El lunes Emmett me acompañó a buscar mi horario y la beca y luego nos devolvimos al apartamento. El lunes y el martes fueron un poco diferentes, ya que pasé la mayor parte del tiempo con Edward, quien seguía haciéndome millones de preguntas, haciéndome reír y no dejando que mi falta de equilibrio me matara en cualquier momento.

El martes en la noche me encontraba con Edward en la sala del apartamento, Jasper, Alice, Emmett y Rosalie habían salido a la tienda a buscar algunas cosas que según Alice hacían falta en la nevera.

-Estoy nerviosa- dije después de un momento de silencio.

-¿Por qué?- preguntó Edward.

-Por mañana- dije riéndome tontamente.

-Relájate, todo va a estar bien- dijo sonriéndome de lado de la manera que hacía que mi corazón saltara de mi pecho como loco.

-Suenas como mi mamá- dije riendo tratando de desviar mis pensamientos.

-No quiero que me veas de esa manera- dijo serio de repente mientras se acercaba peligrosamente a mi rostro- No quiero que me veas como un simple amigo que te cuida- dijo y podía sentir su respiración contra mi rostro.

-Ehhh…- comencé a decir, pero no sabía qué hacer. Edward forzó una sonrisa y luego se separó poco a poco de mi cuerpo.

-Olvida lo que te dije- dijo sonriéndome.

Estuvimos un rato en silencio, Edward mirando al suelo y yo mirando a Edward. No sabía que había querido decir con eso…

-Ehhh, ¿Bella?- preguntó de repente mirándome con un brillo en sus ojos.

-¿Si?- respondí con el mismo tono que él había utilizado.

-¿Te tomarías una foto conmigo?- preguntó mientras sostenía su BlackBerry en una de sus manos.

-Claro- dije sonriéndole mientras me sentaba cerca de él.

Edward  estiró su brazo y yo me dispuse a sonreír. El flash de la cámara me dejó viendo estrellitas un rato.

-¿Puedo verla?- dije mientras me frotaba los ojos para poder verla.

-Claro- dijo mientras me daba el celular.

En la foto salí yo mostrando mis dientes por mi enorme sonrisa, pero Edward salía apenas elevando las comisuras de sus labios, además que no estábamos tan cerca como yo pensaba…

-No me gusta- dije en voz alta.- ¿Podemos tomarnos otra y borrar ésta?- le pregunté.

-Adelante- me dijo sonriendo de lado.

Me acerqué más a Edward, me acerqué tanto que nuestras piernas se tocaban y comenzaba a sentir aquella descarga eléctrica que solo sentía cuando él me tocaba.

-Pasa tu brazo por mis hombros- le susurré. Él solo me miró mientras pasaba su brazo encima de mis hombros, pasando sus dedos por mi cuello haciéndome estremecer por su contacto.

-¿Así?- dijo una vez que su brazo me rodeó por completo.

-Si- dije bajito- ahora intenta sonreír más ¿sí?- le dije un poco más alto.

-¿Qué tiene de malo mi sonrisa?- me dijo mientras levantaba una de sus cejas. Nuestros rostros estaban tan cerca que sentía su respiración. Me sentía completamente protegida bajo su abrazo.

-Nada- dije mirándolo directo a los ojos. Esos ojos… sólo Edward había logrado tener ese efecto en mí, pero no me quería ilusionar.- Cuando cuente hasta tres ¿ok?- le dije y el solo asintió. Estiré mi brazo y comencé a contar- 1, 2…3- dije y tomé la foto.

Esta si me gustó. Edward tenía aquella sonrisa que tanto me mataba y su rostro era simplemente perfecto.

-Esta si me gusta- dije luego de quedarme viendo a Edward en la foto un rato.

-Yo la quiero ver- dijo con un puchero que me hizo sonreír.

Le pasé el BlackBerry a Edward y su cara fue lo más hermoso que había visto. Una sonrisa que nunca antes me había mostrado se extendió por su rostro.

-Quedó genial- dijo sonriéndome con esa tierna sonrisa.

-Otra- dije deslumbrada todavía.

-Está bien- dijo y comenzó a contar. En ese momento se me ocurrió algo, no sabía cómo lo iba a tomar Edward, pero quería hacerlo.

Cuando Edward llegó a “2”, coloqué mi mano en su mejilla y me senté sobre mis rodillas para poder quedar a la altura del rostro de Edward y poder besar la mejilla contraria a la que había puesto mi mano. Sentí el flash sobre mi rostro y me alejé de Edward viendo al suelo

-Esta sí que me gusta- dijo sin dejar de ver la foto

-Puedo verla- le dije sin levantar mi rostro.

-Toma- dijo poniendo  el celular delante de mis ojos, dejando claro que quería que levantara mi rostro.

La foto quedó muy linda, la cara de Edward era de total sorpresa y yo tenía una sonrisa mientras besaba su mejilla

-Quedó genial- dije sonriéndole a Edward- ¿me la puedes mandar?- le pregunté.

-Listo- dijo sonriéndome de vuelta y sentí como mi BlackBerry comenzaba a vibrar dentro de mi bolsillo.

-Eso fue rápido- dije viendo mi celular y poniendo, sin que Edward se diera cuenta, la foto como fondo de pantalla en él.

Estuvimos un rato más tomándonos fotos como unos locos, hasta que nos aburrimos de eso y prendimos el televisor, estaban dando “Underworld 2” y nos pusimos a verla. En algún momento de la película me fui quedando dormida sobre el hombro de Edward, éste lo que hizo fue rodearme con su brazo y colocarme sobre su pecho. El olor de Edward era sensacional, no tenía descripción. Con su dedo comenzó a trazar círculos sobre mi espalda y a mandar millones de descargas sobre mí. El sueño seguía haciendo de las suyas en mí, por lo que no supe si fue mi imaginación o era que Edward estaba tarareando una nana para mí, pero tampoco lo pude descubrir, ya que me había quedado completamente dormida sobre el pecho de Edward.

A  la mañana siguiente me desperté en mi cama. Ni siquiera sentí cuando o como llegué hasta aquí. Rodé sobre mi cuerpo y me tropecé con una nota.

Después de frotar mis ojos y bañarme y cambiarme, me senté en la cama y la leí.

“Anoche la pasé genial contigo…

Espero verte hoy también.

¡Suerte en tu primer día!

Edward”

La nota me la había dejado Edward, no lo podía creer. Él había sido quien me había cargado hasta mi cama en la noche y me deseaba suerte en éste día.

Salí de mi cuarto con una sonrisa en mis labios. En la sala solamente estaba Alice desayunando.

-Buenos días dormilona- dijo sonriéndome.

-Buenos días Alice- dije sonriéndole de vuelta- todavía no me acostumbro al horario- dije sentándome con ella mientras comía un sándwich que alguien había dejado en un plato con jugo de naranja en un vaso.

-Eso lo preparó Rose para ti antes de irse a sus clases- dijo señalando mi desayuno- dijo que no te acostumbres- terminó riendo.

Oh, está bien- dije sonriéndole.- oye, ¿me acompañas en mi primer día verdad? – le pregunté esperanzada.

-No puedo Bells, también es mi primer día, Jasper viene a buscarme para acompañarme- dijo sonriéndome- pero tranquila, como Emmett también estudia odontología él te va a acompañar hoy- dijo sonriéndome y en eso tocaron la puerta- ¡PASEN!- gritó Alice.

La puerta se abrió y entró Jasper seguido de Emmett, esperé a ver si Edward también venía, pero no llegó, por lo que la sonrisa de mi rostro se desvaneció poco a poco.

-Buenos días chicas, ¿están listas?-preguntó Jasper sonriendo

-Sí, Bella está terminando de desayunar. Pero yo ya me tengo que ir- dijo Alice levantándose.- Suerte en tu primer día amiga- dijo mientras me abrazaba- tenemos cosas que hablar- susurró en mi oído y luego se fue con Jasper, a quién besó dulcemente en los labios y luego salieron del apartamento.

-Pequeña apúrate, vamos a llegar tarde- dijo Emmett con cara de sueño, pero sonriendo como siempre.

-¡Voy!- dije mientras terminaba de comer y de tomarme el jugo. Tomé mi cartera y salí con Emmett del apartamento. Nos montamos en el ascensor y llegamos al estacionamiento del edificio.