Destino

Autor: Ainely
Género: Romance
Fecha Creación: 29/01/2011
Fecha Actualización: 18/06/2011
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 13
Visitas: 47172
Capítulos: 22

 

FINALIZADO!!

 

En el pasado se enamoraron, pero no declararon su amor. Ahora, cinco años más tarde el destino los vuelve a unir.

Pero cuando hay niños de por medio, las cosas no son tan faciles.

¿Serán capaces de aprovechar la nueva oportunidad que les ha dado el destino?

 

De este fic existe secuela y es : Lo que significas para mí.

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2043

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 7: Confesiones.

7. Confesiones.

 

Edward POV

 

Bella tenía un apartamento muy pequeñito, pero realmente acogedor. Lo que aún no asimilo ni entiendo del todo, es porque el pequeño Seth la trata como si fuera su madre. Porque según lo que ella nos había comentado el día anterior en la cafetería el niño era su sobrino.

Desde el momento que la vi en la cafetería no me la he podido volver a quitar de la cabeza, todo lo          que llegué a sentir por ella ha vuelto a surgir, pero esta vez mis sentimientos hacia ella son aún más poderosos que en mi juventud. Y eso me lleva a encontrarme aquí, sentado en el sofá de la casa de Bella observando cómo trata como una princesa a Sophie. Y tan sólo con ver la sonrisa de mi pequeña me viene a la cabeza él verdadero motivo por el que me encuentro aquí.

-Sophie cariño, porque no vas a jugar con Seth – le dije, para poder quedarme a solas con Bella.

- Vale papi – me dijo  muy sonriente mientras le daba un beso en la mejilla a Bella, como deseaba poder ser yo el que posase los labios en su pálida piel. Pero antes de quedarme soñando en mi propia burbuja recuerdo que debo de hacer una cosa muy importante.

- Bella, tenemos que hablar – le dije lo más serio que pude.

- Sobre qué quieres hablar? –

- Que ha sido de tu vida todos estos años. Por lo que veo te va todo muy bien con Jacob, tenéis un hijo en común y ayer en la cafetería se les veía muy bien – le dije haciendo ver que no sabía que Seth no es su hijo para poder sacarle información.

 - Oh, tú piensas que Seth es mi hijo – e ese momento se le escapó una risotada, yo asentí con la cabeza – Seth no es mi hijo, he de admitir que de jovencita estuve saliendo con Jacob, pero tan sólo duró unas semanas debido a que nos confundimos y lo que de verdad sentíamos el uno por el otro únicamente era un gran amor pero de mejores amigos.

- Entonces porque Seth te llama mami si no lo eres? – este era el momento para obtener las respuestas que tanto había ansiado desde que escuche a ese pequeño llamarla de esa forma.

- Cuando  Jacob y yo entramos a la universidad, él se enamoró locamente de una chica llamada Leah, ella a mi no me caía bien, ya que notaba algo raro en ella. Ese hecho provocó que Jacob se enfadase conmigo infinidad de veces. Hasta que un día mis sospechas fueron justificadas. Una mañana Leah se presentó en el departamento que Jacob y yo compartíamos diciendo que necesitaba que él firmase unos papeles, antes de firmarlos Jacob leyó lo que ponía. Ese papel era un acta para que Leah pudiese abortar. Ella se había quedado embarazada y quería matar a su  bebé – esta historia me traía muy malos recuerdos de mi propio pasado – Al final entre Jacob y yo conseguimos convencerla para que no abortase, pero ella puso una condición. Ella tendría al niño, pero en cuanto este naciese ella se iría y no quería volver a saber nada más de nosotros dos y menos aún del bebé – me  quedé sorprendido – Jacob lo pasó muy mal y en esos duros momentos fui yo quien lo ayudó a cuidar y a criar al pequeño Seth. Por eso el niño me llama mami, porque la que siempre ha estado con él y ha ejercido el papel de madre he sido yo. –

En ese momento me quedé con la boca seca, en estos momentos siento lástima del pobre de Jacob, lo debió de pasar muy mal. Pero por lo menos él tuvo a Bella quien lo ayudó en todo momento. En cambio yo nunca he tenido la ayuda de nadie, lo que hubiese dado para que Bella en todo momento me hubiese ayudado y apoyado como lo hizo con Jacob.

-No te esperabas eso no? – me dijo con una sonrisa en sus labios que no llegó a sus ojos, supongo que por los momentos tan duros que recordó.

- Pues la verdad es que me esperaba cualquier cosa menos eso –

- Bueno, pues tú tampoco te quedas corto. Como que tienes una hija?  Porque Sophie si que es tú hija ya que es igualita a tí- me preguntó intentando desviar el tema.

- Mi historia creo que es más triste que la de Jacob – le dije en un susurro casi inaudible, pero ella lo escucho, porque en ese momento sentí como agarraba mis manos entre las suyas dándome ánimo – Antes de empezar necesito pedirte una cosa, no me interrumpas y necesito que me escuches hasta el final – ella asintió con la cabeza.

- Todo empezó en la preparatoria. Yo estaba locamente enamorado de una chica, pero ella era muy diferente a mí y me ignoraba, yo en esa época era un tonto, por lo tanto la única manera que encontré para que ella me prestase atención era molestándola y metiéndome con ella. Pasaron los años y yo seguía igual de enamorado pero las cosas seguían tan frías entre nosotros como el primer día. El tiempo fue pasando y yo tuve que irme del pueblo donde vivía y me instale en California para ir a la universidad. Aunque estuviese en la universidad yo no perdí el contacto con ella, a pesar de ser de una manera indirecta, ya que conseguía saber cómo se encontraba a través de mi hermana que era la mejor amiga de mi amor. – Bella tenía una cara de sorpresa muy graciosa  pero continué – Hasta que un día mi mundo se desvaneció bajo mis pies cuando mí hermana me explicó que ella estaba saliendo con un chico, al cual odie en el mismo instante que me enteré a pesar de no conocerlo. Estuve unas semanas sin salir de mi habitación porque el dolor que sentía en mi pecho era demasiado intenso. Cuando conseguí levantar un poco cabeza, empecé a salir con muchas chicas, utilizándolas como pañuelos a los cuales primero usaba y luego desechaba. Hasta que un día una chica rubia a la cual no conocía de nada, se presentó en mí departamento diciendo que estaba embarazada y que el bebé era mío, lo peor de todo es que ella me amenazó, diciéndome que si no me casaba con ella y la llenaba de lujos ella misma se encargaría de matar al bebé. Por eso me casé con Tanya, para poder salvar a mi pequeña que es lo que más quiero en este mundo. – Bella se quedó impresionada

- Pero tú estás enamorado de Tanya? –

- No, en mi corazón tan sólo hay espacio para dos personas y Tanya no está entre ellas –

- Pero entonces, una vez que nació Sophie, porque no la dejaste? –

- Porque ella no me deja, yo pensé que una vez que naciese la niña Tanya me dejaría vivir tranquilo con mi pequeña. Pero las cosas no son así, cada vez que me cabreo con ella por lo mal que trata a Sophie y le digo que voy a pedir el divorcio, ella me amenaza con llevarse a la niña y hacerle daño. Yo se que ella no quiere a mi princesa y por eso no me divorcio. Además hasta hace unos días no había encontrado una razón por la cual podría llegar a separarme –

- Y ahora la has encontrado? – me preguntó mientras se sonrojaba

- Bella siempre he estado enamorado de ti, y te pido de rodillas que perdones las estupideces que hice en el pasado – le dije mientras me arrodillaba delante de ella y le besaba las manos.

- Estás confundido, esto no puede ser verdad – me dijo mientras se levantaba y daba vueltas por la habitación nerviosa.

- Necesito que me creas es verdad lo que te digo. Y ahora después de ver como tratas a mi pequeña lo único que puedo decirte es que estoy más enamorado de lo que llegué a estar en el pasado – en ese momento ella se puso delante de mí y sin dejarme tiempo para pensar me besó. El beso fue perfecto, lo que había soñado durante tantos años se estaba haciendo realidad. Cuando nos separamos le dije en el oído.

- Por favor, danos una oportunidad. Esto puede funcionar – la mire fijamente a los ojos – Te amo –

- Yo también te amo. Pero el daño que me hiciste en la preparatoria fue muy grande, yo no te puedo perdonar de la noche a la mañana y empezar de cero – me dijo mientras me acariciaba las mejillas con sus dulces manos.

- No te estoy negando, que en un futuro pueda surgir algo. Pero necesito tiempo, tiempo para conocernos. Además se te olvida el hecho que estás casado – me miró dulcemente.

- Déjame demostrarte que he cambiado y que no soy el mismo adolescente tonto, sino que ahora soy un hombre que te ama con toda su alma y que te necesita a su lado – le confesé.

En ese momento volví a sentir sus cálidos labios entre los míos.

-Conozcámonos y luego hablamos de lo otro, vale? -  me sonrió. Yo asentí con la cabeza.

Mientras nos mirábamos a los ojos escuchamos unos pasitos acercarse a la sala por el pasillo.

 

 

Espero que les haya gustado el capítulo. Muchas gracias por todos los comentarios, os lo agradezco de verdad. Vuestros comentarios es lo que está provocando que suba los capítulos más rápido de lo que pensaba.  Sobre todo me hace mucha ilusión que os guste mi historia a pesar de ser una novata en esto. Ya que esta es la primera historia que escribo. Muchos Besos de Ainely.

 

Capítulo 6: Una mami como tú Capítulo 8: Amenaza

 
15223414 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11144 usuarios