Capítulo 7: Charla con mi prometido
Bella POV:
-Bella, no sé qué te haya hecho cambiar de opinión, pero que bueno que has aceptado-responde Edward. Mi corazón late desbocado y estoy por derretirme. Edward parece muy emocionado.
-Es por interés- murmuro-. Debo tener esa herencia
-Bueno, no importa por qué sea… Lo importante es que nos casaremos
Gruño y no porque esté enojada con Edward. Estoy furiosa conmigo misma porque aunque no lo admita, me gusta la idea de casarme con él, de probar alguna vez esos hermosos labios. No sé qué me sucede con él, apenas lo conozco y ya siento todo esto y estoy segura de que no es por lo atractivo que sea porque hombres así he visto muchos… Pero algo me impulsa a querer estar con Edward a pesar de que yo diga que no me agrada.
-Perdón por lo que dije, Bella- se apresura a decir él-. Te prometo que intentaré no decirte nada que te moleste
-No te preocupes Edward, no has hecho nada malo… Bueno, mañana te espero aquí para que hablemos con mis padres
-Perfecto, yo en unas horas estaré en Seattle, así que paso por ti en la tarde
-Está bien, bueno… Adiós- digo antes de colgar. Doy media vuelta y me encuentro con una estupefacta Ángela.
-No puedo creerlo- susurra.
-Créelo porque ya está más que decidido… Me caso con él
-Eres demasiado buena, Isabella…
-No… No lo soy, deja de decir eso
-Pero es la verdad
Me rio.
-Bueno, bueno, tal vez sea buena persona, pero ya no lo digas
-Está bien- sonríe-. Bueno, iré a bañar a mi niño, ah, y te he dejado el dinero que hace rato me has dado, creo que le darás un mejor uso que yo
-Pero…
-Dijiste que te despidieron, ahora lo que más necesitas es el dinero, aunque he visto que tienes un celular de última generación- lo último lo dice con un tono burlón.
-Me lo ha regalado Edward- Ángela abre los ojos como platos-. No me mires así, me lo dio porque tiene que avisarme cada vez que se aparezca en mi vida, esto es como una campana o algo así
-Pues es una campana de lujo- se carcajea-. Con lo que cuesta eso yo podría comer un mes
Miré el teléfono. Que excelente idea.
-Ángela, eres una genia, puedo vender esto y no tengo por qué casarme- sonrío.
-Isabella, si vendes eso, Edward no podrá avisarte cuando venga
-Pues que me consiga un aparato más económico y yo vendo esta cosa aunque me guste
-No lo vendas y toma el dinero que ibas a darme, ya bastante harás por mí
-Ángela…
-Tómalo, es tuyo
Suspiro. Me apena, pero creo que debo tomar el dinero. Puedo comprar comida para los tres.
-Lo tomaré- contesto-. ¿Dónde lo has puesto?
-Lo he dejado en el baño, junto a mi ropa- contesta mientras entra a mi pequeño baño. Segundos después sale con el dinero y me lo da.
Asiento y tomo el dinero con toda la pena del mundo.
-Bueno Ángela, baña a Ben y… Yo iré a comprar unas cosas, estás en tu casa
-¿De verdad confías tanto en mi a pesar de que te dije que robé?- preguntó muy seria.
-Ángela, lo hiciste por necesidad, no porque seas una ladrona
-Lo sé, pero me hace tan feliz que confíes en mi de esta manera, sin siquiera conocernos
-Algo me dice que puedo confiar en ti, Ángela… Además somos conocidas
Ella asiente.
-Bueno Isabella, regresa pronto… Mientras bañaré a Ben
-Perfecto…
Tomo mi suéter y salgo de casa. En el camino hacia el supermercado pienso en mi cumpleaños. Será dentro de cuatro días y yo no tenía planeado celebrarlo, pero desde que Edward y mis padres entraron en mi vida, creo que será imposible. Él se va a acordar seguramente, porque también ese fue el cumpleaños de Kristen; Me duele un poco pensar que solo lo recuerde por eso, no porque sea mi cumpleaños, pero así es la vida, más bien… Así es mi vida. Desde el momento en que yo acepte esa herencia y me case con Edward… Solo seré una sustituta. Mis padres de alguna forma sentirán que recuperaron a ese hijo que perdieron y Edward tendrá ese bebé que no pudo tener con mi hermana. Nadie me va a valorar a mí por lo que soy, si no por hacer lo que Kristen y Riley no pudieron.
Cuando entro a la tienda, trato de deshacerme de esos deprimentes pensamientos; No puedo… La palabra “Sustituta” se repite una y otra vez en mi mente y mi conciencia me recuerda de nuevo que nadie me verá como Isabella Swan sino como un reemplazo de Kristen; Como alguien que pudo lograr lo que ella dejó inconcluso.
Elijo unas cosas para la cena y una leche en polvo para Ben junto con un biberón. No me sobra nada pero estoy feliz de que me alcanzara para la comida del bebé. Me hace ilusión que dos personas hayan llegado a mi vida; de cierta manera ya no me siento sola.
Regreso a mi casa con pensamientos totalmente contrarios a los que tenía cuando vine. Ángela y Ben serían mi motor para seguir con esto, con la venganza, con mi matrimonio con Edward. Tengo que aceptar la herencia, no puedo fallarle a Ángela de esa manera y mucho menos a su hijo.
Abro la puerta de mi casa y ante mi está una escena muy tierna. Ángela está sentada en el sofá con Ben en brazos y cantándole una nana. Cuando se percata de mi presencia se sonroja y pide disculpas al mismo tiempo que se levanta.
-Ángela- me río-. No seas tonta, ¿Por qué te disculpas? Siéntete como en tu casa
-Pero…
-No discutas conmigo, jovencita- la regaño-. Ahora debemos cenar… He traído leche en polvo para tu bebé, no sé si te moleste
-Claro que no Bella- me sonríe-. Muchísimas gracias…
-No agradezcas… ¿Ya bañaste al bebé?
-Sí, ya lo he hecho
Lo miro y la pobre criatura está solo con un pañal. Ángela frunce el ceño.
-Es el último pañal que le queda- dice triste.
-Me hubieras dicho- le reclamo-. Yo hubiese…
-No te preocupes Isabella, podemos ponerle una tela que no utilices o algo en lo que conseguimos pañales
-Bueno, eso sí… Cuando tenga un poco de dinero iremos por unos pañales para el bebé- le digo.
-E… Está bien
Después de un rato, Ángela y yo estamos cenando en mi pequeña mesa. Ben está dormido en la cama. Ángela ya le dio un poco de la leche que le traje.
-Estoy nerviosa- le confieso a Ángela-. Llevaba cinco años sin saber de mi familia, de repente aparecen todos, incluido Edward y tengo que casarme con él
-Las cosas pasan por algo- suspira-. Tengo una duda sobre ti… ¿Por qué vivías sola? ¿Te corrieron o lo decidiste tú?
-Lo decidí yo misma… Ángela… Yo no encajo en la sociedad alta, estaba harta, ese no es mi lugar, además mis padres me rechazaban y sentían preferencia por Kristen… Cuando me dijeron que yo era su heredera, me explicaron el por qué… Según ellos, me trataron así para que yo fuese más fuerte, para que aprendiera a hacer las cosas por mí misma… En mi quieren recuperar al primer hijo que tuvieron… Como siempre, soy una sustituta, tanto de Riley, como de Kristen
-Eso es muy triste- contesta en voz baja. Realmente parece apenada-. Y creí que mi historia era complicada, veo que la tuya lo es más
-No… Tu historia es más complicada y cruel, solo que la mía es menos común- la corregí-. Por desgracia no son pocas a las que abandonaron cuando estaban esperando un hijo
-Sí… No soy la única y eso me entristece… Puedo comprender el dolor por el que pasan esas madres, que están solas en el mundo
-Pero tienen un motivo por el cual luchar- le recuerdo-. Y esa es la parte triste de mi historia, yo no tenía por quien luchar… Estaba sola, no tenía compañía, nadie por quien vivir
-No estarás sola nunca más- dice Ángela mirándome con intensidad-. Tú me has ayudado y por eso yo te prometo que nunca te fallaré, que siempre estaré allí…
-Muchas gracias Ángela- contesto conmovida.
Quince minutos más tarde, nos encontramos discutiendo porque Ángela está empeñada en dormir en el sofá.
-No puedo dormir en tu cama Isabella, es tu casa- reniega.
-Pues porque es mi casa, yo puedo decidir dónde dormir- le saco la lengua y me cruzo de brazos. Ángela suelta una risita-. Y yo dormiré en el sofá
-No quiero darte molestias, Isabella… Por favor, tú sigue durmiendo en tu cama
-Ángela, no seas testaruda, duermes en la cama porque duermes en la cama, piensa en el niño
-Pero…
-Pero nada, señorita… Además, yo casi siempre duermo en el sofá
-¿Por qué?
-Me quedo viendo la tele- me rio.
A media noche me despierto un poco y observo con Ángela y Ben duermen profundamente. Necesito conseguir dinero… Me levanto de un salto. ¡Tengo el dinero de la renta! Maldita sea, ¿Por qué demonios no me he acordado?
La emoción me embarga. Mañana temprano tengo que ir a comprar comida. Ya tendré tiempo para ahorrar el dinero de la renta de nuevo o ya no voy a pagarla porque creo que es muy posible que me case con Edward pronto… Pero él dijo que podía seguir viviendo aquí. Eso es genial.
El estómago me duele porque de pronto me embargan los nervios… Me casaré con Edward, no puedo creerlo.
Ya no puedo dormir el resto de la noche y cuando amanece me pongo unos pants y una sudadera. Tomo el dinero y salgo de la casa. Necesito ir al cementerio, hablar con mi hermana…
Una vez enfrente de la tumba de Kristen me recuesto un poco ella y derramo unas cuantas lágrimas.
-Kristen, voy a tener que reemplazarte- sollozo. Tengo demasiados nervios, por eso estoy llorando-. Va a ser complicado… ¿Por qué nos dejaste? Más bien, ¿Por qué dejaste a Edward? ¿Sabes? Él te amaba… Te necesita, y necesita a ese hijo contigo, no conmigo… Nadie me querrá a mí, en mí solo verán tu recuerdo, ¿Por qué Kristen, por qué?
Me quedo unos minutos más allí, sollozando. Me levanto cuando me siento desahogada.
-Está bien, Kristen- digo mientras me limpio las lágrimas-. Voy a tomar tu lugar y el de Riley, seré tú para Edward y seré Riley para nuestros padres… Pero esto no lo hago por ti, que te quede bien claro… Lo hago por Ángela y Ben
Me voy del cementerio sintiéndome un poco mejor. Sé que Kristen no puede escucharme, pero habérselo dicho fue bueno.
Tengo la esperanza de que quizás, después de la muerte haya ido a alguna otra parte y me escuchara y que de cierta forma pudiese ayudarme.
Me dirijo hacia una tienda, de hecho… Es la misma en donde encontré a Edward por vez primera. Compro unos pañales para Ben, pan y café para desayunar. Cuando salgo me invade la sensación de dejà vu. He chocado con Edward de nuevo.
Él se ríe al verme.
-¡Mi amor, estás viva!- exclama. Se está burlando de cómo reaccionó en nuestro primer encuentro. Me echo a reír por dos cosas. Una, por su broma y dos… Porque me hace feliz verlo otra vez.
-Qué tonto eres- le digo riéndome aun.
-¿Acaso estamos destinados a encontrarnos en esta tienda?
-Es cierto, me resulta extraño no haberlo dicho primero- admito en voz baja.
-Es que ya no me odias…
-No te ilusiones, querido… Sigo odiándote
-Bueno, Bella, ¿Cómo sigues? ¿Ya te recuperaste?- en sus ojos noto la preocupación.
-Sí, ya me recupere, yo no soy de estar muy enferma…
-Me alegro… No me gustaría verte mal… Eso no va contigo
-Lo sé
-Bueno, ¿Qué haces por aquí tan temprano?
-Lo mismo te pregunto yo a ti
-Yo… He llegado hace un poco y me he bajado a comprar unos cigarrillos
-¿Fumas?
-Sí- suspiro-. Desde la muerte de Kristen
-Dejemos el tema por favor- le pido. No quiero que se ponga triste, no soporto a un Edward deprimido.
-Yo también iba a cambiar el tema- sonríe, aunque sin muchas ganas. El recordar a Kristen deja un rastro de tristeza y dolor en su perfecto rostro-. ¿Qué haces aquí?
Suspiro. Nuevamente tendremos que hablar de Kristen.
-Compré cosas para el desayuno, vengo del panteón… Edward… Quería decirle a Kristen que la reemplazaré
Edward alzó una ceja.
-¿Reemplazarla? ¿Por qué piensas eso?
-Es más que obvio lo que tú y mis padres quieren… Pero bueno, yo ya he aceptado ¿No?
-Hablemos de esto con más calma, ¿Qué te parece si vamos a un restaurante?
-Tengo que regresar a mi casa, ahora no estoy sola, vivo con alguien y tengo que darle desayuno
-¿Pero qué…?- me rio de su cara. Parece como si le hubieran dicho algo increíble. Yo sé lo que está pensando y me quiero divertir unos minutos.
-Sí, ya vivo con alguien, se llama Ben
-¿Quién es Ben?- pregunta con los dientes apretados. Me agarra fuertemente del brazo y me acerca a él. Nuestros rostros están a escasos centímetros y no puedo respirar de manera normal por los nervios de tenerlo tan cerca-. Te recuerdo que estás comprometida conmigo y que muy pronto solo serás mía… No puedes estar con nadie más
-¿Pero qué diablos te crees?- le grito soltándome. Lo miro enfurecida aunque muy dentro de mí, estoy emocionada-. Yo no voy a ser tuya jamás en la vida
-Me creo tu prometido… Por eso te digo esto… Le vas diciendo al tal Ben que se largue de tu casa
-Yo no voy a dejar a Ben… Lo quiero ya a pesar de conocerlo de un día
-¡¿Pero qué demonios?!
-¿Podrías bajar la voz?- le reprocho.
-Isabella- no sé por qué, pero no me gusta que me llame así, se oye muy duro. Prefiero Bella-. ¿Cómo es eso de que lo conoces de un solo día?
-Sí, ayer por la noche
-¿Qué mierda has dicho? ¿Qué pasó entre ustedes?
-Dormimos en mi casa- respondo con una sonrisa. Edward se queda boquiabierto y su piel está poniéndose roja por la furia. Presiento que está celoso y eso me emociona. Más de lo que yo misma quiero admitir.
-No puede ser verdad- sonríe pero está lleno de ira, se le nota-. Tú sigues siendo inocente, virgen…
Me sonrojo.
-Cállate, estúpido- le digo con odio-. No digas eso en voz alta, ya te explicaré de una vez por todas quien es Ben… Llévame a casa y te lo presento
-No quiero conocer a ese hombre porque soy capaz de matarlo
-¿Qué te ocurre, Edward?- cuestiono fastidiada-. ¿En qué diablos estás pensando?
-¿En qué estoy pensando?- suelta una carcajada forzada-. Tú misma debes saberlo Isabella, tienes veintitrés años, y aunque seas virgen tienes que ser capaz de saber en qué estoy pensando
-En primera, deja de decir mis intimidades, estamos en la calle, en segunda, no sé qué piensas… No todas las chicas de veintitrés años tenemos una mente llena de porquerías
-Entonces debo creer que no pasó nada entre ese tal Ben y tú, ¿Cierto?
-Ah, ya capté… Piensas que he tenido sexo con Ben- me carcajeo.
-¿No qué no tenías la mente llena de porquerías?
-No, no la tengo… Tú me has dicho claramente que eso piensas, además la frase “Tener sexo” no me suena a ninguna porquería, yo lo he dicho de forma correcta
-Dejémonos de tonterías y vamos a tu casa, al diablo los cigarros, quiero saber quién es ese tal Ben
-Lo sabrás cuando lo conozcas- murmuro-. Y te arrepentirás de pensar lo peor de mí
La cara que puso Edward cuando conoció a Ben… Sinceramente no tuvo precio. Pagaría miles de millones de dólares por volver a verlo. Ángela sigue aturdida por tener a Edward aquí. La situación es incómoda para ellos, pero cómica para mí.
-Isabella, nunca me dijiste que Ben era un niño de tres meses de nacido- gruñe Edward. Yo estoy preparando un café y le doy la espalda. No quiero que note que estoy llorando de risa por esa expresión tan graciosa que puso.
-Isabella, no me dijiste que traerías a tu prometido- dice Ángela. Dejo de reírme y me volteo hacia los dos.
-Para ti va esto Edward… Yo no soy esa clase de mujer que estabas pensando, he decidido que Ángela y su bebé, vivan conmigo, y para ti Ángela… Pues, yo no sabía que iba a ver a Edward, me lo he encontrado cuando salí a comprar el café y el pan
-¿De dónde has sacado el dinero?- pregunta impresionada.
-El dinero de la renta- suspiro-. Faltan varios días para que el señor Wilson venga
-Yo pagaré esa renta- dice Edward. Lo miro seria.
-No gracias
-Soy tu prometido, debo hacerlo
-¿Por qué me lo tienes que recordar?- le reclamo.
-Porque es nuestra realidad, quieras o no vamos a casarnos, ya lo decidiste y creeré que eres una cobarde si te echas para atrás
-Yo no me voy a echar para atrás- le respondo muy seria-. Tengo un motivo muy importante para continuar con esta locura de aceptar la herencia
-No sé a qué motivo te refieres, pero debe ser importante…
-Sí, si lo es
-Lo hace por mí- interviene Ángela. Edward la mira y yo la asesino con la mirada.
-¿Qué?- pregunta Edward.
-Es lo único que puedo decirte, el resto solo nos incumbe a mí y a ella- le explica.
-¿De qué diablos están hablando?
-De nada, Edward- contesto con un tono de voz cortante-. No es tu asunto, tú solo debes prepararte porque seré tu esposa
-Tenemos que ir a contárselo a tus padres de una buena vez
-Me parece bien- asiento-. Mientras esto se haga más rápido, mejor
-Muy bien, deja los llamo
-En un rato por favor, no estoy presentable- le suplico-. Quiero desayunar y ducharme…
-Te espero
-Pero vete, no me ducharé sabiendo que estás aquí
-Te esperaré en mi auto, pues- suelta un bufido y sale de la casa.
Preparo rápidamente el café y lo sirvo. Ángela está muy sonriente mientras desayunamos.
-Edward Cullen está guapísimo, ya quisiera yo estar con alguien así
No sé porque pero ese comentario me irrita… ¿Por qué Ángela dice eso? Es mi prometido. No digo nada, no quiero ser grosera.
-Ya terminé de comer- aviso después de unos minutos, iré a ducharme Ángela y ah…- sonrío-. He traído pañales para el bebé
-¡¿Es en serio?!- exclama feliz. Se para y me abraza-. Muchísimas gracias Isabella, de verdad
-No es nada- le digo sonriendo mucho. Me hace feliz ver sus ojos brillar por la emoción-. Bueno Ángela, iré a bañarme, Edward me está esperando y ya quiero ir a decirles esto a mis padres, tengo que liberarme cuanto antes de esto
-Me parece muy bien
En menos de quince minutos estoy bañada y cambiada. Me maquillo un poco y me despido de Ángela y Ben… Ese niño es demasiado despierto y listo para su edad. Me causa demasiada ternura.
Cuando salgo de la casa me dirijo hacia el Mustang de Edward y me subo.
-Pensé que tardarías dos horas- dice aliviado mientras arranca-. Así son todas las mujeres
-Sí, pero yo soy diferente… No me gusta hacer esperar
-Además no necesitas demasiado para verte hermosa- me mira y me sonríe. Me asomo por la ventana para que él no note que estoy muy ruborizada. Me pone nerviosa cada vez que me hace un cumplido o se acerca demasiado a mí-. ¿Qué te parece si después de hablar con tus padres vamos a algún lugar?
-¿A dónde?- pregunto interesada.
-Podemos ir a tomar un café, ir a un parque, lo que sea… Bella, si vamos a casarnos, debemos conocernos mejor, ¿No crees?
-Pero este matrimonio no será de verdad, Edward- le aclaro-. ¿Por qué debemos conocernos?
-Bella- gruñe-. Está bien, olvídate del matrimonio… somos amigos, los amigos deben conocerse
-¿Seremos amigos aun casados?
-Sí, ¿Por qué no? Bella, aunque quieras demostrarlo, tú no me odias, te agrado… No te gusto ni estás enamorada de mí, pero me aprecias
“Si supieras todo lo que siento por ti” pienso y suspiro.
-Sí… Me agradas, aunque seas irritante, eres algo divertido
-¿Algo?- suelta una risa-. Yo soy divertidísimo
-Eres un creído- murmuro.
-Y tú una amargada- replica.
-¡Oye! Yo no soy ninguna amargada
-Eso dices
Le pego un puñetazo en el hombro.
-Yo soy divertida…
-Eres muy amargada, Bella… Tienes que aceptarlo
-Si soy tan amargada, ¿Entonces por qué quieres ser mi amigo?
-Es que tu amargura me divierte… Me encanta molestarte
-Eres un…
-Cuidado con esas palabras- me interrumpe riéndose. No aguanto más y se me escapan unas risas también. Estar con Edward resulta muy divertido.
El camino me resulta muy corto. Estoy demasiada entretenida “Peleando” con Edward. Cuando nos bajamos del auto y caminamos rumbo a la casa de mis padres, discutimos todavía.
Mi madre nos recibe en la entrada. Me abraza y me da dos besos, uno en cada mejilla. Me parece extraño aun ese trato tan amable.
Reneé nos conduce hacia la sala donde mi padre está sentado. Cuando me ve entrar, se levanta y va a abrazarme con fuerza. Debería apartarme, sentir rencor pero no puedo. Me gusta que mis padres me abracen aunque no lo quiera ni pueda admitir.
-¿Cómo has estado hija?- me pregunta.
-Perfectamente bien- respondo-. Hasta ayer, me han despedido del trabajo
-¿Qué? ¿Por qué?- pregunta Reneé.
Suspiro y comienzo a contarles lo que pasó. Cuando termino con mi breve historia ambos se quedan algo sorprendidos.
-¿Le has dicho a Billy que te casarías con Edward?- cuestiona mamá con una ligera sonrisa.
-Sí… Y vengo a decirles algo… Me ha costado un poco de trabajo, pero tengo un motivo el cual no pienso decirles, pero que seguramente les agradará por lo que implica
Edward lanza un suspiro.
-Tampoco me lo ha querido decir a mí- intervino-. Pero bueno, el caso es que… Isabella, ¿Se los dices tú o yo?
-Tú díselos, creo que vomitaré si lo hago yo- respondo y me siento de nuevo en el sofá.
-¿Qué rayos van a decirnos?- exclama papá-. Suelten eso ya…
-Nos casaremos- dice Edward con una enorme sonrisa-. Isabella ha aceptado su herencia
-¡Es increíble!- exclama Reneé y va a abrazarme-. Hija, has tomado la mejor decisión
-Por supuesto que si- comenta papá-. Has hecho lo mejor, sabía que no fallarías
-Tengo varias razones para hacerlo- contesto mientras suelto a mamá-. Por supuesto, no se las diré ahora mismo, pero tengan por seguro que me casaré con Edward
-¿Para cuándo?
-Lo más rápido que se pueda- les informa mi prometido-. Queremos casarnos pronto
-Ya sé cuándo pueden anunciar su compromiso- grita mi madre-. En la fiesta de cumpleaños de Isabella
-¡¿En mi fiesta de qué?!- exclamo alterada.
-Perdóname hija, pero estoy organizando una fiesta para celebrar tus veinticuatro años
-No puedo creerlo- mascullo enojada.
-Intenté detenerla, pero no pude- se ríe Charlie.
-Gracias por tu esfuerzo- le digo con sarcasmo. Estoy furiosa. Odio las fiestas de cumpleaños.
-No te enojes hija- me suplica mamá-. Mi intención es celebrar tu cumpleaños, además yo presentía que terminarías aceptando la herencia
-¿En qué mierda me he metido?- murmuro angustiada.
-¿Pero qué has dicho?- pregunta mi padre-. Esas palabras no son adecuadas para una señorita de sociedad como tú
-¿Pues qué quieres que diga? ¿Qué me agrada todo esto? Papá… Yo no estoy feliz con esto, lo hago por obligación, al menos déjame decir una mala palabra para desahogarme
-Bueno, ya que lo pones así, creo que una mala palabra no es tan malo- me sonríe Reneé-. Isabella, te recuerdo una vez más que no estás obligada a hacer esto
-Pero lo haré mamá, lo haré… Ya tomé mi decisión, me caso con Edward y acepto la herencia, no me molesten con una fiesta de cumpleaños ya que lo único que van a conseguir es que termine huyendo
-Te entendemos perfectamente, tranquila, te apoyaremos en esto para que todo sea más fácil- me promete Charlie-. No salgas huyendo por favor
-No, no lo haré, pero no quiero una fiesta, no quiero anunciar el compromiso, si quieren pueden decirlo, pero no quiero anunciarlo en una fiesta
-Está bien, no habrá fiesta, pero por lo menos queremos estar contigo en tu cumpleaños
Aprieto los dientes. Quiero decirles unas cuantas cosas pero me debo controlar.
-Claro, por supuesto- digo con una sonrisa falsa.
-Podemos hacer una reunión entre las dos familias- propone Edward-. Es mi cumpleaños también
Me quedo boquiabierta y lo miro.
-¿Tu cumpleaños es el trece de septiembre?
Edward asiente.
-Sí…
-Wow- susurro-. Qué bueno, así no me olvido de que día cumples años
Edward y mis padres se echan a reír.
-Cumplo cuarenta y dos años, creo que ya estoy viejo- me dice Edward. Abro los ojos como platos y miro a mi padre quien asiente. No lo puedo creer… Pero se ve tan joven… Edward no aparenta cuarenta y un años. Qué asco, no me puedo sentir atraída hacia alguien mucho mayor que yo.
Mamá se carcajea y papá y Edward la miran malhumorados.
-Bueno, Reneé lo ha arruinado… Cumplo veinticinco, no sé cómo has podido caer
-Eres un estúpido- le reclamo cuando estamos en su auto de nuevo. Mis padres han quedado satisfechos con lo de la boda y eso me alegra de cierta manera.
-¿Por qué?- se carcajea. Adoro verlo reír…
-¡Me dijiste que tenías cuarenta y uno!
-¿Y por qué caíste?
-Pues… No lo sé, lo has dicho tan serio y además mi papá…
-Me puse de acuerdo con él… Charlie, a pesar de ser mucho mayor que yo, es mi amigo
-Es porque estabas con Kristen, ¿No es así?
Asiente.
-Sí… Desde que estuve con su hija nos volvimos muy cercanos, decía que mejor esposo no pudo haber elegido Kristen, mi padre y él son muy amigos… Eso ayudó
-Edward- suspiro-. Ya que vamos a casarnos, ¿Podrías contarme tu historia con Kristen?
¿Pero qué mierda acabo de preguntar? No quiero herirlo.
-Perdóname, perdóname- le digo rápidamente.
-No te disculpes Isabella, te lo contaré
-Pero…
-La conocí en una reunión- comenzó-. Yo no deseaba ir pero mis amigos me obligaron… Al final esos bastardos me convencieron y me animé a ir a la fiesta… Cuando llegué, me encontré con Jessica, una prima y esta me presentó a sus amigas, todas me parecieron muy guapas, pero cuando vi a la última, me quedé totalmente maravillado con su belleza… Simplemente me enamoré a primera vista de ella aunque Kristen no demostró ningún interés en mí, me trataba fatal
-Pues te lo merecías, de seguro eras un creído- me río.
-No- suspira-. Yo no era así antes de conocer a Kristen… Estar con ella me hizo sentir más seguro de mí mismo
-Sí, pero de más- me carcajeo. Edward suelta una risita. Quiero añadir humor a la conversación para que no se deprima.
-Bueno, déjame contar el resto… Kristen al principio me rechazaba, pero en sus ojos veía cuanto le atraía, yo estaba embobado con ella porque era la mujer más hermosa del mundo, aunque muy vanidosa y delicada… Eso no me importó y decidí seguirla, averigüé donde estudiaba e iba por ella a la escuela, le llevé flores pero las pisó y se fue
-¿Sabes? Creo que mi hermana ya me cae mejor
Edward me ignora y sigue contando.
-Estuve por rendirme cuando un día la vi saliendo de la universidad y en cuanto me vio, tomó al tipo que tenía al lado y se besuqueó con él, me di media vuelta y me fui… No la vi durante días y salí con una chica, cuando Kristen me vio, noté lo enfurecida que estaba, se acercó a mí y le dijo a la muchacha que yo era suyo… Yo no pude evitarlo y le dije lo mismo… Ella se fue llorando, me sentí mal pero no me importó cuando Kristen me besó, se me olvidó el mundo entero, desde ese momento nos volvimos inseparables
-Esa historia es muy rara- digo asqueada. De verdad no le encuentro sentido a eso.
-Lo sé, pero así fue… Kristen era la mujer de mi vida, solo tenía ojos para ella… De hecho ha sido la única con la que he estado en ese sentido
-¿Qué? Wow, Edward, creí que eras un experimentado… Perdón, pero es la verdad
-Soy experimentado, con tu hermana hice demasiadas cosas
-¡No me digas esas porquerías!- le grito-. No quiero saber eso
-Oh vamos Isabella, lo que dije sobre que eras virgen no era verdad, de seguro tú también ya experimentaste eso, no tienes por qué espantarte
Me rio con ganas.
-Edward, de verdad no quisiera decirte esto, pero debido a que por desgracia nos casaremos, debes saberlo… Soy virgen, no he tenido novio, ¡Ni siquiera he besado a alguien!
Edward casi se atraganta y me río de él.
-¿No has dado tu primer beso?
-No, Edward… No lo he dado y ¿Sabes? Podrá ser algo patético pero no me interesa
-Es… Es hermoso- susurra-. No puedo creer que exista alguien tan puro
-No soy pura, solo soy virgen- pongo los ojos en blanco-. No exageres
-Pero ningún hombre te ha tocado
-Pues no… Eso no- admito.
De repente me doy cuenta de que hemos estacionado frente a mi casa. No me salgo, quiero que Edward me cuente más.
-Sigue contando tu historia con ella, por favor
-Yo- suelta un suspiro largo. Me percato de que tiene los ojos llorosos-. Yo la amaba, Bella… No entiendo por qué se tuvo que ir de esa manera, me sigue doliendo, nos íbamos a casar, queríamos tener una bebé, la estábamos buscando y tengo el presentimiento de que ella ya estaba embarazada cuando murió… ¿Por qué el destino me arrebató lo que más amaba en la vida?- solloza-. Cuando por primera vez era completamente feliz, me arrebatan a mi princesa
Las lágrimas ya corren por sus mejillas. No puedo permitir eso y sin pensarlo me acerco a él y limpio sus lágrimas.
-No llores- le imploro con voz temblorosa. Yo también estoy llorando porque me duele verlo así-. Edward, perdóname, no debí pedirte que…
-Tenías que saberlo
Nuestros rostros están demasiado cerca. El corazón me late frenéticamente y me quedo sin respiración. Edward se queda muy quieto y mira mis labios. Después nuestras miradas se encuentran.
-Quiero que me beses- me susurra. Respiro su delicioso aliento.
Sonrió un poco y me dispongo a dar y recibir mi primer beso, pero… antes de que lo haga alguien me llama. Me separo bruscamente de Edward y observo a esa persona. Es la señora Martínez. La ventana de Edward está abajo y por eso nos han interrumpido.
-Isabella, tienes que salir- me dice ella-. Acabo de ver a una chica extraña en tu casa
Oficialmente, la charla con mi prometido y el intento de besarnos, va a quedar en el olvido.
_____________________________________________
Espero que les guste; A mi me ha encantado escribir el cap, creo que Bella ya se nos está enamorando XDDD. Saludos a KIMBERLYCULLEN, SABLANCULLEN, CINTY, YAMI_CRAZZII Y KEIT por sus comentarios y su apoyo. Realmente saber que aceptan bien este fic me anima a seguir escribiendo. Realmente, soy una novata, estoy desde hace casi un año aquí, pero me sigo considerando una novata porque me faltan muchas cosas para llegar a ser realmente buena. Pero eso no importa, a mi lo que me interesa es hacer lo que amo: escribir :D jaja, que dramatica me puse... Bueno, les mando un enorme abrazo desde México... Las quiero <3
Sachiko065
|