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EDWARD POV:
La segunda fase de mi plan ya estaba completa. Bella estaba celosa de Tanya. Aunque se mostraba indiferente cuando se la presenté, algunos de sus gestos me demostraban lo contrario. Sabía cómo disimular. Admito que me irritó mucho verla con ese imbécil de Mike y más encima decirme que él era el amor de su vida, aun cuando en realidad no era así porque ella y yo muy bien sabíamos que ella me desea a mí. Hoy en la tarde iría a su casa, supuestamente a buscar unos apuntes. No se me había ocurrido nada más brillante, pero estaba un tanto desesperado. Solo quería estar a solas con ella, lo cual no sería un problema ya que mi hermana cometió el gran error de decirme que Bella pasaba la mayor parte del tiempo sola ya que su padre era el Sheriff del pueblo y casi nunca estaba en casa. -¿En qué piensas Edward? – preguntó Tanya, mientras íbamos de camino a su casa junto a mis hermanos. -En nada, solo estoy un poco cansado. – mentí. -Pobrecito… - decía mientras me acariciaba la cabeza. -Tanya, no creo que sea buena idea que me hagas eso mientras conduzco. – dije, moviendo la cabeza para que quitara su mano. Doblé a la esquina y me estacioné en la casa que me indicó. -Esta es mi casa. – dijo ella, tomando sus cosas. Se acercó para besarme pero corrí la cara. Bajó del auto furiosa y cerró la puerta del copiloto con demasiada fuerza. -Más tarde te hablo. – mentí. Solo tenía pensado ver a Bella. Arranqué el auto inmediatamente. Aun tenía que dejar a mis hermanos en casa. -Qué romántico eres hermanito. – dijo con sarcasmo Alice. - ¿Así es como tratas a tu nueva “novia”? -No molestes duende. – le saqué la lengua. – Al menos yo no anduve con la cara larga en todo el camino. -Cállate. Aun no puedo creer que dejaras que Bella se fuera con Mike y que llevaras a esa tipa con nosotros. Yo tampoco lo puedo creer. – pensé. -Esa era su decisión. – dije con seriedad. -Además, ¿Cómo se te ocurre hacerte novio de Tanya? Me trae una mala espina. Desde que la conocí que no me cae bien. Esa chica es mala, además que su reputación no es la mejor del mundo. – el odio se notaba en sus palabras. – Si no me crees pregúntale a Emmet. -¿Yo? ¿Y qué tengo que ver yo? A mí no me metas Alice. – dijo, dejando en claro que no quería incluirse en nuestra pequeña discusión. -Es para no sentirme solo. – admití. Llegamos a casa así que pisé con fuerza el freno, indicándoles con una señal de mano que salieran del auto. – Y si me disculpan, iré a dar una vuelta para relajarme. -Más tarde hablaremos. – sentenció Alice, desafiante. -Más tarde. – convine. – Ahora, adiós. Quiero estar solo un rato.
Aceleré todo lo que pude. Ahora podría ir a ver a Bella. Me importaba bien poco lo que pensaran de Tanya. Ya había escuchado hablar de ella por los pasillos de la preparatoria que era una cualquiera. Esa fue una de las razones por las que decidí estar de novio con ella. Sabía que sería una presa fácil, de hecho, demasiado fácil.
Cuando llegue a su casa, me estacione en frente. Sali del auto y me dirigi hacia la puerta principal casi a la carrera. Con mis nudillos golpee con un poco de brusquedad. Me arregle un como el cabello al escuchar unos sonidos adentro. -Hola. – salude con indiferencia fingida. Al parecer la mire con cara de estúpido ya que cuando me vio se puso a reír. Hola. – se sonrojó. – Entra. Ponte cómodo mientras voy por mis apuntes. Subió las escaleras, dejándome solo ahí de pie. Mire hacia todos lados, percatándome de lo pequeña que era la casa, pero también de los detalles que le daban un toque acogedor. Cuando bajo, me di cuenta de sus ropas. Llevaba puesta una polera ancha con un estampado de Mickey mouse, unos shorts cortos, unas sandalias del mismo color de la polera y su cabello estaba recogido en una coleta. -Lo siento por la facha. Estaba ordenando un poco. – dijo, avergonzada mientras me entregaba los apuntes. – Además pensé que vendrías más tarde. -No te preocupes. Te vez cómoda ya adorable a la vez. -Gracias. – se sonrojó tenuemente. – pero no es necesario que mientas. -No miento. – dije mientras me acercaba a ella. – tu eres hermosa sin importar lo que lleves puesto. Di unos pasos más hacia ella, haciéndola retroceder, hasta llegar a la pared en la cual la retuve, poniendo ambas manos a los lados de su cabeza. -No exageres. – dijo nerviosa. – Edward ¿Puedes alej…? Ya no podía aguantar más. Tiré los apuntes al suelo y la bese. Necesitaba sus labios, su piel cerca de la mía, sus manos rozando mi cuerpo. Subió sus brazos hasta mi cuello y los enrollo alrededor de él. Ella me descontrolaba. Mis manos inquietas comenzaron a bajar por su espalda hasta llegar a la parte inferior de su polera. Metí mis manos por debajo y comencé a acariciar con delicadeza su cintura y su abdomen. Quería seguir hasta más arriba pero no quería ser irrespetuoso. Un jadeo se escapó de sus labios cuando lamí su cuello. Me estaba volviendo loco. Me detuve y junte nuestras frentes, mirándola directamente a los ojos para que me tomara en serio. -Bella, te quiero. Odio compartirte. -Yo también te quiero Edward. – respondió, intentando calmar su respiración. Con nuestros labios y cuerpos unidos, la tome de la cintura y comencé a caminar, buscando algún lugar para poder estar más cómodos. Más allá, en una habitación se encontraba el living así que sin pensarlo dos veces entre en él, pero no alcanzamos a llegar al sofá ya que nuestros pies se tropezaron y caímos al suelo. No sé como pero me las arreglé para caer yo primero, con ella encima. Soltó una risita nerviosa al tocar el suelo. Con una sonrisa, la mire a los ojos y observé su belleza. La besé con ternura en los labios, al cual ella respondió con delicadeza. Con mi lengua pedí permiso para poder sentir su aliento entremezclarse con el mío, su dulce sabor y su lengua jugar con la mía. Se levantó un poco para poder sacarse el short, quedándose solo con su ropa interior, y puso sus piernas a ambos lados para poder tener un mejor contacto con nuestros cuerpos. Me tomó por los hombros y me levanto lo suficiente como para quedar sentado. Se dirigió a mi cuello y lo lamió deliciosamente, haciéndome jadear mientras acariciaba mi espalda. Con mis manos, subí su polera lentamente hasta sacársela por completo. Su piel al descubierto me fascinaba. Todo en ella lo hacía. Quería probar su piel, sentir su calor, su aroma, el tacto entre nuestras pieles desnudas así que yo también me saqué la polera, para poder estar a la par con ella. Nos fundimos en un beso apasionado, atrayéndola más hacia mí. Ella comenzó a bajar sus manos hasta llegar al nacimiento de mi pantalón. Con un poco de dificultad, sacó mi cinturón y lo desabotonó. Fijo su mirada en mi parte íntima. Tomo mi pantalón y comenzó a sacarlo junto con mis bóxer, dejando al descubierto mi ya pronunciada erección. Se mordisqueó el labio inferior al verla. Su gesto me volvió loco. Ya estaba desnudo por completo. Ahora faltaba ella. Era el momento de deleitarme con su perfección. La agarre del brazo y la acerqué para poder volver a besar sus labios. No podía dejar de necesitarlos. Eran adictivos. Desabroché su sostén y se lo saqué de un tirón. Quede como embobado con sus formados y bien tornados pechos. No pude aguantar ni un segundo más y me los metí a la boca. La mezcla de su sabor y el sonido de los gemidos de mi amada me excitaban más y más. Giré sobre mí mismo para quedar encima de ella, percatándome de no depositar todo mi peso en su cuerpo. Con una mano fui bajando de a poco su última prenda. Aunque era un chico guapo y nunca me habían faltado mujeres en mi vida, esta era la primera vez que estaba dispuesto a entregar mi cuerpo a una persona. Era mi primera vez. Nunca había tenido sexo con alguna chica ya que todas con las que estuve ya tenían experiencia por lo que no me había atrevido a darles algo tan importante. Pero a Bella sí. No me importaba que ella no fuera virgen y que tuviera más experiencia que yo. Cuando estaba a punto de introducirme en ella, sentí como su cuerpo se tensaba por completo. Me detuve para poder observarla. -Edward, no puedo. – dijo, apenada. Empezará con su discurso de que tiene “noviecito”. – pensé. -¿Qué paso? -Lo siento, aun no puedo. – puso sus manos en mi pecho y me empujó para que me quitara de encima. -¿Porque? – pregunté, preocupado ante su expresión. -Porque… lo que pasa es que yo… esto… aun soy virgen. – sus mejillas se encendieron. Una alegría inmensa me invadió. La mujer de mis sueños era la chica indicada. Significaba que ella sería la única en mi vida, la única que me haría suyo como yo a ella. Seria yo quien le quitaría su pureza y le daría la prueba de que el amor existe. No pude evitarlo. Comencé a reír de felicidad. -¿De qué te ries? – preguntó, molesta. – no me parece para nada gracioso Edward Cullen. -Es solo que mi plan era darte mi primera vez a ti. -¿Cómo? ¿Aún no has tenido sexo? – preguntó, incrédula. -No. Como te dije, tenía planeado darte mi primera vez a ti. -No te creo. – dijo con seriedad, aun molesta. -Pues créelo. – la abracé. No fue una muy buena idea ya que su cuerpo desnudo me tentaba. Me dirigí hacia sus labios y la besé efervescentemente. Por fin sabría que se sentía al tener sexo, pero no. Esto no era solo eso. No era algo meramente físico, era algo más. Esto era “hacer el amor” con la persona que yo amaba. Nuevamente comenzó el juego. Cuando ya no podía esperar más, comencé a introducirme en ella con delicadeza. Mis movimientos eran suaves. Quería disfrutar de cada sensación de placer, hasta que fueron en aumento a causa de la excitación. El sonido de nuestras respiraciones descontroladas y gemidos inundaba la habitación. No podía dejar de tocarla, besarla y de moverme dentro de ella. Como había dicho anteriormente. Ella era una adicción. El sonido que salía de sus labios al sentirme dentro me fascinaba. Yo era el responsable del placer que la invadía. Yo era el primero que la poseía en cuerpo y sería el único. -¡Edward! – dijo mi nombre entre un gemido. Estaba descontrolado totalmente. Ella me enloquecía.
Ambos llegamos a los cielos juntos, gritando nuestros nombres al terminar. Me quedé por un instante encima de ella, intentando asimilar lo que había pasado. Había hecho el amor con la persona más importante en mi vida. Mi Bella y había sido la mejor experiencia que había tenido. Con nuestros cuerpos bañados en sudor, me separe de ella y me recosté a su lado, abrazándola por la cintura. -Te amo Bella. – aquellas palabras jamás habían salido de mis labios y me sorprendió a mí mismo, escucharlas como si fuera lo más natural del mundo. Esos hermosos ojos color chocolates me miraron con ternura. -Yo también te amo Edward. Aquella simple frase logró llenar mi corazón. Cuando finalmente logramos controlar nuestras respiraciones, ella se levantó en busca de su ropa. Yo no lo hice de inmediato. Me había quedado como hipnotizado mirándola. Nos vestimos con rapidez. Cuando terminó, se sentó en el sofá y me observó mientras terminaba de colocarme los pantalones. De pronto, me doy cuenta de que tiene tapado el rostro entre su manos. Me senté junto a ella, preocupado. -¿Qué ocurre Bella? ¿Acaso estuve mal? Si fue así lo siento. Entiende que es mi primera vez. -No es eso. – dijo, mirándome por primera vez desde que se levantó, con lágrimas en los ojos. -¿Entonces qué ocurre amor? – pregunté, atrayéndola hacia mi para poder abrazarla y protegerla. -No debimos haberlo hecho. – se notaba la culpabilidad en sus ojos. – Edward, tú tienes novia y yo, bueno, tengo a Mike. Ellos no se merecen esto. – se tapó nuevamente el rostro con las manos. – Soy de lo peor. Rompió a llorar. -Bella, cariño, no lo eres. – dije preocupado. Era mi culpa. – Tú más que nadie sabe que yo no quiero a Tanya, como yo también sé que tú no sientes nada por Mike. Se tranquilizó un poco. -Lo sé, pero no puedo ser mala con él. Siempre intentó dar lo mejor para complacerme y yo le estoy pagando, dándole mi virginidad a alguien que estoy apenas conociendo. -¿Cómo que recién conociendo? Me miró extrañada. -¿Cómo? -Nosotros nos conocimos hace mucho tiempo atrás. Yo siempre soñé contigo, que algún dia te tendría entre mis brazos, que podría besarte, tocarte, sentirte, como ahora. Ella me miró sorprendida. Quizás pensaba que estaba loco.
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Hola chicas, bueno además de saludarlas y desearles lo mejor del mundo, queria decirles que acabo de modificar los capitulos que estaban mal escritos. Lo siento, es que me acabo de dar cuenta. UPS.
Por favor, dejen sus comentarios sobre los cap. me da penita que solo alla un comentario. T_T avisen si quieren que lo deje hasta aqui...
un beso.
XAU! :D
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