El retorno de los codiciosos al atardecer

Autor: KrisMillerH
Género: Tragedia
Fecha Creación: 04/02/2013
Fecha Actualización: 05/02/2013
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 11
Visitas: 12966
Capítulos: 12

FANFIC FINALIZADO!

Bella nunca pensó que en un atardecer de invierno, mientras volvía a casa, cambiaria radicalmente su vida, y todo, causado por un simple desconocido que entró en su vida de manera fugaz y sin que ella lo esperara. Y tu que harías, ¿huirías, o serias atrevid@ con lo que se te presenta? Todo se descubrirá en "El retorno de los codiciosos al atardecer"

Espero que les guste mucho mi fic, es el primero que hago y bueno, se que no es muy largo, pero por algo se empieza! No olvidéis visitar!

Nota de la autora: muchas gracias a todos y todas las que me dejan sus comentarios i sus votitos, de verdad, me encanta el recibimiento de mi primera history, muchas gracias a tod@s l@s que comentáis y dejáis vuestra opinión, lo valoro mucho! MIL GRACIAS OS QUIERO! <3

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 7: Feliz Navidad

Cap 7-¡Buf! Por fin he podido acabar de recoger la habitación. ¡Ha costado lo suyo! No me extraña… ¡si no has parado de incordiar todo el rato! Entre las almohadas y que me escondías las cosas… ¡he tardado un buen rato! ¡Parecíamos dos niños pequeños! 


--Pues si quieres estar con migo tendrás que aguantarme 


-- Si… tienes razón… tendré que cargar con tigo a todos los lados.

 
-- Oye si te molesto solo sólo lo tienes que decir, que me voy por la puerta… bueno… por la ventana. 


-- Eso no lo vuelvas a decir nunca. Ni en broma. Sólo harías que dejarme aquí triste y sola. 


-- ¿De verdad crees que podría hacer una cosa así? 


--No lo sé. ¿Serías capaz? 


--Me ofendes pensando eso. ¡Nunca podría dejarte! Si ahora que te he conseguido te dejase… ¿De que hubiera servido toda la búsqueda para encontrarte? ¡Para nada! Si lo he hecho es por algo y lo mantendré, ¿entiendes? 


--Eso espero.


--¿Nos escapamos? 


--¿Como? 


--Pues al contrario de salir por la puerta, salir por el balcón. Va, en serio. ¿Quieres que vayamos al centro comercial? 

--¡Por mi vale! 

--Y te compraré los regalos de navidad. Serán unos regalos anticipados.

--No hace falta que me compres nada… Hace tiempo que la navidad no la celebro demasiado… Sí, me doy algún capricho con la excusa de que es navidad, pero puedo vivir sin ella. 

--No me digas que no, Bella. Ami me hace ilusión comprarte algo. Quiero celebrar que por fin estoy con tigo. 

--Vale. Vámonos. Pero espera, tengo que cambiarme. :$ 

--Por mi no hace falta que te cambies porque para mí siempre vas hermosa. 

--Gracias de nuevo. 

Me fui a cambiar porque quise arreglarme un poco. Era la primera vez que salía a dar una vuelta con Edward y quería quedar bien aunque él siempre decía que yo iba bien.
Estuve un ratito mirando la ropa de mi armario para escoger la adecuada. 

Al final, escogí unos tejanos claros que me puse con una camisa de mangas cortas blanca. Encima llevaría un tipo de sudadera de color rojo. Como complementos, una pulsera de perlas rojas, a conjunto con un collar también de color rojo, una diadema roja con un estampado de flores blancas y por último, mis “converse” rojas. Me rizaría un poco el pelo y ya estaría todo preparado. ¡Iría toda de rojo excepto por los tejanos! 

-- ¡Ya estoy lista!- dije mientras bajaba las escaleras. 

Edward esperaba de pie frente la puerta. Él se giró cuando me vio bajar y su mirada me examinó de arriba a bajo. 

-- Estás realmente preciosa. 

-- Pero, ¿no dices que siempre estoy preciosa para ti? 

-- Pero hoy es diferente. 

-- Pero hoy tampoco voy de la mejor manera que sé vestir. 

-- Pues habría que verte todavía más bien vestida. ¿Eso puede ser cierto? 

-- Claro que si. Y más todavía. Sin embargo, quedan muchas cosas por hacer juntos Edward. No me seas impaciente.  

-- Vale, salgamos ya. Se va a hacer tarde. 

Fuimos dando un largo paseo hacia el centro comercial. Edward tenía coche, pero cuando él vino a casa, vino andando, por lo que el coche yacía en el garaje de su casa. 

El sol ya se escondía en el horizonte y paseábamos entre un mar de hojas marrones y naranjas mientras la luz que traspasaba las nubes blancas, nos daba el poco calor del día que quedaba, ya que la jornada acababa y se oscurecía poco a poco. Cada vez más, se acercaba la noche fría y húmeda. 

Llegamos al centro comercial y de tan grande que era, no sabía ni por donde comenzar. 

-- ¿Donde quieres que vayamos, Bella? 

-- No se. ¿Quieres que vayamos a mirar ropa? 

-- ¡Sí! 

Recorrimos todo el centro comercial entero. ¡Salí de allí con un montón de bolsas! No se cómo Edward se lo podía permitir.

-- Tendré que devolvértelo de alguna manera, Edward. Creo que me e pasado un poco ¿no? 

-- No me tienes que devolver nada, cariño, ¡te tengo a ti! No me hace falta el dinero si tú estás aquí. Si te lo compro es porque quiero, si no quisiera, te lo diría. 

-- No sabes cuánto te quiero, Edward. 

-- ¿Y tu sabes cuánto te quiero yo? 

-- ¿Me quieres? 

-- No te lo puedes ni imaginar. 

-- Me alegro tanto de estar con tigo… 

-- Bella, esta noche, vendrás a mi casa y te quedarás a dormir con migo, asíaprovechas y te veo puestos esos nuevos modelitos que te has comprado. 

-- No Edward, no quiero ser una molestia… 

-- ¿Tú Molestia? ¡Venga hombre! Pero si me he quedado yo en tu casa, ahora te tienes que quedar tú en la mía. Va venga, volvamos a mi casa.

Y esa noche fui a cenar con Edward a su casa. Me quedaría a dormir con él. Me gusta tanto dormir a su lado… me siento muy confortable con él. Se duerme como el niño que duerme plácidamente en su cuna. 

Tenía muchas ganas de llegar a su casa e ir a su habitación, dejar las bolsas, tumbarme en la cama con él y relajarme un rato. 

Al acabar de cenar, que por cierto, cenamos sushi,mi plato preferido, y de postre, fresas con nata y nueces, que estuvo todo delicioso, fuimos a su habitación. Su habitación era muy espaciosa, tenía un escritorio bastante grande, un estante donde guarda sus libros el armario donde tenía la ropa… como una habitación normal y corriente.

--Edward, ¿dónde quieres que deje las bolsas?

--Ahí mismo, al pie de la cama. 

--Antes de dormir, me pondré un pijama nuevo. Estrenaré el pijama que compramos
antes.Pero tendrás que salir de la habitación para dejar cambiarme, si no te importa. 

--Querida, algún día tendrás que dejarte ver a mi vista. No pasa nada, estás
saliendo con migo y no creo que pase algo malo por verte en sujetador. 

--Tienes razón cariño- dije un poco avergonzada, pues tenía toda la razón del
mundo.- No hace falta que salgas. Total, no me quitaré nada del otro mundo. Solo
será la camiseta para ponerme el pijama. 

Busqué la bolsa dónde guardaba el pijama nuevo. Lo cogí y abrí la bolsa. Daba
muy buen olor a nuevo. Era de esos pijamas con los que no pasabas frío.

Me quité la camiseta, cuando Edward se acercó. 

--Ves, no pasa nada. No tienes porqué pasar vergüenza. Eres mi cariñín y seguro
que no dentro de mucho me verás sin camiseta a mí— dijo con una pequeña sonrisa.

Entonces, empezó a besuquear mi espalda, cogiéndome de los hombros. ¡Me hacía
cosquillas! 

--Edward, me haces cosquillas. ¡Déjame ponerme el pijama anda! Ahora estoy por ti. Va,
espera en la cama que ahora voy. Tenemos que descansar. 

--¡Es que estás irresistible! 

Cuando conseguí ponerme la camiseta del pijama con el pantalón, me dirigí a la
cama de Edward. 

--¿Sabes que le dijo la liebre al lobo cuando estaban tumbados los dos en el mismo
lecho?

--¿Que? 

--Feliz Navidad amor — le abracé tan fuerte como pude para mostrar mi afecto. 

--Feliz Navidad,cariño. 

Y con un beso nos dispusimos a dormir, ya relajados los dos juntos en la cama, a
esperar a que mañana fuera otro día despertando junto a Edward. 

Capítulo 6: ¿Por qué lloras? Capítulo 8: Nueva invitada

 
15223424 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11144 usuarios