excelente explicación para esto- prometo.
-Pero…
-Debemos irnos- la interrumpe Edward. Aun me rodea la cintura y eso me hace sentir un poco de nervios. Debería apartarme, pero… No lo deseo. Me agrada.
-Te cuidas mucho, Isabella- suspira la señora Martínez. Asiento y le respondo que se cuide también.
-Esto me parece demasiado extraño- murmura Mike antes de dar media vuelta e irse. No lo detengo pues a él no tengo que darle explicaciones.
Edward me suelta y me despido de la señora Martínez. Luego me subo al auto de Edward y suelto un suspiro antes de que éste avance.
-Verás que estarás muy cómoda- intenta animarme Edward pero no lo consigue. Solo hace que yo asienta débilmente-. No estés triste, por favor…
-No lo estoy- miento-. Yo sé que voy a regresar
-Tenlo por seguro, no quiero morir- se ríe-. Al menos ya no
Lo miro curiosa… ¿Acaso él alguna vez quiso morirse? Ah… La muerte de Kristen. Reneé me había dicho que se puso muy mal. Tal vez, Edward llegó al extremo de querer suicidarse. De cierta manera lo comprendía… Se supone que cuando pierdes lo que más amas, no quedan ganas de vivir.
Nunca he experimentado ese sentimiento. Sentí mucha tristeza cuando Kristen se murió, pero no a tal grado de querer morirme. Siempre llevaré ese dolor conmigo, pero sé que la vida sigue y que yo también me moriré algún día.
Edward no se da cuenta, pero yo lo miro con pena. Me entristece la idea de que alguien tan odioso y divertido como él, haya estado tan mal. No tolero pensar en que hubiese pasado si él se hubiera suicidado. Por supuesto, eso no me habría afectado meses atrás, cuando yo no lo conocía, pero… Ahora, creo que me volvería loca. No sabría vivir sin él.
Miro hacia la ventana con los ojos muy abiertos de incredulidad… No sé qué rayos está pasándome. Bueno ya, debo admitirlo… Quiero a Edward. No lo amo, pero… Lo quiero y siento cosas por él. Me gusta, en otras palabras. Tal vez corra peligro de enamorarme de él y no quiero que pase eso porque eso impediría mi regreso a mi hogar. Si me enamoro de Edward me va a resultar imposible separarme de él.
Todo el camino lo recorremos en silencio. De repente veo un altísimo edificio de departamentos. No queda tan lejos de mi casa lo cual me agrada… Todos los días observaba este edificio cuando iba a trabajar.
-Hemos llegado- dice Edward cuando entra en el estacionamiento.
Diez minutos más tarde ya hemos subido hasta el último piso, en donde se encuentra su departamento. La sala tiene una pared completamente de cristal donde hay una vista impresionante de Seattle. Me quedo boquiabierta mirando también la decoración del lugar. Sin duda alguna todo es impresionante.
-Esté es su nuevo hogar- nos anuncia Edward. Lo miro sin saber qué cara estoy poniendo… Estoy impactada.
Edward se ríe de mi expresión.
-Lo sé, lo sé… Es muy hermoso el departamento, Kristen lo decoró… Tenía muy buen gusto
-Sin duda alguna- Ángela asiente.
-La sala la he dejado tal y como estaba, pero las habitaciones las he adaptado un poco… Son tres, pero como no tuve tiempo de mandar a hacer una habitación para el bebé, he puesto su cuna y juguetes en la tuya, Ángela, espero que no te moleste, solo será por un tiempo en lo que el cuarto de Ben está listo
-¡Edward, no te preocupes!- exclama ella-. No tienes por qué molestarte
-No es molestia, yo quiero hacerles esto más fácil…
-Muchas gracias Edward- murmuro-. De verdad agradezco lo que haces por Ángela y su hijo
-No me agradezcan, como ya he dicho, quiero ayudarles, que esta situación sea más fácil para ustedes, sobre todo para ti, Isabella que quieres ayudarlos a ellos
-Igualmente, gracias- le digo.
-Bueno, ahora les mostraré sus habitaciones, ¿Sí?
Ángela y yo nos miramos emocionadas y asentimos. Sinceramente, me siento como en el programa Extreme Makeover, en el momento de ir a descubrir las habitaciones. Me pregunto si diré lo mismo que todos “Oh, Dios mío”.
Me río mientras subimos las escaleras de caracol.
-Aquí está la habitación de Ángela- dice cuando llegamos a la primera puerta. Cuando la abre entramos a la recámara y a mi amiga se le escapa un sonido de incredulidad.
-¡Está increíble!- grita.
Está en lo cierto. La habitación de verdad es genial y muy femenina. La pared de la cama está pintada de morado con dos líneas blancas en el centro de ésta. Las demás paredes son color blanco con líneas moradas. Arriba de las líneas blancas de la pared de la cama, hay unos hermosos cuadros de flores color rosa. La cama es muy linda sin duda alguna. Es blanca y encima de esta había un cobertor violeta a modo de decoración. Las almohadas son del mismo color violeta. Mientras Edward le explica unas cosas a Ángela, me paseo por la habitación y observo el tocador blanco con muchas cosas, cremas, maquillajes, perfumes y otras cosas que sinceramente no sé qué son, además de cepillos. Dios mío, incluso hay una plancha para el cabello. No puedo evitar reírme al imaginarme a Edward eligiendo todo esto.
También miro la hermosa cuna de madera que está frente a la cama de Ángela. Hay varios muñecos y el pequeño edredón es color azul cielo. Me gusta.
-Ahora vamos a ver la tuya, Bella- me dice Edward. No sé por qué, pero empiezo a sentirme nerviosa por aquella frase. Ángela sonríe con picardía sin que él se dé cuenta.
-E… Está bien- asiento. No debo parecer nerviosa pero no lo logro.
Edward tal vez finge no notar mi nerviosismo pues sonríe despreocupadamente y me saca de la habitación de Ángela.
-Tu habitación es esta, Isabella- ahora estamos frente a una puerta que está al fondo del pasillo. Edward la abre y me deja pasar primero a la habitación. Cuando veo el cuarto sinceramente me quedo sin aliento. Definitivamente es hermosa, bastante parecida a la habitación de mis sueños.
-Este cuarto es genial- le digo mientras observo el piso alfombrado de color rojo. Mi cama es blanca como la de Ángela, solo que está tiene una colcha roja. Hay menos iluminación que en el cuarto de Ángela, pero me agrada así-. Supongo que debo agradecerte
-No debes… Serás mi esposa, yo debo darte esto y más
-No tienes por qué
-Isabella- me llama él con una voz suave mientras yo estoy acariciando mi hermosa cama. Su tono nervioso y calmado me llama la atención y me vuelvo para mirarlo.
Al hacerlo me quedo estupefacta; Edward está arrodillado ante mí con una pequeña caja de terciopelo entre las manos. Dentro hay un hermoso anillo con un diamante pequeño.
-Isabella… Sé que ya lo has aceptado, pero quería pedirte esto de manera más formal… ¿Aceptas ser mi esposa?
________________________________________________________
Jajajaa lamento aparecerme después de una semana; yo sé que prometí subir más de dos veces por semana, pero no me ha sido posible por algo horrible ¡¡¡LA ESCUELA!!! Jajaja bueno, pero ya está aquí el cap.. Espero que les guste.
Saludos a CINTY, GLORIACULLEN, KIMBERLYCULLEN, KEIT, YAMI_CRAZZII Y ANGELES FRAGOSO. Muchisimas gracias por su apoyo, de verdad me siento feliz de que les guste lo que escribo y sé que algunas de ustedes han estado conmigo desde mi primer fic, por eso estoy feliz de que aun continuen aquí, siguiendome en las locuras que se me ocurren.
Bueno jaja, volviendo al tema de esta historia... (antes de que me ponga sentimental jaja) Van a pasar unas cuantas cosas después de este capítulo. En mi mente ya se están formando planes malvados XDD.
Les mando un enorme abrazo y beso desde México!
Sachiko065
|