hola chic@s hoy les dejare 3 nuevos capitulos para ustedes

POV Edward

Mientras tuviera sanidad mental, o no tuviera planes de suicidarme, nunca, y lo repito, nunca iria de compras con Alice o Rosalie de nuevo. Ese duo era el par de vampiras mas locas y exageradas en cuanto a compras se referia, no soy alguien que cometa el mismo error dos veces, al menos hasta ho,y y mucho menos si no habia un motivo.

Alice y los demas ya habian salido porque ellos no tenian el regalo perfecto para Esme, yo ya tenia planeado lo que le iba a regalar.

Despues de que deje de escuchar al mustang de Rose decidi que era buen tiempo para escapar, no queria que Esme llegara y no me encontrara, no queria que sospechara. Aunque es cierto que podria mentir y que ella me creyera, nunca me habia gustado hacerlo y, por una parte, Esme siempre se quedaba extrañada cuando le decia mentiras, aunque termianaba creyendome.

El viaje a Chicago no duro mucho, unas cuantas horas fueron suficientes para poder estar frente a mi destino.

Al principio de mi nueva existencia, aunque no recordara nada, no podia venir aqui porque todo era demasiado dificil y confuso; justo antes de marcharnos de Chicago por primera vez Carlisle se habia encargado de comprar la propiedad y, de una u otra forma, todas las pertenecias que quedaban.

Antes de encontrar a Esme, Carlisle se habia traido todas las cosas de mis padres a la casa en donde nos estabamos quedando ya que era hora de enfrentarme a lo que sea que me habian dejado, pero aun asi no podia. Recordarlos era dificl por lo que no trataba muy a menudo, pero teniedo sus cosas frente a mi pequeños vistasos pasaban frente a mis ojos, como si fueran visiones del pasado; por ese motivo preferia no acercarme a la caja que contenia lo que quedaba de mi vida humana. Para que recordar toda una vida si ya la habias perdido? Nunca me catalogaria como un tipo masoquista, simplemente hacerme sufrir no era mi estilo.

La situacion es que, despues de encontrar a Esme y que ella dejo atras su etapa como neofita, naturalmente nos mudariamos y yo todavia no habia movido nada de la caja. Carlisle entendio mis motivos, aunque no se lo explique claramente, y me dijo que los llevara de nuevo a la casa de Chicago y de mala gana acepte llevarlos pero, de una u otra forma, Esme sintio mi descontento y se ofrecio a llevarlos, aunque de todas formas yo tenia que ir con ella para enseñarle el camino pero fue menos doloroso.

Cuando entramos la casa, bastante empolvada debo agregar, y Esme fue a dejar las cosas a la recamara de una madre que apenas recordaba, ella se le habia quedado mirando a un par de aretes y collar de color verde esmeralda por unos cuantos segundos. No habia pensado mucho, pero se le habian hecho lindos, aun asi no me dijo nada y yo, en ese momento, no se los ofreci.

Regresando al presente, mi plan al principio era regalarle ese juego de collar y aretes, ya que yo nunca me los pondria y a ella le habian gustado mucho, pero despues de haber escuchado lo que habia dicho Rose sobre el baile el regalo perfecto habia venido a mi cabeza.

Mi madre tenia que haber guardado algun vestido que combinara con ese juego y estaba seguro de que tendria que estar por alguna parte de su cuarto.

Al abrir la puerta principal con mucho cuidado ya que se estaba callendo, literalmente, se escucho un horrible chirrido y el olor a polvo me impacto de un solo golpe.

Nunca habia sido capaz de cambiarle nada a la estructura original de la casa asi que la mayor parte de la mansion estaba en pedazos.

La casa, si estuviera en buenas condiciones, seria una de las casas mas bonitas que pudiera haber en la ciudad solo que ahora reflejaba su edad cosa que no era muy atractiva. Al subier por la gran escalera me percate de que ya se habian podrido varios escalones de madera y que algunos de los pequeños cuadros que colgaban de la pared se habian caido y, en algunos casos, roto.

Uno de los cuadros era una retrato de papa y mama el dia de su boda. Segui subiendo las escaleras y corri al cuarto de mis padres, no sabia cuanto tiempo mas podria aguantar aqui dentro sin tener algun tipo de cambio emocional.

Seria imposible entrar al cuarto sin que las memorias me invadieran. Si no recordaba mal, mi padre habia pasado sus ultimos dias en esta recamara, el habia muerto en la camilla del hospital durante la primera oleada pero antes de morir se habia quedado aqui con mama.

Flashback
Yo acababa de salir de mi recamara para ir por algo de tomar a la cocina, ultimamente no habia podido dormir bien por los constantes ataques que le daban a papa y eso al parecer me estaba debilitando. Maggie, la sirvienta, acababa de entrar al cuarto de mis padres con un jarron de agua y varias toallas; por lo que veia, papa no se estaba poniendo mejor.

Mi madre me habia enseñado que espiar no era bueno, pero aun asi, eso no me detuvo de pararme frente a la puerta de mis padres y escuchar lo que Maggie y mama hablaban.

-No sera mejor mandarlo al hospital, Sra. Masen?

-Que podrian hacer en el hospital que no hagan aqui Maggie? Hemos tratado de todo y nada ha funcionado, solo ha empeorado. De un poco de tos a toser sangre; no tienes idea de como llego esto a la ciudad, si ya averiguaron una cura para esto?

-Lo siento Sra. pero todos en el pueblo estan igual de sorprendidos, los doctores no se explican como una bacteria puede afectar a tantos tan fuertemente como lo esta haciendo.

Cuando comence a escuchar los sollozos de mama decidi que era mejor ir a la cocina y regresar a mi cuarto.

Por algo habia evitado venir aqui en tanto tiempo. Trate de sacar esa pequeña escena de mi cabeza pero esta seguia rondando y mis alrededores no ayudaban mucho. Unas horas despues todos los que quedabamos en la casa comenzamos con los sintomas, unos mas avanzados que otros, la ultima memoria que quedaba de papa era cuando se lo llevaban con urgencia al hospital.

El cuarto era quiza uno de las estancias que menos se habia desgastado en toda la casa, aun estaban las mismas sabanas en el colchon, y el jarron y las toallas en el mueble cerca de la cama. La silla donde mama se habia quedado practicamente contrayendo la enfermedad seguia en su lugar. No se porque esperaba que algo cambiara cuando no habia nadie aqui.

Rapidamente tome la joyeria y me dirigi al ropero de mama. Gracias a poder leer mentes y a tener una hermana que la mayor parte del tiempo pensaba en ropa, no tarde mucho en encontrar un vestido que quedara con los aretes y collar. Como era un clasico del principio de siglo, me imagino que Alice tendria que hacerle unos cuantos arreglos y ajustarlo un poco a la medida de Esme.

Una vez que habia metido las cosas en el pequeño maletin que habia traido, le di un ultimo vistazo a la fachada de la casa antes de salir huyendo del lugar.